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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio Del Poder Popular para la Educación.


Universidad Nacional Experimental de las Artes.
PNF de Danza Contemporánea.
Docente: Dra. Licda. Ana Magdalena López de Ugas
Realizado por: Lida Figueroa, C.I: 14.660.696

Producción sobre la historia del arte


(Enfocado en la danza)

Cumaná: agosto del 2020.


Introducción

La danza es una de las formas más antiguas, no solo expresión artística, sino de
medido de comunicación de los seres humanos. Su estrecha vinculación con rituales
y aspectos míticos se remonta a la antigüedad, y probablemente a la esencia del
hombre de una formulación básica de un proceso simbólico y de abstracción, cuyo
objetivo es manifestar algo con movimientos corporales.

La danza contribuye enormemente a la configuración correcta del esquema corporal


interno. Aporta de manera fundamental una perceptiva del hombre como un todo
coordinado. A lo largo de la historia, las danzas se han transmitido de generación en
generación, de un país a otro, incluso como un aspecto cultural, social y politico, con
diversos fines que van siendo cuestionados y modificados. En la danza existen
variedad de estilos y tradiciones que son tan numerosas como los grupos sociales
urbanos y rurales de los diversos continentes en todo el mundo. Sin embargo, podemos
observar algunos aspectos comunes del importante papel de la danza como vehículo
de expresión o comunicación social, emocional y espiritual.

La danza es la única de todas las artes que tiene como instrumento el propio cuerpo,
por lo que es capaz de demostrar a través de diferentes movimientos las emociones y
las representaciones sociales de lo que somos. A lo largo de la historia esta forma de
expresión irá evolucionando de lo espontáneo a una organización más o menos
elaborada, de la improvisación a las diferentes formas de estructuración u orden.
Como en el caso de que a finales de la antigüedad fue perdiendo su carácter ritual para
convertirse en un arte escénico, regido por ciertas reglas academistas y culturales. La
danza se convirtió, de este modo, en un arte ordenado y la expresión de lo abstracto,
en resumen como un elemento de culto.
Desarrollo

La danza ha formado parte de la historia de la humanidad desde el principio de los


tiempos. Las pinturas rupestres encontradas en España y Francia, con una antigüedad
de más de 10,000 años, muestran dibujos de figuras danzantes asociadas con
ilustraciones de rituales y escenas de caza.

La danza es la forma original, la más antigua, expresión humana. A través del cuerpo
y de su lenguaje, la danza tiene una poderosa conexión con los mundos emocional y
espiritual. En la cultura tradicional aborigen, la danza es para el alma, como una
especie de medicina sagrada. La antropología señala que el hombre prehistórico
consideró la danza como una de las actividades distintivas que le separaban de los
animales que junto con el habla, es un elemento diferenciador entre el hombre tribal
y los animales de la selva.

La danza desde la antigüedad se refería, por ejemplo, a la fertilidad, la caza, los ritos
de iniciación, crecimiento y recolección de cosechas hasta la veneración de los dioses.
Como parte de los rituales religiosos, la danza puede considerarse como una forma
simbólica de comunicación, es decir un acercamiento del ser humano con sus dioses.
Otro aspecto importante de la danza, es aquel por el cual dicha representación se
refiere a mitos de creación, relatar historias morales, religiosas o simplemente
entretener o divertir. Algunas danzas se extendieron a otros continentes por medio de
la colonización o el comercio de esclavos entre otras formas.

El hombre primitivo, antes de aprender a comunicarse por medio del lenguaje,


descubrió un elemento esencial de la música: El Ritmo. Bastaba hacer sonar dos
piedras, golpear un árbol o dos trozos de madera, o golpearse a si mismo
acompasadamente con las manos, para descubrir el efecto cautivante de la repetición
de un movimiento. En las culturas llamadas primitivas, la música tiene, por lo general,
una función mágica. El canto y la danza son considerados, en consecuencia, "medios
mágicos" para conseguir lo que se desea, como una buena cosecha, una buena caza,
el fin de una epidemia o de una enfermedad.

