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ÉTICA Y REHABILITACIÓN
10.1 INTRODUCCIÓN
La ética profesional siempre ha sido motivo de criterios, discusiones y, por qué no, de
alguna que otra querella y el disgusto subsiguiente entre colegas. Casi finalizando este
curso en que se han presentado temas que relacionan la Medicina, la Ingeniería y la
Rehabilitación, el autor considera oportuno discutir el tema, siempre necesario y escasas
veces considerado, alguna de ellas como “un mal necesario”.
Algunas profesiones, la médica por ejemplo, tienen sus reglas éticas más o menos
conocidas que deben sentar pautas para el comportamiento y las relaciones del médico con
el paciente y entre los miembros de la profesión. En la antigüedad deben haber existido
reglas de conducta parecidas en los gremios de oficios que se formaban, entre maestros y
aprendices, que en su momento deben haber representado una defensa para asegurar la
conservación de las artes de cada oficio y evitar la divulgación pública de los “secretos”
profesionales. Algo semejante debe haber ocurrido con los maestros de obras y
construcciones, que a nuestro entender fueron los precursores de la Ingeniería actual. A
continuación se incluye el texto del editorial que el autor publicó en la revista Ingeniería
Electrónica, Automática y Comunicaciones de Cuba [Folgueras, 2000].
El autor cree oportuno tratar sólo tres de los múltiples aspectos que, en su
opinión, deben regirse por estos principios: la atención a las tesis, tesinas o diplomas;
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Si bien éste puede resultar un tópico para una álgida discusión entre
profesionales de una misma rama de la Ciencia y de la Técnica, cobra especial
importancia cuando las investigaciones las realizan, como ocurre actualmente, un
grupo interdisciplinario de personas: ingenieros, biólogos, médicos, lo que se refleja
en el mencionado Código de Ética Profesional al plantearse que, en sus relaciones, el
científico debe "Incrementar la colaboración eficiente y el trabajo multidisciplinario
en la actividad científico–técnica, tomando en cuenta la interrelación e integralidad
del objeto de estudio".
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Una persona es un ser humano, no un objeto o equipo cualquiera y, por ello, no es fácil
establecer un listado de parámetros cuyos valores deben ser comprobados, cosa harto difícil
cuando se trata del ser humano y no se refiere la determinación a parámetros o
características físicas mensurables. Si bien es cierto que existen pruebas psicológicas que
permiten predecir con una cierta aproximación la aptitud y posibilidades de éxito de una
persona para desempeñar una función determinada, el entorno que rodea a la persona actúa
en el sentido de modificar esa aptitud, ya sea para bien o para mal.
En opinión del autor, el ingeniero en rehabilitación debe ser portador de las siguientes
características:
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Resulta evidente que la aplicación de los principios éticos en la profesión no puede estar
sujeta al buen tino, o a la inspiración, del ingeniero o del técnico. Los principios deben
enseñarse como parte de las carreras correspondientes [Folgueras, 2005 b]
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Por lo anterior, el autor piensa que el ingeniero debe seguir unas reglas imprescindibles
al tratar con, o estar en presencia de, un paciente:
Un buen conjunto de reglas que deben seguirse al trabajar con los pacientes han sido
elabroradas por el IPEM (Institute of Physics and Engineering in Medicine) y puede
encontrarse en [IPEM, 2001], de las cuales se transcriben algunas a continuación, referentes
a la conducta general a seguir.
CONDUCTA GENERAL
• Los asuntos que conciernen a la salud y a la seguridad del paciente deben recibir prioridad
sobre todos los demás.
• Todos los pacientes, independientemente de su edad, género, orientación sexual, salud, origen y
creencias culturales y religiosas deben ser tratados con cortesía, respeto y deben mantenerse su
privacidad y dignidad.
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• Debe mantenerse la confidencialidad de todos los registros relacionados con los pacientes. Los
registros relacionados con la historia del paciente, sus investigaciones y tratamientos, deben ser
completos, claros y precisos.
• La conducta personal nunca debe desacreditar al científico clínico o a sus colegas,
departamento, institución o al sistema de salud.
• Los tiempos de espera deben mantenerse en un mínimo y estar dentro de los valores esperados
en las normas y políticas locales.
