LO RURAL EN LA OBRA DE JUAN RULFO:

ORÍGENES, CONTENIDO Y TRASCENDENCIA

Francisco Joel Guzmán Anguiano1

Resumen
En este trabajo se exploran, desde una perspectiva histórica, qué
elementos sobre la vida rural están presentes en la obra literaria de
Juan Rulfo, y cómo es posible entender ésta como parte de la histo-
riografía o imagen histórica que se generó al finalizar la Revolución
Mexicana, la cual percibía al campo mexicano de principios del siglo
XX como rudimentario y violento. Los diversos tópicos y personajes
que están presentes en la narrativa del escritor jalisciense son actores
vivos que refuerzan esta imagen de entorno rural nada propicio para
la convivencia social. Primero se aborda cuál fue el proceso de vida
de Rulfo, desde sus orígenes familiares en el sur de Jalisco hasta el
momento en que publicó su obra cumbre, Pedro Páramo¸ en el en-
tendido de que es posible rastrear parte de la inspiración del autor
en su propia vida. Posteriormente se procede a analizar los diversos
tópicos sobre la vida campestre mexicana que están presentes en su
obra, relacionándolos con la corriente historiográfica rural mexicana
de mediados del siglo XX. Por último, trato de explicar cuál fue la
recepción de la obra de Rulfo y cómo esta recepción está relacionada
con diversas posturas de pensamiento.

Introducción
La creación literaria forma parte de un complejo proceso en don-
de la ficción y lo imaginario toman lugar en la realidad, a la cual el
artista trata de interpretar de acuerdo con su visión del mundo. Esta
interpretación parte de la inspiración del artista, que entremezcla las
afinidades ético-estéticas en que basa su obra, su ideología, sus ex-
periencias de vida y el contexto en el que se ve inmiscuido, dándole
una base espaciotemporal al objeto artístico, que lo impregna de una
interpretación determinada; pero a su vez, con el paso del tiempo, de
una carga cultural que va evolucionando.

1 Francisco Joel Guzmán Anguiano es alumno de octavo semestre y su ensayo fue elaborado en el curso Rela-
ciones rurales, modernidad y modernización impartido por el Dr. Sergio Valerio Ulloa.
fjanguiano@hotmail.com
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 Lo rural en la obra de Juan Rulfo: Orígenes, contenido y tracendencia
En el caso de la literatura esto sucede,
pero hay algunas obras que a pesar del paso
del tiempo se van resignificando y van ad-
quiriendo una vigencia continua, lo que le
otorga trascendencia a la obra. Este es el
caso del literato jalisciense Juan Rulfo. Su
obra, a pesar de ser corta en cuanto a ex-
tensión, representa un caso paradigmático,
ya que su calidad de producción es muy alta
y su trascendencia inestimable. A pesar de
sólo haber producido la recopilación de
cuentos El Llano en llamas, la novela corta
Pedro Páramo (clasificada por diversos críti-
cos y literatos como una de las obras maes-
tras de la literatura universal del siglo XX),
el relato corto El gallo de oro y algunos escri-
tos no recopilados, su nombre y relevancia
han traspasado las fronteras de México y de
la lengua, llegando su obra a ser traducida a
un gran número de idiomas.
La imagen que se tiene sobre Rulfo está
llena de mitos y verdades a medias, pues fue
un personaje enigmático y reservado, que
no concedía tan comúnmente entrevistas,
y en las que concedía, cambiaba constan-
temente las versiones acerca de su vida y su
persona. Las temáticas de las narraciones
rulfianas se desarrollan principalmente en
el campo, en ellas plasmó la imagen de un
campo agreste, violento, en donde la mise-
ria y las injusticias iban de la mano, donde
la muerte convivía con la vida y donde las
condiciones de vida de los habitantes esta-
ban muy impregnadas de la religiosidad y
la superstición. Pero esta imagen del cam-
po que se presenta en la literatura de Rulfo
puede ser entendida de acuerdo al contexto
en el que se produjo, definiéndose por una
línea ideológica que estuvo presente en los
diversos estudios sobre lo rural de las déca-
das de 1930, 1940 y 1950 en México.
