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ISSN: 0214-9915
psicothema@cop.es
Universidad de Oviedo
España
Este estudio analiza el empleo de la versión de 1978 del Inventario para la Depre-
sión de Beck (Beck Depression Inventory, BDI; Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979) co-
mo instrumento para identificar sujetos depresivos sublínicos en estudios de psicopato-
logía experimental. Los datos han sido obtenidos en una muestra de 1393 estudiantes
universitarios. Las cifras de fiabilidad del BDI fueron altas tanto en términos de consis-
tencia interna (coeficiente alfa de Cronbach = 0,83) como de estabilidad temporal (las
correlaciones test-retest oscilaron entre 0,60 y 0,72 para tres subgrupos diferentes de la
muestra total). Los índices de validez convergente del inventario con respecto a la Esca-
la Autoaplicada de la Depresión de Zung (Zung Self-Rating Depression Scale; Zung,
1965) fueron también altos, con correlaciones que oscilaban entre 0,68 y 0,89 para dos
subgrupos diferentes de la muestra total. La validez discriminante del BDI respecto a di-
versos rasgos específicos de ansiedad medidos con autoinformes (ansiedad social, eva-
luativa, interpersonal y a los exámenes) fue aceptable, con correlaciones relativamente
bajas que oscilaban entre 0,11 y 0,45. No se encontraron diferencias entre sexos ni entre
grupos de edad en la puntuación total del inventario, por lo que se ofrecen puntuaciones
normativas para la muestra total.
Reliability, validity, and normative data of the Beck Depression Inventory. This
study analyzes the utility of the 1978 version of the Beck Depression Inventory (BDI;
Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979) as an instrument to identify subclinically depressive
subjects in studies intended to validate models of depression. The data were obtained
with a sample of 1393 university students. Reliability was high: a) the coefficient alpha
was 0.83 and b) test-retest correlations ranged from 0.60 to 0.72 for three different sub-
groups of the total sample. The convergent validity of the BDI was also high: its corre-
lation with the Zung Self-Rating Depression Scale (Zung, 1965) ranged from 0.68 to
0.89 for two different subgroups of the total sample. Results derived from other studies
of our group (Sanz, 1991; Avia et al., 1995) revealed that the discriminant validities of
the BDI with respect to different specific traits of anxiety (social, evaluation, interperso-
nal and test anxieties) were moderately low, with correlations ranging from 0.11 to 0.45.
No age or sex differences on the BDI scores were found for this sample and, therefore,
norm scores were collapsed for the total sample of subjects.
303
FIABILIDAD, VALIDEZ Y DATOS NORMATIVOS DEL INVENTARIO PARA LA DEPRESIÓN DE BECK
del aval empírico que apoya los actuales tabilidad, etc.). De hecho, tras la factoriza-
modelos psicológicos de la depresión pro- ción conjunta de estas medidas a menudo
viene de estudios realizados con sujetos emerge un factor de malestar general o ines-
subclínicamente deprimidos –sujetos con pecífico (Gotlib, 1984; Gotlib y Cane,
una estado anímico depresivo intenso pero 1989). Sin embargo, cuando se usan escalas
no hospitalizados– que son así clasificados con ítems muy específicos de cada uno de
en función de la puntuación obtenida en una los constructos evaluados, entonces sí apa-
determinada escala o inventario de depre- recen factores específicos de depresión o de
sión (Tennen, Hall y Affleck, 1995; Vreden- ansiedad (Sanz, 1991; Endler, Cox, Parker,
burg, Flett y Krames, 1993). Esta estrategia y Bargby, 1992). Además, investigaciones
metodológica supone la asunción implícita efectuadas con muestras muy amplias de es-
de la llamada hipótesis de la continuidad de tudiantes universitarios han demostrado que
la depresión. Esta hipótesis plantea que la se pueden seleccionar sujetos deprimidos
depresión es un continuo y, por tanto, cual- «puros», es decir, con un nivel de ansiedad
quier persona podría ser situada en un pun- muy bajo (Sanz, 1996; Sanz y Avia, 1994;
to determinado del mismo (Beck, 1976). Strauman, 1992). Estos estudiantes deprimi-
dos puros presentan, además, contenidos
Estudiantes universitarios subclínicamente cognitivos específicos y diferentes a los de
deprimidos frente a pacientes psiquiátricos los sujetos ansiosos «puros» (Ingram, Ken-
deprimidos dall, Smith, Donnell y Ronan, 1987; Sanz y
Avia, 1994) así como procesos de recuerdo
El uso de estudiantes universitarios como diferenciales (Sanz, 1996).