A partir de los distintos pueblos antiguos como; Egipto, Grecia y Roma, que dejaron
como una gran fuente de información sobre su danza los legados escritos, los
bajorrelieves, mosaicos, entro otros, permitiendo conocer los aspectos a los cuales
ellos empleaban la danza. En el antiguo Egipto, las danzas ceremoniales fueron
instituidas por los faraones. Estas danzas, que culminaban en ceremonias
representando la muerte y la reencarnación del dios Osiris, se fueron haciendo cada
vez más complejas hasta el punto de que sólo podían ser ejecutadas por profesionales
altamente cualificados. La danza en el antiguo Egipto no era una expresión de la
emoción de la bailarina, sino uno de los medios para emocionar al espectador, cuya
función era hacer más placentero el tiempo de ocio de sus patrones con sus
interpretaciones.

La forma más espectacular de la danza egipcia la realizaban las bailarinas


profesionales, con ejercicios de acrobacia y contorsionamos extremo, a éste último
grupo, pertenecen las contorsionistas especializadas, que actuaban principalmente en
las procesiones y festivales; acompañadas de música y percusión, realizaban
ejercicios dignos de admiración antes de la llegada de la gran barca sagrada.
Normalmente se bailaba en grupos o en pareja, aunque nunca de diferente sexo, en
general bailaban las mujeres, y los hombres se dedicaban al acompañamiento musical.

Una danza de movimientos delicados era considerada más apropiada para las fiestas
privadas. La danza egipcia antigua se practicaba al amanecer, en banquetes, funerales
y en la vida después de la muerte, así como ceremonias reales y festivales religiosos.
En los templos predominan las fuentes que mencionan a la danza en rituales
religiosos. De acuerdo con las representaciones pictóricas, los bailarines se formaban
en dos filas contrapuestas o en pares, muy rara vez se representa a solistas.

La danza Egipcia fue muy influyente en la antigua Grecia, ya que filósofos viajan a
Egipto a expandir sus conocimientos, como es el caso de Platón. El filósofo Platón,
catalizador de estas influencias, fue un importante teórico y valedor de la danza griega
(los rituales de la danza de los Dioses y Diosas del Panteón Griego han sido
reconocidos como los orígenes del teatro contemporáneo occidental).

Aunque Egipto influyo en la danza, Grecia fue el primer lugar donde la danza fue
considerada un arte, teniendo una musa dedicada a ella: Terpsícore. Los primeros
vestigios provienen de los cultos a Dionisio (ditirambos), mientras que fue en las
tragedias donde se desarrolló como técnica en los movimientos rítmicos del coro. La
danza en la antigua Grecia se defino como: orchêsis y el verbo orchéomai, danzar,
bailar. Ambos términos están estrechamente emparentados con la palabra más
conocida orchêstra, que significa «pista de baile». Así es como se denominó a la parte
de los teatros griegos en la que se procedía a la representación de tragedias y
comedias, ya que era el espacio ocupado por el coro y los actores para llevar a cabo
la interpretación del drama griego. Y se pone énfasis en el elemento dinámico y no
estático que implica el término.

Se cree que la danza en la antigua Grecia nació cuando Teseo, quien se metió en el
laberinto Knossos para rescatar a su amada Adriana, regresó a su país, se dirigió al
dios Delos y como ofrenda bailó como una serpiente en representación de todo a lo
que se había enfrentado en su camino. El apogeo de la danza se efectuó durante la
edad clásica, en que más de 200 danzas religiosas, atléticas, dramáticas y populares
eran ejecutadas en el teatro, en el estadio y en el templo; siendo cuando Terpsícope,
la musa de la danza, era más apreciada y honrada.

Otro hecho histórico fue cuando Casiopea (o Andrómeda), reina de Etiopía, ofendió
a la diosa Hera, y tuvo que dar a su hija en sacrificio, los habitantes ejecutaron las
bellas danzas de Andrómeda a la orilla del mar, en donde se esperaba la llegada del
Kráken (titán marino) para devorar a la bella Andrómeda y salvar el reino. Tras la
victoria de Perseo sobre este monstruo marino, y por haber rescatado a su amada, el
pueblo se llenó de júbilo, ejecutando danzas de alegría.

