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Naturaleza y Cultura PDF
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Hortensia Castro*
Perla Zusman*
Resumen. En las dos últimas décadas la relación naturaleza centrar el análisis en la influencia de estas posturas en la
y cultura ha sido discutida tanto política como epistemoló- conceptualización de los riesgos y del paisaje en Geografía.
gicamente en distintos campos disciplinarios. La Geografía Finalmente se delinean algunas implicaciones políticas de
no ha escapado a esta tendencia. Es dentro de este marco estos abordajes.
que se indaga sobre algunas de las formas en que el pensa-
miento occidental ha tematizado esta relación, para luego Palabras clave: Naturaleza, cultura, paisaje, riesgo, geografía.
Abstract. The relation between nature and culture has been the influence of these positions in the conceptualization of
politically and epistemologically discussed among different risks and landscape in Geography. Finally, we discuss some
scientific fields during the last two decades. Geography has political implications of these approaches.
not escaped this tendency. Within this frame, first we pre-
sent some of the ways the western thought has dealt with Key words: Nature, culture, landscape, risk, geography.
this relationship and, second we focus our attention on
*CONICET-Instituto de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, Puán 480, 4to piso (1406),
Ciudad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: sitacastro@yahoo.com.ar; perlazusman@yahoo.es
Hortensia Castro y Perla Zusman
La modernidad ha implicado prácticas de traduc- terremoto que destruye la ciudad de Lisboa en 1755, una
“prueba de la impredecibilidad y de la fuerza destructiva
ción y de purificación que llevaron a la compren- de la naturaleza”, que va a generar un fuerte movimiento
sión de la realidad en forma dicotómica; entre crítico hacia la filosofía iluminista del tout est bien (Arnold,
otras cuestiones, indujo a escindir ontológica y 2001:59; Glacken, 1996).
auténtica, bella y sublime (la primigenia) versus una ambientales con la historia del capitalismo; así, la
naturaleza falsa o artificial (aquélla transformada explotación social también tendría su correlato en
por el hombre), al campo versus la ciudad, y, en la explotación de la naturaleza, por lo que aquella
general, a la oposición entre naturaleza y tecnología dicotomía deriva hacia la versión capitalismo versus
(Aliata y Silvestri, 1994; Coates, 1998). naturaleza (O´Connor, 2001).
Los planteos modernos iluministas van a ser La dicotomía como tal, empieza a ser discutida
puestos nuevamente en cuestión hacia mediados con mayor fuerza a partir de la década de 1980, des-
del siglo XX, sobre todo entre fines de 1940 y la de varias dimensiones y aproximaciones. En primer
década de 1960, en un contexto de alarma frente lugar, aquellos planteos marxistas van sentando las
al supuesto agotamiento de recursos y la agudiza- bases para estudios que tienen como supuesto la
ción de los procesos de contaminación ambiental. construcción social de la naturaleza (más precisa-
Estas críticas a los alcances y consecuencias de las mente, de segundas y terceras naturalezas). Desde
prácticas de dominio y transformación progresivos el punto de vista epistemológico estas propuestas
de la naturaleza presentan diferentes vertientes. construccionistas se orientan a desnaturalizar la
Entre ellas cabe destacar los planteos nostálgicos naturaleza y a mostrar que nuestra aproximación
de Rachel Carson (1962) frente al abuso de pro-
ductos químicos (los “biocidas”), las exposiciones
Desde otra perspectiva, la Escuela de Frankfurt extiende
catastrofistas de Paul Ehrlich (1968) acerca de la
“bomba demográfica” y la finitud de los recursos su crítica a la razón instrumental −instaurada con la Ilus-
tración− hacia el fracaso del proyecto político por el cual la
naturales y, ya entrada la década de 1970, las alar- dominación de la naturaleza llevaría a la sociedad a alcanzar
mas del primer informe del Massachusetts Institute of paz social y abundancia material. La supremacía de la racio-
Technology (Meadows, 1972) acerca de “los límites nalidad de la técnica habría actuado como una especie de
del crecimiento”. También es necesario señalar los boomerang que se expresó en el ascenso del nazismo y en los
planteos críticos elaborados desde los países perifé- campos de concentración. La dominación de la naturaleza
como el “otro” derivó en la dominación de “los otros”. La Es-
ricos, como el informe de la Fundación Bariloche cuela de Frankfurt propone el desarrollo de una racionalidad
(Herrera, 1977), que van a cuestionar el universa- alternativa que otorgue mayor protagonismo a los sentidos
lismo simplificador de los planteos anteriores (“la de la vida y que entable una relación de diálogo entre la
humanidad como una fuerza que amenaza la habi- sociedad y la naturaleza. Desde la perspectiva de Harvey
(1996) la crítica a la razón instrumental de este movimiento
tabilidad de la Tierra”, “la nave Tierra, un espacio político-intelectual tuvo repercusiones en la articulación
cerrado”) y centrar su atención en el desigual acceso del pensamiento ecofeminista, ya que permitió establecer
y uso de los recursos y las tecnologías. En síntesis, vínculos entre la dominación de la naturaleza −basada en
unas y otras aproximaciones mantienen el planteo una perspectiva de la ciencia racional y masculina− y la de
dicotómico de base pero se diferencian en la defini- la mujer (Braidotti, 2000).
David Demeritt (2002) realiza una crítica a estas perspec-
ción de los términos de la oposición: el hombre o la
tivas por no diferenciar entre el proceso de construcción
humanidad contra la naturaleza, por un lado, y los material y el conceptual. Desde su punto de vista, el propio
países desarrollados o los sectores de alto consumo término “construcción” lleva a oscurecer la relación entre el
versus la naturaleza (y el resto de la humanidad). proceso y el resultado. Este problema epistemológico tiene
A esos cuestionamientos cabe incorporar ciertas consecuencias políticas que pueden resumirse en la siguiente
explicaciones de base marxista surgidas también pregunta: ¿qué tipo de naturaleza está sujeta a qué tipos de
construcciones y con qué consecuencias? Desde el punto
en la década de 1960, que vinculan los problemas de vista de Castree (2003:205), Demeritt nos permite com-
prender las secuelas de este tipo de problematizaciones en su
En este contexto la Naturphilosophie alemana quiebra estudio de la construcción del conocimiento científico en
con esta separación sociedad-naturaleza, ya que supone la torno al calentamiento global. A través de una metodología
subsunción armónica del hombre al cosmos. Esta armonía, que hace recordar a la perspectiva latouriana de análisis de
que otorga un lugar primordial a la comprensión como las prácticas de laboratorio, Demeritt reconoce ciertos actos
forma de conocimiento, habría dejado de ser percibida de purificación en los modelos climáticos y entre los meteo-
como tal por la artificialidad de la vida cotidiana (Aliata y rólogos que buscan despojar al cambio climático global de
Silvestri, 1994:85). los intereses sociales involucrados.
