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- Calendario de propósitos.

Puede ocurrir que, en determinados momentos no se pueda


recompensar al niño inmediatamente después de realizar una conducta
adecuada, nada más que con algún elogio, por falta de tiempo, o por no
contar con algún premio que resulte gratificante para el niño. También
puede ocurrir que el niño desee algún premio mayor, o realizar una
actividad concreta, para lo cual, se pueden acumular los refuerzos
positivos en el calendario de propósitos.
Este método consiste en elaborar en colaboración con el niño un
calendario semanal, en el que se incluyan los comportamientos que se
desean que realice el niño.
o Como propósitos semanales se pueden proponer cinco o seis
comportamientos, del tipo: “Comer bien”, “vestirse solo”, “recoger
los juguetes antes de ir a dormir”, “hacer bien los deberes en el
tiempo establecido”, “lavarse las manos al llegar a casa después
del cole”.
o Las conductas establecidas en el calendario de propósitos
deberán ser sencillas, y no tareas compuestas de más de una
acción. Por ejemplo, si se expresa como propósito recoger, este
propósito es muy amplio y no especifica qué es lo que hay que
recoger ni cuándo, es por ello que será preferible desglosar el
propósito o detallarlo más.
o Los propósitos se deberán expresar en positivo.
o Los propósitos deben ser pactados junto con el niño, ya que va a
ser él quien se comprometa a realizarlos.
o Se pactará el número de estrellas o puntos necesarios para
conseguir un regalo o la realización de una actividad que le guste
hacer al niño.
o Se comenzará con un número de estrellas no muy elevado, para
motivar al niño la primera semana. Posteriormente se pueden
aumentar el número de estrellas para la consecución del premio.
o Las estrellas o puntos se irán colocando en el calendario al final
del día junto con el niño
o El calendario podrá modificarse de forma consensuada por
ambas partes, en el caso de que los padres consideren los
propósitos no son adecuados, son dudosos, o que hay algo que
no funciona.
o Los propósitos podrán ir variando en función de que se consiga la
realización sistemática de determinadas conductas y se pretenda
que el niño realice otras nuevas.
o Si el niño logra la consecución del número de estrellas o puntos
pactado, el regalo o la actividad elegida por el niño se entregará o
realizará lo antes posible.

- Contratos.

Los contratos resultan ser otro método de gran utilidad a la hora de tratar
de modificar la conducta infantil.

Como todo contrato, el contrato para la modificación de la conducta


también deberá tener una serie de condiciones:

o El contrato deberá hacerse por escrito y deberá ser firmado por


las partes afectadas, así como por un testigo.
o En el contrato se especificará, por un lado, las conductas que se
espera que realice correctamente el niño, como por ejemplo:
“recoger los platos después de comer”, o “hacerse la cama antes
de ir al colegio”.
o Por otro lado se reflejarán, de forma pactada, las consecuencias
positivas que tiene el cumplimiento del contrato semanalmente.
o También se reflejarán las consecuencias negativas en el caso de
que el contrato no se cumpla.
o El contrato como método será aplicado con niños de más de seis
años, por poseer mayor abstracción que otros métodos.
o No existe un único modelo de contrato, sino que se podrán
redactar o utilizar contratos diferentes en función de aquello que
más convenga para conseguir las conductas deseadas.
AUTORA: ANA ELISA OLCESE ORTEGA

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