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Dialnet PropuestaDeUnaPedagogiaHumanista 2951036
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José María QUINTANA CABANAS
conformes con lo que propone el EEES. nuevo examen de sus propios fundamen-
Tal es el caso del colectivo llamado tos, se plantea de nuevo, a la investiga-
Profesores por el conocimiento, que el día ción de la Antigüedad, el problema —últi-
26.04.2005 protagonizó en la Universidad mo y decisivo para nuestro propio desti-
Complutense de Madrid un encierro rei- no— de la forma y el valor de la educación
vindicativo, y en nombre del cual César clásica”. Esta solución, de Jaeger, de vol-
Ruiz (2005) ha redactado el documento ver a la educación clásica nos parece, hoy
Rebelión, en el cual se lee que adonde día, excesiva y hasta inapropiada; pero si
lleva la Convergencia Europea es “a la —rebajando el objeto— proponemos una
colonización de la Universidad pública aproximación al humanismo, a formas de
por parte de la empresa privada y a la humanismo en los contenidos de la edu-
subordinación completa de la educación cación y formación, la consigna nos pare-
universitaria al mercado, renunciando ce no sólo interesante, sino, además, acer-
definitivamente a un modelo del saber de tada. Esto es lo que vamos a ver.
profunda raigambre histórica en Europa”.
Se trata de “el intento de mercantiliza- El humanismo y su sentido cultural
ción de la Universidad pública, de subor- Pero, si hemos de hablar de humanis-
dinación de la misma a los intereses del mo, primero convendrá aclararnos sobre
mundo empresarial”. En esta situación, la su concepto, cosa algo complicada, porque
función suprema de la Universidad es “la se han dado varias formas de humanis-
formación de una fuerza de trabajo com- mo. Veamos las principales de ellas.
petitiva. El saber desaparece para dejar
sitio a la competitividad, y la Universidad 1. Hay el humanismo clásico, o greco-
se autoinmola para mayor gloria del mer- rromano. El humanismo griego se fundó
cado”. en Atenas en el s. V a. C., cuando
los griegos, como educadores, deriva de su y XVI. Era una vuelta a la literatura y al
nueva concepción de la posición del indi- pensamiento clásicos, que concedía a la
viduo en la sociedad”. Pues, frente a la naturaleza un valor positivo (apartándose
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as. Cuando atisbamos a él, tanto nos aquí como aquel aspecto del entendimien-
maravillamos de la solidez, funcionalidad to por el cual éste comprende las cosas,
y belleza de su mobiliario, de su ilumina- intuye su esencia, capta su valor y descu-
ción natural y de su aire fresco, que en bre en ellas relaciones trascendentes.
seguida lo cerramos de asombro. Luego, Esta razón opera por debajo (o por enci-
sólo atinamos a hacer referencias ocasio- ma) del ámbito empírico o físico del
nales de lo poco que vimos”. mundo: se mueve en el ámbito metafísico.
Toda consideración de causas, de prime-
La crisis del humanismo en la ros principios, de substancias o acciden-
modernidad tes, de necesidad o contingencia, de infi-
Por lo que vemos, formas de humanis- nitud o limitación, de lo absoluto o lo rela-
mo las hay y las habrá siempre, aunque tivo, de jerarquía de valores, de imperati-
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diciendo que “no hay naturaleza humana, hacer uso de él. Ya se ha dicho, y es cier-
puesto que no hay un dios para concebir- to, que el hombre es un animal metafísi-
la. El hombre es no sólo tal como se conci- co: somos hombres porque, a diferencia de
be y como se quiere (...). El hombre no es los demás animales, nuestro pensamiento
otra cosa que aquello que se hace. Tal es el se mueve en ámbitos que trascienden a
primer principio del existencialismo. Es las meras apariencias de las cosas y que
también lo que se llama la “subjetividad” tienen un carácter absoluto. Esto es lo
(Sartre 1960, 22s). El hombre comienza que Sócrates afirmó contra los sofistas de
por existir y se convierte en proyecto; “la su tiempo, y es igualmente lo que noso-
existencia precede a la esencia” (p. 24). tros hemos de afirmar contra los sofistas
del nuestro. Aquel gesto suyo, que dio
La supervivencia y necesidad del nacimiento al gran pensamiento occiden-
humanismo tal, es el mismo que hoy día ha de provo-
Ya lo hemos dicho: habrá humanis- car un renacimiento de ese mismo pensa-
mos hasta el fin del mundo. Así pues, si miento, asfixiado por tantos prejuicios
aquí reivindicamos la supervivencia y gnoseológicos modernos y contemporáne-
necesidad del humanismo, no es de un os. Coincidimos con P. Natorp (1915, 7)
humanismo cualquiera, sino de uno muy cuando, refiriéndose al principio para la
concreto: el humanismo clásico o, mejor, deducción de la idea de formación
tradicional: el de los antiguos y los rena- (Bildung), dice que el hombre “puede ir
centistas, matizado y enriquecido por el con el pensamiento más allá de toda per-
humanismo ilustrado, el neoclasicismo cepción dada de cómo es una cosa, conci-
alemán y todas las formas de humanismo biendo cómo debe ser”.
