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13/04/2018 – PENAL 1952-2017

DOCTRINA

Es improcedente el recurso de casación por motivo de fondo invocando la inaplicación de una norma sustantiva,
cuando la Sala de Apelaciones confirma un fallo absolutorio, por no haber quedado acreditada la conducta
delictiva del sindicado en el hecho imputado.

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL. Guatemala, trece de abril de dos mil dieciocho.

Se tiene a la vista para dictar sentencia el recurso de casación interpuesto por motivo fondo, por el Ministerio
Público, por medio del agente fiscal Jorge Adalberto Alvarado Cardona, en contra de la sentencia del veintitrés
de agosto de dos mil diecisiete, dictada por la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, dentro del proceso penal seguido en contra de Clara Huex Vicente,
por el delito de casos especiales de estafa y quien actúa bajo el auxilio del abogado Herold Vitelio Fuentes
Mérida. Como querellante adhesivo, se constituyó el señor Obispo Cabrera Gordiano.

I. ANTECEDENTES

A. DE LOS HECHOS ACREDITADOS. «… A) La acusada CLARA HUEX VICENTE con fecha dieciseis de
diciembre de dos mil tres, ante los oficios del Notario Leonel Bolívar Pérez Castillo (…) suscribió contrato de
compra venta de bien inmueble con el señor OBISPO CABRERA GORDIANO según Escritura Pública numero.
Tres mil trescientos, noventa y ocho (3,398) de la misma fecha, inmueble registrado con el numero de finca
rustica trescientos ocho mil quinientos noventa y tres (308,593) folio ochenta y tres (83) del libro setecientos
cuarenta y siete (747) del departamento de Quetzaltenango, consistente en un área de mil novecientos sesenta
y cinco punto seis mil cuatrocientos (1,965.6400) metros cuadrados ubicado en la aldea San Miguelito del
municipio de Génova Costa Cuca Quetzaltenango; B) Según el instrumento público, la acusada vendió y trasfirió
la totalidad del bien inmueble al señor: OBISPO CABRERA GORDIANO en la cantidad de cien quetzales y bajo
juramento manifestó ser la legítima propietaria de dicho inmueble, indicando que sobre el mismo no pesan
gravámenes, anotaciones o limitaciones; C) El señor OBISPO CABRERA GORDIANO no tomó posesión, ni
realizó en tiempo el trámite ante el Segundo Registro de la Propiedad Inmueble para registrar el inmueble a su
nombre, toda vez, que lo que realmente sucedió en este caso fue la celebración de un contrato de mutuo con
garantía hipotecaria simulando la compraventa del bien inmueble objeto de delito, esto con el objeto de
garantizar el pago de cuarenta mil quetzales que el señor Obispo Cabrera Gordiano le prestó a Diego Orozco
Pérez para que pudiera viajar a los Estados Unidos de América, y fue por ese motivo que la señora Clara Huex
Vicente consciente que no había vendido su propiedad, sino que únicamente había alquilado la “Escritura
Pública registrable” de dicho inmueble al señor Diego Orozco Pérez para que pudiera obtener el préstamo. El
señor Diego Orozco Pérez le iba a pagar cinco mil quetzales a la acusada por el favor de prestarle o alquilarle
su Escritura; D) Fue por ese motivo que la acusada -diez años después- vendió el inmueble objeto de delito a
su hijo BONIFACIO JUAREZ HUEX mediante contrato de compraventa de bien inmueble contenido en Escritura
Pública, número: trescientos setenta y tres (373) de fecha doce de junio de dos mil trece suscrito ante la Notaria
Antonia Gomez Santizo; E) En la conciencia de la acusada Clara Huex Vicente no hubo animo (dolo) de inducir
a error mediante engaño al señor Obispo Cabrera Gordiano, para defraudarlo en su patrimonio (sic)…».

B. DE LA RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL DE SENTENCIA. El Juez Unipersonal del Tribunal Segundo de


Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Quetzaltenango, en
sentencia del veintidós de septiembre de dos mil dieciséis, absolvió a la señora Clara Huex Vicente del delito
de casos especiales de estafa, por considerar que, al relacionar todos los medios de prueba, no había quedado
acreditado que la sindicada hubiera realmente vendido el bien inmueble de su propiedad, ni que hubiera actuado
de mala fe, por lo que bajo el principio constitucional de que la duda favorece al reo, no podía declarársele
responsable del ilícito imputado.

C. DEL RECURSO DE APELACIÓN ESPECIAL. El Ministerio Público interpuso recurso de apelación especial
por motivo de fondo, invocando como único submotivo, la inobservancia del artículo 264 numeral 10) del Código
Penal, pues no obstante quedó acreditada la participación de la acusada en el delito de casos especiales de
estafa, fue absuelta con argumentos erróneos y si se hubiera aplicado la norma relacionada, se hubiera
determinado la responsabilidad de la sindicada.