sujetos en los estudios sobre depresión es la Un segundo argumento en contra de la
práctica más habitual en este tipo de estu- analogía entre estudiantes deprimidos y pa-
dios experimentales sobre la depresión. Pe- cientes deprimidos se ha basado en la afir-
ro no es una práctica exclusiva de este área mación de que los pacientes presentan un
de estudio ni de la investigación clínica en patrón de síntomas mucho más somático y
general. Prácticamente un 80% de la inves- conductual que el de los estudiantes (Depue
tigación publicada en los campos de la psi- y Monroe, 1978). Sin embargo, esta repeti-
cología social o de la personalidad se efec- da idea nunca ha sido demostrada con rigor,
túa con estudiantes universitarios (Sears, como revelan Vredenburg et al. (1993) en su
1986; Endler y Parker, 1991). Sin embargo, exhaustivo análisis de la producción cientí-
algunos autores han puesto objeciones a es- fica sobre el BDI.
te tipo de estudios pues el tipo de experien- Un tercer argumento sobre la diferencia
cias depresivas de los estudiantes universi- entre la depresión en estudiantes y la depre-
tarios, su educación, su nivel intelectual, o sión en pacientes psiquiátricos alude a una
su clase social, pudieran comprometer la ge- supuesta mayor volatilidad de la depresión
neralización de resultados (Depue y Mon- en universitarios. Pero, de hecho, los datos
roe, 1978; Coyne y Gotlib, 1983; Gotlib, publicados sobre la estabilidad temporal de
1984). las puntuaciones del Inventario para la De-
Las críticas al empleo de escalas e inven- presión de Beck en intervalos de hasta 3
tarios para detectar la depresión se basan en meses, así como nuestros propios datos al
varios argumentos. En primer lugar, se sos- respecto que expondremos más adelante, in-
tiene que tales instrumentos tienen una alta dican una razonable permanencia de los sín-
correlación con otros que miden constructos tomas depresivos a lo largo del tiempo en
diferentes (ansiedad, desmoralización, irri- estudiantes universitarios.
Para finalizar, y esto resulta de gran im- ámbito profesional, baste señalar que los es-
portancia, diversos meta-análisis han de- tudios llevados a cabo en los últimos diez
mostrado que en el patrón de resultados so- años sobre el uso de los tests entre los profe-
bre la relación entre depresión y variables sionales clínicos de los Estados Unidos de
como las atribuciones causales (Sweeney, América indican de forma consistente que el
Anderson y Bailey, 1986), el locus de con- BDI se encuentra entre los doce tests más
trol (Benassi, Sweeney y Dufour, 1988) o el usados (véase Piotrowski, 1996). Asimismo,
recuerdo de elementos negativos o positivos diversos estudios han llegado a la conclusión
(Matt, Vázquez y Campbell, 1992), no se de que el BDI es sin duda el instrumento
observan diferencias apreciables en el pa- más popular a nivel internacional para iden-
trón de resultados –y en muchos casos, ni si- tificar sujetos depresivos subclínicos en los
quiera en la magnitud de los mismos– entre estudios de validación de los modelos de de-
estudiante deprimidos y pacientes psiquiá- presión (Ruiz y Bermúdez, 1989; Tennen,
tricos deprimidos (véanse más detalles en Hall y Affleck, 1995; Vázquez, 1986, 1995;
Vredenburg et al., 1993). Vredenburg et al., 1993).
