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Oro Lewe, la divinidad del retiro o el encanto realiza sus actividades durante la
noche. Casi siempre se le efectuan sus ofrendas en lo màs intricado del
bosque a partir de las doce de la noche. N tre los alimentos que excluye está la
serpiente o boa constructora.
Veamos un ese Ifá del odu Idí Oyekú que lo pone de manifiesto y que nos narra
cuando este odu realizó adivinación para dos amigos, Oro y Ojigbo.
Ojigbo y Oro eran dos amigos secretos. Un día Ojigbo visitó a Oro quien lo
atendió con comida y la pierna de algún animal de la manigua. Después de
comerla, Oro le preguntó a Ojigbo si el sabía de qué animal era la carne que
acababa de converse. Ojigbo le respondió que no sabía. Oro alarmó a su
amigo revelándole que acababa de comerse la pata de un caracol de tierra y
lejos de descubrir alguna consternación en su amigo fue invitado por él a comer
en su casa al día siguiente.
Oro aceptó la invitación y cuando llegó a la casa de Ojigbo le fue servida una
comida con carne de un animal de manigua. Después de comerla, Ojigbo le
preguntó a Oro si conocía qué carne había comido y ante su negativa, Ojigbo le
reveló que terminaba de comerse la mano de una serpiente. Sin darse cuenta
que su amigo lo único que había hecho era pagarle con la misma moneda, se
puso paranoico y retó a Ojigbo a que demostrara cómo una serpiente podía
tener manos y éste tratando de calmar a Oro le dijo que el mundo había
cambiado tan dramáticamente que estaba produciendo caracoles de tierra y
serpientes con manos y patas. Aún, Oro no se percató de la paradoja porque
continuaba muy disgustado demandando saber si Ojigbo lo invitó meramente
para burlarse de él. Ojigbo tuvo que recordarle que en fecha tan reciente como
el día anterior él lo había convidado a una pata de caracol, así que no entendía
su asombro ante la mano de serpiente que le había ofrecido.
Ese recordatorio fue suficiente para Oro, porque se puso tan molesto que
sobrevino una pelea. Cuando otras personas vinieron a intervenir para
separarlos, Ia insistencia de Oro en seguir peleando obligó a que los llevaran
ante la presencia del rey del pueblo.
El rey decidió como final de la contienda que los dos amigos no debían
encontrarse nunca más. Oro fue restringido a las actividades nocturnas
mientras que Ojigbo fue limitado a las diurnas. Orúnmila, que estaba presente
en el palacio, adicionó su propia proclamación sugiriendo que desde ese
momento en adelante, Ojigbo no debía comer caracol de tierra y a Oro le
quedaba prohibido comer serpientes. 6
Oro trabaja de noche, nunca de día. Muchos que lo han visto plantean «que se
traslada a través del viento y lo hace desnudo».
A continuación ilustraremos con un ese Ifá del odu Owanrin Meyi algunos de
los aspectos ceremoniales del culto de Oro Lewe en tierras africanas, tornados
literalmente del cuerpo literarlo de Ifa.
Owanrin Meyi fue an agricultor exitoso en comparación con su experiencia
como comerciante, registró una cosecha impresionante. En un año tuvo una
cosecha prolífera de ñame y mientras los ñames se guardaban en el granero
tuvo un desacuerdo con su madre. Cuando compartía el ñame con sus dos
esposas y su madre, ésta se quejó del tamaño del ñame que ella había recibido
comparado con el de las esposas. Él tenía dos esposas sin saber que las
mismas eran brujas.
Su madre a menudo lo había acusado de dar mejor atención a sus esposas
que a ella que lo había traído al mundo y la repartición del ñame revivió las
quejas de la madre quien comenzó a lamentarse amargamente. En la discusión
que se produjo, él empujó a la madre que acto seguido lo acusó de haberle
pegado. Ella se marchó de la granja y lloró en el trayecto de regreso a su casa.
