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© los autores
(copyleft, salvo indicación en otro sentido)
maquetación: tallerV
portada y contraportada: Maite Aldaz
página 2
Las imágenes que salpican las páginas de este número de Youkali han sido tratadas
a partir de una copia digitalizada de Los espigadores y la espigadora, de Agnes
Varda.
YOUKALI, 14
ISBN: 1885-477X
Í N D I C E pág.
Breve editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4
- El equipo editorial de Youkali:
Disculpas a propósito de la carpeta sobre Adrienne Rich del número anterior . . . . . . . . . 5
Miscelánea:
- Aurelio Sainz Pezonaga:
La imaginación distanciada. Lo bello, lo sublime y el genio en Spinoza . . . . . . . . . . . . . . 7
- José Luis Ruiz Delgado:
El carnaval como crítica del poder en Rabelais y en Las aventuras
del soldado Schveik . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
- Eduard Ibáñez Jofre:
El capital sólo pone la mitad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
- J. S. de Monfort:
Gore Vidal, un showman americano: liberal y poliédrico (Et in arcadia ego) . . . . . . . . . 32
Inter(w)express...
- La Marabunta: Siete (7) respuestas rápidas para trsiete (7) preguntas clave
(cuestionario de la redacción) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
Un clásico, un regalo
- Toda la esperanza de los proletarios reside en la república
ISBN: 1885-477X
Bien, sí es verdad, con casi dos meses de retraso con respecto a sus fechas habituales, presentamos
nuestro número 14 (en realidad el quince) de nuestra revista semestral Youkali; y no es por pereza o
falta de previsión, sino porque, a partir de este número las fechas de aparición cambiarán, y serán los
meses de marzo y de octubre respectivamente. De modo que hemos optado por esta semana de media-
dos de febrero como transición aceptable entre el anterior ciclo, enero/julio, y el nuevo de marzo/octu-
bre, para no separar demasiado este número 14 del próximo número 15, que saldrá ya en octubre de
este mismo año.
Y en este número 14, que no tiene un tema central (por primera vez, sí, también, a lo largo de estos
años) nuestros lectores podrán encontrar, sin embargo, un puñado de buenos y variados artículos,
como el de Aurelio Sainz Pezonaga, en torno a los conceptos de lo bello y lo sublime en Spinoza; el de
José Luis Ruiz Delgado, en torno a la figura de Rabelais y del memorable personaje de Hasek, el solda-
do Schveik, y la naturaleza crítica del carnaval; el de Eduard Ibáñez Jofre sobre esa mitad que pone –y
oculta– el Capital; o el de J. S. de Monfort, sobre la contradictoria figura y la obra del recientemente
desaparecido escritor norteamericano Gore Vidal.
Además, hay textos de producción exclusiva para Youkali, como la viñeta de Israel Sánchez, un
nuevo colaborador que se suma a la ya excelente nómina de colaboradores de nuestra publicación, que
con una sola imagen nos cuestiona sobre la naturaleza del concepto Europa; el poema de José Ramos
y Matías Escalera Cordero, “Amor, esta noche háblame bien de Stalin”, de sugestivo y provocador título,
por cierto; y la primera entrega de una nueva sección, que llevará el nombre de Puerta América / Poesía,
esta vez, gestionada por el magnífico escritor y editor extremeño José María Cumbreño; y el avance del
próximo libro de Alberto García-Teresa para Tierradenadie Ediciones, precisamente, que marcará un
hito, con toda seguridad, en los estudios de la reciente poesía crítica española, y que llevará el título de
Poesía de la conciencia crítica (1987-2011).
A todo ello, se suman las entrevistas al colectivo La Marabunta, de Madrid, y a Alicia García Ruiz,
en Barcelona. Así como las habituales reseñas y noticias de aparición de novedades interesantes y nece-
sarias. Para finalizar con nuestro clásico, que, en esta ocasión, rescata un precioso escrito de los comien-
zos del Movimiento Obrero, Toda la esperanza de los proletarios reside en la república, de Louis Auguste
Blanqui.
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Bienvenidos, pues; y que disfruten de este número 14 de Youkali, que desde Tierradenadie Ediciones
hemos preparado para todos nuestros lectores.
YOUKALI, 14
Tierradenadie Ediciones
Ciempozuelos
ISBN: 1885-477X
Febrero de 2013
Rectificación y petición de disculpas a María Soledad Sánchez
Gómez, a propósito de la carpeta dedicada en el número anterior
de esta revista a Adrienne Rich
1.- El mensaje que nos hizo llegar María Soledad Sánchez Gómez
Estimados señores,
ante la imposibilidad de ponerme en contacto por medio de un mail directo con las personas al
cargo de la edición del número 13 de la revista YOUKALI, me gustaría que le hicieran llegar a la
señora Galcerán (me parece que es ella una de las personas al cargo de le edición) los siguientes
comentarios sobre los artículos incluidos en dicho número sobre la poeta Adrienne Rich.
Desearía también que este comentario apareciera si es posible en el próximo número a publicar.
Entiendo que sería lo justo.
Muchas gracias.
pletas o inexistentes. De hecho, tampoco le parece oportuno incluir que la antología poética cita-
da tiene detrás una editora (compiladora) que ha seleccionado, anotado, traducido los poemas y
realizado el prólogo crítico, y que, una vez más, también soy yo.
En la sección titulada “Algunos poemas de Adrienne Rich”, la selección no merece a los edito-
res ni siquiera el detalle de incluir los datos bibliográficos de la edición al español. Además de
esto, una vez más se olvidan del nombre de los traductores. En este caso, Myriam Díaz-
ISBN: 1885-477X
Reiteramos aquí nuestras disculpas, tanto a María Soledad Sánchez Gómez como a los
lectores de la carpeta que publicamos en el número anterior de Youkali por cuanto no
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incluimos en ella todos los datos (incluida la autoría de la traducción) que hubieran sido
precisos para una correcta lectura de los textos que publicamos.
YOUKALI, 14
ISBN: 1885-477X
LA IMAGINACIÓN DISTANCIADA.
MISCELÁNEA
LO BELLO, LO SUBLIME Y EL GENIO EN SPINOZA.
1. En Spinoza hay una concepción de lo bello, pero 2. La crítica de Spinoza no alcanzaría a Kant, ya que
no está desarrollada éste no considera lo bello como una cualidad del
objeto
Spinoza dedica muy escasa atención al problema de
la belleza y de lo bello. Es posible que el texto esen- El desarrollo posterior de la estética, sobre todo el
cial de su concepción de lo bello sea el siguiente que se da a partir de Kant, convierte, sin embargo, las
breve pasaje del Apéndice de la Parte I de la Ética: críticas de Spinoza al objetivismo en insuficientes. En
efecto, Kant ya no considerará la belleza como una
Si el movimiento que los nervios reciben de los cualidad del objeto, sino de la relación del objeto con
objetos captados por los ojos conviene a la salud, el sujeto en la sensación. Las cuatro definiciones kan-
los objetos por los que es causado se llaman bellos; tianas de lo bello en su Crítica del discernimiento son:
y feos, en cambio, los que producen el movimien- 1) se llama bello al objeto de una satisfacción sin inte-
to contrario... los que afectan al oído, se dice que
rés alguno (B 16); 2) “Bello es aquello que sin concep-
producen ruido, sonido o armonía... Todo lo cual
deja bien claro que cada uno ha juzgado de las
to gusta universalmente”3 (B 32); 3) “La belleza es
cosas según la disposición de su cerebro o que forma de la finalidad de un objeto en la medida en
más bien ha tomado las afecciones de la imagina- que ésta se percibe en él sin la representación de un
ción por cosas1. fin” (B 61); 4) “Bello es aquello que, sin concepto,
puede considerarse como objeto de una satisfacción
La crítica de Spinoza va dirigida contra la concepción necesaria” (B 68).
objetivista de la belleza vinculada al finalismo2 al En Kant, entonces, la belleza como cualidad obje-
que se opone en el Apéndice. Según esa concepción, tiva se ha trasladado del objeto al sujeto, más en con-
la belleza o la fealdad serían cualidades objetivas de creto a su satisfacción o gusto. Satisfacción o gusto
las cosas. A su vez las cualidades de belleza o fealdad aparecen ahora en el juicio estético como universales
habría que entenderlas como huellas de la voluntad o necesarios, al tiempo que la teleología se convierte
divina o humana que ha creado las cosas a las que en principio regulativo. Las críticas de Spinoza a la
pertenecen. Spinoza rechaza esta posibilidad explica- idea de una belleza objetiva no afectan por tanto a
tiva. Como dice en la carta 54 a Hugo Boxel, “la belle- Kant. Para Kant sólo es posible atribuir armonía obje-
za... no es tanto una cualidad del objeto observado, tiva a los seres orgánicos y esto como concepto pro-
cuanto un efecto sobre el observador”. En las conta- blemático, nunca constitutivo. Y el objeto bello no es página 7
das ocasiones en que trata el tema, los argumentos para Kant una totalidad. Al contrario, supone siem-
que Spinoza expone van dirigidos a defender esta pre una multiplicidad no totalizable, aunque formal-
posición. La belleza es, según el pensador materialis- mente teleológica. La armonía de la belleza en Kant
ta, un efecto. Pero, más allá de la rápida referencia al no se da en el objeto sino entre las facultades cogniti-
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movimiento de los nervios que conduce a la salud en vas. Esta es la llave de la universalidad relativa del
el pasaje que hemos leído, en ningún momento expli- juicio estético.
ca Spinoza en qué consiste esa relación causa-efecto.
ISBN: 1885-477X
1 Para las traducciones de los pasajes de la Ética de Spinoza, utilizamos las versiones de Vidal Peña (Editora Nacional, Madrid, 1980) y
Atilano Domínguez (Trotta, Madrid, 2005).
2 Como luego le criticará Leibniz, Discurso de metafísica, § 2. La exposición de Spinoza está aquí muy cerca de la de Descartes. Cf. Carta
a Marsenne, 18/03/1630 o, incluso, Pasiones del alma, LXXXV.
3 Para las traducciones de la Kritik der Ursteilskraft de Kant, hemos usado Inmanuel Kant, Crítica del discernimiento, Edición y traducción
de Roberto R. Aramayo y Salvador Mas, Antonio Machado Libros, Madrid, 2003. Citamos, como suele ser usual, por las páginas de
la segunda edición.
3. La concepción que expone Spinoza coincide con estética kantiana, si es que la podemos llamar así,
MISCELÁNEA
de la teoría estética kantiana, tenemos primero que cuerpo al movimiento ni al reposo, afirma Spinoza
destacar cuatro diferencias fundamentales entre las en EIII, prop. 2. En este sentido, para Spinoza, el
filosofías de ambos pensadores, extendiéndonos problema no estaría en si la finalidad de la natura-
sobre todo en la cuarta: leza o estética es un principio constitutivo o regula-
YOUKALI, 14
4 Véase, sobre todo, de Filippo Mignini: Ars imaginandi: apparenza e rappresentazione in Spinoza (Edizioni Scientifiche Italiane, Nápoles,
1981) y “Le problème de l’esthétique spinoziste à la lumière de quelques interprétations, de Leibniz à Hegel” en Les cahiers de
Fontenay, nº 36-38, marzo de1985; y de Lee C. Rice: “Spinoza’s Relativistic Aesthetics”, en Tijdschrift voor filosofie, Louvain, 58/3 (1996),
p. 476-489.
nuestro cuerpo a moverse o detenerse. La diferen-
MISCELÁNEA
cia entre Spinoza y Kant no residiría tanto en el
problema de la causalidad por libertad, que uno
rechaza y el otro justifica, como en el alejamiento
de Spinoza respecto de cualquier idea de finalidad
práctica que no sea el solo apetito, esto es, el cona-
tus referido a cuerpo y mente (EIV, def. 7 y EIII,
prop. 9, esc.).
4.Por último, cabe pensar que esta diferencia respec-
to a la finalidad es sólo un aspecto de una discre-
pancia previa: el modo en que uno y otro piensan
la unidad y sobre todo su diferente manera de
entender la relación entre la unidad y la diversi-
dad. Esto se puede ver bien a través del estudio que
Kant realiza de los seres orgánicos. La única mane-
ra en que es posible pensar la totalidad desde la
filosofía kantiana es la causalidad intencional. La fenómeno del noúmeno6, sino que distingue a los
finalidad es el único modo de ir más allá de la uni- modos finitos de la sustancia. Y esto cambia toda la
versalidad abstracta (el equivalente como mucho a perspectiva. Esto es, Spinoza establece como condi-
las nociones comunes de Spinoza)5. ción del conocimiento la necesidad de entender los
seres que nos rodean y a nosotros mismos como seres
Esta imposibilidad de pensar la totalidad si no es relacionales: no seres para un sujeto, ni seres en sí,
como finalidad proviene en Kant sin duda de su sino seres cuya esencia reside en entrar en relación
deuda con el empirismo. Concebir las cosas como con otros seres, en ser seres entre seres. La esencia de
fenómenos, como seres para un sujeto, y en concreto, las cosas singulares supone una necesaria diferencia-
las realidades materiales como pluralidad para una ción: su esencia es idéntica a su potencia finita; su
forma a priori de la sensibilidad, el espacio, le fuerza esencia, podemos decir, es una afirmación antagóni-
a entenderlas siempre como “mutuamente externas” ca o resistente. La potencia finita implica una afirma-
(B 172) o partes extra partes, como magnitudes discre- ción que es al mismo tiempo resistencia: una afirma-
tas. Tal como se explica Kant en el § 77 de la Crítica del ción resistente7.
discernimiento, para nuestro entendimiento discursi- La cuestión se resume entonces en ver de qué
vo la relación entre lo particular y lo universal sólo modo podemos entender desde Spinoza la determi-
puede ser contingente. Esto es, siempre tenemos que nación del todo sobre las partes que Kant considera
ir de las partes hacia el todo que resulta de ellas, que propia de los seres orgánicos y para pensar la cual ve
es entonces un todo producido o encontrado. Sólo un necesario hacer uso de la causalidad intencional. ¿De
entendimiento intuitivo podría pensar la relación qué manera la unidad de los cuerpos determina a
entre las partes y el todo como síntesis universal, estos? O, dicho en términos spinozianos: ¿de qué
como conteniendo “el fundamento de la posibilidad manera el efecto (la unidad de los cuerpos) es recí-
de la concatenación de las partes”. Desde esta posi- procamente causa de los cuerpos? Y la respuesta es
ción, el problema de lo que diferencia a Kant y que la unidad es causa de los cuerpos en tanto que página 9
Spinoza se plantea con claridad: o bien tenemos que los cuerpos sólo pueden existir sostenidos por otros
dejar un espacio a la finalidad o bien a la intuición cuerpos con los que forman unidad. Ningún modo
intelectual. Y en efecto en Spinoza el conocimiento de finito puede existir aislado. Necesita, es condición
la determinación de las partes por el todo se realiza a esencial para su existencia, existir en relación con
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través de la ciencia intuitiva. otros cuerpos y, en cada caso, con unos cuerpos espe-
Ahora bien, la línea de demarcación fundamental cíficos. Es decir, en último término, un modo finito
de la filosofía de Spinoza no separa, como en Kant, el sólo existe en tanto que existe en Dios o la naturale-
ISBN: 1885-477X
5 Véase Gérard Lebrun, Kant y el final de la metafísica. Ensayo sobre la Critica del Juicio, trad. Alejando García Mayo, Escolar y Mayo,
Madrid, 2008, pp. 456-7. Las consecuencias de esta concepción kantiana son múltiples y entre ellas las políticas no son las menos
importantes.