A lo largo de este trabajo, trataré de mos-
trar cuáles fueron las formas en que Rulfo
50
representó a los diversos actores que convi-
ven al interior del mundo rural, tales como
el cacique, el indígena, el terrateniente, el
campesino y el ejidatario. También trataré
de abordar las maneras en que fue recibida e
interpretada su obra literaria posteriormente
a su publicación.
Para este trabajo parto del supuesto de
que las narraciones de Juan Rulfo pueden
ser entendidas como una extensión de la
historiografía rural mexicana clásica sur-
gida a raíz de la revolución mexicana, con
un posicionamiento donde los hacendados
eran los explotadores de los campesinos y
jornaleros, quienes carecían de condiciones
justas de trabajo y posesión de la tierra. La
recepción pública de su obra se dividiría en
dos grandes grupos: quienes la alabarían por
su calidad estética e innovador estilo narra-
tivo, que venía a refrescar las letras mexi-
canas desde dentro, además de atreverse a
representar una imagen del campo “como
realmente era”; y quienes la criticarían por
no retomar la tradición literaria mexicana de
la novela costumbrista, con una imagen más
apacible del campo mexicano.
La vida de Rulfo hasta la
publicación de Pedro Páramo
Al comienzo de su vida, Juan Nepomuce-
no Pérez Rulfo, mejor conocido como Juan
Rulfo, estuvo muy relacionado con el sur
de Jalisco. Su abuelo paterno fue Severia-
no Pérez Rulfo, propietario de la Hacienda
de Apulco, cercana a Sayula. Su padre, de
nombre Juan Nepomuceno Pérez Rulfo, fue
un burócrata, administrador y propietario
de la Hacienda de San Pedro, localizada en
las cercanías de San Gabriel; por su parte, la
raíz materna familiar de Rulfo, los Vizcaíno,
provenía también de hacendados. La madre
de Rulfo se llamó María Vizcaíno. El enla-
ce de la familia Rulfo Vizcaíno, según men-
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 Vuelo libre. Revista de historia. No. 1

ciona Alberto Vital tendría lugar “el 31 de
enero de 1914, la joven (María Vizcaíno) se
casó con Juan Nepomuceno Pérez Rulfo en
el flamante templo de la hacienda (deApul-
co). (…) Y es así como los dos padres del
novelista eran herederos de hacendados y
hacendados ellos mismos”.2
En los años previos al nacimiento de
Juan Rulfo, en 1917, la zona del sur de Ja-
lisco, especialmente en torno a Sayula, San
Gabriel, Tapalpa y Zapotlán el Grande, se
vería azotada por la Revolución Mexicana,
lo que causaría carestía de recursos e in-
seguridad en la región. A raíz de estos su-
cesos, el matrimonio Pérez Rulfo-Vizcaíno
se encontró con la dificultad de estar con-
tinuamente movilizándose, tratando de en-
contrar un lugar seguro y estable para vivir.
Además la turbulencia revolucionaria oca-
sionaría daños y perjuicios en las haciendas
de las cuales vivían los Pérez Rulfo-Vizcaí-
no.3
Juan Rulfo nació en un espacio con estas
condiciones,un 17 de mayo de 1917, en un
lugar que hasta el día de hoy se discute.4 Se-
ría registrado y bautizado en Sayula, y pos-
teriormente habitaría en San Gabriel, lugar
al que se trasladó toda la familia Rulfo. Al
mismo tiempo su padre se encontraba en
continuo tránsito entre Guadalajara y la
zona sur, atendiendo negocios o buscan-
do mejores condiciones de vida, llegando
a trasladar en diversas ocasiones a toda la
familia.5
La situación económica familiar duran-
te esta época fue precaria, debido a la mala
racha por las que atravesaban las haciendas.