Cuando llegó al pueblo se encontró con los ancianos que sostenían una
reunión en el ayuntanuento y al preguntarle por qué lloraba, ella explicó quo su
hijo le había pegado, por culpa de sus esposas, cuando se encontraba en la
granja.
Entre los ancianos se encontraban algunos de los más feroces enemigos de
Owanrin Meyi, quienes también pertenecían al culto de la hechicería.
Anteriormente habían tratado infructuosamente de encontrarle una falla que
sirviera de pretexto para condenarlo en el club de los brujos. Normalmente la
regla del culto es que no se puede castigar a ninguna víctima sin que se le
someta a un juicio y resulte convicto. En realidad se sabe que no importa cuan
grande sea el odio que los brujos puedan seutir hacia una persona, ellos no
harán nada contra alguien hasta que se le haya juzgado y encontrado culpable.
En este caso su propia madre había suministrado una prueba en su contra. A
sus espaldas, hacía mucho tiempo que sus esposas se habían confabulado
con sus enemigos en el club de hechiceros para destruirlo, pero él no les había
dado ninguna justificación para hacer esto.
Después de la queja pública que su madre había formulado (hecho que explica
la importancia de que las personas se muestren renuentes a ventilar sus quejas
internas en público, por temor a que cualquier persona mal intencionada que
las escuche pueda ampliarlas en el mundo de la brujería), se presentó el
asunto a discusión en la siguiente reunión de los brujos.
Durante las deliberaciones, sus dos esposas corroboraron la acusación de la
madre y fue juzgado y condenado, si bien en su ausencia, porque él no era un
brujo. Fue inscrito para ser asesinado.
Sin embargo esa noche su Ifá le brindó en un sueño una imagen esotérica de
su juicio y condena. Asustado por el sueño, preguntó a lfá a la mañana
siguiente, si acaso el sueño señalaba la proximidad de un peligro y ésto le fue
confirmado. Se le dijo que debía ofrendar un macho cabrío a Echu
inmediatamente y que evitara ir a la granja en los días de descanso para no
llegar a convertirse en víctima de una traicionera conspiración. Él realizó el
sacrificio.
Una de las esposas le propuso it a’ la granja el próximo día de descanso,
porque no habían suficientes alimentos en el hogar, pero él se negó alegando
que ese día tenía que realizar un sacrificio y no podía abandonar la casa.
Al fracasar el complot, recurrieron a otra estrategia. Lo invitaron y le dijeron que
como a menudo él iba al bosque a buscar hojas para su práctica de Ifá, debía
ser iniciado en el culto secreto del bosque, es decir en el culto de Oro. Owanrin
Meyi estuvo de acuerdo en ser iniciado y entonces se le pidió que fuera al
bosque llevando un gallo, tiza blanca, la pluma de una cotorra y pimienta de
cocodrilo para la ceremonia de iniciación a la que debía dejarse conducir con
los ojos vendados.
Rápidamente buscó consejo en Ifá y se le dijo que ofrendara otro macho cabrío
a Echu, quien haría fracasar el complot mórbido que se fraguaba en su contra.
Él realizó el sacrificio y le informó a los ancianos del pueblo que estaba listo
para la ceremonia de iniciación en el culto de Oro. El día asignado, el sacerdote
jefe del culto lo condujo en un proceso nocturno desde el pueblo hasta el
bosque en medio de un toque de queda. Tan pronto como se marcharon del
pueblo le dijeron que se detuviera y se le retiró la venda de los ojos.
Le pidieron que estirara sus manos para que tocara el cielo y él respondió que
«las manos de un niño no pueden estirarse para llegar a tocar el cielo”.
Después le pidieron que cerrara su puño y lo pusiera en la boca de una
calabaza y su respuesta fue que «el puño de un adulto no entraba en la boca
de una calabaza». Entonces se le dijo que cualquier neófito en el culto que no
cumpliera las dos hazañas, nunca regresaría vivo al hogar.