En definitiva, a la vista de los datos exis- También en España el BDI ha sido el ins-
tentes, no puede concluirse que los estudian- trumento más empleado para seleccionar
tes deprimidos (casi siempre clasificados así sujetos deprimidos y no deprimidos en los
por sus puntuaciones en una escala o inven- estudios realizados para validar distintas te-
tario de depresión) tengan una depresión cua- orías e hipótesis psicológicas sobre la de-
litativamente diferente a la de los pacientes presión (p. ej., Buceta, Polaino-Lorente y
deprimidos, especialmente el subgrupo de Padrón, 1982; Camanes y Mas, 1984; Meri-
estudiantes con niveles más elevados de de- no, Fernández-Rey, Rivadulla y Raindo,
presión. En esta misma línea, los estudios 1989; Ruiz, 1989; Ruiz y Bermúdez, 1988,
epidemiológicos de población general con- 1992a,b, 1993a,b; Ruiz y González, 1994;
firman que la identificación adecuada de «ca- Ruiz y Maldonado, 1983a,b; Ruiz y Vielva,
sos» y su posterior tratamiento depende más 1991; Sanz, 1992, 1994, 1996; Sanz y Avia,
de variables extraclínicas (como, por ejem- 1994; Vázquez, 1987).
plo, la pericia diagnóstica del entrevistador) Pero, degraciadamente, el uso del BDI en
que de la naturaleza o gravedad de los sínto- nuestro pais ha sido bastante confuso. Por
mas presentes (Goldberg y Huxley, 1992). ejemplo, se olvida con frecuencia que el
BDI, en su formato de 21 ítems, cuenta con
El Inventario de Depresión de Beck como dos versiones, la de 1961 (Beck, Ward,
instrumento para identificar sujetos Mendelson, Mock y Erbaugh, 1961) y la de
subclínicamente deprimidos 1978 (publicada en el libro de Beck, Rush,
Shaw y Emery, 1979)2 y casi nunca queda
El Inventario para la Depresión de Beck claro cuál ha sido la versión utilizada ni el
(Beck, Ward, Mendelson, Mock y Erbaugh, porqué de su utilización. Existe una adapta-
1961; Beck, Rush, Shaw y Emery, 1979), al ción y validación para la población españo-
que a partir de ahora denominaremos por su la de la versión de 1961 (Conde, Esteban y
reconocido acrónimo BDI (Beck Depression Useros, 1976; Conde y Franch, 1984). Sin
Inventory), es el instrumento de autoinforme embargo, no conocemos ningún estudio que
más utilizado internacionalmente para cuan- haya abordado la adaptación y validación de
tificar los síntomas depresivos en poblacio- la nueva versión de 1978 a pesar de que pre-
nes normales y clínicas, tanto en la práctica senta sustanciales mejoras respecto de la
profesional como en la investigadora. En el original de 1961 (por ejemplo, la versión de
1978 elimina algunas afirmaciones alterna- suicidio) crece con una extraordinaria rapi-
tivas en 10 ítems, de forma que todos los dez, como demuestran las denominadas
ítems presentan 4 alternativas de respuestas «tendencias seculares» del suicidio entre los
y, en total, 15 ítems fueron cambiados res- jóvenes (Seligman, 1990; Fombonne, 1995;
pecto a la versión de 1961). Tampoco hay Vázquez y Siles, en prensa).
que olvidar que en la versión de 1978 se uti-
lizan unas nuevas instrucciones; mientras en Método
la versión de 1961 se preguntaba por la si-
tuación del sujeto en el momento de com- Sujetos
pletar el cuestionario, en la nueva versión se
pregunta por su situación «durante la última Durante los años 1988-1990 se adminis-
semana, incluyendo el día de hoy» evaluan- tró el BDI a distintas muestras de estudian-
do, de este modo, una sintomatología depre- tes de la Facultad de Psicología de la Uni-
siva menos momentánea que la evaluada en versidad Complutense de Madrid. Particpa-
la versión de 1961 que aún hoy día circula ron en total 1393 sujetos (76 % de mujeres).
en nuestro pais. Además, la adaptación de El rango de edades estaba entre 18 y 53, con
Conde et al. de la versión de 1961 presenta una media de 22,2 años (DT = 3,1). Datos
algunos inconvenientes adicionales. En pri- más concretos respecto a la edad y sexo
mer lugar, las diferentes afirmaciones de ca- aparecen en la Tabla 1.
