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UNMDP Facultad de Humanidades. Departamento de Letras.

Literatura y Cultura Argentinas I. Trabajo Práctico II.


Victoria Gil Gaertner. Matrícula nro.: 20234
18 de octubre del 2017

El romanticismo y su aplicación en la realidad rioplatense, en los


discursos de J.M. Gutiérrez y Esteban Echeverría.

En el presente trabajo nos dispondremos a analizar tres textos fundamentales para el


romanticismo y su desarrollo particular en el territorio del Río de la Plata. Estos son: el
“Fisonomía del saber español cual deba ser entre nosotros” de Juan María Gutiérrez;
“Primera lectura” y “Fondo y forma en las obras de imaginación” de Esteban Echeverría.
En estos textos ambos autores desarrollan sus ideologías con respecto a la situación
político-social e intelectual del país y plantean la necesidad de esta nueva generación joven,
conformada por los hijos de Mayo, de continuar los ideales de la revolución y terminar el
proceso de emancipación respecto a la península. El papel de la literatura, como veremos
más adelante, es esencial para llevar a cabo este cometido, ya que en la cultura de la nueva
nación quedan los vestigios heredados de la cultura española que según, dichos autores,
impiden el progreso de la sociedad rioplatense.

Dos de estos discursos fueron enunciados en el Salón Literario de Marcos Sastre,


lugar en que se reunió la juventud letrada de la ciudad de Buenos Aires, ávida de
conocimientos, y que en sus últimos momentos, liderados por Echeverría, estos jóvenes
gestaron y desarrollaron una ideología política en contra de la tiranía de Rosas, bajo las
postulaciones del romanticismo liberal llegado de Europa. Esto fue gracias a dicho autor,
quien trajo de primera mano, saltando la mediación española, las obras impregnadas de las
ideas del romanticismo social, cuyo gran representante y modelo, fue Víctor Hugo; y a
Sastre quien logró importar gran cantidad de material, necesario, según su criterio, para el
progreso de la esfera intelectual del país. El tercer texto, es un trabajo particular de
Echeverría, en el que analiza los componentes de la nueva poesía, fondo y forma, y las
características contrastantes entre la literatura neoclásica de la época de la Revolución de

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Mayo; y la nueva producción romántica. Esta última inauguraría la literatura nacional,
necesaria para romper los últimos lazos con la cultura peninsular.

Todo el corpus se presenta en forma de ensayo, en que elaboran una hipótesis y la


evalúan para llegar a las conclusiones. En los dos discursos leídos en el salón, se trabajan
distintas estrategias discursivas, para captar a los oyentes y desarrollar los postulados. Se
usa constantemente, el vocativo “señores” con el que no sólo se llama la atención de los
espectadores, sino que a su vez, Gutiérrez y Echeverría los invitan a ser partícipes del
compromiso de realizar la emancipación cultural de la nueva nación, a partir del uso de la
primera persona plural:

“[ciencias y literatura]… cargadas de ricos descubrimientos, ya para


mejorar nuestra existencia material, ya para revelarnos derechos que
desconocíamos, ya para alijerar los padecimientos del corazón, ya para
perfeccionarlos. Para perfeccionarnos ¡Señores!... Para levantarnos (…) al
sublime y misterioso puesto que la Providencia reserva al hombre para más
remotas y venturosas edades.” [CITATION Wei58 \p 137-138 \l 11274 ]
“Nuestro compromiso, señores, es grave; llevemos por divisa la buena
fe, por escudo una conciencia sin mancha y a falta de ciencia traigamos a este
lugar un vivo deseo de instruirnos, de fijar nuestras ideas y de adquirir, sobre
todo, profundas convicciones, pues sólo ellas son capaces de formar grandes y
virtuosos ciudadanos.” [CITATION Wei58 \p 155 \l 11274 ]
La primera cita es del discurso inaugural de Gutiérrez y la segunda, es de la Primera
lectura de Echeverría. Como se puede ver en ambas, el uso de la primera persona plural
incluye a los oyentes respondiendo a la invitación al compromiso, pero también como
estrategia discursiva de democracia, resaltando la importancia de la presencia de todos para
llevar a cabo el programa del salón que Echeverría pretende definir en la “Primera
Lectura”. La repetición de estructuras sintácticas responde a la necesidad de marcar el ritmo
y establecer paralelismos entre los elementos. En los fragmentos citados, podemos ver la
faceta de construcción de un programa político que se desarrolla en los tres textos:

