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Evolucion Historica Del Derecho de Sucec
Evolucion Historica Del Derecho de Sucec
INTRODUCCION……………………………………………. 3
La Sucesión………………………………………………….. 4
EVOLUCION HISTORICA
1. Primitiva……………………………………………………… 6
2. En Egipto y en el cód. Hammurabi…………………. 8
3. Imperio Griego……………………………………………. 16
4. Imperio Romano…………………………………………. 18
5. Época Feudal………………………………………………. 28
6. Derecho Germánico…………………………………….. 30
7. D° Continental…………………………………………… 33
8. D° Anglosajón…………………………………………… 37
9. Colonia Española………………………………………. 39
10. Derecho Indiano………………………………….. 40
11. Sucesión de los Incas……………………. …… 43
12. Derecho peruano……………………………….. 46
17. Bibliografía………………………………………………. 54
INTRODUCCION
Por medio del presente, se analizara estudiara y se informara todo lo referente a los
evolución histórica de las herencias y sucesiones tipos, características. Ya que la herencia
en una sola y forma un todo.
Una sucesión es la rama del derecho, que se le llama hereditario, sucesorio ó simplemente
sucesiones la cual se encarga de regular las consecuencias que se producen con la muerte;
también se ve la designación de herederos, la transmisión del patrimonio y la manera en
que ésta puede hacerse.
Esto es porque los derechos y deberes de las personas no terminan con la muerte, sólo por
unas excepciones como:
Ni aquellos derivados del derecho de familia, como los que provienen del matrimonio, la
patria potestad ó la tutela, todos los patrimoniales son transmisibles por la herencia.
LA SUCESIÓN
El Derecho de sucesiones o Derecho sucesorio es aquella parte del Derecho privado que
regula la sucesión mortis causa y determina el destino de las titularidades y relaciones
jurídicas tanto activas como pasivas de una persona después de su muerte.
Destino que se le van a dar a los bienes del difunto o causante. Se determina el
ámbito de actuación de la autonomía de la voluntad, las normas imperativas que
sean necesarias y las normas dispositivas que suplirán la voluntad del causante, en
caso de no existir testamento.
Requisitos de validez del testamento, con la finalidad de asegurar que lo que
aparezca en él sea realmente la voluntad del testador.
Los trámites necesarios para el reparto del caudal relicto (bienes hereditarios).
Pero hay que diferenciar entre la sucesión inter vivos y la sucesión mortis causa. La
sucesión inter vivos se genera por un acto o negocio jurídico, mientras que la sucesión
mortis causa se origina por hecho jurídico. La fuente de la sucesión inter vivos es la ley y el
contrato, mientras que la fuente de la sucesión mortis causa es la ley y la voluntad del
causante expresada en un testamento. Los efectos de la sucesión inter vivos se presenta en
vida de las partes, mientras que los efectos de la sucesión mortis causa se presenta después
de la muerte de una persona. Finalmente en la sucesión inter vivos no importan las
relaciones familiares de las partes, mientras que en la sucesión mortis causa si predominan
las relaciones familiares sin perjuicio de los asignatarios testamentarios.
EVOLUCION HISTORICA
EPOCA PRIMITIVA
Características
De este concepto se derivan dos figuras las cuales son las here que es la recolección de lo
antiguo, es decir los bienes muebles dejados por un difunto y la heredium eran las tierras o
los bienes inmuebles que trabajaba el difunto. Derivado de estas figuras que se
mencionaron antes surge la figura de la propietas o la propiedad, la cual ya no se extingue
con la muerte porque es una forma de continuidad de la persona que fallece. Paralelo a la
propietas surge la hereditas, que de manera desglosada “her” es ayer, “res” es cosa y
“redita” es algo que enriquece. El titular de la propietas era únicamente el pater familias,
pero si éste fallecía sus hijos pasaban a ser pater familias, sin embargo el hermano mayor
pasa a ocupar el lugar de su padre porque tenía que encargarse de su madre y de sus
hermanos solteros a pesar de que todos eran “here sui”, es decir heredaban parte de la
propiedad pero no la podían administrar. Finalmente si bien la familia se dividía conservaba
el gentilicio o el apellido.
