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Actos y Oraciones de preparación para antes del inicio del

Santo Sacrificio de la Misa


Oración de Santo Tomás de Aquino Cuerpo místico, y contarme como a uno de
sus miembros.

Aquí llego, todopoderoso y eterno Dios, al


Sacramento de tu Unigénito Hijo, ¡Oh piadoso Padre!, otórgame que este
Jesucristo. Como enfermo al Médico de la Unigénito Hijo tuyo, al cual deseo ahora
vida, como manchado a la fuente de recibir cubierto y escondido en esta vida,
misericordia, como ciego a la luz de la merezca verle para siempre, descubierto y
claridad eterna, como pobre y desvalido al cara a cara en el Cielo. El cual contigo vive y
Señor de los cielos y tierra. reina en unidad con Espíritu Santo, y es
Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.
Ruego a tu infinita bondad y misericordia,
que tengas por bien sanar mi enfermedad,
limpiar mi alma, iluminar mi ceguera,
enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez, Oración a la Santísima Virgen
para que así pueda yo recibir el Pan de los
Ángeles, al Rey de los Reyes, al Señor de los
señores, con tanta reverencia y humildad, ¡Oh Madre de piedad y de misericordia,
con tanta contrición y devoción, con tal fe y Santísima Virgen María!
tal pureza, y con tal propósito e intención,
cual conviene para la salud de mi alma.
Yo en ti confío con todo mi corazón y afecto;
y acudo a tu piedad, para que, así como
Dame, Señor, que reciba yo, no sólo el estuviste junto a tu Hijo clavado en la cruz,
Sacramento del Sacratísimo Cuerpo y también estés junto a mí y junto a todos los
Sangre, sino también la virtud y gracia del fieles que aquí y en toda la Santa Iglesia
Sacramento ¡Oh benignísimo Dios!, vamos a participar de aquel divino
concédeme que guarde yo en mi corazón de sacrificio.
tal modo el Cuerpo de tu Unigénito Hijo,
Jesucristo, que merezca incorporarme a su
Para que, ayudados con tu gracia,
ofrezcamos una hostia digna y aceptable en
la presencia de la suma y única Trinidad.
Amén.

Monición de Entrada

Queridos hermanos, hoy es un día muy especial, pues van a recibir por
primera vez la Sagrada Comunión. Este Sacramento les ayudará a
fortalecer su amistad con Él. Pidamos a la Santísima Virgen María, que
custodie su inocencia y cultive la vida de gracia en ustedes, para ser
verdaderamente amigos de Jesucristo.

Este día nos hemos reunido aquí, con sus padres, hermanos, padrinos y
familiares, para orar y dar gracias a Dios.

I. Ritos Iniciales

V/. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

R/. Amén.

Saludo

V/. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión


del Espíritu Santo estén con todos ustedes.

R/. Y con tu espíritu.


V/. Alegrémonos con nuestra Madre, la Santa Iglesia, por estos hermanos
que se acercarán al Altar para recibir por primera vez el Cuerpo y la Sangre
de Cristo

Interrogatorio

V/. Queridos Hermanos, ¿Qué piden a la Iglesia?

R/. La Sagrada Comunión.

V/. ¿Saben quién está en la Sagrada Comunión?

R/. Jesucristo, el Hijo de Dios, que bajó del Cielo, para salvarnos y quedarse
para siempre en el Santísimo Sacramento.

V/. ¿Y para que quieren recibir la Sagrada Comunión?

R/. Para que sea el Alimento de nuestra alma, y nos haga fuertes en la vida y
nos ayude a ser más como Jesús.

V/. ¿Se han preparado como lo manda la Ley de la Iglesia?

R/. Sí, nos hemos preparado, estudiando a Jesús y su Doctrina, confiada a la


Iglesia, para recibirle de hoy en adelante en nuestro corazón.