contemporáneo que, de algún modo, vie-
nen a completar una concepción del hom- Y adviértase que, cuando propugna-
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bre integral, digna y enaltecedora del ser mos y defendemos la razón, no nos referi-
humano. mos a aquella razón desencarnada y abs-
tracta de los racionalistas del s. XVII y de
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Mas, para esto, es preciso comenzar los ilustrados del s. XVIII, sino a una
por afirmar y establecer, en el conoci- razón que está al servicio de la vida
miento humano, el primado intelectual de humana y es movida por el sentimiento,
la razón, pues sin ésta no puede haber ni formando un todo funcional con estos. En
esencia humana ni humanismo consisten- tal caso, esta razón constituye más bien la
te. No vamos a enzarzarnos aquí en una facultad cognitiva llamada sabiduría, que
discusión epistemológica sobre la viabili- es el intelecto humano en su función de
dad del conocimiento racional, sino que orientar al hombre en su vida, en sus
nos limitaremos a afirmarla, basados en decisiones, en sus ideas, en sus valores,
la experiencia inmediata y cotidiana que en sus fines, en su destino y en su com-
todos tenemos del mismo y en el hecho de portamiento (cf. Quintana, 2001, 36-9).
que, hasta para negarlo, tenemos que Es con esta sabiduría que hemos de for-
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largas reflexiones, el análisis me ha lleva- ocio o, más bien, el trabajo (para un tra-
do a concluir que la sabiduría sin elo- tamiento de esta antinomia, cf. Quintana,
cuencia es poco útil para los estados, pero 2005, 155-74).
que la elocuencia sin sabiduría es casi
siempre perjudicial y nunca resulta útil”. Ya desde el tiempo de los griegos, se
sabe que la gran cultura humana es fruto
Una buena manera de definir un con- de una actividad de ocio. Por eso
cepto es cotejarlo con su opuesto. Aristóteles señala como fin último del
Siguiendo este camino, vemos que huma- hombre, y factor de su felicidad, la vida
nismo se contrapone a naturalismo. El contemplativa, y tras él todos los huma-
naturalismo es la postura de considerar nistas han dicho algo parecido. Y así,
como bueno y paradigmático aquello que escribe Séneca (1999, 269) en su diálogo
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Sobre el ocio: “Solemos decir que el mayor culturales y, por otro, anima a conquis-
de los bienes es vivir de acuerdo con la tarlos cum studio et amore, es decir,
naturaleza; la naturaleza nos engendró mediante un trabajo intelectual esforzado
para ambas cosas: la contemplación y la y metódico.
