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EL SANTO SACRIFICIO

La SANTA MISA es en sí misma una oración, incluso la más excelsa oración que existe.
Es el Sacrificio, ofrecido por Nuestro Redentor en la Cruz, y repetido todos los días en el
Altar. Si deseas escuchar la Misa como debe ser escuchada, tienes que seguir con los
ojos, con el corazón y con la boca todo lo que ocurre en el Altar. Además, tienes que rezar
con el sacerdote las santas palabras pronunciadas por él en nombre de Cristo y que Cristo
pronuncia a través de él. Tienes que asociar tu corazón con los santos sentimientos
contenidos en estas palabras, y de ese modo debes de seguir todo lo que ocurre en el
Altar. Cuando te portas así, haz rezado la Santa Misa.
SS Pío X.
ORDINARIO DE LA MISA
División de la Misa.
-Preparación
-1. Misa de los Catecúmenos
-2. Misa de los Fieles
-3. Conclusión de la Misa

Esta parte es como la Via Dolorosa. Nuestro Señor camina hacia el altar del Calvario. La Sacristía se ha
convertido en una especie de Cenáculo o Huerto de Getsemaní. Estas oraciones se hacen en la parte
más baja del presbiterio, enfrente del comulgatorio.

PREPARACIÓN
Oraciones al pie del altar.
1. La Señal de la Cruz.
- In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen.
(En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.)
- Antífona(sacerdote): Introibo ad altare Dei
(Entraré al altar de Dios)
-Responden(acólitos y fieles): Ad Deum qui lætificat juventutem meam.
(Al Dios que alegra mi juventud)
2. Salmo 42 Judica me
-Judicame, Deus, et discerne causam meam de gente non sancta: ab homine iniquo et
doloso erue me.
(Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa de la gente que no es santa, del hombre inicuo y
mentiroso, líbrame)
R: Quia tu es Deus, fortitudo mea: quare me repullisti, et quare tristis incedo, dum affligit
me inimicus?
(Pues Tú eres, oh Dios, mi fortaleza,¿ por qué me has rechazado?, y ¿por qué ando triste,
mientras me aflige el enemigo?)
V. Emitte lucem tuam et veritatem tuam; ipsa me deduxerunt et adduxerunt in montem
sanctum tuum, et in tabernacula tua.
(Envíame tu luz y tu verdad; ellas me condujeron y guiaron a tu monte santo y a tus
tabernáculos)
R. Et introibo ad altare Dei: ad Deum qui lætificat juventutem meam.
V. Confitebor tibi in cithara, Deus, Deus meus: quare tristis es, anima mea, et quare
cobturbas me?
(Te celebraré con la cítara, oh Dios, Dios mío. ¿Por qué, pues, estás triste, alma mía, y por
qué me turbas?)
R. Spera in Deo, quoniam adhuc confitebor illi: salutare vultus mei, et Deus meus.
( ¡Espera en Dios, porque todavía lo celebraré!, a Él, salud de mi rostro y mi Dios)
V. Gloria Patri, et Filio, et Spiritui Sancto.
(Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.)
R. Sicut erat in principio, et nunc, et semper: et in sæcula sæculorum. Amen.
(Como era en el principio, ahora, y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.)
Se repite la Antífona: Introibo adaltare Dei.
El celebrante mientras se signa dice:
V. Adjutorium nostrum in nomine Domini.
(Nuestro auxilio está en el nombre del Señor)
El que acolita también se signa y dice:
R. Qui fecit cælum et terram. y el que acolita
(Que hizo el cielo y la tierra).
3. La Confesión pública.

Se hace la distinción de la confesión del sacerdote y la de los fieles para hacer énfasis en el sacerdocio
ministerial ( quien ofrece el sacrificio) distinto al sacerdocio común de los fieles (quienes ofrecen el
sacrificio por manos del sacerdote).
La confesión pública es un acto de humillación para purificarnos, como en la parábola del fariseo y el
publicano.

(El sacerdote con las manos juntas y profundamente inclinado dice:)


Confiteor Deo omnipotenti, beatæ Mariæ semper Virgini, beato Michaeli Archangelo, beato
Joanni Baptistæ, sanctis Apostolis Petro et Paulo, omnibus Sanctis, et vobis fratres: quia
peccavi nimis cogitatione, verbo et opere: (golpeándose 3 veces el pecho, dice) mea culpa,
mea culpa, mea maxima culpa. Ideo precor beatam Mariam semper Virginem, beatum
Michaelem Archangelum, beatum Joannem Baptistam, sanctos Apostolos Petrum et
Paulum, omnes sanctos, et vos, fratres, orare pro me ad Dominum Deum nostrum.
(Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre Virgen
María, al bienaventurado San Miguel Arcángel, al bienaventurado San Juan Bautista, a los
santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a vosotros, hermanos, que
pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra: por mi culpa, por mi culpa, por mi
gravísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al
bienaventurado San Miguel Arcángel, al bienaventurado San Juan Bautista, a los Santos
Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a vosotros, hermanos, que roguéis
por mí a Dios Nuestro Señor. -Los santos que se mencionan no son al azar; la Virgen
María como madre de Dios y refugio de pecadores; San Miguel príncipe de la milicia
celestial, quien presentará las almas el día del juicio; San Juan Bautista, con quien termina
el Antiguo Testamento; y San Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia romana.)
R. (Acólitos y fieles) Misereatur omnipotens Deus, et, dimissis peccatis tuis, perducat te ad
vitam æternam.
(Dios todopoderoso se apiade de ti, y perdonados tus pecados, te lleve a la vida eterna)
Sacerdote: Amen.
Ahora los acólitos y fieles hacen su confesión, que es la misma, cambiando únicamente las
palabras: et tibi, pater y et te, pater ( y a vos, Padre ) donde el sacerdote ha dicho: et vobis
fratres.
Sacerdote: Misereatur vestri omnipotens Deus, et dimissis peccatis vestris, perducat
vos ad vitam æternam.

Amen.
V. Indulgentiam, absolutionem et remissionem peccatorum nostrorum tribuat nobis
omnipotens et misericors Dominus.
(El Señor omnipotente y misericordioso nos conceda el perdón, la absolución, y la remisión
de nuestros pecados.
R. Amen
V. Deus, tu conversus vivificabis nos.
(Oh Dios, volviéndote a nosotros, nos darás vida)
R. Et plebs tua lætabitur in te.
(Y tu pueblo se alegrará en Ti)
V. Ostende nobis, Domine, misericordiam tuam.
(Muéstranos Señor, tu misericordia)
R. Et salutare tuum da nobis.
(Y danos tu salvación)
V. Domine, exaudi orationem meam.
(Señor, escucha mi oración)
R. Et clamor meus ad te veniat.
(Y llegue a Ti mi clamor)
V. Dominus vobiscum
(El Señor esté con vosotros)
R. Et cum spiritu tuo.
(Y con tu espiritu)
4. El sacerdote sube al altar.