da uno de los ítems no están graduadas, lo Para los análisis sobre la fiabilidad del
que para Beck constituye un requisito de ca- BDI se eliminaron aquellos sujetos que, ha-
ra a la legibilidad y validez aparente del ins-
trumento (Beck et al., 1961)3; en segundo Tabla 1
lugar, Conde et al. eliminaron estadística- Características demográficas de la muestra de
mente dos ítems, Sentimiento de Castigo y estudiantes de Psicología y medias y
Pobre Imagen Corporal, dejando el instru- desviaciones típicas de la puntuación del BDI
mento con 19 items, lo que reduce aun más en función de dichas variables
la posibilidad de comparar los resultados Variables Porcentaje n MEDIA DT
obtenidos con esta versión española del BDI demográficas
con los obtenidos internacionalmente.
El objetivo principal del presente estudio Mujeres
18-24 años 092.7 0984 5.86 5.16
es aportar valores normativos y datos sobre 25-44 años 007.2 0076 6.33 6.97
la fiabilidad de la traducción española de la 45-64 años 000.1 0001 1.00 0.00
versión del BDI de 1978, aunque, de mane-
ra secundaria, también se presenta informa- Varones
18-24 años 086.7 0288 5.95 5.61
ción sobre su validez convergente y discri- 25-44 años 012.3 0041 6.78 5.69
minante. El estudio forma parte de un pro- 45-64 años 000.9 0003 3.00 2.64
yecto más amplio en el que hemos adaptado
Edad
y validado esta versión del BDI en la pobla-
18-24 años 091.3 1272 5.88 5.26
ción española (Sanz y Vázquez, 1997a, b; 25-44 años 008.4 0117 6.48 6.53
Vázquez y Sanz, 1997a, b). Aparte del uso 45-64 años 000.3 0004 2.50 2.38
de estos datos en la investigación y en la clí-
Sexo
nica, los valores y datos que a continuación Hombres 023.8 0332 6.02 5.60
ofrecemos también merecen atención en sí Mujeres 076.2 1061 5.89 5.30
mismos por cuanto hacen referencia a un
grupo de edad en el que la depresión (y el Muestra Total 100.0 1393 5.93 5.38
Tabla 2
Frecuencia, media (M), desviación típica (DT) y correlaciones corregidas ítem-total (rtot) de los ítems del
BDI
Nota
* Valores en porcentajes.
† Porcentajes hallados sobre un n = 1354, ya que 39 sujetos informaron estar bajo dieta para adelgazar.
1988; Beck y Steer, 1993)4. En nuestro es- Este análisis identificó que los ítems que
tudio, la distribución por grupos de grave- mejor descriminaban a los sujetos deprimi-
dad es semejante a la obtenida en muestras dos de los no deprimidos eran: Sentimiento
de universitarios de otros países (véase las de Castigo, Sentimiento de Fracaso, Insatis-
Tabla 5). facción, Pobre Imagen Corporal, Indeci-
Para determinar si un conjunto específico sión, Llanto, Irritación, Desinterés Social,
de síntomas del BDI podría diferenciar los Pesimismo, Ideas de Suicidio e Insomnio.
sujetos deprimidos de los no deprimidos, se La función discriminante obtenida con este
realizó un análisis discriminante por pasos punto de corte de 18 podía clasificar correc-
usando como punto de corte una puntuación tamente el 98,01 % de los sujetos como no
de 18 en el BDI. Diversos estudios han mos- deprimidos o deprimidos, con un lambda de
trado que una puntuación de 18 maximiza la Wilks de 0,47 [χ2(11, N = 1354) = 996,42, p
exactitud diagnóstica del BDI en cuanto a < 0,0001].
