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Obligaciones Mancomunadas
Así pues, tenemos a Escobar (1007) quien señala que: “es mancomunada
la obligación cuando cada acreedor solo puede exigir del deudor la parte
que le corresponde en el crédito y cada deudor solo está obligado a pagar
su parte en la deuda” (p. 213). Por lo que también tenemos que, la
mancomunidad puede ser de acreedores, de deudores o mixta, en cuanto
también puede ser inicial o sobrevenida, con lo último refiriéndose a la
muerte del acreedor o deudor que deja varios herederos.
1.3. Efectos
Se divide por partes de tal forma que cada acreedor solo puede exigir su
cuota y cada deudor solo está obligado a la suya. Al dividirse la obligación
cada parte adquiere autonomía entre los respectivos acreedores y
deudores. El objeto inicial se divide y surgen tantas obligaciones con sus
propios objetos cuanto acreedores o deudores haya.
b) Obligación de saneamiento
Pluralidad de sujetos. Quienes tienen responsabilidad por
saneamiento en virtud de enajenaciones sucesivas son obligados
concurrentes. Si el bien ha sido enajenado simultáneamente por
varios copropietarios, estos solo responden en proporción a su cuota
parte indivisa, excepto que se haya pactado su solidaridad.
c) Pluralidad de fiadores
Beneficio de división. Si hay más de un fiador, cada uno responde
por la cuota a la cual está obligado. Si nada se ha estipulado,
responden por partes iguales. Este beneficio es irrenunciable, pero
puede pactarse la solidaridad.
d) Promesa de recompensa
Atribución de recompensa. Cooperación de varias personas. Si
varias personas acreditan por separado el cumplimiento del hecho,
los requisitos o la situación previstos en la promesa, la recompensa
corresponde a quien primero lo ha comunicado al promitente de
forma fehaciente (…).
1.6.2. Caracterización
1.6.2.1. Concepto
De acuerdo a Federico Ossola, un doctrinario argentino, siguiendo el
código civil argentino, define a la obligación divisible:
Sin perjuicio de esto último, cabe señalar que aun cuando la prestación
sea materialmente divisible, es posible convenir la invisibilidad, o la ley
puede establecerla. Por otro parte, y aun cuando una cosa sea divisible,
puede ocurrir que la prestación de dar esa cosa no lo sea. Ello ocurre
con los inmuebles, en los que si bien pueden ser divididos, aunque con
limitaciones, si forma parte del objeto de una obligación de dar, tal
obligación es indivisible.
Acuerdo de partes
Ossola(2016) expresa:
Existen casos en los cuales el acreedor obra una conducta que
importa la aceptación de pagos parciales, y que luego le impide
volver sus pasos y exigir el pago total, si la situación de hecho se
mantiene. Hay una manifestación tacita de la voluntad. (p.445)
Aquí cada deudor responde por su cuota resultante, y cada acreedor solo
es tal también respecto de la porción asignada.
Las obligaciones también podrán tener carácter solidario cuando las partes
así lo pacten en virtud del principio de la autonomía de la voluntad
1.7. De acuerdo a los Artículos del Código Civil sobre las Obligaciones
1.7.1. El Principio de Divisibilidad
El texto del artículo 1172 es el siguiente:
“Del texto del artículo 1172 del Código Civil Peruano de 1984 se deduce
el principio básico de la divisibilidad. Pero podría ocurrir que, no obstante
este principio, a la horade efectuar el pago éste no se haga estrictamente
de acuerdo al mismo” (Osterling y Castillo, 2008, p.271).
2. Obligaciones Solidarias
2.1. Concepto de solidaridad
La obligación es solidaria cuando la prestación debida, de carácter
divisible, puede ser exigida totalmente por cualquiera de los acreedores
a cualquiera de los deudores, en virtud de la convención, el testamento o
ley (Escobar, 1997). Esto es en el caso de la existencia de una
concurrencia mixta, pero también presentarse en concurrencia pasiva.
Artículo 1190.- «Cuando los actos a que se refiere el artículo 1188 son
realizados entre el deudor y uno de los acreedores solidarios sobre la
totalidad de la obligación, ésta se extingue respecto a los demás
coacreedores. El acreedor que hubiese efectuado cualquiera de estos
actos, así como el que cobra la deuda, responderá ante los demás de la
parte que les corresponda en la obligación original. Si tales actos se
hubieran limitado a la parte que corresponde a uno solo de los
acreedores, la obligación se extingue únicamente respecto a dicha parte».
“El primer párrafo de esta norma contempla el supuesto en el cual los
actos de novación, compensación, condonación o transacción se realicen
entre uno de los coacreedores solidarios y el deudor común, sobre la
totalidad de la obligación” (Osterling y Castillo, 2008, p.347).
La solución que plantea el artículo 1190 del Código, en su primer párrafo,
es que la obligación se extingue respecto de los demás coacreedores
(aquellos que no participaron en dichos actos con el deudor común), a
diferencia de la solución prevista para los casos de indivisibilidad, regidos
por el artículo 1179. El precepto dispone, asimismo, que el acreedor que
hubiese efectuado cualquiera de estos actos, así como el que cobra la
deudaresponderá ante los demás de la parte que les corresponda en la
obligación original.
También debemos señalar qué pasaría si uno de los coacreedores
solidarios cobrara el íntegro de la deuda.
En este caso el acreedor deberá responder frente a sus otros
coacreedores, en cuanto a las partes o valores que les
correspondía recibir a cada uno de ellos. Si bien uno de los
coacreedores puede cobrar el íntegro, esto no significa que sólo a
él le pertenezca el total de la prestación cobrada. Ello podrá ser
así si la obligación se constituyó en su exclusivo interés, pero
podrá no serlo, caso en el cual deberá restituir a cada uno de sus
coacreedores las partes o porciones que les correspondan
(Osterling y Castillo, 2008, p. 348).
Resulta pertinente indicar que, aunque los límites de las resoluciones son
desarrollados respecto de la noción de cosa juzgada, lo cierto es que
dichos conceptos pueden hacerse extensivos, como de hecho lo hace la
doctrina mayoritaria, a todas las resoluciones judiciales.
“Así las cosas, se distinguen dos límites en las resoluciones, uno subjetivo
y otro objetivo. Para el caso analizado, nos interesa el primero de ellos”
(Osterling y Castillo, 2008, p. 355).
A efectos de entender la noción de límite subjetivo, debemos señalar que
una resolución produce dos grupos de efectos. Los efectos directos, que
se refieren a la contienda y que se limitan a las partes, por ser éstas
elementos de aquélla; y los efectos reflejos, que se producen frente a
cualquier titular, parte o tercero, de una relación jurídica en determinada
conexión (de perjudicialidad o de concurrencia) con la vencida en juicio.
Lo normal es que estos efectos reflejos se produzcan frente a cualquiera,
erga omnes, y lo excepcional es que se limiten a las partes del juicio.
Sin perjuicio de lo expuesto, cabe resaltar que el límite subjetivo
de la resolución implica que exista identidad entre las partes y los
sujetos que se vean afectados por ella, de manera tal que, en
principio, una resolución no debería afectar a terceros. Esta regla,
como hemos adelantado, admite excepciones, pues se acepta la
afectación de los terceros cuyos derechos dependen de los de las
partes o de cuyos derechos dependen los de las partes, siempre
que hayan sido citados con la demanda (Osterling y Castillo,
2008, p. 356).
1- Reconocimiento de la obligación.
2- Intimación para constituir en mora al deudor.
3- Citación con la demanda o por otro acto con el que se notifique al
deudor, aun cuando se haya acudido a un juez o autoridad
incompetente.
4- Oponer judicialmente la compensación».
Conforme al artículo 1205 del Código Civil de 1984, existen dos formas de
efectuar el reconocimiento de una obligación.
De este modo, el articulo 1996 prescribe en su inciso 2 que una vez incido
el plazo prescriptorio, es decir, luego de vencido el plazo para pagar esa
obligación que no fue cobrada por el acreedor, si el acreedor requiere el
pago al deudor y, en consecuencia, lo constituye en mora, estaría además
interrumpiendo ese plazo.
Así las cosas, resulta claro que la intimación genera un doble efecto. Por
un lado, constituye en mora al deudor; y, por otro, interrumpe la
prescripción. Para entender mejor cómo opera o funciona la interrupción
del plazo prescriptorio volvamos a nuestro ejemplo. La obligación debió
cumplirse el 10 de octubre de 1998, no obstante lo cual el deudor no realizó
el pago correspondiente y el acreedor tampoco se lo exigió. El 10 de
octubre de 1999, cuando ya había transcurrido un año desde el inicio del
cómputo del plazo prescriptorio, el acreedor dirige al deudor una carta
notarial requiriéndole el pago o, lo que es lo mismo, lo intima y lo constituye
en mora.
Aquel acreedor que intimó a su deudor sin conseguir que éste le pague la
acreencia a la que tiene derecho, tendrá dos alternativas.
El proceso podría durar varios años, pero ello no significa que transcurridos
diez, el deudor pueda aducir que el plazo prescriptorio ya se cumplió y que
la deuda ya no es exigible; ello, simplemente, sería absurdo.
Un ejemplo sería:
Al darse el plazo esta sería una obligación natural pero con la renuncia
volvería a tener la condición de civil y ser exigible. Y el plazo vuelve
desde cero.
Se trata del mismo supuesto de hecho del artículo 1200, pero con la
circunstancia adicional de que uno de los codeudores (distinto a aquel
frente al cual el acreedor común renuncia a la solidaridad) deviniese en
insolvente.
En este caso, la parte de dicho deudor se distribuirá a prorrata entre todos
los codeudores, incluyendo a aquel a quien el acreedor liberó de la
solidaridad.
Sin embargo, este último deudor sólo deberá su parte en la obligación,
más la porción proporcional que resulte de la parte del codeudor
insolvente distribuida entre los restantes codeudores.
2.14.3. Renuncia del acreedor a la solidaridad respecto de parte de
los frutos o intereses
Madrid:Tecnos.
Escobar,I.(1997).Obligaciones.Colombia:Hispamer.