6 En la Crítica del discernimiento, B 307, la intuición intelectual se entiende como aquella que tiene por objeto un noúmeno.
7 Véase Laurent Bove, La estrategia del conatus. Afirmación y resistencia en Spinoza, Tierradenadie Ediciones, Ciempozuelos, 2009, p. 150.
Aunque, como índica el subtítulo, Bove desarrolla a lo largo de todo el libro los diversos aspectos de la noción de potencia finita
como afirmación resistente en Spinoza.
za. Para su existencia es esencial ser parte de la natu-
MISCELÁNEA
Lo que Spinoza llama tercer género de conoci- es más que un afecto, es un afecto puro, un placer
miento, consiste, pues, en la doble perspectiva com- puro, satisfacción pura, desinteresada y libre (B 7 y B
binada de lo singular como integrante e integrado. 15). Lo que hace, a su vez, que el juicio del gusto sea
Ese juego de perspectivas no es, sin embargo, un un juicio a priori.
método formal, sino el conocimiento adecuado de la Su preocupación trascendental separa a Kant irre-
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esencia de esta o aquella cosa singular. Esa esencia es mediablemente de Spinoza. Pero su paso por lo afec-
entonces relativa o, lo que es lo mismo, es una poten- tivo nos anima a buscar un enlace entre ambos que
cia finita. Es relativa porque supone siempre múlti- nos permita pensarlos conjuntamente. El modo en
ples relaciones entre la textura de las cosas que la que Kant define el placer y el gusto en diferentes
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8 “Un cuerpo orgánico presupone un principio orgánico exterior o interior. Éste debe ser simple; si no, él mismo tendría necesidad de
organización. Ahora bien, en tanto que simple, no puede ser una parte de la materia, pues cualquier parte de la materia es siempre
compuesta. El principio que organiza el cuerpo orgánico también debe estar fuera del espacio” (Opus post., II, 295; citado por G.
Lebrun, op. cit., pp. 461-2)
9 Véase Immanuel Kant, Primera introducción a la Critica del Juicio, trad. José Luis Zalabardo, Visor, Madrid, 1987, pp. 71 y ss. Y G.
Lebrun, op. cit., pp. 308 y ss.
(EIV, prop. 52, y esc.); hasta llegar, por medio del ter-
MISCELÁNEA
cer género de conocimiento y el amor intelectual a
Dios, a entrar en bucle con el amor de Dios a los hom-
bres y a alcanzar el contento de ánimo (animi acquies-
centia) y la gloria que no son sino “nuestra salvación
o felicidad o libertad” (EV, prop. 27 y prop. 36, esc.).
Ahora bien, en Kant, el gusto es en efecto una
satisfacción en la vivificación de las capacidades cog-
noscitivas, pero es una satisfacción desinteresada.
Donde “desinteresada” significa “totalmente al mar-
gen de la existencia del objeto de esta representación
[acompañada de satisfacción]”. Es la indiferencia o
distancia respecto a la existencia del objeto de la
representación lo que cualifica al juicio estético, tanto
al juicio que comunica la sensación de lo bello como
pasajes de la Crítica del discernimiento10 no puede al que expresa la sensación de lo sublime. Es también
dejar de recordar, y eso a pesar de la propia afirma- esa indiferencia lo que cualifica a la satisfacción y a la
ción de Kant de que no es posible un conocimiento misma capacidad de juzgar como puras y libres,
del placer11, las definiciones de los afectos spinozia- como capaces de contener principios a priori y de
nos, principalmente el del amor propio o contento de aspirar a una comunicabilidad universal.
sí. Esta va a ser, en efecto nuestra tesis, el equivalente El distanciamiento respecto a la existencia del
spinoziano del gusto kantiano sería una determinada objeto es el segundo elemento fundamental de la
forma de contento de sí. estética kantiana. Y para ese distanciamiento encon-
Spinoza define el contento de sí como “la alegría tramos igualmente un equivalente en Spinoza: lo que
surgida del hecho de que el hombre se contempla a éste llama la imaginación libre:
sí mismo y su potencia de actuar” (EIII, def. 25). Sin
Las imaginaciones de la mente, consideradas en
embargo, el contento de sí es una verdadera encruci-
sí mismas, no contienen error alguno, es decir,
jada dentro de la teoría de las pasiones de Spinoza.
que la mente no yerra por imaginar, sino sólo en
Primero, porque tiene dos opuestos: la humildad y el tanto que se considera que carece de una idea que
arrepentimiento. Lo que significa que ese contem- excluya la existencia de aquellas cosas que imagi-
plarnos a nosotros mismos que aumenta nuestra na presentes. Si la mente, mientras imagina las
potencia puede consistir no sólo en atender a nuestra cosas no existentes como presentes a ella, supiera
potencia de actuar, sino igualmente en la considera- a la vez que esas cosas no existen realmente, atri-
ción de “un hecho que creemos haber realizado por buiría esta potencia de imaginar a una virtud, y
una libre decisión de la mente” (EIII, def. 26, expl.), y no a un vicio de su naturaleza; sobre todo, si esta
eso lo convierte en un obstáculo del verdadero cono- facultad de imaginar dependiera de su sola natu-
cimiento. Lo convierte en un obstáculo del conoci- raleza, esto es, si esta facultad de imaginar de la
mente fuera libre (EII, prop. 17, esc.).
miento de nuestra esencia como conatus.
Es más, el contento de sí es tanto lo que nos hace
El paso por Kant nos va a permitir, entonces, pensar página 11
“proclives al odio y a la envidia” (EIII, prop. 55, esc.
1), ambiciosos y soberbios, como, en el caso de que la conexión entre el contento de sí y la imaginación
surja de la razón, “el máximo [contento] que puede libre spinozianos. Pensamos que si hay una estética
darse” y “lo máximo que podemos esperar, porque spinozista posible tiene que pasar por esta conexión.
Así, desde una perspectiva spinozista, la experiencia
YOUKALI, 14
10 Véase al final del apartado 8 de la Primera Introducción a la Crítica del Juicio, op. cit., pp. 82-3: “El placer es un estado del Gemüth en
el cual una representación concuerda consigo misma, en cuanto fundamento, bien para conservar tal estado (porque el estado de la
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cooperación mutua entre las facultades del Gemüth en una representación se conserva a sí mismo), bien para producir su objeto. En
el primer caso el juicio sobre la representación dada es un juicio estético de reflexión” . Véase también, por ejemplo, en el § 1 o el §
9 de la Crítica del discernimiento: “Bajo el nombre de sentimiento de placer o displacer la representación se refiere aquí enteramente
al sujeto y, ciertamente, a su sentimiento vital” (B 4) y “La sensación cuya comunicabilidad universal postula el juicio del gusto es la
vivificación de ambas capacidades (de la imaginación y del entendimiento)” (B 31); igualmente, en B 129, o en la concepción kantia-
na del arte bello, el genio y las ideas estéticas en §§ 44-50.
11 Véase I. Kant, Primera Introducción a la Critica del Juicio, op. cit., p. 83.
siderar su propia capacidad de imaginar porque, al Según esta definición, ante un mismo objeto imagi-
MISCELÁNEA
tiempo que imagina las cosas existentes como pre- nado caben tres posibilidades. O bien, un individuo
sentes a ella, sabe que esas cosas no existen realmen- puede sentir contento estético y otro no. O bien, dos
te. Llamaremos “contento estético” a esta alegría que individuos pueden sentir contento estético y no con-
se produce al considerar la imaginación de un objeto cordar en naturaleza. O bien, por último, pueden
distanciada de la existencia del mismo. concordar en naturaleza.
confluencia kantiana entre lo individual y lo universal mecanismo especular del finalismo. Pensar en el
sería que el contento estético es un afecto que combina objeto bello como si estuviera hecho para vivificar
acción y pasión, ideas adecuadas e imaginaciones. nuestras capacidades cognitivas, como hace Kant, es
Gracias a nuestro rodeo por Kant, podemos rede- el último modo de pensar, ya no de conocer, la mente
finir lo bello spinoziano de la siguiente manera: lla- como sustancia. Y en este sentido no se puede decir
maremos bello al objeto imaginado cuyo distancia- que dos individuos que vivan el contento estético,
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miento provoca contento estético. uno desde la creencia en el finalismo (en su existen-
MISCELÁNEA
de la mente y otro desde el conocimiento del conatus, tad de desear a dirigir al cuerpo a la contemplación
concuerdan en naturaleza (EIV, props. 32 y 33). de lo bello. En el segundo, el fundamento es el esfuer-
No obstante, cuando la potencia de imaginar se zo de la mente por perseverar en el ser, según el cual,
entiende como conatus, el contento estético se sitúa “la mente se esfuerza por imaginar sólo aquello que
completamente entre una idea inadecuada (la imagi- afirma su potencia de obrar” (EIII, prop. 54). En el
nación del objeto) y otra adecuada (la consideración primer caso, hablamos de un circulo vicioso o de ser-
de la potencia de imaginar). En esta situación, la idea vidumbre. En el segundo, de un círculo virtuoso o de
que suprime la existencia del objeto imaginado, que liberación14.
como veremos tendrá que ser adecuada, es el eje que
articula las otras dos ideas. Dado, entonces que la
idea de la potencia de imaginar en tanto que conatus
de nuestra mente es una idea adecuada, los indivi-
duos que la piensen concordarán en naturaleza o
potencia, aunque al mismo tiempo discrepen respec-
to a la imaginación del objeto.
Al igual que el segundo y el tercer genero de
conocimiento, el contento estético funciona en bucle
de alegría, en círculo virtuoso. Esto es, así como
cuanto más apta es la mente para entender las cosas
con el segundo y el tercer género de conocimiento,
más desea conocerla de ese modo13, cuanto más apta
es la mente para considerar la potencia de imaginar,
más desea considerar esta potencia. Y el círculo vir-
tuoso del contento estético se puede poner en rela-
ción con una idea similar presente en Kant. Dice éste:
“nos demoramos en la contemplación de lo bello 7. El distanciamiento kantiano y el spinoziano no
porque esta contemplación se fortalece y se reprodu- son el mismo
ce a sí misma” (B 37). El círculo virtuoso en Spinoza
y el bucle de la contemplación kantiana, sin embargo, Esta diferencia entre Kant y Spinoza se puede ver con
no pueden explicarse de la misma manera. En Kant, más detalle si analizamos el modo en que cada uno
sólo puede explicarse como círculo teleológico: la de ellos entiende el distanciamiento estético. Tanto
contemplación produce placer y el placer representa- para uno como para otro, aquello que en sentido
do es el motivo que lleva al arbitrio a mover el cuer- estricto define lo estético es la distancia. Pero, la dis-
po a la contemplación como medio para alcanzar la tancia estética se conceptualiza sin embargo de muy
sensación de placer. En Spinoza, la unión de la ale- diferente manera en cada uno de ellos. En Kant, la
gría y de la idea de la potencia de imaginar nos lleva distancia consiste en desinterés, en indiferencia res-
a esforzarnos por considerar la potencia de imaginar. pecto a la existencia de lo representado. En Spinoza,
En el primer caso, es necesario concebir el círculo por el contrario, la distancia es producida por una
como sí se derivara de una voluntad (que se entiende idea que suprime la existencia de lo imaginado. página 13
libre), que es la que justificaría que la representación En Kant, la distancia proviene de una disposición
del placer fuera causa de su objeto (el placer) por su del sujeto que el filósofo alemán denomina “mera
YOUKALI, 14
13 “La mente, en cuanto que razona, no apetece otra cosa que entender”, dice Spinoza en la demostración de EIV, prop. 27. Pero véase
también EIV, prop. 26 y EV, prop. 26 y 28.
