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GESTIÓN DEL ALMACENES

2. ORGANIZACIÓN Y DISPOSICIÓN DEL ALMACÉN


Después de tratar en el capítulo anterior las principales consideraciones a la hora de
configurar un nuevo almacén o reconfigurar el antiguo, pasemos a conocer los
principales elementos en relación a la organización y disposición del almacén, para
después pasar a conocer los medios necesarios para su perfecta ejecución.

No obstante, y antes de conocer las diferentes maneras de organizar el almacén,


debemos hablar de las dos dimensiones que lo conforman y describen; la dimensión
estática y al dimensión dinámica.

Pasemos entonces a conocer las diferentes particularidades que implican ambas


dimensiones y que ayudarán a toda empresa a lograr una buena disposición y
organización del almacén.

2.1 DIMENSION ESTÁTICA Y DINÁMICA

Es muy importante que antes de conocer las maneras cómo podemos organizar un
almacén, así como los diferentes espacios que configurarán el almacén, consideremos
que en un almacén podemos encontrarnos con una parte estática y con una parte
dinámica, es decir nos encontraremos con elementos físicos que no se moverán y otros
que si, por lo que resulta interesante ver, antes de entrar en materia, a qué nos
referimos con dimensión estática y dimensión dinámica. De hecho, se trata de dos
elementos realmente importantes, ya que dependiendo de ellos, la organización y
distribución del almacén será una u otra, e incluirá determinados elementos.

2.1.1 Dimensión estática

Cuando hablamos de los elementos que conforman la dimensión estática del almacén,
nos referimos básicamente a los elementos que conforman el stock. En este apartado
no vamos a hablar sobre el tema relacionado con la gestión de stocks, ya que lo
trataremos más adelante, pero si que hablaremos de todos los elementos que pueden
conformar dicho stock y que son percibidos como la dimensión estática del almacén.

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El stock es definido como una reserva de elementos tangibles e intangibles, que no se


usa y que tiene un valor económico. Es decir, se refiere a aquellos productos o
materiales que se encuentran almacenados en el almacén, que no se utilizan y que
tienen un valor económico.

En lo que se refiere a la dimensión estática, y a la hora de configurar y organizar el


almacén, la empresa deberá considerar los siguientes factores:

- Los artículos.
- Los envases unitarios.
- Los envases colectivos.
- La temporalidad.

Pasemos a conocer cada uno de ellos.

 Los artículos

En el momento de proceder a configurar el almacén, la empresa deberá considerar y


clasificar los artículos que desea tener en stock.

La clasificación de estos artículos podrá hacerse en base a su naturaleza, volumen,


estatutos y otros.

En lo que se refiere a la clasificación por su naturaleza se deberán considerar toda una


serie de elementos en relación a su almacenamiento, como puede ser el
requerimiento de equipos especiales o el control de la temperatura. Así, y en relación
al almacén, se deberán considerar estas apreciaciones en función del stock que la
empresa quiera disponer. Por ejemplo, una empresa dedicada a la venta de alimentos
enlatados, deberá primero determinar cuánto stock desea tener en el almacén y,
después, establecer los requerimientos que la naturaleza del artículo implica para su
almacenamiento.

En relación a la clasificación por volumen, resulta interesante comentar que los


volúmenes unitarios de los artículos tienen una gran importancia en lo que es la
proyección y configuración del almacén. De este modo, además de la naturaleza del

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artículo y la cantidad, su tamaño es también muy importante, ya que ello condicionará


la dimensión del almacén. Por ejemplo, no es lo mismo almacenar material de
papelería que almacenar grandes sacos de trigo.

Junto con el volumen, debemos considerar el peso, ya que dependiendo del peso de
los artículos, los soportes y medios de almacenamiento serán unos u otros.

Finalmente, y en la clasificación por estatutos, aquí se refiere a todos aquellos artículos


que pueden estar sometidos en cuarentena , a algún tipo de control administrativo,
que se trate de productos que deben pasar por la aduana o que sean productos de
carácter alcohólico o farmacéutico.

En relación a la cuarentena, se refiere al tiempo necesario para la realización de los


controles que permiten decidir si un producto es utilizable o no. Este tipo de
requerimiento se aplica a determinados productos, como puede ser productos
farmacéuticos y productos alimentarios, que requieren toda una serie de controles de
calidad con el fin de verificar que no pueden suponer ninguna amenaza para los
consumidores. En relación a estos productos, y una vez se encuentran en el almacén,
hasta que no se ha determinado si el producto está en condiciones o no, aunque
físicamente esté presente, no estará disponible.

Además de estas consideraciones en lo que se refiere a la clasificación de los artículos,


hay otros elementos que resultan también importantes y que se deben tener en
cuenta a la hora de configurar el almacén, como pueden ser el valor mercantil de los
mismos y su accesibilidad.

Así, no solo se deberán considerar los productos en stock, sino que se deberán tener
en cuenta todas las particularidades de éstos, de modo que se logre un diseño
realmente eficaz, eficiente y que ayude a la empresa a lograr los objetivos.

 Los envases unitarios

Otro elemento a considerar en relación a la dimensión estática del almacén son los
envases unitarios.

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Dependiendo del tipos de producto o artículo con el que trabaje la empresa, puede
que, una vez hayan llegado dichos productos en el almacén, la empresa tenga la
necesidad de empaquetar de manera individual cada pieza. Por ejemplo, una empresa
que venda piezas de repuesto para coches, puede que reciba todas las piezas de un
mismo tipo en un único paquete, pero que las almacene de manera individual. Ello
implicará que la empresa deberá disponer en el almacén de dichos envases con el fin
de poder empaquetar sus productos de manera unitaria.

De este modo, cuando se configure el almacén, se deberá tener en cuenta que,


además del producto, se deberán almacenar los envases, que irán siendo utilizados a
medida que vayan llegando piezas, en el caso de ejemplo expuesto.

 Los envases colectivos

En este caso, se deberán considerar aquellos envases utilizados para almacenar varios
productos de un mismo tipo.

El envase colectivo más utilizado es el palet, aunque podemos considerar también


todo tipo de cajas de cartón, cubas metálicas o de plástico, carros y contenedores
entre otros.

Básicamente, se trata de todos esos envases destinados a almacenar los productos y


que, a la hora de configurar el almacén, deben considerarse ya que, lo habitual, es que
el almacén siempre disponga de algunos de estos envases sin utilizar, ya sean de
repuesto o destinados a almacenar la mercancía pendiente de llegada.

 La temporalidad

Finalmente, el último elemento a considerar en relación a la parte estática del almacén


es la temporalidad.