En el caso de la antigua Roma, la danza perdió importancia, valor social y religioso.


De hecho, bailar podía ser algo considerado inconveniente en los hombres. Aunque
formo parte de las procesiones, festivales y celebraciones, a partir del 150 A.C. todas
las escuelas romanas de baile cerraron porque la nobleza consideró la danza como
sospechosa y peligrosa, y se introdujo una nueva forma de danza conocida como
pantomima.

La pantomima se efectuaba en entierros o funerales, donde un hombre tomaba el


vestido de un difunto y su cara iba cubierta con una máscara, este iba delante de la
pompa lúgubre remedando las costumbres y modales más conocidos del sujeto a quien
representaba, de modo que hacia el papel de un orador fúnebre sin hablar ni una sola
palabra, de todas las costumbres del muerto.
La danza como manifestación de ritos, entretenimiento, entro otros, fue con el tiempo
tomando un papel aún más importante, como una actividad esencial de la nobleza,
donde todo joven “de buena cuna” la practica todos los días. Aunque el origen de la
danza se remota desde la antigüedad, fue en el Renacimiento italiano cuándo esta
adquiere una estructura, dando origen a la denominada danza clásica (ballet).

En la época en la que los príncipes organizaban costosas puestas de escena (siglo XV),
siempre acompañadas de lujosos banquetes, con artistas de su corte (bailarines,
mimos) que representaban y cantaban sobre las tramas mitológicas. En ese momento
es donde comienza a surgir el ballet, la ópera y el drama poético. Al mismo tiempo la
danza fue tomada como una forma de expresión del ideal físico y moral de la época:
un perfeccionamiento de la naturaleza, tomando un carácter profesional para aquel
que lo practicaba o quería ser considerado bailarín. El “Ballet de Corte” fue, de este
modo, durante más de cien años una de las ocupaciones favoritas de los círculos
reales. Era un espectáculo de decorados, trajes, entro otros, donde muchos reyes de la
época destacaron en él, como es el caso de Luis XIV.

Este ballet de corte, gracias a Luis XIV fue profesionalizado, y con el tiempo se
denominó de ballet de corte a, danza clásica o ballet. El término ballet proviene del
francés, derivado del italiano balletto que es diminuto de ballo y a su vez de raíz griega
y significa bailar. Este riguroso arte, consiste en adquirir un control sobre el cuerpo,
y realizar diversos movimientos establecidos que son perfeccionados continuamente
por el bailarín. Siendo una base fundamental de preparación para un bailarín de índole
profesional.

Uno de los fundamentos técnicos del ballet es la rotación externa de las piernas,
llamado en dehors. Cada pierna debe ser rotada hacia fuera desde la articulación de la
cadera. Contempla cinco posiciones específicas para los pies, las cuales son utilizadas
en la ejecución de los pasos del ballet, así como también las posiciones
correspondientes para los brazos, aunque varían dependiendo de la escuela. La técnica
de este arte enfatiza la perpendicularidad del torso, exigiendo a la bailarina o bailarín
mantener su eje vertical. Es necesario que todas las partes del cuerpo estén
correctamente alineadas y centradas para permitir el máximo de estabilidad y facilidad
en el movimiento
Entre los años 1710 y 1756, el ballet era considerado una disciplina esencialmente
masculina debido a su estrecha conexión con el teatro, que tenía igual connotación.
Estaba prohibido que las mujeres bailaran, así que los hombres ejecutaban los roles
femeninos. Después, las mujeres bailaron, pero con ropas gruesas que impedían el
movimiento. Pocos nombres de mujeres resaltaron en aquella época, entre ellos, Marie
Camargo y Marie Sallé.

