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Al inicio de este último siglo la humanidad contrajo muchos problemas de salud a causa
del desarrollo de nuevos virus desconocidos por el ser humano, de los cuales ni Cuba
pudo salvarse de ellos. La aparición de nuevas y mortíferas enfermedades, la resistencia
microbiana, el aumento abismal de personas con cáncer y farmacorresistencia en
personas que padecen tuberculosis y VIH/sida ha forzado a la OMS acelerar los estudios
e investigaciones de dichos padecimientos y de nuevos que están apareciendo, aplicando
así también medidas drásticas en contra del mal comportamiento del ser humano que en
muchos de los casos las desarrolla.
A comienzos de este año la OMS y OPS dan una alerta mundial sobre el brote de un
nuevo coronavirus, una pandemia de la cual no se ha encontrado una vacuna y ha
finalizado con la vida de millones de personas en todos los continentes. Es llamado así
debido a sus proyecciones proteicas externas en forma de maza que dan a la partícula
viral un aspecto de corona. El nuevo coronavirus fue denominado 2019 nCOV, tiene
una propagación muy rápida en forma directa de persona a persona o por cualquier tipo
de contacto directo con una superficie infectada, también puede ser transmitida de
animales a personas ya que en los primeros mutó este nuevo virus. Una persona
contagiada presenta un cuadro respiratorio febril, con síntomas generales, rinorrea, tos
intensa y disnea, donde entre el 10% a 25% presentan un síndrome de dificultad
respiratoria aguda o grave por neumonía severa, produciendo un fallo de órganos
multisistémico con una letalidad elevada.
A mediados de los años 60 se encontraron los coronavirus humanos a los cuales solo se
les consideraba patógenos respiratorios relativos benignos, pero todo esto cambio tras la
llegada del nuevo coronavirus que se originó en China. Este ocasiona brotes de
neumonía atípicos con una letalidad del 10% aproximadamente, esta elevada morbilidad
y mortalidad puso en foco a los miembros de esta familia ayudando a la identificación
de nuevos coronavirus que están asociados con enfermedades respiratorias como: el
coronavirus NL63 (CoVH-NL63), el coronavirus HKU1 y el coronavirus del Síndrome
respiratorio del oriente medio (MERS), los dos primeros se les puede detectar en
coinfección con otros virus respiratorios y el ultimo encontrado en arabia saudita del
cual se sabía que solo lo poseían los camellos, pero después se identifico la transmisión
al humano. Actualmente los coronavirus se subdividen en cuatro géneros: α, β, γ y, δ. El
virus 229E y el NL63 son α-coronavirus, mientras que el OC43 y el HKU1 son β-
coronavirus, mientras que el SRAS y el MERS son β-coronavirus, pero de una familia
diferente.
El nuevo coronavirus 2019 es responsable de múltiples neumonías y muertes, esto
alarmado al mundo por lo cual la OMS ha estado obligada a tomar medidas de
bioseguridad como el aislamiento obligatorio de las personas que se encuentren
infectadas y de las que no también ,con la finalidad de poner un alto a los contagios,
debido a que el covid-19,tiene en su genoma una homología superior al 80% con
respecto a las otras familias de coronavirus, por esta razón las personas tienen que ser
expuestas a una prueba llamada RT-PCR para poder identificar el virus. Un posible
tratamiento que existe para el Covid-19 es el medicamento favipavir (anti retroviral),
pero no hay una cura o vacuna efectiva que nos garantice que esta pandemia pueda tener
un final próximo.
Referencia
Articulo 2
Español
https://doi.org/10.26633/RPSP.2020.64
https://www.paho.org/journal/es/articulos/situacion-enfermeria-mundo-region-americas-
tiempos-pandemia-covid-19
Artículo 3
Georges C. Benjamín
Inglés
https://doi.org/10.26633/RPSP.2020.70
Artículo 4
https://doi.org/10.26633/RPSP.2020.40
Artículo 5
Para poder anticipar con precisión el tipo, el momento y la magnitud de una segunda y
más olas epidémicas, se necesitan datos confiables y de alta calidad. Además, el papel
de los moduladores ambientales (por ejemplo, temperatura y humedad) en la
transmisión de COVID-19 no está claro en este momento y se necesita más
investigación para poder comprenderlo completamente.
Referencia:
Lopez L and Rodó X. The end of social confinement and COVID-19 re-emergence risk.
Nature Human Behaviour. June 2020. https://doi.org/10.1038/s41562-020-0908-8