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la libertad individual
En otros términos, del modo en que han quedado configuradas las disputas por el
control del trabajo, sus recursos y productos; del sexo, sus recursos y productos; de la
autoridad y de su específica violencia; de la intersubjetividad y del conocimiento.
Fenómenos que han traído consigo múltiples conflictos que desencadenan en la
exterminación del adversario político y social.
Lo que encontramos en la historia conocida es, desde luego, que esa homogeneización
que se intenta integrar a la sociedad consiste en la formación de un espacio común de
identidad y de sentido para la población de un espacio de dominación. Y eso, en todos
los casos, es el resultado de la democratización de la sociedad, la cual de ese modo
puede organizarse y expresarse en un Estado democrático.
Ahora bien, esta dimensión reactiva, distintiva del republicanismo, se acompañó sin
embargo de al menos otra dimensión igualmente característica de esta corriente: la
persistente defensa de ciertos valores cívicos, indispensables, según se asumía, para el
logro de la libertad buscada. La lista de valores defendidos por el republicanismo es
muy extensa. Los pensadores inscriptos dentro de dicha corriente tendieron a exaltar,
por ejemplo, la igualdad, la simplicidad, la prudencia, la honestidad, la benevolencia, la
frugalidad, el patriotismo, la integridad, la sobriedad, la abnegación, la laboriosidad, el
amor a la justicia, la generosidad, la nobleza, el coraje, el activismo político, la
solidaridad y, en general, el compromiso con la suerte de los demás [ CITATION Rob01 \l
3082 ]. De acuerdo con Macquiavelo, por ejemplo, como señala el autor, este
compromiso con los demás podía llegar al extremo de requerir que cada ciudadano
luchase y diese la vida por el bien común, por tanto, que asumiera su papel como un
agente activo en la sociedad. Sólo de este modo -sólo gracias a la presencia de
ciudadanos así dispuestos hacia su comunidad- es que la república iba a tener chances
de sobrevivir frente a contratiempos seguros.
Frente a valores como los citados, los republicanos contrapusieron otra larga lista de
males sociales y vicios de conducta. Así, tendieron a denigrar la ambición, la avaricia, el
orgullo, el egoísmo, la prodigalidad, la ostentación, el refinamiento, el cinismo, la
cobardía, la extravagancia y el lujo -lujo en el vestir, comer, tomar, o en el mismo
modo de adornar el propio hogar[ CITATION Rob01 \l 3082 ]. Sus principales posturas
críticas sociales apuntaban, normalmente, frente a la corrupción y las actitudes
opresivas de los sectores gobernantes. La monarquía aparecía, entonces, como la
obvia fuente generadora de los males mencionados.
Llegados a este punto, un buen resumen de las diferencias que separan a comunitarios
y republicanos en este terreno podría ser el siguiente:
Quijano, A. (2014). Colonialidad del poder, eurocentrismo y America Latina. Buenos Aires,
Argentina: CLACSO.