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4 PERFECCIONES DE LA PALABRA

TRANSFORMADORA DE DIOS
Devocional martes 1 de septiembre de 2020

Cantos
Himno 420. Quiero levantar mis manos Coro
Tu ley es deliciosa y tus promesas son más ricas, sí,
Quiero levantar mis manos, quiero levantar mi voz,
que todo don, y tu palabra hermosa, que oro más
ofreciendo a ti mi vida en santidad y amor. Padre,
preciosa.
sólo a ti te ofrezco mi vida y mi corazón, y me
postro en tu presencia en adoración. 2. Anhela mi alma conocer ardiente tu verdad, y tus
palabras entender con celo y claridad; delicia tu
Hijo de Dios, recibe hoy toda la gloria, la honra y
palabra es y luz gloriosa de mi ser.
honor. Hijo de Dios, recibe hoy toda la gloria, la
honra y honor. 3. Tu ley yo amo, oh Jesús, pues ella goces da;
constante sigo yo su 1uz. y mi alma Vencerá; más
Himno 16. De tus mandatos tengo sed gratas tus palabras son que todo bien y posesión.
1. De tus mandatos tengo sed, reclamo yo tu amor,
mi alma ve y ten merced de mí, buen Salvador; tu 4. Tu siervo cual oveja es, sus sendas al errar;
luz divina hazme ver y tus mandatos conocer. espero yo que a mi alma des la senda del hogar; tus
estatutos hazme ver, te quiero yo obedecer.

Reflexión
Lectura Bíblica Salmo 19
¿Cuáles son los rasgos particulares o características de la Palabra de Dios que la hacen una herramienta tan útil y
una arma tan poderosa en la mano del Espíritu Santo? Hebreos 4:12 y Salmos 19:7-9 abordan esta pregunta
directamente. De Hebreos 4:12 aprendemos que la Palabra de Dios es viva y eficaz. Del Salmo 19: 7-
9 aprendemos que la Palabra de Dios es perfecta y segura; derecha, pura y limpia; sus dichos son verdad, todos
justos.

La Palabra de Dios es viva y eficaz.


Viva significa “viviente o llena de vida”. Esta vida de la Palabra es nada menos que la vida de Dios mismo,
porque tal como Dios es, así debe ser Su Palabra. Esta vida es también poder o energía, poder aprovechado para
la obra. La vida de la Palabra de Dios se ordena y se aplica al cumplimiento de sus propósitos: “Mi palabra…no
volverá a Mí vacía, sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié” ( Isaías 55:11).
Como semilla viviente, la Palabra de Dios tiene poder para dar fruto en la vida de los creyentes, como se
describe en la parábola del sembrador, donde “la semilla es la Palabra de Dios” (Lucas 8:11). Debido a que la
Palabra de Dios “vive y permanece para siempre” (1 Pedro 1:23), su vitalidad y potencia no se agota ni
disminuye a través del tiempo. Los creyentes descubren con Martín Lutero que “la Biblia está viva, me habla;
tiene pies, me sigue; tiene manos, me toma”. La Biblia no es antigua o moderna. Es eterna.

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La Palabra de Dios es perfecta y segura.
Por un lado, la Palabra de Dios es perfectamente completa. Es todo lo que Dios quiere que sea. Es como la
perfección orgánica de la rosa y no a la perfección mecánica de, por ejemplo, el motor de combustión interna. La
primera es perfecta y completa en todas las etapas de su desarrollo; el segundo es resultado de mucha prueba y
error a través del esfuerzo inventivo. El despliegue histórico de la redención es también el despliegue histórico
de la revelación. En cada punto, la Palabra de Dios proveyó a los creyentes con todo lo que necesitaban para su
vida y fe.

La Palabra de Dios también está libre de cualquier imperfección o defecto introducido por la mano del hombre.
Debido a que es perfecta, la Palabra de Dios también es segura. Como testimonio o testigo, es verdad y digna de
confianza. La Palabra de Dios es segura como revelación de lo que el hombre debe creer acerca de Dios y como
norma de lo que Dios requiere del hombre. Como el Señor  “no cambia” (Malaquías 3:6), su Palabra permanece
para siempre segura como verdad inmutable e inalterable. “Para siempre, oh SEÑOR, Tu palabra está firme en
los cielos” (Salmos 119: 89).

La Palabra de Dios es certera, pura y limpia.


Aquí está la declaración del Antiguo Testamento sobre la doctrina de la infalibilidad bíblica. Se dice que La
Palabra es correcta o justa, ya que no se desvía de la conformidad perfecta a cualquier estándar por el cual la
verdad es medible. La Palabra es pura tal como una luz pura es clara y brillante. Aquí está una lámpara cuya
llama no parpadea y cuyos rayos perforan a las profundidades de la oscuridad del hombre. La Palabra es limpia
porque es libre de toda corrupción y de todo lo que corrompe o contamina.

La Palabra de Dios es verdadera y justa al mismo tiempo.


Para ser más precisos, la Palabra de Dios es verdad (Salmos 19:9, cp. Juan 17:17). Es un libro de verdad, sin
mezcla de falsedad o error. Asimismo, es un libro de justicia, de principio a fin. Es justo en lo que exige del
hombre como criatura y siervo de Dios, justo en el juicio que pronuncia contra toda impiedad e injusticia de los
hombres y justo en la promesa que establece de justificación por la fe y paz con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo.

Motivos de oración
† Oramos por los pastores de nuestro presbiterio
† Oramos por nuestras autoridades civiles
† Oramos por los necesitados y enfermos

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