acción”. La acción es interesada, y la con-
templación, desinteresada. ¿Qué impor- En el momento presente, J. Lorite
tancia tiene, pues, la contemplación? Y (2003) habla del humanismo como de una
Séneca da a esto una gran respuesta: “adquisición irreversible”. Y lo explica
“Quien contempla las cosas, ¿qué ofrece a así. Lo que llamamos la naturaleza
dios? Que tan gran obra suya no quede sin humana no es una realidad dada genéti-
testigos”. Y, más cercano a nosotros, según camente, sino que se ha construido con la
M. B. Cossío, interpretado por J. Xirau persistente voluntad humana de dar un
(1999, 446), “en la capacidad para el ocio sentido a su existencia, lo cual ha queda-
reside la más alta dignidad humana. Sólo do plasmado en la cultura. Ahora bien,
aquellos que pueden liberar su espíritu del con esto —dice— “se ha creado un rema-
ajetreo apremiante de las cosas son aptos nente de la humanidad que ya no pode-
para la contemplación y la reflexión”. mos anular sin renunciar a la viabilidad
de nuestra especie. Hay una acumulación
Pero he aquí que el trabajo también histórica de nuestro querer-ser que es
constituye un valor humano, emparentado inalienable. Este es nuestro más sólido
con el autovencimiento y la virtud, tan soporte: el residuo de nosotros mismos en
ponderados por los estoicos, y R. E. Trelles nuestra historia; son las representaciones
(1992) recuerda que los individuos han de que forman como el ADN cultural de
saber que “todo lo que cada persona tiene y nuestra especie” (p. 59).
sabe es fruto del trabajo, propio y —en
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Una educación de base humanista es Dice A. Agazzi (2000, 38) que, en edu-
esto solo, y no una enseñanza recargada de cación, “el puesto que ocupan los clásicos
Humanidades. En esta misma tesitura, el es esencial. En el fondo, un clásico es un
propio Platón (1991, 383s), en el Gorgias, testimonio de humanidad, o —si queréis—
hace decir a Calicles que es bueno filosofar un hermano en humanidad. Acercándonos
un poco en los años juveniles, pero que el a los clásicos, nos acercamos a las grandes
seguir haciéndolo toda la vida de un modo cuestiones del hombre, a sus aspiraciones
excesivo es cosa ridícula y servil, y quien lo y a sus temores, a sus gozos y a sus sufri-
haga “jamás deberá considerarse digno de mientos; en una palabra: a aquella huma-
nada bello ni grande”, y hasta “necesita que nidad que precede y da entidad al perfil
le den de palos”. La razón de esto —piensa peculiar de cada cual”.
Platón— es que en la vida hay que hacer
Es cierto que el mundo actual, en lo
cosas más importantes que el mero teori-
material de su desarrollo, funciona sobre
zar, a saber, actuar bien para uno mismo y
bases científicas y tecnológicas, que confi-
para los demás.
guran la formación profesional en
muchas de sus especialidades. En este
Se trata sólo de ir al fondo del huma- sentido, nos parece acertada aquella pro-
nismo, tal como latía, por ejemplo, en la puesta que, hace ya 35 años, formuló E.
cultura griega, donde Faure al hablar de la necesidad, en la
sociedad de nuestros días, de un huma-
“lo universal, el lógos, es, según la nismo científico. De modo que, según todo
profunda intuición de Heráclito, lo lo que venimos diciendo, un buen modelo
común a la esencia del espíritu, como de formación humana completa sería el
la ley lo es para la ciudad. En lo que que se expresa en la figura adjunta.
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ne llegar a conocer estos siete asuntos: sus posibles aplicaciones técnicas y profe-
sionales.
1. en qué consiste nuestra verdadera
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Cibernética como una teoría de la educa- ser como un ser que ya está en este futu-
ción; y, como tal, preocupado por la vigen- ro, no en forma pasiva, sino en una forma
cia de un humanismo adaptado a los activa y proyectiva” (p. 274), y para ayu-
tiempos presentes, propone un humanis- darle en este proceso está la educación.
mo científico, dado que “nuestra época
vuelve de nuevo a preguntarse por el Las tres grandes tesis de la
hombre y acaso sea esta preocupación, de
Pedagogía Humanista
hondura humanística, el signo más carac-
Dijimos que el humanismo (o cultivo
terístico del mundo que nos toca vivir”
humano, cultura) se entiende como
(Sanvisens, 2005, 255).
opuesto al naturalismo (lo “nacido”,
Sanvisens nos ha dejado su concep- natus, espontáneamente), sea éste el
ción del humanismo, y del humanismo naturalismo romántico o el científico; por
pedagógico, plasmada en su escrito: “Las lo mismo, una Pedagogía Humanista se
dimensiones del hombre” (Sanvisens, entenderá como la opuesta a la Pedagogía
2005). En el mismo, entiende al hombre naturalista, sea ésta la Pedagogía russo-
como un ser abierto al mundo y a los niana o la Pedagogía positivista y mate-
demás, y poseyendo también una dimen- rialista.