• La selección de los procedimientos de diagnóstico o terapéuticos debe estar basada en la
evidencia siempre que ello sea posible, debe representar la mejor práctica actual y estar sujeta a
revisiones periódicas.
• Deben reconocerse los límites de la competencia profesional del científico y sus estándares de
actuación deben mantenerse al mantener sus conocimientos y habilidades al día mediante el
entrenamiento apropiado.
• La investigación no debe ser contraria a los intereses del paciente y debe ser aprobada de
antemano por un comité de ética o de investigación debidamente constituido, así como seguir el
principio del consentimiento informado del paciente.
• La conducta general, el aspecto personal y el vestido deben ser apropiados y profesionales,
usando identificaciones visibles todo el tiempo.
Las semejanzas pueden hallarse en que ambos tienen como objetivo central la
conservación de la salud del paciente y la lucha contra las enfermedades. Cada uno de ellos
contribuye con un granito de arena, acorde a su capacidad y preparación, al noble propósito
de conservar y mejorar la salud del paciente. Existe, sin embargo, una diferencia sustancial
entre ambos con respecto al paciente: el médico lo enfrenta y se relaciona directamente con
él en la enorme mayoría de las ocasiones, mientras que el ingeniero permanece usualmente
fuera del contacto con el paciente y sólo en contadas ocasiones se relaciona con él.
La historia y la tradición han creado también un ambiente que puede no ser propicio
para unas buenas relaciones. Con seguridad, en cualquier tratado de Historia de la Medicina
se encontrará alguna referencia a los orígenes de la profesión: brujos, chamanes,
hechiceros, todos tuvieron cabida en etapas diferentes del desarrollo humano en que
existían enfermedades que era necesario combatir. Sin ciencia ni medicamentos,
recurriendo a la magia y a las plantas, a la confianza del paciente y a lo sobrenatural, no en
pocos casos lograban una curación mientras que en otros la muerte del paciente se atribuía
a lo sobrenatural, contra lo que no se podía luchar. ¿Acaso los alquimistas, químicos
primitivos de la Edad Media, no deben haber aportado su granito de arena en el desarrollo
de las drogas? Barberos y cirujanos, sangradores y médicos, el desarrollo continuo es
indudable hasta llegar a nuestros días en que, con el apoyo de los avances científicos y
técnicos se realizan verdaderas maravillas en el campo de la Medicina, aunque un simple
resfriado no encuentre más cura que la que probablemente tuviera hace siglos.
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Sin embargo ¿cuándo surge la Ingeniería? Tal vez el primer ingeniero fue el hombre
primitivo que descubrió accidentalmente la palanca, a la cual siguió la rueda. Carreteras del
Imperio Romano y construcciones de la época y de otras precedentes están aun presentes
para asombro de la Humanidad actual. La Construcción, como el Arte, se han desarrollado
a lo largo del desarrollo humano, con muestras palpables, en diverso estado de
conservación. El mejor ejemplo del desarrollo del ingeniero lo constituye Leonardo de
Vinci (1452-1519), escritor, arquitecto, artista, inventor, cuya obra se reconoce, permanece
y se conserva y valora muy positivamente hoy día.
Algunas son las frases que ha recogido nuestro idioma para resaltar la importancia del
documento escrito: “Escríbalo, no lo diga” y “Las palabras se las lleva el viento” son dos
de ellas. Este no es un tema que admite mucha discusión, como no sea la encaminada a
demostrar que no es necesario elaborar informe, que está a priori, condenada a la derrota
más vergonzosa. Muchos de los profesionales de la ingeniería que conocemos son
enemigos acérrimos de elaborar documentos. Unas veces enemigos declarados y otras bajo
el “disfraz” poco creíble de que “tengo muchas tareas y poco tiempo para escribir”.
¡Esa idea que está en abstracto en nuestra mente y que no acabamos de plasmar de
forma adecuada en el papel! Esa idea se nos escapa en cualquier momento y luego es difícil
o imposible recuperarla. Analice si no el lector cuántas veces no se ha encontrado en la
imposibilidad de escribir algo con coherencia para que sea interpretado por un tercero, a
pesar de tener aparentemente muy clara y elaborada la idea.
