Está en la página 1de 5

SUJETO DEL ENUNCIADO; SUJETO DE LA ENUNCIACIÓN

Clase para "Lacan para principiantes"


escrita 1º/9/98, dictada en Tucumán 1º y 7/9;
reescrita 19 y 20/10 para Salta 22/10/98.

(IL MORTO CHE PARLA)

(LE PARLÊTRE)

: Vengo a ser, en Estudio Lacaniano, el "especialista en Lenguaje"... es decir, uno que de eso no
comprende nada... Lo que les traigo, por lo tanto, no son buenas nuevas; pero puede que logre
divertirlos un rato si se vienen de safari conmigo: a cazar al $ujeto.

REMEMORACIÓN
CIÓN
DEMANDA
CON
TIVO FORMA VERBAL CONATIVA
VOCA
E $ a'

NTE

IN
PULSIÓN; OBJETO; VOZ : a A
(BOSS)

Algo, que pudiera ser sólo la curiosidad, aunque quisiéramos


fuera un llamado (VOCACIÓN), es lo que aquí nos reúne (CONVOCA).
Algo que para Freud tiene que ver con la rememoración (EVOCACIÓN), VOS / TÚ SE
y que desde Lacan se asocia al clamor, a la demanda (INVOCACIÓN). ELLA / ÉL NOS
Lacan introdujo en el Psicoanálisis la idea de una pulsión INVOCANTE, YO UNO
cuyo objeto es la VOZ , la voz pura, la sola voz sin contenido significante.
La propia, o la de un tú, la voz de un vos (¿Boss?).
Es una de las razones por las que un psicoanálisis marcha: eso se satisface... ¡parloteando!

En otros idiomas, cuyos verbos declinan (sí el latín, no el español), el verbo puede conjugarse en el
modo específico del llamado (VOCATIVO). En los esquemas funcionales del lenguaje, tal como los
establece Jakobson, el llamado cae dentro de lo que sería la función conativa del mensaje. Conativa
(de conato, intento) porque el mensaje intenta, lleva la intención, por parte del locutor, de producir
un acto o reacción en el oyente (otros modos verbales conativos son el imperativo, el suplicante,
etc. Volveremos sobre éstos después de un breve paréntesis):

(
Hasta aquí, en el Seminario, hemos trabajado lo que De Saussure nominó Lingüística de la Lengua
(del Idioma, de lo colectivo). Hoy vamos a ver qué pasa en Psicoanálisis con la Lingüística del Habla.
El Psicoanálisis, saben, es caso por caso, y la Lingüística del Habla se ocupa de lo que se llama lo
performativo: de los actos de emisión verbal de un Destinador particular. El Habla es individual, es lo
que en Lacan encontramos como Lalengua. Eso hay en un análisis: alguien, alguien único, particular,
irrepetible, habla... Cabe preguntar, igual que cuando atendemos el teléfono, ¿Quién habla? Habla un
$ujeto.
Ahora sí les soplo el tema de la clase: Sujeto del Enunciado, Sujeto de la Enunciación... Aquí, pues,
tenemos dos. Desde el diván, un sujeto nos habla: ¡Bien! ¡Bravo!, pero: ¿a cuál de los dos oir?
)
Despejemos el terreno utilizando los recién mencionados esquemas funcionales de Jakobson, tal
como los propone en su "Poética" (Esquema Comunicacional):

CONTEXTO
DESTINADOR MENSAJE DESTINATARIO
CONTACTO
CÓDIGO
Los factores en juego en un proceso comunicacional cualquiera son seis: Un Destinador envía un
Mensaje a un Destinatario; para que el mensaje sea operante debe existir un Contexto que el
destinatario pueda captar; el mensaje debe ser enviado en un Código que sea común al destinador y
al destinatario; finalmente, debe existir un Contacto entre ambos, un canal a través del cual el
mensaje es enviado y recibido. (La línea deja por debajo de sí los elementos que se presuponen ya
existentes en un proceso de comunicación, y por encima aquellos elementos que corresponden a la
comunicación actual, estricta).

Los elementos ordenados en el esquema nos permiten localizar seis funciones diferenciables del
Lenguaje; debe quedar claro, sin embargo, que un mensaje rara vez cumple una sola función, sino
más bien varias simultáneamente. Las funciones que un mensaje cumple pueden, más o menos
fácilmente, ser organizadas en una jerarquía, y la estructura verbal de un mensaje dependerá
primariamente, de cual sea la función predominante (Esquema Funcional):

REFERENCIAL

EMOTIVA,EXPRESIVA O
AUTORREFERENCIAL POÉTICA CONATIVA
FÁTICA
METALINGÜÍSTICA (no confundir con
metalenguaje...)

