LÍNEA CALASANZ

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- Aprender enseñando
Después de haber estado en la
guardería, luego en la EGB, más tarde
en el bachillerato para luego ir a la
universidad, y de haber hecho
bastantes cursos postuniversitarios,
por fin pude comenzar a trabajar como
profesor, algo que siempre había
deseado, para darme cuenta de que no
tenía ni idea de casi nada. Tantos años
en la escuela y ni siquiera sabía
algunas de las cosas más elementales.
Esto es algo que, evidentemente,
nunca he confesado a mis colegas
profesores, porque se supone que
nosotros somos “los que sabemos”, y
tenemos que estar siempre a la altura.
He observado también que no soy el
único a quien le pasa esto, sino que
muchos alumnos terminan el
bachillerato sin dominar algunos de
los conocimientos más básicos y
elementales. Y nosotros, los Pues a mí lo que más me ha servido es
profesores, nos preguntamos: “¿Pero tener que enseñar, tener que dar cuenta
cómo es posible?”, y refunfuñamos de lo que sé y de que lo sé. He
echando la culpa a su torpeza o a su aprendido más en unos pocos años de
pereza cuando no a su falta de trabajo que en toda la carrera, sin
capacidad. Y, en verdad, ¿cómo es duda. Y esto no acaba más que
posible que después de dar Lengua o empezar, porque es una tarea infinita y
Historia tantos años, no sepan luego bella.
no pocos alumnos ni escribir bien ni
situar acontecimientos históricos
clave? No digo todos porque
ciertamente hay alumnos brillantes,
que aprenden que da gusto y que saben
un montón. Pero, ¿y aquellos que son
tan torpes o más que yo?
Desde luego, lo primero es que para
aprender hay que querer. Si no la tarea
es imposible. Pero querer muchas
veces no es suficiente para aprender
bien, es decir, para que quede en
nosotros, en la pasta de nuestro ser.