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Domingo ^
28 de junio
Año Bíblico: Salmos 16-22
1. ISAAC Y REBECA
a. ¿Qué revela la ferviente fe del anciano patriarca Abrahán a su posteridad
después de la muerte de su esposa? Génesis 24:1–4, 7.
“Isaac había sido instruido en el temor de Dios para una vida de obedien-
cia. Y cuando tenía cuarenta años, se sometió a que el siervo de su padre,
que era experimentado y temeroso de Dios, eligiera por él. Creía que Dios le
dirigiría en lo que respecta a la búsqueda de una esposa.
“Hoy los jóvenes de quince a veinte años se consideran generalmente
competentes para hacer su propia elección, sin el consentimiento de sus pa-
dres. ¡Y mirarían con asombro, si se les propusiera caminar en el temor de
Dios y hacer del asunto un tema de oración! El caso de Isaac está registrado
como un ejemplo a imitar por los jóvenes de las siguientes generaciones,
especialmente aquellos que profesan temer a Dios.”—Spiritual Gifts, tomo 3,
pág. 112.
2. LUCHAS
a. ¿A qué prueba se enfrentó el nuevo matrimonio y, según el registro de la
edad de Isaac, durante cuánto tiempo? Génesis 25:20, 21 (primera parte),
26 (última parte).
d. ¿Por qué Rebeca tuvo tal experiencia, y qué le fue dado a comprender?
Génesis 25:23, 24.
3. PERSONALIDADES CONTRASTANTES
a. ¿Qué hizo el mellizo menor al nacer? Génesis 25:26 (primera mitad).
c. ¿Cómo se relacionaron los padres con sus dos hijos? Génesis 25:28.
“Quebrántese vuestro corazón por el anhelo que tenga de Dios, del Dios
vivo… Con la fe perseverante de Jacob, con la persistencia inflexible de Elías,
pedid para vosotros todo lo que Dios ha prometido.”—Palabras de Vida del
Gran Maestro, pág. 115.
5. ANHELANDO AL INFINITO
a. ¿Dónde estaba el eje de los pensamientos de Jacob? 2 Corintios 4:18.
“Se está apoderando del mundo un afán nunca visto. En las diversiones,
en la acumulación de dinero, en la lucha por el poder, hasta en la lucha por
la existencia, hay una fuerza terrible que embarga el cuerpo, la mente y el
alma. En medio de esta precipitación enloquecedora, habla Dios. Nos invita
a apartarnos y tener comunión con él.”—La Educación, pág. 260.
Viernes ^
3 de julio
Año Bíblico: Salmos 46-51
Comprando la Primogenitura
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de
la carne” (Gálatas 5:16).
Domingo ^
5 de julio
Año Bíblico: Salmos 60-66
b. ¿Qué debería haber hecho Jacob en esta etapa de su vida, y qué debería-
mos recordar siempre también? Salmo 37:5–7.
2. COMPLETAMENTE SEDUCIDO
a. ¿Cómo se aprovechó Jacob de la debilidad de Esaú? Génesis 25:29–31.
b. Aunque la idea de Jacob era ingeniosa, ¿por qué su astuto ardid contra su
hermano tentado no era un plan ideal a los ojos de Dios? Proverbios 3:29.
“[La Palabra de Dios] nos enseña que, en toda transacción comercial, de-
bemos ponernos en el lugar de aquellos con quienes tratamos, mirar no sólo
por nuestros intereses, sino también por los ajenos. El que se aprovecha del
infortunio de otro para medrar, o se vale de la flaqueza o la incompetencia
de su prójimo, viola los principios y los preceptos de la Palabra de Dios.”—El
Ministerio de Curación, pág. 141.
“[Esaú] había complacido por tanto tiempo el yo, que no sentía la nece-
sidad de apartarse de ese plato tentador y codiciado.”—Testimonios para la
Iglesia, tomo 2, pág. 36.
“Pensó en él, sin hacer ningún esfuerzo especial para dominar el apetito,
hasta que el poder de éste dominó cualquier otra consideración y lo sojuzgó.
Entonces imaginó que sufriría mucha incomodidad, e inclusive la muerte,
si no participaba de ese plato especial. Mientras más pensaba en él, más se
fortalecía su deseo, hasta que su primogenitura, que era sagrada, perdió para
él su valor y su santidad. Pensó que si la vendía, fácilmente la podría com-
prar otra vez. La trocó por su plato favorito, arrullándose con la idea de que
podría disponer de ella a voluntad, y que podría adquirirla de nuevo cuando
quisiera.”—Ídem.
“No hubo una elección arbitraria de parte de Dios, por la cual Esaú fuera
excluido de las bendiciones de la salvación. Los dones de su gracia mediante
Cristo son gratuitos para todos. No hay elección, excepto la propia, por la
cual alguien haya de perecer. Dios ha expuesto en su Palabra las condicio-
nes de acuerdo con las cuales se elegirá a cada alma para la vida eterna: la
obediencia a sus mandamientos, mediante la fe en Cristo. Dios ha elegido
un carácter que está en armonía con su ley, y todo el que alcance la norma
requerida, entrará en el reino de la gloria…
“Es elegida toda alma que labre su propia salvación con temor y temblor.
Es elegido el que se ponga la armadura y pelee la buena batalla de la fe. Es
elegido el que vele en oración, el que escudriñe las Escrituras, y huya de la
tentación. Es elegido el que tenga fe continuamente, y el que obedezca a cada
palabra que sale de la boca de Dios. Las medidas tomadas para la redención
se ofrecen gratuitamente a todos, pero los resultados de la redención serán
únicamente para los que hayan cumplido las condiciones.”—Ibíd., pág. 207.
“Cada parte del hombre debe ser cuidada: debemos estar alerta para que
lo que se introduce en el estómago no ahuyente de la mente pensamientos
elevados y santos.
“¿Acaso no puedo hacer conmigo mismo lo que se me da la gana?, pre-
guntan algunos, como si estuviéramos procurando privarlos de un gran bien
cuando les presentamos la necesidad de comer inteligentemente y de armo-
nizar todos sus hábitos con las leyes que Dios ha establecido.