En un almacén, la situación de los stocks depende básicamente de los flujos de entrada


y salida, es decir, depende de fenómenos de temporalidad, por lo que éstos deben
considerarse a la hora de su configuración.

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En relación a la temporalidad, podemos hablar de variaciones diarias, variaciones


semanales, variaciones mensuales y variaciones anuales.

Cuando hablamos de las variaciones diarias, éstas suelen ser consecuencia, sobre todo,
de que la empresa está comprometida con sus clientes a hacer la entrega de sus
productos al día siguiente de la generación del pedido, hecho que implica que en el
almacén haya un movimiento constante de entradas y salidas de productos. Además,
dichas variaciones diarias pueden deberse también a la diferencia entre los horarios de
los talleres de fabricación y a los horarios del almacén.

Comentar que si las principales variaciones temporales de un almacén son diarias,


dichas variaciones no deberán tener una incidencia real en la dimensión del stock, sino
en las superficies adicionales de retención.

En relación a las variaciones de carácter semanal, básicamente son consecuencia de los


programas de entrega nacionales, y es que lo más habitual es que algunas empresas
establezcan un único día de reparto, por lo que las entradas y salidas solo tendrán
lugar un día de la semana.

Las variaciones mensuales a menudo suelen estar ligadas a condicionantes de carácter


comercial que implican que, si la mercancía se entrega a principio o a final de mes, las
fechas de facturación y pago sean las mismas.

Finalmente, las variaciones anuales suelen ser consecuencia de una fabricación


temporal, como pueden ser los artículos de navidad o los artículos escolares, entre
otros. Se trata púes de toda una serie de productos que se adquieren solo durante una
parte concreta del año, por lo que durante lo que resta de año no son comercializados,
por lo que no hay movimiento de entradas y salidas hasta la siguiente temporada.

Para acabar y, en relación a la configuración del almacén, resultará muy importante


disponer de una previsión del negocio, con el fin de prever los movimientos futuros y
configurar un almacén acorde a las necesidades reales que tiene y tendrá la empresa.

Determinar dichos movimientos futuros resulta realmente complicado, sobre todo si


se trata de una empresa que acaba de empezar, pero no es imposible. Así, resulta muy

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interesante que la empresa estudie y evalúe las tendencias del mercado, con el fin de
poder configurar un almacén que le sea útil y eficaz durante, por lo menos, los cinco
próximos años.

Vistas estas consideraciones en relación a la dimensión estática, pasemos ahora a


tratar la dimensión dinámica.

2.1.2 Dimensión dinámica

Al contrario de la dimensión estática, la dimensión dinámica se refiere a todos los


elementos que conforman el almacén y que permanecen en movimiento. Es decir, la
dimensión dinámica trata sobre el tráfico que se da a diario en el almacén.

Así, en este apartado hablaremos sobre los diferentes flujos físicos del almacén, que
podrán ser:

- Flujos de llegada.
- Preparación de pedidos.
- Flujos de salida.
- Flujos internos.
- Flujos adicionales.

Pasemos entonces a conocer cada uno de estos tipos de flujos que conforman la parte
dinámica del almacén y que ayudarán a la empresa a determinar la organización y
disposición de las diferentes áreas y zonas del almacén.

 Flujos de entrada

En relación a las entradas, éstas puede proceder o bien del exterior o bien de una
unidad de producción ubicada en el propio local. Esta última posibilidad puede darse
en los casos en que en los almacenes se guardan materias primas y productos
acabados, por lo que, cuando ha finalizado el proceso de producción, el producto ya
finalizado entra en su correspondiente ubicación dentro del almacén. Así, la primera
consideración a valorar será si las entradas al almacén se producirán solamente del
exterior o si vendrán de otras ubicaciones del mismo.

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Comentar que, aunque en ambos casos se trate de entradas, son entradas realmente
diferentes entre ellas, y es que en relación a los flujos de entrada internos será posible
establecer control sobre toda una serie de parámetros tales como los horarios o la
calidad del servicio, mientras que en las otras entradas, la empresa estará sometida a
toda una serie de condicionantes en relación al transporte.

En lo que se refiere a las entradas provenientes del exterior, la empresa deberá


considerar la llegada y salida de vehículos tales como vehículos ligeros, camiones o
semirremolques, hecho que implicará tener conocimiento sobre las condiciones de
llegada de estos medios de transporte tales como los horarios, el número de entregas
simultáneas, el número de artículos, el tiempo de estacionamiento admisible, la
posibilidad de dejar los remolques en el muelle durante más tiempo, o los
acondicionamientos colectivos. En otras palabras, se deberá tener una idea de los
flujos de llegadas exteriores así como todos los elementos que dichos flujos implicarán
con el fin de disponer una zona para las llegadas adaptada a la situación real de la
empresa. De este modo, si se trata de una empresa pequeña, con entradas una o dos
veces por semana de máximo dos proveedores diferentes, dicha empresa necesitará
una zona de llegada modesta, mientras que si se trata de una gran superficie con
llegadas diarias durante todo el día, la zona de recepción y llegadas deberá ser
realmente grande, con el fin de facilitar el trabajo en los términos de eficiencia y
eficacia.

En relación a las llegadas exteriores, será de suma importancia que la empresa negocie
las condiciones de llegada con los proveedores, ya que la información de dichas
negociaciones resultará muy útil a la hora de configurar y organizar el almacén.

 Preparación de pedidos

Otro de los flujos que conforman la dimensión dinámica del almacén es el referente a
la preparación de los pedidos. Aquí, se deberán considerar los siguientes parámetros:

- Número de pedidos que deben prepararse en una unidad de tiempo


determinada.
- Número de líneas por pedido.

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- Número de envases diferentes, guardados en zonas diferentes y por línea.


- Número de artículos por zona y por línea.

En lo que se refiere a la línea, ésta se refiere a cierto número de artículos que tienen la
misma referencia.

Así, en este tipo de flujos, no solo se deberá considerar el número de pedidos, sino
todos los elementos que implica dicho pedido: ubicación del producto, ubicación del
envase y ubicación de la zona de preparación del pedido. Además de sumarle el
número de unidades de producto que deben ir en cada paquete. Así, si somos una
empresa que vende a particulares, lo habitual es que los pedidos sean de pocas
unidades o solamente de una, mientras que si vendemos al por mayor, los pedidos
serán de cantidades altas.

Otro elemento a destacar en la preparación de los pedidos es el plazo de entrega de


los mismos, ya que dependiendo de éste, así como del volumen de pedidos, la
organización, tanto del espacio como del personal, variará.