D. DEL FALLO DE LA SALA DE APELACIONES. La Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, en sentencia del veintitrés de agosto de dos mil diecisiete, declaró
improcedente el recurso de apelación especial planteado.

Para el efecto, consideró que el juez al valorar la prueba, determinó que existían otros hechos distintos a los
imputados y por ello, en aplicación del artículo 388 del Código Procesal Penal, acreditó otras circunstancias que
no contenía la acusación, las cuales favorecían a la acusada y sin que esto constituyera violación al debido
proceso; a pesar de ello, advirtió que el juzgador se había excedido en el alcance de estos nuevos hechos
acreditados, pero como dicho vicio no fue alegado por el recurrente, en aplicación del artículo 421 del Código
Procesal Penal, no se manifestó en cuanto a su contenido y efectos jurídicos.

Ahora bien, en relación a lo alegado de que sí se habían dado los elementos del ilícito de casos especiales de
estafa y el fallo no fue condenatorio, la Sala consideró que en la sentencia de primer grado, hubo contradicción
dentro de los propios hechos acreditados, pero de acuerdo al artículo 14 del Código Procesal Penal, confirmó
el fallo apelado, porque dicha contradicción le creó certeza para no acoger los hechos que perjudicaban a la
acusada y acoger los que la beneficiaban, dentro de los que no se daban los presupuestos del delito, toda vez
que no existió el ardid o engaño en el actuar de la acusada, con lo cual, concluyó que no se inobservó el artículo
264 numeral 10) del Código Penal.

II. MOTIVO DEL RECURSO DE CASACIÓN

El Ministerio Público interpuso recurso de casación por motivo de fondo, invocando como caso de procedencia
el artículo 441 numeral 5) del Código Procesal Penal, por haberse inaplicado el numeral 10) del artículo 264 del
Código Penal. Manifiesta el ente investigador, de que a pesar de que se dieron los elementos del delito de casos
especiales de estafa, se emitió una sentencia absolutoria y la Sala debió tener presentes los hechos acreditados
y de allí adecuar los mismos a la norma inobservada, pues de sus argumentos se puede establecer que quedó
demostrado el verbo rector de inducir a engaño al agraviado.

III. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA

El dos de abril de dos mil dieciocho, día señalado para la celebración de la vista pública, las partes reemplazaron
por escrito su participación. El Ministerio Público reiteró sus argumentos expuestos en la interposición del
recurso; la procesada solicitó que se declare improcedente el recurso de casación, ya que éste va dirigido a
señalar supuestos errores jurídicos cometidos en la sentencia de primer grado y no los vicios que a su juicio,
cometió la Sala.

El señor Obispo Cabrera Gordiano, querellante adhesivo, a pesar de estar notificado, no evacuó la audiencia
conferida.

CONSIDERANDO

Cuando se plantea un recurso de casación por motivo de fondo, el recurrente no debe cuestionar los hechos
fijados por el juzgador, porque se consideran aceptados e inamovibles, con base en el principio de intangibilidad
de la prueba, por lo que el análisis jurídico se circunscribe a determinar si la conducta acreditada, encuadra o
no en los supuestos fácticos de la norma elegida, y en su caso, aplicar la correspondiente o establecer su
atipicidad.

II

El Ministerio Público planteó recurso de casación por motivo de fondo, con fundamento en el numeral 5 del
artículo 441 del Código Procesal Penal, debido a que la Sala erró al no percatarse que el Tribunal de Sentencia
omitió aplicar el artículo 264 numeral 10) del Código Penal, al momento de dictar sentencia, pues a su juicio, se
tuvo por acreditado que la sindicada suscribió un contrato de compraventa de bien inmueble con el agraviado y
diez años después, lo vendió nuevamente a otra persona; y a pesar de ello, se dictó un fallo absolutorio,
incidencias procesales que con la decisión del tribunal de alzada, fueron confirmadas.

Dentro del anterior contexto, esta Cámara considera necesario traer a cuenta el artículo 442 del Código Procesal
Penal, el cual establece: «El Tribunal de Casación conocerá únicamente de los errores jurídicos contenidos en
la resolución recurrida. Está sujeto a los hechos que se hayan tendido como probados por el tribunal de
sentencia, y solamente en los casos en que advierta violación de una norma constitucional o legal, podrá
disponer la anulación y el reenvío para la corrección debida».

Al realizar la confrontación de rigor, esta Cámara advierte que si bien es cierto el tribunal de sentencia, en su
oportunidad, tuvo por acreditado la suscripción de un contrato de compraventa de bien inmueble propiedad de
la procesada con la parte agraviada, también lo es que de la correlación efectuada a los medios de prueba
producidos en el debate, valorados en forma conjunta conforme las reglas de la sana crítica razonada, el referido
órgano jurisdiccional, no tuvo por acreditada la responsabilidad penal de la señora Clara Huex Vicente en la
comisión del delito atribuido, pues a su juicio existió una duda calificada como insalvable en favor de la
procesada, considerando que lo que realmente sucedió, fue la celebración de un contrato de mutuo para
garantizar el cumplimiento de la obligación, pero nunca la transferencia de la propiedad; razón por la que al
estar consciente de que no había vendido el citado bien raíz, dado el tiempo transcurrido se lo transmitió a su
hijo.