La ilustración ejemplifica las invocaciones a la Santísima Trinidad.

S. Oremus
(Oremos)
S. En voz baja: Aufer a nobis, quæsemus, Domine, iniquitates nostras: ut ad Sancta
sanctorum puris mereamur mentibus introire. Per Christum Dominum nostrum. Amen.
(Te suplicamos, Señor, que borres nuestras iniquidades, para que podamos entrar al
Santo de los Santos con mente pura. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.)
S. Besa el altar, que es figura del Calvario y dice: Oramus te, Domine, per merita
Sanctuorum tuorum, quorum reliquiæ hic sunt, et omnium Sanctorum: ut indulgere digneris
omnia peccata mea. Amen.
(Te rogamos Señor, que por los méritos de tus Santos, cuyas reliquias están aquí, y de
todos los Santos, te dignes perdonar todos mis pecados. Amén)
I. MISA DE LOS CATECÚMENOS
Se le llama así a la parte de la misa en que, antiguamente, se le permitía la entrada a los
no bautizados. Éstos debían salir al iniciar la segunda parte, la misa de los fieles. 
5. Introito
Se reza una antífona que es variable según la fiesta a la cual se consagra la misa del día.
Se llama introito porque es una introducción al altar y a los Sagrados Misterios.
6. El Kyrie
Es una invocación en griego que se repite tres veces en honor a la Santísima Trinidad,
reparando en nuestra propia miseria.
V. Kyrie, eleison. (Señor, ten piedad)
R. Kyrie, eleison.
V. Kyrie, eleison.
R. Christe, eleison. (Cristo, ten piedad)
V. Christe, eleison.
R. Christe, eleison.
V. Kyrie, eleison.
R. Kyrie, eleison.
V. Kyrie, eleison.
7. El Gloria

 En el Gloria figuran los 4 fines de la misa: Adoracion (Gloria a Dios en las alturas...); Acción de gracias
(Te damos gracias...); Expiación(ten piedad de nosotros...); e impetración (acoge nuestra súplica...).
El Gloria también es parte de nuestra preparación; la Iglesia canta la bondad de Dios en su
gran acto de amor: la Encarnación.
S. Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus bonæ voluntatis. Laudamus te.
Benedicimus te. Adoramus te. Glorificamus te. Gratias agimus tibi propter magnam gloriam
tuam. Domine Deus, Rex cælestis, Deus Pater omnipotens. Domine Filii unigenite, Jesu
Christe. Domine Deus, Agnus Dei, Filius Patris. Qui tollus peccata mundi, miserere nobis.
Qui tollis peccata mundi, suscipe deprecationem nostram. Qui sedes ad dexteram Patris,
miserere nobis. Quoniam tu solus Sanctus. Tu solus Dominus. Tu solus Altissimus, Jesu
Christe, cum Sancto Spiritu in gloria Dei Patris. Amen. Y al finalizar se vuelve a santiguar y
besa el altar.
(Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad. Te
alabamos. Te bendecimos. Te adoramos. Te glorificamos. Te damos gracias por tu gran
gloria, Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo unigénito,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre. Tú, que quitas los pecados de
mundo, ten piedad de nosotros. Tú que quitas los pecados del mundo, acoge nuestra
súplica. Tú, que estás sentado a la diestra del Padre, ten piedad de nosotros. Porque Tú
sólo, eres santo. Tú solo Señor. Tú solo Altísimo Jesucristo. Con el Espíritu Santo, en la
gloria de Dios Padre. Amén)
V. Dominus vobiscum.
(El Señor esté con vosotros)
R. Et cum spiritu tuo.
(Y con tu espiritu)
8. La Oración Colecta
S. Oremus (Oremos)
Esta una o varias oraciones son variables de acuerdo a la misa que se celebra. Se llama
así porque constituye un resumen de lo que el sacerdote pide a Dios para los fieles. Las
'colectas', ricas en la doctrina de la Iglesia, nos enseñan cómo hablar con Dios,
urgiéndonos siempre a no confiar en nuestros propios méritos, sino en los de Nuestro
Señor Jesucristo.
Al terminar la colecta:
R. Amen.
9. La Epístola.

Con la Epístola inicia la intrucción del pueblo fiel. Se empieza con una primera enseñanza
dispositiva, mediante la doctrina de los Apóstoles y de los Profetas.
S. Lectio Epistolæ beati (Pauli, Petri...) Apostoli ad (Romanos, Corinthios...)
O bien: Lectio Actuum Apostolorum...
Lectio Libri Sapientiæ...
Lectio (Isaiæ, Danielis...) prophetæ...
(Lectura de la Carta del Apóstol San -Pablo, Pedro...- a los -Romanos, Corintios...-
O bien: Lectura de los Hechos de los Apóstoles...
Lectura del Libro de la Sabiduría...
Lectura del Profeta -Isaías, Daniel...-)
Cada misa tiene su propia lectura.
R. Deo Gracias. (Demos gracias a Dios
10. El Gradual

Son versículos tomados de los Salmos y relacionados con la Epístola. Variables según la
misa. Se le denomina Gradual (simboliza el progreso en la vida espuritual); Aleluya (es una
palabra que significa alegría espiritual); y Tracto -en los oficios penitenciales- expresa los
suspiros de nuestra alma.
Al terminar el Gradual y el Tracto o bien, Aleluya, el sacerdote reza en voz baja:
Munda cor meum ac labia mea, omnipotens Deus, qui labia Isaiæ prophetæ calculo
mundasti ignito: ita me tua grata miseratione dignare mundare, ut sanctum Evangelium
tuum digne valeam nuntiare. Per Christum Dominum Nostrum. Amen.
(Purifica mi corazón y mis labios, oh Dios todopoderoso, como purificaste los labios del
peofeta Isaías con un carbón encendido; dígnate por tu gratuita misericordia purificarme a
mi también, de manera que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio. Por Cristo,
nuestro Señor. Amén.)
S. Jube, Domine, benedicere. (Dame, Señor, tu bendición)
S. Dominus sit in corde meo et in labiis meis: ut digne et competenter annuntiem
Evangelium suum. Amen.
(El Señor esté en mi corazón y en mis labios para que pueda anunciar digna y
debidamente su Evangelio. Amén)
V. Dominus vobiscum. (El Señor esté con vosotros)
R. Et cum spiritu tuo. (Y con tu espíritu)
11. El Evangelio

El texto del Evangelio representa al propio Jesucristo en la persona del sacerdote. Es la


enseñanza perfectiva, pues contiene la doctrina misma de Cristo.

V. Sequentia (o Initium) Sancti Evangelii secundum N.


(Continuación -o Inicio- del Santo Evangelio según N.)
R. Gloria tibi Domine. (Gloria a Ti, Señor)
Al termino del Evangelio,
R. Laus tibi, Christe. (Alabanza a Ti, ¡oh Cristo!)
12. El Credo

 El Credo sólo se dice:


A) Los domingos,
B) Fiestas de primera clase,
C) Fiestas de segunda clase de Nuestro Señor, la Santísima Virgen y los Apóstoles,
D) Misas votivas de primera clase.