 Flujos de salida

Los flujos de salida están estrictamente relacionados con los flujos sobre la
preparación de los pedidos. No obstante, y además de considerar los aspectos en
relación al volumen de pedidos preparados y que están pendientes de salir, será
necesario que la empresa defina los horarios imperativos de salida en función de los
horarios de los transportes por avión, ferrocarril y correo, así como las rondas
terrestres de mensajería.

En lo que se refiere a los flujos de salida, resulta interesante mencionar el tema de las
muestras que se da en los almacenes de productos terminados.

En cuanto a las particularidades de este tipo de pedidos destacan:

- Por norma general, no se facturan al destinatario.


- Comportan un gran número de líneas.
- Cada línea tiene muy pocos artículos.

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- Los artículos pueden requerir un marcaje especial.


- En aquellas industrias que tienen colecciones, esta actividad intensa se ejecuta
solo durante un corto período de tiempo.
 Flujos internos

En lo que se refiere a los flujos internos, aunque no definen la organización y


disposición del almacén tanto como los elementos anteriores, si que deben ser
considerador a la hora de diseñar la instalación.

Estos flujos se refieren a:

- Colocación de stock.
- Reacondicionamiento en el interior del almacén.
- Traslado de un eventual stock de masa hacia la zona de carga.

En relación a estos, vamos a tratarlos más detenidamente en el tema en que hablamos


sobre una correcta gestión del almacén.

 Flujos adicionales

Cuando hablamos de los flujos adicionales, nos referimos a las operaciones de


inventario o a los movimientos especiales.

En relación a los dos últimos flujos comentados, los internos y los adicionales,
comentar que no son decisivos a la hora de decidir la organización y disposiciones de
las diferentes zonas que conforman el almacén, aunque si que se trata de actividades y
tareas que deben considerarse a la hora de realizar su diseño.

Finalmente, y en relación a estos flujos, resulta interesante hacer una breve mención a
las variaciones de flujos, y es que, al igual que sucedía con los elementos estáticos, los
movimientos de entradas y salidas pueden estar sujetos a toda una serie de
variaciones sin que exista una relación de causa-efecto.

Así, y en el momento de diseñar la configuración del almacén, será interesante tener


una previsión de dicho flujo, con el fin de tener una idea de las posibles entradas y

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salidas, de modo que pueda ayudar a la empresa a decidir el tamaño y las diferentes
prestaciones que deberán tener sus instalaciones.

De este modo, y después de ver las diferentes consideraciones en relación a la


dimensión estática y la dimensión dinámica del almacén, pasemos a conocer ahora los
diferentes tipos de almacén, para después conocer las diferentes áreas o zonas que lo
conforman, y que deberán configurarse en función de los elementos que acabamos de
tratar, con el fin de que se trate de espacios coherentes con la empresa.

2.2 TIPOS DE ALMACÉN

Los diferentes tipos de almacén que podemos encontrarnos vienen configurados por
toda una serie de características que, antes de pasar a ver la clasificación general y más
habitual, resulta interesante conocer.

Así, podemos encontrarnos toda una serie de tipos de almacenes en base a:

- La protección atmosférica.
- El material almacenado.
- La función de la logística de distribución.
- El régimen jurídico.
- La manipulación de la mercancía.

Pasemos a conocer cada una de estas clasificaciones, centrándonos en la última


categoría, con el fin de conocer los tipos generales de almacén.

 Protección atmosférica

En lo que se refiere a esta primera clasificación, aquí podemos encontrarnos con


almacenes cubiertos y con almacenes descubiertos. En la primera categoría, se trata de
almacenes que disponen de una edificación de ladrillos, lona o paneles metálicos,
ofreciendo así una protección completa de los materiales que allí se almacenan,
permitiendo controlar aspectos tales como la temperatura o la humedad.

En la segunda categoría, se trata de almacenes delimitados por cercas o marcajes, y


que no disponen de una edificación física. Este tipo de almacenes son aptos para

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almacenar productos que no se deterioran o degradan con los efectos atmosféricos, ya


que no permiten una protección completa y tampoco permiten controlar los aspectos
de la temperatura y la humedad. No obstante, a menudo se utilizan todo tipo de
protecciones tales como plásticos, retractilados, cremas o protectores y anticorrosivos,
con el fin de evitar que los materiales se deterioren.

 El material almacenado

En cuanto al material almacenado, podemos hablar de seis categorías:

- Almacenes de materias primas.


- Almacenes de productos semielaborados.
- Almacenes de productos terminados.
- Almacenes de recambios.
- Almacenes de materiales auxiliares.
- Archivos.
 Función de la logística de distribución

Cuando nos referimos a la logística de distribución, hablamos de cuatro tipos de


almacenes diferentes.

- Almacén central: se trata del almacén situado lo más cerca posible del centro
de fabricación, con el principal objetivo de reducir los costes de manipulación y
transporte desde la salida de producción hasta el punto de almacenamiento.
Además, es el almacén que posee el stock principal de materiales con el fin de,
en caso que existan, surtir a los almacenes regionales.
- Almacén regional: se trata de almacenes que deben estar lo más cerca posible
del punto de mayor consumo de la región, con el principal objetivo de distribuir
mercancía de los clientes mayoristas o minoristas de una determinada área.
Además, dichos almacenes deberán estar preparados para recibir camiones de
gran tonelaje procedentes de las plantas de producción o fabricación o de los
proveedores, así como estar preparados para su posterior distribución.
- Almacén plataforma: se trata de un almacén muy parecido al almacén regional,
aunque éste dispone de un tamaño menor ya que almacena un stock más

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pequeño de materiales. Con este tipo de almacén, las empresas pretenden


minimizar los stocks y aumentar el nivel de servicio al cliente.
- Almacenes temporales o de depósito: son almacenes destinados a cubrir los
picos de demanda que necesitan ser atendidos durante un período de tiempo
determinado.
 Régimen jurídico

En lo que se refiere al régimen jurídico, los almacenes pueden ser:

- Almacén propio.
- Almacén alquilado.
- Almacén renting, que implica un alquiler a largo plazo y que no comporta la
opción de compra al final del período de alquiler.
- Almacén leasing, que implica un contrato de arrendamiento con la opción de
compra a la finalización del contrato.
 Manipulación de la mercancía

Ésta es sin duda la categoría de clasificación más compleja de almacenes, ya que es la


categoría que define cómo será la organización y disposición del almacén.

Así, y en relación a la manipulación de la mercancía, podemos diferenciar seis tipos de


almacén:

- Almacén en bloque.
- Almacén de estanterías.
- Almacén compacto.
- Almacén dinámico.
- Almacén móvil.
- Almacén autoportante.

Pasemos a conocer estas categorías, para después pasar a conocer las diferentes áreas
o zonas en las que se puede organizar el almacén.