Además, ambos hacen un juego retórico de legitimación de su persona como


oradores. En su discurso, Gutiérrez presenta el prototipo de orador que convence al
auditorio a partir de la sabiduría que da la experiencia, y recalca el poder de la palabra en la
gente mayor. Su lugar ahí como orador en la inauguración de tan importante institución
como lo fue le Salón Literario, está legitimado por pedido de Sastre, dueño del salón; y este

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no es un dato menor, ya que el propio autor se autoproclama “hombre nuevo”, lo que
significa que se incluye en esta nueva generación, del ’37, que desea tomar las riendas de
la emancipación social que le falta a la nueva república, la juventud cobra una nueva
función en la sociedad rioplatense. Su lenguaje es constantemente poético y recurre a los
eufemismos para no romper la atmosfera poética. A Echeverría lo escuchan por ser un
poeta, su discurso no tiene título ni presenta un objetivo claro de antemano, si no que
problematiza las cuestiones que deben trabajarse en el nuevo recinto.

Hay dos movimientos o recursos discursivos que utilizan para incorporar sus
argumentos. Por un lado las preguntas retóricas y por el otro, la figura de lo que carece.
Utilizan la misma estructura para hablar de lo que carece España, Gutiérrez, y de lo que le
falta a Argentina, Echeverría. Gutiérrez nombra los grandes hombres de naciones
avanzadas como Italia, Francia, Inglaterra y Alemania, pero al llegar a España:

“Yo busco un español que colocar al lado de los que dejo nombrados, y
no le encuentro. Busco algún descubrimiento, algún trabajo, inmortal de la
razón española y no le encuentro: es decir, no encuentro hombres como
Newton y Galileo; (…) ¿Y se le podría pedir menos a una nación que ha vivido
dieciocho siglos?”[CITATION Wei58 \p 141-142 \l 11274 ]
Este es un gran movimiento retórico por el que expresa que España carece de Grandes
Hombres, cortaron la evolución americana y no produjeron cambios en la humanidad como
los países que la rodean. España fue en contra del avance científico y del progresismo; elige
ser ignorante. Gutiérrez establece la necesidad de buscar un nuevo modelo, el cual
encuentra en las otras naciones nombradas. En otro fragmento expone con indignación que
quienes estudiaron a esta rica tierra fueron extranjeros, ni siquiera los españoles tuvieron
interés por sus propias colonias nuevas.

Echeverría en su primera lectura en el salón también se refiere al retraso de España:


“…España entonces era la más atrasada de las naciones europeas y que nosotros en punto
de luces, nos hallábamos, gracias a su paternal gobierno, en peor estado; (…) la
revolución (…) nos abrió la senda del progreso y puso a nuestra disposición todas las
teorías intelectuales…” [CITATION Wei58 \p 157 \l 11274 ] Pero este pensador, como dijimos
previamente, utiliza la misma estructura que Gutiérrez en cuanto a lo que le falta a
Argentina como consecuencia de ser colonia de una nación atrasada como España, y del

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caos que los hombres de Mayo dejaron luego de la emancipación política. La pregunta que
plantea en primera persona plural, es decir en nombre del pueblo es: ¿Por qué nuestra
libertad no se concretó totalmente luego de la revolución y la independencia? ¿Cuáles
fueron las fallas de los gobiernos post revolución? A lo que contesta que fue la falta de
ideas ancladas en el conocimiento de nuestra sociedad y sus particularidades. El gobierno
debe promover la instrucción de pueblo y formar la opinión y el espíritu público en pos de
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la protección de los ciudadanos. “Nos preguntamos otra vez ¿qué faltó a nuestra
educación política para ser verdaderamente fecunda?” Dirección hábil, sistematizada y
elemental; faltaron hombres instruidos que encaminaran al país; Grandes Hombres (término
en común con Gutiérrez) que supieran adecuar las teorías universales ajenas a las
condiciones sociales locales. Echeverría busca…