su sensibilidad, especificidad, poder de pre-
dicción y eficiencia diagnóstica (Rudd y Consistencia interna
Rajab, 1995; Chan, 1991). Por otro lado, es
una puntuación altamente consensuada en- El análisis de la consistencia interna del
tre los investigadores para diferenciar de BDI arrojó un coeficiente alfa de 0,83, lo
modo bastante estricto entre personas con y que indica una muy buena consistencia in-
sin depresión (véase Kendall, Hollon, Beck, terna para el BDI en esta muestra y es muy
Hammen, e Ingram, 1987). similar a los coeficientes encontrados en la
literatura con muestras semejantes (entre
Tabla 4 0,78 y 0,92; véase Beck, Steer y Garbin,
Rangos cuantitativos de depresión del BDI: 1988). Las correlaciones entre las puntua-
porcentajes y valores medios según diferentes ciones en cada uno de los ítems y la puntua-
puntos de corte publicados ción total corregida en el BDI (es decir, la
puntuación total sin tener en cuenta el ítem
Criterios de depresión Porcentaje n media DT
en cuestión) se presentan en la Tabla 2. Los
Beck (cit. en Bumberry coeficientes de correlación ítem-total halla-
et al., 1978) dos fueron todos estadísticamente significa-
Normal 0-9 81.1 1130 03.88 2.66 tivos, oscilando entre 0,19 para el ítem de
Leve 10-15 13.0 0181 11.78 1.65
Moderada 16-23 04.5 0062 19.03 2.21 Pérdida de Peso y 0,54 para el ítem de Insa-
Grave 24-63 01.4 0020 27.95 2.81 tisfacción. La media de las correlaciones
interítems fue 0,19, con un mínimo de 0,02
Beck et al. (1988)
y un máximo de 0,48, siendo la desviación
Normal 0-9 81.1 1130 03.88 2.66
Leve 10-18 14.9 0207 12.43 2.32 típica de 0,07.
Moderada 19-29 03.6 0050 22.20 3.07
Grave 30-63 00.4 0006 31.50 1.38 Fiabilidad test-retest
Beck y Steer (1993)
Mínima 0-9 81.1 1130 03.88 2.66 La fiabilidad test-retest se halló en tres
Leve 10-16 13.8 0192 12.02 1.88 grupos distintos de sujetos pertenecientes a
Moderada 17-29 04.7 0065 21.14 3.33 la muestra total (n=237, 157 y 79). Estos
Grave 30-63 00.4 0006 31.50 1.38
tres subgrupos participaron en otros tantos
estudios llevados a cabo por nuestro equipo
Nota de investigación. En el primero, Vázquez,
DT = Desviación típica Avia, Alonso y Fernández (1989) hallaron
una correlación test-retest de 0,72 con un in- yor, todos ellos no sintomáticos, el BDI cu-
tervalo de 1 mes (n=237). Con un intervalo bre al menos el criterio de deterioro en el
de 3 meses, Sanz y Graña (1991) obtuvieron funcionamiento (Criterio C) con el ítem re-
correlaciones entre 0,60 (n=157) y 0,69 ferido a problemas laborales –véase un aná-
(n=79). En los tres casos los coeficientes lisis más detallado en Vázquez y Sanz
fueron estadísticamente significativos y si- (1997a). Por lo tanto, el BDI tiene una razo-
milares a los de otros estudios; por ejemplo, nable validez de contenido si tomamos co-
Bourque y Beaudette (1982) encontraron un mo criterio la definición de episodio depre-
coeficiente de 0,62 a los 4 meses con una sivo mayor propuesta en el DSM-IV. No
muestra de 447 universitarios, y Oliver y obstante, a pesar de estas correspondencias,
Burkham (1979) hallaron un coeficiente de jamás debe utilizarse el BDI como una he-
0,78 a las 3 semanas con una muestra de rramienta diagnóstica de depresión (Váz-
222 universitarios. quez, 1986, 1995).