Como todos los pueblos de la antigüedad, Egipto constituye uno de los pueblos cuya
trascendencia y tradición cultural se ha desarrollado desde tiempos muy remotos, por eso se
dice que Egipto es uno de los pueblos, en la historia más largo en oriente. Egipto está
calificado entre los pueblos de cultura hidráulica, Ya que el rio Nilo constituye el
fundamento económico, religioso, social en el que ha tenido si apogeo esta cultura.
La sucesión era una forma individual tanto el padre como la madre tenían amplio poder
para administrar o donar sus bienes a sus hijos, existía igual derecho para los hijos varones
como para las hijas mujeres.
Existía una prohibición para los hijos que debían respetar los bienes de sus padres mientras
estos vivan únicamente a la muerte de uno de ellos podían repartirse los bienes; a esto se le
llama sucesión.
Uno de los aspectos más interesantes en relación con la herencia en el antiguo Egipto es la
dicotomía que existe entre el modelo mítico y la realidad social. Esta diferencia es
claramente perceptible a través de las fuentes textuales. En los textos que remiten al plano
mítico y que expresan el ideal social, la herencia aparece transmitida exclusivamente de
padre a hijo. Así ocurre en los textos religiosos, en los literarios y en las autobiografías,
documentos todos ellos que refieren al plano de los arquetipos. En cambio, en otro tipo de
textos, principalmente los relativos a la “vida cotidiana”, que indican las prácticas sociales
efectivas, la mujer también aparecen como posible heredera.
El hombre tenía un lugar preeminente y ejercía el poder desde la posición de dominio que
ocupaba. La organización social partía de una diferencia de base, establecida en función del
sexo. El carácter patriarcal de la organización social egipcia se dejaba sentir en todos los
aspectos de la vida.
La realeza era ejercida por un hombre, también eran hombres los que ocupaban los cargos
de responsabilidad (en el gobierno, en la administración, en el sacerdocio –a excepción del
clero de Hathor–, etc.) y la familia estaba encabezada, asimismo, por un hombre.
Es sin duda en los textos religiosos donde mejor puede observarse el carácter patriarcal de
la sociedad egipcia. Este fenómeno alcanza su máxima expresión en el mito osiríaco, que
reflejaba el binomio herencia-legitimidad y estaba articulado bajo la fórmula del hijo
primogénito como heredero único de su padre, excluyendo de esta manera a la mujer como
heredera.
Cada uno de los progenitores respondía a principios distintos, y por lo tanto, los vínculos
que establecían con sus hijos eran también distintos. Mientras que la madre representaba el
“vínculo natural” (el nacimiento biológico, la protección natural –visceral–), el padre
representaba el “vínculo legal” (el reconocimiento y la protección legal).
El derecho sucesorio del código de Hammurabi se establece en las leyes 137, 165, 169,
170, 172, 178, 179, y 191. Se pretende imponer atenuantes de desherencia y la fijación a
quienes se puede transmitir el patrimonio del fallecido, como podría funcionar la sucesión
en respectivos casos.
Otra falta considera muy grave era la unión incestuosa con una de las mujeres o
concubinas. Incluso después de muerto su padre, un hijo podía resultar desheredado si
cometía incesto con la que había sido esposa o concubina de aquel. En tal particular
resultaba expulsado de la casa, con lo que de forma automática resultaba desheredado.
Los hijos de las concubinas podían heredar si eran reconocidos por el padre. Lo mismo
ocurría con los hijos tomados en adopción. Sin embargo, si esto ocurría antes de que se
hubiera producido el nacimiento de los hijos "legítimos", la llegada de estos podría privar
de la herencia a sus "hermanastros". En tal caso, el hijo adoptado se encontraba en mejor
posición que el hijo natural, que frecuentemente resultaba desheredado en favor de su
hermano "legítimo" nacido en último término. El hijo adoptado podía volver a su familia de
origen, en caso de que la hubiera, o disfrutar, pese a todo, de una porción de la herencia de
su padre adoptivo. Este, incluso podía haber hecho constar en el documento de adopción
que lo consideraba como su heredero predilecto o más antiguo, lo que le protegía ante la ley
de las pretensiones de sus hermanos, siempre que hubiera sido adoptado antes del
nacimiento de éstos. La adopción era un contrato que podía disolverse en caso de
incumplimiento por alguna de las partes.
IMPERIO GRIEGO
En cuanto al orden familiar las costumbres primitivas como las leyes ulteriores demostraron
que los helenos fundaban su unidad social en la unidad familiar. Pero la familia se
estructuraba en torno al respeto del culto.