Se trata de un enfoque para el cual no sólo es que desarrolla una crítica a las premisas funciona-
central el concepto de percepción sino también listas y, sobre todo, a la posibilidad de trasladar o
el de adaptación, entendido como la capacidad o extrapolar los postulados teóricos y metodológicos
habilidad de un grupo social de ajustarse a cambios de la Ecología Humana a otros contextos sociales,
en su entorno natural. También se introducen distintos al estadounidense o al británico (Ribas
otros conceptos que persistirán aun bajo enfoques y Saurí, 2006). Ese planteo, organizado con base
posteriores, como el de riesgo natural, que alude a en una perspectiva materialista histórica, discute
aquellos elementos del medio físico y biológico no- la concepción de los desastres como resultado de
civos para el hombre y causados por fuerzas ajenas a fallas en la adaptación de los hombres a los riesgos
él (Burton y Kates, 1964, en Calvo, 1984), y el de naturales e incorpora la necesidad de estudiar las
peligrosidad del lugar, un concepto relacional que condiciones estructurales (básicamente, políticas
alude a la asociación en un determinado espacio de y económicas) que determinan esos problemas; en
riesgos naturales y creados por el hombre (Hewitt términos de Hewitt (1983:25):
y Burton, 1971).
En síntesis, esta perspectiva retoma el planteo … las causas, los rasgos internos y las consecuencias
dicotómico al sostener que en la generación de [de un desastre natural] no son explicadas por las
los desastres intervienen tanto factores naturales condiciones o el comportamiento peculiar ante
como humanos, pero coloca el foco de atención eventos calamitosos. Más bien dependen del orden
en el componente humano, más precisamente social, las relaciones cotidianas ante el hábitat y las
en los factores psicológicos y socioculturales que amplias circunstancias históricas que moldean o
se reducen aquí a percepciones, elecciones y res- frustran estas cuestiones.
puestas individuales. Asimismo, se distancia de
la perspectiva fisicalista al evitar el reduccionismo Las ideas y aportes más destacados parten de
natural y al entender a los desastres como resultado un grupo de investigadores ligados a la Disaster
de las condiciones y actividades normales de una Research Unit de la Universidad de Bradford (Ingla-
comunidad, y no como expresión de una situación terra), entre los que se encuentran Ben Wisner, Ken
extraordinaria (Ibid.). Westgate y Phil O’Keefe. El argumento esencial de
Esta aproximación tiene un importante de- esta propuesta es que los desastres son el resultado
sarrollo entre las décadas de 1940 y 1970, sobre de procesos económicos y sociales globales, regio-
todo en la Geografía anglosajona (tanto en la nales y locales, que crean condiciones de existencia
norteamericana como en la británica, aunque más humana insostenibles frente a los eventos naturales
tardíamente en esta última), y se convierte en una extremos. Según Lavell (2005:11), para entender
pieza angular de la Geografía de la Percepción y el las raíces del enfoque desarrollado en la Universidad
Comportamiento (Unwin, 1995; Ribas y Saurí, de Bradford:
2006). En parte, esta propuesta pervive en ciertos
trabajos actuales, que mantienen algunos de esos es necesario resaltar algunas características de sus
conceptos y estrategias, como los de riesgo natural autores principales. Primero, eran geógrafos o
y adaptación, o que buscan integrarlos en otras profesionales cercanos a la geografía social y eco-
perspectivas, de carácter estructuralista, como se nómica, con un interés en las relaciones hombre-
verá más adelante (Calvo, 1997; Anneas de Castro, naturaleza y sus formas de expresión en el terri-
2000). torio. Segundo, varios de ellos formaban parte de
la corriente de la geografía radical, marxista, que
De lo humano a lo social y de los desastres surgía con fuerza después de las revueltas estudian-
a los riesgos tiles en París y otros lugares durante 1968, y que
Hacia la década de 1970 se va conformando un tuvo como expresión escrita la revista de Geografía
nuevo planteo sobre la cuestión de los desastres, co- Radical, Antípode. Tercero, trabajaban principal-
nocido como “Economía Política de los Desastres”, mente sobre temas de desarrollo rural en África.
La importancia de las sequías en términos de las o, al menos, reducirla o mitigarla; por eso, otro
zonas rurales fue el punto de entrada al problema concepto clave en esta propuesta es el de riesgo,
global de los desastres. sobre el que sostienen:
Fundamentalmente, desde esta perspectiva se el riesgo afrontado por la gente debe considerarse
plantea que el problema de los desastres es el de como una combinación compleja de vulnerabilidad
la vulnerabilidad humana: gran parte de los fenó- y amenaza o peligro. Los desastres son el resultado
menos naturales extremos no pueden ser evitados de la interacción de ambas cosas; no hay ningún
pero sí que se puede reducir la vulnerabilidad riesgo si hay amenaza pero la vulnerabilidad es cero
de la población a esos peligros. De esta manera, o si hay una población vulnerable pero ningún
se sustituye el concepto de adaptación, eje de la evento catastrófico (Ibid.:45).
perspectiva funcionalista, por el de vulnerabilidad,
“en referencia a los distintos niveles de exposición En síntesis, este enfoque también mantiene
que presentan las diferentes clases sociales al riesgo” un planteo dicotómico de la cuestión: las vulne-
(Ribas y Saurí, 2006:288).11 Posteriormente se irán rabilidades sociales, por un lado, y las amenazas o
incorporando otros elementos, además de la estruc- peligros naturales, por otro. Claramente la atención
tura de clase, en la definición de la vulnerabilidad, está centrada en la configuración de las condiciones
tales como casta, etnicidad, género y edad; también de vulnerabilidad de la población, con lo cual se
se ha ampliado el sentido de vulnerabilidad como diluyen las referencias a los fenómenos y procesos
nivel de exposición para pasar a considerarlo en naturales, una opción que debe ser entendida como
términos de capacidad de la población para anti- formulación alternativa a los planteos fisicalistas
cipar, sobrevivir y recuperarse del impacto de una y funcionalistas dominantes hasta entonces en la
amenaza (Blaikie et al., 1996:30). disciplina, y en las ciencias en general, en relación
A fin de avanzar en el análisis de las condi- con el tema.
