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El término hebreo kabbalah o cábala significa "tradición", "recepción" o

"recibir un don"; es una disciplina y escuela de pensamiento esotérico y se utiliza


para analizar los sentidos recónditos de la Tora; se refiere a una serie de
enseñanzas esotéricas que intentan explicar la relación entre un ser infinito que es
inmutable, eterno y misterioso y el Universo perecedero y finito. La cábala busca
definir la naturaleza del universo y del hombre, la base y propósitos de su
existencia, y no podría considerarse como una denominación religiosa, si bien es
la base de interpretaciones religiosas de carácter místico. Pero hay quienes dicen
que la cábala no es misticismo sino una ciencia, una manera de conectarse
directamente con eventos que parecen mágicos porque, en nuestro actual estado
de conciencia, no entendemos cómo funcionan, que apunta a penetrar en el
conocimiento de los misterios de la divinidad.

Y es que el origen de la cábala es igual de enrevesado que su definición.


Se desarrolló dentro las tradiciones judías y los cabalistas frecuentemente utilizan
las fuentes clásicas del judaísmo para explicar y demostrar sus esotéricas
enseñanzas. También se cuenta que fue Dios quien le reveló los secretos de la
cábala a Moisés cuando estaba en la cumbre del monte Sinaí, al momento de
recibir el decálogo. Pero Los seguidores tradicionales de la cábala afirman que
ésta surgió antes que cualquier otra religión en el mundo y que sirvió de base para
elaborar la filosofía primordial de la Creación, las ciencias religiosas, las artes y los
sistemas políticos. La Historia, sin embargo, indica que la cábala apareció como
una forma temprana del misticismo judío en los siglos XII y XIII en el sur de
Francia y en España, re-interpretada en el renacimiento del judaísmo místico en el
siglo XVIII, y popularizada en la forma de Judaísmo jasídico desde el siglo XVIII
hasta hoy en día.

De acuerdo a las creencias tradicionales, el antiguo conocimiento


cabalístico fue transmitido oralmente por los patriarcas, profetas y sabios, para
eventualmente introducirlos en las escrituras y cultura religiosa judía y se cree
que diez siglos antes de Cristo, la antigua cábala la practicaban abiertamente más
de un millón de personas pero las conquistas extranjeras obligó a los líderes
espirituales judíos a ocultar su conocimiento y hacerlo secreto, temiendo que
fuera mal interpretada o mal implementadas si caía en manos inapropiadas,
haciendo tan difícil aclarar los conceptos exactos de la cábalo.

Sin embargo, el investigador y profesor de cábala Mario Javier Sabán


explica que existe otra definición poco conocida y es que Kabbalah también se
puede interpretar como "mundos paralelos", es decir, el estudio de los mundos
paralelos en los que existimos al mismo tiempo. Y es que para la cábala existimos
en diez dimensiones distintas o sefirots que componen el árbol de la vida. Según
el Zohar, biblia de los cabalistas, el árbol de la vida es la representación del
proceso creativo del universo y del hombre a imagen y semejanza de Dios y está
estructurado en tres columnas; una masculina, una femenina y una columna
central que trae el equilibrio al árbol.
Mario Sabán explica cada dimensión es un recipiente que requiere de una
energía determinada y el problema común es que las personas no conocen dichas
energías ni cómo administrarlas para que cada dimensión esté equilibrada y poder
avanzar en las dimensiones subsecuentes y llegar a Keter o la iluminación.
También dice que hay una dimensión física o dimensión de todas las
consecuencias de todas la causas, siendo las dimensiones causas las otras nueva
dimensiones. En otras palabras, nuestro yo físico es la consecuencia del estado
de las otras nueva dimensiones.

El árbol de la vida se podría interpretar como una versión compleja de la


jerarquía de necesidades de Abraham Maslow, o más bien la jerarquía de
necesidades es una versión muy simplificada del árbol de la vida, pues en lo más
bajo de ambos esquemas se encuentran las necesidades más básicas del ser
humano y a medida que se avanza y se logra satisfacer o lograr objetivos se
puede llegar a la autorrealización de la jerarquía de necesidades o a la iluminación
del árbol de la vida.

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