El derecho griego constituyo para Europa antigua una de las fuentes cuya influencia se hizo
notoria en la mayor parte de Europa.
De este principio proceden todas las reglas del derecho de sucesión entre los antiguos
griegos. La primera es que siéndola religión domestica hereditaria de varón a varón, la
propiedad también lo sea y si el hijo es el continuador natural y el obligado del culto así
mismo heredera los bienes.
La herencia pertenece a los descendientes (hijos, nietos) y a los colaterales (tíos, sobrinos),
los hijos recibían igual cuota hereditaria a excepción de las hijas que únicamente pueden
pedir la dote y alimentos; en el caso de no existir hijos varones la herencia se la da al
pariente más próximo con quien deberá casarse con su hija. En Atenas, apareció el
Testamento como una manifestación del derecho del testador de disponer libremente de sus
bienes, se prohibía testar a los moribundos, existía también la Sucesión legal para suplir a la
testada, igual que en el Antiguo oriente.
IMPERIO ROMANO
Sucesión inter vivos: cuando una persona ocupa el lugar y la titularidad de los
derechos de otra; según las reglas del ius civile, esta sucesión entre vivos se produce
cuando el paterfamilias adquiere la potestad sobre una persona sui iuris y como
consecuencia se transmiten en bloque sus bienes al padre: esto sucede en los casos
de la arrogación (adrogatio), por la que una cabeza de familia se somete en
adopción a la potestad de otro paterfamilias. Las deudas de los que pasan a la
potestad del padre no se transmiten en virtud de la sucesión.
Sucesión Mortis causa: a la muerte de una persona el heredero entra en la misma
posición que aquella tenía y se sitúa en su lugar considerándose que lo hace sin
interrupción alguna. La consecuencia a más importante es que la sucesión se
produce tanto sobre los créditos como sobre las deudas.
El régimen hereditario del antiguo derecho civil Romano estaba fundado sobre la
familia agnaticia y los vínculos de potestad. Se adaptaba a una estructura patriarcal y a una
economía agraria primitiva. Suponía un sistema cerrado de normas y formalismos que
pronto debieron considerarse insuficientes o injustos. Según el precepto de las XII Tablas,
en caso de que el causante muriera intestado heredaban los hijos en potestad (sui) y en
defectos de estos, el agnado próximo y los gentiles. La ley parte de la posibilidad de
existencia de un testamento; sólo en su defecto hace los llamamientos legítimos.
Los impúberos sui juris, porque carecen del juicio necesario para el acto tan
importante. Pero sólo es el ejercicio del derecho el que les falta, de manera que
pueden dejar una sucesión testamentaria, si el jefe de familia testó por ellos cuando
estaban bajo su autoridad.
Los locos, Éstos sólo pueden testar válidamente en un intervalo lúcido.
La forma de los testamentos en Roma varió según las épocas. Diferentes maneras de testar
fueron admitidas sucesivamente por el antiguo Derecho civil, por el Derecho pretorio y por
las constituciones imperiales.
Respecto a la persona del testador: Los militares durante la campaña, y otras personas
asimiladas a ellos, pueden testar sin formalidad alguna, bastando que se tenga la
certidumbre de su voluntad de cualquier modo que sea. Semejante testamento deja de ser
válido en cuanto cesa la necesidad que lo motivó, y también por razón de licenciamiento no
es deshonroso.
Respecto al lugar
Aun cuando un testamento se halle otorgado con todos los requisitos extrínsecos que hemos
enumerado, puede ser ineficaz, ya sea por un vicio coetáneo a su redacción, ya por un
hecho ocurrido posteriormente.
EPOCA FEUDAL
El Derecho Feudal, manejaba las sucesiones de otra manera. Estas eran las sucesiones que
correspondían a la nobleza, y aquí jugaban otros factores. No sólo se heredaba la tierra, sino
los títulos de nobleza, que iban adjuntos a ella. Y se heredaban como "propiedad" los
derechos de cobrar impuestos. Como las mujeres no transmitían la nobleza a sus
descendientes, casi nunca heredaban. Podían heredar una tierra o un título, pero no
transmitirlos a sus hijos.