Inmediatamente lo empujaron hacia adelante con el objetivo aparente de
entregarlo en sacrificio, pero mientras esto ocurría, Echu que estaba preparado
para intervenir, había instalado un obstáculo invisible sobre el terreno contra el
que Owanrin Meyi tropezó y al instante dcsapareció haciéndose invisible.
Milagrosamente se halló en su hogar.
Entre tanto se curaba de la herida, los hombres que le habían tendido la
trampa, lo siguieron hasta la casa donde se encontraron con su madre a la que
le preguntaron por el paradero de su hijo. Ella les repondió que él no se sentía
bien, pero la empujaron ordenándole que buscara a su hijo, le dijeron que como
resultado de su acusación al hijo se le había castigado a una ejecución ritual.
Ella se arrodilló y les rogó que no ejecutaran a su hijo porque ella lo había
perdonado. Ante sus apasionados ruegos, ellos le dijeron que su hijo tenía que
buscar un chivo para que se utilizara en una fiesta organizada a los ancianos
del pueblo. Después de la fiesta, siguieron insistiendo en que Owanrin Meyi
debía ser iniciado en el culto del bosque, porque había visto parte de los
secretos del ritual y la ceremonia fue posteriormente completada sin ningún
incidente y ellos le dieron una pluma de cotorra para que la usara
ocasionalmente por ser un miembro más. Le confesaron que sus dos esposas
eran las culpables de haber instigado en su contra al culto de la hechicería,
aunque el catalizador había sido la queja de su madre. Sin embargo su madre
era la que había intercedido en favor de su vida. Los bnijos se llevaron a una
de sus esposas en su lugar la cual murió mientras dormía. Después él se
deshizo de la segunda esposa. 7
Oro Lewe, la divinidad que vive en lo más intrincado del tupido bosque, emite
su llanto o lamento igual al bramido de un toro, orudu rudu, y es precisamente
el toro bramador, su animal sagrado.
Es considerado un irunmole.
…Los siguientes saludo y oración fueron recogidos en algún momento de 1968,
cuando varios jefes vinieron a saludar al elekole de Ikole en Ikole-Ekiti durante
la fiesta de Oro:
¡Kabayesi, Alaye!
iEkbo a fin!
Wa a darugbo, Oloja.
Igab re a sunwon,
Olori a je nigbaa tire,
Agan a bimo nigbaa tire
Ilu a toro,
I lu a lagba,
We a rogun ote,
Wo maa seyi samodun.
¡Salve, su majestad!
Que vuestro sacrificio sea próspero,
Que usted viva hasta una edad avanzada, Oloja,
Que su tiempo sea próspero.
Que hayan buenos líderes en su tiempo,
Que las infecundas conciban en su tiempo,
Que el pueblo tenga paz,
Que el pueblo tenga ancianos,
Que no haya rebelión,
Que usted viva para ver y celebrar otra fiesta. 8
Como podemos ver, aquí el saludo y la oración están unidos. Mientras que la
gente saluda a su gobernante, a la misma vez ora por él, por sus súbditos y por
el pueblo como un todo. En ocasiones festivas, cuando sacerdotes o cabezas
de familias ofrecen oraciones, el mismo énfasis recae en las necesidades
esenciales del hombre. Se pueden ofrecer variados ejemplos de oraciones.
En octubre del 1969, tuvo lugar la fiesta de Eje en Itebu Manuwa. En un
momento de la celabración, un importante rito tuvo lugar en una arboleda
llamada Ugbowen (la arboleda de las hadas). Allí se recogió la siguiente
oración ofrecida a Oro Lewe por el sacerdote que presedía el ritual:
Odoodun la nri Moraa,
Odun tun ko,
Omo re, Kabiyesi Elero
Ni oun waa dupe lowoo re
Oun tun ri odun yii.