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Almacén en bloque

Una de las principales características de los almacenes en bloque es que en ellos la


mercancía se almacena en bloques de referencias, una encima de la otra. Ello implica
que se deba tener en cuenta la resistencia de la base, así como la estabilidad de la
columna.

Dicho tipo de almacén supone para la empresa las siguientes ventajas:

- Implica una baja o incluso nula inversión en cuanto al equipamiento.


- Implica un buen uso de la superficie disponible.
- Permite un buen control visual del stock disponible.

No obstante, resulta interesante remarcar algunas consideraciones a tener en cuenta


en relación a este tipo de almacén:

- Supone una limitación en el apilado de altura.


- Supone una dificultad a la hora de acceder a aquellas mercancías que se
encuentran más alejadas.
- Es solo útil para aquellas cargas que están preparadas para el apilamiento y que
no están sujetas a exigencias de rotación.
- No permite utilizar todo el espacio, ya que entre cargas debe disponerse un
pasillo que permita el paso de los medios de manutención utilizados, así como
la realización de las tareas de manera cómoda.
- Por supuesto, cada fila deberá contener un único tipo de producto, no estando
permitido apilar en una misma zona dos productos diferentes. Además de ello,
los productos apilados deberán estar perfectamente identificados.

Almacén de estanterías

Por contra, los almacenes de estanterías son aquellos que, tal y como indica su
nombre, están equipados con estanterías de paletización, disponiendo además de toda
una serie de medios como pueden ser carretillas elevadoras, para el movimiento y la
manipulación de las mercancías.

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Se trata del tipo de almacén más utilizado, ya que son la mejor solución en los
supuestos en los que se dispone de una gran variedad de referencias.

Para el almacenamiento, las estanterías de paletización son el sistema más económico


y flexible, ya que se pueden adaptar fácilmente a los cambios en las necesidades de la
empresa.

Como principales ventajas destacan:

- Ágil manipulación de la mercancía.


- Control exhaustivo del stock.
- Posibilidad de realizar labores de picking en la misma estantería, suponiendo
ello un ahorro de tiempo y un aumento en la productividad.
- Con el fin de poder aprovechar más el espacio, se permite la instalación de
estanterías de doble fondo mediante un equipo de elevación con horquillas.
- Permiten aprovechar la parte inferior de las estanterías como zona para la
preparación de pedidos, lo que implica que no deba habilitarse una zona para
tal fin.
- Las estanterías permiten que se pueda mover y retirar cualquier mercancía sin
que se tengan que mover o desplazar otros palets.
- Permiten el uso de cualquier tipo de elemento de manutención, como pueden
ser la carretilla contrapesada eléctrica, la carretilla retráctil, apiladores, torres
bilaterales, torres trilaterales o transelevadores.
- Se trata de un modelo compatible con otros tipos de almacén.

Almacén compacto

Este tipo de almacén es también conocido con el nombre de sistema de


almacenamiento por acumulación.

Como ventajas de este tipo de almacén destacan:

- Facilita la máxima utilización del espacio disponible, tanto en superficie como


en altura.

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- No dispone de espacios entre pasillos, permitiendo que puedan introducirse las


carretillas dentro de aquellas estanterías de grandes dimensiones.

Se trata de un tipo de almacén apto para el almacenamiento de palets que contengan


una gran cantidad de carga que no esté sometida a ninguna exigencia en cuanto a la
rotación. Comentar que cada pasillo debe estar destinado a una referencia, por lo que
no podrán coincidir dos referencias en el mismo espacio. Esto implica que se trate de
un método únicamente apropiado cuando realmente se disponga de una gran cantidad
de stock, ya que de lo contrario, se desaprovechará espacio.

Almacén dinámico

El almacén dinámico es una mezcla de varios tipos de almacenes. Éste sigue el modelo
de almacenamiento compacto ya que busca una optimización del espacio, aunque
permite que la carga almacenada se mueva mediante rodillos, deslizando así la
mercancía desde un punto de entrada a un punto de salida.

Como particularidades de este almacén destacan:

- No tienen pasillos, a excepción de un pasillo principal para cargar y descargar.


- Las estanterías dinámicas para el almacenamiento de unidades paletizadas son
estructuras de carácter compacto que incorporan caminos de rodillos,
colocados con una ligera pendiente que favorece el deslizamiento de las
paletas sobre ellos.

Almacén móvil

Este tipo de almacén es igual al almacén convencional, aunque en lugar de disponer de


una estructura anclada al suelo, ésta se ubica sobre unos raíles, de manera que se
permite que las estanterías se puedan desplazar con el fin de unirlas o separarlas,
permitiendo así que se genere el pasillo necesario para acceder a la posición.

Como principal ventaja de este tipo de almacén, nos encontramos con que permite
compactar las estanterías y aumentar así la capacidad del espacio.

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Almacén autoportante

En este tipo de almacén la propia estantería forma parte del sistema constructivo del
edificio, además de soportar la carga de las mercancías.

Como principales características de esta categoría de almacén destacan:

- Permite el almacenaje a gran altura.


- Las estanterías han sido constituidas de modo que formen un grupo compacto
junto con las cubiertas y los laterales del propio almacén.
- Las estanterías autoportantes soportan, además de las cargas de las mercancías
y de los elementos de la construcción, los empujes de los medios de
manipulación y los agentes externos como el viento, la nieve y los movimientos
sísmicos.

En relación a las ventajas, este tipo de almacén:

- Permite el almacenaje de mercancías de diversas tipologías.


- Permite utilizar sistemas convencionales o automáticos.

Vistas estas consideraciones en cuanto a los tipos de almacén, pasemos a conocer


ahora las diferentes zonas o áreas de organización y disposición del almacén.

2.3 ORGANIZACIÓN Y DISPOSICIÓN DEL ALMACÉN

Tal y como hemos visto, los pasos previos a la organización y disposición del almacén
son primero, determinar las necesidades funcionales y, en segundo lugar, cuantificar
los flujos. De este modo, la empresa dispondrá de toda la información necesaria con el
fin de empezar la fase de proyección del nuevo almacén, que deberá configurarse en
función de las necesidades reales de la empresa y de los flujos.

Pasemos entonces a conocer las diferentes áreas que, por norma general, forman
parte de cualquier almacén.

En relación a estas zonas, comentar que no todos los almacenes deben disponer de
todas estas zonas, sino que, dependiendo de su flujo de entradas y salidas, así como de

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sus necesidades funcionales reales, se habilitarán unas zonas u otras. No obstante,


aquí las vamos a presentar todas, con el fin de obtener una idea y visión general del
almacén completo.

