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Reconocer los principios de la agroecología y desarrollarlos con base en la aplicación de los conceptos
revolución verde
Economía campesina
Una de las características de la agricultura tradicional es la poca tecnificación y uso de la tecnología. Por ello,
su producción, que no es a escala, suele alcanzar únicamente para el consumo del agricultor, quien además
trabaja la tierra con herramientas como la hoz, la azada o la pala.
Al ser una actividad aún rudimentaria, la producción depende en su mayoría de las capacidades físicas del
agricultor y sus trabajadores, por lo que el rendimiento y optimización de recursos es bajo.
A esto se suma que la forma en la que se trabajan los terrenos corresponde a conocimientos o prácticas
ancestrales y empíricas.
Por ejemplo, una técnica frecuente es hacer que la ganadería conviva en el terreno en el que se hará el cultivo
para que el estiércol sea aprovechado como abono.
También conocida como agricultura de subsistencia (por lo general son policultivos que proporcionan varios
tipos de alimentos para el consumo y no para el comercio), está arraigada en países en vía de desarrollo,
principalmente de América Latina, Asia y África.
La agricultura tradicional
Son las prácticas agropecuarias indígenas, consecuencia de la evolución conjunta de los sistemas sociales y
medioambientales autóctonos y que muestran un nivel alto de sentido ecológico expresado a través del uso
intensivo de los conocimientos y recursos naturales autóctonos, que incluyen la gestión de la agro
biodiversidad mediante sistemas agropecuarios diversificados.
La agricultura tradicional suele basarse en prácticas transmitidas de generación en generación desde hace
largo tiempo. Una característica destacada de los sistemas agrícolas tradicionales es su grado de diversidad
vegetal en forma de policultivos o de sistemas agroforestales. Esta estrategia, cuyo objetivo es reducir al
mínimo el riesgo mediante la siembra de diversas especies y variedades de cultivos, estabiliza los
rendimientos a largo plazo, fomenta la diversidad alimentaria y logra la máxima rentabilidad incluso con
niveles tecnológicos bajos y recursos limitados. Estas granjas biodiversas cuentan con plantas que enriquecen
el suelo en nutrientes, depredadores de insectos, polinizadores, bacterias fijadoras de nitrógeno y
descomponedores, y muchos otros organismos que realizan diversas funciones ecológicas beneficiosas.
El primer ejemplo proviene de los sistemas cafetaleros tradicionales de Latinoamérica frente a los que se
propician en la actualidad. No soy experto en el tema, por lo que me remito al contenido de la noticia. Eso si,
sobre impacto de los sistemas agroforestales sobre el suelo y el ambiente en general sí se un poco más. Al
parecer, el cultivo tradicional del café en Latinoamérica se realizó bajo la sombra de una canopia forestal más
o menos diversa en especies. Sin embargo, esta comenzó a ser reemplazada por el monocultivo en aras de
extraer mayor rendimiento. Pues bien, las investigaciones sobre el tema, de las que abajo reproduzco en la
primera nota de prensa del boletín Terradaily, nos informa que las prácticas tradicionales mejoraban la
resiliencia de los agroecosistemas cafetaleros frente a las fluctuaciones del clima (ahora ya siempre se habla
de cambio climático, aunque sus beneficios son muy amplios y trascienden a este problema). De hecho, nos
hablan también de su mayor resistencia a las sequías, tormentas, etc. Del mismo modo, los autores del estudio
señalan que requieren menos abonado, pesticidas, herbicidas, etc. En consecuencia se propicia, tanto una
disminución de la contaminación de suelos y aguas, como también un menor gasto pecuniario anual para
sacar adelante la cosecha. Del mismo modo, los cafetales agroforestales mantienen una gran biodiversidad,
entre la que desde el punto de vista agronómico debería destacarse la supervivencia de enemigos y
antagonistas naturales de las posibles plagas e infecciones (un agro ecosistema mejor dotado en términos eco-
inmunológicos). La noticia nos recuerda que una buena parte de los cafetales latinoamericanos no son
sometidos a irrigación, por lo que una mayor resistencia a la sequía y olas de calor resulta ser un gran
beneficio a largo plazo. Los bosques siempre han tamponado las fluctuaciones meteorológicas, allí y en
cualquier parte.
Otra ventaja nada despreciable deriva de que la arboleda actúa como cortavientos, a la par que reduce tanto la
evaporación del agua desde el suelo, como la transpiración de las plantas, por lo que son más eficientes en el
consumo de agua. Más aun, ayudan a frenar la erosión en laderas pendientes. Ninguna de estas ventajas las
atesora los nuevos modelos de producción. Realmente podríamos resumir las ventajas de los modelos
industriales no agroforestales, parafraseando el refrán: “un poco más de beneficios económicos hoy, pero
hambre asegurada para mañana.