Ante esta situación “Cheno” (como le lla-
maban al padre de Rulfo), tuvo que buscar
diversas opciones de ingresos económicos
como tratar de vender directamente la pro-
ducción agrícola que tenía la hacienda o bus-
cando inversores, pero ante el panorama de
inestabilidad, no había quien invirtiera. Ante
tal situacióna ceptaría un trabajo en la Adua-
na en la ciudad fronteriza de Piedras Negras,
por lo que tuvo que trasladarse al norte del
país en búsqueda de un ingreso fijo que le
permitiera una relativa estabilidad económica
desde hacía mucho negada, a espera de me-
jores tiempos para trabajar la hacienda. Sería
hasta 1920 cuando regresaría a San Gabriel.6
La familia encontró en San Gabriel el
espacio para vivir conforme la situación so-
cial se fue normalizando. Sería en este lugar
donde Juan Rulfo, a la edad de 5 años reci-
bió su primera instrucción, en un colegio de
monjas Josefinas, el cual sería clausurado en
1925.7 Las dificultades económicas seguían
siendo una constante en la vida familiar. El
asesinato de su padre el 2 de junio de 1923
a raíz de un problema de naturaleza agra-
ria y el fallecimiento a los pocos meses de
su abuelo Severiano impactaría en el niño
que entonces era Juan Rulfo. Esto provoca-
ría que se trasladara a Guadalajara en 1926.
Al año siguiente su madre fallecería debido
a sus constantes enfermedades, no estando
Rulfo presente en su lecho de muerte.8

2 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 4-8.

3 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 13-15.
4 Son tres los lugares en los que se dice nació Juan Rulfo: Apulco, Sayula y San Gabriel. Según declaraciones
del propio Rulfo, no nació en Sayula, solo lo registrarían ahí. En San Gabriel resulta poco probable, debido a las
turbulencias que existían en aquellos días por la zona, por lo que deja a Apulco como el lugar más probable para
su nacimiento. Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 15-16.
5 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 19-22.
6 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 22- 24.
7 Munguía, Próceres y personajes ilustres de Sayula, p. 208.
8 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 26-35.
51
 Lo rural en la obra de Juan Rulfo: Orígenes, contenido y tracendencia
Ya en Guadalajara estudió en el Colegio
Luis Silva, que sumada a la educación infor-
mal que recibió de la biblioteca que un sa-
cerdote de Sayula dejó en casa del abuelo de
Juan al iniciar la Cristiada, fueron algunas de
las fuertes influencias que lo encaminaron al
mundo de las letras. Al egresar del Colegio
Luis Silva, en 1932, ingresaría al Seminario
Conciliar de Guadalajara, lugar en el que
permanecería hasta 1934. Los maestros que
tuvo durante su estancia en el seminario lo
incitaron a comenzar a escribir de manera
cotidiana.9
El mismo año en que salió del Seminario
Conciliar, Rulfo intentó hacer trámites a la
facultad de derecho de la Universidad de
Guadalajara, pero a causa la inestabilidad
que sufría la institución por la declaración
de la educación socialista y la división que
ocasionó al interior de la Universidad, no
pudo completar los trámites. Ante este pa-
norama Juan aprovecharía los años entre
1934 y 1939 para viajar por diversos rin-
cones del país con la pequeña herencia que
su padre le había dejado. Tuvo estancias en
Apulco, Guadalajara y México; en este últi-
mo lugar estuvo presente en diversas clases
a manera de oyente en la Facultad de Filo-
sofía y Letras de la Universidad Nacional
Autónoma de México.10
En 1937 situándose en la ciudad de Mé-
xico y por influencia de su tío David Pé-
rez Rulfo, colaborador cercano de Manuel
Ávila Camacho, Juan Rulfo entró a trabajar
en la Secretaría de Gobernación. Primero
como clasificador en el archivo de dicha Se-
cretaría; posteriormente se convertiría en
inspector migratorio, puesto que le dejaba
mucho tiempo libre, el cual dedicaba a leer
9 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 48-56.
10 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 48-56.
11 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo,, pp. 59-72
12 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, pp. 16-17.
13 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 119-131.