14 La eficacia del ciclo de servidumbre reside en que reproduce la ignorancia de las causas que nos mueven a actuar. Esto es, si la igno-
rancia de tales causas empieza siendo una consecuencia de la escasa potencia de nuestra mente postnatal e infantil, acaba sin embar-
go siendo resultado del ciclo de servidumbre. Sabido es que, según Spinoza, la creencia en la libre decisión de la mente es produci-
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da por la ignorancia de las causas que nos mueven a actuar y la conciencia de lo que deseamos. Pues bien, el ciclo de servidumbre
como automatismo de la imaginación se pone en funcionamiento porque cuando nos imaginamos libres percibimos nuestra poten-
cia de obrar sin las potencias de las otras cosas y, por tanto, con mayor distinción que si nos imaginamos determinados, esto es, si
imaginamos nuestra potencia unida necesariamente a las de las otras cosas. Siendo que la mente se esfuerza en imaginar aquello que
afirma su potencia de obrar (EIII, prop. 54) (no otra cosa es el amor), la mente se esfuerza por imaginarse libre, esto es, se esfuerza
por reprimir cualquier explicación de las causas que la mueven a pensar y querer. Para ambos ciclos, véase nuestro “El deseo activo
de amar (afecto y materialismo en Spinoza)”, Youkali, 3, mayo 2007 (www.youkali.net).
contemplación” (B 5) y consiste en apartar todo inte-
MISCELÁNEA
que el individuo puede asentir o no a lo que la mente juicio de existencia de la imaginación y que la sepa-
percibe. La referencia es claramente a la concepción ración entre la existencia del objeto imaginado y la
cartesiana de la libertad del alma tal como aparece en potencia de imaginar sólo puede realizarse por
la cuarta de las Meditaciones metafísicas15 y en los medio de otra idea que suprima la existencia de lo
parágrafos 33-39 de Los principios de la filosofía. Ahora imaginado.
YOUKALI, 14
La suspensión del juicio es traída a colación por es un a priori: depende de las circunstancias y los
Spinoza en tanto que es una objeción que, según ima- tiempos.
15 Véase Pierre Macherey, Introduction à l’Éthique de Spinoza. La seconde partie, PUF, París, 1997, p. 396 nota.
Desde el marco spinoziano, no obstante, puede darse la finalidad en el juicio estético sin otorgarle carácter
MISCELÁNEA
el hecho de que aunque seamos conscientes de la constitutivo.
idea que suprime la existencia de lo imaginado, esta Para Spinoza, sin embargo, eliminado el proble-
sea una idea inadecuada, esto es, que no seamos ma de la finalidad, el hecho de que la idea distancia-
capaces de dar cuenta de ella. La diferencia, entonces, dora sea adecuada, si bien no hace que el contento
entre una idea distanciadora adecuada y otra inade- estético sea más vehemente, incluso si ese contento es
cuada será importante. más bien una forma de serenidad (acquiescentia se
Pero, dicho esto, a renglón seguido es necesario puede traducir de las dos maneras: contento y sere-
aclarar que esta diferencia no puede ser equivalente nidad), implica que nuestra capacidad de obrar
a la diferencia kantiana entre lo bello natural y lo aumente necesariamente, algo que no ocurre si tal
bello artístico. De hecho, lo bello natural kantiano se idea es inadecuada. Si la idea distanciadora es ade-
explica desde los parámetros spinozistas pensando cuada, el desplazamiento entre el objeto imaginado y
que el contento estético ante imaginaciones de la la potencia de imaginar queda establecido de forma
naturaleza es provocado por una situación que imita neta. Pero si la idea distanciadora es inadecuada, ese
aquella de la recepción artística moderna, precisa- desplazamiento se convierte en una “hondura ines-
mente lo que Kant llama contemplación. O por crutable”, por utilizar los términos de Walter
hablar en otros términos, la belleza natural kantiana Benjamin. En Kant esa hondura no es aparentemen-
podría explicarse como una exportación de los códi- te de origen sacro, como lo es según Benjamin el foso
gos y rituales de la recepción artística moderna a la que separaba a los actores del público en el teatro clá-
experiencia de objetos naturales. La idea kantiana de sico16. En Kant, la hondura inescrutable es la de la
que “la naturaleza es bella cuando al mismo tiempo finalidad formal que constituye al individuo en suje-
parece arte” (B 179) hay que entenderla en el sentido to de la experiencia estética. Gracias a la finalidad
de que la naturaleza es bella cuando a la experiencia pura del juicio estético que prohíbe que la idea dis-
que tenemos de ella hemos trasladado las condicio- tanciadora sea una idea adecuada, el individuo
nes modernas de la experiencia que tenemos del arte. puede fingirse como origen de la distancia, como ori-
Y aún hay más, la idea kantiana de considerar la gen incondicionado de su propio gusto. Es por ello
naturaleza como si fuera arte va acompañada necesa- igualmente que, según Kant, no puede haber ciencia
riamente de su inversa: “el arte sólo puede llamarse de lo bello (B 176).
bello cuando somos conscientes de que es arte y, sin Desde Spinoza, sin embargo, no cabe defender
embargo, parece naturaleza”, esto es, cuando parece ningún misterio en torno a la distancia, ni de carácter
un producto espontáneo, no trabajado. religioso ni subjetivo. Y, en este sentido, no podemos
El objeto bello kantiano ya sea artístico o natural dejar de señalar la proximidad entre Spinoza y la
tiene que reunir en sí ambos orígenes. Tiene que ser práctica teatral de Bertolt Brecht. El distanciamiento
producido y al mismo tiempo espontáneo, tiene que brechtiano puede entenderse como ese esfuerzo por
estar mediado y al mismo tiempo ser inmediato. En eliminar todo misterio de la idea distanciadora. No
términos spinozianos, esto equivale a decir que la sólo consiste, por tanto, en reconocer la distancia
idea que suprime la existencia del objeto imaginado entre lo representado y la potencia de representación,
debe ser inadecuada. La idea distanciadora ha de entre la fábula y la escena o entre el personaje y el
aparecer como inexplicable, ya que de otra manera, actor, por ejemplo, sino en producir racionalmente
no hay modo de sostener la finalidad formal. Si el una distancia neta entre ambos, en buscar que se página 15
arte no parece naturaleza, entonces se convierte en comprenda el modo de funcionar de la distancia, en
técnica, en artesanía o en moral. Si la naturaleza no intentar evitar a toda costa que se mistifique su diná-
aparece como arte, entonces se convierte en objeto de mica. La no mistificación de la distancia exige una
conocimiento. La distancia kantiana se produce aguda consciencia del proceso tanto en los actores
YOUKALI, 14
haciendo jugar lo espontáneo y lo premeditado de como en el público. Y abre la vía hacia un conoci-
modo que lo espontáneo elimine el interés técnico o miento del arte capaz de analizar los mecanismos de
moral de lo premeditado y lo premeditado elimine la esa distancia incluso allí donde la intención mistifica-
objetividad de lo espontáneo. Es la manera de salvar dora ha ido más lejos17.
ISBN: 1885-477X
16 Véase Walter Benjamin, “¿Qué es el teatro épico? (Primera versión)”, en Tentativas sobre Brecht, trad. Jesús Aguirre, Taurus, Madrid,
1999, p. 17.
17 Es en ese conocimiento de los mecanismos de la distancia donde hay que inscribir los trabajos de P. Macherey y L. Althusser sobre
la producción literaria y el arte. Véase Louis Althusser et al., Escritos sobre el arte, trad. Juan Pedro García del Campo y Aurelio Sainz
Pezonaga, Tierradenadie Ediciones, Ciempozuelos, 2011.
la existencia del objeto al que se atiende. La traduc-
MISCELÁNEA
idea) no es otra cosa que soñar con los ojos abier- dante a condición de suponerle este abismo que lo
tos o estando despiertos18. divide por dentro. Un abismo que es la distancia
misma entre imaginación y entendimiento o razón
La ficción consiste, así, como dice Spinoza algo antes que expresa el juicio estético. La ausencia de interés,
(§ 64), en atender sin asentir, pero el no asentimiento la ausencia de fin y la ausencia de concepto son la
YOUKALI, 14
no proviene de un acto arbitrario de la voluntad, sino misma ausencia: ese abismo que separa imaginación
de que se posee el conocimiento de las causas que y entendimiento o razón, en última instancia cuerpo
impide asentir. Traducido a los términos de los esco- y mente. Pero ese “abismo insondable” (unübersehba-
lios de las proposiciones 17 y 49 de la Parte II de la re Kluft)20 es al mismo tiempo la libertad negativa de
Ética, no se asiente porque hay una idea que suprime la indiferencia que los une armónicamente en el jui-
ISBN: 1885-477X
18 Spinoza, Tratado de la reforma del entendimiento. Principios de la filosofía de Descartes. Pensamientos metafísicos, trad. Atilano Domínguez,
Alianza, Madrid, 2006, p. 107.
19 Ibíd., p. 242.
20 B XIX.
cio de lo bello y, polémicamente, en el de lo sublime:
MISCELÁNEA
la “hondura inexcrutable” (unermeßlichen Tiefe) de
Benjamin. El mismo abismo que los separa, los une.
Ahora bien, la entrada en la ficción estética gra-
cias a la actitud de mera contemplación en la que se
materializa la indiferencia sólo puede ocurrir a con-
dición de entender la naturaleza como si fuera un
arte y el arte como si fuera naturaleza. Esto es, el suje-
to sólo puede entrar en la ficción estética si ha entra-
do ya en otra ficción, la ficción de la analogía. La fic-
ción analógica es la condición de posibilidad de
todas las demás ficciones. Pero, la ficción analógica se
funda sobre el abismo insondable en la misma medi-
da que todas las demás. Y en consecuencia, el propio
sujeto fundante se abisma en una laberinto de espe-
jos negros que absorbe inmisericorde todo el esfuer- somos indiferentes o estamos interesados, sino en el
zo de las Luces. ánimo del que enjuicia. La libertad es “la capacidad
ilimitada del propio sujeto” descubierta por la propia
9. El sublime spinoziano es la experiencia de eter- incapacidad de la imaginación21 (B 100), capacidad
nidad ilimitada que no es otra que la capacidad moral (B
110 y ss).
En su análisis del sentimiento de lo sublime, Kant Igualmente, ayudados por esta nueva distancia
parece plantear la distancia de una manera más cer- kantiana y gracias a Pierre-François Moreau y a su
cana a la spinoziana. La indiferencia respecto a la lectura del escolio de EV, prop. 23, podemos hablar
existencia del objeto bello se convierte en la experien- de un sublime spinoziano. En ese escolio habla
cia de la sensación de lo sublime que se obtiene Spinoza del sentimiento y la experiencia de la eterni-
mediante la observación del suceso sublime desde dad. En concreto, afirma que “sentimos y experimen-
un lugar seguro. Las grandes tormentas o el océano tamos que nosotros somos eternos”. Moreau defien-
furioso son sublimes siempre y cuando no corramos de que la experiencia de eternidad va inseparable-
verdadero peligro. De igual manera, se cuenta con la mente ligada al sentimiento de finitud:
seguridad del espectador cuando lo sublime es invo-
cado en la obra de arte. El sentimiento de lo sublime El sentimiento de finitud es la condición del sen-
sólo puede ser experimentado dentro de unas condi- timiento de eternidad e, incluso, en cierto sentido,
ciones cuya idea excluya la posibilidad de que la inte- es el sentimiento de eternidad. El alma percibe su
impotencia y aspira a salir de la contingencia,
gridad del sujeto se vea afectada por el acontecimien-
figura que para ella adquiere la necesidad exter-
to del que es testigo. na, gracias al mismo movimiento, a saber, acce-
A su vez, el sentimiento de lo sublime kantiano diendo a la necesidad y tomando consciencia de
supone que otra distancia se abre en el interior del que todo no es inmediatamente necesario. En su
sentimiento. Es la distancia entre la inadecuación de misma limitación, la finitud realiza un papel posi-
nuestra imaginación, su incapacidad de aprehender tivo: diseña los lineamientos de lo necesario e página 17
una multiplicidad informe como un todo, y las ideas induce a asumirlo como eterno.22
de la razón, que se “hacen sentir y se hacen presentes
en el ánimo ... precisamente por esta inadecuabilidad Lo sublime spinoziano es el sentimiento de eternidad
que cabe exhibir sensiblemente” (B 77). La libertad y se funda en el mismo concepto de finitud de
YOUKALI, 14
que está en juego en lo sublime kantiano ya no es la Spinoza, una finitud fundada positivamente en lo
de indiferencia. Entre otras cosas, porque lo sublime infinito23. En efecto, el concepto de potencia finita
no se haya en el objeto respecto a cuya existencia supone que la potencia de una cosa singular, esto es,
ISBN: 1885-477X
21 “La cualidad del sentimiento de lo sublime es que es un sentimiento de displacer sobre la capacidad de enjuiciamiento estético en
un objeto, la cual, sin embargo, se representa al mismo tiempo como teleológica. Lo cual es posible porque la propia incapacidad
descubre la conciencia de una capacidad ilimitada del mismo sujeto y el ánimo puede enjuiciar estéticamente lo último por medio
de lo primero” (B 100).
22 Pierre-François Moreau, Spinoza. L’expérience et l’éternité, PUF, París, 1994, p. 544.
23 Ibíd., pág. 546.
su esencia, su conatus, implica necesariamente la exis- te en que la conexión con otras imaginaciones no se
MISCELÁNEA
ción es “la imaginación de una cosa singular, en lo que significa ser en Dios, ser un modo finito de la
cuanto que se halla sola en la mente” (EII, prop. 52, sustancia. Y encontrarse con esa holgura es lo que
esc.). Al hallarse sola en la mente, ésta no puede produce el sentimiento de lo sublime spinoziano: la
pasar a otra imaginación y está determinada a con- experiencia de eternidad. La experiencia de eterni-
templar sólo a la presente. Como explica Spinoza en dad es, por ello, como dice Moreau, “el punto de par-
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la definición 4 de los afectos, la admiración se produ- tida del tercer género de conocimiento”25.
ce ante una imagen nueva de la cosa. La novedad, Pero, si esto es así, el contento estético no sería
que no es expresamente una causa positiva y que por sino una forma de experiencia estética de eternidad.
tanto no hace de la admiración un afecto real, consis- También cuando la imaginación va acompañada de
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24 Véase Ibíd., pp. 544-5. Por nuestra parte, hemos encontrado esa misma experiencia de eternidad en la experiencia del sometido cons-
ciente de su sometimiento, del cual es un ejemplo paradigmático el judío marrano. Véase “El deseo activo de amar (afecto y mate-
rialismo en Spinoza)”, op. cit., pp. 57 y ss.