Luego de la lectura del Evangelio se dice o canta el Credo, en el cual los fieles demuestran
su adhesión a la doctrina cristiana. El credo enlaza la Misa de los Catecúmenos con la
Misa de los Fieles: es como el fruto naciente de las lecturas precedentes. Es el gran acto
de Fe de los católicos, que contiene los doce artículos de nuestra Santa Religión.
CREDO in unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem cæli et terræ, visibilum omnium et
invisibilum. Et in unum Dominum Jesum Christum, Filium Dei unigenitum: et ex Patre
natum ante omnia sæcula, Deum de Deo, lumen de lumine, Deum verum de Deo vero.
Genitum non factum, consubstantialem Patri; per quem omnia facta sunt. Qui propter nos
homines, et propter nostram salutem, descendit de cælis. -Aquí se arrodillan- Et incarnatus
est de Spiritu Sancto ex Maria Virgine: et homo factum est. Crucifixus etiam pro nobis: sub
Pontio Pilato passus et sepultus est. Et resurrexit tertia die, secundum Scripturas. Et
ascendit in cælum, sedet ad dexteram Patris. Et iterum venturus est cum gloria judicare
vivos et mortuos: cujus regni non erit finis. Et in Spiritum Sanctum Dominum et
vivificantem, qui ex Patre Filioque procedit. Qui cum Patre et Filio simul adoratur et
conglorificatur: qui locutus est per Prophetas. Et unam, sanctam, catholicam et apostolicam
Ecclesiam. Confiteor unum baptisma in remissionem peccatorum. Et exspecto
resurrectionem mortuorum, et vitam venturi sæculi. Amen.

(CREO en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, de todas las
cosas visibles e invisibles. Y en un solo Señor, Jesucristo, Hijo unigénito de Dios, nacido
del Padre antes de todos los siglos. Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios
verdadero. Engendrado, no hecho; consustancial al Padre; por quien todas las cosas
fueron hechas. El cual, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó de los
cielos. Y por obra del Espíritu Santo se encarnó en las entrañas de María Virgen, y se hizo
hombre. Crucificado también por nosotros, bajo el poder de Poncio Pilatos, padeció y fue
sepultado. Y resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras. Y subió al Cielo, está
sentado a la diestra del Padre. Y otra vez ha de venir con gloria a juzgar a los vivos y a los
muertos; y su Reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y vivificador, el cual
procede del Padre y del Hijo. Quien con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y
glorificado; el cual habló por los Profetas. Y en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y
Apostólica. Confieso un solo bautismo para el perdón de los pecados. Y espero la
resurrección de los muertos. Y la vida del siglo venidero. Amén.)
Aquí termina la Misa de los Catecúmenos. 
Continuaremos con la Misa de los Fieles.
A. Ofrecimiento de la víctima. (Ofertorio)
MISA DE LOS FIELES
A. Ofrecimiento de la víctima (Ofertorio)

Quita el lienzo llamado cubre cáliz, después de haber leído la Antífona del Ofertorio.

13. El versículo del ofertorio


V. Dominus vobiscum. (El Señor esté con vosotros)
R. Et cum spiritu tuo. (Y con tu espíritu)
La antífona del Ofertorio es variable según la misa que se celebra.
14. Ofrecimiento de la Hostia y del Cáliz
Suscipe, sancte Pater, omnipotens æterne Deus, hanc immaculatam hostiam, quam ego
indignus famulus tuus offero tibi Deo meo vivo et vero, pro innumerabilibus peccatis, et
offensionibus, et negligentiis meis, et pro omnibus fidelibus christianis vivis atque defunctis:
ut mihi et illis proficiat ad salutem in vitam æternam. Amen.
(Recibe, Padre santo, omnipotente y eterno Dios, esta hostia inmaculada que yo, indigno
siervo tuyo, te ofrezco a Ti, mi Dios vivo y verdadero, por mis innumerables pecados,
ofensas y negligencias, y por todos los circunstantes, pero también por todos los fieles
cristianos, vivos y difuntos; para que nos aproveche a mi y a ellos para la vida eterna.
Amén)

Ofrecimiento de la Hostia.

Luego el sacerdote pone vino y agua en el cáliz, imitando a Cristo quien así consagró Su
Sangre en la Última Cena. También simboliza la sangre y agua que brotaron del costado
traspasado de Cristo y la unión del pueblo fiel -agua- con Cristo -vino- en el cáliz.
Deus, qui humanæ substantiæ dignitatem mirabiliter condidisti, et mirabilius reformasti: da
nobis, per hujus aquæ et vini mysterium, ejus divinitatis esse consortes, qui humanitatis
nostræ fieri dignatus est particeps, Jesus Christus, Filius tuus, Dominus noster: Qui tecum
vivit et regnat in unitate Spiritus Sancti, Deus , per omnia sæcula sæculorum. Amen.
(Oh Dios, que formaste maravillosamente la dignidad de la sustancia humana y que la
reformaste de modo más admirable: mediante el misterio de esta agua y vino, haznos
participar de la divinidad de Quien se dignó ser partícipe de nuestra humanidad, Jesucristo
tu Hijo, Nuestro Señor. Que contigo, Dios, vive y reina en la unidad del Espíritu Santo. Por
todos los siglos de los siglos. Amén)

Bendice el agua, de la cual pondrá una gota en el cáliz.


Vierte vino en el cáliz.

Ahora el sacerdote ofrece el cáliz con la mezcla de agua y vino.


Offerimus tibi, Domine, calicem salutaris, tuam deprecantes clementiam: ut in conspectu
divinæ majestatis tuæ, pro nostra et totius mundi salute, cum odore suavitatis ascendat.
Amen.
(Te ofrecemos, Señor, el cáliz de salvación, rogando a tu clemencia que ascienda con olor
de suavidad hasta la presencia de tu Divina Majestad, por nuestra salvación y la de todo el
mundo. Amén)
In spiritu humilitatis et in animo contrito suscipiamor a te, Domine: et sic fiat sacrificium
nostrum in conspecto tuo hodie, ut placeat tibi, Domine Deus.
(Con espíritu de humildad y con ánimo contrito seamos recibidos por Ti, Señor, y que este
nuestro sacrificio se vuelva hoy tal ante tu presencia que te agrade, Señor Dios)
Ahora invoca al Espíritu Santo para que venga a realizar la transubstanciación.
Veni, sanctificator omnipotens æterne Deus: et benedic hoc sacrificium, tuo sancto nomini
præparatum.
(Ven, Santificador, omnipotente y eterno Dios, y bendice este sacrificio, preparado a tu
santo nombre)
15. La Incensación
Bendiciendo el incienso y diciendo varias oraciones, inciensa las ofrendas y el altar. Y el
diácono o ceremoniero inciensa al sacerdote y los presentes. Solo se hace en Misa
Cantada con incensación y en Misa Solemne.