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en los confines de su oficina. Durante esta
época conoció al poeta Efrén Hernández,
el cual se convertiría en uno de sus mejores
amigos; durante la misma época comenzó
a cultivar su afición por la fotografía.11
En 1943 se trasladó a Guadalajara don-
de continuó trabajando como inspector
de migración. Durante esta época redactó
sus primeros cuentos, que publicó en las
revistas Pan y América. En la primera se
vería involucrado con el círculo literario
tapatío, que se reunía en los cafés “Apo-
lo” y “Nápoles”, ubicados en el centro de
la ciudad. Algunas de las personas que se
reunían eran Juan José Arreola y Antonio
Alatorre, editores de Pan; Adalberto Nava-
rro Sánchez, Arturo Rivas Sáinz y Ramón
Rubín, entre otros.12 Rulfo publicaría “Nos
han dado la tierra” y “Macario” en dicha
revista, de la cual fue también editor en el
número 6. En la misma época publicó otro
cuento en la revista América, la cual dirigía
su amigo Efrén Hernández. En esta etapa
es cuando comenzó su romance con Clara
Aparicio, que más adelante se convertiría
en su esposa.
A principios de 1946 se trasladó a la ciu-
dad de México permaneciendo en su tra-
bajo de migración hasta 1947, año en que
comenzaría a trabajar en la llantera y hule-
ra Goodrich Euskadi, primero en la planta
de producción, después como agente de
ventas. A partir de esta época, México se
convertiría en su lugar de residencia per-
manente hasta su muerte. Su asentamiento
fue en un departamento localizado en la
Colonia Roma junto a su ya esposa Clara
Aparicio, con la cual se casó en Guadalaja-
ra el 24 de abril de 1948.13
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A finales de la década de 1940, mien-
tras trabaja en Euzkadi y se acomodaba en
México, Rulfo comenzó a trabajar en la que
sería su única novela: Pedro Páramo. También
editó la revista Mapa, la cual estaba dirigi-
da a los conductores y automovilistas. A
mediados de 1952 renunció a su trabajo en
Euskadi y se enfocó de lleno en la escritura,
situación que se permitía en razón de haber
recibido una beca del Centro Mexicano de
Escritores. En 1953 editó su primer libro en
el Fondo de Cultura Económica, la recopi-
lación de cuentos El Llano en llamas.14
En los dos años posteriores a la publica-
ción de El Llano en llamas, Rulfo trabajó úni-
camente en la redacción, corrección y orga-
nización de Pedro Páramo, el cual publicó, al
fin, en 1955, con la editorial del Fondo de
Cultura Económica, en la colección Letras
Mexicanas.15
Los murmullos: obra y contenido
La formación literaria de Rulfo se de-
sarrolló en una época en que a nivel mun-
dial las corrientes narrativas se centraban
en temáticas modernas. La vida citadina era
uno de los temas predilectos de los literatos.
Pero la situación de México se mostraba un
tanto diferente. Según Wolfgang Vogt:
Rulfo se forma como escritor en una
época en que la forma tradicional de
narrar es cuestionada. Sin embargo, en
Jalisco aún no cambian los temas de la
narrativa. México sigue siendo un país
rural, al cual no llega la revolución indus-
13 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, 2004,
14 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 131-148.
15 Vital, Noticias sobre Juan Rulfo, pp. 148-151.
16 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, p. 22.
17 Aboites, “La construcción del nuevo Estado. 1920-1945”, pp. 647-648.
18 Esto puede ser puesto en duda en cierta medida, pues su cuento Un pedazo de noche, se desarrolla es un am-
biente urbano. Este cuento formaría parte de un primer proyecto de novela que Rulfo escribió, pero que ante su
insatisfacción la destruyó, quedando solo este vestigio como testimonio de dicho proyecto.
19 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, p. 21.