25 Ibíd., p. 544. Para otro punto de vista sobre la misma cuestión, véase Roberto Diodato, Vermeer, Gongora, Spinoza. L’esthétique comme
science intuitive, Mimesis, París, 2006., cap. VII.
una idea que suprime la existencia de lo imaginado, es más bien un momento general de la misma. Ni
MISCELÁNEA
en la mente se encuentran, por un lado, un límite tampoco podemos hablar de un contento estético o
cognoscitivo, la imaginación unida a la idea que de una experiencia estética de eternidad producidos
suprime la existencia de su objeto, y, por otro, la por la contemplación de la naturaleza como si esa
experiencia de la propia potencia de imaginar. Se da, situación contemplativa se produjera al margen de lo
por tanto, en ella también una distancia interior, una social.
holgura que nos abre a la experiencia de eternidad. Podemos entender a partir del estudio de las
Aunque, por otro lado, se puede decir igualmente sociedades humanas que éstas han aprendido a pro-
que la experiencia estética de eternidad es una forma ducir contento estético, a producir imaginaciones
de contento estético, ya que en ella la potencia de unidas a la idea que suprime la existencia de lo ima-
imaginar es reconocida en los propios límites de la ginado, o a producir experiencias estéticas de eterni-
imaginación distanciada, lo que produce contento dad, a saber, excesos de imágenes o admiración en
estético. En fin, el contento estético y la experiencia ausencia de peligro. Ahora bien, el que esa produc-
estética de eternidad actúan, aunque en diferente ción vaya unida a un ritual totémico, a un culto
grado, tanto en lo bello como en lo sublime. monoteísta, a la producción de obras de arte o de arte
sin obras, a la venta de mercancías o a la lucha por la
transformación social, etc. es algo que sólo puede
recibir una explicación histórica. La producción de
contento estético y de experiencia estética de eterni-
dad depende entonces más de un uso que de un arte,
más de una práctica social compleja que de una habi-
lidad técnica. O mejor, la habilidad técnica, el poder
del cuerpo27 y el poder de los cuerpos de la multi-
tud, con sus objetivaciones regulativas o tecnológicas
o institucionales, han de integrarse en un uso, en un
aparato, una práctica de prácticas y una práctica
entre prácticas, que explican y las explica. Las distin-
tas figuras de lo que ahora entendemos como mundo
del arte, las figuras del artista o de la obra o del públi-
co o del crítico, etc. se explican igualmente por razo-
nes históricas.
Ahora bien, si admitimos la producción de con-
10. El genio spinoziano es la multitud histórica- tento estético y de experiencia estética de eternidad
mente determinada en estos términos generales cabría quizás preguntar-
se en esos mismos términos por la habilidad necesa-
El contento estético y la experiencia estética de eter- ria para tal producción. O, dicho de otro modo, pode-
nidad son efectos que en sí mismos no van unidos a mos preguntarnos si hay un genio spinoziano y en
ninguna práctica social específica. No suponen tam- qué consiste. La respuesta esta vez la encontramos
poco ninguna distinción entre recepción y produc- expuesta por Gerald Lebrun en su obra Kant y el final
ción, a diferencia de Kant que, aunque subraya el de la metafísica28. El genio kantiano es, explica Le- página 19
carácter productivo de la imaginación en la recep- brun, el artesano que no se atañe a un modelo dado
ción, separa esta de una producción verdaderamente sino que inventa las reglas. La invención de las reglas
activa, en tanto que dadora de reglas, que atribuye al es, para Kant, una donación de la naturaleza. La
genio26. La ausencia de fijación a una práctica social naturaleza es entendida por Kant en los pasajes en
YOUKALI, 14
determinada significa, principalmente, que la expli- los que aborda la figura del genio como producción
cación de las diferentes formas sociales que el conten- libre en unos términos muy similares a la libertad
to estético y la experiencia estética de eternidad spinoziana, esto es, como aquello que se sigue de la
adoptan tiene que ser una explicación histórica. El sola necesidad de la naturaleza de una cosa. Ahora
análisis de los afectos no puede sustituir a la historia: bien, Kant limita esta libertad de la naturaleza al arte
ISBN: 1885-477X
cia, sino para el arte; y para este en tanto que deba ser dera, un cambio de las reglas. Y esto es así, en efecto,
arte bello” (B 183). Para Spinoza, sin embargo, no hay porque las reglas son infinitas, pues “de la necesidad
diferencia a este respecto entre la ciencia y las artes de la naturaleza divina deben seguirse infinitas cosas
de todo tipo. El parágrafo 31 del Tratado de la reforma de infinitos modos, esto es, todo lo que puede caer
del entendimiento lo declara de modo contundente: bajo un entendimiento infinito” (EI, prop. 16).
En definitiva, desde este planteamiento de
Pero los hombres, inicialmente, pudieron hacer Spinoza, la teoría del genio kantiana aparece como
algunas cosas muy fáciles con instrumentos no un intento de encerrar en el espacio de la producción
fabricados, aunque trabajosa e imperfectamente; de belleza artística realizada por un reducido núme-
una vez hechas estas, hicieron otras más difíciles, ro de seres elegidos, y ocultar bajo un manto de mis-
con menor trabajo y más perfectamente; y así,
terio, aquello que es la esencia misma de todas las
gradualmente, avanzaron desde los trabajos más
simples a los instrumentos y desde los instru-
cosas singulares. En el caso concreto de los seres
mentos a otros trabajos y a otros instrumentos, humanos, esa esencia, su potencia finita, consiste his-
hasta llegar a realizar tantas y tan difíciles cosas tóricamente en su capacidad de crear nuevas pro-
con poco trabajo. Así también el entendimiento: puestas estéticas con otras propuestas, de fabricar
con su potencia nativa29 se forja unos instrumen- nuevos instrumentos con otros instrumentos, de pro-
tos intelectuales con los cuales adquiere otras ducir nuevas ideas con otras ideas, e, igualmente, de
fuerzas para realizar otras obras intelectuales y, construir nuevas instituciones sociales con otras ins-
gracias a estas, otros instrumentos, o sea, el poder tituciones; esencia que, gracias a Spinoza, podemos
de avanzar en la investigación. Así sigue adelan- pensar sin necesidad de establecer trascendencia
te paso a paso hasta alcanzar la cúspide de la alguna, sea constitutiva o regulativa: sin finalismo ni
sabiduria.
finalidad.
Así pues, la pregunta que es necesario mantener
La diferencia con Kant es, por tanto, evidente aquí siempre abierta no es solamente la que reclama qué
también. El genio spinoziano no es sólo estético, sino puede un cuerpo. Hay que sostenerse igualmente en
tanto técnico como científico, y no es “un favorito de las preguntas que demandan qué puede una mente,
la naturaleza que aparece raras veces” (B 200), sino qué puede un ser humano y, sobre todo, qué puede
un genio histórico y social. El genio es la multitud, las históricamente una multitud.
multidudes históricamente determinadas. La pro-
ducción de contento estético y experiencia estética de
eternidad será igualmente una práctica histórica de
la multitud. La potencia de los cuerpos y de las men-
tes no es sino aquello que se sigue de su naturaleza.
Es su naturaleza, por tanto, en relación necesaria con
la naturaleza de otros cuerpos y otras mentes lo que
“da las reglas” a las artes y a las ciencias. La verdade-
ra novedad, aquella que cambia las reglas y no la que
sólo logra dejarnos estupefactos30, no proviene de
un afuera misterioso, sino que está inscrita en la vida
página 20
29 Aquí Spinoza incluye un nota en la que explica que la vis nativa del entendimiento es “aquello que en nosotros no es causado por
causas externas”.
30 Aunque también el cambio de las reglas nos dejará admirados.
EL CARNAVAL COMO CRÍTICA DEL PODER
MISCELÁNEA
EN RABELAIS Y EN Las aventuras del soldado Schveik
El argumento al que Negri recurre en algunas de sus la filosofía, experimental en la ciencia y una tenden-
obras, proponer no una, sino dos modernidades, no cia hacia determinadas políticas “democráticas”,
debería resultar extravagante. Véase, por ejemplo, pero al mismo tiempo se abre una profunda crisis
Cinco caras de la modernidad de Matei Calinescu, que acompañará desde entonces a la modernidad. Se
donde se habla de “(…) dos modernidades conflicti- trata de un modo revolucionario de la modernidad
vas e interdependientes –una socialmente progresi- que, inevitablemente, produjo una contrarrevolu-
va, racionalista, competitiva y tecnológica; la otra cul- ción, surgida “dentro de la revolución renacentista
turalmente crítica y autocrítica, inclinada a desmitifi- para desviar su dirección, para trasladar la nueva
car los valores básicos de la primera”1. Pero Negri, imagen de la humanidad a un plano trascendente,
además, dota a la “modernidad perdida” de un árbol para relativizar la capacidad de la ciencia de transfor-
genealógico de pensadores, al que no habría que for- mar el mundo y, sobre todo, para oponerse a que las
zar demasiado para incluir a Nietzsche. Esta genea- multitudes volvieran a apropiarse del poder”. Dicha
logía podría completarse con una serie de escritores, contrarrevolución triunfó finalmente, e impuso una
encabezados por Rabelais, que Bajtin plantea en su serie de trascendencias religiosas, políticas y econó-
ya clásico La cultura popular en la Edad Media y el micas. Llegará incluso a transferirse la trascendencia
Renacimiento. de Dios al Hombre. La paz impuesta por la guerra de
Según Hardt y Negri, “La modernidad no debe los Treinta años transformó la paz humanista y eras-
entenderse como un proceso uniforme y homogéneo, mista en una “condición miserable de supervivencia,
sino más bien como un fenómeno constituido al el apremio extremo de escapar a la muerte”, explo-
menos por dos tradiciones distintas y en conflicto. La tando la angustia y el temor de las masas. Sin embar-
primera es iniciada por la revolución del humanismo go, toda una tradición de pensadores levanta acta de
del Renacimiento, desde Duns Escoto hasta Spinoza, ese impulso revolucionario: Nicolás de Cusa,
con el descubrimiento del lugar de la inmanencia y el Marsilio de Padua, Maquiavelo, Spinoza, Marx…
elogio de la singularidad y la diferencia. La segunda Dicha tradición, desde el origen de una moderni-
tradición, el Termidor de la revolución renacentista dad conflictiva, se sitúa en un plano digamos “teóri-
procura controlar las fuerzas utópicas de la primera co”; sin embargo, puede hablarse de otro “canon”,
mediante la construcción y la mediación de dualis- más literario, complementario del bando defensor de
mos, y llega finalmente al concepto de soberanía la inmanencia. En palabras de Negri, la modernidad
moderna como una solución provisional”2. No se inaugura con la risa de Rabelais, “con la suprema- página 21
vamos a seguir aquí este complejo proceso, pero inte- cía realista del vientre del pobre, con una poética que
resa destacar algunos rasgos del conflicto para com- expresa todo lo que hay en la humanidad desampa-
pararlos luego con el que enfrentará a la cultura ofi- rada, ‘de la faja central hacia abajo’”. Reveladora-
cial y a la popular en Bajtin. mente, para Bajtin, determinadas manifestaciones de
YOUKALI, 14
Siguiendo el planteamiento de Hardt y Negri, la risa popular que formaban parte de la “cultura
entre los años 1200 y 1600 se produjo en Europa el carnavalesca” se oponían a la cultura oficial en la
descubrimiento de la inmanencia, como resultado de Edad Media y el Renacimiento. Dichas expresiones
un proceso secularizador que desautorizaba a los de la comicidad medieval encontraron su expresión
poderes divinos y trascendentes en las cuestiones suprema en la obra de Rabelais. “Ofrecían una visión
mundanas. Se inicia una concepción antidualista en del mundo, del hombre y de las relaciones humanas
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Sus formas de expresión son dinámicas y cambiantes; una cosmovisión profunda, de una concepción esté-
se rige “(…) por la lógica de las cosas “al revés” y tica de la vida práctica que Bajtin denomina realismo
“contradictorias”, de las permutaciones constantes de grotesco: un principio espontáneo y positivo que se
lo alto y lo bajo (…) y por las diversas formas de paro- opone a cualquier carácter ideal abstracto que inten-
dias, inversiones, degradaciones, profanaciones, te separarlo de la tierra y el cuerpo. Su representante
coronamientos y derrocamientos bufonescos”. Bajtin no es el egoísta individuo burgués, sino el pueblo en
ISBN: 1885-477X
destaca en la risa carnavalesca su carácter popular, su totalidad, lo que inevitablemente recordaría los
3 Mijail Bajtin, La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Alianza, Madrid, 1999
taban en la Antigüedad, no existía una oposición
MISCELÁNEA
marcada entre las culturas oficial y popular. La cultu-
ra medieval oficial adoptaba un “tono serio” como
única forma de expresar la verdad; asociado al
miedo, la veneración, la docilidad, etc. “La verdade-
ra risa, ambivalente y universal no excluye lo serio,
sino que lo purifica y lo completa. Lo purifica de dog-
matismo, de unilateralidad, de esclerosis, de fanatis-
mo y espíritu categórico, del miedo y la intimidación,
del didactismo, de la ingenuidad y de las ilusiones,
de la nefasta fijación a un único nivel, y del agota-
miento”; ni siquiera se opone a un comportamiento
heroico cuando la ocasión lo requiera, “sino más bien
a los siniestros delatores e hipócritas, enemigos de la
verdad libre y alegre”.