En este sistema también hereda solamente un hijo primogénito, casi siempre varón. Incluso
en el caso de que hubiera hijas mujeres se le dejaba la herencia al hijo varón mayor entre
los varones. En este régimen sucesorio también se promueve la concentración de bienes, y
no su división.
IMPERIO GERMANICO
El Derecho Germano o de
Costumbres, era distinto.
Aquí es la ley la que crea
los herederos; no hay
caprichos individuales. Los
hijos heredan por partes
iguales, generalmente
-según las regiones-
también sólo los hijos
varones. No hay derecho de
primogenitura. Es un
sistema enfocado a la
división de bienes, y al
desarrollo del individuo.
Cuando un varón jefe de familia fallecía, lo sucedía el varón de mayor edad. La asamblea
de la tribu le entregaba los bienes, el heredero pagaba entonces todas las deudas y se
quedaba con el remanente. No había confusión de patrimonios, ni las deudas del difunto
pesaban sobre los bienes del heredero. Sin embargo este sistema no prevaleció sino el
romano.
En cambio si el heredero adquiere la herencia con beneficio de inventario, solo pagara las
deudas del DE CUJUS hasta donde alcance su patrimonio.
La sucesión implicaba la
distribución de la tierra y debía
estar situada dentro de su nueva
visión de la propiedad.
Se mantiene la igualdad del derecho sucesorio para todos los hijos por igual, pero con
variantes. Al perder todos los derechos de ciudadanía, -muerte civil- la persona perdía sus
bienes y debía legarlos. ARTÍCULO 718 DEL CÓDIGO DE NAPOLEÓN ARTÍCULO
723 DEL CÓDIGO DE NAPOLEÓN.
Las sucesiones se abren por muerte natural o por muerte civil. La ley regula el orden de
suceder entre herederos legítimos; luego, a hijos naturales; si no hubiera, al cónyuge
sobreviviente, y en su defecto, los bienes pasarán a manos de la República.
La propiedad debería ser accesible a todos los individuos, sin distinciones. Se establece, en
el primer proyecto de Código Civil, la igualdad total y absoluta de los descendientes, la
cual subsistirá en los posteriores proyectos. Ellos quieren la multiplicación de propietarios,
y activos flexibles y móviles, que puedan ser transferibles sin problemas. En el 3er.
proyecto de Código Civil, se incrementa la participación no sólo de los descendientes, sino
de los colaterales (hermanos, tíos, sobrinos).
En esta inmensa estructura del nuevo edificio de leyes todo debe encajar como un
mecanismo de relojería: al restringir el poder absoluto de los padres sobre la familia,
también se les quita, entonces, la potestad de testar a su antojo. Los legados deben ser
hechos conforme a la ley, con división igualitaria de los bienes entre los descendientes. Los
hijos naturales, asimismo, son asimilados a la herencia, si están reconocidos dentro del
período matrimonial o antes. Los hijos ilegítimos gozarán de los mismos derechos
sucesorios que los legítimos.
Sin embargo, los revolucionarios, en su afán por dar plena libertad a todos los actos civiles,
también ampliaron la libertad de las donaciones en vida y de la transferencia de los bienes
objetos de la sucesión (atributo de terminación del derecho de propiedad o ab-usus).
Mediante ésto, se facilitó que, por el costado, los padres pudieran, de todas maneras,
distribuir los bienes a los hijos que ellos deseaban, mediante la venta a un tercero y la
recuperación luego del bien hacia uno o más de los hijos. En el antiguo Derecho Escrito del
Sur de Francia los bienes objetos de sucesión eran prácticamente inalienables.
Al promulgar Napoleón Bonaparte el Código Civil de Francia en 1804, muchas de las ideas
de la Revolución habían sido re-examinadas y corregidas por el nuevo sector gobernante de
la alta burguesía. En cuanto a las sucesiones se mantendrá la igualdad del derecho sucesorio
para todos los hijos por igual, pero se introducirán variantes. En el Código de Napoleón,
que le dio una gran importancia al tema de la propiedad, las sucesiones están dentro del
capítulo "Diferentes maneras de adquirir la propiedad".
El Código Civil de 1804 decía, en su art. 718: "las sucesiones se abren por muerte natural o
por muerte civil". Al perder todos los derechos de ciudadanía, -muerte civil- la persona
perdía también sus bienes y debía legarlos.