16. El Lavatorio de manos

* El motivo de
este lavatorio es
únicamente
espiritual, para
mostrar
sensiblemente
que quienes
ofrecen el divino
Sacrificio deben
estar puros
hasta de las
faltas más
ligeras. Por eso,
el sacerdote
sólo se lava la
punta de los
dedos.
S. Lavabo inter innocentes manus meas: et circumdabo altare tuum, Domine: 
Ut audiam vocem laudis, et enarrem universa mirabilia tua.
Domine, dilexi decorem domus tuæ, et locum habitationis gloriæ tuæ.
Ne perdas cum impiis, Deus, animam meam, et cum viris sanguinum vitam meam:
In quorum manibus iniquitates sunt: dextera eorum repleta est muneribus.
Ego autem in innocentia mea ingressus sum: redime me, et miserere mei.
Pes meus stetit in directo: in eclessis benedicam te, Domine.
Gloria Patri... Amen.
(Lavaré mis manos entre los inocentes y rodearé tu altar, Señor. Para oír la voz de
alabanza y narrar todas tus maravillas. Señor, he amado el decoro de tu casa y el lugar de
la morada de tu gloria. No pierdas mi alma, Dios mío, con los impíos, ni mi vida con los
hombres sanguinarios.
En cuyas manos hay iniquidades, y su diestra está repleta de sobornos. En cambio, yo he
procedido según mi inocencia: rescátame y compadécete de mí. Mi pie ha estado en el
camino recto; yo te bendeciré en las asambleas, Señor.
Gloria al Padre... Amén.)
17. La oración a la Santísima Trinidad.

A partir de las secretas, el sacerdote ya no se volverá a los fieles hasta la Comunión, cual Moisés en el
monte Sinaí, entra en la nube santa y se comunica con el Señor "cara a cara". Sus ojos y su
entendimiento se dirigen únicamente al altar.

Ahora el sacerdote ofrece a la Trinidad misma, conjuntamente la hostia y el cáliz, ambos


son una figura perfecta del inminente Sacrificio que va a realizarse en la consagración.

S. Suscipe, sancta Trinitas, hanc oblationem, quam tibi offerimus ob memoriam passionis
Jesu Christi Domini Nostri: et in honorem beatæ Mariæ semper Virginis, et beati Joannis
Baptistæ, et sanctorum Apostolorum Petri et Pauli, et istorum, et omnium Sanctorum: ut illis
proficiat ad honorem, nobis autem ad salutem: et illi pro nobis intercedere dignentur in
cælis, quorum memoriam agimus in terris. Per eudem Christum Dominum nostrum. Amen.
(Recibe, Trinidad santísima, esta oblación que te ofrecemos en memoria de la Pasión,
Resurrección y Ascensión de Jesucristo Nuestro Señor, y en honor de la Santísima
siempre Virgen María, de San Juan Bautista, de los santos Apóstoles San Pedro y San
Pablo, y de éstos cuyas reliquias están en el altar, y de todos los Santos; de modo que a
ellos les aproveche para honor y a nosotros para salvación; y que aquellos, cuyo recuerdo
hacemos en la tierra, se dignen interceder por nosotros en los cielos. Por Cristo Nuestro
Señor. Amén.)

18. El Orate Fratres

También los fieles se unen al sacerdote para ofrecer el Sacrificio Eucarístico. En esta
oración se hace tangible su participación.
V. Orate, fratres: ut meum ac vestrum sacrificium acceptabile fiat apud Deum Patrem
omnipotentem.
(Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, se vuelva aceptable ante Dios
Padre todopoderoso)
R. Suscipiat Dominus sacrificium de manibus tuis ad laudem et gloriam nominis sui, ad
utilitatem quoque nostram, totiusque Ecclesiæ suæ sanctæ.
(Reciba el Señor de tus manos este sacrificio en alabanza y gloria de su nombre, y
también para utilidad nuestra y la de toda su santa Iglesia)
Amen.

19. Las Secretas

Son oraciones variables según la misa que se celebra. Se reduce a dos peticiones: que se
digne recibir favorablemente lo que está en el altar; y que por su gracia nos ponga en
condiciones de poder ser presentados nosotros mismos como hostia agradable.
Luego de recitar las Secretas dice:
V. Per omnia sæcula sæculorum (Por todos los siglos de los siglos)
R. Amen.

20. El Prefacio

Aquí se inicia la preparación para la parte principal de la Misa: la Consagración. El prefacio


es variable según el calendario litúrgico, pero el más común es el de la Santísima Trinidad
para los domingos. Está el de Adviento, Navidad, Epifanía, Cuaresma, Pasión y de la Cruz,
Pascua, Ascención, Pentecostés, Santísimo Sacramento, Sagrado Corazón, Cristo Rey,
Santísima Virgen, San José, Apóstoles, Difuntos, Común, etc.
V. Dominus vobiscum. (El Señor esté con vosotros)
R. Et cum spiritu tuo. (Y con tu espíritu)
V. Sursum corda. (Arriba los corazones)
R. Habemus ad Dominum. (Los tenemos elevados al Señor)
V. Gratias agamus Domino Deo nostro. (Demos gracias al Señor, Dios nuestro)
R. Dignum et justum est. (Digno y justo es)
Prefacio de la Santísima Trinidad.

Vere dignum et justum est, æquum et salutare, nos tibi semper gratias agere, Domine
sancte, Pater omnipotens, æterne Deus: Qui cum unigenito Filio tuo, et Spiritu Sancto,
unus es Deus, unus es Dominus: non in unius singularitate personæ, sed in unius Trinitate
substantiæ. Quod enim de tua gloria, revelante te, credimus, hoc de Filio tuo, hoc de
Spiritu Sancto, sine differentia discretionis sentimus. Ut in confessione veræ
sempiternæque
Deitatis ,et in personis proprietas, et in essentia unitas, et in majestate adoretur æqualitas.
Quam laudant Angeli, atque Archangeli, Cherubim quoque ac Seraphim: qui non cessant
clamare quotidie, una voce dicentes:

(En verdad es digno y justo, equitativo y saludable, darte gracias en todo tiempo y en todo
lugar, Señor santo, Padre todopoderoso, Dios eterno. Que con tu unigénito Hijo y el
Espíritu Santo eres un solo Dios y un solo Señor; no en la unidad de una sola persona,
sino en la Trinidad de una sola naturaleza. Porque cuanto Tú nos revelaste de tu gloria lo
creemos también, sin diferencia ni distinción, de tu Hijo y del Espíritu Santo. De suerte que
en la confesión de la verdadera y eterna Deidad sea adorada la propiedad en las
Personas, la unidas en la Esencia y la igualdad en la Majestad. La cual alaban los Ángeles
y los Arcángeles, los Querubines y los Serafines, que claman incesantemente, diciendo a
una sola voz:)
21. El Sanctus

San Juan nos dice que los santos cantan eternamente este himno a la Trinidad; e Isaías lo escuchó
cantar alternativamente a los serafines. Este canto significa que el sacrificio de la Misa no es sino una
aplicación del sacerdocio eterno de Nuestro Señor, que nos dispensa las gracias de la Redención. Por
este motivo, aquí se juntan el "Hosana" celestial y nuestro "Benedictus": hermosísima expresión de la
unión de la Iglesia militante con la triunfante.