Cosmovisión que, en suma, combina “(…) el uni-
planteamientos de Nietzsche, si no fuera por el des- versalismo (la vida y la muerte), el lado material y
precio que el filósofo exhibe por todo lo que proven- corporal (el vino, el alimento y el amor carnal), el sen-
ga de la plebe, la democracia, el socialismo, a pesar timiento elemental del tiempo (juventud, vejez,
de su ferviente defensa del innatismo. carácter efímero de la vida y versatilidad del destino)
El mencionado realismo grotesco se basa en la fer- con un utopismo original (fraternidad de los bebedo-
tilidad, el crecimiento y la superabundancia, y su res, triunfo de la abundancia, victoria de la razón,
principio rector es la degradación, “la transferencia al etc)”. Nos habla del drama de la vida corporal desde
plano material y corporal de lo elevado y espiritual, el coito hasta la muerte, pasando por las necesidades
ideal y abstracto”. Se encuentran ejemplos de la materiales; pero no del cuerpo individual, sino del
degradación del ritual caballeresco en el Quijote gran cuerpo popular de la especie.
(molinos-gigantes, campesinas-damas, rebaños-ejér- Sin embargo, para Bajtin, a partir de los siglos
citos). La risa es la que cumple la función de materia- XVII y XVIII las formas y ritos carnavalescos se redu-
lizar y degradar. Pone en contacto “(…) con la parte cen, falsifican y empobrecen; concretamente en lite-
inferior del cuerpo, el vientre y las zonas genitales, ratura se pierde el contacto con la plaza pública.
(…) con los actos como el coito, el embarazo, el alum- Subsisten, en cambio, en la commedia dell´arte, en
bramiento, la absorción de alimentos (…) La degra- obras de Moliere, Voltaire, Diderot, Swift e incluso
dación cava la tumba corporal para dar lugar a un Sterne. En suma, si algo sobrevive es la comprensión
nuevo nacimiento”. Su ambivalencia es evidente: de que lo existente es relativo y de que es posible un
posee un valor negativo a la vez que positivo y rege- orden distinto del mundo. El nuevo grotesco pre-
nerador –de este carácter positivo, de comienzo, es romántico y romántico expresa una visión del
de lo que carece la parodia moderna. Las imágenes mundo negra, subjetiva e individual, lejos de la
que mejor reflejan esta ambivalencia son las figuras visión popular y carnavalesca. La risa se vuelve
de terracota de ancianas embarazadas que ríen: la humor, ironía y sarcasmo, ya no es jocosa, alegre y
muerte encinta. Se hace siempre referencia a un cuer- regenerativa. “El sentido positivo de la imagen está página 23
po abierto e incompleto que se abre o penetra al subordinado al objetivo negativo de la ridiculización
mundo exterior a través de bocas, genitales, falos, a través de la sátira y de la condena moral”.
barrigas, todo lo contrario del solipsismo cartesiano. Como a Bajtin, a Huizinga se le ha criticado por
Esta cosmovisión se enfrenta a determinados tener sobre la Edad Media una visión más de etnólo-
YOUKALI, 14
cánones de la Antigüedad clásica, base de la estética go que de historiador, de haber atendido más a la
del Renacimiento: cuerpos acabados y perfectos, lejos concepción del amor, a las fiestas y a los entierros que
del nacimiento y de la muerte, aislados y cerrados, a la política internacional. También Huizinga, en
sus orificios tapados. No obstante, Bajtin sostiene – y Homo ludens4, habla de la cultura como juego y sos-
no acaban las coincidencias con Nietzsche– que tiene que nuestra época ha extraviado el sentido de
ambos cánones han sido caras opuestas de la misma juego y de sus reglas. Por ejemplo, los desfiles nazis
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fundamental seriedad, su adhesión a reglas raciona- popular, liberador y subversivo con que se caracteri-
les, su capacidad de aunar, aun en la competencia, za a lo cómico es consecuencia de la licencia concedi-
convivencia y civilización”5. Compara puerilidad da para violar la regla, licencia sólo válida para
totalitaria y juego genuino: los boy scouts juegan “quien tiene interiorizada esta regla hasta el punto
como niños sabiendo que juegan; los nazis y fascis- de considerarla inviolable”. No hay, pues, “(…) car-
tas, también uniformados, “(…) juegan puerilmente naval posible en un régimen de absoluta permisivi-
creyendo que hacen algo serio e ignoran la acepta- dad y de completa anomia, puesto que nadie recor-
ción de reglas sociales propias del juego, la tolerancia daría que es lo que se pone en cuestión”. La transgre-
en la competición”. sión carnavalesca se reduciría, pues, a una manifesta-
Esto no debería hacer creer que Huizinga ve al ción anual tras un año de estricta observancia de la
deporte formando parte de su civilizado concepto de regla, lo que desmiente su carácter liberador. Y aquí
juego. En realidad lo considera la actividad menos es donde Eco encuentra ciertas similitudes entre el
lúdica que existe y, por tanto, menos cultural y civili- carnaval y el deporte y otros espectáculos mass-
zada. Esta noción del deporte enlaza con la manteni- mediáticamente administrados para controlar y
da por Umberto Eco en La estrategia de la ilusión. “El regular, en este caso basándose en el comercio y con-
deporte es (…) la negación de todo discurso, y por sumo de esquemas cómicos. “Se permite reír justa-
consiguiente es el principio de la deshumanización mente porque antes y después de la risa es seguro
del hombre, o la invención “humanística” de una que se llorará”.
idea del hombre falseadora desde el principio”. Al Estas observaciones no invalidan la tesis de
parecer, el deporte adopta la imagen del derroche Bajtin; el fin de la situación carnavalesca no es eterni-
lúdico al que no puede renunciarse: “ejercitarlo sig- zarse ni convertirse en status quo, tan sólo sirve de
nifica ser libre y liberarse de la tiranía del trabajo recordatorio de la utopía que permitió concebir la
indispensable”. Al dotarlo de reglas competitivas “modernidad perdida” con sus elementos creativos,
entra además en juego la inteligencia. Pero, para Eco, liberadores, innatistas… Bajtin reconoce que la victo-
la competición disciplina y neutraliza las fuerzas de ria de la risa sobre el miedo y la intimidación del
la praxis, de donde extrae su fuerza la política. poder, sobre la muerte, la resignación y el infierno es
El deporte visto, el espectáculo deportivo, además tan sólo provisional y efímera; “sin embargo, gracias
de no ser sano, es un instrumentum regni que pone a los resplandores que la conciencia humana vislum-
freno a las energías incontrolables de la multitud. Lo braba en estas fiestas, el ser humano lograba forjarse
que Eco denomina “cháchara deportiva” tiene todas una concepción diferente, no oficial, sobre el mundo
las apariencias del discurso político; encauza la acti- y el hombre, que preparaba el nacimiento de la
tud política, crítica y de juicio hacia la discusión sobre nueva conciencia renacentista”7. No resulta despre-
las “estrategias” deportivas: “permite jugar a la con-
ducción de la Cosa Pública sin los problemas, deberes
e interrogantes de la discusión política”6. “Quien par-
lotea sobre el deporte se cree deportivo, sin advertir
que no practica deporte alguno. Así no se da cuenta
siquiera de que no podría practicarlo, porque el traba-
página 24
MISCELÁNEA
antitética a la carnavalesca como la actual, en que la culto El nombre de la rosa: ser una inapreciable arma
gente parece haber olvidado el ejercicio de sus más contra el miedo y el dogmatismo8. El problema es
elementales derechos, una minoría ejerce su poder que escatima a la risa sus “cartas de nobleza”, arreba-
indiscutible en nombre del miedo a una situación tándole características que de hecho sí posee la risa
todavía peor, la multitud obedece dócil y resignada- carnavalesca. Por ejemplo, la risa no impide la iden-
mente, una forma de gobierno más o menos demo- tificación con el objeto de burla. El que ríe es asimis-
crática se sustituye por una oligarquía sin que nadie mo objeto de su propia burla. Existe una fraternidad
se rasgue las vestiduras, y la risa, en fin, se congela en de bebedores, hermanados por el hecho de la vejez y
la cara de la mayoría. la muerte, de la que sólo están excluidos “los sinies-
Umberto Eco introduce una última sospecha, la tros delatores e hipócritas, enemigos de la verdad
de que exista una categoría de lo cómico más noble y libre y alegre”. Por otra parte, que la risa sea más
reflexiva, el humorismo, comparada con la cual la jocosa y vulgar que noble y reflexiva nunca ha cons-
simple risa se vuelva jocosa y vulgar. Basándose en tituido un problema, más bien se tiene a gala; preci-
las definiciones de una serie de autores, desde samente, Bajtin se queja de que la risa se desnaturali-
Aristóteles a Pirandello, pasando por Kant y za, se vuelve humor, ironía y sarcasmo cuando pierde
Baudelaire, Eco caracteriza lo cómico como una rup- su carácter alegre y regenerativo. Esto no significa
tura de las expectativas normales que provoca risa que la reflexión esté ausente: se detecta en la com-
debido a la distancia y superioridad que mantiene el prensión de la relatividad de lo existente y su paro-
espectador de dicha ruptura. Pero cuando se pierden dia, y en el vislumbre de un orden distinto del
la distancia y la superioridad respecto al objeto de mundo.
burla, nos identificamos con él, sentimos empatía o En el carnaval no nos distanciamos de nosotros
piedad, reflexionamos sobre la comicidad de la situa- mismos y nos vemos como un actor: somos ese actor.
ción o anticipamos la posible comicidad de una situa- Que la risa pueda ser trágica y que haga referencia a
ción que aún no es cómica; incluso cuando somos el la muerte, Bajtin lo admite. Es su carácter regenerati-
objeto de burla (o de tragedia) y nos distanciamos de
nosotros mismos, nos vemos como un actor que nos
interpreta, estamos pasando de lo cómico a lo humo-
rístico, y ya no reímos, sino que sonreímos –o no-. De
hecho, existen innumerables ejemplos de lo cómico
no acompañados de la risa.
Eco cree que Pirandello confunde su definición de
lo cómico con la de arte. El autor de El difunto Matías
Pascal sostiene que la comicidad viola los códigos,
arrebata las máscaras y nos muestra bajo ellas el
carácter contradictorio de la vida. Pero, según Eco,
esa es la definición de arte que están dando las esté-
ticas contemporáneas. Llegado este punto, lo cómico
se ha complicado tanto, se ha vuelto tan reflexivo que
ya no resulta cómico, incluso puede hacernos llorar. página 25
Es curioso que lo que Eco no concede a la risa en
YOUKALI, 14
8 Parece que Umberto Eco tuvo en cuenta dicha perspectiva en la resolución de la intriga de El nombre de la rosa: el villano escon-
de a todos la perdida obra de Aristóteles, la apócrifa Comedia, debido al peligro que la risa podría representar para el miedo al
infierno suscitado por la religión. Este espíritu de lo “no serio” que Kundera atribuye a la novela corre paralelo a la “desdivi-
nización” y “desacralización” del mundo, y se confirma en las siguientes palabras de Renan, citadas desdeñosamente por
William James para apoyar su afirmación de que la religión siempre se relaciona con un estado de ánimo serio: “Hay muchas
posibilidades de que el mundo sea tan sólo una pantomima mágica de la que Dios no se preocupa (...) Abandonaos, según la
ISBN: 1885-477X
hora, a la confidencia, al escepticismo, al optimismo, a la ironía, y estaréis seguros de que en algunos momentos, como míni-
mo, poseeréis la verdad (...) El buen humor es un estado de ánimo filosófico; parece susurrar a la naturaleza que no nos la
tomamos tan en serio como ella a nosotros. Mantengo que siempre deberíamos hablar de filosofía con una sonrisa. Debemos
al Eterno el ser virtuosos, pero tenemos el derecho de añadir a este tributo nuestra ironía, como represalia personal de alguna
clase (...) Únicamente queremos que el Eterno sepa que si aceptamos el fraude lo hacemos intencionada y libremente”, Feuilles
détachées, citado en William James, Las variedades de la experiencia religiosa. Estudio de la naturaleza humana, Ediciones Península,
Barcelona, pág. 69.
vo el que conserva la risa y mantiene a distancia el El discurso de Schveik es plebeyo, de incontinencia
MISCELÁNEA
miedo y el llanto. Si Eco ve demasiado próximas las alcohólica; su humor, más popular que intelectual,
definiciones de comicidad y arte contemporáneo, surgido del vientre y del trasero. Sin embargo, este
tanto mejor para el arte contemporáneo. Si la risa car- humor “auroral” va tornándose, a medida que avan-
navalesca se aproxima más a la estética contemporá- za el relato y se interna en los campos de batalla, un
nea que a cualquier estética pasada es que, como bien humor de nocturnidad romántica y expresionista,
dice Bajtin, mira más al futuro que al pasado. En tér- emparentado con George Grosz y Kokoschka.
minos análogos a los de Pirandello, como el arte con- Adquiere un signo fecal, ya que los “(…) soldados
temporáneo, el carnaval viola las normas, aunque marchan, defecan, matan, vuelven a defecar y al final
sólo por un día, no arrebata las máscaras sino que las mueren, a veces en el acto mismo de defecar”. Pero
otorga para resaltar lo contradictorio de la vida. no es una fecalidad regenerativa, ya que de ella sólo
Como corroborando las tesis de Eco respecto a las emerge la incongruente retahíla de Schveik.
estéticas contemporáneas, Bajtin detecta un retorno Pitol sostiene que entre este tipo de humor negrí-
del realismo grotesco en el siglo XX. Cita a Alfred simo y la risa se establece una ruptura insalvable,
Jarry, el surrealismo, el expresionismo, Thomas como en la obra de Beckett y el teatro del absurdo.