En su art. 723 dice: "La ley regula el orden de suceder entre los herederos legítimos;
luego, a los hijos naturales; si no hubiera, al cónyuge sobreviviente, y en su defecto, los
bienes pasarán a manos de la República".
Ahora bien, cómo era este orden de "herederos legítimos" Art. 731: "Las sucesiones se
difieren a los hijos y descendientes del difunto, y a sus ascendientes y parientes colaterales,
en el orden que sigue:" Art. 733: "Todas las sucesiones a los ascendientes o parientes
colaterales, se dividen en dos partes iguales: una para la línea paterna y otra para la
materna". Luego establece lo que son líneas directas y colaterales: en línea directa se
cuentan los grados de ascendencia entre las personas: los hijos y padres en primer grado,
los abuelos y nietos en segundo. En línea colateral, (los que descienden de un autor común),
los hermanos son de segundo grado, los tíos y sobrinos, de 3º, los primos hermanos de 4º,
etc.
Si el difunto no tiene hijos o hermanos, serán sucesores los ascendientes, mitad en línea
paterna y mitad en línea materna. Si una persona muere sin hijos descendientes, ni
ascendientes, padres o abuelos, los hermanos serán llamados a la sucesión, excluyendo a los
demás colaterales. Si hay ascendientes y colaterales vivos (padres y hermanos) se repartirán
por mitades los bienes. Pero si solamente hay un ascendiente (padre o madre vivo) los
hermanos se llevarán los 3/4 de los bienes. Los parientes después del 12º grado de
parentesco ya no heredan. Por último, a falta de demás herederos legítimos, heredarán los
hijos naturales (no reconocidos). Si no hay herederos legítimos o hijos naturales, heredará
el cónyuge superviviente. Para esto debe requerirse una autorización judicial, y la viuda
queda sujeta a que no se presenten posteriormente herederos legítimos, en cuyo caso deberá
restituir los bienes. Las mujeres casadas no pueden aceptar una sucesión válidamente sin
autorización de su marido o de la Justicia.
El Derecho anglosajón (o
Common law), derivado del
sistema aplicado en la
Inglaterra medieval, es aquel
utilizado en gran parte de los
territorios que tienen
influencia británica.
La historia del Derecho Inglés comienza con el término del dominio romano (Siglo V),
cuando diversas tribus de origen germánico, entre ellas los anglos y los sajones, se
apoderan de Inglaterra.
El “Common law” nació en Inglaterra en la Edad Media con la creación de los Tribunales
Reales y se formó por las costumbres de las Tribus Germanas que habitaban la isla. Este
sistema jurídico subsiste en países de la comunidad internacional como Inglaterra, Estados
Unidos de América, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, entre otros.
Las mujeres no están excluidas de esta sucesión, más en caso de un mismo grado de
parentesco van después de los varones.
EN LA COLONIA ESPAÑOLA
Producto de esta influencia del derecho romano, se volvió a una concepción más
individualista que
modificaría el
patrimonio familiar.
Renace el dominium
clásico romano, con
todos sus atributos: uso,
disfrute, tenencia,
posesión y enajenación
de las cosas “según Dios
o según Fuero”, y perdió
su significación
sucesoria la distinción
entre bienes de abolengo
y adquiridos, aunque,
hicieron su aparición los
mayorazgos. En la
Partida VI, dedicada íntegramente al derecho sucesorio, toda la materia se refería al
testamento. La sucesión era o bien por testamento o ab intestato.
DERECHO INDIANO
Existieron normas
específicas destinadas a
las colonias americanas, o
Derecho Indiano, que
regulaban cómo se
organizaría el territorio
descubierto, el trato sobre
El Derecho para las colonias americanas, que emanaba de distintas autoridades, fue de
índole netamente práctico, recordando de alguna manera, el antiguo Derecho Romano, que
nacía ante situaciones concretas a resolver, y se iba modificando ante las situaciones
cambiantes que requerían su adaptación. Esto produjo una proliferación de normas que
hacían dudar sobre la que correspondía aplicar en el caso concreto.
Muchas disposiciones tomaban en cuenta las costumbres aborígenes, que constituían para
ellos un verdadero Derecho Consuetudinario (Derecho no escrito creado por la repetición
de conductas, que hace nacer conciencia de obligatoriedad), pero muchas normas emanaban
de España y eran concebidas para un mundo nuevo, cuya realidad los europeos
desconocían.