ciones estructurales que configuran a las vulne-
rabilidades, algunos geógrafos de esta corriente La construcción social de los riesgos
han ido elaborando diferentes modelos, como el y las amenazas naturales
de Presión y Liberación de los desastres o el de Aquel planteo de la Economía Política de los
Acceso a Recursos (Ibid.). Por ejemplo, el modelo Desastres define las bases sobre las que se va a
de Presión y Liberación plantea una progresión en asentar, en gran medida, el tratamiento de los
la configuración de las vulnerabilidades, desde las riesgos y desastres hasta la actualidad. Al respecto,
“causas de fondo” (es decir, aquéllas que compren- cabe señalar la conformación de un importante
den procesos económicos, demográficos y políticos cuerpo teórico y empírico sobre América Latina,
que afectan la asignación y distribución de recursos sobre todo a partir de la década de 1980, en el que
entre diferentes grupos y que expresa, por tanto, participan tanto geógrafos como especialistas de
la distribución de poder en la sociedad) hasta las otras Ciencias Sociales (sociólogos, economistas,
“condiciones inseguras específicas” (es decir, las for- historiadores y antropólogos, principalmente).
mas concretas en las cuales se expresa, temporal y Entre las premisas de aquella perspectiva, que son
espacialmente, la vulnerabilidad de una población retomadas y compartidas por estos trabajos, se
como resultado de aquellas causas y de los procesos destacan ideas tales como “los desastres no son na-
o presiones dinámicas que generan). turales”, “la importancia de los pequeños y media-
Asimismo, desde esta perspectiva se plantea la nos desastres”, “la relación intrínseca entre riesgo,
necesidad de prevenir la ocurrencia de un desastre desarrollo y medio ambiente” y “la gestión local
del riesgo” (Lavell, 2005). Como resultado de estas
11 Dada la centralidad del concepto de vulnerabilidad en experiencias, se crea en 1992 la Red de Estudios
estos estudios sobre desastres y riesgos, este enfoque también Sociales en Prevención de Desastres (más conocida
suele ser denominado “Escuela de la Vulnerabilidad”.
como LA RED),12 con sede actual en la ciudad de te puede ser construido con el concurso integrado
Panamá y grupos filiales en casi todos los países de las ciencias sociales, básicas y aplicadas (Ibid.).
de la región. Entre las ideas clave de esta institución
y de su propuesta, interesa destacar las siguientes: Como puede observarse, los planteos de este
grupo instalan, de manera explícita, una cuestión
Las amenazas (a diferencia de los eventos o fenó- central: la construcción social (material y discursiva)
menos físicos naturales) no existen como objeti- de los desastres y los riesgos. En primer lugar plan-
vidades, analizables y medidas sin referencia a la tean la cuestión de la construcción gnoseológica o
sociedad. Su consideración solamente asume un epistemológica de las amenazas al distinguir entre
valor en la medida en que son relativizadas y vistas éstas (que implican esencialmente una definición
en función de su relevancia para la sociedad o para de potencialidad de daño) y los fenómenos natura-
sub-componentes de la misma. La amenaza sola- les (“el sustrato físico”); también señalan la multi-
mente asume tal característica (o sea, de amenaza), plicidad de miradas y sentidos que participan de la
cuando se establece una relación con un conjunto construcción del problema, aunque este planteo se
humano vulnerable. En otras circunstancias, reviste enuncia en un sentido aplicado: el reconocimiento
solamente la característica de un fenómeno físico de la multiplicidad de visiones sería una condición
que podría asumir la condición de ser una amena- para generar consenso y viabilidad a los proyectos
za, si en algún momento adquiere esa relación de y prácticas de mitigación del riesgo. En segundo
daño potencial sobre un segmento de la sociedad. lugar establecen que tanto el riesgo como el desastre
En consecuencia, las amenazas, consideradas en el son construcciones discursivas y materiales en las
marco del análisis del riesgo, no pueden estudiarse que intervienen diferentes actores e instituciones
sin referencia a la sociedad. Son realidades construi- (entre ellos, los científicos) y que tal proceso es
das socialmente, a pesar de su claro y definitorio dinámico: la concreción de desastres puede esta-
sustrato físico (Lavell, 2003:5). blecer la base para nuevas condiciones de riesgo.
Estos planteos generales, tanto los desarrollados
El riesgo no puede considerarse solamente de forma desde la Escuela de la Vulnerabilidad como más
objetiva cuando se consideran las opciones para su específicamente desde La Red, expresan el enfo-
reducción. Es sujeto de múltiples interpretaciones, que actualmente dominante en los estudios sobre
visto desde la perspectiva de actores sociales distin- riesgos en Geografía. De hecho, la mayor parte de
tos. Estas subjetividades “científicas” tienen que ser los trabajos elaborados en los últimos 15 años se
tomadas en cuenta en la medida en que se quieren centra en el análisis de la construcción social de
encontrar soluciones factibles y eficaces para los los contextos y condiciones de vulnerabilidad y, en
problemas reales o aparentes que se enfrentan particular, en la investigación acerca de cómo las
(Ibid.:6). sociedades producen los espacios riesgosos (Watts y
Bohle, 1993; Hewitt, 1996; Macías, 1998; Calde-
El riesgo es el concepto fundamental en el análisis rón, 2001). En este sentido, por ejemplo, es recu-
del problema, y no el desastre como tal. El ries- perado y revisado el concepto de “peligrosidad del
go es dinámico: es un proceso. El desastre es un lugar” (enunciado por Hewitt y Burton en 1971)
producto, lo cual no descarta que encierre nuevos aunque planteado ahora como “vulnerabilidad del
procesos de construcción de riesgo. La reducción lugar”, un concepto que involucra tanto
de la incidencia de los desastres requiere un cono-
cimiento profundo de las formas en que el riesgo se el riesgo biofísico [la exposición potencial] como
construye por parte de los actores e instituciones de la respuesta social [resistencia y resiliencia social a
la sociedad. Este conocimiento es social y solamen- los eventos peligrosos] pero dentro de un área espe-
cífica o un dominio geográfico. Esto puede referir
12 Esta institución tiene organizaciones homólogas en África al espacio geográfico, dónde están localizados la
del Sur y Asia (Peri y Durgay, respectivamente). población y los lugares vulnerables, o al espacio
social, quiénes en esos lugares son más vulnerables tanto en la vulnerabilidad como en la amenazas.