La segunda noticia que exponemos (aparecida en Sciencedaily) deriva de estudios llevados acabo en EE.UU.
acerca de las ventajas de los sistemas tradicionales de producir algodón frente a los que se usan hoy en día. En
esta ocasión seré un poco más breve, ya que el contenido es más tendencioso.
Cultivo de algodón.
Se trata de un sistema de agricultura sostenible que ideó un agrónomo hace 110 años en Alabama y cuyo
experimento aun se mantiene en pié. Edafólogos de la USDA han estudiado si era sostenible, comprobando
que las calidades del suelo no se han deteriorado. Se trataba de un cultivo de algodón no irrigado con
cobertera invernal de leguminosas. Bajo este sistema, se requiere mucho menos nitrógeno (quizás ninguno)
para su fertilización, mientras que el suelo se enriquece en materia orgánica, dando lugar a una mayor
producción agraria que sin estas prácticas. Actualmente la agroindustria ha incluido variedades transgénicas,
laboreo mínimo, e irrigación. Obviamente la producción actual es superior. Ahora bien, el agro ecosistema
consume mayores recursos hídricos y queda por mostrar si es sustentable.
No lo dudéis el policultivo y al mejoramiento natural de las propiedades del suelo da lugar a una agricultura
más sustentable y “estable” y ambientalmente amigable que la industrial. El tiempo dará y quitaré razones.
Producir más no es la mejor solución si acarrea riesgos serios e innecesarios. Y os dejo con las noticias en
suahili, claro está.
Conclusiones
La agricultura orgánica no certificada en los países en desarrollo es practicada por millones de indígenas,
campesinos y pequeñas granjas familiares que producen para su subsistencia y para los mercados locales.
Estos agricultores hacen una importante contribución a la seguridad alimentaria regional: en América Latina,
representan más del 50 por ciento de la producción de maíz, frijoles, mandioca y patatas; en África, la mayor
parte de los cereales, raíces y tubérculos; en Asia, el grueso del arroz. La mayoría de los agricultores disponen
de poca tierra y capital o, como mucho, poseen pequeñas chacras de menos de 2 hectáreas ubicadas por lo
general en áreas marginales (laderas, áreas secas o semiáridas).
Se estima que los niveles de pobreza aumentarán en regiones como África, por ejemplo, a menos que se
corrijan las desviaciones institucionales y políticas y se modifiquen los mercados imperfectos que afectan a
los pequeños agricultores. La tendencia de los gobiernos es crear programas diseñados para acercar la
agricultura de las pequeñas granjas a la tecnología (de alto insumo) y a los cultivos de mayor valor
especialmente para los mercados de exportación, con el supuesto que de esa manera se volverán más
productivos y competitivos. Históricamente, este enfoque ha pasado por encima de los pequeños agricultores
de escasos recursos mientras que las desigualdades que perpetúan la pobreza quedan intactas.
El desafío es promover los enfoques agroecológicos que aumentan la diversidad de producción de los cultivos
alimentarios Para que esto se logre, es necesario nada menos que un cambio en los paradigmas del desarrollo
agrícola: en particular, se deben expandir y promover los mercados locales y regionales, asegurar la tenencia
de las tierras y abastecer de servicios básicos a las poblaciones rurales pobres.
Cada vez más agricultores toman conciencia de las oportunidades y ventajas que ofrecen los métodos
agrícolas orgánicos; por lo tanto, se unen a las filas de los agricultores orgánicos no certificados. Esto les
permite obtener normas de certificación menos caras y estrictas y mercados más flexibles, mientras que evitan
los paquetes tecnológicos que dependen de la sustitución de insumos. Este movimiento no certificado está
surgiendo aceleradamente en Brasil y se espera que se difundirá a toda América Latina. También se están
volcando a la agroecología como base tecnológica para la producción una gran masa de gente y tierras
relacionada con los movimientos sociales que luchan por los derechos a la tierra (esto es, MST en Brasil y
Zapatistas en México). El propósito es desarrollar formas de certificación local y autónoma que respondan
mejor a las necesidades y demandas de los agricultores y consumidores de determinadas áreas. Esto es
particularmente relevante si el objetivo es producir alimentos orgánicos para el consumo local y establecer
sistemas sostenibles de abastecimiento alimentario. La mayor parte de la producción de alimentos orgánicos
certificados en los países en desarrollo se destina a la exportación, que aporta escasos beneficios a los
habitantes locales, especialmente los más pobres.
La agricultura orgánica no certificada en los países en desarrollo es practicada por millones de indígenas,
campesinos y pequeñas granjas familiares que producen para su subsistencia y para los mercados locales.