Cuando un mensaje se centra en el Contexto (hace frío; E=mc2), la función predominante es la


REFERENCIAL. Cuando un mensaje se centra en el propio Destinador o es la expresión de un
estado del Destinador, decimos que el mensaje cumple una función Emotiva, Expresiva o
AUTOREFERENCIAL. En caso de que el centramiento del mensaje se dé en el Destinatario, nos
encontramos ante la función CONATIVA, la cual puede tomar diversas formas (imperativo,
vocativo, exhortativo, suplicante, persuasivo, u otras), y en general pretende producir una reacción
en el Destinatario. Cuando el mensaje se orienta al Contacto (para comprobarlo, afirmarlo,
confirmarlo, establecerlo o mantenerlo) decimos que cumple una función FATICA (es ésta una
función primordial: es la única que tenemos en común con los animales llamados "parlantes"; es
además la función que más claramente se manifiesta en un niño, prácticamente desde que nace;
por lo demás, es notable la inmensa cantidad de mensajes fáticos que pueden intercambiar dos
interlocutores con el solo fin de evitar un silencio incómodo o de prolongar una agonizante
conversación). Cuando el mensaje se centra en el Código (por que, por ejemplo, el destinador
desea comprobar o confirmar que el código es compartido por el destinatario, es decir, que el
mensaje está siendo comprendido) cumple una función METALINGUISTICA o de glosa (es una
función primordial en el proceso de un aprendizaje cualquiera, porque permite expandir y/o completar
el código compartido; por ejemplo en: ¿me entiendes? o en ¿qué quiere decir "ornitorrinco"?. Este
proceso es claramente visible en el aprendizaje de un segundo idioma, y especialmente en el
aprendizaje de la lengua materna por parte de un niño). Cuando, por último, el mensaje se centra u
orienta hacia el mensaje mismo, en una búsqueda estética, nos encontramos ante la función
POETICA del lenguaje.
Son muy buenos, estos esquemas jakobsonianos. En tanto se suponga que la comunicación existe,
éstos son quizás los mejores esquemas de que disponen los lingüístas. Lacan, sin embargo, dijo que
él hacía "lingüistería"...

Los lingüistas suponen la comunicación, y no tienen más que suponerla para, instantáneamente,
suponer que se produce entre un Yo y un Tú, y que allí, de faltar algo, podría completarse, y más
suele ocurrir que allí sobre, y a eso que sobra lo llaman "ruido", e intentan eliminarlo... Aquí se
apoyan todas las psicologías.

Z
a'

El Psicoanálisis, por el contrario, sugiere desde Freud que allí pasa algo, sí, pero "ein andere
schawtzplatz", en otro escenario; y Lacan nos dice (¡lo hemos repetido tanto...!), que ese otro
escenario, el Inconsciente freudiano, "es el discurso del Otro". Lacan dijo esto mismo de varias
maneras: Otra forma en que lo dijo es "Ello habla de él, y es allí donde él se capta".

Disculpen que me ponga puntilloso, pero ocurre que es interesante esa última palabrita, "capta".
Entre un diccionario de usos y otro de sinónimos (Julio Cortázar los llamaba cementerios)
encontramos estas acepciones:

Captar: Atraer a sí; detectar; reclutar; recibir; percibir; entender; capturar; raptar; secuestrar...

Es justo todo eso lo que le pasa, pobrecito pero bienaventurado neurótico: una vez $ujeto,
reclutado, sujetado, capturado, secuestrado por el significante, alienado en el Discurso del Otro, "Ello"
ya no sólo habla de él, sino en él... Y, nos enseñan Freud y Lacan, es a "Ello" a lo que hay que oír,
y a este fin nos sirve la "atención flotante" y su contraparte la RF de decirlo todo... ¡Y no es que
creemos que se puede!

Para los lingüistas, Ste es aquello que remite a un Sdo... Para el Psicoanálisis -y es toda una diferencia-
Ste es aquello que no significa absolutamente nada, salvo para "alguien". El Significante es necio, dice
Lacan (¡y si no me creen, lean la pg. 31 del Seminario 20!). Necio refiere a necedad, derivante de
nesciencia, que significa ignorancia... por eso invitamos al analizante a decirlo todo: para que nos diga
necedades, ya que decir no puede más que eso, y diciéndolas es posible que alcance de algún modo
algún Real. Ven lo importante y serio que es hablar pavadas, pero... vale ssi (si y solo si) se las
decimos a uno que las escucha. Y ése, el analista, de quien debemos suponer que sabe que decir
no podemos más que necedades, ¿a qué, a quién escucha un analista?

Volvamos a la Lingüística -como ven, los guío hacia las respuestas por un sabroso desvío-. El mapa
es el de Jakobson.

Discurso, nos dice es el PRODUCTO de un ACTO DE HABLA

Así, podemos distinguir en él dos vertientes ENUNCIADO ENUNCIACIÓN

Hay entre ellas la misma relación que existe entre fabricación y objeto fabricado, entre proceso de
producción y producto. De lo que resulta que la persona (máscara) no coincide con el Ser ($ujeto)...
Dejemos la enunciación para después, y nos ocupemos un poco del enunciado. Busquemos a la
presa allí donde no está, lo que puede darnos mala cacería pero buen conocimiento.