Las Leyes Nuevas de 1542, declaraban entre otras cosas, la preocupación española por la
conservación y el aumento de los nativos, y que debían ser tratados como personas libres y
vasallos de la Corona, e instruidos en la fe cristiana.
Las Ordenanzas de Alfaro de 1612, fueron producto de la labor del oidor Francisco de
Alfaro, a quien el Presidente de la Real Audiencia de Charcas, le encomendó relevar la
situación de los aborígenes, en cumplimiento de la Ordenanza emanada de Felipe II, que
había recibido denuncias del mal trato al que eran sometidos los pobladores autóctonos.
Se realizaron estos esfuerzos para ordenar la legislación en el siglo XVI, que, como dijimos
era muy abundante y dispersa, pero fueron intentos incompletos, hasta que en 1680, siendo
rey Carlos II, luego de un arduo trabajo de una comisión entre los que se destacó Antonio
León Pinelo, vio la luz la “Recopilación de las Leyes de los Reinos de Indias”, con
aplicación en todo el territorio indiano, que reunía 6.385 disposiciones, emanadas del Rey y
del Consejo de Indias. Las ordenanzas de Virreyes y otras autoridades, no fueron tenidas en
consideración.
Sin embargo con posterioridad a dicha recopilación el Derecho siguió creciendo con el
dictado de nuevas normas.
El Tahuantinsuyo
propiamente fue sólo la
etapa imperial de los
incas; apenas 94 años
desde Pachacútec hasta
Atahualpa. De mayor
duración fue el periodo
curacal, época en que
los incas estuvieron
circunscritos sólo al
territorio cusqueño.
Un análisis detallado de las referencias sobre las sucesiones inca confirma que en el ámbito
andino no existió la primogenitura, tan generalizada en el Viejo Mundo, y por lo tanto
tampoco se consideró la bastardía. La tradición existente en los Andes señalaba para la
sucesión el derecho del "más hábil" de los candidatos al poder. Naturalmente, la costumbre
generaba intrigas, luchas y muerte al fallecimiento de cada soberano y ante la necesidad de
efectuar un cambio de gobierno. Además, el Inca poseía numerosas mujeres y entre ellas se
distinguía a la coya o reina con la cual se desposaba el día que recibía la borla, insignia del
poder. Las herencias se volvieron tan tempestuosas que se intentó tomar ciertas medidas
para remediar el alboroto que se producía. Así surgió la elección que hacia el Inca de su
sucesor, o sea de un co-regente que recibía la borla y una nueva esposa el día de su
nombramiento. Desgraciadamente, el candidato podía ser revocado si no demostraba poseer
los requisitos necesarios para ser un gobernante.
Es así como se sucedieron tres incas de singular Capacidad como lo fueron Pachacutec,
Tupac Yupanqui y Huayna Capac.
La revisión de la literatura sobre tema: las sucesiones incaicas; permite comprobar que
existen tres modalidades explicativas:
Esta se inspira principalmente en los Comentarios Reales de los Incas. En esta obra,
Garcilaso presenta dos dinastías (hurin y hanan) así como una lista real de 14 incas (Cápac
Cuna). Es la explicación más difundida en las escuelas por ejemplo. Las sucesión incaica es
En tiempos tempranos, muchas veces el mando cusqueño recaía sobre algún guerrero de
valor y habilidad sobradamente demostrada: los sinchis o jefes militares. En ese sentido no
se diferenciaba de las costumbre de muchos curacazgos del territorio andino. Está
demostrado por ejemplo que en señoríos como los de Chincha y Rímac, se estableció como
norma el elegir señor o jefe, al más “virtuoso y competente”. Posteriormente, cuando los
incas ejercieron su control sobre todo el ande central, fueron ellos los responsables de
nombrar a los nuevos curacas o caciques. Para la designación de las nuevas autoridades, no
se tomaba en cuenta si era primogénito del curaca anterior o allegado suyo, sino que tuviese
“buen entendimiento” así como habilidad y suficiencia. En cuanto al gobernante directo del
imperio, era imprescindible que el auki o sucesor elegido (provisionalmente) por el inca,
convenciera a través de sus acciones, de su capacidad gobernar y conquistar.