Mann, Bertold Brecht, aunque con reservas, puesto Una mueca congelada acompaña su lectura. Entre el
que la risa jocosa y regenerativa se ha convertido ya marasmo del mundo bélico desordenado e insensa-
en ironía y sarcasmo –en humorismo-. Pero no cita a to, con su multitud condenada, hambrienta y beoda,
Hasek, ni a Beckett, ni a Gombrowicz –ni a Valle- carente de toda épica, la incontinencia verborreica de
Inclán. En cambio, Sergio Pitol encuentra en Las Schveik presta cierta apariencia de cordura: su voz
aventuras del soldado Schveik9 el inconfundible sello sigue siendo humana en medio del absurdo de la
del realismo grotesco. “El mundo de Hasek es un guerra. El personaje está rodeado de una permanen-
mundo al revés, donde los mecanismos del poder se te ambigüedad que le hace oscilar entre la imbecili-
confunden con los del carnaval, y donde trama y len- dad genuina y la astucia picaresca. Recordaría a cier-
guaje constituyen una unidad marcada con el sello tos personajes “bartlebyanos”, si no fuera porque no
rabelaisiano”10. En la novela de Hasek, la Historia deja de moverse ni de hablar; casi roza la tragedia:
pierde progresivamente sus dones y privilegios con- sus continuas anécdotas nos recuerdan el absurdo
virtiéndose en decorado para las acciones desorbita- total que rige los destinos humanos. Pero la angustia
das y grotescas del soldado Schveik y sus compañe- y la pesadilla kafkiana de la burocracia y la guerra
ros de armas y de taberna. La intención de Hasek, acaban resolviéndose en una broma pesada.
como la de Rabelais, es degradar la Historia. Pitol sugiere que una proliferación de Schveiks
“Atrapado en un pérfido mundo carcelario y admi- colapsó la Unión Soviética y sus satélites. Roguemos
nistrativo en apariencia inexpugnable –como los des- por que ocurra algo similar en nuestra sociedad oli-
critos por Kafka- Schveik acabará forzosamente por gárquica. Ineptos, oportunistas, ignorantes desfacha-
desvencijarlo y hacerlo estallar”, ya que los Schveiks, tados, conformistas y aduladores no faltarán. Está
bobos, desagradables, vulgares y con la vitalidad claro que Schveik forma parte de los Originales de
indestructible de lo inacabado, “(…) son los sepultu- los que habla Deleuze, de los arquetipos de nuestra
reros perfectos de cualquier imperio” –¿incluso del convulsa época, aun teniendo en cuenta sus orígenes
imperio del que hablan Hardt y Negri? en el carnaval rabelaisiano.
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9 Jaroslav Hasek, Las aventuras del soldado Schvejk, Ediciones Destino, 2004.
10 Sergio Pitol, El arte de la fuga, Anagrama, Barcelona, 1997
EL CAPITAL SÓLO PONE LA MITAD
MISCELÁNEA
por Eduard Ibáñez Jofre
normalizado, endeudado…
tientes, trabajadores y propiedad privada, apoyándo- ción en la que transforman las capacidades produc-
se en los quiebros científicos y tecnológicos y en la tivas en leyes favorables, seguridad, derechos, inde-
radicalidad social, pugnan por desbordar las líneas pendencia…
oponentes y arrastrar al centro, que si bien suele mos-
trar una admirable capacidad de resistencia (y esa es 5
una de sus virtudes), normalmente se encuentra
ISBN: 1885-477X
versibles. El combate siempre empuja hacia delante y resultado de manipulaciones, ni se deben a la mio-
prohíbe mirar atrás. Y proscribe especialmente las pía de los agentes, ni es un velo que disimula y pro-
suposiciones, los condicionales, lo que “se tendría duce efectos ficticios; o mejor dicho, sí que es un
que hacer”, “se habría tenido que hacer” o “se hubie- velo, pero de efectos reales, es la “niebla de la gue-
YOUKALI, 14
ciben. Resulta extraño que combatientes experimen- fundadas, arraigadas en las posiciones: el mismo
tados a menudo no consigan apreciar o distinguir las lugar desde el que se aspira a engullir la totalidad
acciones combativas y lleguen a dar por buena la de las capacidades productivas es el que entorpece
extinción o el adormecimiento de la lucha. Sin duda, la visión y comprensión de esa totalidad. Es otra vez
entran aquí factores como la falta o el exceso de con- la ambigüedad de la posición: precisa captar la
fianza, presentes tanto en los propietarios privados generalidad productiva como garantía de supervi-
vencia, pero tiene dificultades para ver todo lo que cia) no se niegan y por tanto no tienen que negarse a
MISCELÁNEA
sucede. sí mismos, negar su condición anulada, para existir.
Pero de nuevo también no son aspectos que se No se anulan, no quedan encerrados, no desapare-
niegan dialécticamente, no se oponen o restan; uno cen, no se esconden unos detrás de otros. Ni tampo-
no anula al otro, la verdad no liquida las ilusiones, ni co se relevan, se pasan entre sí poderes o se delegan
las ilusiones acaban con la verdad. Las ilusiones no fuerzas. Por el contrario, todos muestran su consis-
aplacan la furia de los combatientes, ni restringen la tencia, exhiben su corporeidad, pugnan por hacerse
intensidad del conflicto. Pueden confundir al comba- un hueco en el combate.
tiente y despistarle sobre la posición propia o enga- Se insiste en que el capital es una relación y que
ñarle sobre la posición contraria. Pero el conflicto no dentro de ella se ventila el conflicto. Pero es una rela-
se calma, al contrario, se recrudece, pues la falta de ción que debe proyectar y con la que se lanza para
visión, las deficiencias de comprensión, la pérdida de abarcar la generalidad productiva. De hecho, lo que
referencias de un combatiente son un acicate para su necesita ser explicado es cómo la propiedad privada
contrincante, una oportunidad para sorprenderlo. se ensambla a las inmensas capacidades productivas
Las ilusiones propician los acontecimientos inespera- humanas, cómo debe verter ingentes toneladas de
dos, las acciones imprevistas, las sorpresas. capital, dinero, paro, “realidad”… para acoplarse a
esta generalidad. Pues al abrirse a la inmensidad pro-
10 ductiva, la propiedad privada se expone al espacio en
el que los trabajadores viven y luchan. Del mismo
El conflicto nunca se apaga o sublima, porque sus modo que en la producción la propiedad privada
elementos constitutivos (combatiente y espacio de solo aporta medios de producción o dinero, en el
conflicto, posición y formas, conocimiento e ignoran- combate también pone solo la mitad.
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ISBN: 1885-477X
GORE VIDAL,
MISCELÁNEA
por J. S. de Monfort
[http://www.jsdemontfort.com]
1.
vano se dedicaba durante horas (a veces cuatro o ge blanc, pues tuvieron dos hijos. Durante este
cinco al día) a leerle a su abuelo, que había queda- periodo, mientras duró el nuevo matrimonio de su
do ciego de niño, el melancólico Thomas Pryor madre (seis años), Vidal estudió en St. Albans
Gore, senador demócrata por Oklahoma y amigo (Washington), en la academia de El Álamo (New
de Mark Twain. En la parte superior de la mansión Mexico) y Exeter (New Hampshire).
de Rock Creek Park había una estupenda bibliote- Sería precisamente en St. Albans donde iba a
ca con miles de volúmenes.
ISBN: 1885-477X
MISCELÁNEA
cincuenta años con Howard Austen, a quien cono- escribió tres novelas de misterio). El paso siguien-
ció a los veinticinco (Howard entonces tenía vein- te fue abandonar la escritura de novelas durante
titrés). El secreto, al parecer, sería que ambos no diez años (y eso después de haber, finalmente,
han mantenido relaciones sexuales y, por lo tanto, encontrado su voz con The judgement of Paris,
el deseo o el intento de posesión quedan afuera. publicada en 1953 y llena de referencias a la litera-
Paradójicamente, en su memoir Palimpsest escribe tura clásica griega y que le sirvió para abandonar
Vidal “Solo en la igualdad puede haber amor”. lo que él llama “el estilo nacional”, un estilo plano
Cada quien que saque sus propias conclusiones. y, de alguna manera, afectado) y concentrarse en
Tras su graduación en Exeter, a los diecisiete otro tipo de escritura más rentable: la televisión y,
años, Vidal se alista en el ejército y lo destinan a las más tarde, el cine.
Islas Aleutianas, entre el mar de Bering y el Vidal, quien nunca tuvo dificultad para la escri-
Océano Pacífico, en un barco de abastecimiento de tura y muchas de cuyas novelas y obras de teatro
suministros. A su vuelta trabaja brevemente de fueron escritas en tiempo record (en un mes e
asistente editorial en E. P. Dutton, en Nueva York, incluso en una semana), acabaría escribiendo a lo
y en 1946 publica su primera novela: Williwaw, una largo de su vida veinticinco novelas, unas memo-
historia sobre sus experiencias de la guerra conta- rias (en dos partes y una suerte de coda con foto-
das al estilo hemingweiano (al parecer antes había grafías), un volumen de relatos cortos, más de dos-
tenido al menos seis intentos fallidos de acabar cientos ensayos, cinco obras de Broadway, docenas
una novela). A esta le seguiría In a yellow wood de obras de teatro para la televisión y unos cuan-
(1947) y The city and the pillar (1948), que fue un tos films. “No puedo recordar cuando no he esta-
éxito formidable y entró en las listas de best-sellers do escribiendo”, le refería a Gerald Clarke en una
del New York Times. La novela, según los estánda- entrevista para la revista The Paris Review. Y ya en
res actuales, podría considerarse taimada y poco sus tiempos de estudiante en Exeter, al parecer, le
explícita, sin embargo fue un escándalo para la habría dicho a un compañero: “viviré de la escritu-
época, y calificada de pornográfica, pues trataba ra”. Cosa que acabó siendo premonitoriamente
por primera vez una relación homosexual. El libro cierta. Y tanto que no solo escribió sus libros una
estaba dedicado a su amor de juventud, Jimmie vez, sino que después, años más tarde y al revisar-
Trimble y que murió por las heridas que le causó los para volver a ser publicados, muchos de ellos
una granada en Iwo Jima, en 1945. Vale la pena fueron reescritos.
mencionar que sobre el tema de la pornografía, y Vidal, amante (y activo alentador) de las cons-
en un ensayo de 1966 para The New York Review piraciones, se quejaba de que la Academia y el esta-
of Books, escribía Gore Vidal en su estilo punzan- blishment literario norteamericano no le hacían
te que ”la única víctima de la corrupción porno- caso, y se afanaba en decir que eso se debía a que
gráfica es la prosa inglesa”. no le perdonaban su autodidactismo (Vidal nunca
Según Vidal, la osadía de hablar abiertamente fue a la universidad y se jactaba de haberse forma-
de la homosexualidad le trajo como consecuencia do leyendo por su cuenta y con las películas, en las
que el New York Times le pusiera en la lista negra que quería observar una vuelta al aprendizaje al
y vetara la reseña de sus siguientes libros. Así las modo de la tradición oral homérica, pues había
cosas, caído en el ostracismo, Vidal tuvo que resig- que educarse con ellas atendiendo concentrada- página 33
mente en un único visionado –entonces no había
sistema de reproducción de vídeo casero-). Sin
embargo, parece más factible que su reputación se
viese perjudicada de manera más mortífera por
YOUKALI, 14
MISCELÁNEA
nado (y quizá herido en su orgullo), lo volvió a
El tema de Gore Vidal, en cualquiera de los proyec- intentar. Y fuese igual por su creencia en la predes-
tos que emprendió, siempre fueron los Estados tinación de nuestras naturalezas más íntimas (y así
Unidos. “Los Estados Unidos de la Amnesia”, los la suya estaría reservada a la política) y animado
llamaba él irónicamente. Su ideario político era (igual que en 1960) por la opinión de su amiga ínti-
una suerte de anti-imperialismo populista (herede- ma Eleanor Roosevelt, quien decía que la gente es
ro del People´s Party) y basado en la creencia de la como es y que no se la puede cambiar (y aquí se ha
corrupción es algo sistémico en los USA. Decía de hacer notar una de las memorables frases de
Gore que su verdadera educación política se dio Vidal que dice que “no hay ningún problema hu-
cuando comenzó a ganar dinero y vio cómo éste mano que no se pueda resolver si la gente sencilla-
era, de inmediato, confiscado por la maquinaria mente actúa según mi consejo) el caso es que en
militar del estado. Y es que, en aquella época (años 1982 volvió a intentarlo. Esta vez en California, por
cincuenta), todo aquel que ganase más de 100.000 un puesto en el Senado. También por el partido
dólares al año se veía obligado a pagar unos demócrata. Y volvió a perder. Uno de sus mejores
impuestos del noventa por ciento (ha de decirse atributos como orador, y del que se jactaba con elo-
que Jack Kennedy los bajaría más tarde –según cuencia, era el de saber hacer reír a las multitudes.