Entre los factores que limitan el desarrollo y la difusión de la agricultura orgánica no certificada se incluye la
falta de mercados locales bien desarrollados y la escasez de investigación y extensión requeridas para
satisfacer las necesidades tecnológicas, entre otras, de los agricultores. Las políticas que estimulan la
producción para exportación también perjudican a los pequeños agricultores porque desalientan la producción
local y los mercados orgánicos lucrativos son capturados por los agricultores de mediana y gran escala con
mejor posición económica.
A pesar de estas limitaciones, hay grandes oportunidades para el desarrollo y difusión de la agricultura
orgánica no certificada. La experiencia acumulada y la sistematización de las iniciativas agrícolas orgánicas
en los países en desarrollo demuestra cuáles son los principios y procesos necesarios para lograr una
seguridad alimentaria y combatir la pobreza mientras se regenera/conserva la base de recursos. Existe una
gran variedad de enfoques participativos y agroecológicos que, donde se aplicaron, condujeron a una
agricultura sostenible. Estos principios se pueden aplicar a otras comunidades rurales a través de las redes de
agricultores o por medio de proyectos en el nivel de las bases, y así difundir los beneficios de la agricultura
orgánica. En algunas regiones, las instituciones estatales o municipales han adoptado políticas de
investigación y extensión para beneficiar directamente a las pequeñas granjas agrícolas (por ejemplo, en Río
Grande do Sul, Brasil). Se supone que estos cambios institucionales aumentarán la viabilidad de la agricultura
orgánica no certificada.
El desafío final es aumentar aquello que funciona bien, fortalecer los puntos débiles para facilitar la difusión y
la viabilidad de la agricultura orgánica no certificada y crear las adecuadas redes de consumidores y
agricultores con miras a expandir el mercado local junto con las asociaciones y alianzas necesarias para
proveer los servicios de investigación y extensión apropiados para mejorar la productividad.
Análisis de la revolución verde y el paralelo con la agricultura tradicional, teniendo en cuenta los
principios de la agroecología.
Soberanía alimentaria
La agroecología contribuye al desarrollo del campo y a la lucha contra la pobreza porque garantiza un medio
de vida seguro, sano y económicamente viable.
Producción inteligente
La agroecología produce con saberes locales y se apoya en los ciclos de la naturaleza, no en las
corporaciones. Así los agricultores pueden lograr mayor autonomía, estabilidad y ampliar su margen de
ganancia.
Biodiversidad
La agroecología se basa en la diversidad desde la semilla hasta el paisaje. Así favorece el equilibrio de la
naturaleza y la variedad en la dieta de la población.
La agroecología busca el equilibrio de los ecosistemas, así posibilita a los agricultores el control de las plagas
y malas hierbas sin el uso de agro tóxicos.
Suelos sanos
La agricultura ecológica aumenta la fertilidad del suelo al no utilizar agro tóxicos y al mismo tiempo los
protege de la erosión, la contaminación y la acidificación.
La agricultura ecológica construye ecosistemas productivos con capacidad para adaptarse a las crisis
climáticas y económicas.
Agricultura Convencional
Sistema de producción extremadamente artificial, basado en el alto consumo de insumos externos (energía
fósil, agroquímicos, etc.) sin considerar los ciclos naturales, es decir que es el sistema de producción
agropecuaria en la que se utilizan sustancias químicas sintéticas de manera parcial o total.
En los países del Primer Mundo equivale a "agricultura química", incluso a "agricultura industrial"; pero no a
"agricultura intensiva". La agricultura convencional no debe confundirse con la "agricultura tradicional".
En la agricultura moderna los temas más importantes están relacionados con la mecanización, semillas
mejoradas, fertilización, control integrado de plagas y enfermedades, uso y manejo del agua(riego),
comercialización, etc.
Ventajas:
Productividad alta.
Resultados productivos a corto plazo.
Resultados agronómicos a corto plazo.
Sistema que utiliza todas las herramientas tecnológicas disponibles.
Prepara el suelo con labranza mínima o intensiva.
Utiliza semillas tradicionales, semillas mejoradas y certificadas como semillas tratadas.
Nutre y protege al cultivo con tecnologías de síntesis química u orgánica.
Tiende a ser más extensiva y productiva por el uso de las herramientas que facilitan esta modalidad.
Desventajas:
Es una forma de producción, basada en el respeto al entorno, para producir alimentos sanos de la máxima
calidad y en cantidad suficiente, utilizando como modelo a la misma naturaleza, apoyándose en los
conocimientos científicos y técnicos vigentes. El desarrollo de la agricultura orgánica busca la recuperación
permanente de los recursos naturales afectados, para el beneficio de la humanidad.
Ventajas:
Desventajas: