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Fuentes Derecho Internacional 2020 PDF
Fuentes Derecho Internacional 2020 PDF
Iniciamos el Programa del curso con el análisis de las Fuentes del Derecho
Internacional. Es, como vimos, el primer tema que analizaremos en el semestre.
Nos vamos a enfocar en el análisis de las fuentes formales del Derecho Internacional
dejando de lado las fuentes materiales del mismo, aunque estas constituyen un estudio
de gran interés en el proceso de formación del Derecho Internacional como en el de
todo Derecho.
Al iniciar el análisis de las fuentes, no debemos perder de vista lo que hemos señalado
en las clases introductorias, en cuanto al carácter esencialmente descentralizado del
sistema jurídico internacional. Esta característica se verá reflejada en muchas aspectos
y entre ellos en lo relativo a las fuentes del Derecho Internacional. Esta
descentralización determina, como consecuencia, que en el orden internacional no
existe un órgano legislativo central con competencias para elaborar normas jurídicas
generales como lo observamos al interior de los Estados.
Otro elemento que debemos considerar es que en los ordenamientos internos, cuando
se pregunta por las fuentes de ese particular Derecho, se hace ordinariamente, una
remisión al ordenamiento constitucional de ese Estado.
Ese rasgo se acentúa por el hecho de que la norma a la que nos remitiremos es una
norma que tiene una inmensa aceptación por los Estados que forman la Comunidad
Internacional en cuanto a sus contenidos. Lo anterior no significa que ella no sea
objeto de cuestionamientos por lo que dice y por lo que no dice. En algunos aspectos
se considera incompleta en su referencia a las fuentes del Derecho Internacional.
Así determina en sus disposiciones, quienes pueden ser jueces, como se eligen, quien
los elige, las normas de procedimiento, la forma de las sentencias, los recursos que
proceden ante ellas y en lo que nos interesa, el derecho aplicable por la Corte
cuando es llamada a resolver una controversia.
Dicha norma señala: “La Corte, cuya función es resolver conforme al derecho
internacional las controversias que le sean sometidas, deberá aplicar:……….”.
Este primer elemento significa que si la Corte debe fallar conforme a Derecho
Internacional y al hacerlo debe aplicar los contenidos que el Articulo enuncia, es
posible concluir que en los elementos allí mencionados, encontramos el Derecho
Internacional. En la práctica internacional existen muchos ejemplos de referencias a
esta disposición.
Se trata, por otra parte, de una disposición que recoge la practica internacional en
materia de formación del derecho internacional que de alguna manera fue
codificada en el Estatuto de la Corte. Antes del establecimiento de la Corte
permanente, ya los tribunales arbitrales por ejemplo, aplicaban para resolver
controversias, los tratados y la costumbre.
Otra consideración que merece la norma es que en parte alguna utiliza la palabra
“fuente”. Claramente no fue intención de los redactores del Estatuto, establecer el
catalogo de las fuentes del Derecho Internacional. Simplemente se trata de una
norma propia de un Estatuto que determina la estructura de un Tribunal y establece el
derecho que este debe aplicar, el Derecho Internacional, en este caso.
Esta disposición, por otra parte, nos plantea tres cuestiones fundamentales que deben
ser analizadas.
La segunda cuestión es si las menciones contenidas en esas letras son todas fuentes
formales.
Lo cierto es que ambas fuentes son iguales en jerarquía y por ello tienen poder
derogatorio reciproco. Un tratado puede modificar una costumbre y una costumbre
puede modificar un tratado en los términos que veremos más adelante al analizar la
relación entre la costumbre y los tratados.
La forma en que se presentan las fuentes en el Articulo 38, representa un orden lógico
de aproximación a las fuentes por parte de la Corte. En efecto, ordinariamente el
tratado es norma especial respecto de la costumbre que ordinariamente establece
normas generales. Se aplica el aforismo de que la norma especial prevalece sobre la
norma general. Al mismo tiempo resulta aplicable el aforismo de norma posterior
deroga a la anterior.
Esto sin perjuicio de que las partes en una controversia le podrían indicar a la Corte
sobre la base de que normas ella debería fallar. Si nada le señalan las partes, la Corte
tiene a su disposición el Articulo 38.
La segunda cuestión que cabe analizar es si todas las menciones del Articulo 38 No 1,
tienen la calidad de fuentes formales. Respecto de esta pregunta la respuesta es que
los elementos contenidos en las letras a, b y c, si tienen ese carácter. En cambio las
categorías contenidas en la letra d) del párrafo 1 (doctrina y jurisprudencia) no son
fuentes formales de derecho internacional no obstante el importante aporte que
hacen a su desarrollo. Como en cualquier tribunal interno, la Corte no puede resolver
una controversia de acuerdo con lo que señala la doctrina, ni siquiera la que emana
de los autores más destacados y sea de carácter unánime.
Respecto del párrafo 2 del Artículo que nos ocupa, cabe señalar que no obstante los
contenidos en el párrafo 1 que acabamos de referir, esto es los elementos sobre los
que la Corte debe resolver una controversia (tratados, costumbre y principios
generales de derecho) no se restringe la facultad de la Corte para resolver una
controversia sobre la base de la equidad. Para que esta facultad se pueda ejercer por
parte de la Corte, este párrafo 2 establece que se requiere el acuerdo de las partes en
la controversia. Esto no ha ocurrido ni durante la vigencia de la Corte Permanente ni
durante la vigencia de la actual Corte Internacional de Justicia. Esta facultad, de
operar, le permite a la Corte resolver la controversia prescindiendo de la estricta
aplicación del derecho vigente y en definitiva creando una norma para la solución de
la controversia atendiendo a criterios de equidad, de justicia, atendidas las
particularidades del caso.