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Guión para la exposición

 Presentación del marco teórico.

John Fletcher define a la tragicomedia de la siguiente manera en su prólogo a La Fiel Pastora, en


respuesta al Pastor Fido de Giovanni Battista Guarini: “Una tragicomedia no es llamada así por sus
alegría y matanza, sino porque le falta muertes, lo cual es suficiente para no hacerla tragedia, pero trae
a algunos cerca de ella, lo cual es suficiente para no hacerla comedia: así, debe ser una representación
de gente familiar, cuyos problemas ninguna vida cuestione, para que un Dios sea tan legítimo como en
una tragedia, y tan mala la gente como en una comedia”.

Dicho esto, la esencia de la tragicomedia presenta la dicotomía entre la “Tragedia de final feliz” y “el
tercer género dramático”. La primera categoría ofrece una mera yuxtaposición estructural, y esta
posibilidad se reconoce desde la Poética de Aristóteles, debido a que los componentes aristotélicos de la
piedad, el miedo, la anagnórisis, las peripecias y la catarsis siguen ocurriendo si se juntan ambos géneros
de esa forma. Así, el cambio de la fortuna puede ser dichoso o desdichado, y autores como Walter
Kaufmann y Rodríguez Adrados afirman que no todas las tragedias terminan trágicamente, e incluso a
través del sufrimiento se llega a un final feliz.
En cuanto a la idea de llegar a una síntesis a partir de ambos géneros nos encontramos con autores
como Lope de Vega, quien en su Arte Nuevo escribió los siguientes versos al respecto:

Lo trágico y lo cómico mezclado,

y Terencio y Séneca, aunque sea

como otro Minotauro de Pasife,

harán grave una parte, otra ridícula,

que aquesta variedad deleita mucho;

buen ejemplo nos da naturaleza,

que por tal variedad tiene belleza

(Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo, vv. 174-180)4

Los argumentos de Lope de Vega, señaña José Luis Colomer, resuenan con los que presentó Guarini, a
saber, la apelación a la variedad que el arte debe tener si en verdad va a reflejar la variedad de la
naturaleza. Con estos y más se trató el problema que comprometía la identidad de la tragicomedia en el
Compendio Della Poesia Tragicomica, de Guarini también.
Naturalmente, la crítica contra la tragicomedia vino por parte de los eruditos como Philip Sidney, quien
desdeñaba al por ese entonces polémico arte al que él llamaba género mestizo o hasta bastardo.

Terminología de las obras.

Para contextualizar a las tragicomedias se toma en cuenta brevemente la producción sin precedentes de
los teatros privados y los teatros públicos, los cuales competían entre sí. Las obras del teatro privado
Blackfriars, aunque algunas fueron promocionadas como ensayos para presentaciones en las cortes,
fueron exitosas y anunciaron el auge de la época del Lord Chamberlain's Men o King’s Men. Al mismo
tiempo, las obras viejas que seguían siendo populares en los anfiteatros sirvieron como inspiración para
adaptar los personajes de este nuevo género tragicómico, de manera que se desestabiliza y se estetiza la
identidad aristocrática. Por consecuencia, la sutileza clasista del efecto social de este estilo se contrasta
con los bruscos cambios de género literario necesarios para resolver las tramas de las obras.

La estructura de la tragicomedia está conformada por más que las características de los eventos que
ocurren y de los agentes que participan en ella. Se pueden delimitar algunas temáticas recurrentes que
pueden delimitar más a la tragicomedia. Las tragicomedias del período jacobino tenían problemas y
actitudes propias de la tragedia, mientras que las soluciones cómicas son el resultado de intervenciones
de romance aristocrático. Así, se resalta el elemento literario de la identidad de los personajes, quienes
actúan acordemente a cada una. La función representativa de esta propiedad le da al teatro la
oportunidad de modelar para la audiencia la forma correcta de apreciar la literatura y a la vez actuar esa
apreciación. Esto ocurre más claramente en La Tempestad, (como se verá más adelante).

Escenario, elementos estáticos y dinámicos.

En las dos obras se abordarán momentos en la trama los cuales representan un cambio en el modo
literario.

Anexos:

Enfoque del trabajo: delimitación de los ejemplos a usar. Circunscribirse a los personajes transitivos.

Incluir Josephine Bregazzi y Harold Bloom.

(El género, al igual que un personaje, es un objeto semiótico. Shakespeare señala que el género es un
personaje que está tan naturalizado que todos hemos hecho el pacto ficcional con él y, por tanto, no lo
cuestionamos)

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