sión trascendente. “Acaso podríamos —
dice (p. 272)— reducir sus grandes carac- Ahora bien: la Pedagogía naturalista
terísticas diferenciales en dos capacida- russoniana se funda en dos grandes tesis:
des fundamentales, a saber: la capacidad 1) el laissez-faire pedagógico, concretado
consciente, la conciencia personal, y la en la espontaneidad infantil como norma
capacidad de autodeterminarse, la bús- de educación y en la autogestión escolar;
queda de liberación, de libertad”. El hom- 2) una didáctica basada en el activismo y
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bre “precisa que oriente hacia el futuro su el globalismo, con exclusión del estudio
El naturalismo pedagógico
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tado siempre con la base de esta actitud corteza externa y, de ellas, no ha retenido
intelectual, como pone en evidencia el otra cosa que su rostro general e informe:
siguiente Diálogo de Luís Vives (1987, un poco de cada cosa y nada de su con-
45s), titulado La lección: junto, a la francesa”.
“Maestro.- Coge el abecedario con Ars longa, vita brevis: lo que hay que
la mano izquierda y este puntero con aprender es mucho, la infancia y la juven-
la derecha, así podrás señalar cada tud son el momento apropiado para ello y,
una de las letras. Mantente derecho y en las mismas, no hay que perder el tiem-
guarda tu gorra bajo el sobaco. po. No tengamos miedo de exigir a los
Escucha con toda atención el nombre alumnos todo el trabajo intelectual que
de las letras y fíjate en el gesto de mi pueden y deben hacer: dice Erasmo (1956,
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métodos (tan seguidos hoy día como el de atendiendo a aquel dicho de Luís Vives
la clarificación de valores) que se limitan (1987, 207): “El hombre ocioso es una pie-
a aprobar, propiciar y reforzar los valores dra; el mal ocupado, una bestia; el bien
subjetivos de cada educando, sean los que ocupado, un hombre auténtico. Los hom-
sean. Por el contrario, aquellos valores bres que no hacen nada aprenden a hacer
que gozan de objetividad y validez uni- el mal”.
versal han de ser reconocidos, estimados
y practicados como tales, y esto es lo que Dirección del autor: José María Quintana Cabanas,
Travesera de Gracia, 266, 3º 2ª, 08025 Barcelona. E-
una buena educación en valores ha de mail: jquintana@indicerural.com
proponer a los educandos y conseguir en
ellos. Fecha de recepción de la versión definitiva de este artículo:
20.X.2008
*****
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Caja Madrid; Rubí, Barcelona, Anthropos). Teaching that I propose is based on the
following three thesis: 1) The need to help
Resumen: the student by guiding, stimulating and
Propuesta de una Pedagogía correcting him/her. 2) The need for the
Humanista systematic and thorough teaching of
En la educación actual hay unas intellectual concepts. 3) The need to
tendencias antihumanistas, especial- transcend relativism in learning, ethics
mente en la enseñanza universitaria. El and values.
humanismo constituye la base de la
cultura occidental, y por esto la educación Key Words: Teaching, education,
actual ha de cultivar sus valores. Además humanism, study, intellectual effort.
del humanismo clásico, hemos de tener en
cuenta el humanismo científico, de modo
que la tecnología y la formación profe-
sional posean una base humanista.
La Pedagogía Humanista que pro-
ponemos defiende estas tres tesis: 1) la
ayuda al educando guiándolo, esti-
mulándolo y corrigiéndolo, 2) el realizar
un aprendizaje intelectual sistemático y
completo, 3) la superación del relativismo
en el conocimiento, en la ética y en los
valores.
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Summary:
Proposal for a Humanistic Teaching
In education today there are antihu-
manistic tendencies, especially in univer-
sity teaching. Humanism is the basis of
Western culture, and for this reason,
teaching today needs to cultivate its va-
lues. In addition to classic humanism, we
need to take scientific humanism into
account too, in such a way that technolo-
gy and teacher training both have a
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