“Nuestros mismos cuerpos no son nuestros, para tratarlos como nos plaz-
ca, para arruinarlos con actos que llevan a la decadencia, haciendo que sea
imposible rendir a Dios un servicio perfecto. Nuestras vidas y todas nuestras
facultades pertenecen a él.”—Reflejemos a Jesús, pág. 130.
b. ¿Cuáles son las claves de la victoria sobre los reclamos de un apetito in-
dómito? Gálatas 2:20; 5:16, 24, 25; 1 Corintios 15:57.
Viernes ^
10 de julio
Año Bíblico: Salmos 88-91
Apropiándose de la Primogenitura
“Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas” (Lucas 21:19).
“La paciencia, la fe, y el amor por el deber son las lecciones que tenemos
que aprender.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 5, pág. 66.
Lectura adicional: Patriarcas y Profetas, págs. 177–181, 207.
Domingo ^
12 de julio
Año Bíblico: Salmos 101-105
b. ¿Cómo se amonesta hoy al pueblo de Dios para que no se case con incré-
dulos? 2 Corintios 6:14, 15.
2. CONSPIRACIÓN OBSTINADA
a. Después que Isaac envejeció y sus ojos se oscurecieron, ¿qué plan tenía
con respecto a Esaú? Génesis 27:1–4.
“Pero sus escrúpulos [de Jacob] fueron vencidos y procedió a hacer lo que
le sugería su madre.”—Patriarcas y Profetas, pág. 178.
“No era su intención pronunciar una mentira directa, pero cuando es-
tuvo ante su padre, le pareció [a Jacob] que había ido demasiado lejos para
poder retroceder.”—Ídem.
“Ni bien hubo dejado Jacob la tienda de su padre, entró Esaú. Aunque
había vendido su primogenitura y confirmado el trueque con un solemne
juramento, estaba ahora decidido a conseguir sus bendiciones, a pesar de
las protestas de su hermano. Con la primogenitura espiritual estaba unida
la temporal, que le daría el gobierno de la familia y una porción doble de las
riquezas de su padre. Estas eran bendiciones que él podía avalorar.”—Ibíd.,
pág. 179.
b. ¿Qué dice Dios sobre el engaño, incluso cuando somos tentados a pensar
que es para un propósito justificable y que vale la pena? Salmo 101:7;
Proverbios 20:17.
Viernes ^
17 de julio
Año Bíblico: Salmos 132-138
Betel
“Y [Jacob] tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es
otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo” (Génesis 28:17).
Domingo ^
19 de julio
Año Bíblico: Salmos 144-150
“Rebeca se arrepintió con amargura por el mal consejo que le dio a Jacob,
ya que era el medio de separarlo de ella para siempre. Él se vio obligado a huir
por su vida de la ira de Esaú, y su madre nunca volvió a ver su rostro.”—Spi-
ritual Gifts, tomo 3, págs. 115, 116.
2. SOBRIEDAD Y SOLEDAD
a. Aunque renuentes al enviar a Jacob como heredero de la primogenitura,
¿qué sabio y espiritual llamamiento hicieron sus padres? Génesis 27:46;
28:1–5.
“[Jacob] estaba tan completamente solo que sentía como nunca antes la
necesidad de la protección de Dios. Llorando y con profunda humildad, con-
fesó su pecado, y pidió que se le diera alguna evidencia de que no estaba
completamente abandonado. Pero su corazón agobiado no encontraba alivio.
Había perdido toda confianza en sí mismo, y temía haber sido desechado por
el Dios de sus padres.”—Patriarcas y Profetas, pág. 182.
b. Cuando nuestro futuro parece oscuro y sombrío, ¿cómo podemos ser ani-
mados por el Dios de Jacob? Salmo 20:1–3; Isaías 57:15.
c. ¿Qué sucedió mientras Jacob dormía, y con qué propósito? Génesis 28:12.
“El resplandor del trono de Dios irradiaba por las escaleras y reflejaba una
inexpresable luz de gloria en la tierra. Esta escalera representaba a Cristo, que
abrió la comunicación entre la tierra y el cielo.
“En su humillación, Cristo descendió a las más profundas miserias hu-
manas, en simpatía y compasión por el hombre caído, que era representado
ante Jacob, mediante un extremo de la escalera, que tocaba la Tierra, mien-
tras que la parte superior de la escalera, que llegaba al Cielo, representaba el
poder divino de Cristo sosteniendo el Infinito, y uniendo así la Tierra con
el Cielo y el hombre finito con el Dios infinito. A través de Cristo, la comu-
nicación está abierta entre Dios y el hombre. Los ángeles pueden ir y venir
del Cielo a la tierra, con mensajes de amor para el hombre caído, y ayudar a
aquellos que heredarán la salvación. Es únicamente a través de Cristo que los
mensajeros celestiales ayudan a los hombres.”—Confrontation, pág. 46.
b. ¿Qué hizo que el sueño fuera tan significativo? Salmo 37:11; Filipenses
2:5–7.
“Que la tierra se alegre, que los habitantes del mundo se regocijen de que
Cristo haya salvado el abismo que el pecado había creado, y haya unido la
tierra y el cielo. Un camino ha sido construido para los redimidos del Señor.
Los cansados y cargados pueden venir ante él, y encontrar descanso para sus
almas. El peregrino puede viajar hacia las mansiones que ha ido a preparar
para los que le aman.
“Al asumir la humanidad, Cristo colocó la escalera firmemente sobre la
tierra. La escalera llega hasta el más alto cielo , y la gloria de Dios brilla desde
su cima e ilumina toda su longitud, mientras los ángeles bajan con mensajes
de Dios a los hombres y suben con peticiones y alabanzas de los hombres a
Dios. A través de la naturaleza divina, Cristo fue uno con el Padre; y al asu-
mir la humanidad, se identificó con el hombre… [Se cita Filipenses 2:6, 7.]
En la visión de Jacob se representaba la unión de lo humano y lo divino en
Cristo.
“Mientras los ángeles bajan y suben por la escalera, Dios es representado
como mirando con favor a los hijos de los hombres mediante el mérito de su
Hijo.”—The Review and Herald, 11 de noviembre, 1890.