(Cutter, 1996:533). Obviamente, hay determinadas amenazas, como
las erupciones volcánicas o los terremotos que, apa-
Mientras que la mayor parte de los trabajos rentemente, pueden ser más naturales que sociales.
indaga sobre la construcción material del riesgo, Sin embargo, hasta amenazas de este tipo, a menu-
algunos focalizan la atención en su construcción do, manifiestan una fuerte configuración social. La
simbólica. En ese sentido cabe destacar los estudios amenaza sísmica, por ejemplo, puede aumentarse
que confrontan las miradas hegemónicas (guber- mediante procesos como el drenaje y relleno de
namentales y/o científicas) con las de las víctimas terrenos pantanosos, como en la ciudad de México.
o posibles afectados por desastres; la distinción de
Hewitt (1996) entre las “visiones desde arriba” y las Hibridez e incertidumbre:
“visiones desde abajo” son paradigmáticas de esta ¿dos signos de los riesgos posmodernos?
aproximación. También cabe destacar los estudios Dos temas centrales a los planteos deconstructivis-
que se centran en las percepciones y representa- tas posmodernos se han instalado desde hace unos
ciones de la población local acerca del riesgo (“los años en los estudios sobre riesgos desarrollados en
imaginarios de la población”), fundamentalmente Geografía: los de hibridez e incertidumbre.
para comprender sus decisiones (de localización, de Se plantea, por un lado, que:
uso de recursos, etc.) o para reconocer sus conoci-
mientos e incorporarlos en estrategias alternativas … las amenazas naturales son cada vez más com-
de gestión (Mocellin y Rogge, 1996 y Lavell, 2003, plejas debido a que se están volviendo menos
entre otros). `naturales´. Esto no necesariamente significa que
En síntesis, puede advertirse la consolidación los componentes no-humanos de las amenazas han
de un enfoque centrado en la construcción social cambiado dramáticamente, sino que más bien es
de los riesgos, las vulnerabilidades y las amenazas. reflejo del continuo crecimiento de la importancia
Sin embargo, esto no deriva en una pérdida de del elemento humano. La gente ha contribuido
interés o negación de los fenómenos “ajenos a la siempre a las amenazas naturales, pero ahora el
voluntad humana”, como sí ha sucedido en relación componente humano ha generado nuevos tipos
con otros temas organizados en torno a la premisa de amenazas tales como aquellas generadas por
“todo es social” (Philo, 1999). En este enfoque, el cambio global del medio ambiente (Mitchell,
la construcción social de las amenazas o peligros 1996:52).
naturales busca destacar las condiciones (históricas
y geográficas) de producción de la potencialidad Dada esta emergencia de nuevas combinaciones
de daño, pero mantiene la necesidad de reconocer de amenazas naturales y tecnológicas, ante las cuales
y estudiar los fenómenos naturales que pueden la frontera entre unos y otros fenómenos es cada
convertirse en amenazas. En relación con ello, y vez más difusa, se apela a la idea de hibridez; en
como una estrategia para discutir y avanzar sobre términos de Ribas y Saurí (2006:290), “los riesgos
el planteo dicotómico naturaleza-sociedad, Mas- ambientales se conciben cada vez más como una
krey (1998:15) ha presentado lo que denomina construcción social donde el clásico dualismo
un enfoque holístico, centrado en el concepto de naturaleza-sociedad se substituye por una caracte-
escenario de riesgo: rización `híbrida´”.
Este planteo contiene, de hecho, una crítica a los
a diferencia del modelo de “presión y liberación”, enfoques teórico-conceptuales y a las estrategias de
que insinúa que los procesos sociales no influyen gestión modernas. Según Mitchell (1996:54):
sobre las amenazas, en el modelo de escenarios de
riesgo las amenazas están ubicadas en la confluen- en los últimos años los estudiosos de riesgos y
cia de los procesos sociales y naturales. En otras desastres han reconocido la necesidad de crear
palabras, los procesos sociales y naturales influyen estructuras interpretativas más amplias que las
hoy existentes. Esto ha producido algunas críticas sostiene, una cualidad incierta (que Beck sólo re-
mordaces a preceptos como el retorno al equilibrio serva para los riesgos contemporáneos) y, por otro,
(“normal”) después del desastre, el uso de infor- porque los riesgos pueden ser calculados a través
mación científica acerca de riesgos en la toma de de su transformación, entre otras, por la industria
decisiones, y el rol de la incertidumbre y el stress del seguro; en ese sentido, concluye que las “fallas
en el manejo del riesgo. en la gestión ambiental ocurren, no porque los
riesgos ambientales han agotado las posibilidades
Sin embargo, se observa en la disciplina muy de manejo tecnocrático, sino por una particular
pocos trabajos que indaguen sobre la construc- construcción de la racionalidad económica elabo-
ción de los riesgos híbridos; de hecho, en muchos rada por los agentes políticos” (Ibid.:204-205), que
trabajos que plantean estas cuestiones se continúa incluye –entre otros aspectos– la devolución de la
utilizando para el estudio empírico la distinción regulación al sector privado.
entre amenazas naturales y tecnológicas o, incluso, En síntesis, estos planteos incorporan la cues-
se mantiene la expresión “riesgo natural” (Calvo, tión de la difuminación de la dicotomía naturaleza-
2000; Ribas y Saurí, 2006). sociedad, tal como la ha conceptualizado el pensa-
Por otro lado, y vinculado a la discusión sobre miento moderno. Ahora bien, esta incorporación
la emergencia de riesgos híbridos, se ha instalado el es visible en los estudios teórico-conceptuales sobre
debate y análisis acerca de la (aparente) dificultad riesgos, mientras que está prácticamente ausente
de definir y medir las condiciones de riesgo. Se en los trabajos de carácter aplicado. Asimismo,
postula, entonces, la cuestión de la incertidumbre, también cabe señalar que la discusión sobre la
es decir, la imposibilidad de “establecer una pro- cuestión riesgo-incertidumbre instala –en sus dos
babilidad respecto a qué va a ocurrir –aunque sólo variantes– la dimensión política, en particular acer-
sea una aproximación, aunque sea una estadística” ca de quiénes controlan el riesgo, quiénes producen
(Natenzon, 2003:3). Se retoman, así, los planteos y se benefician de la incertidumbre y qué brechas se
de Beck (2000 y 2002) acerca de las metamorfosis abren hacia una participación más democrática.