Rostworowski, señala que en el señorío de Lambayeque, el valle del río Chillón, Lurín y
otros curacazgos, destacaron las “sucesiones generacionales”, es decir la transmisión del
mando de hermano a hermano antes de pasar a los hijos. El poder así podía ser asumido
sucesivamente por los hermanos del gobernante fallecido, hasta pasar a alguno de sus
vástagos. Sin embargo, la autora aclara que entre los incas todo indica que la herencia sólo
pasaba al hijo de la hermana (esposa o coya).
Finalmente, Hernández, indica que: “El sistema incluía el reemplazo de los gobernantes
Hanan y Rurin cuando la edad de los gobernantes había llegado a un punto en el que era
mejor que abandonaran el ejercicio cotidiano del poder. Por esto, existía una suerte de
periodo de prueba en el que los aspirantes hacían valer sus derechos demostrando su
habilidad para gobernar, prefiriéndose a los hijos del inca en la coya que a los otros.
Las Leyes Nuevas, cuyo nombre oficial, según el historiador mexicano Joaquín García
Icazbalceta, fue Leyes y Ordenanzas nuevamente hechas por su Majestad para la
gobernación de las Indias y buen tratamiento y conservación de los Indios (sic), fueron un
conjunto legislativo promulgado el 20 de noviembre de 1542 que pretendió mejorar las
condiciones de los indígenas de la América española, fundamentalmente a través de la
revisión del sistema de la encomienda y brindando una serie de derechos a los indígenas
para que vivieran en una mejor condición.
Una década más tarde, es decir, en 1542, el Rey Carlos I de España, Emperador V de
Alemania, resolvió aplicar, al antiguo Imperio de los Incas, todo el sistema jurídico-político
de la metrópoli; de ello dijo el profesor José Valega:
En una de esas Leyes Nuevas se reconoció el carácter de súbditos del Reino a los naturales
de América, de ese modo a la situación de hecho creada se le daba la formalidad jurídica, es
decir, el nuevo Rey era el español. Así se inició la etapa de la Colonia en el Perú,
imponiendo, a través de las Nuevas Leyes, un esquema jurídico occidental, tan en
desacuerdo con la cosmovisión andina, modificando radicalmente el sistema socio-cultural
incaico y “trocando el reinado en vasallaje” como dijera Garcilaso Inca de la Vega. De ese
modo, la cultura y el Derecho castellano penetraron en una cultura tan lejana como la
civilización incaica. En lo que concierne al tema que motiva la investigación, una de esas
Leyes Nuevas, referida al derecho de sucesiones, prescribió lo siguiente:
“se cancelaba la herencia consanguínea en los repartimientos, los mismos que debían
volver a la Corona, es decir, al Estado, al fallecimiento de los beneficiados”. De este modo
en el Perú, desde los primeros momentos de la etapa Colonial, se legisló sobre la sucesión
del Estado y su destino: la Corona española. En las monarquías el Estado fue el Rey y el
Rey fue el Estado. Para la mejor comprensión de la investigación, que se somete a
consideración de la comunidad jurídica, es oportuno señalar, con mayor precisión, qué son
los repartimientos; de ellos dijo el profesor Román Alzadora lo siguiente:
Los orígenes de la codificación moderna, tuvieron muchas causas, entre ellas están: las
específicamente políticas que se inscriben en el contexto de la era contemporánea; la
Revolución Francesa y la exportación del modelo francés a Europa y a América Latina. No
ponemos en duda la existencia de orígenes jurídicos – o sea, relativos a la evolución de la
técnica legislativa y de la concepción del derecho – susceptibles de explicar el
No hubo posibilidad que existiera la Sucesión del Estado, tampoco la “herencia vacante”,
por consiguiente no hubo institución que recibiera el caudal relicto, así la ¿participación de
la beneficencia, fue inexistente, como también el del gestor de herencias.
En el Proyecto de Código Civil para el Perú, se reguló el hecho que los herederos, no
importa cuán lejanos estuviesen del causante, Vidaurre empleó, inexplicablemente, la
categoría jurídica: herencia vacante, planteando así una antinomia.
En el derogado Código Civil de 1852 sólo a falta de parientes colaterales de sexto grado, el
Estado recogió el patrimonio del causante.
En el derogado Código Civil de 1852 la Beneficencia Pública recibió, a nombre del Estado
el patrimonio del de cujus, en forma exclusiva y excluyente. Sólo en la eventualidad que el
En el Proyecto de Código Civil de 1890, se planteó que no sólo recogiese, a nombre del
Estado, la Beneficencia Pública, el patrimonio dejado por el causante, sino que compartiera
esa representación con la instrucción primaria.