“Nuestros sabios, señores, han estudiado mucho pero yo busco en vano


un sistema filosófico, parto de la razón argentina y no lo encuentro; busco una
literatura original, expresión brillante y animada de nuestra vida social, y no la
encuentro; busco una doctrina política conforme con nuestras costumbres y
condiciones y que sirva de fundamento al Estado, y no la encuentro. Todo el
saber e ilustración que poseemos no nos pertenece…” [CITATION Wei58 \p 164 \l
11274 ]

Echeverría hace énfasis en lo faltante con la repetición. Las preguntas retóricas contestadas
por ellos mismos resaltan estas ideas interpelando a los oyentes. Gutiérrez plantea “¿…no
habéis experimentado la necesidad de un libro escrito en el idioma que habláis desde la
cuna? (…) ¿Un libro, en fin, que conteniendo todos estos elementos, destile de ellos un
bálsamo benéfico para nuestras enfermedades morales?-Sí, sin duda, (…) sin poderla
satisfacer con ninguna producción de la antigua, ni de la moderna literatura española.”

Ambos oradores resaltan la urgente instrucción e instauración de una cultura


autóctona para formar la nueva y verdadera ciudadanía. En este sentido las ciencias y la
literatura cobran un papel fundamental, ya que ambas esferas culturales posibilitan el
progreso de una nación. La diferencia que plantea Gutiérrez, es que las ciencias constituyen
un proceso universal que funciona en todos lados, mientras que la literatura se instala en lo
local, es un constituyente de lo nacional:

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A los hombres de Mayo “faltóle dirección, inteligencia y se extravió e inutilizó su energía. Se soltaron
entonces las pasiones frenéticas, y reinó la anarquía; y la violencia y el crimen fueron el derecho
común.”[ CITATION Wei58 \l 11274 ]

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“…cada pueblo debe, según sus necesidades, según su suelo y
propensiones. Cultivar aquellos ramos del saber que le son análogos: que cada
pueblo tiene una literatura y un arte, que armoniza con su moral, con sus
creencias y tradiciones, con su imaginación y sensibilidad. (…) La ciencia es
una matrona cosmopolita, que en todas las zonas se aclimata y se nutre con los
frutos de todos los climas.”[CITATION Wei58 \p 138 \l 11274 ]
Echeverría coincide con Gutiérrez alegando en su ensayo de “Fondo y forma…”:

“Todo pensamiento, pues tiene su propia y adecuada forma; cada artista


original una idea y expresión característica; y cada siglo una poesía, y cada
pueblo o civilización de cada pueblo sigue una marcha, si bien progresista,
sujeta a mil influencias opuestas, tanto físicas como morales, y a todos los
accidentes y sucesos tanto internos como exteriores que constituyen su vida y
su historia.”[CITATION Ech55 \p 137-138 \l 11274 ]
Ideológicamente, la literatura es el canal por el cual lograr la emancipación social que tanto
busca Echeverría. El poeta debe intervenir obligatoriamente en el contexto en que está
inserto. Este rasgo es fundamental del romanticismo social y particularmente de la variante
rioplatense, en la que no se busca fragmentar en lo múltiple e individualizante en pos de la
liberación del hombre y de las naciones, en la que no se busca romper un sistema único,
sino como analiza Roggiano en su artículo Estaban Echeverría y el romanticismo europeo,
los románticos argentinos se configuran como agentes de necesidad constructiva, ya que su
objetivo es la regeneración político-social del país y para eso deben formar un sistema, una
doctrina que establezca un orden en la sociedad corrompida por la tiranía de Rosas,
especialmente. Echeverría inaugura una tradición de ruptura a partir de la búsqueda de una
literatura nacional anclada en las costumbres y particularidades históricas y sociales de lo
local. [CITATION Rog \p 629-630 \l 11274 ]

Echeverría se configuró como un héroe romántico con “una subjetividad torturada,


inestable y perpleja.” Y no obstante, también fue el guía intelectual de la Generación del
’37. Tal como Sarlo y Altamirano plantean, es la insatisfacción constante de los románticos,
y especialmente de este autor, lo que los lleva a encontrar en esa melancolía y en el spleen,
la voluntad de inmiscuirse en la dimensión social del arte: “…[con] la psicología de la
insatisfacción se relaciona el deseo de producir aquello que precisamente falta: una nación,
una cultura. El “dolor del alma” tiene una dimensión social y pública.” [CITATION Sar97 \p
29-31 \l 11274 ]. Echeverría define en su ensayo de “Fondo y forma…” lo que son estos dos
conceptos nombrados en el título. El fondo es el alma, la ideología, los pensamientos a los

