Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
~
@JJ ~9íffi ~
~ lw11t
~
~~
Bernard Dort
Traducción
de Laure Riviere y Rodolfo O bregó n
11
© Bernard Dort
© Edil ions du Seuil, 1986
© Ediciones y Producciones Escénicas PASOOEGATo@
Eleuterio Méndcz =11 , Colonia Churubusco-Coyoacán,
c. p. 04120, México, D. F.
Tek,fonos: (0155) 5601 6147, 5688 9232, 5688 8756
Correos electrónicos:
editor@pasodegato.com, diseno@pasodegato.com,
inlopdg@prodigy. net.mx, editorialpdg@gmailcom
PRESENTACIÓN
\ ' Patri ce Pav1s, La mise en su'! m' w nte111porai11e, París, Armand Co-
llin, 2007. (l.J lraducc,ón al espa,i ul 1us1.1111cn1e del ca pítulo " PuestJ
en escena, performance ¡u1,íl es la d1ferenc1a /" pu ede consull,1rse t•n
la revisla elec1rón1ca Telondefondo, num. 7: www 1elondefondo.org
Sobre las relaciones entre performance y 1ea tralidacl puede verse
lambién e // Hu. 1xx Performance y tea tralidad, lleana D1éguez y Josefi-
na Alcála1 (cd, .), Méxirn, Conacul1;ll'1Nt1A, 2005 .
CtM d t•mo< d'-!...!_ "'"1'º Tc,a /ral
CONDICIÓN SOCIOLÓGICA
DE LA PUESTA EN ESCENA TEATRAL*
Toda refl exión sobre el teatro contemporáneo nos remite al
acontecimiento que literalmente lo creó: la diferenciación de
la puesta en escena como arte autónomo y la llegada del di-
rector de escena como único maestro de obras del espectácu-
lo . Así pues, conviene interrogarse sobre este acontecimiento,
sobre la bru sca mutación que se produjo entonces en la acti-
vidad teatral y que de cierto modo introdujo en ella una nueva
dimensión : la de un arte escén ico diferente al arte dramáticoJ 1
si bi en estrechamente ligado a él.
No es si no alrededor de 1820 que se empieza a habla r de
puesta en escena en la acepción que hoy damos al térm ino.
Anteri orm ente, " poner en escena" significa ba adaptar un tex to
literari o a fin de representarlo en tea tro: la pu esta en escena
de una novela, por ejemplo, era la adaptación escénica de esa
novela. Y el nuevo sentido del término no se impuso inmedia
lamente: en 1860, )ul es )anin seguía deplorando que se tratara
de un " b arbarismo" , aunque reconocía t;imbi én que su uso no
podía evi tarse ya .1
En lo que corresponde al director de esccnil, éste aparece
en la déca da de 11380 En 1887 Antoine cre;i el Thé5 tre Libre,
y el fenómeno -en este caso- no es exclusiv¡imente fran cés:
Ri chard W agner se preocupa tanto por la rea li zación escéni-
ca de sus dramas musica les como por la ejecució n musica l
UN RITUAL
Está claro que antes del adven im iento del d irector de escena ,
el espectáculo no es producto de la casual idad . Es reg ido por
un c ierto orden . Pero este orden preex iste a la representac ión
teatral, si no es que al texto m ismo. La forma está dada de
antemano, intangible; y cada representac ión no es entonces
más que una man ifestac ión, una encarnac ión - la más per-
fecta pos ible--, de esta forma que contiene en sí m isma todo
el sentido del espectáculo; Así sigue siendo el teatro ritual, tal
como lo encontramos en Africa o As ia. Y aun cuando el teatro
occ idental haya roto con esta ritual izac ión, por mucho tiempo
conservó rastros de ella .
Tenemos la costumbre de hablar de puesta en escena cuan -
do_nos ref~rimos al teatro de los siglos pasados : la señorita S.
Wilma De1erkauf Hoslboer pudo titular su tesis como Historia
de la puesta en escena en el teatro francés de 1600 a 1657
'
1
• El término Regidor pertenece a otras tradiciones (la alemana y la ita-
liana, entre varias_más) y continúa usándose en ellas para designa r, a
pesar de sus 1mpl1cac1ones, al director de escena. En otros ámbitos ha
pasado a designar a la figura equivalente al stage manager. (N . de los T.)
f,
• l.imh,én c-n nuPstro país existen tasos semej,rnte~ l.i tesis dottor,1I
de Octa vio R1ver;i lleva por titul o Recu,sos de la pues ta en esrP11a en
,.¡ rc•,11m novn/u;p,inn d, ·1~,¡;lo X\11 IN de los T.)