Sanctus, Sanctus, Sanctus Dominus Deus Sabaoth. Pleni sunt cæli et terra gloria tua:
Hosanna in excelsis. (Aquí se santigua) Benedictus qui venit in nomine Domini. Hosanna in
excelsis.
(Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos. Llenos están de tu gloria los cielos y la
tierra. Hosana en las alturas. Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosana en las
alturas)
B. Inmolación de la Víctima. (Canon)

El Canon constituye la oración más preciosa de la Iglesia, tanto por su eficacia como antigüedad. Se
llama Canon porque ha sido prescrita como una regla que debe seguirse al ofrecer el Santo Sacrificio y
NO se puede cambiar nada de ella.

Canon de la Misa
Te igitur, clementissime Pater, per Jesum Christum, Filium tuum, Dominum nostrum,
supplices rogamus, ac petimus, uti accepta habeas et benedicas hæc dona, hæc munera,
hæc sancta sacrificia illibata.
In primis, quæ tibi offerimus pro Ecclesia tua sancta catholica: quam pacificare,
custodire, adunare et regere digneris toto orbe terrarum: una cum famulo tuo Papa
nostro N. et Antistite nostro N. et omnibus orthodoxis, atque catholicæ et apostolicæ
fidei cultoribus.
Memento de vivos - El sacerdote hace mención aquí de los que desea encomendar a
Dios más particularmente. Ruega también especialmente por los que asisten a la Misa.
Formulen, con él, sus intenciones particulares:
Memento, Domine, famulorum famularumque tuarum N. etN. et omnium
circumstantium, quorum tibi fides cognita est, et nota devotio, pro quibus tibi
offeriumus: vel qui tibi offerunt hoc sacrificium laudis, pro se, suisque omnibus: pro
redemptione animarum suarum, pro spe salutis et incolumitatis suæ: tibique reddunt
vota sua æterno Deo, vivo et vero.
Invocación de los santos –
El sacerdote, para hacer a Dios favorable su oración, invoca a la Santísima Virgen y a
todos los Santos, especialmente a los Santos Apóstoles, a los primeros Papas y a los
principales Mártires de la Iglesia de Roma, madre de todas las Iglesias y centro del
mundo católico.
Communicantes et memoriam venerantes, in primis gloriosæ semper Virginis Mariæ
Genitricis Dei et Domini nostri Jesu Christi: sed et beati Joseph eiusdem Virginis
Sponsi, et beatorum Apostolorum ac Martyrum tuorum, Petri et Pauli, Andreæ, Jacobi,
Joannis, Thomæ, Jacobi, Philippi, Bartholomæi, Matthæi, Simonis et Thaddæi: Lini,
Cleti, Clementis, Xysti, Cornelii, Cypriani, Laurentii, Chrysogoni, Joannis et Pauli,
Cosmæ et Damiani: et omnium Sanctorum tuorum; quorum meritis precibusque
concedas, ut in omnibus protectionis tuæ muniamur auxilio. Per eumdem Christum
Dominum nostrum. Amen
El sacerdote extiende las manos sobre la hostia y el cáliz, para recordar, según un rito
de la antigua Ley, que Nuestro Señor Jesucristo, Víctima inocente, ha sido cargado ante
su Padre con el peso de nuestros pecados. (El acólito toca la campanilla)
Hanc igitur oblationem servitutis nostræ, sed et cunctæ familiæ tuæ, quæsumus,
Domine, ut placatus accipias: atque ab æterna damnatione nos eripi, et in electorum
tuorum jubeas grege numerari. Per Christum Dominum nostrum. Amen. Quam
oblationem tu, Deus, in omnibus, quæsumus, benedictam, adscriptam, ratam,
rationabilem, acceptabilemque facere digneris: ut nobis Corpus, et Sanguis fiat
dilectissimi Filii tui Domini nostri Jesu Christi.

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Consagración del pan


Qui pridie quam pateretur, accepit panem in sanctas ac venerabiles manus suas, et
elevatis oculis in cælum ad te Deum Patrem suum omnipotentem, tibi gratias agens,
benedixit, fregit, deditque discipulis suis, dicens: Accipite, et manducate ex hoc omnes.
Hoc est enim corpus meum.
Consagración del vino
Simili modo postquam cenatum est, accipiens et hunc præclarum calicem in sanctas ac
venerabiles manus suas: item tibi gratias agens, benedixit, deditque discipulis suis,
dicens: Accipite, et bibite ex eo omnes. Hic est enim calix sanguinis mei, novi et æterni
testamenti: mysteriumfidei: qui pro vobis et promultis effundetur in remissionem
peccatorum. Hæc quotiescumque feceritis, in mei memoriam facietis.
Oblación de la Sagrada Víctima
Unde et memores, Domine, nos servi tui, sed et plebs tua sancta, ejusdem Christi Filii
tui Domini nostri tam beatæ passionis, nec non et ab inferis resurrectionis, sed et in
cælos gloriosæ ascensionis: offerimus præclaræ majestati tuæ de tuis donis ac datis,
hostiam puram, hostiam sanctam, hostiam immaculatam, Panem sanctum vitæ æternæ et
Calicem salutis perpetuæ.
El sacerdote ruega a Dios que se digne aceptar este sacrificio como ha aceptado de las
manos de los Patriarcas sus sacrificios, figuras del de Nuestro Señor Jesucristo.
Supra quæ propitio ac sereno vultu respiscere digneris: et accepta habere, sicuti accepta
habere dignatus es munera pueri tui justi Abel, et sacrificium patriarchæ nostri Abrahæ:
et quod tibi obtulit summus sacerdos tuus Melchisedech, sanctum sacrificium,
immaculatam hostiam.
El sacerdote se inclina profundamente, suplicando a Dios todopoderoso, que reina en el
cielo, que reciba allí la oblación del sacrificio ofrecido aquí en la tierra.
Supplices te rogamus, omnipotens Deus: jube hæc perferri per manus sancti Angeli tui
in sublime altare tuum, in conspectu divinæ majestatis tuæ: ut quotquot ex hac altaris
participatione sacrosanctum Filii tui Corpus et Sanguinem sumpserimus, omni
benedictione cælesti et gratia repleamur. Per eumdem Christum Dominum nostrum.
Amen (Aquí se santigua)
Memento de difuntos:
El sacerdote pide para las almas del Purgatorio la entrada en el cielo en virtud del divino
sacrificio. Unidos al sacerdote, los fieles encomiendan a Dios las personas difuntas que
les son queridas.
Memento etiam, Domine, famulorum famularumque tuarum N. et N., qui nos
præcesserunt cum signo fidei, et dormiunt in somno pacis. Ipsis, Domine, et omnibus in
Christo quiescentibus, locum refrigerii, lucis et pacis, ut indulgeas, deprecamur. Per
eumdem Christum Dominum nostrum. Amen