Viernes ^
24 de julio
Año Bíblico: Proverbios 16-19
Amor Perdurable
“Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como
pocos días, porque la amaba” (Génesis 29:20).
“Mientras el amor puro hará intervenir a Dios en todos sus planes y esta-
rá en perfecta armonía con el Espíritu de Dios, la pasión será terca, irreflexi-
va, irrazonable, desafiante de toda sujeción, y hará un ídolo del objeto de su
elección. La gracia de Dios se mostrará en toda la conducta del que posee
verdadero amor.”—Mente, Carácter y Personalidad, tomo 1, pág. 218.
Lectura adicional: El Hogar Cristiano, págs. 84–97.
Domingo ^
26 de julio
Año Bíblico: Proverbios 23-26
1. LLEGANDO A HARÁN
a. Obedeciendo las instrucciones de su padre, ¿adónde fue Jacob, y qué
convirtió su llegada en algo agridulce? Génesis 29:1–4 (compare Génesis
24:10, 34, 35).
2. YA NO MÁS EN SOLEDAD
a. ¿Qué revela que Jacob se interesó inmediatamente por el bienestar de la
familia, y se sintió renovado y reconfortado a su vez? Génesis 29:9–14.
3. EL CASAMIENTO DE JACOB
a. ¿Qué debemos aprender en nuestros días de la profundidad del amor
genuino que Jacob demostró por Raquel? Génesis 29:20.
b. ¿Qué le sucedió a Jacob después de sus siete años de arduo trabajo para
obtener la mano de Raquel en matrimonio? Génesis 29:21–26.
“Jacob fue puesto en una posición muy difícil, pero decidió retener a
b. Al tratar con Lea y Raquel, ¿cuál fue el mayor problema que causó el caos
en la vida hogareña de Jacob? Cantares 8:6.
5. PURIFICANDO EL CORAZÓN
a. ¿Cuál es el principal y el más relevante legado del caído Lucifer que ha
envenenado enteramente a nuestro planeta? 1 Corintios 3:3; 2 Corintios
10:12.
“La envidia, los celos y las malas conjeturas son una sombra infernal
mediante la cual Satanás procura interceptar vuestra visión del carácter de
Cristo, de modo que al contemplar el mal os transforméis plenamente a su
semejanza.”—Comentario Bíblico ASD [Comentarios de E. G. de White], tomo
3, pág. 1181.
Viernes ^
31 de julio
Año Bíblico: Cantares 1-8
El Mal de la Codicia
“Inclina mi corazón a tus testimonios, y no a la avaricia”
(Salmo 119:36).
“Necesitamos aprender a ser fieles para usar hasta lo sumo las facultades
y oportunidades que tenemos, y a contentarnos con la suerte que el cielo nos
asigna.”—La Educación, pág. 117.
Lectura adicional: El Hogar Cristiano, págs. 230–234.
Domingo ^
2 de agosto
Año Bíblico: Isaías 5-9
b. ¿Qué podemos aprender del momento en el que Lea expresó una fe y con-
fianza más profundas, sin que ello implicara una queja? Génesis 29:35.
2. FRUSTRACIÓN Y LOCURA
a. En lugar de apoyarse en el trato preferencial de su marido, ¿por qué
Raquel codiciaba las bendiciones que Dios había otorgado a su hermana?
Génesis 30:1; Proverbios 30:15, 16.
d. Complicando aún más las cosas, ¿cómo hizo Lea para aumentar la riva-
lidad? Génesis 30:9–13.
3. MOMENTO DE SEPARARSE
a. Después que Jacob le prestara a Labán 20 años de servicio diligente, ¿qué
conversación tuvieron finalmente los dos? Génesis 30:25–30.
b. ¿Qué fue acordado con respecto a los salarios de Jacob? Génesis 30:31–34.
e. ¿Qué le explicó Jacob a sus esposas sobre la vida que había vivido como
pastor de los rebaños de Labán? Génesis 31:6, 7.
“Era preciso que el pastor guardase sus ganados de día y de noche. Esta-
ban expuestos al peligro de ladrones, y de numerosas fieras, que con frecuen-
cia hacían estragos en el ganado que no era fielmente cuidado. Jacob tenía
muchos ayudantes para apacentar los numerosos rebaños de Labán; pero él
mismo era responsable de todo. Durante una parte del año era preciso que
él quedase personalmente a cargo del ganado, para evitar que en la estación
seca los animales pereciesen de sed, y que en los meses de frío se helasen con
las crudas escarchas nocturnas. Jacob era el pastor jefe, y los pastores que
estaban a su servicio, eran sus ayudantes. Si faltaba una oveja, el pastor prin-
cipal sufría la pérdida, y los servidores a quienes estaba confiada la vigilancia
del ganado tenían que darle cuenta minuciosa, si éste no se encontraba en
estado lozano.”—Patriarcas y Profetas, pág. 188.
b. ¿Por qué las Escrituras hablan mucho sobre la labor de los pastores? Juan
10:11–15; Ezequiel 34:16, 22.
b. Al hacer el equipaje para irse, ¿qué reveló una seria falla espiritual en el
carácter de su amada Raquel, y cómo es esto una advertencia para noso-
tros? Génesis 31:17–19.
Viernes ^
7 de agosto
Año Bíblico: Isaías 32-37
Domingo ^
9 de agosto
Año Bíblico: Isaías 43-46
“Si Labán no realizó su intención hostil, fue porque Dios mismo se inter-
puso en favor de su siervo…
“Labán… siempre había tratado a Jacob astuta y duramente; pero con
característico disimulo le reprochó ahora su partida secreta.”—Ídem.
“El mismo espíritu de idolatría pagana abunda hoy, aunque, bajo la in-
fluencia de la ciencia y la educación, ha asumido una forma más refinada y
atrayente. Cada día añade tristes evidencias de que la fe en la segura pala-
bra de la profecía está disminuyendo rápidamente, y de que en su lugar la
superstición y hechicería satánicas están cautivando las mentes humanas.
