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Rosario por la

pronta recuperación
de Carlos Ayestas
Empezamos el rosario
ofreciendo por la pronta
recuperación de Carlos
Ayestas
SEÑAL DE LA CRUZ
Por la señal de la santa cruz +
de nuestros enemigos +
líbranos, Señor, Dios nuestro +
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo +
Amén.

CREDO
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio
Pilato fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer
día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha
de Dios, Padre todopoderoso.Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos,
el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.Amén.
Oraciones
1 PADRE NUESTRO 3 AVE MARÍA
Padre nuestro, que estás en el Dios te Salve, María, llena
cielo, santificado sea tu eres de gracia, el Señor
nombre, venga a nosotros tu está contigo. Bendita tú 1 GLORIA
reino, hágase tu voluntad, en la eres entre todas las Gloria al Padre y
tierra como en el cielo. Danos mujeres y bendito es el al Hijo y al
hoy nuestro pan de cada día, fruto de tu vientre, Jesús. Espíritu Santo.
perdona nuestras ofensas, como Santa María, Madre de Dios, Como era en el
también nosotros perdonamos a ruega por nosotros principio ahora y
los que nos ofenden. No nos pecadores, ahora y en la siempre, por los
dejes caer en la tentación, y hora de nuestra muerte. siglos de los
líbranos del mal. Amén Amén siglos. Amén.
Primer misterio doloroso:
La Oración en el Huerto
“Jesús se apartó de los discípulos como un tiro de piedra, y,
puesto de rodillas, oraba diciendo Padre, si quieres, aparta de
mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.En
medio de su angustia oraba con mayor insistencia” (cf. Lc 22,
39-42).

La escena de Getsemaní nos conforta y anima a realizar un


esfuerzo voluntario de aceptación. La aceptación incondicional del
sufrimiento, cuando es Dios quien lo quiere o permite: “No se haga
mi voluntad, sino la tuya”.
Oraciones
Padre nuestro, que estás en el Dios te Salve, María, llena
cielo, santificado sea tu eres de gracia, el Señor
nombre, venga a nosotros tu está contigo. Bendita tú
reino, hágase tu voluntad, en la eres entre todas las Gloria al Padre y
tierra como en el cielo. Danos mujeres y bendito es el al Hijo y al
hoy nuestro pan de cada día, fruto de tu vientre, Jesús. Espíritu Santo.
perdona nuestras ofensas, como Santa María, Madre de Dios, Como era en el
también nosotros perdonamos a ruega por nosotros principio ahora y
los que nos ofenden. No nos pecadores, ahora y en la siempre, por los
dejes caer en la tentación, y hora de nuestra muerte. siglos de los
líbranos del mal. Amén Amén siglos. Amén.
Segundo misterio doloroso:
La Flagelación del Señor
“Todos lo declararon reo de muerte. Algunos se
pusieron a escupirle, y tapándole la cara, lo
abofeteaban y le decía: Haz de profeta.Y los criados
le daban bofetadas”. “Pilato tomó a Jesús y mandó
que lo azotaran” (Mc 14, 65; Jn 19, 1).

Una de las obras de misericordia más evidente, pero quizás más difícil de poner en práctica, es la
de perdonar a quien te ha ofendido, a quien te ha hecho daño, a quien consideramos un enemigo.
El perdón, aunque parece superar a menudo nuestras fuerzas, ¡es siempre posible! Si Cristo,
aunque sufrió inocentemente, perdonó a sus perseguidores, ¡cuanto más nosotros que somos
pecadores! Oremos por la gracia de mirar a cada persona con los ojos misericordiosos de Jesús.
Oraciones
Padre nuestro, que estás en el Dios te Salve, María, llena
cielo, santificado sea tu eres de gracia, el Señor
nombre, venga a nosotros tu está contigo. Bendita tú
reino, hágase tu voluntad, en la eres entre todas las Gloria al Padre y
tierra como en el cielo. Danos mujeres y bendito es el al Hijo y al
hoy nuestro pan de cada día, fruto de tu vientre, Jesús. Espíritu Santo.
perdona nuestras ofensas, como Santa María, Madre de Dios, Como era en el
también nosotros perdonamos a ruega por nosotros principio ahora y
los que nos ofenden. No nos pecadores, ahora y en la siempre, por los
dejes caer en la tentación, y hora de nuestra muerte. siglos de los
líbranos del mal. Amén Amén siglos. Amén.
Tercer misterio doloroso:
La Coronación de Espinas
“Los soldados trenzaron una corona de espinas y se la pusieron en
la cabeza y le vistieron un manto de color púrpura. Salió Jesús
afuera, llevando la corona de espinas y el manto de color púrpura.
Pilato les dijo: Aquí lo tenéis”(Jn 19, 2-3).

