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¿Efectivo reembolso de aportes?

Nicolás Tirado



miércoles, 30 de octubre de 2013

Aún hoy hay discusiones de fondo sobre la aplicación y alcance de la disminución


de capital con efectivo reembolso de aportes.

Cuando un accionista quiere liquidar su inversión, su primera opción, y la más


natural, es vender a sus socios o a un tercero interesado en comprarla.

No obstante esto, y de pronto previendo un caso en que no haya interesados en


adquirir, la ley propuso 3 mecanismos que podrían servir para lo mismo, solo que
utilizando fondos de la compañía misma. Dichos mecanismos son la readquisición
de acciones, el derecho de retiro y la disminución de capital con efectivo
reembolso de aportes. 

La readquisición permite a la sociedad comprar sus propias acciones, para lo cual


únicamente se necesita que estas estén liberadas, que el máximo órgano lo
apruebe -en cualquier momento y por cualquier razón- y que para pagar el precio
se utilicen utilidades líquidas.

Lo anterior presupone un acuerdo entre el accionista y la sociedad sobre el valor


al que estas acciones se van a pagar, el cual no tiene ningún piso o techo legal.

El derecho de retiro, por su parte, es un mecanismo más complicado, pues


procede solo en circunstancias excepcionales cuando una transformación, fusión o
escisión impone al accionista una mayor responsabilidad o le implica una
desmejora en sus derechos patrimoniales. 

En este caso, luego de un trámite relativamente complejo, el accionista tendrá


derecho a obtener un reembolso. La ley no determina un valor máximo o mínimo,
sino que prevé expresamente que las partes acuerden cuál debe ser el monto o, si
no hay acuerdo, prevé que el precio sea fijado por unos expertos, quienes
normalmente lo estimarán por su valor de mercado.
Por otro lado, si bien la disminución de capital con efectivo reembolso de aportes
busca los mismos fines, tiene un trámite diferente, pues la ley requiere una
reforma estatutaria. 

Ahora bien, a pesar (o quizás como consecuencia) de que las normas que regulan
la materia -al igual que el caso de la readquisición de acciones- no fijaron el valor
al cual se debe hacer el reembolso, existe una controversia en relación con los
valores que se deben utilizar. 

La primera posición consiste en que, considerando que se trata de una


“disminución de capital”, únicamente se puede reducir lo que corresponda a capital
suscrito y que, por lo tanto, el monto que se reembolsa solo puede ser el monto en
el que el capital suscrito se reduce. 

La segunda posición, por su lado, establece que, en la medida en que se trata de


un “efectivo reembolso de aportes”, se debe entregar al accionista lo que aportó.
Es decir, el capital que suscribió y la prima en colocación de acciones
correspondiente, sin que sea evidente si la reducción de la prima debe hacerse
proporcionalmente o no, o si se le entrega a accionistas que no la han aportado,
considerando que en principio la prima pertenece a todos, pues se cobra por el
valor que genera la actividad social. 

Los críticos de estas dos posiciones han argumentado que son muy desfavorables
al accionista, en la medida en que

1. El aporte inicial hecho por un accionista (con o sin prima) puede no reflejar el
valor real de las acciones, o incluso corrección monetaria, por lo cual la pérdida
para el accionista puede ser enorme al entregar un activo valorizado por el valor al
que lo compró.

2. No existe una razón de fondo válida para que los reembolsos por disminución
de capital se hagan diferente a los que son por retiro, o a la readquisición de
acciones, pues se trata esencialmente de lo mismo (liquidez para un accionista),
considerando, incluso, que en el caso del derecho de retiro también se utiliza la
palabra “reembolso”.

Para resolver estas inquietudes, se ha planteado una tercera opción y es que el


reembolso se haga por el valor que acuerden las partes, que puede corresponder
al valor intrínseco, al de mercado o a cualquier otro. Esta tesis, adoptada en
algunos casos por la Superintendencia de Sociedades, llevaría a que se afecte la
cuenta de capital suscrito en lo que corresponda, y el resto del valor se lleve
directamente al gasto. 

Esta opción, si bien resuelve los problemas planteados anteriormente, incluyendo


las dudas sobre la prima, no ha sido exenta de crítica, pues algunos sectores
autorizados consideran que, además de atentar contra la literalidad de la norma,
esta alternativa liquida parcialmente la sociedad, sin que se cumplan los requisitos
de publicidad ni se den las garantías previstas en la ley, poniendo en riesgo a los
terceros, a pesar de que la disminución de capital deba ser aprobada por la
Superintendencia de Sociedades.

Así, al momento de buscar liquidez con fondos sociales, es necesario estructurar


la operación considerando las circunstancias particulares de cada caso, evitando
consecuencias futuras desfavorables.

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