, A esll' respe<. to, véase l,1 Impnrt;i n1C' obra ele• André Veinste1n L,i
M,s,, l'n H énC' 1ht,J 1r,1I<• e t sa con<l1t1nn 1•,1hétir¡ u1• P.iris, rl .1 rnrn,11ion
J q ~~ (/ ,, pu<·st,1 1•n esr1•11a, Ru enns Aire, Co111p.1ñ1.1 C.ener,1I L1lml
rd ,tor,1, 1'H,2 ¡
blecido del espectáculo clásico, con su lugar (el palacio a vo-
luntad) y su du ración fijos de una vez_ ~o~ todas, el au tor, el
actor principal o el jefe de la compani a introducen algunas
va ri antes; rectifican , adaptan . Los ejemplos abu ndan . Evoque-
mos simplemente a Ra c ine haciendo ensaya r a la Champmes-
lé y a Moli ere tal y como se co loca a sí mi smo en el lmpromp-
tu de Versa l/es - ese Moli ere, como se decía en el siglo xv11,
que sabe "ajustar tan bien sus obra s a las posibilidades de sus
;ictores qu e éstos parecen haber nac ido para los person.i jes
que representan "- . Ajustar, la palabra es sign ifi ca ti va . Un;i
vez más, es eso lo que hará Voltai re con la ayuda de Leka in y
la señorita Clairon : aj ustará la forma clásica a las exigenci as
de la Ilustración.
Sin embargo, en esa misma época, algunos teóricos ya van
más all á y reclaman nada menos que el adven im iento de un
·J.. director de escena. En 1640, Ju les de la M esnard iere p ide que
" se le revele al Poeta el Arte de hacer soportabl e la escena si él
no puede hacer que sea acertada", y rec uerda que
" lbid.
- /bid.
-
• ( sayo de psicología del actor sino el aviso a todas luces de una
....J reforma rad ical del teatro que impl ica la intervención de un
auténti co director de escena .8
Pero, de hecho, no es sino en el curso del siglo x1x cuando
l
se produce lo que hemos denom inado el adven imiento de la
puesta en escena (ya que no se puede hablar de creación ex
nihilo ); es decir, el paso de la "régie" a la puesta en escena,
si damos a esas palabras el sentido que les atribuye Marie-
Antoinette Allévy, quien ve en esta última "una interpretació n
personal sugerida por la obra dramática que coord ina todos
\ los elementos del espectáculo, con frecuencia de acuerdo con
una estéti ca parti cul ar", mientras que la pri mera sigue siendo
la "si mpl e ordenación objetiva J .. . J de l;i animación teatra l y
de los accesorios" .9
'l
Huérfano de la China) . A través de la búsqueda del color local
de un gusto por lo pintoresco que alca~zaba la extra ~agan -
~ia (es la época durante la cual, en la opera , se. mult1pl 1ca~
ban atracciones tal es como la erupción del Vesuv10, el e.}, _as1
' s de la preocupación por la verdad arqueolog1 ca
como a trave - , a
como respuesta a la exigencias de un a burgues 1a e nu evos
y feli ces de encontrar en el escenario la ilusión del lu¡o
ri cos • , d
que empezaban a gozar en la vida, 1a noc1on e un marco
pa rt ·cul
1
ar, prop io de ca da obra, ven ce al clásico marco
• • •
adJ
/ibitum . Muy pronto ya no se tratará del marco ~ ~1 s1qu1era
del decorado, sino del entorno : un entorno escen 1co donde
se arraiga la obra escrita y del que saca todos o parte de sus
significa dos. 10
Cada vez con mayor frecuencia , corresponde a un so lo
hombre ordenar los elementos de la representac ión . En oca -
siones es el decorador el maestro del espectáculo : recordemos
al más grande decorador romántico, el p intor Ciceri, qu e no
conforme con pintar o mandar a pintar los inmensos lienzos
que le pedían el Teatro de la Ópera o la Comed ie-Franc;a ise,
1legaba incluso a encargar a tal o cual autor dramático una
obra que le permitiera luego real izar el decorado o la atrac-
c ión espectacular con los cuales soñaba. Otras veces es el
d irector del teatro (por ejemplo Lanoue, en el Circo olímp ico,
o Harel en el teatro de la Porte Sa int-Martín, y más tarde Mon-
tigny en el Gymnase) qu ien impone un estilo, se especial iza
10
Mi/ieu en francés, de donde deriva un juego de palabras (ex-
puesto posteriormente) que refleja el cambio conceptual entre /ieu
(l ugar) y mi/ieu (medio). Hemos preferido en la traducc ión utilizar las
palabras "entorno" o "ambiente" en lugar de "medio", que requiere
casi siempre de especificaciones (medio ambiente) o pu ede gener~
confusión (medio escénico). El cambio corresponde tamb ién al paso
de la idea de "decorados" a la de "escenografía", aunque en francés
co ntinúe usándose con frecuencia el primer térm ino. (N. de los T.)