Vidal por recomendación suya- a un sesenta por Según parece, esto no fue suficiente.
ciento). Vidal veía que si el estado se llevaba gran Charles McGrath escribió en su obituario para
parte del dinero que ganaba la gente, éste tendría el New York Times que, a pesar de haber perdido
que estar obligado a proveer a los ciudadanos gra- dos veces, se comportaba como una suerte de pre-
tuitamente de sanidad, educación y todas las otras sidente en la sombra. De todos modos, en lo que
cosas que los gobiernos del primer mundo daban a respecta a la política su figura siempre quedará
sus ciudadanos. En aquella época, y aun siendo asociada a los Kennedy, y ello porque Jackie
demócrata, a Gore lo consideraban un comunista. Kennedy Onassis era su hermanastra (el segundo
De todos modos, para Gore la política era una cosa marido de su madre, tras el divorcio, se casó con la
familiar, más un modo de vivir o estar en el madre de Jackie Kennedy). En un tiempo, además,
mundo, o sea, un proceso, y por ello menos teórico en la primera mitad de la década de los sesenta, se
e ideológico que práctico. Él era, en el fondo, un le conocía como el apologista de Kennedy al que
conservador que solamente buscaba la gloria per- no se le habían recompensado adecuadamente sus
sonal (igual que JFK). favores. Y, de nuevo aquí, cada cual que saque sus
Gracias al dinero ganado en los años en que se propias conclusiones.
dedicó a trabajar en la televisión y el cine, pudo
finalmente saltar a la política. En 1960 se presentó a 4.
las elecciones al Congreso por el distrito veintinue-
ve. Y perdió. Y ello a pesar de haber sacado más Quizá sea un poco exagerada la declaración de
votos que el candidato presidencial de aquel mismo Jason Epstein, su editor de toda la vida en Random
año por el partido demócrata: John F. Kennedy. House, al decir que Vidal era la versión americana
Sin embargo, y aun opinando en términos dar- de Montaigne. Pero lo cierto es que la parte más
winianos que en cuestiones políticas lo que no interesante de su obra está en su vertiente ensayís- página 35
tica (la mayoría de sus ensayos se publicaron en el
The New York Review of Books y Times Literary
Suplement). Y ello por dos razones: la energía e
inteligencia que de ellos se desprende (las cualida-
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sido elegido por el autor. Decía Vidal que si sus Trimble. La pérdida del verdadero amor, en otras
ensayos eran buenos era por la razón de que los palabras, que le obligó a tener que conformarse en
escribía por iniciativa propia, no por encargo y que adelante con los meros fragmentos ruinosos de la
escribía solo de aquello que quería escribir. Es una pasión y el sexo anónimo. Y de ahí, probablemen-
de las ventajas de ser rico, dijo en algún momento te venga también su célebre dictum de que su
también, poder tomarse todo el tiempo necesario cometido como escritor no era el de decir nada
para escribir cabalmente un ensayo. Epstein, su edi- nuevo, sino nada más que apenas añadir algunas
tor, dijo también que Vidal tenía demasiado ego cosas a lo ya dicho o escrito por otros. Y su auto-
para ser un escritor de ficción y tener que subordi- conciencia de su personalidad fría, distante, de la
narse a caracteres imaginados (esto lo resolvió –par- que decía que, roto el hielo, debajo no había más
cialmente- en sus novelas históricas insertando en que mucha más agua fría.
los caracteres secundarios sus propias opiniones Al respecto de su fijación por ser un trivial
sobre los personajes reales, en tanto que se mante- comentarista, se ha de llamar la atención sobre su
nía fiel a la Historia verificable). recurrente nostalgia de una época en la que la lite-
En sus ensayos, sin embargo, la vanidad y ese ratura estaba en el centro de la cultura, en la que
sofisticado cinismo del que hacía gala, no solo no los escritores eran conocidos mundialmente y sus
entorpecen sus argumentos, sino que los refuer- obras se discutían con afán y esmero. Siendo que
zan, consiguiendo que su visión personal, aun esto ya hace muchísimos años que no es así, y
cuando se puede estar en desacuerdo con él (cosa viendo cómo cada año declina el número de lecto-
que a mí me sucede con frecuencia), resulte didác- res de literatura seria, Vidal quiso construirse una
tica, ingeniosa y atractiva. La ironía, aplicada sobre personalidad pública como una especie de intelec-
los otros, le valió su reconocimiento público, alen- tual en la época de la imagen (es también, en el
tado por las constantes apariciones televisivas. El fondo, un superviviente), situándose -al tiempo-
problema es que esa misma ironía aplicada a uno en el centro del torbellino y portando la égida de
mismo da como resultado que a uno se le conside- una generación de escritores que son el puro testi-
re un vanidoso, dejó dicho Vidal. Pero ello, en lo monio del “fin de la novela”. Una idea, un mito
que respecta a su obra ensayística, es más bien un más que añadir al fabulario de Vidal, pues en esa
acicate y así, esa malévola comicidad con la que se supuesta época floreciente y crucial para la litera-
permite la burla descarada e incluso el menospre- tura, escritores como su admirado Henry James no
cio expedito (como, por ejemplo, cuando escribe vendían más de dos mil ejemplares, mientras que
de su colega John Updike o en contra del nouveau él, Vidal, llegó a vender más de un millón de ejem-
roman y prácticamente todo el experimentalismo plares de The city and the pillar cuando se reeditó en
literario americano de los años sesenta, con tapa blanda.
Pynchon y Barth a la cabeza) provocan una com- …
plicidad genuina con el lector. Escribió Gore Vidal en Palimpsest que “lo que quie-
Vidal opinaba que el mejor tipo de escritor es ren los otros que tú seas es lo que acabarás siendo,
aquel que huye de la profesionalización, quien no a pesar de todas las evidencias de lo contrario”. Y,
toma la literatura como una carrera, y así o bien es así, en el caso de Vidal, el cínico irritante le negó la
página 36
un diletante o bien un amateur. La vida y la litera- mayor al muchacho feliz y enamorado. He aquí la
tura de Gore Vidal fueron una constante entre tragedia: la Arcadia irremisiblemente perdida, la
ambas aguas. Y es en el ensayismo, dada su propia Sodoma ganada.
naturaleza empirista, donde mejores resultados
cosecha. Entre sus autores más admirados estaban
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5.
MISCELÁNEA
Siete (7) respuestas rápidas para siete (7) preguntas clave
La Marabunta
Libreria & cafe
C/ Torrecilla del Leal, 32.
Lavapies, Madrid
Tlf.: 915305555
libreria@lamarabunta.info
1. ¿Qué y quiénes sois LA MARABUNTA? ¿Qué tema mercantil, primero, de sobrevivir y, luego, de
pretendéis? ¿A quiénes os dirigís? influir eficazmente en su medio social?
La Marabunta son muchas cosas a la vez, nuestro Siendo realistas trabajando para hacer posible lo
nombre representa, en cierta medida, la pretensión de imposible, económicamente el proyecto es cuanto
aunar diferentes proyectos en una propuesta común. menos arriesgado y no persigue nada más y nada
En nuestra propia definición como colectivo intenta- menos que subsistir económicamente, y en el hipoté-
mos expresar esta multiplicidad. “La Marabunta es tico caso de que generar beneficios, una vez cubierta
un proyecto asociativo nacido a caballo entre 2010 y la subsistencia, invertirlos en nuevos proyectos de
2011 con la vocación de ser una librería - café y economía social, de encuentro y generación de pensa-
un espacio cultural, un punto de encuentro, de crítica, miento crítico.
de difusión, de reflexión…” La Marabunta es y pre- Otra cosa, bien distinta del plano económico, es la
tende ser mucho más que una librería para convertir- capacidad que está mostrando el proyecto para
se en un espacio de transformación de la realidad. influir en su medio social, de hecho este era y es uno
La Marabunta está formada por un colectivo promo- de los pilares del proyecto: “En La Marabunta enten-
tor de trece personas (se nota que no somos supersti- demos que hay otra manera de hacer las cosas, otra página 37
ciosas) que gestionan el día a día del proyecto, unos manera de entender el mundo, y que un espacio de
cuarenta socias/os que aportaron la ilusión, la con- estas características alimenta, como tantas otras ini-
fianza y, porque no decirlo, el dinero suficiente para ciativas, ese otro mundo posible en el que creemos.”
que el proyecto echara andar. Pero la Marabunta tam- Una prueba de nuestro trabajo en este sentido, son
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bién son las cien personas suscritas a la librería, las los 162 actos realizadas en la Marabunta en el 2012 así
cuarenta y cinco que forman parte del grupo de con- como las diversas actividades en las que hemos par-
sumo, las decenas de personas que día a día lo llenan ticipado fuera del propio espacio de la Marabunta.
de actividad con recitales de poesía, tertulias litera- Siempre es difícil o por lo menos muy subjetivo medir
rias, debates o presentaciones de libros. Como verás el grado de influencia que tiene el proyecto pero
somos y esperamos seguir siendo una MARABUN- podemos afirmar sin equivocarnos que La
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TA de personas que confluyen en un proyecto común Marabunta se ha hecho un hueco dentro de la ciudad
y diverso. de Madrid.
2. ¿Qué probabilidades reales tiene hoy una pro- 3. ¿Qué pensáis de lo que está sucediendo en los
puesta como la vuestra, concebida al margen del sis- últimos tiempos en el barrio de Lavapiés, y en otras
zonas de Madrid, con la proliferación de espacios la libre difusión de la cultura, las ideas y el pensa-
MISCELÁNEA
mixtos de ocio y de actividad literaria o artística? miento crítico, pero podríamos decir que por sí solo
¿Son el mismo fenómeno; o son en realidad fenó- no es ni mucho menos “la alternativa”, sino un espa-
menos múltiples, diversos e incluso contrapuestos? cio más en el que es fundamental seguir trabajando
e ir ganando hegemonía contra las pulsiones del
Por desgracia los proyectos cooperativos, asociativos
mercado.
y de economía social, que además aborden el ocio y la
actividad literaria o artística, no abundan en Madrid,
y Lavapiés es en cierta medida un oasis en ese senti- 6. Si lograseis acceder a fondos públicos, ¿amplia-
do. Y al calor de la crisis están naciendo una multipli- rían o coartarían vuestro proyecto? ¿Accederíais a
cidad de espacios como salidas personales ante la pre- ellos?
cariedad y la incertidumbre laboral, que creemos que Realmente no es una cuestión que nos hayamos
responden a un fenómeno múltiple y diverso, pero no planteado, aunque creo que es fundamental diferen-
contrapuesto. A pesar de que la mayoría de estos nue- ciar entre las ayudas para mantener la estructura de
vos espacios no se engloben en lo que podríamos un proyecto o las finalistas para objetivos concretos.
decir economía social, es significativo que su apuesta Evidentemente toda dependencia estructural de las
sea dentro del mundo de la cultura. Algo tendrá que ayudas públicas genera una dependencia que termi-
significar, algo estará cambiando, ¿no?. na coartando la libertad de cualquier iniciativa social.
4. ¿Qué otros tipos de “espacios democráticos” para 7. En cuanto al futuro, ¿hay futuro o nos damos por
una cultura libre y no sujeta al Mercado hay en el vencidos? ¿Qué perspectivas de desarrollo tenéis
medio social y urbano en el que vosotros os movéis? con respecto a vuestro proyecto, si tenéis alguna?
En estos últimos años están floreciendo numerosos Desde luego hay futuro y de tirar la toalla nada de
“espacios democráticos” para una cultura libre y no nada, la Marabunta es modestamente un ejemplo
sujeta al Mercado que vienen a sumarse a los proyec- (como hay tantos otros) de que es posible levantar
tos ya asentados como Traficantes de Sueños o la proyectos de economía social autónomos de los
Malatesta. Un buen síntoma de la efervescencia social intereses mercantiles y que promuevan una cultura
y cultural que estamos viviendo es el gran número de critica. En estos momentos es fundamental seguir
personas que se interesan por el proyecto de la construyendo un futuro colectivo que venza la impo-
Marabunta, tanto en Madrid como en otras ciudades, tencia de las salidas individuales, tenemos que orga-
pidiendo información, consejo y ayuda para poder nizaros, participar de forma alternativa a las reglas
replicarlo. dominantes, fomentar el apoyo mutuo y liberar
De hecho, el nacimiento del llamado movimiento nuevos espacios, para que el miedo empiece a cam-
15-M ha tenido también un efecto catalizador y pro- biar de bando.
pulsor de numerosas iniciativas de cultura libre aleja-
Sobre nuestras perspectivas y proyectos, tenemos
da de los parámetros del mercado. Así mismo se han muchísimos, por el momento lo más inmediato es
incrementado notablemente el número de espacios abrir una nueva Web (financiada por micro-donacio-
liberados/ocupados que a modo de centros sociales de nes), ampliar nuestra oferta cultural, y participar en el
página 38
barrio están ayudando muchísimo a revitalizar el teji- Mercado de Economía Social de Madrid.
do social de la ciudad. Aprovechamos para
saludar el nacimiento de “Raíces”, un nue-
vo CSO en nuestro Lavapiés. También hay
que destacar el Mercado Social de San Fer-
YOUKALI, 14
…………………
A pesar de que casi cuatrocientos millones de personas compartimos la misma lengua, página 39
por desgracia la literatura española y la latinoamericana a veces parecen miembros de
una familia mal avenida. En el ámbito de la poesía, en concreto, resulta muy complica-
do conocer aquí lo que se está escribiendo allí y viceversa. A lo sumo podemos aspirar
YOUKALI, 14
Quizá fue esa curiosidad por conocer la poesía que se escribe en Latinoamérica lo que
nos animó a crear un esbozo de editorial, diminuta, es cierto, pero no por eso menos
exigente. Una editorial que prestase atención a los magníficos poetas latinoamericanos
que en este momento están en lo mejor de su proceso creativo. Una editorial con voca-
ción internacional a pesar de estar donde está: en Extremadura.
No olvidemos que esta región tradicionalmente se ha considerado una de las más
ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA
Así que puede afirmarse que lo que hace años me llevó a tratar de estar al tanto de
lo que se publicaba en Latinoamérica era simple curiosidad. Curiosidad y ganas de
aprender de modos de entender la escritura mucho más intensos que la mayoría de los
de los autores españoles. Porque ésa es la principal diferencia que encuentro entre la
poesía de allí y la de aquí. Sé que generalizar es injusto, claro, aunque, a grandes ras-
gos, mientras que la poesía española peca de conservadora, la latinoamericana se la
juega de continuo, se arriesga, busca, tantea.
………
ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA
la ceguedad saciada
lo menor de una frecuencia
áreas mejoradas por accidentes
página 42
………
YOUKALI, 14
ISBN: 1885-477X
ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA
Luis Chaves (Costa Rica, 1969)
TEXTO FASCISTA
Siglo iX d.C.
Uno de los ministros de la Dinastía Tang,
Po Chu Yi, conocido también como Bai Juyi,
escribió poemas inmunes al paso del tiempo.
El que su sirvienta
no comprendiera los borradores,
representaba motivo suficiente para tirarlos.
Siglo XX d.C.
Asisto por compromiso
a una lectura de escritores
exageradamente inadvertidos
fuera del círculo familiar.