La misericordia de nuestro Señor se manifiesta sobre todo


cuando él se inclina sobre la miseria humana y muestra su
compasión hacia quien necesita comprensión, curación y
perdón. En Jesús, todo habla de misericordia, es más, él
mismo es la misericordia.
"Este es el hombre” - dijo Pilato de Jesús. En su grande
misericordia, Dios se identifica con cada uno de nosotros,
sobre todo cuando sufrimos, estamos enfermos o pobres.
Oremos por los ojos y corazones misericordiosos, por la
gracia de ser cerca de los que están mal.
Oraciones
Padre nuestro, que estás en el Dios te Salve, María, llena
cielo, santificado sea tu eres de gracia, el Señor
nombre, venga a nosotros tu está contigo. Bendita tú
reino, hágase tu voluntad, en la eres entre todas las Gloria al Padre y
tierra como en el cielo. Danos mujeres y bendito es el al Hijo y al
hoy nuestro pan de cada día, fruto de tu vientre, Jesús. Espíritu Santo.
perdona nuestras ofensas, como Santa María, Madre de Dios, Como era en el
también nosotros perdonamos a ruega por nosotros principio ahora y
los que nos ofenden. No nos pecadores, ahora y en la siempre, por los
dejes caer en la tentación, y hora de nuestra muerte. siglos de los
líbranos del mal. Amén Amén siglos. Amén.
Cuarto Misterio Doloroso:
Jesús con la Cruz a cuestas
“Tomaron a Jesús, y él, cargando con la Cruz, salió al sitio
llamado de la Calavera”. “Lo seguía un gran gentío del pueblo, y
de mujeres que se daban golpes y lanzaban lamentos por él” (Jn
19, 16-17; Lc 23, 27).

Jesús no dejó de amar ni por un momento, también a los


que Le pusieron la cruz a la espalda y luego le
crucificaron. Oremos para que profundizando la infinita
misericordia de Dios, sepamos tener compasión por la
pobreza humana, también la nuestra. Seamos
misericordiosos - con nosotros y con los demás - así como
Dios es misericordioso.
Oraciones
Padre nuestro, que estás en el Dios te Salve, María, llena
Gloria al Padre y
cielo, santificado sea tu eres de gracia, el Señor
al Hijo y al
nombre, venga a nosotros tu está contigo. Bendita tú
Espíritu Santo.
reino, hágase tu voluntad, en la eres entre todas las
Como era en el
tierra como en el cielo. Danos mujeres y bendito es el
principio ahora y
hoy nuestro pan de cada día, fruto de tu vientre, Jesús.
siempre, por los
perdona nuestras ofensas, como Santa María, Madre de Dios,
siglos de los
también nosotros perdonamos a ruega por nosotros
siglos. Amén.
los que nos ofenden. No nos pecadores, ahora y en la
dejes caer en la tentación, y hora de nuestra muerte.
líbranos del mal. Amén Amén
Quinto Misterio Doloroso:
La crucifixión y muerte de
Jesús
“Lo crucificaron a él y, con él, a otros dos, uno a cada lado y Jesús
en medio. Junto a la cruz de Jesús estaba su Madre. Jesús, al ver a
su Madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su Madre:
Mujer, ahí tienes a tu hijo”(cf Jn. 19, 18-30).

La cruz es el signo más elocuente de la misericordia de Dios.


Ella nos da testimonio de que la medida del amor de Dios
para con la humanidad es amar sin medida. En la cruz
podemos tocar la misericordia de Dios y dejarnos tocar por
su misericordia
Oraciones
Padre nuestro, que estás en el Dios te Salve, María, llena
cielo, santificado sea tu eres de gracia, el Señor
nombre, venga a nosotros tu está contigo. Bendita tú
reino, hágase tu voluntad, en la eres entre todas las
tierra como en el cielo. Danos mujeres y bendito es el Gloria al Padre y
hoy nuestro pan de cada día, fruto de tu vientre, Jesús. al Hijo y al
perdona nuestras ofensas, como Santa María, Madre de Dios, Espíritu Santo.
también nosotros perdonamos a ruega por nosotros Como era en el
los que nos ofenden. No nos pecadores, ahora y en la principio ahora y
dejes caer en la tentación, y hora de nuestra muerte. siempre, por los
líbranos del mal. Amén Amén siglos de los
siglos. Amén.
Rezamos la Salve
Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza
nuestra, Dios te salve.A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti
suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues,
Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y,
después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén

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