V/. Yo, en nombre de la Santa Madre Iglesia, les concedo lo que piden, para
que Aquél que les concede su Cuerpo y Sangre, les ayude a llegar al Cielo.

R/. Amén.
Acto Penitencial

V/. Hermanos: Para celebrar dignamente estos sagrados misterios


reconozcamos nuestros pecados.

Confiteor

Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes,


hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra,
obra y omisión:

Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego
a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a
ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro
Señor.

V/. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros


pecados y nos lleve a la vida eterna.

R/. Amén. 

Kirie

V/. Señor, ten piedad.

R/. Señor, ten piedad.

V/. Cristo, ten piedad.

R/. Cristo, ten piedad.


V/. Señor, ten piedad.

R/. Señor, ten piedad. 

Oración Colecta

V/. Oremos

Señor, que, por el misterio pascual de tu Hijo, realizaste la redención de los


hombres, concédenos avanzar por el camino de la salvación, a quienes,
celebrando los sacramentos, proclamamos con fe la muerte y resurrección
de Cristo. Él, que vive y reina contigo.

R/. Amén.

II. Liturgia de la Palabra

Primera Lectura

De la primera carta de San Pablo a los Corintios (1 Cor 11,23-26)

Hermanos: Yo recibí del Señor lo que les he transmitido; que Jesús, el


Señor, la noche en que fue entregado, tomó pan, dio gracias, lo partió y dijo
«Este es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía».
Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz, diciendo «Este cáliz es la nueva
alianza, sellada con mi Sangre; cada vez que la beban, háganlo en memoria mía».
Pues siempre que coman de este Pan y beban de este Cáliz, anunciáis la
muerte del Señor, hasta que vuelva. Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

R/. El Señor es mi pastor, dada me faltará

V/. El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace


reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce, para reparar mis fuerzas.
R/.

V/. Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por sendero recto; así,
aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú estás conmigo.
Tu vara y tu callado me dan seguridad. R/.

V/. Tú mismo me preparas la mesa, enfrente de mis adversarios; me unges


la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes. R/.

V/. Tú bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida,


y viviré en la casa del Señor, por años sin termino. R/.

Evangelio

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Lectura del santo Evangelio según San Juan

R/. Gloria a ti, Señor.


Y

o soy el pan de vida. Sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero


murieron: aquí tienen el pan que baja del cielo, para que lo coman y ya no
mueran. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan,
vivirá para siempre. El pan que yo les daré es mi carne, y lo daré para la vida
del mundo. Los judíos discutían ente sí; - ¿Cómo puede éste darnos a comer
su carne? - Jesús les dijo: En verdad les digo, que, si no comen carne del Hijo
del hombre y no beben de su sangre, no tienen vida en ustedes. El que come
mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y yo lo resucitare el último día.
Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come
mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que es
vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. Este es
el pan que ha bajado del cielo. Pero no como el de vuestros antepasados, que
comieron y después murieron. El que coma este pan, vivirá para siempre.
Palabra del Señor.
R/. Gloria ti, Señor Jesús.

Rito para encender la vela

V/. Hermanos, este es el Cirio Pascual, que representa a Jesucristo


Resucitado. En el día de su Bautismo, Jesús empezó a iluminar su corazón,
por eso el Sacerdote entregó a sus Padrinos una vela, simbolizando la Luz
de Cristo. A lo largo de estos años, han ido conociendo que es ser amigos de
Jesús y que les ofrece Él.

Ahora ustedes mismos van a llevar esa Luz, para decir a todo que Cristo
resucitó y van a hacer ustedes, con su ejemplo, que esa Luz brille, como
señal a los demás, de lo que hay que hacer para llegar al Cielo. Que brille en
ustedes la Luz de Jesucristo.

R/. Amén.