del peligro (un peligro difícil de delinear o contro-
lar) y las nuevas formas de incertidumbre (las “in-
certidumbres manufacturadas”), originadas a partir Los estudios sobre
de que la naturaleza se vuelve cada vez más indus- paisaje en Geografía:
trializada. Según Natenzon (2003) la cuestión de la Ambigüedad de la relación
la incertidumbre se vincula con la distribución del naturaleza-cultura
poder, por lo cual su campo de definición y acción
es la política; escapa, por lo tanto, de los alcances Desde las perspectivas elaboradas históricamente, la
de la ciencia pura para incorporar los de la ciencia idea de paisaje encontró en las vinculaciones entre
pos-normal, en la que “los intereses en juego son lo natural y lo cultural, lo subjetivo y lo objetivo, lo
múltiples y legítimos, pero parciales, requiriéndose material y lo representacional el núcleo de su con-
de un juego participativo para que cada uno decida ceptualización. El análisis de estas vinculaciones,
con el mayor conocimiento posible, qué riesgo y a partir de los trabajos realizados desde la década
qué incertidumbre aceptar” (Ibid.:6-7). de 1920, nos ofrece un abanico de posturas: desde
Tales planteos sobre la emergencia de una “so- aquéllas que priorizan el estudio de los aspectos
ciedad de la incertidumbre” están siendo discutidos físicos y consideran a lo humano un factor más en
en Geografía, aun desde un enfoque deconstruc- su caracterización, hasta aquéllas otras que consi-
tivista. En sintonía con los planteos de Latour, deran que se trata de una construcción social a la
Bennett (1999), por ejemplo, considera que la idea cual queda subsumida la idea de naturaleza; desde
de transición entre una era de riesgos calculables estos últimos estudios, en particular, el paisaje
y una de riesgos inciertos es problemática: por ha sido concebido como mirada, como texto o
un lado, porque los riesgos siempre han tenido, como una experiencia eminentemente vivencial.
Finalmente, existen propuestas recientes, como la sociedad y donde importa analizar las interaccio-
planteada por Sara Whatmore, que exploran las nes entre los aspectos temporales y espaciales y sus
contribuciones Bruno Latour para la concepción componentes (flora, fauna y elementos culturales).
híbrida del paisaje y que entran en confrontación Dentro de este marco, Gómez Sal (2006) interpreta
con las propuestas formuladas desde una supuesta dos estrategias de análisis. La primera, prevaleciente
muerte de los paisajes. en los estudios realizados en América Latina, consi-
dera que, en tanto unidad para la gestión ambien-
El paisaje como conceptualización integradora tal, el paisaje permite captar la heterogeneidad de
en los estudios ambientales un territorio no estructurado, que “se organiza por
A partir de la década de 1970, en pleno auge de la manchas que se expresan y despliegan formando
Teoría de Sistemas, algunos geógrafos consideraron `mosaicos´ y por estructuras lineales (pasillos o
que esta propuesta interpretativa podía servir para corridors) que crean `redes´” (Ibid.:87-88). La
analizar las relaciones entre los elementos compo- segunda, desarrollada en la Europa mediterránea,
nentes del paisaje. A través de esta perspectiva se analiza la complejidad de los ecosistemas (clima, li-
buscaba otorgar al concepto de paisaje un carácter tología, suelos y vegetación) en concomitancia con
objetivo y operacional, a la vez que despojarlo de la acción humana que ha modelado estos ambientes
su fuerte raigambre cultural y de sus componentes para su uso, particularmente agrícola.
subjetivos. La perspectiva sistémica derivó en dos
tendencias. La primera, asociada a la propuesta del Las ideas sobre los agroecosistemas, las formula-
geógrafo alemán Carl Troll, buscó realizar un análi- ciones sobre percepción y afectividad respecto del
sis integrado de las relaciones entre las condiciones paisaje, y los tratados en los que se nos presenta
biológicas y climáticas. De esta manera, el análisis un paisaje confeccionado por el trabajo y cercanía
sistémico permitía dar cuerpo a la perspectiva de los seres humanos, serían ejemplos de esta ten-
holística propuesta para el proyecto de ecología dencia (Ibid.:88).
del paisaje que aquel geógrafo había planteado
en 1939. La segunda, desarrollada en el ámbito Se mencionó anteriormente que la perspectiva
francés, concibió al paisaje como un geosistema sistémica en el ámbito francés influenció en el de-
abierto “conectado con su entorno por los cambios sarrollo de la propuesta metodológica de Georges
de materia y energía [que] funcionan según las leyes Bertrand fundada sobre tres conceptos espacio-
generales de la termodinámica y de la geoquímica” temporales: geosistema, territorio y paisaje. En
(Frolova y Bertrand, 2006:263). Mientras que verdad, la perspectiva teórico-metodológica de Ber-
la primera propuesta trascendió el ámbito de la trand encuentra sus pilares en el concepto de
Geografía y llevó a la constitución del campo de geosistema soviético, en la ecología norteame-
investigaciones en Ecología del Paisaje, consoli- ricana y en la escuela alemana del paisaje. Desde la
dado en la década de 1980 (Vila et al., 2006), la perspectiva de este geógrafo francés, el tratamiento
segunda desembocó en los estudios de Georges de la relación sociedad-medio requiere trabajar no
Bertrand sobre Geosistema, Territorio y Paisaje (en con un único concepto sino con un conjunto que
adelante, GTP), desarrollados en la década de 1990. actúe a la manera de “una caja de herramientas”
Siguiendo el planteo de Forman y Gordon,13 los (Mendizábal et al., 2007). Mientras que la noción
estudios de Ecología del Paisaje hoy consideran al de geosistema permite abordar la estructura y
paisaje como un ecosistema en el que participa la funcionamiento biofísico de un espacio geográ-
fico con las modificaciones llevadas adelante por
el “factor antrópico”, la idea de territorio da pie
13 La bibliografía suele presentar como orientadores de estas
para un tratamiento asociado a la organización y
propuestas analíticas a los textos de Forman RTT (1995),
Land Mosaics. The ecology of landscapes and regions, Cambrid- funcionamiento socioeconómico. Finalmente, el
ge, University Press, y de Forman RTT, Gordon, M. (1986), paisaje da cuenta de los aspectos socioculturales
Landscape Ecology, John Wiley and Sons, Nueva York. del “sistema ambiental” (…)
que provienen de la conversión del medio ambiente la propuesta de Sauer implica una inflexión en
en un recurso en el acto de percepción o del uso relación con la perspectiva vidaliana, en la medida
directo (ressourcement) y se basa en el proceso de que desde la lectura de esta línea de trabajo de la
`artealización´14 (Frolova y Bertrand, 2006:266). Geografía francesa la relación hombre-naturaleza
ofrece características distintivas a las regiones y
En ambos casos, la idea de paisaje interpretada éstas se visualizan a través del paisaje (Nogué,
desde la teoría de los sistemas sitúa al componente 2005:176). En lugar de equiparar ontológicamente
humano como un elemento en igualdad de jerar- al hombre con la naturaleza, Sauer tomó como eje
quía a los geológicos o climáticos y con la misma de su análisis la comprensión del papel de la cultura
capacidad de alteración del ambiente. A partir –expresada tanto en los elementos tangibles como
de eso interesa inventariar, describir, analizar y intangibles– en la configuración de los paisajes. Al
comparar los paisajes. El estudio a nivel morfo- respecto señalaba:
lógico ocupa un importante lugar tanto para el
conocimiento de las propiedades físicas como de la tarea de la geografía se concibe como la de esta-
su dinámica. Sin embargo, tanto desde los estudios blecer un sistema crítico que abarque la fenome-
de la Ecología del Paisaje como los relacionados nología del paisaje, con el propósito de aprehender
con la propuesta de GTP de Georges Bertrand, se en todo sus significados y color la variedad de la
reconoce un momento en que “lo humano” debe escena terrestre (Sauer, 1925:5).
