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Procesos a seguir en una inspección y mantenimiento/reparación

Debido a que contamos con combustibles de alta presión almacenados y

circulando en un estado gaseoso dentro de los vehículos, el riesgo de la existencia de

una fuga no es un tema para ser tomado a la ligera. En autos gasolineros, la fuga de

combustible se produce en estado líquido y por lo general se almacenan en lugares

específicos dentro de los vehículos. Cuando la fuga de un combustible gaseoso se

hace presente a través de una mala conexión o empaque que falló antes del tiempo

esperado, el gas de alta presión (hasta 200 bares en caso del GNV) se expande y no

se aloja en ningún lugar del auto. Al ser de menor densidad que el aire, el GNV no

descienden por la gravedad sino asciende y ocupa un mayor volumen debajo del

capot del auto, llegando así a estar presente cerca del sistema de distribución de

chispa, o incluso pudiendo reaccionar con alguna chispa formada por rodajes

gastados de una bomba de agua o de los ventiladores del radiador.

Al existir los riesgos antes mencionados, es crucial una constante inspección

de los sistemas instalados durante la conversión y del resto de los sistemas con los

que cada vehículo es equipado proveniente de fábrica. Es por esto que a cada usuario

de un auto de sistema dual de combustible se le es entregado un programa de

mantenimiento e inspección. Al acudir de manera aplicada a los mantenimientos

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programados y efectuar las reparaciones necesarias en los vehículos convertidos se

logra mantener un nivel óptimo en el performance del vehículo.

1.5.1. Inspección

El mantenimiento de los equipos instalados en el auto se reduce a una

revisión periódica general de los mismos y de la instalación en sí. Se debe revisar el

estado físico de todos los componentes, su sujeción y estanqueidad.

Siendo más específico, se debe comprobar la fecha de reemplazo del cilindro

de almacenamiento y controlar su apropiada sujeción al bastidor o cuna de sujeción,

mediante la inspección visual del estado de los apoyos de goma. El bastidor debe

reajustarse al chasis del auto para evitar vibraciones en el sistema de

almacenamiento. El endurecimiento de la válvula del cilindro no es aceptable, se

debe comprobar su apropiado cierre y que no exista la presencia de pérdidas.


Se debe verificar que no haya ninguna conexión suelta, implica tener niples

bien conectados y abrazaderas bien ajustadas. La presencia de barro o grandes

cantidades de suciedad evita la apropiada evacuación de calor del sistema de

ventilación, este debe ser limpiado y liberado de todo elemento que lo limite. El

sistema de escape debe ser sujetado al chasis en caso no lo este.

La válvula de admisión no debe haber sufrido endurecimiento, su cierre

manual debe encontrarse operativo. No debe existir presencia de fugas por lo que se

debe verificar el estado de los sellos y empaques. Las mangueras del sistema de

refrigeración deben permanecer en perfecto estado y apropiadamente conectadas sin

presencia de fugas ni de obstrucciones, ya que una de ellas (de calefacción) afecta

directamente el funcionamiento del reductor de presión. Se debe revisar el correcto

funcionamiento de apertura y cierre de manera manual y eléctrica de la electroválvula de


gasolina. Del sistema de alimentación, se verifica el correcto estado de los

inyectores, del mezclador y la limpieza del filtro de aire o cambiarlo de ser necesario.

El regulador de presión y el vaporizador se consideran como el corazón del

sistema, por eso mismo sus estados deben ser óptimos. Su revisión periódica se

reduce al drenaje del aceite proveniente de GNV y el GLP. Se controla su

funcionamiento a través del rendimiento del auto en sí y una inspección visual del

estado de las mangueras que lo alimentan y descargan, y de las instalaciones

eléctricas que lo vinculan con el auto. Para mantener en óptimas condiciones el

funcionamiento del reductor y el vaporizador, es necesario reemplazar el diafragma

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de transferencia de calor localizado dentro del mismo y drenar todo tipo de

sedimento que pueda estar presente dentro de él. Este servicio se realiza cada

60,000km15 de preferencia. Este valor puede variar dependiendo de la humedad y la

cantidad de polvo del ambiente en el que trabaja el auto regularmente.

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