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Dios había deseado trabajar con Saúl, pero este desobedeció la voz del
señor repetidamente. Saúl pretendía buscar y servir a Dios, pero su
corazón estaba en su propia agenda. Saúl trataba el arca del pacto no
como el lugar santísimo sino como un amuleto de buena suerte en las
batallas. Buscaba a Dios solo cuando tenía dificultades pero aun así
terminaba desobedeciendo porque hacia lo que en su corazón ya había
planeado.
Dios conocía lo más íntimo del corazón de David, sabía que era sensible a
Él y que el pasado le había permitido moldearlo. Cada vez que David
pecaba era rápido en arrepentirse porque él amaba a Dios con pasión y
reconocía que lo había ofendido.
Esto no significa que Dios tolera el pecado sino que la mira nuestro
corazón y nos considera de acuerdo a nuestro estado terminado en la
eternidad. La gracia divina no es una licencia para pecar, sino el medio
sobrenatural por el cual recibimos un corazón limpio, cada vez que
fallamos debemos ir inmediatamente a Él a través de cristo para ser
perdonados.
Todo lo que David hizo fue hecho desde una postura de adoración, porque
él había recibido la revelación de cómo esta afecta el corazón de Dios.
Podemos transportar la esencia del cielo a otras personas, para que Dios
sea glorificado por medio de traer su presencia y poder transformar la
vida de la gente.
3. Es obediente y sumiso
Podemos decir que las vidas de cristo y de David fueron exitosas debido a
que ambos tenían un corazón conforme al de Dios. Sin un corazón
conforme al de Dios nos resultara difícil obedecer su voluntad.
Obediencia total significa hacer todo lo que Dios diga, dondequiera que Él
diga y como Él quiera que lo hagamos.