Vuelo libre. Revista de historia. No. 1
trial de Europa o Norteamérica. En estas
partes del mundo la novela moderna es
urbana, pero Jalisco se enfrenta a los pro-
blemas de una sociedad agrícola.16
En el contexto nacional esto puede ser
explicado debido a que al finalizar la Revo-
lución Mexicana se dio inicio a un proceso
migración del campo a la ciudad, tenien-
do su auge durante las décadas de 1940 y
1950.17 Estas migraciones se dieron por la
búsqueda de mejores condiciones de vida. A
su vez este cambio significa un choque cul-
tural para sus actores, ya que si bien forma-
ban parte de un contexto urbano, sus prác-
ticas seguían siendo en parte rurales. Rulfo
sería uno de los millones de mexicanos que
formaron parte de este proceso migratorio,
es por ello que se siente particularmente có-
modo con una temática rural, por ser algo
familiar, no como lo sería la ciudad, un am-
biente en el cual habita pero que no forma
parte de su narrativa.18
Pero aún al contar con una temática de
corte tradicional, su manera de narrar no
fue nada convencional, pues innovaría en
diversos elementos literarios, como lo se-
rían la utilización de diversas voces narra-
tivas, las percepciones del tiempo dentro de
la historia, los saltos y las regresiones; los
elementos mágicos y sobrenaturales dentro
de un entorno realista y las formas en que
plasma y sitúa al ambiente de desarrollo, en-
tre tantas otras contribuciones.19 Algunos de
los autores que influirían en su estilo narrati-
vo serían William Faulkner, Selma Lagerlof,
53
 Lo rural en la obra de Juan Rulfo: Orígenes, contenido y tracendencia
Dostoievski, Leonev, MalcomLowry y Mau-
ricio Magdaleno.20
El mundo que Juan Rulfo recrea en sus
obras contiene un ambiente campestre pla-
gado de figuras, personajes y signos que tie-
nen un amplio significado. Se puede hacer
una división de dos elementos esenciales del
campo rulfiano: los tópicos y los personajes
que surgen dentro de la historia. En primer
término se encuentran los tópicos, que sue-
len ser relacionados con la muerte, la vio-
lencia, las injusticias, los festejos y la melan-
colía. Por su parte entre los personajes que
se encuentran en la obra de Rulfo resaltan
los campesinos, los agraristas, el gobierno,
el hacendado, etc.
Todos estos tópicos y personajes son
mostrados de maneras fatalistas y trágicas,
resaltando las relaciones de poder-sumisión
y mostrando una imagen trágica y estereoti-
pada del campo mexicano y de sus persona-
jes. Esto puede ser entendido por la época
en que se produjeron las diversas narracio-
nes de Juan Rulfo, que fue entre los años de
1943 a 1958. Con anterioridad, y en espe-
cial durante estos años, se dio un fenómeno
particular, tanto en el mundo de la cultura
mexicana como en la academia, que, en-
cumbradas dentro del nacionalismo, se inte-
resaron por la situación del México rural20,
haciéndolo temática de estudio y de obras
de arte. Corrientes como el indigenismo, el
ruralismo y la búsqueda de una ontología
por medio de la filosofía del mexicano son
muestras latentes de esta búsqueda y análi-
sis del México rural.21 La escritura académi-
ca sobre los fenómenos rurales y agrarios
durante este tiempo estuvieron influidos en
20 Munguía, Próceres y personajes ilustres de Sayula, pp. 212-213.
21 Aboites, “La construcción del nuevo Estado. 1920-1945”, pp. 609-616. Loaeza, “Modernización autoritaria
a la sombra de la superpotencia. 1944-1968”, p. 695.
22 Tutino, “Historias del México Agrario”, pp. 202-205.
23 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, pp. 38-39.
24 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, p. 65.
54
parte por la búsqueda de una legitimación
de los reclamos revolucionarios, como se-
rían el reparto de tierras, el finiquito de la
hacienda como unidad productora rural y
el apoyo a la producción rural.22 Es posible
ubicar dentro de este contexto la produc-
ción literaria de Juan Rulfo.