En el Proyecto de Código Civil de 1890 tampoco se reguló sobre la participación del gestor
de herencias.
En el derogado Código Civil del Perú de 1936 sólo a falta de parientes colaterales de cuarto
grado (herederos de sexto orden), el Estado recogió el patrimonio del causante.
En el derogado Código Civil del Perú de 1936, la Sociedad de Beneficencia Pública recibió,
a nombre del Estado, en forma exclusiva y excluyente, el patrimonio dejado por el
causante. 18 años después de la vigencia del Código Civil de 1936, la Beneficencia debió
compartir el patrimonio del causante con la
Corporación Financiera de la Reforma Agraria creándose, desde ese momento, dos tipos de
patrimonio postmorten: el "patrimonio urbano" recogido por la Beneficencia y el
"patrimonio rural" recogido por la Corporación Financiera de la Reforma Agraria. No se
reguló la institución del gestor de herencia en el derogado Código Civil de 1936,
En el derogado Código Civil de 1936, para que el Estado recibiera el patrimonio, el Juez
debió declarar previamente la “herencia vacante”, incorporándose así una institución de
Derecho Romano abandonada en el Código Civil de 1852. En el Código Civil de 1936 no
se empleó la expresión Sucesión del Estado, la nomenclatura que empleó el Código fue:
En el derogado Código Civil de 1936, que entró en vigor el 14 de noviembre de ese año, no
se reguló la institución del gestor de herencia, sin embargo es oportuno señalar que por Ley
Nº 8489, de fecha 30 de diciembre de 1936, que crearon dos cargos de Procuradores
Generales de la República y al mismo tiempo se creó la figura de los que denuncien bienes
o rentas del Estado ocultos o detentados, presentarán sus denuncias ante el Gobierno.
El Proyecto de Libro de Sucesiones de Héctor Cornejo Chávez del año 1944, formulado en
la tesis universitaria para alcanzar el grado de doctor en Derecho, planteó que el Estado
debía concurrir simultáneamente con los herederos legitimarios, es decir, del primer,
segundo y tercer órdenes y en partes iguales. Asignando al Estado la condición de heredero
privilegiado, favoreciéndose notablemente, como nunca antes en la historia del Derecho
Civil peruano, al Estado.
En el Proyecto, el Estado, sin ser pariente, está antes que otros parientes y se reducen los
órdenes hasta el tercer grado con el propósito de favorecer al Estado. En el Proyecto se
eliminó la terminología herencia vacante siguiendo así al Código Civil de 1852 y superando
de esta manera al Código Civil de 1936.
En el Proyecto no aparece la beneficencia pública como entidad que, a nombre del Estado,
debe recibir el patrimonio del causante cuando éste no tuvo herederos en grados sucesible.
Sólo se habla de Estado. El Proyecto de Libro de Sucesiones de Héctor Cornejo Chávez del
año 1944 tampoco se reguló sobre la participación del gestor de herencias.
En el Código Civil del Perú de 1984, sólo a falta de los parientes colaterales de cuarto
grado (herederos de sexto orden) el Estado recoge el patrimonio del causante
En el Código Civil del Perú de 1984 (en su primera versión) la Beneficencia Pública
recogió a nombre del Estado el "patrimonio urbano", en tanto que un organismo del Estado
vinculado a la actividad rural recogió el "patrimonio rural" dejado por el causante. En la
segunda versión sólo la Beneficencia debe recoger la herencia. Finalmente, el caudal relicto
dejado, por quien no tiene herederos en grado sucesible, debe ser recogido por la
Beneficencia y la Junta de Participación Social. En el Código Civil del Perú de 1984
desaparece la figura de la herencia vacante como condición para que el Estado recoja el
patrimonio del causante cuando éste no tiene herederos en grado sucesible.
En el Código Civil del Perú de 1984, sí se regula, desde un Código, sobre la activa
participación del gestor de herencia, toda vez que el derogado Código Civil de 1936, que
entró en vigor el 14 de noviembre de ese año, no se reguló la institución del gestor de
herencia, sin embargo un mes después se promulgó la Ley Nº 8489, de fecha 30 de
BIBLIOGRAFIA
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