10
ÜN SALTO DIALÉCTICO
l
la elaboración de un cuadro o de la ilustrac ión de un texto, y
se convierte en el elemento fundamental de la representación
_ tea tral: la medi ación necesa ria entre un texto y un espectácul o.
Anteri ormente, esta medi ación estaba de cierta m;iner;i entre
paréntesis, ignorada o inclu5o suprimida: el espectácul o existe
r
ra ra el texto o ~ o para el espectáculo_; ~I un o desaparecía
en el otro, y viceversa. Ahora texto y especta culo se condi r io-
~
nan mutuamente, se expresa n el uno al otro An to.ine lo advertía
en su famosa conferencia de 1903 , sobre la puesta en escena:
" La puesta en escena no sólo proporciona un marco justo a la
_ acción; determ ina su ca rácter verdadero y crea la atmósfera " .
La ahrupt a muta ción de la que he hahl ado al inic io está
contenida en este fragmento de la fra se: "determ ina su ca -
rá cter verd adero". No se trata úni camente de la creac ión de
una nueva ;icti v1dad téc ni ca - la del director ele escena-
por una diferenci aci ón de sus fun ciones anteriores (decorado r,
director del tea tro, ;i ctor prin cipal ), sino tambi én de un¡¡ toma
'1
de conciencia en cuanto a la sign ificac ión estética de esta
nueva actividad. Se trata de una transi ción de lo cuant itativo a
lo cuali tativo; de un salto dialécti co.
l
frecuenc ia este punto de vista.
: r:; Es un hecho que la primera mitad del siglo XIX estuvo mar-
, cada por un camb io en la concepc ión del decorado de teatro
y por el uso de técn icas cada vez más variadas. Así pasamos
de un decorado compuesto por un telón de fondo, romp i-
mientos laterales destinados a perm iti r entradas y sa lidas, y
bambal inas, acomodado todo según el eje de la perspectiva, a
una escenografía hecha con practi cab les libres (las "ferm as" ),
susceptibles de combinaciones mucho más variadas . Se im-
puso también el empleo de carros y de tiros colgantes. De ese
modo se podía jugar con varios planos, ta nto en profund idad
como en altura, y multiplicar los efectos de perspectiva . Sin
embargo, la riqueza y abundancia de las técn icas cuentan
menos que este hecho esencial : E;!_. espacio escéni c ~ o_es
~~e ~ uniforme; cambia con cada espectáculo. En lo
] sucesi_ vo, to~a -representación teatral pl_an_tea la cuestión de su
espacio escen1co: es necesario constru ir, imagina r uno, nuevo
\ y si ngul ar para ca da ocasión.
12
U N REPERTO RI O AMPLIADO
11
Esta cuestión ha sido estud iada, entre otros, por )ea n )acquet en
su exce lente y preci so Shakespeare en France, mises en scéne d'hier
el d'aujourd'hui, París, Le Temps, 1964.
12
Emplois en fra ncés; es dec ir, los tipos de papeles con que se
identifica ba a los actores (dama joven, galán, primer actor, cóm ico,
actri z de ca rácter, etc. ) y que constituían también una condición
apriorística de la escena e incluso de los textos dramáti cos. Hemos
elegido, en este caso, tradu cir el térm ino por " ro les" aunque ex ista en
la trad ició n española el térm ino "ca racterísti cos". (N. de los T.)
14
t~
gresiva de las compañ ías y las sa las especializa d as, son _con -
vergentes ..., pero no rinden cuenta ca bal del adven1~ Iento
del director de escena. Y es porqu e les fa lta un d enominado r
común . M e pa rece entonces que el análi si s del púb lico de tea -
tro o, más ampl ia mente, de la estructura del co~sumo t:a tra l
de la época, es capaz de revelárnoslo. H e aquI la h1potes1s
que propongo: buscar para el advenimi ento de la pue_s! a en
escena explicaci ones de orden tecnológico, pero tamb 1en un
fundamento socio lógico. Ver en este aco ntecimiento no tanto
el resultado de una di ferenc iación progresiva de las tareas téc-
nicas (que son más una consecu enc ia que una ca usa) sino una
modificación tanto cuantitat iva como c ualitativa del públi co
de tea tro : mod ifi cac ión en su núm ero y composic ió n, modifi -
cación tamb ién en su actitud frente al teatro .