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que el poeta da una forma para transformarlos en obra de arte, ésta da palabras a las
imágenes e ideas que el pensador, poeta o genio creador tiene en su mente, es la estructura
para expresarlas. La suma de ambas dimensiones muestra el ser del artista. Echeverría era
un auténtico romántico en su escritura porque rompe con los moldes normativos del
neoclasicismo, en pos de la liberación de la inspiración del artista (principio romántico de
la libertad de expresión del genio), en cuya originalidad radica el desarrollo de una nueva
literatura nacional en que la poesía es vista como acción.

En el programa político-social de Echeverría, se configura una paradoja romántica


ya que tanto Gutiérrez como él, hacen hincapié en la creación de un sistema cultural y
social, producto de lo que Féliz Weinberg llama un proceso de argentinización y no de
antiespañolismo2[CITATION Wei58 \p 59-63 \l 11274 ]; pero a la vez buscan reflejar las
costumbres y características locales que pretenden fundar. A su vez, aunque quieren
desligarse completamente de la herencia hispana, ambos autores plantean la necesidad de
empaparse en los conocimientos descubiertos en la Europa occidental, sin embargo,
sintetizándolos, como ya dijimos, de acuerdo a las características y necesidades particulares
de nuestro país. En relación a esto, Echeverría elabora la metáfora del desierto, es fundar
desde la nada; Argentina era un vacío a llenar por la juventud intelectual del ´37, la cual
buscaba retomar y continuar los ideales de la Revolución de Mayo. Este punto es
sumamente interesante ya que en base a él organiza en gran medida el programa político de
la generación del ’37.

La necesidad surge de la contemplación que Echeverría y su generación realizan de


la realidad de la época en que conviven el régimen antiguo, es decir las tradiciones
retrógradas de la colonia en cuanto a lo intelectual, y el espíritu moderno, triunfo de la
revolución en la dimensión política, es decir la tradición progresista en que se proclama la
innovación, la autonomía de la razón, el espíritu americano libre, una sociedad de
ciudadanos y la emancipación tanto política como social, a partir de una sociedad y un
gobierno organizados en democracia (esto implica una emancipación integral, en que el
poder está en la voz de los pueblos).[ CITATION Sar97 \l 11274 ]

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Porque a pesar de su rechazo y necesidad de suprimir todo lo heredado de la época colonial, la joven
generación del ’37 estuvo influenciada no solo por el romanticismo francés e inglés, sino también por el
movimiento romántico de la Joven España, en que se incluían Espronceda y Larra.

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Como se pudo ver a lo largo del análisis en todo el corpus, mientras que se hace un
diagnóstico de la situación del país, tanto en lo social como en lo cultural, se desarrolla un
programa político con el que apalear los errores de los hombres de Mayo y los gobiernos
posteriores a la revolución, como el de Rosas que, no en vano es denominado como la
Contrarrevolución, por su carácter tiránico. Estos autores supieron analizar y dirigir a una
generación que buscaba transformar la realidad en lo discursivo, cultural, político y social.
Asumen el compromiso de intervenir en la sociedad desde su subjetividad, e impartiendo
una variante original del romanticismo anclado en la realidad rioplatense.

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Bibliografía
Echeverría, E. (1955)."Fondo y forma en las obras de imaginación" en Prosa Literaria. Buenos
Aires: Estrada.

Echeverría, E. (1958). "Primera Lectura" en El Salón Literario de 1837, de Félix Weinberg. Buenos
Aires: Hachette.

Gutiérrez, J.M. (1958). "Fisonomía del saber español cual deba ser entre nosotros" en El Salón
Literario de 1837, de Féliz Weinberg. Buenos Aires: Hachette.

Roggiano, A. A. (1980). Esteban Echeverría y el romanticismo europeo. Toronto: Centro virtual


Cervantes.

Sarlo, B. y. (1997). "Esteban Echeverría, el poeta pensador" en Ensayos Argentinos. De Sarmiento a


la vanguardia. Buenos Aires: Ariel.

Weinberg, F. (1958). El Salón Literario de 1837. Buenos Aires: Hachette.

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