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Instituto Superior Tecnológico “Sucre”

Nombre: Evelin Borja

Curso: 2 “A”

Materia: Ética profesional.

Consulta: La filosofía primera y segunda según


Aristóteles
La filosofía primera y segunda según Aristóteles

La Vida de Aristóteles

 Aristóteles fue un discípulo que no quiso seguir los pasos de su mentor, fundando una filosofía
completamente distinta que ponía sus ojos más en la realidad que en los mundos ideales del que
fuera su maestro.
Aristóteles nació en Estagira, Macedonia, en el año 384 a. C. Era hijo del influyente Nicómaco,
médico personal del rey Amintas III, lo que facilitó más tarde sus conexiones con la corte de la
capital, Pella, donde vivió en su juventud. La temprana muerte de sus padres, cuando él tenía sólo
17 años, le puso en manos de su tutor, Proxeno de Atarneo, quien poco después decidió que el
joven viajara a Atenas, el gran centro cultural de Grecia en la época, para instruirse.
Aristóteles se trasladó a la capital de la filosofía en el mejor momento, cuando la Academia de
Platón experimentaba su mayor esplendor. La ciudad habría de convertirse en la cuna de esta
mente que, años después, cambiaría el curso de la filosofía y del mundo. Una de las primeras
influencias del joven Aristóteles fue Eudoxo, uno de los pocos filósofos de la Academia que difería
de las tesis del fundador de la misma. De este modo, Aristóteles pronto se distanció del gran
discípulo de Sócrates y tomó la decisión de andar su propio camino y crear un sistema filosófico
único.

Aristóteles y la aporía de la filosofía primera: Metafísica


Quien se enfrenta hoy a la Metafísica de Aristóteles lo hace de forma muy diferente a como lo
haría el que la estudiara cien años atrás. Y es que desde la publicación de la monumental obra de
Jaeger, la unidad y la autenticidad de la Metafísica comenzaron a ponerse en tela de juicio, cosa
que hasta ese momento no había ocurrido, al menos con la virulencia y del modo tan expreso
como entonces se hizo.
La Metafísica de Aristóteles fija el objeto de la “primera filosofía” como la ciencia sobre los
primeros principios y causas de todo lo existente, sobre el ser en general, sobre la esencia, a
diferencia de otras ciencias que estudian un ser determinado, concreto. Aristóteles demuestra,
que el reconocimiento de sustancias suprasensibles, inmutables, no puede explicar las causas del
nacimiento y de los cambios de las cosas sensibles: “Decir, pues, que las ideas son modelos y todo
lo demás les está implicado, significa pronunciar palabras huecas y expresarse con metáforas
poéticas”. Ya aquí se revelan los rasgos materialistas de la filosofía de Aristóteles.

hace notar Aristóteles “debería existir algún cielo fuera del cielo sensible y también un sol y una
luna, y de igual manera todos los demás cuerpos celestes”.

Aristóteles indicó a Dios, la entidad que por su perfección genera el deseo de movimiento en
las estrellas y planetas, como la causa primera. Debe notarse que el concepto de primer motor no
es exactamente el de motor inmóvil: Díos es el motor inmóvil, no hace nada y es la causa final del
movimiento de los astros en sus esferas de cristal concéntricas, y la última esfera de estrellas, que
empieza a moverse en círculo cuando ve a Díos intentando alcanzarle es el primer motor (primum
mobile). Escribió el filósofo: «Es pues, evidente, que se llega a algún principio que ya no puede
retrotraerse a otra cosa.

Este será, por tanto, el principio de lo que ocurre fortuitamente, y no habrá ninguna otra causa de
la producción de este principio». «Ha de investigarse muy especialmente, sin embargo, hacía que
tipo de principio y hacía qué tipo de causa conduce tal reducción, si a la que lo es como materia, o
como el para-qué o como aquello que produce el movimiento.»

La filosofía segunda
Aristóteles va a dedicar casi la totalidad del libro tercero de la Física a demostrar la imposibilidad
de que el universo sea ilimitado -hoy diríamos infinito- y a analizar las formas de manifestación de
lo ilimitado y sus tipos. Y lo hace porque, como explica al comienzo, para estudiar el movimiento
hay que analizar qué es lo continuo, el lugar, el vacío y el tiempo. De estos tres últimos conceptos
se ocupará más tarde, en el libro cuarto. El movimiento es una de las manifestaciones de lo
continuo, y lo continuo parece no tener límites absolutos; por ello Aristóteles va a tratar de
comprender la relación entre el movimiento y lo ilimitado.

La física no se ocupa del modo de ser de las cosas móviles en general, sino específicamente de
aquellas que tienen en sí mismas (en su propia estructura o naturaleza) el principio de su
movimiento y de su reposo; es decir, que cambian o dejan de hacerlo siguiendo principios internos
de su propia organización. Estas dos precisiones sirven a Aristóteles para delimitar el ámbito de la
física frente a otras ciencias:

1)  Con respecto a las matemáticas o la teología, cuyos objetos no están sometidos a movimiento.

2) Y con respecto a lo que podríamos llamar la «tecnología», pues los útiles técnicos también
pueden estar dotados de movimiento, pero, o bien no se trata de un movimiento que tengan en
cuanto tales entidades técnicas -sino en cuanto siguen teniendo elementos naturales y, por tanto,
cambiantes, o bien su movimiento es forzado o mecánico y no espontáneo.

Conclusión:
Aristóteles nos dejó un gran legado y de esta manera nos ayuda a percibir la causa de la emoción y
manifestó las apariciones divinas también, con la segunda de la filosofía se entiende movimientos
y la gravedad del mundo en que estamos viviendo.

Bibliografía
http://guindo.pntic.mec.es/ssag0007/filosofica/aristoteles-duererias.pdf

file:///C:/Users/JHONNY/Downloads/2796-Texto%20del%20art%C3%ADculo-8922-1-10-
20170530.pdf

https://www.filco.es/aristoteles-filosofo-conocer/

http://www.filosofia.org/enc/ros/meta2.htm

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