NUEVOS PÚBLICOS
La Revolución rompió las barreras que sepa raban entre sí a las cla-
ses sociales. Hoy, Francia es una democracia. Los más hum ildes
desea n gozar de los mismos placeres que los más ricos; por eso
podemos decir que desde el final del siglo pasado, el público que
- asist~ a las representaciones dramáticas casi se centu plicó. Por ello,
no solo son necesarios más teatros para satisfacer a todos los gus-
tos; sino también porque una obra que antaño habría term inado
después de veintici nco o cincuenta representaciones, hoy alcanza
cien e incluso dosc ientas, y después de tal número de func iones
sólo suele haber agotado momentáneamente su éxito."
" /bid.
16
''' Citado por Mau ri cc Descott cs en i r> />u hlic dr thC'J trr> P I 1011 hi1
roirf', P.1 rís, PUr, l 'lú4 .
17
obvio. Hay que restablecerlo cada vez: _La estructura m ism_
a
de la demanda del público ha sido mod1f1cada; se ha produci-
do un ca mbio de actitud frente al teatro .
18
t 'J
\ Y
t "
¡
de los personajes representados. Resulta en tonces una consecuen-
cia lógica que el decorador y el director de escena se hayan conver-
tido en tapiceros y por decirlo así, en conocedores de bar~t ,jas, y
que tuvieran que procurar otorgarle al material figu rativo esta fiso-
nomía persona l característica de la puesta en escena moderna. 1... 1
f
Por eso la evolución de la pues ta en escena no es el resultado de ~n
~ prejuicio sino que resulta, por el contrario, de una tr.insforma c,on
insensible de la estética clramá t,ca y de la sociedad moderna . Así es
l
como la puesta en escena adquirió una plasticidad que no posc,a
anteriormente.'"
Lo RELATIVO AL TEATRO
8
' lbid.
" !bid.
20
J
De pronto, esta relación de proyección se acabó. Desde
entonces lo que importa es establecer sobre el escenario una
ea lidad que ex iste en sí, sin neces itad de ser apoya da o com-
pletada por la mirada del espectador. Y precisamente la puesta
~ n escena es ese intento, siempre retomado, de situ ar sobre
la escena a la obra dramáti ca con todos los sign ifi cados que
puede ten er ante nuestros ojos -o más bien tal como aparece
no a todo el públ ico (éste, como hemos visto, se hizo hetero-
géneo), si no al que es el espectador y el actor privilegiado del
tea tro: el director de escena.
Becq de Fouqu ieres, parafraseando una vez más a su adver-
sario Zolá, habl a de "el tránsito de lo relativo al tea tro, lo que
const ituye la riqueza del arte moderno". 2º El advenimiento de
la puesta en escena refleja este fenómeno.
- Porque frente a un públ ico ca mbia nte y variado, la obra ya
/ no ti ene un signi ficado eterno sino sólo un sent ido relativo,
depend 1ente del luga r y el momento, la intervención de un
l direc tor de escena se hizo necesaria. Anteri orm ente, un orden
determ inado regu laba los interca mbios entre la sa l¡¡ y el esce-
na rio; ahora, este orden va ría con cada espectácul o y corres-
ponde al di rec.tor de escena cstahl ec.erlo, determi n;ir dP qu<'
manera la obra ser;í rt•c1 hicfa y c.ompren dida poi l'I pC,hlico
21
tr,1 taba sobre todo de determ inar el ambiente y la época, o sea
l
fijar irrefutabl emente la obra en su rea lidad históri ca y social.
Antoine decía : " La puesta en escena debería tener en el tea tro,
la fu nción que las descri pciones ti enen en la novela ". Por eso
0 las puestas en escena naturalistas se conforman en apariencia
con reconstru ir el entorno exacto de la obra, de los personajes
y la acción. Pero en rea lidad va n más ;i llá que eso: entre la
22
11
La puesta en escena aspira a rea lizar un espectáculo abierto
donde la comprensión se basa en el·establecimiento de cierta
distancia entre todos sus elementos y, al mismo tiempo, sólo
sueña con un espectá culo cerrado que, bajo la autori dad del
director de escena, selle la comunión de la sala y la escena.
Esta contradicción es esenc ial : no podría resolverse en be-
neficio de uno u otro de sus componentes fund amentales. Y es
esto, sin duda, lo que hace que la puesta en escena moderna
sea más un arte que un conjunto de técni cas. Al menos nos
autori za para estudiar el teatro contemporáneo no desde el
punto de vista de los textos dramáti cos o el de la evolución de
los procesos escénicos, sino como el arte de la representación
teatral.
1967
Condición sociológica
de la puesta en escena teatral
se terminó de imprimir
en julio de 2009 en los talleres
de Offset Santiago S. A. de C. V.
El cuidado de la edición
estuvo a cargo de Leticia García.
Formación y diseño Galdi González Salgado
El diseño editorial es de José Bernechea lturriaga.
24