Todos los que no escudriñan fervientemente las Escrituras, ni someten todo
deseo y propósito de la vida a esa prueba infalible, todos los que no buscan a
Dios en oración para obtener el conocimiento de su voluntad, se extraviarán
seguramente de la buena senda, y caerán bajo la seducción de Satanás.”—Tes-
timonios para la Iglesia, tomo 5, pág. 179.
“No hagáis nada en presencia de personas extrañas que no haríais en
presencia de vuestro padre y madre, o que os cause vergüenza ante Cristo y
los santos ángeles…
“Que os cuidéis; porque no podéis hacer nada que no esté descubierto
ante los ojos de los ángeles y de Dios. No podéis hacer una obra mala sin que
otros se vean afectados por ella. Vuestra conducta, además de revelar de qué
clase de material está hecho el edificio de vuestro propio carácter, ejerce tam-
bién una poderosa influencia en los demás.”—Ibíd., págs. 375, 376.
b. ¿Cómo resumió Jacob su vida con el egoísta Labán, y cuál fue la única
respuesta que Labán pudo dar? Génesis 31:36–42, 44, 48–50.
4. MOTIVO DE PREOCUPACIÓN
a. ¿Qué sabia precaución tomó Jacob para su seguridad? Génesis 32:3–5.
“Jacob creyó que debía hacer algo en favor de su propia seguridad. Man-
dó, pues, mensajeros a su hermano con un saludo conciliatorio. Los instruyó
respecto a las palabras exactas con las cuales se habían de dirigir a Esaú. Se
había predicho ya antes del nacimiento de los dos hermanos, que el mayor
serviría al menor, y para que el recuerdo de esto no fuese motivo de amar-
gura, dijo Jacob a los siervos, que los mandaba a ‘mi señor Esaú;’ y cuando
fuesen llevados ante él, debían referirse a su amo como ‘tu siervo Jacob;’ y
para quitar el temor de que volvía como indigente errante para reclamar la
herencia de su padre, Jacob le mandó decir en su mensaje: ‘Tengo vacas, y
asnos, y ovejas, y siervos y siervas; y envío a decirlo a mi señor, por hallar
gracia en tus ojos.’ [Génesis 32:5].”—Patriarcas y Profetas, pág. 195
“[Jacob] no reclamó la preferencia para sí mismo, sino que se dirigió cor-
tésmente a su hermano como a un superior, esperando así apaciguar la ira
que su anterior conducta había provocado.”—The Signs of the Times, 20 de
noviembre, 1879.
“Los siervos volvieron con la noticia de que Esaú se acercaba con cuatro-
cientos hombres, y que no había dado contestación al mensaje amistoso.”—
Patriarcas y Profetas, pág. 195.
Viernes ^
14 de agosto
Año Bíblico: Jeremías 1-3
Anhelando la Bendición
“Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices”
(Génesis 32:26).
Domingo ^
16 de agosto
Año Bíblico: Jeremías 7-10
“El camino pecaminoso que Jacob había seguido para engañar a su pa-
dre estaba siempre delante de él. Sabía que su largo exilio era el resultado de
su propia desviación de la estricta integridad, la ley del deber. Reflexionaba
sobre estas cosas día y noche, su conciencia le acusaba, y hacía su viaje muy
triste. Cómo anhelaba volver a pisar el suelo donde había tropezado y traído
la mancha del pecado a su alma. Antes de su transgresión tenía un sentido de
la aprobación de Dios que le hacía valiente en las dificultades, y alegre en me-
dio de los problemas y las tinieblas. Pero para esta profunda y duradera paz,
él había sido un extraño durante mucho tiempo. Sin embargo, recordaba con
gratitud el favor que Dios le había mostrado, la visión de la brillante escalera,
y las promesas de ayuda y guía. En un repaso solemne de los errores y equi-
vocaciones de su vida, y el trato de Dios con él, reconoció humildemente su
propia indignidad, la gran misericordia de Dios, y la prosperidad que había
coronado sus trabajos.
“Cuando las colinas de su tierra natal aparecieron ante él en la distancia,
el corazón del patriarca se agitó profundamente. Había probado a su Dios, y
halló que sus promesas eran infalibles; creía que Dios estaría con él; sin em-
bargo, al acercarse a Edom tenía muchos temores de Esaú.”—The Signs of the
Times, 20 de noviembre, 1879.
“Jacob deseaba estar a solas con su Dios. Era medianoche. Todo lo que ha-
cía que la vida le fuera preciada estaba lejos, expuesto al peligro y a la muerte.
La gota más amarga en su copa de angustia fue el pensamiento de que su
propio pecado había traído este gran peligro a sus esposas e hijos, que eran
inocentes del pecado del que era culpable. Había decidido pasar la noche en
humillación y oración. Dios podía ablandar el corazón de su hermano. Dios
era su único refugio y fortaleza. En un lugar desolado, infestado de ladrones
y asesinos, se inclinó en profunda aflicción sobre la tierra; su alma se desga-
rró con angustia, y con fervientes clamores mezclados con lágrimas hizo su
oración ante Dios.”—Ídem.
c. ¿Cómo iba a ser la ferviente oración de Jacob un ejemplo para las gene-
raciones venideras? Salmo 46:1–3, 7.
3. LA NOCHE DE LUCHA
a. ¿Qué sucedió repentinamente mientras Jacob oraba, y por qué es signifi-
cativo para nosotros? Génesis 32:24–26.
“De repente una fuerte mano se posa en los hombros de Jacob. Inmedia-
tamente toma a su asaltante, porque siente que este ataque es un designio
contra su vida y que está en manos de un ladrón o un asesino. La lucha es
dura, no se pronuncia una palabra, pero Jacob despliega todas sus fuerzas
y no ceja en su empeño ni un momento. Así continúa la lucha hasta que,
al amanecer, el desconocido pone su dedo en el muslo de Jacob y él queda
lisiado al instante. El patriarca discierne ahora el carácter de su antagonista.
Sabe que ha estado en conflicto corporal con un mensajero celestial, y por
eso sus esfuerzos casi sobrehumanos no le consiguieron la victoria. Ahora
está incapacitado y sufre el más agudo dolor, pero no va a aflojar su posición.