2.3.1 Zona de retención

A veces surge la necesidad de retener los productos antes de colocarlos en el almacén


propiamente dicho.

Algunos de los motivos que pueden implicar el establecimiento de una zona de


retención se deben a varias causas, entre las que destacan:

- Desincronización de los flujos de llegada y los flujos de colocación en el


almacén.
- Necesidad de llevar a cabo un control de la mercancía antes de permitir su
entrada en el almacén.
- Los productos que han sido producidos por la misma empresa y se encuentran
listos para ser almacenados y posteriormente vendidos, deben permanecer a la
espera debido a que el horario de explotación del almacén es diferente al de la
producción.

Así, todas las empresas que presenten situaciones similares a las que acabamos de
presentar, deberán disponer de dicha zona de retención, cuyo tamaño y cuyos
elementos dependerán del volumen de stock que se percibe deberá ser retenido.

Así y, dependiendo de dicho stock así como de las características de la mercancía,


algunas posibles soluciones para retener la mercancía son:

- Disposición de palets, que en caso de ser posible, serán apilados.


- Colocación de estantes para palets.
- Instalación de transportadores automáticos.
2.3.2 Muelles de llegada

En relación a los muelles de llegada, se diferencia entre:

- Muelles terrestres.

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- Muelles raíl.
- Muelles para vehículos ligeros.

Conozcamos entonces las particularidades de estos cuatro elementos.

 Muelles terrestres

Los muelles de llegada terrestres afectan al interior y al exterior del edificio, y es que
en lo que se refiere al exterior del edificio, su ubicación está condicionada. Es decir, se
deberán asegurar toda una serie de vías de acceso a los transportistas que, además,
cumplan con toda una serie de requisitos, y es que deben poder permitir la circulación
de todo tipo de vehículos terrestres.

Para ello, se establecen los siguientes valores o requisitos:

- Ancho de la vía para un semirremolque: 5 metros.


- Radio de una curva de giro: 30 metros.
- Espacio libre frente al muelle que posibilite las maniobras: 35 metros.

En lo que se refiere al diseño y disposición de estos muelles, lo habitual es que estén


dispuestos de manera que los camiones puedan aparcar perpendicularmente al
muelle. Además de ello, si se da el caso en que se encuentran dos camiones
descargando al mismo momento, entre ellos deberá haber suficiente distancia para
permitirles maniobrar de manera fácil y rápida. También será muy importante que el
muelle se halle a la misma altura que la plataforma de los camiones y de los
remolques, aproximadamente a 1,20 metros, de modo que se facilite la carga y
descarga de la mercancía.

Otras consideraciones en relación a los muelles terrestres son:

- Los muelles deberán estar equipados con rampas de carga ajustables que
permitan completar la nivelación del muelle y de los vehículos.
- Los lugares reservados a los camiones estarán equipados con un cierre
individual que se pueda disimular, del tipo de una persiana enrollable.

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- Puede resultar realmente útil la instalación de un tejado o algún tipo de


protección contra el viento.
- Se recomienda que el muelle disponga de un dispositivo que permita crear
cierta estancación entre el camión y el edificio.

En relación a dichos dispositivos, su instalación es obligatoria en los casos en que el


depósito se guarde a temperatura controlada, sobre todo en lo que se refiere al
almacenamiento de productos alimenticios, ya que la instalación de este dispositivo de
estancación evita que se produzca una saliente fuera del edificio.

Finalmente, y en lo que se refiere a la parte interior del muelle, aquí se deberán


contemplar todos los aspectos que ya hemos mencionado en relación a las entradas.

 Muelles raíl

La principal particularidad de los muelles raíl es que deben estar ubicados cerca de las
vías del tren y es que, tal y como su nombre indica, se trata de muelles que reciben la
mercancía a través de vagones de ferrocarril.

En relación a estos muelles, lo normal es que formen parte de almacenes de grandes


dimensiones, como pueden ser las zonas de llegada de algunas zonas francas.

Algunas particularidades de los muelles raíl son:

- El muelle debe estar paralelo a la vía.


- Deberá estar protegido por un tejado.
- Estará situado a la altura de la plataforma, a 1,15 metros por encima del nivel
de los raíles.
 Muelles para vehículos ligeros

Se trata de muelles de menor envergadura, ya que están destinados a la entrega de


mercancías transportadas por vehículos pequeños o ligeros.

Comentar que, lo más habitual, es que el almacén disponga de un almacén terrestre


para camiones, aunque se suele recomendar que se disponga también de un área o
zona destinada a aquellos vehículos más ligeros.

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2.3.3 Zonas de control

En relación a las zonas de control, aquí se distingue entre dos controles, el control
cuantitativo y el control cualitativo, por lo que nos encontramos con dos zonas de
control claramente diferenciadas.

Además, también deberemos considerar una zona de control de carácter


administrativo.

 Zona de control cuantitativo

En esta zona se realizan todos los controles en relación a la mercancía recibida y al


pedido realizado, de modo que en recepción se aseguren de que la mercancía ha
llegado correctamente.

Comentar que, a menudo, dicha tarea se realiza o bien en la zona de retención, en


caso de que el almacén disponga de dicha área, o bien en la zona de recepción de
mercancías.

Independientemente del espacio, y tal y como hemos dicho, lo importante es que se


verifique que lo que ha llegado se corresponde con la hoja de pedido y el albarán.

 Zona de control cualitativo

Tal y como ya hemos comentado en el primer tema del manual, existen determinados
productos que requieren de toda una serie de controles antes de proceder a su
almacenaje y posterior venta, de modo que se asegure que dichos productos son aptos
para su consumo.

Un ejemplo de este tipo de productos son los productos farmacéuticos que, a su


llegada a los almacenes, son sometidos a toda una serie de pruebas y controles. Otros
productos que pueden ser sometidos a controles son determinados productos
alimenticios.

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Básicamente, de lo que se trata es de que la empresa se asegure de que los productos


que ha adquirido y que venderá a sus futuros clientes son van a suponer ningún peligro
para su salud.

 Zona de control administrativo

Este tipo de zonas están ubicadas sobre todo en áreas en las que se requieren
controles para permitir la entrada de las mercancías, como pueden ser las zonas
destinadas al pago de los derechos de aduana.

2.3.4 Zonas de envasado

Dependiendo del tipo de producto que se deba almacenar, algunos almacenes


requerirán de una zona de envasado, debido a que tratan con productos que exigen un
envasado unitario, un reenvase o un etiquetaje.