Fue con el ballet romántico donde las mujeres tomaron fuerza en este arte. Las
bailarinas se convirtieron en el símbolo que resumía el ideal de belleza femenino de
la época: ser una mujer delicada, formal y refinada. El ballet está envuelto en
elementos propios del romanticismo, como el uso de las gasas, tules y zapatillas de
puntas. Asimismo, el color rosa prevalece acompañado de movimientos que desafían
la gravedad e historias de princesas encantadas cubren las escenografías de sus danzas.
La vestimenta define la significación de los cuerpos en un espacio social determinado;
la organización de las sociedades participa en los valores y connotaciones que la
vestimenta, sea estructurada (uniformes, vestuarios, disfraces o trajes), revierte en los
hombres y mujeres.

La zapatilla de punta es un elemento indispensable para el entrenamiento de la


bailarina clásica. Ella es preparada durante años en la técnica de los movimientos con
la zapatilla de media punta o blanda, para luego entrenarse con este tipo de calzado.
La zapatilla de punta recrea la ilusión óptica y la sensación física de que la bailarina
está flotando sobre el escenario como un ser semi-alado o angelical. Debe pretender
y disimular todo gesto no sólo corporal sino facial de dolor o incomodidad por el
doloroso uso de este tipo de zapatilla, ya que son extremadamente dañinas para los
pies, ocasionando no solamente callos, llagas, ampollas y uñeros, sino también
deformidades óseas.

Las zapatillas de ballet se asemejan a la restricción del movimiento físico de la mujer


en el uso de los zapatos de taco alto o de aguja, y en caso extremo, de las ataduras de
los pies de las niñas y mujeres en la antigua China. Las zapatillas de ballet pasan a
ser, de prerrogativa del vestuario de la bailarina, a ser parte de su identidad,
convirtiéndose en el principal punto de su reconocimiento.

Esta técnica rigurosa tuvo su antónimo, es decir, mientras está se basa en control y la
máxima perfección del movimiento, surgió en contraposición: la danza moderna, la
cual rompió con sus rigurosas reglas, como bailar descalzos y realizando movimientos
que no eran muy bien vistos. Aunque la danza moderna rompe paradigmas de la
clásica mantiene su base pero adaptándole estilos y movimientos diferentes.

La danza moderna es el avance natural de la danza clásica y la cual afecta todas las
expresiones artísticas. Es una clase de danza en la que se busca expresar, a través del
bailarín, una idea, un sentimiento, una emoción, al igual que el ballet clásico, pero
mezclando movimientos corporales de uno mismo, expresando lo que uno está
pasando por ese momento, o lo que estas sintiendo, tratando de expresar y que la gente
lo sienta al mismo tiempo que lo interpretas.

Esta corriente de expresión corporal se inició a finales del siglo XIX y principios del
XX, cuando el mundo empezó a experimentar cambios a nivel social, político y
económico. La industrialización de consolido en la economía y la monarquía perdió
su poder totalitario, todos estos cambios influyeron en la danza, sobretodo en la danza
moderna, dando la relevancia del individualismo y entrega, que fueron características
muy marcadas en este arte.

La danza moderna se conecta a lo terrenal, lo humano y las pasiones, además de la


falta de estructura y transgresión, toma una mezcla de técnicas generando coreografías
que pueden ser abstractas o narrativas. Los especialistas distinguen en la danza
moderna dos escuelas: la escuela americana y la escuela europea, y a su vez marcan
la existencia de diferentes generaciones que fueron modificando los preceptos de esta
danza. La danza moderna se propagó a Estados Unidos a finales del siglo XIX y sus
principios dejaron los cimientos de los cuales está basado su fundamento.

Una de las grandes impulsoras de la danza moderna fue la bailarina estadounidense


Isadora Duncan, (San Francisco, 1878 - Niza, 1927) quien criticó varios aspectos de
la danza clásica, a la cual consideraba como algo demasiada estructurado y por ello
propone dotar la danza de movimientos que sean más naturales acentuando el
movimiento puro, no estructurado, y anhelaba crear una danza "que pudiera ser la
expresión divina del espíritu humano mediante el movimiento del cuerpo”. Los
vestuarios no son lujosos sino todo lo contrario, se procura dejar de lado la
suntuosidad con la utilización de ropa mucho más común y sin el uso de las zapatillas.
Otras figuras a nivel internacional, que también dejaron su impronta en la danza
moderna y que contribuyeron a dotarla de las características que posee, fueron: Ruth
St. Denis (Newark, Nueva Jersey, 1880 - Los Ángeles, California, 1968), que
consideraba a la danza como expresión espiritual. Hizo su aporte a la estructuración
de la danza moderna al transformar la visión del cuerpo y del movimiento en un acto
religioso. De igual manera, creó una técnica corporal ordenada y ofreció la
fundamentación técnica de la segunda generación de bailarines modernos así como su
posterior desarrollo, lo que devino en un cuerpo completo al servicio del movimiento.