Es todos los años que vemos a Moraa,
El año ha llegado,
Tu hijo, Su Alteza, el elero de Itebu,
oba Ade Manuwa,
Dice que viene a expresar gratitud
Por el privilegio de ver otro año.
La arboleda donde se le rinde culto a Oro se llama Igbo Oro o Igbo Imole.
…Hace algunos años, hubo un terrible conflicto entre la Iglesia de Aladuura (el
Grupo de oración) y los sacerdotes a cargo de la fiesta tradicional de Oro en
Ilutitun, un pueblo de la División de Okitipupa del estado de Ondo, Nigeria.
La fiesta de Oro se celebra para honrar a los espíritus del río en el área y se
cree que éstos viajan a través del viento y cualquiera que se los encuentre
quedará paralizado. Generalmente se espera que las mujeres y hombres no
iniciados permanezcan detrás de las puertas cerradas cuando los espíritus del
río están «fluyendo». Sin embargo, en esta ocasión en particular, los miembros
de la Iglesia de Aladuura decidieron celebrar una procesión de rezo al are libre
en desafio a la fiesta tradicional, consecuentemente, se produjo un conilicto.
Los resultados fueron desastrosos. Muchos de los miembros de la Iglesia de
Aladuura quedaron paralizados y varios de ellos murieron de inmediato. Se
creyó que habían tropezado con el misterioso poder de Oro (el espíritu que
causa parálisis). Lo que sucedió fue que los sacerdotes de la fiesta de Iwo
portaban «poder» tanto en sus labios como en sus cuerpos, éstos pronunciaron
las palabras y se produjo la destrucción.
El culto de Oro es muy secreto y es empleado por los yorubas para purificar a
la sociedad, al igual que el culto de Aribeji, quien está considerado más
poderoso que Oro y está restringido a la división de Okitipupa donde lo utilizan
fundamentalmente los ilaje, mientras que a Oro se le conoce en todas las
comunidades yorubas. 9
El ceremonial del culto a este oricha solamente es conocido por aquellos que
están iniciados en él, tiene mucha relación con el culto de la hechicería o los
brujos.
Lo que se le ha permitido al autor revelar es que la iniciación en el culto secreto
de Oro comienza en la noche después de un toque de queda (donde todas las
personas se recogen en sus casas y no hay ni un alma en las afueras) en un
peregrinar desde el pueblo hasta la arboleda sagrada de Oro (Igbo Oro) pues
sus ritos se efectúan en lo más intricado del bosque. Allí llega el futuro iniciado
(aunque sea sacerdote de Ifá) con los ojos vendados.
Sus miembros usan una pluma de cotorra como símbolo de que han sido
iniciados en el culto de Oro, la divinidad de la parálisis a quien todos temen.
Oro es la divinidad del retiro, de los apartados y recónditos lugares. Es sirviente
de Orichanlá y su principal función como deidad es la de dar o comunicar las
nuevas y buenas noticias o presagios.
Se representa por una imagen humana de madera, dos tarros cargados con las
materias sagradas que cuelgan de sus hombros, una vara de autoridad
simulando a una cola de jicotea cargada en su extremo y va acompanado
siempre de una deidad llamada Aiyé que es sirvienta de Orichanlá y tiene la
misma misión de Oro. Aiyé es considerada una de las cuatro divinidades más
ecuánimes que existen, y además conoce los secretos de Iyami Ochooronga y
el culto de la hechicería.
El culto a esta divinidad es muy representativo en la región de Kwara en
Nigeria.
Oro no ha podido ser fotografiado por ser invisible. Sólo se manifiesta por
lamentos estridentes, gritos inarticulados y aullidos. Cuando se hace oir de
noche o de día, las mujeres y los no iniciados deben encerrarse en las casas,
con todas las puertas cerradas. Sólo los miembros de la sociedad Oro pueden
salir a saludarlo. En otros tiempos Oro tenía un papel justiciero, mataba a los
ladrones y los brujos y castigaba a las mujeres adúlteras.