En relación a esta zona, se deberán contemplar varios aspectos; el primer aspecto se


refiere a que se deberá disponer de un espacio en el que se almacenen los envases, y
en segundo aspecto se refiere al hecho de decidir si los productos que deben ser
envasados se almacenarán antes de su envasado en un espacio dispuesto para tal fin
en la misma zona de envasado, o en otro espacio. De modo que, en el momento de
disponer de dicha zona, además de considerar la maquinaria para la realización de las
tareas, se deberán considerar los dos elementos presentados.

En relación a esta zona, comentar que dependiendo del tipo de producto que se vaya a
tratar allí, se deberán seguir toda una serie de normas y consideraciones. Así, si se
trata de envasar productos alimenticios, será muy importante que dicha zona se
habilite conforme la normativa relativa a la manipulación de alimentos.

2.3.5 Zonas de cuarentena

Cuando hemos hablado de la dimensión estática, hemos hecho referencia a los


estatutos, comentando que uno de ellos se refería a la cuarentena, que implicaba
disponer de los productos físicamente pero no pudiéndolos vender. Así, y en los
almacenes que se requiera dicha acción, se deberá disponer de una zona para los

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productos que se encuentran en cuarentena, previa autorización para disponer de


ellos.

En lo que se refiere a la cuarentena, podemos diferenciar entre la cuarentena física y la


cuarentena informática.

La cuarentena de carácter físico pide disponer de una zona claramente delimitada con
el fin de almacenar los productos hasta que se dicte su salida. En el caso de la
cuarentena informática, se autoriza el almacenamiento de los artículos afectados en
cualquier lugar del almacén que, bajo ningún concepto, podrán ser autorizados para
salir hasta que no se establezca. En este caso, el programa informático prohibirá que
dichos productos se toquen, asegurando su almacenamiento durante el tiempo
estipulado.

Vistas estas consideraciones, lo más habitual en la actualidad es que se opte por un


sistema de cuarentena informático, ya que ello supone que no se deba habilitar una
zona exclusiva para tal fin. No obstante, y si la empresa dispone de una zona de
retención, dichos artículos en cuarentena podrán ser almacenados allí.

2.3.6 Stock de masa

El stock de masa se refiere a lo que se conoce como zona de reserva. Es decir, se


refiere a aquel stock destinado a la venta que se ubica en zona especial de reserva. Ello
implica que el stock del almacén deba dividirse en dos; el stock de masa y el stock de
consumo o stock de picking.

Comentar que, en cierto modo, disponer de una zona de reserva o stock de masa
puede presentar a la empresa dos inconvenientes realmente importantes. Estos
inconvenientes son:

- Se crean movimientos de carácter suplementarios, ya que es necesario


trasladar los artículos del stock de masa hacia el stock de consumo.
- Se precisan equipos estáticos y dinámicos particulares y los pasillos
correspondientes.

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No obstante, se espera que estos inconvenientes sean compensados con las ganancias
de productividad aportadas por la zona de picking que, suele ser más compacta,
implicando que se acorten los trayectos.

2.3.7 Zonas de carga

Las zonas de carga suelen llamarse también zonas de picking o zonas de consumo, y se
refiere a aquella zona en la que se recogen los productos para que sean preparados
para su posterior salida.

Esta acción puede ser ejecutada de dos maneras:

- El preparador se desplaza hasta los artículos.


- Los artículos se presentan de manera automática frente al preparados.

Pasemos a conocer algunas consideraciones para estos dos posibles métodos en


relación al funcionamiento de la zona de carga.

 El preparador se desplaza hasta los artículos

Dependiendo de las dimensiones del almacén, el preparador podrá llegar a la zona de


los artículos a pie o haciendo uso de una máquina apropiada para tal fin.

En este caso, se deberán considerar las herramientas que el preparador deberá utilizar
para cargar con los productos y trasladarlos a la zona de carga, donde se prepararán
para su posterior salida.

Comentar que esta modalidad de trabajo resulta útil para pedidos que se refieren a
pocos artículos, y que presentan un tamaño y un peso modesto, y es que siempre que
se trate de grandes pedidos, tanto de tamaño como de peso, lo habitual será optar por
la siguiente modalidad, ya que resultará mucho más cómoda y práctica al personal del
almacén.

 Los artículos se desplazan hasta el preparador

Tal y como acabamos de comentar, esta segunda modalidad es conveniente para


aquellos almacenamientos que resultan realmente densos, ya que implica que el

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preparador no deba desplazarse en búsqueda de los artículos sino que son éstos, a
través de palets, contenedores o cajones automáticos los que se desplazarán hasta la
zona de carga.

Entre los equipos a destacar para este tipo de organización nos encontramos con:

- La utilización de armarios rotativos para aquellos objetos más pequeños.


- La utilización de carruseles de ejes verticales para aquellos elementos de
carácter más voluminoso.

Además y, dependiendo de las necesidades y tipos de producto, existen muchas otras


máquinas destinadas al transporte de los productos y mercancías.

En relación a este tipo de modalidades, comentar que la elección de una u otra


dependerá, no solamente de la dimensión del almacén, sino también del flujo de
entradas y salidas. No debemos olvidar que el almacén debe estar configurado de
manera que ayude a optimizar los procesos con el fin de lograr una mayor eficacia y
eficiencia, por lo que resultará imprescindible valorar todas las posibilidades y escoger
aquella que mejor satisfaga las necesidades de la empresa. Así, si una empresa tiene
un movimiento constante de mercancías, una buena manera de optimizar bien el
tiempo es disponer de un sistema automático que haga llegar los artículos a la zona de
carga, mientras que si su volumen de trabajo es menor, puede que la instalación de un
sistema automático no le salga a cuenta, y sea preferible que el preparados se traslade
al almacén a por los artículos necesarios, haciendo uso de la maquinaria que implique
una mayor eficacia en su trabajo.

En relación al hecho de hacer llegar los artículos a la zona de carga, es muy importante
que exista coordinación y optimización de los procesos, sobre todo en lo que se refiere
al hecho de que sea el preparador el que se traslade al almacén a por los artículos. En
este caso, será importante que se aproveche el viaje, implicando esto que no se
acudirá al almacén a por los artículos de un solo pedido, sino que, siempre que sea
posible, se aprovechará el viaje y se obtendrán los artículos referentes a otros pedidos,
de modo que se obtenga una optimización del tiempo y no se pierdan minutos yendo y
viniendo.

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Tal y como hemos comentado, en la zona de carga se prepararán los pedidos que serán
enviados, por lo que desde allí, dichos pedidos deberán ser trasladados a la zona de
salida o al muelle de salida. Dicho proceso podrá hacerse o bien de manera manual,
contando con toda una serie de ayudas para la carga, o bien de manera automática.
Una vez más la modalidad establecida dependerá de la dimensión del almacén y de los
pedidos.