Por otro lado, Mary Wigman (Hannover, 1886 - Berlín, 1973), consideraba que en la
danza no existen movimientos feos ni grotescos, sino que nacen como consecuencia
de un proceso emocional. Esta maestra, fundamental en el concepto de composición
en la danza de Occidente, es una coreógrafa determinante en la gestación de la
moderna, puesto que le dio al bailarín una conciencia de principios y fundamentos
sobre los cuales el danzante se consagra como artista. Sus conocimientos y estudios
conocimiento la llevó a proponer aspectos que hoy en día siguen siendo manantial de
investigación para las artes: tiempo (observado desde una perspectiva musical en tanto
los conteos y fraseos del bailarín); energía (la fuerza dinámica, mover y ser movido,
ya que este es el motor de la danza); espacio (no se trata de un espacio tangible,
limitado y limitante de la realidad concreta, sino del espacio imaginario, irracional, de
la dimensión danzada, este espacio que parece borrar las fronteras de lo corporal y
puede transformar el gesto fluido en una imagen de apariencia infinita) y respiración
( que Wigman considera que la respiración es la fuente de todo movimiento).

Otra artista es Martha Graham (Pittsburgh, Pensilvania, 1894 -1991), catalogada


como la Picasso de la danza, que en sus danzas expresa las emociones humanas. Su
idea de descubrir un método de enseñanza y un estilo de interpretación nuevo, original
y consistente constituye uno de los más grandes proyectos y, a la par, de los logros
más evidentes en la historia del arte moderno. La detección de un punto interior del
cuerpo, del que emana el impulso del movimiento, así como el establecimiento de un
sistema o método para la auto manipulación de los movimientos para danzar, han
colocado a Martha Graham en un lugar preponderante de la danza del mundo.

Ante la danza moderna, surgió la danza postmoderna, como una rebelión ante sus
conceptos coreográficos basados en emociones, estados de ánimo y problemas
existenciales. La danza postmoderna se centra más en el principio ideológico de la
búsqueda de la libertad de movimiento, es decir está bajo la idea que todo movimiento
es danza, y que todas las personas son bailarines (tengan o no tengan preparación).
Siendo una reacción a los límites de composición y de presentación de la danza
moderna, la danza posmoderna rescata el uso de los movimientos cotidianos como un
vehículo artístico válido y propugna métodos novedosos de composición de la danza.

El movimiento de la danza postmoderna abarcó las décadas de 1960 y 1970, y si bien


su apogeo fue relativamente breve, su legado vive en la danza contemporánea (una
mezcla de modernismo y posmodernismo), y el desarrollo de los procesos de
coreografía posmodernistas que han producido un amplio espectro de obras de danza
en diferentes estilos. Se debe tomar en cuenta que durante el apogeo de la danza
postmoderna en los Estados Unidos de América, surge un período de cuestionamiento
de las ‘verdades históricas’ y los principios ideológicos que rigen los ámbitos socio-
culturales, políticos y artísticos. La sociedad comienza un proceso de apertura hacia
el reconocimiento de la pluralidad, la relatividad del conocimiento y la subjetividad
de la percepción. El ambiente de cambio social y cultural se nota en las artes por una
tendencia hacia la experimentación y el radicalismo. A partir de este momento, los
coreógrafos dejan de crear ‘escuelas’ o ‘estilos’, como habían hecho hasta entonces
sus maestros ‘modernos’. Las influencias entre unos y otros son menos directas y más
fragmentadas.