Cae, cual enemigo conquistado, todo penitente y quebrantado, sobre el cue-
llo del ángel.
“En la inspiradora historia de este evento, el que luchó con Jacob es lla-
mado hombre; Oseas lo llama el ángel [Oseas 12:4], mientras que Jacob dijo:
‘Vi a Dios cara a cara’. También es dicho que ha luchado con Dios. Fue la
Majestad de los Cielos, el Ángel del pacto, el que vino, en forma y aspecto
de hombre, a Jacob. El mensajero divino usa alguna fuerza para liberarse de
las garras de Jacob; le suplica: ‘Déjame, porque raya el alba’. Pero Jacob había
estado invocando las promesas de Dios; había estado confiando en su pala-
bra prometida, que es tan segura e infalible como su trono; y ahora, a través
de la humillación, el arrepentimiento y la entrega de sí mismo, este pecador
y descarriado mortal, puede hacer las paces con Jesucristo: ‘No te dejaré, si
no me bendices’. ¡Qué audacia se manifiesta aquí! ¡Qué fe tan elevada, qué
perseverancia y santa confianza! ¿Fue esta una presunción y una familiari-
dad indebida por parte de Jacob? Si hubiera sido de este carácter no habría
sobrevivido a la escena. No era una afirmación exaltada, jactanciosa y pre-
suntuosa, sino la seguridad de quien comprende su debilidad e indignidad
y de la capacidad de Dios para cumplir su promesa.”—The Signs of the Times,
20 de noviembre, 1879.
b. ¿Cómo nos pide Jesús que perseveremos en la oración tal como lo hizo
Jacob? Lucas 18:1–8.
“‘Y cuando el varón vio que no podía con él’ [Génesis 32:25] —la Majes-
tad de los Cielos no prevaleció contra un hombre hecho del polvo de la tierra,
¡un mortal pecador! La razón es que el hombre ha puesto la mano temblorosa
de la fe en la promesa de Dios, y el divino mensajero no puede dejar a quien
cuelga arrepentido, llorando, indefenso sobre su cuello. Su gran corazón de
amor no puede apartarse del suplicante sin conceder su petición. Cristo no
quiso dejarlo sin bendición cuando su alma estaba envuelta en la desespera-
ción.”—The Signs of the Times, 20 de noviembre, 1879.
“[Jacob] se había asido con temblorosa mano de las promesas de Dios, y el
corazón del Amor infinito no pudo desoír los ruegos del pecador.”—Patriar-
cas y Profetas, pág. 197.
“El error que había llevado al pecado de Jacob para obtener la primogeni-
tura mediante el engaño estaba ahora abierto ante él. No había confiado en
Dios y en sus promesas como debería haber hecho. Se había vuelto impacien-
te, y había buscado por sus propios esfuerzos lograr lo que Dios era abundan-
temente capaz de cumplir en su propio tiempo y forma.
“El ángel le preguntó a Jacob: ‘¿Cuál es tu nombre?’ Y cuando Jacob res-
pondió, dijo: ‘No se dirá más tu nombre Jacob [suplantador], sino Israel; por-
que has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido’ [Génesis 32:28].
Jacob recibió la bendición que su alma había anhelado; su pecado de su-
plantación y engaño fue perdonado. La crisis de su vida había pasado. Dios
muestra, en su trato con Jacob, que no sancionará el más mínimo mal en
ninguno de sus hijos; ni tampoco abandonará y dejará en la desesperación y
la destrucción a los que son engañados, tentados y traicionados en el peca-
do. La duda, la perplejidad y el remordimiento habían amargado la vida de
Jacob; pero ahora todo había cambiado, y cuán dulce era el descanso y la paz
en Dios, en la seguridad de su restaurado favor.”—Historical Sketches, págs.
131, 132.
Viernes ^
21 de agosto
Año Bíblico: Jeremías 26-28
Domingo ^
23 de agosto
Año Bíblico: Jeremías 32-33
2. SE NECESITA VIGILANCIA
a. ¿Por qué nosotros, a quienes se nos ha confiado una gran luz, debemos
ser muy vigilantes en la preparación a fin de encontrarnos con nuestro
Señor en paz? 1 Timoteo 5:24; 1 Pedro 4:17.
“A medida que los libros de memoria se van abriendo en el juicio, las vidas
de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinadas
por él. Empezando con los que vivieron los primeros en la tierra, nuestro
Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva, y termina con los
vivos. Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado.
Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados.”—El Conflicto de los
Siglos, pág. 474.
“La gran luz y los privilegios concedidos exigen frutos de virtud y santi-
dad correspondientes con la luz que les fue dada. Todo lo que sea menos que
esto, Dios no lo aceptará.”—Testimonios para los Ministros, pág. 454.
“En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de los
cuales no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados, su nombre
será borrado del libro de la vida, y la mención de sus buenas obras será borra-
da de los registros de Dios…
“A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y
que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio,
se les ha inscrito el perdón frente a sus nombres en los libros del cielo; como
llegaron a ser partícipes de la justicia de Cristo y su carácter está en armonía
con la ley de Dios, sus pecados serán borrados, y ellos mismos serán juzgados
dignos de la vida eterna.”—El Conflicto de los Siglos, págs. 474, 475.
“Solemnes son las escenas relacionadas con la obra final de la expiación.
Incalculables son los intereses que esta envuelve. El juicio se lleva ahora ade-
lante en el santuario celestial. Esta obra se viene realizando desde hace mu-
chos años. Pronto—nadie sabe cuándo—les tocará ser juzgados a los vivos. En
la augusta presencia de Dios nuestras vidas deben ser pasadas en revista. En
este más que en cualquier otro tiempo conviene que toda alma preste aten-
ción a la amonestación del Señor: ‘Velad y orad: porque no sabéis cuándo será
el tiempo’ Marcos 13:33…
“Cuando quede concluida la obra del juicio investigador, quedará también
decidida la suerte de todos para vida o para muerte.”—Ibíd., págs. 480, 481.
3. LA ABOMINACIÓN DESOLADORA
a. ¿Qué advertencia debemos tener en cuenta de una experiencia real, aun-
que también simbólica, que ocurrió al principio del cristianismo? Mateo
24:15, 16.