La muerte es tal vez el rasgo más caracte-
rizado en la narrativa rulfiana. Muertos que
hablan y conviven con los vivos, asesinatos
y muertes relacionadas a injusticias, senti-
miento de soledad y muerte en vida, y has-
ta naturaleza muerta y extremosa forman
parte de los relatos de Rulfo. Su narrativa
está plagada de la presencia del caos y de
la agresión, pues “once de los cuentos de
El llano en llamas tienen como tema central
violencia y asesinato. La violencia es una
pesadilla que ya no abandona al pacífico y
ensimismado escritor.”23
Esta falta de orden y de paz se debe a
la inexistencia de alguna figura jurídica o de
gobierno que imponga su peso en pro de
una estabilidad. Esta carencia se debe a lo
aislado del entorno rural, lo lejano a lo ur-
bano, lo inhóspito. En el campo, “para los
personajes de Rulfo el gobierno es una fuer-
za abstracta y deshumanizada. Los habitan-
tes del pueblo en el cuento “Luvina” están
esperando la ayuda del gobierno que nunca
llega. Cuando el profesor del pueblo explica
lo que es la patria, se ríen.”24 La falta de go-
bierno hace que surjan figuras que preten-
den controlar la vida de todos los habitantes
del pueblo, emergiendo la figura del cacique.
Esta figura fuerte aparece frente a noso-
tros en el libro de Pedro Páramo¸ ante el per-
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sonaje del mismo nombre. Es un cacique en
franca decadencia, que los fantasmas del pa-
sado lo atormentan causando que muestre
su cara más cruel ante la gente.25 Esta figura
de poder ejerce su voluntad sobre la gente
por medio de la carencia. Claudio Esteva
Fabregat, antropólogo catalán, lo expresa
de la siguiente manera:
Son muchos los temas que articulan la
obra de Rulfo (…) El del poder es inhe-
rente a la persona de Pedro Páramo. Rul-
fo describe los elementos que integran la
persona del cacique en forma de relatos
cortos, de pincelada episódica fugaz (…)
Una de estas es el aprovechamiento tác-
tico de la maniobra que resulta de la de-
bilidad de sus contrarios, cuando estos,
faltos de recursos materiales, más que
competir individualmente contra otro
individuo, en realidad definen un enfren-
tamiento donde el acceso al poder suele
tener como adversario principal, paradó-
jicamente, la cooperación de las cliente-
las.26
Es ahí cuando se manifiestan otras de las
presencias rurales en la obra de Rulfo: su
predilección por lo popular, por lo campesi-
no, por explicar su situación. En una entre-
vista Juan Rulfo declaró que entendía más a
lo popular que a la clase alta o la media, a la
cual pertenecía.27
Esta presencia del campesino puede ser
entendida como una continua lucha en su
medio social, ya sea ante las injusticias que
propicia el cacique con sus decisiones, o el
despojo de tierras, la carencia de oportu-
nidades laborales, la pobreza y el hambre.
25 Esteva,“Juan Rulfo: Creación literaria y percepción antropológica”, p. 185.
26 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, pp. 196-197.
27 Albano,“El codex Pedro Páramo”, p. 356.
28 Palaisi, “El rastro de Juan Preciado entre los mundos mestizos de Juan Rulfo”, p. 407.
29 Albano,“El codex Pedro Páramo”, p. 354.
30 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, p. 198.
Vuelo libre. Revista de historia. No. 1
Ante todas estas desventuras hay que sumar
el azar al que se ven sometidos ante las fuer-
zas de la naturaleza, las cuales propiciarían
su alegría o su desgracia.
Marie Palaisi explica el fenómeno de la
naturaleza en la obra rulfiana de la siguiente
manera:
La mayoría de los personajes de Pedro
Páramo son campesinos que viven al rit-
mo de la naturaleza. Así, encontramos
indicaciones sobre la luminosidad antes
que horarios fijos y precisos. A menudo
son sólo largas descripciones de paisa-
jes las que indican muy precisamente la
hora. (…) Es la naturaleza la que impone
al mundo rulfiano la única dinámica que
éste conoce.28
Este hábitat que significa el entorno
agrario en condiciones desfavorecedores
propician la pobreza del campesino, pues
al no poder explotar la tierra debido a sus
características, como lo recrea en el cuen-
to “Nos han dado la tierra”, prácticamen-
te propician la pobreza del ejidatario, aun
cuando posee un pedazo de parcela que
trabajar y verse beneficiado con el reparto
agrario.29 Además “la naturaleza que descri-
be Rulfo es inhóspita y triste. El campesino
lucha continuamente con la falta de agua.