Nobis quoque peccatoribus famulis tuis, de multitudine miserationum tuarum


sperantibus, partem aliquam et societatem donare digneris, cum tuis sanctis Apostolis et
Martyribus: cum Joanne, Stephano, Matthia, Barnaba, Ignatio, Alexandro, Marcellino,
Petro, Felicitate, Perpetua, Agatha, Lucia, Agnete, Cæcilia, Anastasia, et omnibus
Sanctis tuis: intra quorum nos consortium, non æstimator meriti, sed veniæ, quæsumus,
largitor admitte. Per Christum Dominum nostrum. Per quem hæc omnia, Domine,
semper bona creas, sanctificas, vivificas, benedicis et præstas nobis.
En el momento en que va a terminar la oración del Canon, la Santa Iglesia proclama
que, por Nuestro Señor Jesucristo, Dios nos concede todas las gracias y recibe toda
gloria. Después el sacerdote ofrece de nuevo a nuestras adoraciones la Santa Hostia,
durante la Elevación menor.
Pequeña elevación
Per iPsum, et cum iPso, et in iPso, est tibi Deo Patri omniPotenti, in unitate sPiritus
sancti, omnis honor, et gloria. Per omnia sæcula sæculorum. Amen. P

22. Las oraciones previas a la Consagración.


A) Súplica por toda la Iglesia Militante.
Se pide a Dios que se digne aceptar el Sacrificio y bendecir los dones que van a
transubstanciarse; recuerda que el fruto general de la Misa es para toda la Iglesia y
nombra al Papa y obispo de la diócesis.
B) Memento de vivos.
Pide por las personas que se ofrece la Misa, y por los asistentes.
C) Invocación de los Santos.
Pide la intercesión de los Santos, menciona a la Santísima Virgen, San José, los doce
Apóstoles y doce mártires romanos.
D) Oblación de la Víctima a Dios.
Extendiendo sus manos sobre la Víctima -la ilustración- señala el cuarto fin de la Misa: la
expiación de los pecados. Cristo carga sobre sí nuestros pecados y se ofrece El mismo en
lugar de nosotros para nuestra salvación.
E) Súplica para alcanzar un real provecho del Sacrificio.
Pide a Dios que se digne hacer que el presente Sacrificio nos sea motivo de bendición y
beneficio, aplicándose a nuestro favor y no en contra.
Continúa la parte principal de la Misa,
23. La Consagración.

Seguimos con las partes de la Santa Misa, Vetus ordo. Llegamos a la parte más solemne,
donde el sacerdote deja de serlo y ocupa el lugar de Jesucristo, que habla por su boca con
su mismo poder y eficacia.
23. La Consagración
Consagración de la Hostia

Qui pridie quam pateretur accepit panem in sanctas ac venerabiles manus suas et elevatis
oculis in caelum ad te Deum Patrem suum omnipotentem tibi gratias agens benedixit,
fregit, deditque discipulis suis, dicens: Accipite et manducate ex hoc omnes.
(Pues Él, el día antes de padecer, tomó pan en sus santas y venerables manos, y
elevados los ojos al cielo, a Ti, Dios, Padre suyo omnipotente, dándote gracias, lo bendijo,
lo partió y se lo dio a sus discípulos diciendo: Tomad y comed todos de él.)
HOC EST ENIM CORPUS MEUM
(PUES ESTO ES MI CUERPO)
Consagración del Cáliz

 La doble consagración no sólo representa la muerte de Cristo -al separar su Cuerpo y su Sangre- sino
que se efectúa realmente. No es que Cristo vuelva a morir, sino que se hace presente ese momento de
manera incruenta, cuyo valor es el mismo que el del Sacrificio del Calvario, aplicando así su infinita virtud.
De ahí la importancia de estar en la Misa todos los días.

Símile modo postquam cenatum est accipiens et hunc præclarum calicem in sanctas ac
venerabiles manus suas: item tibi gratias agens benedixit, deditque discipulis suis, dicens:
Accipite, et bibite ex eo omnes.
(De modo semejante, después de haber cenado, tomando también este precioso cáliz en
sus santas y venerables manos, dándote igualmente gracias, lo bendijo y lo dio a sus
discípulos diciendo: Tomad y bebed todos de él)
HIC EST ENIM CALIX SANGUINIS MEI, NOVI ET ÆTERNI TESTAMENTI: MYSTERIUM
FIDEI: 
QUI PRO VOBIS ET PRO MULTIS EFFUNDETUR IN REMISSIONEM PECCATORUM.
(PUES ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO:
MISTERIO DE FE: QUE POR VOSOTROS Y POR MUCHOS SERÁ DERRAMADA PARA
LA REMISIÓN DE LOS PECADOS)
Hæc quotiescumque feceritis, in mei memoriam facietis.
(Cuantas veces hagáis estas cosas, las haréis en memoria de Mi)
24. Las Oraciones posteriores a la Consagración.

Creemos más útil explicar el fin de cada oración y solo poner en latín-español las más
ilustrativas.
A) Ofrecimiento a Dios de la Víctima consagrada.
En estas tres primeras oraciones después de la Consagración se constituye el ofrecimiento
a Dios de la Víctima. 
En la primera, se ofrece una Víctima que es pura, santa e inmaculada y a la vez como fruto
del Sacrificio, alimento para los fieles.
En la segunda se pide a Dios que acepte a la Víctima a pesar de las disposiciones propias
tan imperfectas. Se menciona a Abel, Abraham y Melquisedec, quienes, en su santidad,
hicieron agradables a los ojos de Dios su ofrenda.
En la tercera oración pide que la ofrenda del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor sea
llevada al cielo por manos de su Ángel, para que los que van a comulgar sean colmados
de gracia y bendición.
B) Memento de los Difuntos
Ya que los muertos no pueden disfrutar del ofrecimiento de la sagrada Víctima, sino solo
de su fruto, se pide por ellos después de la Consagración. Las almas del Purgatorio sufren
un terrible fuego, oscuridad y angustia, por eso el sacerdote reza:
Memento etiam, Domine, famulorum famularumque tuarum N. y N., qui nos præcesserunt
cum signo fidei, et dormiunt in somno pacis.
Ipsis, Domine, et omnibus in Christo quiescentibus, locum refrigerii, lucis et pacis, ut
indulgeas deprecamur. Per eudem Christum Dominum Nostrum. Amen.
(Acuérdate también, Señor, de tus siervos y siervas N. y N., que nos precedieron con la
señal de la fe, y duermen el sueño de la paz.
A ellos, Señor, y a todos los que descansan en Cristo, te rogamos que les concedas el
lugar de refrigerio, de luz y de paz. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén)
No olvidemos rezar por nuestros difuntos. Es mentira que al instante de morir ya están
gozando del Cielo, primero deben purificarse. Es dogma de fe.
C) Invocación de los Santos
En esta oración pide para nosotros la misma gracia que pidió anteriormente, invoca a los
santos más venerados en Roma. Siete varones y siete mujeres de diferentes estados de
vida. Una de las alegrías del cielo será la compañía de los Santos, que ahora ruegan para
que podamos unirnos a ellos.
D) Doxología final del Canon y Pequeña Elevación.
Per quem hæc omnia, Domine, semper bona creas, sanctificas, vivificas, benedicis et
præstas nobis.
(Por quien siempre creas, Señor, todos estos dones, los santificas, los vivificas, los
bendices y nos los comunicas)
Ahora realizará cinco signos de cruz sobre el Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor,
simbolizando las cinco llagas por las cuales derramó hasta la última gota de Su Sangre
para la remisión de los pecados.
Per ip+sum, et cum ip+so, et in ip+so, est tibi Deo Patri + ominpotenti, in unitate Spiritus
+Sancti, omnis honor et gloria.
Per omnia sæcula sæculorum.
R. Amen.
(Por + Él, con + Él, y en + Él, a Tí Dios Padre + omnipotente, en unidad del Espíritu Santo,
es dada toda honra y gloria.
Por todos los siglos de los siglos.
R. Amén)
Continuaremos con la
C. Participación de la Víctima
(Comunión)
C. Participación de la Víctima
(Comunión)