ser analizado particularmente. En el primer caso, a
partir del análisis de la percepción, lo que implica Lo cual quiere decir que la cultura de los dife-
adoptar criterios como los de “preferencia, afecti- rentes grupos sociales se expresa en las formas visi-
vidad y valores del paisaje” (Gómez Sal, 2006:87). bles; son ellas las que permitirán realizar un aporte
En el segundo caso, el análisis del paisaje permite a los estudios de historia cultural a partir del análisis
estudiar los conflictos –denominados contradic- genético del pasaje, del natural al cultural.
ciones por Bertrand– entre la conservación de los Las primeras críticas a las posturas sauerianas
paisajes tratados como naturales y sus usos sociales, se dirigieron al carácter morfológico de su análisis
particularmente cuando aquéllos son objeto de y desplazaron el foco de interés hacia el estudio de
transformación a partir de los intereses exclusivistas las percepciones, actitudes y valores que resultan
de algunos sectores sociales (Frolova y Bertrand, del vínculo de la cultura con el entorno (Tuan,
2006:267). 2007). En un sentido similar, algunos trabajos
iniciales de David Lowenthal han analizado las
La preeminencia de la cultura en el estudio actitudes que provocan los paisajes, partiendo de
de los paisajes entender que las motivaciones económicas, recrea-
Como se decía anteriormente, el concepto de pai- tivas, ecológicas o estéticas, aproximan a distintos
saje fue trabajado frecuentemente en la Geografía sujetos a los paisajes. Sin embargo, este geógrafo-
con una connotación diferenciada de aquella plan- historiador norteamericano reconoce la dificultad
teada por los estudios de Ecología del Paisaje y del de identificar gustos representativos en torno a los
GTP, en la que el análisis de la cultura ocupaba un mismos, observando entonces ciertas divergencias
importante lugar en el proceso de su formación. entre la opinión de los “expertos” y la del “público”
El estudio de la Morfología del paisaje (1925) de (Lowenthal, 2008:26).
Carl Sauer es una muestra de ello.15 En realidad,
Otro conjunto de trabajos complementan la les (genius loci); (Nogué, 1985; Martínez de Pizón,
crítica al estudio de las formas visibles con aqué- 2009; Ortega Cantero, 2004; Goméz Mendoza,
llas que se dirigen a la concepción saueriana de la 2006; Roma i Casanovas, 2004).
cultura como un superorgánico “con poder causa- La perspectiva posmoderna ha dejado su huella
tivo y status ontológico propio” (García, 1985:16). en los estudios de paisaje orientados a desconstruir
La perspectiva saueriana, inspirada en los aportes la significación social de las formas de representa-
de los antropólogos de la Escuela de Berkeley –en ción y simbolización de los entornos. En este marco
particular en Alfred Kroeber–, es acusada de aislar se inscriben los trabajos de James y Nancy Duncan
lo cultural de los procesos históricos, políticos y (2001) que consideran al paisaje como texto que, al
económicos. En contraposición a Sauer, Denis relacionarlo con el contexto, puede ser decodificado
Cosgrove se detiene en el estudio de las represen- y dar cuenta de sus múltiples sentidos; también los
taciones artísticas –y particularmente pictóricas– a estudios de las geógrafas feministas que encuentran
partir de concebirlas como artefactos culturales que en las representaciones del paisaje y su disrupción
dan cuenta de las relaciones de las sociedades con una estrategia para poner en cuestión la mirada
la tierra. De esta manera Cosgrove (1998) entiende masculina presente en la sociedad y, en particular,
que el desarrollo del paisaje, como género pictóri- en las representaciones pictóricas (Rose, 2001).
co, se vincula a los requerimientos simbólicos de Cabe destacar que tanto las interpretaciones de
ciertas clases sociales en ascenso en determinadas Cosgrove como las de James y Nancy Duncan o la
formaciones sociales, como por ejemplo la bur- de las geógrafas feministas suponen la construcción
guesía mercantil urbana de la Italia Renacentista. social del paisaje tanto en términos epistemológicos
Esta primera interpretación de Cosgrove deriva en como en términos materiales.
una propuesta que, influenciada por los aportes de
Raymond Williams y John Berger y por un marco Los paisajes no sólo están ‘allí’, en el terreno, sino
epistemológico posmoderno, considera que el pai- que además son socialmente construidos dentro de
saje es la construcción histórica de miradas más que un juego complejo y cambiante de relaciones de
la imagen de un objeto (Cosgrove, 2002). poder, como las de género, clase, raza, preferencias
El desarrollo de esta perspectiva en el ámbito sexuales u otras diferencias sociales Rose et al.,
anglosajón es concomitante a líneas de trabajo 1997:176.
construccionistas que se desenvuelven en los
ámbitos italiano y español que buscan quebrar la Cabe señalar, además, que la propuesta que
visión morfológica, racional y objetiva del paisaje. basa el análisis del paisaje en el estudio de las
Estas propuestas, además, recuperan la tradición representaciones pictóricas fue puesta en cuestión
humboldtiana al plantear que en la concepción por otra línea de trabajo también constructivista,
moderna del paisaje confluyen elementos estéticos que planteó la necesidad de recuperar el proceso
y científicos (Minca, 2008). En términos de Ortega de producción cotidiana del paisaje. Esta postura,
Cantero (2004:16) desarrollada más que todo en la Antropología y
la Arqueología, sostiene que mientras se enfatiza
la convergencia de razón y sentimiento, la de la la acción de los sectores dominantes –quienes no
explicación naturalista y de la comprensión cul- sólo representan el paisaje sino que, al mismo tiem-
tural es uno de los rasgos más sobresalientes del po, lo producen–, se invisibiliza a aquellos cuyas
paisajismo moderno. perspectivas entran en colisión con dicha forma
dominante. Hirsch y O’Hanlon (1995) proponen
En relación con ello, se elaboran trabajos que responder a esa “noción elitista occidental” a partir
identifican las contribuciones de los movimientos de la elaboración de un concepto de paisaje más
artísticos, del excursionismo y de las actividades abarcativo en cuanto a los sujetos involucrados en
científicas de exploración en la construcción de los la construcción. Así, el paisaje sería una noción
paisajes representativos de las identidades naciona- que da cuenta de la forma en que las personas
–todas– comprenden y se insertan en el mundo tumbas anónimas del desierto californiano (Mit-
material que los rodea. En este mismo sentido se chell, 2007).