Y cuando él habla de un río, éste carece de
atractivo”.30 Ante este panorama de incer-
tidumbre al que se ven sometidos los cam-
pesinos en el mundo de Juan Rulfo surgen
las explosiones de emociones, ya sea en la
fiesta o en la soledad.
La fiesta, declara Esteva Fabregat, “sa-
cuden, por desborde del control social, la
55
 Lo rural en la obra de Juan Rulfo: Orígenes, contenido y tracendencia

personalidad normal del sujeto. De hecho,
acuden a guarecer la irresponsabilidad y el
exceso dentro de los códigos contrarios a la
realización apolínea de la personalidad. So-
focan ésta y desvían sus potenciales de ac-
tividad a la liberación dionisíaca del instin-
to.”31 El contraste de la fiesta es la soledad,
y en la obra de Rulfo, está presente en cada
rincón.
Nos han dado la tierra:
trascendencia
La recepción de la obra de Rulfo, en es-
pecial de Pedro Páramo no fue del todo hala-
gadora. Hubo una gran crítica por parte de
diversos sectores de la narrativa mexicana,
principalmente la corriente nacionalista, que
lo calificó de ser “un retrógrada, un escri-
tor que no sabía escribir, que daba palos
de ciego y que por circunstancias fortuitas
pudo romper la piñata del éxito.”32 A su vez
sus admiradores declararon que, a la par de
Arreola, inauguraban una nueva etapa de la
literatura mexicana, en sintonía con la litera-
tura universal contemporánea.33
Las críticas a Rulfo no solo se limitaron
a cuestiones narrativas o prosaicas, sino que
lo atacaron al plantear una descripción del
escenario rural sin presentar una solución a
su problemática, mostrando una visión pe-
simista de la misma.34 Esto se debe, como lo
explica Emmanuel Carballo:
La visión del campo que se desprende de
los cuentos de Rulfo, aunque tan próxi-
ma, a muchos sorprende. Les causa de-
sazón el primitivismo, la falta absoluta de
seguridad personal, el pesimismo. Para
silenciar su conciencia, abogan por una
vida rural a la que presida el progreso,
la tranquilidad y el orden, llegando por
ese camino a acusar a Rulfo de parcial, de
deleitarse en lo negativo, de no ofrecer el
consabido desenlace feliz que en nuestra
literatura se llama escamotear la realidad
y suplantarla por otra ideal mediante la
adoctrinación ética o pedagógica.35
En Rulfo prepondera la imagen del campo.
Utiliza a su literatura como una herramien-
ta de denuncia, pues rompe con la tradición
docente, percatándose que la misión del es-
critor consiste en mostrar y no en remediar;
sabe que el escritor cumple con sus seme-
jantes interesándose por ellos, y que otros
son los que tienen la obligación de corregir
las deficiencias.”36 Pero estas denuncias se
convierten en una legitimación de un siste-
ma en búsqueda de voces de apoyo, pues los
cuentos rulfianos si bien no tienen lugar ni
época fija, por su época de producción es-
tán a la par de las justificaciones ideológicas
del sistema revolucionario.Pero en Rulfo es-
tán presentes elementos que dejan una gran
trascendencia tras de sí.
Los elementos literarios que resaltan en
su obra resultaron una contribución a las le-
tras mexicanas y universales. Él planteó una
forma innovadora de contar historias, en
donde el tiempo no fuera estático ni lineal,
en donde los recuerdos se entremezclaran
con las vivencias del hoy y las penurias del
mañana. Si bien su raíz temática se puede
remontar a la novela costumbrista mexicana
del siglo XIX y principios del XX, con auto-
res como López Portillo y Rojas o Mariano
Azuela, Rulfo plasma la visión de los cam-

31 Esteva,“Juan Rulfo: Creación literaria y percepción antropológica”, p. 202.

