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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PORDER POPULAR PARA LA EDUCACION

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA SANTA ROSA

FACULTAD DE DERECHO

CATEDRA: INFORMATICA APLICADA AL DERECHO I

PROF. JOVANNY SEVILLA

ANALISIS

ENEMIGO PULICO

Estudiante: Oscarlet Torrealba

V- 28.494.315

Sección: B
ANALISIS ENEMIGO PÚBLICO

La gran importancia de la privacidad mora en que la intimidad es un espacio personal,


accesible a pocas personas, que es como cada persona procura su vida y su equilibrio,
incluido su progreso. Quebrantar la privacidad de una persona es violar su derecho a optar
por qué cosa o quienes son parte de su ambiente de intimidad que, de alguna forma, lo
hacen ser quien es. El espacio personal es como el ser concibe su personalidad y se deduce
a sí mismo, como individuo y íntimamente en su sociedad.

Vulnerar la privacidad de alguien no sólo es perturbar la vida de una persona, sino


igualmente la de su medio. Vigilar a los habitantes, u observar, es turbar la formación y la
coexistencia de un grupo, contenida su forma de pensar, intelecto, cultura, gobierno y hasta
seguridad. Irónicamente, ocasionalmente se opta, en nombre de esta representación de
seguridad, infringir la privacidad. Así lo manifiesta la película Enemigo Público de 1998.

El tema primordial de esta historia es la manera de como la vigilancia exagerada por parte
de personas con acceso a esta tecnología, en este caso el gobierno, puede esgrimir para
afligir el orden social, a través del uso de la tecnología, puede estar al corriente tanto de un
individuo, que todas sus las independencias civiles son agraviadas, sin alegato legal que lo
proteja y pervirtiendo además diversos valores sociales, entre ellos la ética.

En esta película, el gobierno de Estados Unidos, a través de la NSA (Agencia de Seguridad


Nacional), plantea una Ley de Seguridad de Telecomunicaciones y Vida Privada, que les
proporcionaría la facultad legal de vigilar, entrometerse, a las personas cuando lo crean
necesario y sin obstáculo alguno para ejecutarlo. Esto envuelve la importunación a sus
llamadas telefónicas o correos electrónicos, inclusive escuchar sus conversaciones, instalar
cámaras y micrófonos en sus casas o zonas de su trabajo, todo con el fin de coleccionar
información para utilizarla, si se le supone que la persona es sospechosa o que amenaza la
seguridad de la nación.

Entonces cuando un Diputado, miembro del Congreso de Estados Unidos, se dificulta a


favorecer claramente esta ley, Thomas Brian Reynolds, una de los importantes dirigentes de
la NSA, lo manda a asesinar, para prohibir que esta persona se interponga en sus planes.
“Esta ley no es un paso hacia una sociedad vigilada, ya es tal sociedad”, dice el político en
analogía a su postura contra el decreto, quien con su frase reitera que esta oferta legal es
sólo un pretexto para auto validarse, para evidenciar una práctica común que ya se está
llevando a cabo en el gobierno, que ya en la ideología de la gente son siempre vigilados
gracias a tecnología existente y a la mano, como las cámaras ubicadas en las calles y
edificios públicos o privados. Pero aunque la práctica técnicamente es ilegal, tal lo plantea
la película y lo dicta la ley, lo único que hace falta es presentar una ley que valide una
realidad que ya se ha vuelto cotidiana, para así quitarse de encima cualquier crítica,
demanda u obstáculo, para frenar cualquier posibilidad futura de intento por detener este
tipo de programas.

Lo que Reynolds, dentro de la historia, no sabe, es que una persona grabó todo lo sucedido
con una cámara de video, quien sólo por coincidencia se topó con el crimen pues había
colocado la grabadora en un parque público porque es un aficionado del avistamiento de
aves. Resulta entonces paradójico que el promotor de la vigilancia electrónica sea víctima
de una cámara que no está en su red de control. En suma, en un mundo postmoderno todos
pueden ser vistos y observados por quienes ni siquiera imaginan, porque no los conocen.

Ahora la NSA, esgrimiendo la inteligencia de su equipo de tecnología, de vigilancia y


compilación de datos, comenzará a perseguirlo. Es en su huía y viéndose superado por los
agentes que se supone trabajan para protegerlo, este hombre le pasa el video que contiene la
evidencia a un viejo conocido, con quien se topa por error, o causalidad, Robert Clayton
Dean, un hombre que de pronto se ve envuelto en la conspiración sin tener idea.