“El Salvador advirtió a sus discípulos: ‘Por tanto, cuando viereis la abo-
minación del asolamiento, que fue dicha por Daniel profeta, que estará en el
lugar santo (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los
montes’. Mateo 24:15, 16; Lucas 21:20. Tan pronto como los estandartes del
ejército romano idólatra fuesen clavados en el suelo sagrado, que se extendía
varios estadios más allá de los muros, los creyentes en Cristo debían huir a
un lugar seguro. Al ver la señal preventiva, todos los que quisieran escapar
debían hacerlo sin tardar.”—El Conflicto de los Siglos, pág. 25.
“Ni un solo cristiano pereció en la destrucción de Jerusalén. Cristo había
prevenido a sus discípulos, y todos los que creyeron sus palabras esperaron
atentamente las señales prometidas.”—Ibíd., pág. 29.
“Así como el sitio de Jerusalén por los ejércitos romanos fue la señal para
que huyesen los cristianos de Judea, así la asunción de poder por parte de esta
nación [los Estados Unidos], con el decreto que imponga el día de descan-
so papal, será para nosotros una amonestación.”—¡Maranata: El Señor Viene!,
pág. 178.
“Entonces vi que Jesús no dejaría el lugar santísimo antes que estuviesen
decididos todos los casos, ya para salvación, ya para destrucción, y que la ira
de Dios no podía manifestarse mientras Jesús no hubiese concluido su obra
en el lugar santísimo y dejado sus vestiduras sacerdotales, para revestirse de
ropaje de venganza. Entonces Jesús saldrá de entre el Padre y los hombres,
y Dios ya no callará, sino que derramará su ira sobre los que rechazaron su
verdad. Vi que la cólera de las naciones, la ira de Dios y el tiempo de juzgar a
los muertos, eran cosas separadas y distintas, que se seguían una a otra. Tam-
bién vi que Miguel no se había levantado aún, y que el tiempo de angustia,
cual no lo hubo nunca, no había comenzado todavía. Las naciones se están
airando ahora, pero cuando nuestro Sumo Sacerdote termine su obra en el
santuario, se levantará, se pondrá las vestiduras de venganza, y entonces se
derramarán las siete postreras plagas.”—Primeros Escritos, pág. 36.
4. ENFOCANDO NUESTRA FE
a. ¿Cómo se compara el tiempo de angustia de Jacob con el del fin? Jere-
mías 30:7 (primera parte); Apocalipsis 13:11–17.
5. LA PERSEVERANCIA DE JACOB
a. ¿Cuál es la mayor preocupación en el tiempo de la angustia de Jacob, y las
alentadoras nuevas al respecto? Isaías 44:22; Jeremías 30:7 (última parte).
“Si Jacob no se hubiese arrepentido antes por su pecado consistente en
tratar de conseguir la primogenitura mediante un engaño, Dios no habría
podido oír su oración ni conservarle bondadosamente la vida. Así será en el
tiempo de angustia. Si el pueblo de Dios tuviera pecados inconfesos que apa-
recieran ante ellos cuando los torturen el temor y la angustia, serían abru-
mados; la desesperación anularía su fe, y no podrían tener confianza en Dios
para pedirle su liberación. Pero aunque tengan un profundo sentido de su
indignidad, no tendrán pecados ocultos que revelar. Sus pecados habrán sido
borrados por la sangre expiatoria de Cristo, y no los podrán recordar.”—Pa-
triarcas y Profetas, pág. 200.
b. Describa el fervor con el que ahora debemos buscar a Dios. Mateo 11:12.
“[Se cita Mateo 11:12.] Aquí se entiende por violencia un santo fervor,
como el que manifestó Jacob. No necesitamos procurar ponernos en un es-
tado de intensa excitación, sino que debemos presentar nuestras peticiones
calmada pero persistentemente delante del trono de la gracia. Nuestra obra
consiste en humillar nuestra alma delante de Dios, en confesar nuestros pe-
cados y en acercarnos con fe a Dios.”—A Fin de Conocerle, pág. 270.
“Los justos en su angustia tendrán un profundo sentido de su indigni-
dad, y con muchas lágrimas reconocerán su completa indignidad, y, como
Jacob, invocarán las promesas de Dios a través de Cristo, hechas a los peca-
dores dependientes, indefensos y arrepentidos.”—The Spirit of Prophecy, tomo
1, págs. 121, 122.
Viernes ^
28 de agosto
Año Bíblico: Jeremías 49-50
Reforma en el Hogar
“Entonces Jacob dijo a su familia y a todos los que con él
estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y
limpiaos, y mudad vuestros vestidos” (Génesis 35:2).
“Dios quiere que los padres actúen como seres racionales y vivan de tal
manera que cada hijo reciba la debida educación.”—El Hogar Cristiano, pág.
145.
Lectura adicional: Conducción del Niño, págs. 525–529.
Domingo ^
30 de agosto
Año Bíblico: Lamentaciones 1-2
2. LA DESHONRA DE DINA
a. Cuando la hija de Jacob, Dina, salió con un plan aparentemente inofen-
sivo para ver a las hijas de la tierra, ¿qué ocurrió, y cómo esta tragedia es
una advertencia para nosotros hoy? Génesis 34:2; 1 Corintios 15:33.
“El que busca su placer entre los que no temen a Dios se coloca en el te-
“Los que están a cargo de la propiedad de Dios en las almas y cuerpos for-
mados a su imagen, deberían erigir barreras contra la complacencia sensual
de este siglo, que está arruinando física y moralmente la salud de miles. Si
muchos de los crímenes de este tiempo se rastrearan hasta encontrar su ver-
dadera causa, se vería que son imputables a la ignorancia de padres y madres,
que son indiferentes a este tema.”—Ibíd., pág. 107.
“Hay quienes dirán: ‘¡Oh, usted no necesita ser tan minucioso. Un poco
de flirteo no es dañino ni causará mal alguno!’ Y el corazón carnal invita a
la tentación, y el sancionamiento práctico de la complacencia termina en
pecado. Esta es una norma baja de moralidad que no alcanza la alta norma
de la ley de Dios.”—El Ministerio Médico, pág. 187.