En la danza postmoderna todo vale (época de subjetividad), lo que significa que todo
lo que se propone es válido. Basándose en una búsqueda del grado cero del
movimiento: la exploración del movimiento de la vida diaria como experiencia
estética suficiente y negación de la importancia del virtuosismo técnico. Ocurre una
sustitución del juicio estético por la observación y el análisis (las nociones de bueno
y malo pierden importancia), con la intención de acercar la danza (las artes) a la vida
y a los públicos masivos (danza en las calles, intérpretes (‘performers’) que no son
bailarines).

Con anteposición a la danza moderna, la danza postmoderna se enfatiza en la


búsqueda de ausencia de expresividad por parte del bailarín, donde pretende una
identificación de marcas sociales e ideológicas en el cuerpo y su movimiento, y
negándose a la pretensión de crear un vocabulario coreográfico propio, repertorio o
estilo, cuestionamiento del valor de la noción de ‘autor’ de una obra de arte. Además
surge la invención de la noción de ‘Performance o Butoh’, (la cual reemplazará la
noción de espectáculo): hacer algo, más que representarlo, que hace referencia a un
grupo de prácticas ‘performáticas’, donde se interesa por la búsqueda de una identidad
nacional. Los bailarines, actores, músicos y artistas visuales tienen un mismo status
en él. Las fronteras entre los géneros artísticos se vuelven indefinidas.

Entre los representantes de la danza postmoderna se encuentran: Lucinda Childs


(conocida por sus procedimientos repetitivos y minimalismo purista), Twyla Tharp
(conocida por haberse convertido en una artista popular más que de vanguardia, que
fusiona su trabajo con la cultura pop), Trisha Brown (conocida por su exploración de
la gravedad, sus ‘acumulaciones’ y su período de ‘estructura molecular inestable’) o
Steve Paxton (famoso por el desarrollo de la improvisación de contacto (‘contact
improvisation’). Otro gran representante de este arte es Merce Cunningham
(Centralia, 16 de abril de 1919 – Nueva York, 26 de julio de 2009).

Merce Cunningham presento en el Teatro Lys del circuito off-Broadway de Nueva


York, su proyecto de compañía que se haría célebre y determinante en el mundo. Con
la creación de la Merce Cunningham Dance Company se iniciaba la era posmoderna
de la danza occidental. Cunningham hizo de la danza un acto vital. Su concepción del
movimiento, absolutamente innovadora y personal, cambió el sendero de la danza
moderna de Martha Graham, convirtiéndola en un hecho calculadamente abstracto
aunque íntimamente unido a la experiencia humana.

Cunningham revitalizó las posibilidades de la danza transformando el rol del bailarín,


realizando aportaciones fundamentales a los conceptos de espacio y tiempo y
llevándola hasta lugares insospechados convertidos por él en escenarios ideales.
Según Cunningham la danza está fundada sobre el principio de individuos que se
mueven y se reúnen, y no se trata de héroes ni de emociones ni de estados de ánimo,
sino más bien de entidades. Con este punto de partida, Cunningham marcaba
definitiva distancia con Graham, que fue su maestra y de cuya compañía fue bailarín
fundamental a principios de los 40, separándose así del universo anecdótico y
dramático de los principios técnicos rectores de la danza de esta artista esencial.

Una de las grandes aportaciones de Cunningham lo constituye su teoría sobre el


espacio escénico, según la cual cada bailarín ocupa un lugar determinado del cual se
convierte en su centro vital, desplazándose naturalmente en él, y tomando posesión
del mismo. La conjunción de estos centros permite que el movimiento del intérprete
sea visible desde multiplicidad de lugares en el escenario. La noción espacial de
Cunningham permite una amplia libertad de creación y la construcción de estructuras
coreográficas impensables, dando como resultado un movimiento instantáneo y
azaroso. A partir de sus convicciones, formula una técnica, hoy ampliamente
difundida, que ofrece al bailarín un ámbito abierto para la investigación corporal y la
libertad expresiva.