sostiene que: En síntesis, desde los análisis morfológicos del
paisaje promovidos por Carl Sauer hasta aquellas
si reconocemos que la forma en que las personas perspectivas recientes que ponen el énfasis en el
están en el mundo es siempre histórica y espacial- estudio de los procesos de construcción represen-
mente contingente, se desprende que los paisajes tacional o de producción cotidiana de los paisajes,
están siempre en proceso (open-ended), (Bender, se constata un desdibujamiento de lo natural por
2001:3). la preeminencia de lo cultural; en todo caso, como
se señalaba en el primer apartado de este trabajo,
Por lo tanto, y en oposición a la noción clásica son los intereses e imágenes de los sujetos los que
que sostiene el carácter armónico de los paisajes, acaban construyendo la naturaleza a través de
algunos autores plantean que éstos son potencial- imágenes, discursos e ideas.
mente conflictivos, incómodos y desordenados.
Esta postura que defiende la construcción coti- Muerte de los paisajes, ¡vivan los paisajes!
diana de paisajes encuentra su correlato en algunos A fin de poder otorgar la misma capacidad de inte-
estudios de la Geografía que, con raigambre en la racción a la cultura y a la naturaleza en el proceso de
perspectiva fenomenológica, analizan los procesos definición de los paisajes, Sara Whatmore sostiene
de construcción cotidiana de paisajes, en términos la necesidad de considerar que los paisajes no son
de las vivencias y representaciones que se estable- constituidos sólo a partir de representaciones sino
cen en torno a los mismos (Nogué, 1985 y 2007; a través de la participación de los cuerpos –no sólo
Lindón, 2007; Hiernaux, 2007). humanos– en el mundo. En este sentido plantea,
Ahora bien, más allá del debate entre las pers- siguiendo la propuesta de la Teoría del Actor-Red
pectivas “elitistas” o “populares” del paisaje,16 la de Latour, que los paisajes son “co-fabricados por
ruptura epistemológica con el análisis morfológico cuerpos que no son sólo humanos” (Whatmore,
abrió la posibilidad de multiplicar conceptual y 2006: 603), y donde la fuerza de la vida (livingness)
materialmente la construcción de paisajes. Así, actúa como energía que garantiza la conexión entre
algunos análisis recientes van en la búsqueda de los mundos (los aspectos geofísicos) y los cuerpos
aquellos paisajes usualmente invisibles para la (entre ellos, los humanos). Así, la relevancia dada
mirada del especialista, desde aquéllos construidos a la fuerza de la vida significa priorizar los afectos
subjetivamente, como los paisajes del miedo de las y las múltiples dimensiones sensoriales por sobre
barriadas populares de México (Lindón, 2007), los significados de las acciones (Ibid.). Este planteo
hasta aquéllos que expresan las desigualdades del de Whatmore conlleva una propuesta de hibridez
capitalismo agrario y la explotación de la mano distante de aquella que hoy es efectivamente traba-
de obra del migrante, como los cementerios con jada en los estudios del paisaje (Nogué, 2005, 2007;
Zusman, 2008). De hecho, estos últimos trabajos
no exploran el encadenamiento entre naturaleza,
16 Esta división entre perspectivas elitistas y populares −o, cuerpos (humanos y no humanos) y emociones.
desde el punto de vista epistemológico, entre interpreta- En contraposición, consideran que los paisajes son
ciones iconográficas y fenomenológicas− puede observarse
también en algunos de los debates que se dan en el contexto
inherentemente híbridos porque desde el punto de
francés. Así parecería haber cierta división de aguas entre vista epistemológico se construyen a través de ma-
aquellos preocupados sobre los orígenes del sentido del pai- terialidades y representaciones, a través de procesos
saje en la sociedad europea, asociándolo a su cultivo como racionales y emocionales, a partir de las múltiples
género artístico (Berque, 1994; Roger, 2007) y aquellos otros miradas –a veces conflictivas entre sí– que guían
que consideran que, más allá de que no existiera una palabra
para designarlo, el sentido del paisaje se hacía presente en la relación entre mundo y espectador. Desde el
la forma de uso de los recursos o la búsqueda del goce de la punto de vista material, la hibridez se asociaría a los
naturaleza (Luginbühl, 2008). múltiples procesos (globales y locales, económicos,
sociales, políticos, científico-técnico) que también de normativas globales17 o locales. En todos estos
definen los paisajes. casos, la necesidad de preservación de una supuesta
Ahora bien, en contraposición a la difumi- naturaleza en vías de extinción no hace más que
nación del papel de la naturaleza en esta última acentuar el carácter cultural del nuevo objeto paisa-
concepción de la hibridez, la naturaleza reaparece, je y distanciarlo del tratamiento híbrido propuesto
esencializada, en el debate paisajístico actual a la por Sara Whatmore.
hora de plantear la necesidad de proteger ciertas
áreas frente a las acciones territoriales transforma-
doras de las distintas formas del capitalismo global. Reflexiones finales: sentidos
Entonces, las preocupaciones paisajísticas se hacen e implicancias políticas
eco de aquéllas que circulan en torno a las posturas Este trabajo ha intentado indagar acerca de los
que declaman la muerte de la naturaleza. planteos que, sobre la cuestión naturaleza-cultura,
han venido desplegando los estudios sobre riesgos
Domesticada, y con frecuencia arrasada, por las y paisajes en Geografía. Si bien el foco de atención
demandas crecientes del capital internacional, nada ha sido puesto en aquella cuestión, se ha observado
quedaría de la naturaleza que la modernidad no que los términos implicados presentan variaciones:
haya de algún modo transformado o corrompido hombre o sociedad, en vez de cultura, en algunas
(Nouzeilles, 2002:11). perspectivas sobre riesgos; medio o ambiente,
en vez de naturaleza, en algunos abordajes sobre
Estas mismas prácticas han derivado, también, paisaje. Al respecto se ha preferido mantener los
en otra discusión de carácter más cultural y que términos en sus expresiones históricas –y evitar
se asocia a la homogeneización de las formas y en traducciones anacrónicas– e incluirlos en el análisis
la pérdida de aquellas referencias identitarias del por entender que aluden, de manera central, a la
paisaje. Nogué describe este proceso como otra ma- discusión acerca de lo específicamente social y lo
nifestación de la crisis de representación, dada por: específicamente natural.