25. El Padre Nuestro.


El Canon está orientado hacia el Padrenuestro. Tras haber ofrecido a Dios el único
Sacrificio agradable a sus ojos, se debe rezar la más excelente de las oraciones. El pan de
cada día es la Eucaristía.
Oremus.
Præceptis salutaribus moniti, et divina institutione formati, audemus dicere:
Pater noster, qui es in cælis: Sanctificetur nomen tuum: Adveniat regnum tuum: Fiat
voluntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie: Et
dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in
tentationem.
R. Sed libera nos a malo. (Lo dicen todos)
Amen.
(Oremos.
Amonestados con preceptos saludables, e instruidos por la enseñanza divina, nos
atrevemos a decir:
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu
reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día
dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores; y no nos dejes caer en la tentación.
R. Mas líbranos del mal.
Amén)
26. La Fracción de la Hostia.
La fracción de la Hostia realza el sentido de Víctima que tiene Cristo inmolado en el altar.
Se fracciona encima del cáliz para indicar que la Sangre contenida allí procede del Cuerpo
inmolado de Cristo.
Libera nos, quæsemus, Domine, ab omnibus malis, præteritis, præsentibus et futuris: et
intercedente beata et gloriosa semper Virgine Dei Genetrice Maria, cum beatis Apostolis
tuis Petro et Paulo, atque Andrea, et omnibus Sanctis, da propitius pacem in diebus
nostris: ut, ope misericordiæ tuæ adjuti, et a peccato simus semper liberi et ab omni
perturbatione securi.
Per eudem...
Qui tecum...
Per omnia...
R. Amen.
(Te rogamos, Señor, que nos libres de todos los males pasados, presentes y futuros; y que
por la intercesión de la bienaventurada y gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios, de
los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, Andrés y todos los Santos, nos des, propicio, la paz
en nuestros días; para que ayudados con el auxilio de tu misericordia, estemos siempre
libres de pecado y seguros de toda perturbación.
Por el mismo Jesucristo...
Que contigo vive...
Por todos los siglos...
R. Amén)
27. La Mezcla de los Sagrados Cuerpo y Sangre.
Se mezcla una partícula del Sagrado Cuerpo con la Preciosa Sangre para representar la
unión del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor en su resurrección. Expresa también, que
la Comunión nos encamina a nuestra resurrección gloriosa.
Pax Domini sit semper vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Hæc commixtio, et consecratio Corporis et Sanguinis Domini nostri Jesu Christi, fiat
accipientibus nobis in vitam æternam. Amen.
(La paz del Señor esté siempre con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Esta mezcla y la consagración del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo nos sirva
para la vida eterna a los que la vamos a recibir. Amén).
28. El Agnus Dei

Las palabras del Centurión de Cafarnaúm, deben enseñarnos el modo de acercarnos a Nuestro Señor:
unir la humildad con la fe en la omnipotencia de Jesucristo, que con una palabra puede curar el alma y
colmarla de gracias.

Jesucristo es el verdadero Cordero, que expió nuestros pecados llevando Él mismo en su


humanidad las penas debidas por ellos. Los corderos sacrificados en la Antigua Ley son
solo una prefiguración de este verdadero Cordero.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: miserere nobis.
Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: dona nobis pacem.
(Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten misericordia de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: danos la paz.)
29. Las oraciones para la Sagrada Comunión.
A) Plegaria por la paz.
Aquí el sacerdote pide la paz para la Iglesia, recordando las mismas palabras de Nuestro
Señor: Pacem relinquo vobis, pacem meam do vobis. (La paz os dejo, mi paz os doy.)
B) Plegaria por la purificación y perseverancia.
Aquí se pide nos conceda el triple fruto de la Comunión: vernos libres de nuestras
manchas, adherirnos a sus mandamientos, y nunca separarnos de Él.
C) Plegaria por una Comunión fructuosa.
El sacerdote confiesa su propia indignidad para recibir a Dios en la Sagrada Comunión y
pide que lo aparte de toda Comunión indigna.
30. Las oraciones de la Comunión.
A) Comunión del Celebrante.

Preparándose a comulgar dice:


Panem cælestem accipiam, et nomen Domini invocabo.
(Tomaré el Pan celestial, e invocaré el nombre del Señor)
3 veces:
Domine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo, et sanabitur
anima mea.
(Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; mas di una sola palabra y mi alma
quedará sana)
Corpus Domini Nostri Jesu Christi custodiat animam meam in vitam æternam. Amen.
(El Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén)

Comunión de la Preciosa Sangre.


Luego de haber comulgado, el sacerdote bebe con toda reverencia la Preciosa Sangre de
Nuestro Señor.
Es importante que el sacerdote, que es el sacrificador, comulgue con las dos Especies,
pues su comunión atañe a la integridad del Sacrificio.
Quid retribuam Domino pro omnibus, quæ retribuit mihi? Calicem salutaris accipiam, et
nomen Domini invocabo. Laudans invocabo Dominum, et ab inimicis meis salvus ero.
(¿Qué le daré al Señor a cambio de todos los beneficios que me ha concedido? Tomaré el
cáliz de la salvación, e invocaré el nombre del Señor. Con alabanzas invocaré al Señor, y
quedaré libre de mis enemigos)
Sanguis Domini nostri Jesu Christi custodiat animam meam in vitam æternam. Amen.
(La Sangre de Nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén)
Aquí termina la Comunión del Celebrante y continúa
B) Comunión de los fieles.
B) Comunión de los Fieles.

