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Monición inicial, guía: Queridos hermanos, nos reunimos como una gran familia en torno
al altar de Nuestro Señor Resucitado, hoy con una intención particular:
Que nuestra Madre Santísima, y con la intercesión de Santa Teresa de Ávila, nos auxilie en
nuestra vida para poder responder siempre con amor a quien nos ha amado primero. Nos
colocamos de pie y unimos nuestro canto para dar inicio a nuestra celebración eucarística.
- Saludo inicial
- Rito penitencial
- Oración Colecta
- Liturgia de la Palabra:
- Primera lectura
- Salmo
- Segunda lectura
- Evangelio
(Luego del evangelio, el obispo se sienta en la sede preparada delante del altar, con
mitras. Quien se estime conveniente llama al candidato a recibir el ministerio de lector, por
su nombre:
Presente
Y hacen una reverencia.
- Homilía
Luego, el obispo, sin mitra ni báculo, se levanta frente a la sede preparada y la asamblea
con él. El candidato se arrodilla ante el obispo. Él con las manos juntas invita a orar:
Todos oran, por unos instantes, en silencio. En seguida el obispo concluye, con las manos
extendidas:
El lector responde:
Amén
Cumplido esto, la Misa continúa en la forma acostumbrada, o sea con la oración universal,
en la cual se hacen súplicas especiales por el lector que acaba de ser instituido.
- Oración universal:
1. Por tu Santa iglesia, para que con valentía siga proclamando el Evangelio a todos, a
pesar de las dificultades del mundo; renueva sus fuerzas y únenos a todos para que
conformemos en armonía un solo cuerpo con tu Hijo Jesucristo; trabajando juntos en el
amor y el respeto. Roguemos al Señor.
2. Por el Papa Francisco, por nuestro Obispo Fernando, por Nuestro Obispo Sergio, aquí
presente, para que fortalecidos por la gracia del Espíritu Santo continúen proclamando la
dignidad de la persona y defiendan los valores de la justicia, la verdad y la paz. Roguemos
al Señor.
3. por la fecundidad de la tierra y del esfuerzo humano, para que nadie carezca de lo
necesario para subsistir, que se vele por el cuidado de la creación, y por todos los que
gobiernan los pueblos, para que sus decisiones tiendan al bien común, al servicio de la paz
y la justicia. Roguemos al Señor.
4. Por nuestro Seminario, por sus formadores y seminaristas, por nuestra perseverancia,
para que el Espíritu Santo nos conceda el gozo de servir a la Iglesia entregando nuestra
vida por completo al Evangelio, y que algún día el Señor lleve a término la obra que en
nosotros Él comenzó; y por el aumento de las vocaciones al sacerdocio y la vida
consagrada. Roguemos al Señor.
6. Dios de misericordia y amor, ponemos en tus manos a nuestros hermanos que has
llamado de esta vida a tu presencia, en especial nuestros familiares y seres queridos, que
gocen en ti la gloria de la vida plena. Roguemos al Señor.