Diecisiete de los 21 ítems de la versión Los estudios llevados a cabo por Sanz
española del BDI de 1978 cubren 6 de los 9 (1994, 1996) con submuestras extraídas de
criterios sintomáticos diagnósticos del epi- la muestra total del presente trabajo permi-
sodio depresivo mayor del DSM-IV (APA, ten obtener algunos datos preliminares so-
1994) y también reflejan, aunque sólo en el bre la validez convergente de la versión es-
aspecto de síntomas deficitarios, otros dos pañola del BDI de 1978. Para ello, se utili-
del sistema de la APA (Problemas de pe- zó, junto al BDI, la versión española de la
so/apetito y Problemas del sueño). El sínto- Escala Autoaplicada de la Depresión de
ma de Trastornos psicomotores del DSM- Zung (Zung Self-Rating Depression Scale,
IV es el único que no cubre el BDI. En SDS; véase Conde y Franch, 1984). Esta
cuanto a los 3 criterios restantes incluidos escala consta de 20 ítems que cubren sínto-
en la definición de episodio depresivo ma- mas psicoafectivos, fisiológicos, psicomo-
Tabla 5
Comparación en la distribución de las puntuaciones del BDI (en porcentajes) según los criterios de
gravedad de la depresión propuestos por Beck (cit. Bumberry et al., 1978)
Nota
* Versión del BDI de 1961
tores y cognitivos sobre los que se pide al ejemplo, los estudios realizados con estu-
sujeto que indique su frecuencia en una es- diantes universitarios estadounidenses han
cala de 4 puntos. La SDS es, junto al BDI, encontrado correlaciones entre el BDI y la
uno de los autoinformes más utilizados a SDS que oscilan desde 0,62 hallado por
nivel internacional tanto en clínica como en Marsella, Sanborn, Kameoka, Shiguru y
investigación, y presenta unos índices bas- Brennan (1975) con una muestra de 259 su-
tante elevados de fiabilidad y validez jetos, y 0,68 encontrado por Tanaka-Matsu-
(Zung, 1986; Vázquez, 1995). La SDS ha mi y Kameoka (1986) con una muestra de
sido adaptada al español con unos índices 391 sujetos, hasta una valor de 0,78 obteni-
aceptables de fiabilidad y validez (Conde, do por Hatzenbuehler, Parpal y Mathews
Escriba e Izquierdo, 1970; Conde y Franch, (1983) con 65 sujetos. Por su parte, Dobson
1984). La SDS es un instrumento muy ade- (1985) halló una correlación de 0,76 entre el
cuado para examinar la validez convergen- BDI y la SDS, en una muestra de 108 uni-
te del BDI porque, por un lado, evalúa la versitarios canadienses.
frecuencia de los síntomas depresivos,
mientras que el BDI mide su intensidad. Validez discriminante
Por otro lado, la SDS centra el 50% de sus
ítems en la evaluación de síntomas somáti- Sanz (1991) administró el BDI en dos
cos y conductuales, mientras que el BDI se ocasiones a una muestra de 157 estudiantes
distingue por evaluar sobre todo los aspec- de Psicología (86% mujeres), procedente
tos cognitivos de la depresión, descuidando de la muestra global incluida en el presen-
los somáticos o conductuales (Vázquez y te estudio, como parte de una investigación
Sanz, 1997a). Además, la SDS española que tenía como objetivo analizar la validez
presenta, frente a la versión original esta- de constructo de los rasgos específicos de
dounidense, la ventaja adicional de utilizar ansiedad del Inventario de Situaciones y
el mismo marco temporal de una semana en Respuestas de Ansiedad, ISRA, de Miguel
las instrucciones que la versión del BDI de y Cano (1988). Para cumplir este objetivo,
1978. en dicho estudio los sujetos también com-
En los dos estudios citados de Sanz pletaron diversos cuestionarios que medían
(1994, 1996), los sujetos fueron estudiantes constructos específicos de ansiedad: An-
de Psicología de la Universidad Compluten- siedad social (Escala de Evitación y Ansie-
se de Madrid, mayoritariamente mujeres dad Social de Watson y Friend, 1969;
(89,7% y 84,6%, respectivamente) y con SAD), Ansiedad a la evaluación (Versión
medias de edad alrededor de los 22 años. Breve de la Escala de Temor a la Evalua-
Por necesidades específicas del diseño, en ción Negativa de Leary, 1983a), Ansiedad
ambos estudios la SDS fue aplicada entre 3 a hablar en público (Autoinforme de Con-
y 4 meses después de haberse aplicado el fianza como Orador de Paul, 1966) y An-
BDI. A pesar del intervalo temporal entre la siedad a los exámenes (Escala de Ansiedad
administración de los dos instrumentos, en a los Exámenes de Spielberger et al.,
ambos casos los coeficientes de correlación 1980). Las correlaciones encontradas entre
entre el BDI y la SDS fueron altos, positivos estos autoinformes de evaluación de la an-
y estadísticamente significativos [r = 0,68 siedad y el BDI fueron relativamente bajas
(n=104) y 0,89 (n=39), respectivamente, o, a lo sumo, moderadas (correlación me-
ambos significativos para una prueba bilate- dia de 0,27), y en algunos casos, ni siquie-
ral con p < 0,001]. Estos resultados coinci- ra estadísticamente significativas (véase la
den con los de otras investigaciones. Por Tabla 6).