“Acerca de la relación que Israel debía sostener con los pueblos circun-
dantes, el Señor había declarado por Moisés: ‘No harás con ellos alianza,
ni las tomarás a merced. Y no emparentarás con ellos:… porque desviará a
tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se
encenderá sobre vosotros, y te destruirá presto.’ ‘Porque eres pueblo santo a
Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un pueblo singular
de entre todos los pueblos que están sobre la haz de la tierra.’ Deuteronomio
7:2–4; 14:2.
“Fue claramente predicho el resultado que tendría el hacer pactos con las
naciones circundantes.”—Profetas y Reyes, pág. 416.
c. ¿Cómo sigue resonando hoy en día la advertencia de Dios contra los ma-
trimonios mixtos con los incrédulos? 2 Corintios 6:14–18.
“A menos que quiera tener un hogar donde nunca se levanten las som-
bras, no se una con un enemigo de Dios.”—Mensajes para los Jóvenes, pág. 311.
“Se requiere que los seguidores de Cristo salgan del mundo, y estén se-
parados, y no toquen lo inmundo, para tener la promesa de ser los hijos e
hijas del Altísimo, miembros de la familia real. Pero si no cumplen con las
condiciones, no puede cumplirse en ellos la promesa.”—Testimonios para la
Iglesia, tomo 2, pág. 392.
4. FRUTO TRAICIONERO
a. ¿Cómo se propusieron los hijos de Jacob resolver el asunto, y cuál fue la
respuesta? Génesis 34:7, 13–24.
b. ¿Cómo pueden los creyentes de todas las épocas ser inspirados con la
nueva y fresca experiencia que Jacob tuvo en Betel? Génesis 35:6, 7; He-
chos 19:18–20.
Viernes ^
4 de septiembre
Año Bíblico: Ezequiel 14-16
Frutos en la Familia
“Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también
estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”
(Juan 12:26).
“Por medio de la revelación de su gracia, los corazones que una vez fue-
ron indiferentes o estaban apartados, se pueden unir.”—La Maravillosa Gracia
de Dios, pág. 115.
Lectura adicional: Patriarcas y Profetas, págs. 205–213.
Domingo ^
6 de septiembre
Año Bíblico: Ezequiel 20-21
1. ARREPENTIMIENTO Y RESTAURACIÓN
a. A pesar de la intención de Jacob de seguir a Dios, ¿qué situación había
existido en su casa durante muchos años, y por qué? Proverbios 26:21;
27:15.
b. ¿Cómo podemos ser inspirados hoy por la forma en que el Señor honró
la firme reforma de Jacob en la familia? Génesis 35:9–15; Juan 12:26.
2. AVANZANDO EN EL VIAJE
a. ¿Cómo el momento de la muerte de Raquel mostró el poder de Dios para
transformarla en una vencedora? Génesis 35:16–20 (comparar Génesis
31:30, 32, 34; 35:4).
3. LA ELECCIÓN ES NUESTRA
a. ¿Qué admoniciones debemos volver a destacar al considerar el rechazo
de Esaú ante la elección de la gracia de Dios? Romanos 9:13.
“Esaú había menospreciado las bendiciones del pacto. Había preferido los
bienes temporales a los espirituales, y obtuvo lo que deseaba. Se separó del
pueblo de Dios por su propia elección. Jacob había escogido la herencia de la
fe.”—Ibíd., pág. 208.
“Sin embargo, hubo uno [de los hijos de Jacob] de carácter muy diferente;
a saber, el hijo mayor de Raquel, José, cuya rara hermosura personal no pare-
cía sino reflejar la hermosura de su espíritu y su corazón. Puro, activo y alegre,
el joven reveló también seriedad y firmeza moral. Escuchaba las enseñanzas
de su padre y se deleitaba en obedecer a Dios… El corazón de Jacob estaba
ligado a este hijo de su vejez. ‘Amaba… a José más que a todos sus hijos.’
“Pero hasta este cariño había de ser motivo de pena y dolor. Imprudente-
mente Jacob dejó ver su predilección por José, y esto motivó los celos de sus
demás hijos.”—Patriarcas y Profetas, págs. 208, 209.
c. José fue fiel y obediente y también creció mucho a través del sufrimien-
to. Pero, ¿qué palabras de precaución en general nos son dadas a todos
en contra de consentir o favorecer a algunos hijos por encima de otros?
Isaías 3:4, 5.
Viernes ^
11 de septiembre
Año Bíblico: Ezequiel 37-39
El Resultado de la
Oración Perseverante
“Como el padre se compadece de los hijos, se compadece
Jehová de los que le temen” (Salmo 103:13).
“Ningún padre según la carne podría ser tan paciente con las faltas y los
yerros de sus hijos, como lo es Dios con aquellos a quienes trata de salvar.”—
El Camino a Cristo, pág. 35.
Lectura adicional: Patriarcas y Profetas, págs. 225–245.
Domingo ^
13 de septiembre
Año Bíblico: Ezequiel 43-45
1. UN TIEMPO DE DUELO
a. Describa el profundo dolor de Jacob cuando pensó que José estaba muer-
to, y la impresión que causó en sus hijos culpables. Génesis 37:33–35.
“Con temor habían esperado esta escena [los hijos de Jacob], pero no
estaban preparados para la angustia desgarradora, ni para el completo aban-
dono al dolor que tuvieron que presenciar. [Se cita Génesis 37:33.] Sus hijos
trataron inútilmente de consolarlo. ‘Rasgó sus vestidos, y puso saco sobre sus
lomos, y enlutóse por su hijo muchos días.’ El tiempo no parecía aliviar su
dolor. ‘Tengo de descender a mi hijo enlutado hasta la sepultura,’ era su grito
desesperado. Los jóvenes estaban aterrados por lo que habían hecho; y sin
embargo, espantados por los reproches que les haría su padre, seguían ocul-
tando en sus propios corazones el conocimiento de su culpa, que aun a ellos
mismos les parecía enorme.”—Patriarcas y Profetas, pág. 213.