Un elemento muy importante que no debemos olvidar y que hemos comentado en el


primer capítulo de este manual es el referente al presupuesto. De modo que, además
de considerar la dimensión del almacén, el flujo de movimientos y el tamaño y
cantidad de los pedidos, el presupuesto constituirá un elemento decisivo a la hora de
escoger qué sistema se implantará en el almacén.

Finalmente, y en lo que se refiere al muelle de salida, comentar que a menudo es el


mismo que el de entrada ya que, por norma general, los pedidos suelen entrar por la
mañana y salir por la tarde, hecho que implica que se pueda utilizar el mismo espacio
para dos fines diferentes.

2.3.8 Zonas de consolidación

Las zonas de consolidación son espacios destinados a reagrupar el conjunto de


operaciones que se refieren a un mismo pedido. En cierto modo, se trata de aquella
zona en la que, en caso de que un pedido comporte varios productos diferentes, se
juntan todos esos productos y se realiza el pedido competo.

Comentar que no todas las empresas cuentan con estas zonas de consolidación, ya que
disponer de dicho espacio implica utilizar el espacio disponible del almacén para esta
tarea, hecho que supone que, a veces, la empresa decida destinar este espacio a otra
tarea. No obstante, y aunque no dispongan de esta zona, dicha tarea puede realizarse
en otras zonas o áreas del almacén, como en la zona de carga o zona de embalaje.

Así, e independientemente de la zona es que se realice, de lo que se trata es de


reagrupar todos los artículos que forman parte de un mismo pedido y hacerlos llegar al

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cliente mediante un solo paquete, optimizando, no solo los procesos, sino también los
costes.

2.3.9 Zonas de embalaje

En algunas empresas, el tener que embalar los productos no será una tarea frecuente,
por lo que, en caso de no ser una actividad diaria, dicha zona es muy probable que no
exista y que dicha tarea sea ejecutada en otra zona del almacén, como en la zona de
consolidación o de preparación de pedidos.

En el caso de que sea una zona propia del almacén, comentar que en dicho espacio
deberán instalarse las máquinas de envasado, por lo que el espacio se concebirá a
partir del flujo de entradas y de las necesidades reales en cuanto a maquinaria.
Además de ello, se deberá considerar un espacio en el que se deberán almacenar
todos aquellos productos y materiales necesarios para el envasado.

Es importante que dicha zona se sitúe próxima a la zona en la que están almacenados
los productos, con el fin de que el traslado de una zona a otra sea corto.

2.3.10 Zonas de control de salida

En la zona destinada al control de las salidas deberán llevarse a cabo dos tareas
imprescindibles. Dichas tareas son:

- Control de las referencias de los artículos presentes.


- Verificación de que el número de artículos presentes se corresponde con las
cantidades del pedido.

De este modo, en esta zona se realizan los controles con el fin de verificar que los
productos que están listos para ser enviados a los clientes se corresponden con los
pedidos que éstos han realizado.

Comentar que se trata de una zona en la que no solo se trata el aspecto destinado a la
cantidad de productos, sino también a la calidad del servicio, ya que el hecho de hacer

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llegar bien o mal el pedido a nuestro cliente, determinará la calidad de nuestro


servicio.

Es interesante resaltar también que, a menudo, dicho control se realiza en la misma


zona en la que ha tenido lugar la preparación del pedido. Además, y si dicho pedido ha
sido preparado por la misma persona, a menudo se suprime dicha tarea o se agiliza el
proceso.

Finalmente, y algunas maneras para controlar los pedidos antes de su salida,


diferentes a que exista un supervisor encargado de ir uno a uno, algo realmente
impensable en una empresa con mucho flujo de salidas, son:

- Control de peso.
- Identificación automática de los artículos.

Independientemente del método que se siga, lo que importa aquí es que la empresa se
asegure que ha realizado un buen trabajo y que dispone de una buena organización en
cuanto a la preparación de las salidas.

En relación a las zonas de control de salida, nos encontramos con lo que se llama zona
de espera de salida.

Las razones que justifican disponer de esta zona son:

- Disponer de un espacio en el que hacer frente a los imprevistos que puedan


darse durante la preparación del pedido. Por ejemplo, preparar un pedido y
que uno de los artículos solicitados no entrará en stock hasta dentro de unos
horas. Dicho problema implica que se deba dejar el pedido a medias,
guardándolo en la zona de espera de salida para ser acabado cuando se
disponga del producto que resta. La finalidad es guardar el pedido incompleto
en una zona destinada para tal fin, con el objetivo de que no entorpezca el
trabajo de los preparadores de pedidos.
- En el caso de que el transportista que debe hacerse cargo de las salidas sufra
algún imprevisto que retrase su llegada al muelle de salida, se debe disponer de
un espacio en el que guardar los pedidos listos para su envío.

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- Necesidad de perfeccionar la actividad de los preparadores. Esto supone que


los márgenes horarios reservados a la preparación de los pedidos podrán ser
algo diferentes de los reservados a la carga, más largos y retrasados.

En lo que se refiere a estas zonas, su superficie se corresponde a la superficie de las


plataformas de los vehículos. Así, y con el fin de evitar confusiones y respetar el
trabajo y la organización, se delimitará la zona en la que podrán ser almacenados los
pedidos que esperan su posterior salida.

Un aspecto importante a remarcar en relación a estas zonas, es que deben estar


separadas de las zonas de circulación, evitando así el tráfico constante e innecesario de
empleados.

Finalmente, y en cuanto a las prestaciones de esta zona, deberá existir el espacio


necesario para almacenar la mercancía preparada y para tener suficiente movilidad
para ser cargada en su correspondiente vehículo. Para ello, y en función del tipo de
paquetes con los que habitualmente se trabaje, se deberán disponer de los medios
necesarios para facilitar la carga y el transporte de dichos paquetes.

2.3.11 Pasillos de circulación

Por supuesto, las diferentes áreas y zonas que conforman el almacén deberán estar
conectadas entre si por los pasillos de circulación.

Para su configuración, se deberá considerar si en ellos circularán solamente personas o


si también circularán máquinas, hecho que obligará a determinar aspectos tales como
los materiales empleados, las dimensiones y los aspectos destinados a la seguridad.

En términos de seguridad, se aconseja que si por el mismo pasillo van a desplazarse


personas y máquinas, se separen dichas áreas a través de una barandilla. Además, y en
cuanto a la posibilidad de que circulen máquinas, resultará interesante establecer si
existe la posibilidad de que dos máquinas se crucen, hecho que implicará el
establecimiento de una dimensión concreta así como de una zona de seguridad que
deberá respetarse cuando se crucen dos máquinas.

