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1. ¿Qué es la salud mental?

“La salud mental abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente
relacionadas con el componente de bienestar mental incluido en la definición de
salud que da la OMS: «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Como nosotras no somos
especialistas de ningún ámbito de salud no vamos a darte instrucciones
especializadas sobre tus hábitos alimenticios. Lo que hablaremos a continuación se
centra en la divulgación de este tema que consideramos fundamental para tu vida.
Siempre te aconsejamos acudir a tu médico de confianza y a un profesional de
nutrición para que te acompañe en tu proceso.
2. ¿Por qué es importante tener una relación sana con la comida? - Indian Journal of
Psychiatry, Sondra Konberg, Asociación Nacional de Trastornos Alimenticios

Los trastornos mentales más comunes, como la esquizofrenia, la bipolaridad o el


trastorno obsesivo compulsivo, se deben a desbalances en los nutrientes
fundamentales que necesitamos. Múltiples especialistas de la salud concluyen que
los factores nutricionales tienen incidencia directa en el comportamiento, la cognición
y las emociones humanas. Entonces, la relación que estableces con la comida es
decisiva para poder mantener una sensación de bienestar de manera completa. Esta
relación incluye una alimentación relajada, la elección de preferencias sobre las
posiciones y la práctica del equilibrio y la flexibilidad en la alimentación. Estos
principios te permitirán sentirte más en paz con la comida, así como también te
ayudarán a reconocer y acabar con los hábitos poco saludables.

Alimentación relajada

La alimentación relajada es la capacidad de estar a gusto con los componentes


sociales, emocionales y físicos de la comida y la alimentación. La alimentación
relajada está en sintonía con los apetitos del cuerpo y satisface intuitivamente sus
necesidades. Es la capacidad de escuchar y satisfacer su hambre permitiendo una
alimentación placentera y caprichosa con flexibilidad y sin remordimientos. Le
permite comer cuando tiene hambre y detenerse cuando está satisfecho.

No todas las preferencias se adaptan a todas las situaciones, y sería inapropiado no


cambiar sus decisiones cuando se encuentra en un entorno o circunstancia
diferente. La comida existe según las mismas reglas. Por supuesto, es natural tener
un postre o restaurante favorito. Pero si los alimentos específicos se convierten en
sus únicas opciones, su mentalidad podría ser de obsesión. Los hábitos rígidos,
como comer solo ciertos alimentos, pueden convertir rápidamente sus preferencias
en posiciones y dejarlo estancado. "Posiciones" se refiere a lugares inflexibles en los
que siente que no tiene otra opción que hacer lo que ha creado como hábito. En
cambio, comer debe ser una actividad equilibrada que no sea ni la mejor ni la peor
parte del día. Debe disfrutar de los alimentos que consume pero no adorarlos. La
flexibilidad, que se muestra a través de la voluntad de renunciar temporalmente a
una preferencia, es un aspecto esencial de una relación saludable con la comida.
Las preferencias deben seguir siendo solo eso y no convertirse en un régimen
inquebrantable.

Balance

Además de la variación en el tipo de comida, el equilibrio indica la capacidad de


comer tanto por placer como por hambre. Ambos tipos de alimentación son
extremadamente importantes para su salud. Comer por hambre es excelente porque
nutre su cuerpo y ayuda a que las cosas sigan funcionando como deberían. Ignorar
las señales de hambre es un hábito peligroso que puede provocar patrones de
alimentación más desordenados y consecuencias para la salud. Comer por placer es
tan importante como comer por hambre porque, bueno, ¡es placentero! Algunos
alimentos simplemente saben bien.

Flexibilidad

La flexibilidad es otro aspecto clave de una relación saludable con la comida. Se


refiere a la ausencia de reglas estrictas en torno a la alimentación y los hábitos
alimentarios. Por el contrario, existe una mayor capacidad para "ir con la corriente" y
aceptar las desviaciones de los alimentos preferidos como una parte natural de la
vida, en lugar de ver esas desviaciones como un juicio de sí mismo o de su valor.

3. Primeros tips - Amanda Li Dietista nutricionista, profesora en la Universidad George


Brown de Toronto
- Vitaminas B: Las vitaminas de este grupo sirven para producir
neurotransmisores, es decir, químicos que ayudan a funcionamiento de las
neuronas y su comunicación. Algunas de estas vitaminas son la tiamina o B1,
la riboflavina o B2 y la B12. Puedes encontrarlas en alimentos como la carne,
huevos, lácteos, vegetales y legumbres; sino consumes alimentos de origen
animal, puedes encontrar estas vitaminas en bebidas de origen vegetal o, si
te lo recomienda tu doctor, tomar suplementos.
- Vitamina D: Pocas cantidades de Vitamina D han sido asociadas con el
desarrollo de trastornos del estado de ánimo debido a que es la vitamina que
se encarga de producir dopamina y noradrenalina, dos de los
neurotransmisores más importantes de nuestro cuerpo que se encargan de
producir efectos exitatorios. Es muy importante que la adquieras de varias
fuentes alimenticias, algunas de ellas son los lácteos, los huevos y ciertos
pescados grasosos como el salmón y el atún. Sin embargo, a muchas
personas se les dificulta la absorción correcta de esta vitamina, por lo que te
recomendamos consultar con tu médico por si necesitas suplementos.
- Antioxidantes: Los antioxidantes preveen el estrés oxidativo, ya que el estrés
oxidativo es un desbalance que puede conducir a trastornos como la
depresión y la ansiedad. Los puedes encontrar en diferentes frutas y
verduras.
- Omega-3: La Omega- 3 es necesaria para tener membaras celulares fuertes
así como una comunicación neuronal eficiente en el cerebro. La puedes
encontrar en pescados grasos como el salmón, el atún y las sardinas, o
también en ciertas semillas como las semillas de chía.
- Fibra: La fibra es un conjunto de componentes que nos ayudan para el buen
funcionamiento de nuestro cuerpo. Como no la podemos digerir, esta pasa
por nuestro organismo y nos ayuda con nuestro proceso digestivo. La mayor
fuente de fibra que tenemos se encuentra en frutas y vegetales.

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