Al analizar comparativamente los temas se ob-
el abismo cada vez mayor entre el paisaje arque- serva la importancia de los planteos dicotómicos en
típico transmitido de generación en generación y los estudios sobre riesgos: la inclusión de los fenó-
el paisaje real, cada vez más homogéneo y banal, menos naturales extremos (que pueden derivar en
sobre todo en las periferias urbanas y en las áreas amenazas) llevaría a la conservación de la dicotomía
turísticas (Nogué, 2007:379). –a pesar de las invocaciones sobre la hibridez de
esos fenómenos. Esta situación no se observa en el
Ambos análisis desembocan en la afirmación caso de los estudios sobre paisaje: allí el núcleo del
de la muerte de paisajes, una defunción que, como concepto sería la interacción, y no la separación.
la de la naturaleza, se observa simultáneamente al Sin embargo, la hibridez de los paisajes se construye
proceso de trivialización: desde elementos netamente culturales y no tanto
del diálogo entre cultura y naturaleza.
Todo es paisaje: los terrenos naturales y agrícolas; Asimismo, se constata que, en gran medida,
las ciudades con sus calles y plazas, sus parques y los abordajes sobre riesgos y paisajes oscilan entre
jardines, y también sus edificios; las industrias y la naturalización de la apropiación y uso de la
las infraestructuras; las minas y las canteras; los naturaleza (y de las prácticas socioculturales) y la in-
restos arqueológicos de todo tipo (Salvatierra, visibilización de la naturaleza.
2008:11).
17 Aquéllos promovidos por la Convención Europea del
A ello se suma la proliferación de paisajes Paisaje (2000) o aquéllos patrimonializados como Paisajes
nuevos como aquéllos definidos por un conjunto Naturales o Culturales de la Humanidad bajo la normativa
de la UNESCO.
Ahora bien, unos y otros enfoques han tenido en territorios degradados, como de gran calidad,
diversas implicancias políticas, y sobre esta cuestión en espacios singulares como cotidianos” Consejo
se centran las reflexiones finales. Por ejemplo, las de Europa (2000)) como objeto de atención y, por
perspectivas fisicalistas del riesgo han derivado en tanto, dignos de preservar; a la vez, busca orientar el
una gestión de las problemáticas de carácter fuerte- diseño de políticas e instrumentos de gestión hacia
mente tecnocrático, donde ciencia y tecnología se la recuperación del contenido identitario desde el
han aunado para diseñar diversos tipos de “solucio- reconocimiento de los paisajes relevantes para las
nes”, fundamentalmente obras de infraestructura poblaciones locales. A partir de este Convenio,
orientadas a controlar y contener los “excesos” de la en diferentes ámbitos europeos se han aprobado
naturaleza.18 Por su lado, las perspectivas sistémicas leyes que apuntan a cumplir con los objetivos
del paisaje que hoy predominan en algunos análisis, establecidos por la norma emanada del Consejo
se preocupan particularmente por acompañar la ela- de Europa. En el caso catalán, la Ley 8/2005 y el
boración de planes de manejo orientados a la con- Decreto que la reglamenta establece una serie de
servación de las especies, la prevención de catás- instrumentos participativos que permiten elaborar
trofes (a través del mantenimiento de una relación puentes entre los desarrollos académicos de carácter
armónica entre los componentes de los ecosistemas) cultural y las necesidades de gestión como son los
y la definición de usos presentes y futuros. catálogos del paisaje.19
Frente a estas opciones han surgido y se han desa- ¿Será posible pensar políticas asociadas a la ges-
rrollado perspectivas alternativas que se centran en la tión de los riesgos y de los paisajes que se inspiren
construcción material y discursiva de la naturaleza o en los aportes epistemológicos de Donna Haraway
de la cultura pero que no niegan el estatus ontológico sobre la difuminación de las fronteras entre lo
ni de una ni de la otra. Se trata de propuestas con animal y humano, o a los planteos de Latour de
un importante desarrollo teórico pero cuyo carácter los cuasi-objetos? Ello requerirá, en primer lugar,
aplicado, y por tanto político, es aún incipiente. explorar si efectivamente la incorporación de estas
Quizás los trabajos sobre riesgos bajo la pers- propuestas puede enriquecer los desarrollos con-
pectiva de la Escuela de la Vulnerabilidad, sobre ceptuales llevados adelante en ambos campos de
todo en el caso latinoamericano, es una de las trabajo. En segundo lugar, ello llevará a reflexionar
excepciones más claras al respecto. A la vez que sobre la utilidad política de estas conceptualiza-
dicha escuela se ha preocupado por promover po- ciones en términos de resolución de conflictos o
líticas públicas preventivas, básicamente orientadas de definición de estrategias de inclusión social.
a la población vulnerable, también ha permitido Sin duda, se trata de desafíos abiertos para ambas
ampliar la definición de desastre (no sólo aquellos instancias de trabajo en los próximos años.
detonados por fenómenos naturales sino también
por procesos tecnológicos y políticos) y, por tanto,
de la población objeto de ayuda (Mitchell, 1996).
En este sentido, también cabe señalar que algunas
propuestas constructivistas en torno al paisaje han
derivado en la elaboración de la Convenio Europeo
del Paisaje (2000). Esta norma fue la plataforma ini-
cial para considerar a una multiplicidad de paisajes 19 Para el caso de Cataluña, los catálogos son concebidos
(“aquellos definibles en medios urbanos o rurales, como herramientas para la ordenación y la gestión del
paisaje. A partir de ellos se busca definir una tipología de
paisaje, los valores −presentes y latentes− asociados, su estado
18 Entre tales acciones cabe destacar las de la
Tennesee Valley de conservación, los objetivos de calidad paisajística que
Authority, una agencia estatal norteamericana creada en deberían tender a cumplir y los mecanismos para alcanzarlos.
1993 para administrar el uso del agua y contener las inun- Ellos ayudarían también a comprender cómo los afectan
daciones en esa cuenca, que durante décadas se constituyó las dinámicas económicas, sociales y ambientales (Nogué
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