Por último, en un estudio de Avia, Sanz, del BDI de 1978 en la muestra uni-
Sánchez-Bernardos, Martínez-Arias, Silva y versitaria son buenas y se asemejan a
Graña (1995) sobre la red cronológica de las las halladas en otros ámbitos cultura-
dimensiones contenidas en el Inventario de les.
Personalidad NEO-PI de Costa y McCrae 2. En la muestra de estudiantes uiversi-
(1985), se administró el BDI, la SAD y la Es- tarios no hay diferencias de género
cala de Ansiedad a la Interacción de Leary en cuanto a la puntuación total del
(1983b) a una muestra global de 722 estu- BDI, ni en cuanto a la puntuación en
diantes de Psicología. Como se esperaba, las cada ítem. Este dato puede explicar-
correlaciones entre el BDI y los dos autoin- se en función de la mayor homoge-
formes de ansiedad social, aunque estadísti- neidad de la población universitaria
camente significativas, fueron relativamente en cuanto a nivel de estudios, roles,
bajas en magnitud (0,36 en ambos casos), co- actividades, profesiones, etc. De he-
rroborando que el BDI mide en muestras uni- cho, variables como el nivel de estu-
versitarias un constructo diferenciado de la dios y el tipo de profesión afectan a
ansiedad social o la ansiedad interpersonal. las puntuaciones del BDI en la po-
blación general (Vázquez y Sanz,
Conclusiones 1997a). Aunque en la población
adulta la existencia de tasas mayores
1. La consistencia interna y la fiabili- de depresión en las mujeres es muy
dad test-retest de la versión española consistente en diferentes estudios y
en diferentes culturas (véase Váz-
Tabla 6 quez y Sanz, 1995), ésta diferencia
Correlaciones del BDI con distintos de género sólo comienza a aparecer
autoinformes de evaluación de rasgos después de la adolescencia (Nolen-
específicos de ansiedad en estudiantes Hoeksema, 1994); de hecho, en la
universitarios de Psicología mayor parte de los estudios con uni-
Medidas de n BDI p Estudio
versitarios no suelen detectarse aún
ansiedad diferencias en niveles de depresión
entre hombres y mujeres (véase la
SAD 157 0.26 0.01 Sanz (1991) excelente revisión de Nolen-Hoekse-
157 0.33 0.001 Sanz (1991)
564 0.36 0.001 Avia et al.
ma, 1987).
(1995) 3. Se reproducen transculturalmente,
BFNE 157 0.30 0.01 Sanz (1991) con mínimas variaciones, los por-
157 0.11 n.s. Sanz (1991) centajes de estudiantes universitarios
PRCS 157 0.23 0.05 Sanz (1991)
157 0.11 n.s. Sanz (1991)
que se corresponden a las distintas
IAS 337 0.36 0.001 Avia et al. categorías de gravedad de la depre-
(1995) sión medidos por el BDI.
TAI 157 0.45 0.001 Sanz (1991) 4. La alta consistencia interna del BDI
157 0.35 0.001 Sanz (1991)
indica que en las muestras universi-
Nota tarias el BDI parece medir un síndro-
SAD = Escala de Evitación y Ansiedad Social de Watson y me de depresión general de síntomas
Friend (1969); BFNE = Versión Breve de la Escala de Temor a
intercorrelacionados.
la Evaluación Negativa de Leary (1983a); PRCS = Autoinforme
de Confianza como Orador de Paul (1966); IAS = Escala de An- 5. El BDI cumple aceptablemente el es-
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