Los padrinos pasan a encender las velas del cirio pascual y se las entregan a los
niños que van a recibir por primera vez la Sagrada Comunión

Renovación de las Promesas Bautismales

V/. Hermanos, cuando fueron bautizados, sus padrinos hicieron una


promesa en su nombre, que iban a seguir a Jesucristo y su Doctrina. Hoy
ustedes se encuentran aquí, para recibirlo por primera vez en la Sagrada
Comunión, por eso, en nombre de la Santa Madre Iglesia, les pregunto:

Los aspirantes a recibir por primera vez la Sagrada Comunión, levantan la mano
derecha, sosteniendo la vela encendida, y contestando con voz clara y fuerte, a cada
una de las preguntas que hará el sacerdote.

V/. ¿Renuncian al pecado, para vivir en la libertad de los hijos de Dios?

R/. Sí, renuncio.


V/. ¿Renuncian a toda clase de mal, pata que el pecado no los domine?

R/. Sí, renuncio.

V/. ¿Renuncian a satanás, a sus tentaciones, que son el origen de todo


pecado?

R/. Sí, renuncio.

V/. ¿Creen en Jesucristo, Hijo único de Padre, Señor nuestro, que nació de
Santa María Virgen, padeció, fue sepultado, resucito de entre los muertos y
está sentado a la derecha del Padre?

R/. Sí, creo.

V/. ¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión


de los Santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los
muertos y en la vida eterna?

R/. Sí, creo.

V/. Que Dios conserve sus promesas, y los colme de sus bendiciones y les
otorgue su gracia, para que puedan ser buenos cristianos

R/. Amén.

A partir de aquí, se puede apagar la vela

Invitatorio

V/. Oremos hermanos al Padre, por estos hermanos, que participarán por
primera vez del Sacrificio del Altar, oremos por ellos, sus familias y por
toda la Iglesia. Oremos

R/. Jesús, Pan de Vida, escúchanos.

Intenciones

Por nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, que Dios misericordioso, lo


colme de salud, sabiduría y la fortaleza necesaria, para guiar a la Iglesia a él
confiada. Oremos. R/.

Por nuestro Obispo Faustino, que Dios Padre, en su infinita misericordia,


lo colme de salud y sabiduría, y lo ayude a llevar por el camino del bien a la
Iglesia de Querétaro a él encomendada. Oremos. R/.

Por la paz en el mundo, en nuestra patria, en nuestro estado y en nuestra


familia; por las personas que ejercen alguna autoridad, muy especialmente
civiles, para que se dejen iluminar por la luz de la fe y la misericordia y
conduzcan correctamente a los pueblos velando por su bienestar. Oremos.
R/.

Por nosotros, los padres y padrinos de estos hermanos, para que seamos
conscientes de nuestra responsabilidad y misión, siendo testimonio claro
de vida cristiana para nuestros ahijados, y les sirvamos de ejemplo, al
acercarnos frecuentemente al Sacramento de la Reconciliación. Oremos. R/.

Por quienes reciben por primera vez el Cuerpo de Cristo en su corazón,


para que cada día crezca en nosotros el deseo de ser como Él, alejándonos
del pecado y las tentaciones del demonio, y vivir en su presencia para
recibirlo frecuentemente. Oremos. R/.

V/. Señor, que tu Corazón de Padre acoja todas estas peticiones. Que tu
Hijo Jesucristo viva en nosotros, y se haga realidad tu Reino aquí en la
tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.

R/. Amén.

III. Liturgia Eucarística


En este momento, se preparan sobre el Altar las especies que van a ser consagradas,
sírvanse de este tiempo en contemplar el Sagrado Misterio que sucede diariamente
en la Misa y también, para prepararse para la recepción de la Sagrada Comunión

Preparación de los dones

V/. Oren, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a
Dios, Padre todopoderoso.

R/. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su
nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas


Al celebrar el memorial de nuestra salvación te suplicamos, Dios nuestro,
que este sacramento de amor sea para nosotros signo de unidad y un
vínculo de caridad. Por Jesucristo nuestro Señor.