32 Carballo, Protagonistas de la Literatura Mexicana, p. 411.
33 Carballo, Protagonistas de la Literatura Mexicana, p. 411.
34 Zepeda, La recepción inicial de Pedro Páramo, p. 270.
35 Carballo, Protagonistas de la Literatura Mexicana, p. 425.
36 Carballo, Protagonistas de la Literatura Mexicana, p. 425.
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pesinos, los cuales se ven azotados y humi-
llados por las diversas penurias que atosigan
al campo mexicano. En pocas palabras “lo
que diferencia a Rulfo de sus precursores
costumbristas es una nueva técnica para
describir los problemas del campo mexica-
no causados por el choque entre las estruc-
turas tradicionales y la modernización de la
vida económica y social.”37
Y por si fuera poco, Rulfo también tras-
ciende en aspectos filosóficos, pues su obra
forma parte de la discusión de la ontología
del mexicano, en plena época en que figuras
como Samuel Ramos, Leopoldo Zea, José
Gaós, Octavio Paz y Emilio Uranga deba-
tían sobre cuál era la naturaleza y persona-
lidad del mexicano. Es ahí donde se inserta
Pedro Páramo, pues “en particular, la coinci-
dencia de su aparición con un momento en
que la discusión sobre el carácter mexicano
era de sumo interés en el ambiente cultu-
ral e intelectual condujo a observar el texto
rulfiano dando preferencias a sus conteni-
dos.”38 En especial con el “tema de la muer-
te en la novela también sugiere, en vista de
su constante presencia en el dialogo de la
crítica, la trascendencia concedida al reper-
torio de Pedro Páramo como reflejo cierto de
la realidad mexicana.”39
Se puede resumir la trascendencia de la
obra de Rulfo con la siguiente idea: “La no-
vela de Rulfo es el cruce de caminos que de-
limita el territorio conocido del realismo y el
regionalismo, de las audacias vanguardistas
y del género fantástico, todavía subestimado
en el campo literario mexicano.”40
37 Vogt, Juan Rulfo y el sur de Jalisco, pp. 63-64.
38 Zepeda, La recepción inicial de Pedro Páramo, p. 278.
39 Zepeda, La recepción inicial de Pedro Páramo, p. 278.
40 Zepeda, La recepción inicial de Pedro Páramo, p. 283.
Vuelo libre. Revista de historia. No. 1
Conclusiones
La figura de Juan Rulfo forma parte de
la literatura mexicana como un ente mítico,
ya que a pesar de lo reducido de su obra
narrativa, logró una trascendencia enorme,
llegando su reconocimiento a nivel interna-
cional, colocándose como una de las plumas
necesarias para comprender las diversas in-
novaciones en la literatura latinoamericana
a la que caracterizaron su amplia presencia
mundial de los años sesenta y el realismo
mágico.
Su obra resulta una visión del mundo en
donde entran en conflicto elementos tradi-
cionales y factores modernizantes que deja
solo saldos lamentables de miseria y dolor
en la humanidad, mostrando un fatalismo
sobre los valores humanos. A su vez su ca-
lidad narrativa y sus formas literarias resul-
taron de gran valía para los estilos de narrar
historias dentro de la literatura mexicana.
Los diversos grupos literarios al interior de
las letras mexicanas se volcaron hacia su
obra en diversos posicionamientos, ya sea
alabando sus innovaciones narrativas o cri-
ticando sus posturas ideológicas y sus temá-
ticas literarias.
La temática rural de los cuentos de El
llano en llamas y de la novela Pedro Páramo
muestra verdaderas tragedias de carácter
griego, teniendo como villano al hacendado
y como víctimas a los campesinos, en una
relación de dominación-dominado. Pero a
su vez las personalidades de los personajes
encajan con la corriente de la filosofía del
mexicano. Es por ello que resulta necesario
entender a la narrativa de Rulfo de acuer-
do con el contexto en la que la produjo, ya
57
 Lo rural en la obra de Juan Rulfo: Orígenes, contenido y tracendencia
que los elementos contextuales si bien no
se pueden mostrar como fuertes influencias
dentro del contenido temático de la produc-
ción rulfiana, sí tienen presencia en las his-
torias que nos llegaron de la pluma de Juan
Rulfo.
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