La utilización de la música en relación con la danza representa orto hallazgo


significativo debido al singular coreógrafo. De acuerdo con Cunningham, la danza
constituye una entidad autónoma, rechazando cualquier subordinación de esta al
elemento sonoro. La música, en todo caso, resulta un acontecimiento simultáneo
aunque separado de la acción del movimiento. Famosa es la colaboración artística de
Cunningham con su pareja sentimental, el compositor John Cage y otros
investigadores de la música electroacústica, en la búsqueda de nuevas experiencias
dentro de la relación movimiento-sonido.

También es relevante la forma en que Cunningham vincula la danza con los elementos
plásticos, propiciando una ruptura con la concepción tradicional de escenografía y
vestuario, que se convierten en sugerentes entornos escénicos. Por su ideal
revolucionario, Cunningham es considerado el pionero de la danza posmoderna y el
padre de una generación de artistas que desarrolló durante las últimas décadas del
siglo XX el movimiento de la Nueva Danza, de gran influencia en los senderos que
tanto en lo conceptual, lo formal y lo técnico, experimentó la danza mundialmente.

La historia reconoce en Merce Cunningham al creador inconforme que propulsó la


revolución de la danza más allá de la modernidad en el mundo. Su obra sintetiza
asombrosamente la condición alienada del hombre contemporáneo debido a los
procesos sociales, económicos y políticos, incluida la desmedida presencia de la
tecnología, de la que fue admirador, siendo uno de los pioneros del video danza y un
innovador interesado por la informática como herramienta para la creación.
Cunningham desveló al intérprete antihéroe, y creando al bailarín virtual.

Grandes revolucionarios de la danza han tenido que defender sus ideales e ir más allá.
Usando cada aspecto del mundo que los rodea, teniendo una visión de lo perfecto y
de lo imperfecto, generando cada vez una idea aún más hermosa que la anterior, que
sea vanguardista con la toda la intención dejar una huella.
Conclusión

La danza es una gran evidencia la búsqueda de un lenguaje, ya sea individualista o


grupal. Este arte brinda una idea sobre el cuerpo que lo va transformando pasando de
lo etéreo a lo terrestre, evidenciando su peso, los esfuerzos necesarios para el
movimiento, las oposiciones, la gravedad, la energía y la respiración. Esta
transformación no solo se da con en la creación de diferentes técnicas de
entrenamiento corporal sino también en la transformación de espacios escénicos.

Además, la danza es un gran resultado de la hibridación de los lenguajes artísticos del


folclore, la antigüedad, el ballet, lo moderno, lo posmoderno. También responde a un
diálogo cinético que transcurre o se materializa en el cuerpo de múltiples exponentes
(coreógrafos o danzantes) a partir de la posibilidad de acceder a formas renovadas del
cuerpo, elevando las categorías y actos estéticos como autor reconocimiento humano.
Los aspectos artísticos del bailarín se convierten en cuestionamientos desde la
perspectiva del arte y, a partir de sus contextos, generando cuestionamientos para
generar nuevas formas de cómo interpretarlo.

Así, el cuerpo se vuelve lienzo, pincel, y tablado para la expresión artística que revela
un caos desbordante, que se derrama por sus orificios, y traspasa los límites de la
apariencia y vive de la anomalía para un conocimiento estético de lo más humano y
real (el cuerpo), como resultado de una manifestación vital.
Bibliografía
 Alemany, M.J. (2012). Historia de la danza II. La danza moderna hasta la
Segunda Guerra Mundial, Madrid, Piles.
 Baril, J. (1987). La danza moderna. Barcelona: Paidós Ibérica
 Barragán, A. E. (2014). El tutú, su historia y su carga simbólica hacia la
femineidad: El cambio de la mirada hacia el ballet como el arte del movimiento
y su vestuario. Universidad de San Francisco de Quito.
 Duncan, I. (2003). Arte de la danza y otros escritos. Madrid: Akal.
 Laban, R. (1987). El dominio del movimiento. Madrid: Fundamentos.
 Rovira, B. (2003). Martha Graham: “El cuerpo es lo más hermoso que existe
en el mundo”. Recuperado de: http://www.educaciofisica.com/4.
 Sanchez, J.A. (1999). La escena moderna, Madrid, Akal.

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