R/. Amén.

Plegaria Eucarística

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

Prefacio Eucarístico

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias


siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,

por Cristo, Señor nuestro. El cual, verdadero y único sacerdote, al instituir


el sacrificio de la eterna alianza se ofreció el primero a ti como víctima de
salvación, y nos mandó perpetuar esta ofrenda en memoria suya. Su carne,
inmolada por nosotros, es alimento que nos fortalece; su sangre,
derramada por nosotros, es bebida que nos purifica. Por eso, con los
ángeles y arcángeles, con los tronos y dominaciones, y con todos los coros
celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Sanctus

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.


Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.

Bendito el que viene en nombre del Señor.

Hosanna en el cielo.

Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos
que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que
sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual,
tomó pan, dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:

Tomad y Comed todos de Él,

porque esto es mi Cuerpo,

que será entregado por ustedes.

Del mismo modo, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus
discípulos, diciendo:

Tomad y Bebed todo de Él,

porque éste es el cáliz de mi Sangre,

sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por ustedes y por muchos

para el perdón de los pecados.


hagan esto en conmemoración mía.

V/. Éste es el Sacramento de nuestra fe.

R/. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor


Jesús!

V/. Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y


resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y
te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te
pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a
cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de
tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa Francisco, con nuestro
Obispo Faustino y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su
perfección por la caridad. Acuérdate de tus hijos que por vez primera
invitas en este día a participar del pan de vida y del cáliz de salvación, en la
mesa de tu familia; concédeles crecer siempre en tu amistad y en la
comunión con tu Iglesia. Acuérdate también de nuestros hermanos que se
durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han
muerto en tu misericordia; admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten
misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios,
su esposo san José, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través
de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida
eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre
omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por
los siglos de los siglos.

R/. Amén.
IV. Rito de la Comunión

Oración Dominical

V/. Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina


enseñanza, nos atrevemos a decir:

Pater noster

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu


Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la
tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la
tentación, y líbranos del mal.

V/. Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros


días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de
pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa
venida de nuestro Salvador Jesucristo.

R/. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria por siempre, Señor.

Rito de la paz

V/. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «Mi paz les dejo, mi paz les
doy»; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y,
conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
R/. Amén.

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. Dense fraternalmente la paz.

Fracción del pan

Agnus Dei

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,


ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,

ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,

danos la paz.

Comunión

V/. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

Dichosos los invitados a la cena del Señor.

R/. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya
bastará para sanarme.

Oración después de la comunión


V/. Oremos.

Te rogamos, Señor, que nos santifique nuestra participación en esta


eucaristía, para que, en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, se estreche cada
vez más la fraternidad universal de todos los hombres. Por Jesucristo
nuestro Señor.

R/. Amén.

V. Rito de Conclusión

V/. El Señor esté con ustedes.

R/. Y con tu espíritu.

V/. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo ✠ y Espíritu Santo,


descienda sobre ustedes.

R/. Amén.

V/. Podemos ir en paz.

R/. Demos gracias a Dios.


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Oración de Santo Tomás de Aquino para después de la Sagrada Comunión

Gracias de doy, Señor Santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, porque a mí, pecador, indigno
siervo tuyo, sin mérito alguno de mi parte, sino por tu misericordia, te has dignado
alimentarme con el precioso Cuerpo y Sangre de tu Unigénito Hijo mi Señor Jesucristo.
Te suplico que esta Sagrada Comunión no sea ocasión de castigo, sino intercesión saludable
para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi voluntad, muerte de todos mis vicios,
exterminio de todos mis carnales apetitos, y aumento de caridad, paciencia y verdadera
humildad, y de todas las virtudes: sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme
defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y
verdadero Dios, y sello feliz de mi muerte dichosa.

Te ruego que tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable, donde Tú, con tu
Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo
perdurable, dicha consumada y felicidad perfecta. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

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