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2.3.12 Almacenes de través y muelles de salida

Antes hemos comentado que, en muchas empresas, los muelles de entrada y los
muelles de salida son los mismos, debido a que, por norma general, las entradas y
salidas de productos no acostumbran a coincidir, y es que las entadas suelen darse a
primera hora de la mañana, mientras que las salidas son durante la tarde.

No obstante, y de manera excepcional, existen algunos casos en los que los muelles de
salida deben ser diferentes a los muelles de llegada, debido a que, en los muelles de
llegada la mercancía es retenida, hecho que implica que la mercancía de salida no
pueda mezclarse con la mercancía de llegada.

Uno de los principales supuestos en los que se da esta división de espacios de entrada
y salida es, sobre todo, en los almacenes de industrias farmacéuticas. Tal y como
hemos visto, los productos farmacéuticos deben pasar un control antes de entrar
directamente al almacén y ser vendidos a los consumidores, por lo que resulta habitual
que se retengan en la zona de llegada a la espera de que se les permita el acceso.

Así, y en los casos en que el almacén se deba disponer de un muelle de salida, las
consideraciones a tomar en cuenta en relación a su diseño y configuración son las
mismas que en los muelles de llegada que hemos visto al inicio de este apartado.

2.3.13 Locales técnicos

En todo almacén, además de las zonas destinadas a almacenar los productos y a


preparar los pedidos, se debe disponer de zonas o superficies anexas para el
tratamiento técnico.

Entre estas zonas o locales de carácter técnico destacan:

- Zona para la carga de baterías.


- Zona de mantenimiento.
- Zona informática.
- Zona eléctrica.
- Zona de equipos de seguridad.

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- Compactador.

Pasemos a conocer alguna de las principales particularidades de estos locales.

 Zona para la carga de baterías

Es muy habitual que esta zona no exista en la mayoría de almacenes, debido sobre
todo a un tema de espacio, de modo que lo más habitual es que de destine una parte
del espacio del almacén a instalar los cargadores de baterías.

Dejando de lado esta consideración y en el supuesto de que la empresa disponga de


una zona dedicada exclusivamente a la carga de baterías, algunas consideraciones a
tener en cuenta en relación a ésta son:

- Debe tratarse de una zona próxima al almacén, con el fin de evitar pérdidas
innecesarias de tiempo.
- Los cargadores deberán estar fijos en la pared o puestos sobre zócalos a una
altura ergonómica que permita una limpieza cómoda de la zona.
- Tanto el suelo como la parte baja de la pared, hasta una altura mínima de 40
centímetros, deberán disponer de un revestimiento antiácido, implicando esto
que el suelo y la pared no se deterioren debido a posibles pérdidas de ácido de
las baterías.
- El espacio dispuesto para tal fin deberá ser amplio, permitiendo la libre
circulación tanto de personas como de la maquinaria que deberá ser cargada.
 Zona de mantenimiento

Trabajar con maquinaria implica que se deba disponer de un espacio o taller de


mantenimiento que permita la reparación de éstas, así como el almacenamiento de las
piezas que requiera dicha reparación. De modo que, en su configuración, se deberá
considerar tanto el espacio de trabajo como el espacio de almacenamiento, debiendo
tener una dimensión que permita que toda la maquinaria que pueda ser movible
quepa en él.

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 Zona informática

La disposición de una zona o local informático dependerá de la autonomía del almacén


o de su pertenencia a un local ya provisto.

A veces, la disposición de esta zona no resulta necesaria, ya que lo habitual es que a lo


largo del almacén se dispongan los equipos informáticos necesarios para la realización
de la actividad diaria, tales como terminales, pantallas e impresoras.

 Zona eléctrica

Es necesario que todo almacén cuente con una zona en la que se instalen las potencias
eléctrica, y en la que solo tendrá acceso el personal autorizado.

 Zona de equipos de seguridad

Todo almacén deberá contar con toda una serie de seguros, sobre todo en lo que se
refiere a seguros de prevención contra incendios. Este factor implicará que la empresa,
además de disponer de los correspondientes extintores, mangueras y alarmas
repartidos por toda la zona, deberá disponer de una zona en la que se guarden
equipos de seguridad que serán utilizados en caso de producirse algún problema.

Además, dicha instalación implica que se disponga de un local para los compresores y
de una reserva de agua exterior.

 Compactador

Como en la mayoría de espacios industriales, los desechos son un elemento muy


frecuente, por lo que es importante que se disponga de una zona de almacenamiento
provisional de estos desechos, así como la posible instalación de un sistema de
compactación, con el fin de facilitar su posterior traslado a las plantas de reciclaje.

2.3.14 Oficinas

Todo almacén deberá disponer de sus propias oficinas, que deberán estar ubicadas
muy próximas al almacén. Además, y siempre que sea posible, es preferible que dichas
oficinas se encuentren en el mismo edificio que el almacén.

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En relación a estas oficinas, se deberán disponer espacios para albergar las siguientes
figuras:

- Responsable del almacén.


- Operarios de almacén encargados de la realización de tareas de carácter
administrativo.
- Adjunto del responsable de almacén.
- Secretaría.
- Representantes enviados por los transportistas.
2.3.15 Locales sanitarios y sociales

Finalmente, los últimos espacios que se deben considerar en el momento de concebir


el almacén son los locales o zonas sociales y de sanitarios.

De este modo, resulta obligatorio que el almacén cuente con las siguientes
dependencias:

- Comedor.
- Vestuarios.
- Duchas.
- WC.

Además, también es recomendable que se cuente con.

- Sala de reuniones.
- Sala de descanso. Dicha sala a menudo suele ser continua al comedor, y en ella
se dispone de máquinas de café y refrescos, así como de sillones.

Finalmente, y como apunte a todo lo que acabamos de ver en este capítulo en relación
a las diferentes zonas y áreas que conforman el almacén, comentar que, además de
considerar las necesidades reales y el presupuesto de que dispone la empresa, uno de
los elementos a la hora de definir los espacios que conformarán nuestro almacén es el
sentido común enfocado al logro de la optimización de los procesos con un resultado
eficiente y eficaz.

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Es decir, debemos configurar un almacén que responda a las necesidades reales de la


empresa y que sea sinónimo de eficiencia y eficacia, que permita a la empresa realizar
sus procesos de la manera más sencilla y eficaz posible con el fin de lograr unos
objetivos y de satisfacer al cliente final. No debemos olvidar que lo más importante es
diseñar un almacén que favorezca la logística de la empresa, siendo este elemento
sinónimo de calidad, que se traduce a través de la satisfacción de nuestros clientes.

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