En refuerzo a la consideración precedente, esta Cámara no puede pasar inadvertido las consideraciones
realizadas por el juez respecto a la actitud asumida por el supuesto agraviado luego de realizada la presunta
negociación de compraventa, la cual fue contrastada y desprovista de certeza jurídica con los medios de
convicción producidos y valorados conforme a la lógica, la experiencia, la psicología y el sentido común,
incidencias que fueros advertidas y analizadas por el tribunal de alzada en la sentencia objeto del presente
recurso de casación, concluyendo la Sala que el haber acreditados hechos y circunstancias distintos a los
imputados, a su juicio, no constituye violación alguna al derecho de defensa y debido proceso, toda vez que
guardan relación con los imputados.

Así las cosas, al no haber quedado acreditado que el contrato documentado en la escritura pública número tres
mil trescientos noventa y ocho, autorizada en el municipio de Ostuncalco, departamento de Quetzaltenango, el
dieciséis de diciembre de dos mil tres, por el notario Leonel Bolívar Pérez Castillo, celebrado entre la procesada
y el presunto agraviado, haya sido realmente una compraventa y transmisión de dominio del bien, se determina
que evidentemente no se cometió la acción criminal atribuida, consecuentemente, no existiendo relación de
causalidad, no puede haber imputación de delito.

De lo anterior, esta Cámara, al conocer de los vicios denunciados con sujeción a los hechos acreditados por el
tribunal, conforme al artículo 442 transcrito, considera que la Sala no incurrió en el vicio denunciado de
inaplicación del artículo 264 numeral 10) del Código Penal, ya que en forma razonada y motivada, confirmó lo
resuelto por el tribunal de sentencia, quien como se indicó, consideró que la conducta de la sindicada no
encuadró en el tipo penal de casos especiales de estafa, haciendo imposible la aplicación de una norma en un
fallo, cuando de la plataforma fáctica no se acreditó la comisión del delito.

Por otra parte, esta Cámara estima prudente advertir que disiente de los argumentos esgrimidos por el Ministerio
Público, en cuanto a que el agravio causado le afecta como ente acusador y afecta a las víctimas y a la sociedad
en general, porque no permite castigar de manera legal y justa, conductas ilegales que atentan bienes jurídicos
contra la administración pública y administración de justicia, vulnerándose su derecho de la acción penal, por
cuanto que del simple análisis de las constancias procesales, se establece que el origen del presente proceso
fue producto de un supuesto negocio jurídico realizado entre dos personas particulares, en el que en lo absoluto
tiene relación con la administración pública, advirtiendo que el delito generado se encuentra dentro de los de
acción pública dependiente de instancia particular, por lo que, el derecho de acción penal no se vio vulnerado,
tomando en cuenta que ésta es el punto de partida del proceso judicial y luego de realizada la investigación
correspondiente, ocurre la persecución y finalmente la acusación hasta concluir con el debate oral y público,
incidencias procesales ocurridas en la referida causa, lo cual evidencia que en lo absoluto se conculcó el
derecho de la acción penal, sin que ello signifique que el fallo deba de ser favorable al ente acusador, para
considerar que no se violó el derecho aludido.

Las consideraciones precedentes permiten a esta Cámara arribar a la conclusión de que se debe declarar
improcedente el recurso de casación por motivo de fondo planteado y hacerse las declaraciones que en derecho
corresponde.
LEYES APLICADAS

Artículos citados y: 12 y 203 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 3, 11, 11 Bis, 27, 50,
186, 398, 437, 438, 439, 440, 442, 446 y 448 del Código Procesal Penal; 74, 76, 141 y 143 de la Ley del
Organismo Judicial.

POR TANTO

LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, CÁMARA PENAL, con base en lo considerado y leyes citadas, al
resolver declara: I. IMPROCEDENTE el recurso de casación por motivo de fondo, planteado por el Ministerio
Público, por medio del agente fiscal Jorge Adalberto Alvarado Cardona, en contra de la sentencia del veintitrés
de agosto de dos mil diecisiete, dictada por la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente. II. Notifíquese, y con certificación de lo resuelto, devuélvanse los
antecedentes a donde corresponda.

Josué Felipe Baquiax Baquiax, Magistrado Vocal Quinto, Presidente Cámara Penal; Delia Marina Dávila
Salazar, Magistrada Vocal Cuarta; Nester Mauricio Vásquez Pimentel, Magistrado Vocal Noveno; Ranulfo
Rafael Rojas Cetina, Magistrado Vocal Décimo. Rony Eulalio López Contreras, Secretario de la Corte Suprema
de Justicia.

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