En el enunciado, el hablante se actualiza, se instala en sus dichos, haciéndose representar por un


pronombre. Si refrescan la ínfima gramática de la Secundaria, la frase, enunciado u oración se divide
en Sujeto y Predicado. Veamos qué pasa: si el sujeto se hiciera representar en su enunciado por su
nombre propio, digamos John, podría estar perfectamente hablando de otro, porque un nombre
propio (siendo lo menos propio que tenemos) es una cadena sonora que carece de significación
fuera de la referencia a un código y a un género (En inglés, John es un varón, y D"s sabe cuántos
John existen...) De modo que, privado de nombrarse a sí mismo, este desilusionado John se hace
representar allí como buenamente puede, por un pronombre.

Son unas palabrejas bien interesantes, los pronombres. Tienen la curiosa cualidad de ser
intercambiables, razón por la que los lingüistas los llaman "shifters" (embragadores o conmutadores).
Digo que son intercambiables, es decir, que un pronombre solo remite a "alguien" bajo la condición
de estar, en el momento mismo de la enunciación, en una relación existencial con ese alguien: Así,
Yo, remite en cada caso al locutor actual; Tú, a su oyente eventual; Ella, a la "mina" a la que está
criticando... Pero nunca a alguien "en sí".

Como sus risas me alientan a seguir, digamos de paso que esta complejidad en el uso de los
pronombres hace que sean lo último que se domina de un idioma, y lo primero que se pierde por
ejemplo en las afasias... Una anécdota de mi familia que gira alrededor de un pronombre posesivo
puede venir a ilustrarnos: (Daniela y el tucrófono...).

Decía antes: en su discurso, el sujeto se hace representar por un pronombre, y puede hacerlo en
forma personal usando el Yo, impersonal con el Se (discurso didáctico) o con el Nos (discurso
doctoral o de tesis), o hacer como que se pone en el lugar de quien lo oye y usar un Tú refiriéndose
a sí mismo, o hablar de sí como de un tercero usando Él (forma más común de la mentira infantil) o
incluso, universalizándose hasta el absoluto, usar el particular impersonal Uno, o dejarle la faena al
verbo y quedar tácito. En cualquiera de esas formas, solo está haciéndose representar; es decir, que
en tanto que $ujeto, él, allí en su enunciado, no está más que como eso que en la Gramática se
llama Sujeto de la Oración, Sujeto del Enunciado. O sea, ¡en fin!, que perdimos la presa... ¿Dónde, el
Sujeto?

Bueno, por suerte para el Psicoanálisis, no demasiado lejos; es más: enmascarado, está allí mismo,
en su acto, en su procedimiento de enunciación. No es otro que el operario de la cadena de montaje
del significante, y por ella se desplaza; no se presentifica en sus dichos, no está en lo que dice, sino
en su decir (como el obrero no está en el auto que produce, sino en la cadena de montaje que lo
produce; ¡no sé si considerarían comprar un auto tan habitado... !)

El $ujeto no está en sus enunciados, (allí solo se representa), sino en sus actos de habla. Es el
Sujeto de la Enunciación, el performador de una cadena significante.

Más todavía: ser, no es que sea... Es un hecho de dicho, escribe Lacan en la pg. 143 del Sem. 20
... ¡Un hecho de dicho! Aquí, en este punto, nuestro desesperanzado equipo de cazadores logra
atrapar su presa: justo en el instante en que ésta se desvanece en la nada; y las redes que deja
vacías, no lo duden, son las del lenguaje. Estar allí hablando no le basta para ser, y porque de eso
algo sabe es que habla tanto, intentando colmar el vacío que es. Porque poner en palabras el Deseo,
eso no lo puede, y entonces intentará cercarlo con sus dichos para que, eventualmente, sea en su
decir; verdad entredicha, dichosa verdad semidicha, felicidad a medias (dicha). $ (sujeto del
Inconsciente), indica a un sujeto separado de la verdad de su Deseo por el muro del Lenguaje.
Devenido sujeto por el lenguaje, es en sus propias enunciaciones, en sus actos de habla, donde
podrá, apenas por un instante, una vez aquí, otra allá, captarse.
En esto intentamos asistirlo, particulares oyentes, con nuestra "atención flotante". Si la verdad del
Deseo no queda dicha en lo dicho, sino en el decir, en su decir tratamos de captar sus significantes
constitutivos (fides), su particular organización y sus singulares efectos de significación, eso es: lo
que constituye su subjetividad, lo que lo estructura $ujeto.

El hablante lo dice sin saber lo que dice (porque el discurso, todo discurso, hasta el más cotidiano, es
una formación del Inconsciente). Surgen en su decir, fruto de sus sobredeterminados procesos de
selección y combinatoria. Dice sin saber que lo dice, y en su decir se trata de captarlos -pues "ello
habla en él"- y devolvérselos al sujeto (momento -tormento- de la interpretación), que así "recibe del
Otro su propio mensaje en forma invertida", y entonces, solo entonces, "es allí donde él se capta".-

BIBLIOGRAFÍA:

Jakobson, Roman: -Poética y Lingüística; -Los conmutadores, las categorías verbales y el verbo
ruso. (Ambos en "Ensayos de Lingüística General").

Lacan, Jacques: -Función y Campo de la Palabra y el Lenguaje en Psicoanálisis; Escritos 1;

-Seminario 20 (al menos hasta la página 147).

Gabriel Amos Bellos


Lic. En Psicología

También podría gustarte