2. CRECIENDO EN GRACIA
a. ¿Cómo se había desarrollado el carácter de Jacob, desde su agonizante
noche de oración por sí mismo y por su familia en Betel? Salmo 92:12–15.
“Durante los años en que José había estado separado de sus hermanos,
estos hijos de Jacob habían cambiado de carácter. Habían sido envidiosos,
turbulentos, engañosos, crueles y vengativos; pero ahora, al ser probados por
la adversidad, se mostraron desinteresados, fieles el uno al otro, consagrados
a su padre y sujetos a su autoridad, aunque ya tenían bastante edad.”—Pa-
triarcas y Profetas, pág. 227.
“[José] había visto en sus hermanos los frutos del verdadero arrepenti-
miento.”—Ibíd., pág. 233.
b. Después de tantos años de prueba en las vidas de Jacob y sus hijos, ¿dón-
de fue finalmente llamado a ir el perseverante patriarca? Génesis 45:9,
25–28.
c. ¿Cómo sabía Jacob con seguridad que era un paso que debía dar, y por
qué el Señor lo preparó todo? Génesis 46:1–5; Salmo 103:13.
“Se había prometido que su posteridad sería tan numerosa como las estre-
llas; pero hasta entonces el pueblo elegido había aumentado lentamente. Y la
tierra de Canaán no ofrecía en ese tiempo campo propicio para el desarrollo
de la nación que se había predicho. Estaba en posesión de tribus paganas po-
derosas que no habrían de ser desalojadas hasta ‘la cuarta generación’… Si se
mezclaban con los cananeos, se expondrían a ser seducidos por la idolatría.
Egipto, sin embargo, ofrecía las condiciones necesarias para el cumplimiento
del propósito divino. Se les ofrecía allí un sector del país bien regado y fér-
til, con todas las ventajas necesarias para un rápido aumento. Y la antipatía
que habían de encontrar en Egipto debido a su ocupación, pues ‘los Egipcios
abominan todo pastor de ovejas,’ les permitiría seguir siendo un pueblo dis-
tinto y separado, y serviría para impedirles que participaran en la idolatría
egipcia.”—Patriarcas y Profetas, pág. 235.
“El patriarca era extraño al ambiente de las cortes reales; pero en medio
de las sublimes escenas de la naturaleza había tenido comunión con el Mo-
narca más poderoso; y ahora con consciente superioridad, alzó las manos y
bendijo a Faraón.”—Ídem.
“En su primer saludo a José, Jacob habló como si con esta conclusión ju-
bilosa de su largo dolor y ansiedad, estuviese listo para morir. Pero todavía se
le otorgaron diecisiete años en el quieto retiro de Gosén. Estos años fueron
un feliz contraste con los que los habían precedido. Jacob vio en sus hijos
evidencias de un verdadero arrepentimiento. Vio a su familia rodeada de
todas las condiciones necesarias para convertirse en una gran nación; y su
fe se afirmó en la segura promesa de su futuro establecimiento en Canaán.
Él mismo estaba rodeado de todas las demostraciones de amor y favor que el
primer ministro de Egipto podía dispensar; y feliz en la compañía de su hijo
por tanto tiempo perdido, descendió quieta y apaciblemente al sepulcro.”—
Ibíd., pág. 237.
Viernes ^
18 de septiembre
Año Bíblico: Daniel 10-12
Esperanza para el
Remanente de Israel
“Jehová te oiga en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob
te defienda” (Salmo 20:1).
Domingo 20 de septiembre
^ Año Bíblico: Oseas 7-14
1. UN TESTIMONIO FINAL
a. ¿Qué mensaje final dio Jacob a sus hijos? Génesis 49:1, 2.
“Jacob había pecado, y había sufrido hondamente. Había tenido que pa-
sar muchos años de trabajo, cuidado y dolor desde el día en que su gran pe-
cado le obligó a huir de las tiendas de su padre. Había sido fugitivo sin hogar,
separado de su madre a quien nunca volvió a ver; trabajó siete años por la que
amó, sólo para ser vilmente defraudado; trabajó veinte años al servicio de un
pariente codicioso y rapaz; vio aumentar su riqueza y crecer a sus hijos en su
derredor, pero halló poco regocijo en su contenciosa y dividida familia; se
sintió dolorido por la vergüenza de su hija, por la venganza de los hermanos
de ésta, por la muerte de Raquel, por el monstruoso delito de Rubén, por el
pecado de Judá, por el cruel engaño y la malicia perpetrada en José. ¡Cuán
negra y larga es la lista de iniquidades expuestas a la vista! Vez tras vez había
cosechado el fruto de aquella primera mala acción. Vez tras vez vio repetidos
entre sus hijos los pecados de los cuales él mismo había sido culpable. Pero
aunque la disciplina había sido amarga, había cumplido su obra. El casti-
go, aunque doloroso, había producido el ‘fruto apacible de justicia.’ Hebreos
12:11.”—Patriarcas y Profetas, págs. 241, 242.
“Debemos pasar por el horno hasta que el fuego haya consumido la esco-
ria y estemos purificados y reflejemos la imagen divina. Aquellos que siguen
sus inclinaciones y están gobernados por las apariencias no son buenos jue-
ces de lo que Dios está haciendo. Están llenos de descontento. Ven fracaso
donde ciertamente hay triunfo, una gran pérdida donde hay ganancia; y,
como Jacob, están listos para exclamar: ‘Contra mí son todas estas cosas’
(Génesis 42:36), cuando las mismas cosas de las que se quejan están todas
obrando conjuntamente para su bien.
“Si no hay cruz, no hay corona. ¿Cómo puede uno ser fuerte en el Señor
sin pruebas? Para tener fuerza debemos hacer ejercicio. Para tener una fe
fuerte, debemos ser colocados en circunstancias donde nuestra fe sea ejerci-
tada.”—Testimonios para la Iglesia, tomo 3, págs. 76, 77.
b. ¿Qué pecado de la tribu de Dan, hijo de Jacob, impedirá que muchos re-
ciban el sello de la aprobación de Dios? Génesis 49:17; Salmo 15:1–3.
Viernes ^
25 de septiembre
Año Bíblico: Miqueas 1-7