San Agustín: "Nadie puede comer de esta Carne si antes no la adora."

Nuevamente se reza el Confiteor, para borrar hasta la más pequeña mancha de pecado
antes de acercarnos al altar a recibir la Sagrada Hostia.

Confiteor Deo omnipotenti...


(Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso...)
V. Misereatur vestri omnipotens Deus, et, dimissis peccatis vestris, perducat vos ad vitam
æternam.
R. Amen.
(V. Dios misericordioso tenga misericordia de vosotros, y perdonados vuestros pecados,
os lleve a la vida eterna.
R. Amén)
Ahora se nos muestra la Hostia, con las palabras de San Juan Bautista, pidiendonos un
acto de fe en la Presencia Real:
Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccata mundi.
3 veces: Domine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum, sed tantum dic verbo, et
sanabitur anima mea.
(He aquí el Cordero de Dios, he aquí el que quita los pecados del mundo.
3 veces: Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; mas di una sola palabra y mi
alma quedará sana)
Llega la hora que hemos esperado, hacernos uno con el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de Jesucristo. Hemos de acercarnos con modestia y piedad; hacer actos de fe, esperanza
y amor; recibirlo de rodillas con toda reverencia.
El sacerdote se acerca a los fieles y trazando una cruz con la Hostia por encima del copón,
le da la Comunión a cada fiel diciendo:
Corpus Domini nostri Jesu Christi custodiat animam tuam in vitam æternam. Amen.
(El Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo guarde tu alma para la vida eterna. Amén).
31. Las oraciones durante las abluciones.

 Hemos de abrir nuestro corazón a Jesús al igual que abrimos los labios para recibirlo, dejándole la
libertad para que obre en nosotros y aceptando por anticipado lo que desee enviarnos. Al consumir la
Santa Hostia deseemos ser consumidos por su Divinidad. Así como lo recibimos sacramentalmente, Él
puede recibirnos místicamente y transformar toda nuestra vida de acuerdo a sus deseos.

Quod ore sumpsimus, Domine, pura mente capiamus: et de munere temporali fiat nobis
remedium sempiternum.
(Haz, Señor, que asimilemos con alma pura lo que con la boca recibimos, y que de don
temporal se nos vuelva remedio sempiterno)
Corpus tuum, Domine, quod sumpsi, et Sanguis, quem potavi, adhæreat visceribus meis:
et præsta; ut in me non remaneat scelerum macula, quem pura et sancta refecerunt
sacramenta: Qui vivis et regnas in sæcula sæculorum. Amen.
(Tu Cuerpo, Señor, que he sumido, y tu Sangre, que he bebido, se adhieran a mis
entrañas, y concédeme que no quede mancha de mis pecados en mí, a quien han
alimentado estos puros y santos sacramentos: Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén)
32. La Antífona de la Comunión.
Esta es una oración variable, propia de cada misa.
V. Dominus vobiscum.
R. Et cum spiritu tuo.
Oremus.
(V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos)
33. Las oraciones de Poscomunión.
Variables según la Misa. Estas oraciones -Comunión y Poscomunión- son la acción de
gracias oficial de la Iglesia. Guían nuestra propia acción de gracias, y nos preparan para
extender los frutos de la Comunión durante todo el día.
R. Amen.
Continuación de las Partes de la Santa Misa, según el Misal de Juan XXIII o de 1962.
III. CONCLUSIÓN DE LA MISA

Ite, missa est

34. La Despedida
V. Dominus vobiscum.
(El Señor esté con vosotros)
R. Et cum spiritu tuo.
(Y con tu espíritu)
V. Ite, missa est.
(Idos, la Misa ha terminado)
R. Deo Gratias.
Antiguamente, aquí terminaba el rito, pero con la evolución natural se ha ido enriqueciendo
con varias oraciones que siguen.
35. La Bendición

Este es el resumen de todas oraciones la Misa, que tienen por objeto los cuatro fines del
Sacrificio y sus frutos.
Placeat tibi, Sancta Trinitas, obsequium servitutis meæ: et præsta; ut sacrificium, quod
oculis tuæ majestatis indignus obtuli, tibi sit acceptabile, mihique et omnibus, pro quibus
illud obtuli, sit, te miserante, propitiabile. Per Christum Dominum Nostrum. Amen.
(Séate agradable, ¡oh Santa Trinidad!, el obsequio de mi servidumbre: y haz que el
Sacrificio que yo, indigno, he ofrecido a los ojos de tu Majestad, te sea aceptable y a mí, y
a todos aquellos por quienes lo he ofrecido sea, por tu piedad, propiciatorio. Por Cristo
Nuestro Señor. Amén)
Benedicat vos omnipotens Deus.
Pater, et Filius, et Spiritus Sanctus.
R. Amen.
(Bendígaos Dios omnipotente.
Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
R. Amén)
36. El Último Evangelio.

El prólogo del Evangelio de San Juan es como el compendio de todo el Evangelio.


Antiguamente era la meditación de acción de gracias del Sacerdote al terminar la Misa.
Luego se empezó a rezar en voz alta debido a la devoción de los fieles.
V. Dominus vobiscum.
(El Señor esté con vosotros)
R. Et cum spiritu tuo.
(Y con tu espíritu)
+Initium sancti Evangelii secundum Joannem.
(Comienzo del Santo Evangelio según San Juan)
R. Gloria tibi, Domine.
(Gloria a Ti, Señor)
-Se lee en latín, el Capítulo 1, del 1 al 14. Al terminar,
R. Deo Gratias.
(Demos gracias a Dios)
Oraciones Prescritas por S.S. León XIII.

Oraciones Leoninas. Se llaman así al haber sido prescritas por el Papa León XIII

Las siguientes oraciones se rezan al final de la Misa Rezada. Fueron prescritas en 1884
para protección de la Santa Iglesia contra sus enemigos. Se pueden decir tanto en latín
como español.

De rodillas se reza tres veces el Avemaría y una vez la Salve.

Oremos.
Oh Dios, nuestro refugio y fortaleza: mira propicio al pueblo que a Ti clama; y por la
intercesión de la gloriosa e inmaculada Virgen María, Madre de Dios; de San José, su
Esposo; de tus santos Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos, escucha
misericordioso y benigno las súplicas que te dirigimos, pidiéndote la conversiòn de los
pecadores y la libertad y exaltación de la Santa Madre Iglesia. Por el mismo Jesucristo,
Nuestro Señor.
R. Amén.
La oración a San Miguel Arcángel.
El Papa San Pío X añadió la siguiente jaculatoria repetida tres veces.
V. Corazón sacratísimo de Jesús.
R. Ten misericordia de nosotros.

Las traducciones y parte de los comentarios fueron tomados del Misal Diario Católico Apostólico Romano.
Editado por Angelus Press, 2013.

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