Es la manera como esta agencia de seguridad se penetra en la vida privada del protagonista
que la película manifiesta los peligros de esta realidad, el cómo puede utilizarse la
tecnología, la vigilancia y la violación de la privacidad de forma negativa, o lo fácil que es
acceder a esta información para conocer la vida de alguien, incluidas sus debilidades, algo
que se hace posible en gran medida gracias a la automatización y digitalización de tal
información.

“Cuanta más tecnología usas, más pueden vigilar lo que haces”, dice uno de los personajes.
En la historia los agentes graban las llamadas telefónicas de las personas y siguen sus
movimientos poniendo rastreadores en su ropa, utilizando satélites y señales de onda de
radio para escuchar lo que dice y con quien hablan, y monitoreando sus movimientos a
través de cámaras de vigilancia públicas.
La tecnología, sin embargo, avanza. En la actualidad, aparte de todo esto, o
reemplazándolo, la vigilancia puede crear a través de otros aparatos modernos de uso
cotidiano, hackeando señales e información contenida en celulares y laptops, por ejemplo.
Un simple teléfono móvil permite ahora saber dónde se encuentra una persona, a través de
la geolocalización, lo mismo que permite grabar a la gente en audio y video, porque el
celular mismo ya trae cámara y micrófonos integrados. Sólo hace falta tener acceso a toda
esa información, derribando sus propias medidas de seguridad, algo no sólo
comprobablemente posible, sino viable, debido a que, según la historia plantea, el gobierno
y la industria de las telecomunicaciones trabajan juntos en el desarrollo y promoción del
uso de esta tecnología, un acuerdo con beneficio para ambas partes.

Asimismo, todo lo que tenga que ver con el terreno de las telecomunicaciones queda
inseguro, mensajes de texto, vinculación de cuentas personales de correo electrónico o de
banco, amarradas también a los dispositivos personales como los teléfonos celulares, e
incluso fotografías y videos subidos a la red, tanto a los canales públicos como Facebook,
Instagram o Twitter, como también a los aparentemente privados, como iCloud.

En la actualidad, todo lo que está en la red informática, en Internet, queda dispuesto a


quien pueda tener acceso a esta información, el gobierno incluido, que puede en teoría
espiar a través de sus transmisiones de vigilancia todo lo que hace una persona en el
ciberespacio. El acaparamiento de datos íntimos en la web deja a la gente expuesta a estar a
la mira, vigilada, por cualquier experto en informática, vigilancia que siempre tiene fines
perversos en tanto invade la intimidad de cada habitante.

Lo único seguro, parece ser, es estar desconectado del mundo, pero esta es una realidad
imposible, presionada por la automatización de los procesos. Ejemplo de ello en la
actualidad es que, es cada vez más común el pago de productos y servicios hecho a través
del dinero electrónico, la cotidianeidad de la comunicación vía digital, como las llamadas,
videollamadas o mensajes de texto, hasta las compras en línea o realizadas a través de una
compra-venta digital. En la película, la NSA se hace de toda esta información para invadir
la privacidad del protagonista, para aislarlo e inhabilitarlo, bloqueando sus cuentas del
banco, publicando noticias falsas sobre él, localizando su ubicación o conociendo a fondo
quién es la gente a quien pueden usar como medio para el chantaje, rastreando, grabando,
escuchando e interceptando sus llamadas telefónicas.
La información privada deja de ser privada y esto viola los derechos del hombre, a pesar de
que el fallo se justifique en nombre de la seguridad de las sociedades.

¿Quién vigila al que vigila a la gente común, a los ciudadanos?

La pregunta se plantea en la película, recalcando cómo el tener acceso a la información


personal de las personas, a través de un tipo de espionaje de este tipo, es una práctica que
viola los derechos civiles sin barreras ni límites.

La película también hace narración a la novela ‘Un mundo feliz’, de Aldous Huxley, que
trata sobre un mundo futurista utópico en el que la sociedad ha llegado a desarrollarse
aparentemente de manera próspera, por ejemplo, pobreza ni guerras, gracias a los avances
tecnológicos que han ampliado su campo de acción al conjunto de actividad productiva y
social, pero, el uso común de la tecnología, que ahora influye en todos los aspectos de la
vida de las personas, ha venido de la mano la pérdida de otras particularidades sociales
propias y necesarias para el desarrollo del hombre, como la cultura o la reflexión filosófica.

El uso común de la tecnología se convierte, de alguna forma, en el inicio de una especie de


declive social, donde la gente cree estar ‘feliz’ a pesar de vivir sin completa libertad.
Respecto al contexto en que se vive en el mundo en que se desarrolla la película, y cómo se
hace ahí el uso de la tecnología, uno de los personajes señala que se trata ya de este ‘mundo
feliz’ del que habla Huxley en su texto, cómo el mundo distópico por él descrito en su obra,
ha comenzado a convertirse en una realidad.

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