Sin pretender dar una receta pues no se trata de ello, es posible establecer pautas
generales que pueden servir de apoyo para la elaboración de un documento técnico. Por
ventura, los medios computadorizados de hoy día ofrecen editores de texto que tienen
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medios de ayuda para facilitar la tarea de escritura y revisión ortográfica y cuentan con
plantillas aplicables a muchos casos reales.
Por supuesto, el documento persigue uno o más objetivos y debe ser elaborado y
entregado en una cierta fecha fijada de antemano. Pueden recomendarse algunas reglas
básicas a guisa de sugerencia para comenzar la elaboración de un documento técnico.
Por estas razones el ingeniero representa otros aspectos del trabajo en el ambiente
médico, lo que en algunos casos puede establecer una falta de valoración, totalmente
artificial, hacia su trabajo; el autor ha sentido la existencia de esto en varios países. Contra
esto es necesario luchar y comprender que médicos e ingenieros, ingenieros y médicos,
están juntos en la lucha por la rehabilitación del paciente.
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No olvide incluir las referencias bibliográficas a los documentos que usted menciona
en el suyo, esto facilita la lectura y comprensión por otra persona e indica dónde pueden
encontrarse las fuentes de referencia. No descuide el formato en que escribe ni la
presentación final del trabajo, pues un documento bueno, pero mal formateado o
estructurado, brinda al lector una fea impresión de que el trabajo no tiene valor. Lo
contrario es también negativo: un excelente formateo y presentación pero un contenido
malo desencanta al lector y le convence de que, en efecto, el trabajo no sirve. Recuerde
siempre que en caso de duda el mejor consejero es un buen libro técnico.
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Unas palabras adicionales para los informes que se escriben en un idioma que no es el
materno: son válidas todas las observaciones y sugerencias realizadas, pero debe entonces
prestarse un cuidado adicional a mantener las estructuras idiomáticas típicas del idioma en
el cual se redacta el informe. El vicio de traducir “literalmente” suele producir resultados
desagradables y textos que, frecuentemente, son difíciles de comprender, por tener un
significado oscuro o tergiversado.
Recordemos la frase latina “Verba volant, domus manent” que puede traducirse como
“Las palabras vuelan, las acciones permanecen” y que en nuestro caso podría interpretarse
como “Las palabras se las lleva el viento, los documentos permanecen”. Otra frase latina
dice precisamente esto último: “Verba volant, scriptus”. Hay una frase famosa: “Arnakul
arda um arda ad hor” (S. I-II), cuyo significado según los eruditos, se relacionaba con el
tema que tratamos, pero por desgracia, se ha perdido en el tiempo. Las tablillas de arcilla de
Mesopotamia, los papiros y jeroglíficos del Egipto faraónico, el arte rupestre de las
cavernas, son todos vestigios escritos de las culturas respectivas:
Al igual que el establecimiento del “Segmento Áureo” de los antiguos, que permitió
lograr las proporciones idóneas para un libro o manuscrito, la “Regla de Oro” del ingeniero
debe ser: “El trabajo no está terminado hasta que no se use el papel”, lo que se ha tratado de
ilustrar en la Fig. 10.1 que se muestra en la página siguiente.
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EL TRABAJO NO ESTÁ
TERMINADO HASTA QUE NO
SE USE EL PAPEL
Figura 10.1 La “Regla de Oro” del trabajo del ingeniero.
BIBLIOGRAFÍA
IEEE, 1990, The Institute of Electrical and Electronic Engineers Inc., “Code of Ethics”,
1990.
IPEM, 2000, Institute of Physics and Engineering in Medicine, “Working with
patients”, York, Gran Bretaña, 2000.
Folgueras, J., 2000: “Tres aspectos de la Ética profesional”, Ingeniería Electrónica,
Automática y Comunicaciones, Vol. XXI, 2, 2000.
Folgueras, J., 2005a: “La Ética en el Diseño de equipos médicos”, Third LACCEI
International Latin American and Caribbean Conference for Engineering and Technology
(LACCET’2005, “Advances in Engineering and Technology: A Global Perspective”, 8-10
June 2005, Cartagena de Indias, COLOMBIA, trabajo SOC87.
Folgueras, J., 2005b: “La enseñanza de la Ética en Bioingeniería: Introducción
temprana”, VI Congreso de la Soc. Cubana de Bioingeniería, La
Habana, Julio 21-22, 2005, trabajo T054.
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