No entiendo la mitad de lo que dicen. página 43
………
ISBN: 1885-477X
ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA
DOMÉSTICA
Esta primavera
he comenzado a hacer mi cama
todas las mañanas
después de levantarme
Busco domesticarme con pequeños rituales
lavar platos
pagar cuentas
hacer el desayuno
............. almuerzo
............. once
............. y cena
Busco la manera perfecta
de arreglar mi cabello
y de hacer aeróbicos
en el gimnasio
todo
para verte desde lejos
y engañarme
página 44
que ya no es
un verso largo
y menos un poema
ISBN: 1885-477X
………
ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA
Mónica de la Torre (México)
………
ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA
ÍNDICE
I.- Introducción
II.- Precisiones terminológicas
III.- Contexto histórico
IV.- Contexto poético
V.- ¿Qué es la «poesía de la conciencia crítica»?
VI.- Discurso poético
VII.- Temas
VIII.- Difusión
1.- Editoriales. Once poetas críticos en la poesía española reciente
2.- Encuentros «Voces del Extremo» y otros ciclos de recitales página 47
3.- Espacios digitales
4.- Publicaciones periódicas impresas
IX.- Poetas de la conciencia crítica
1.- Antonio Martínez i Ferrer (Alzira, Valencia, 1939)
YOUKALI, 14
¿Está vinculada la poesía con la realidad? ¿Puede intervenir aquella sobre esta? ¿Qué papel desempeña
entonces el poeta en y con su entorno?
En las últimas dos décadas ha eclosionado una corriente de poesía española que responde a estas cues-
tiones de una manera afirmativa, y que pone en el primer plano de su creación las problemáticas sociales,
económicas e históricas de su tiempo: la «poesía de la conciencia crítica», también conocida como «poesía
del conflicto» o «poesía crítica».
Se trata, en palabras de uno de sus mayores representantes, Enrique Falcón, de una «literatura de
voluntad crítica y pulso resistente en tiempos sin embargo como los nuestros, de macdonalizada pacifica-
ción e innegable injusticia social».
Frente a la tendencia de la «poesía social» que, en España, tuvo su especial auge en los años cincuenta
y sesenta del siglo XX, la «poesía de la conciencia crítica» responde a un distinto contexto histórico y tam-
bién presenta particularidades estructurales y estéticas que convierten a esta tendencia en una corriente
singular, diferente de aquella, con su propia especificidad, como se comprobará en cuanto se desgrane su
configuración.
De hecho, Araceli Iravedra señala en 2002 que «en el panorama de los últimos años de la poesía españo-
la (...) han ido ganando presencia una serie de prácticas estéticas que no se conciben a sí mismas de otro
modo que como un posicionamiento moral ante la realidad. Ha podido detectarse en determinados ámbi-
tos una reivindicación de la radical utilidad de la poesía, cuando menos en tanto instrumento ideológico que
conforma nuestro inconsciente y es en consecuencia susceptible de transformarlo a través de (...) [la plasma-
ción de] una visión del mundo capaz de decir ‘otra moral’ o de insinuar ‘otro ritmo posible’. Incluso, se vie-
nen dejando ver de un tiempo a esta parte algunos autores que crean una poesía resistente de cuño radical-
mente político, aunque establezcan distancias notorias con las viejas realizaciones de los años 50 y 60».
La principal característica de la «poesía de la conciencia crítica» consiste en que estos poetas sitúan el
conflicto socioeconómico y político que atraviesa la actual coyuntura histórica en el centro y en el eje
(implícita y explícitamente) de su creación poética, manifestándolo de una manera crítica. A partir de él y
con él, vertebran toda su percepción y su expresión, abordando multitud de temas, pero siempre desde la
interiorización lírica de tal conflicto. De este modo, estos poetas no sólo reconocen la situación de conflic-
to, sino que la denuncian adoptando un posicionamiento y una perspectiva de clase social incluso cuando
tratan temas de naturaleza íntima como el amor, por ejemplo.
Así, frente a otros poetas que se acercan de manera puntual a problemáticas sociales, incluso realizan-
do piezas circunstanciales de denuncia explícita, o movimientos que han abordado estos conflictos con
anterioridad, estos poetas lo llevan a cabo de una forma estructural, orgánica dentro de su obra, como base página 49
de su percepción de la realidad, del entorno, de los otros y de sí mismos; como principio básico en su escri-
tura poética.
Por eso, esta poesía no puede entenderse en términos de una mera opción estética, sino de una postu-
ra ética y vital que proviene de una extensa tradición.
YOUKALI, 14
Esta corriente se desarrolla casi subrepticiamente desde finales de los años ochenta y comienza a hacer-
se más visible a finales de la década de los noventa y principios del siglo XXI. Fecho su inicio en 1987, cuan-
do se publica el primer poemario de Jorge Riechmann, Cántico de la erosión, y continúa existiendo a día de
hoy, con la práctica totalidad de los poetas que están integrados en la tendencia escribiendo y publicando
con regularidad. Por tanto, la fecha de cierre de este libro no se debe relacionar con el fin de la corriente,
sino que responde a necesidades prácticas y editoriales. La «poesía de la conciencia crítica», resulta, por
ISBN: 1885-477X
nómico y político, se ha incluido el análisis de una serie de poetas españoles contemporáneos que desarro-
llan un discurso crítico pero que no cumplen todas las características de esta tendencia.
………
Desde un punto de vista estético, en la «poesía de la conciencia crítica» se halla una gran disparidad de
propuestas y de planteamientos en los diferentes autores, aunque también sucede lo mismo dentro de sus
propias obras, que pueden integrar y desplegar diversos registros en su evolución. Con ello se demuestra
que existen muy variados modos de articular la expresión de los conflictos socioeconómicos y políticos.
No se trata, en suma, de una tendencia estética cerrada, programática (fácilmente instrumentalizable,
pues), sino que ofrece distintas vías para penetrar en la realidad y sacar a la luz sus entresijos y los elemen-
tos oscurecidos. Sin embargo, esa diversidad estética confluye en el postulado de la no complacencia con
el lector, ni con el statu quo ni con el Poder en todas sus manifestaciones.
De hecho, esa pluralidad está explicitada en el prólogo de Once poetas críticos en la poesía española recien-
te, donde se alude a dos tipos de escritura muy diferentes: «Un latido crítico de pretendida ruptura y tras-
gresión del lenguaje y otro tipo de retóricas pretendidamente más transparentes donde una noción plana
de ‘realismo’ podría sin embargo resultar agujereada en más de algún aspecto». Lo reconoce así Luis
García Jambrina: «Esta nueva poesía crítica (al menos en sus planteamientos teóricos y en algunos de sus
principales logros) supone también un cuestionamiento del propio lenguaje, buscando un equilibrio entre
conciencia ética y política y exigencia estética y poética, lo que, de entrada, da origen a una mayor diver-
sidad». Es más; Salustiano Martín escribe: «La poesía objetivamente revolucionaria tiene que ser muy
buena poesía, hecha con los instrumentos retóricos heredados de todas las tendencias que se han desarro-
llado a lo largo de la historia de la poesía y con todos los aportes de nuestra investigación presente».
De este modo, indirectamente, se está manifestando, no ya que existen alternativas al modo estableci-
do de observar y comprender la sociedad, sino que dichas alternativas son múltiples y de distinta natura-
leza, así como también son múltiples las maneras alternativas de organizarla.
Algunos autores optan por escribir una poesía conscientemente hermética, coincidiendo con los presu-
puestos de la Unión de Escritores del País Valenciano ya expresados sobre la necesidad de agitar la aten-
ción del lector para que pueda también abandonar el rol de pasividad que se le ha asignado en la organi-
zación del sistema, como Carlos Durá o Julia López de Briñas. La concisión, la elipsis y la polisemia son
sus principales herramientas.
También se encuentran quienes canalizan a través de sus versos un discurrir filosófico, desasido de
referentes, que expone y tantea ideas y reflexiones sobre el conflicto social y la situación del mundo, tal y
página 50
asume, pues explícitamente así lo hace) el riesgo de caer en el prosaísmo. De hecho, no resulta infrecuen-
te que se inserten diálogos en los versos en estilo directo. Es el caso de David González, Antonio Orihuela,
Patricio Rascón o Gsús Bonilla. Se trata este, por tanto, de «un discurso realista y narrativo de extraordina-
ria claridad referencial, directo y desnudo de imágenes, donde lo que prevalece es un registro de enorme
viveza coloquial, callejero, desinhibido, y que a menudo se asimila, en el gusto por el feísmo expresivo, al
lenguaje del llamado ‘realismo sucio’», según sintetiza Araceli Iravedra.
ISBN: 1885-477X
Sin embargo, al respecto de esa mención al «realismo sucio», muy poco certera, se deben remarcar las dife-
rencias entre este y los autores de la «poesía de la conciencia crítica» que optan por una retórica antieste-
ticista y un marco referencial de lo marginado y lo excluido socialmente. Dichas diferencias se pueden
resumir en la intención de denunciar los conflictos socioeconómicos y políticos, y no representar una rea-
lidad social extremada para construir un personaje antiheroico que sobrevive en ella, y la vertebración del
discurso poético mediante una ética humanista (frente a una abierta prepotencia misántropa), humilde
(frente a su soberbia), y que busca lo colectivo (frente al individualista narcisismo malditista).
mundo. En cualquier caso, existe una clara conciencia de la importancia del trabajo con la forma y de sus
implicaciones, de la necesidad de aportar una entidad literaria de calidad, independientemente de la pos-
tura ética que sustente la escritura, y por eso la elección de una estética determinada resulta una opción
muy sopesada, sobre la que se recapacita con insistencia. Por ello, Jorge Riechmann insiste: «La temática
no implica una estética».
En ese sentido, las imágenes y métodos de expresión y aprehensión surrealistas son muy empleados
ISBN: 1885-477X
por varios de estos escritores, como Ángel Padilla. La magistral obra de Enrique Falcón, La marcha de
150.000.000 (Eclipsados, Zaragoza, 2009), supone el culmen de esa línea. En este libro, la conciencia crítica
de la realidad lleva al poeta a tener que emplear un lenguaje desarticulado y otras técnicas disruptivas de
enunciación, junto a una imaginería irracional de una excepcional calidad lírica, para poder hablar y reco-
ger el horror de un mundo descompuesto.
Sin llegar a esos niveles, otros muchos de estos poetas aúnan la referencialidad directa con un enuncia-
do que adquiere altura metafórica, que utiliza el lirismo para potenciarse, apoyándose en la sensorialidad,
ELEMENTOS DE PRODUCCIÓN CRÍTICA
res en otros momentos por otros poetas, como hace David Refoyo.
Finalmente, desde un punto de vista métrico, es importante señalar que la práctica totalidad de los
autores utilizan el verso libre, con la excepción de la mayor parte de los textos de Belén Reyes y de algu-
nos poemas de escritores como Miguel Ángel García Árgüez.
YOUKALI, 14
Por todo ello, dada la gran disparidad de propuestas estéticas mostrada, se debe entender la «poesía de
la conciencia crítica» como una corriente poética, no como un grupo, pues, a pesar de compartir intencio-
nes, orientación política, características, espacios, publicaciones, amistad fluida (en muchos de los casos),
se encuentran grandes diferencias estéticas entre sus autores, y no existe una voluntad operativa de grupo,
como ha reconocido, por ejemplo, el propio Enrique Falcón: «No creo que la gente de Once poetas críticos
nos consideremos una generación, ni siquiera un grupo de táctica de posiciones».
ISBN: 1885-477X
POEMA QUE TRATA DE LA IMPOTENCIA DE LA
Pero tú no te preocupes
es tarde aún y la perra está preñada
tendremos que ir a ahogar los cachorros dentro de tres meses,
así que tú háblame bien de Stalin…
Ya no importa
YOUKALI, 14
Háblame bien de Stalin esta noche, amor mío, Stalin no votaba por nadie
se limitaba a matar nazis, anarquistas o tibios comunistas
pero no votaba por nadie…
ANÁLISIS / RESEÑAS
Alicia García Ruiz nos habla acerca de su último libro,
Contra la privatización de la universidad (Proteus, 2012)
Alicia García Ruiz, una de las más brillantes intelectuales jóvenes de nuestro país en la
actualidad, colaboradora de Tierradenadie Ediciones, pues fue una de las autoras in-
cluidas en el libro colectivo La (re)conquista de la realidad, que publicamos en el año 2007,
coordinado por nuestro compañero Matías Escalera Cordero, nos habla acerca de su
último trabajo sobre las políticas privatizadoras que están asolando las universidades
españolas y, en general, todo el sistema educativo e investigador.
P. Alicia, Contra la privatización de la univer- pia. Ahora bien, es importante entender que
sidad, tu último libro, es una crítica que haces estas experiencias no son sólo personales sino
desde tu propia e intensísima experiencia en también, y sobre todo, colectivas. ¿Por qué?
la institución, tanto fuera como dentro de Porque me parece que es la única manera de
España, ¿se pueden reconocer en ella, en tu pasar a un nivel que nos permita hacer algo. Al
experiencia como universitaria, otros? contemplar cada problema personal debemos
ser capaces de identificar detrás de él, remon-
R. Creo que sí o, al menos, eso es en buena tando, una dimensión estructural de formas
parte lo que espero. Este es un libro en el que concretas de opresión, abuso o injusticia, si
no sólo se intenta hacer un análisis de cómo los queremos realmente poder articular estrategias
procesos globales de la actual fase del capitalis- de reacción colectiva y defensa mutua ante lo
mo han impactado en la realidad universitaria que está sucediendo.
española, sino también expresar experiencias En el libro comento que, aunque no me es
de malestar surgidas a raíz de ello, empezando fácil introducir la dimensión personal cuando
por la que a uno le es más cercana, la suya pro- escribo, en un texto de estas características no página 57
queda otro remedio que explicitar el lugar
desde el que uno habla. En mi caso, lo que me
ha impulsado a pensar sobre este descontento
es la precariedad extrema en la que me encuen-
YOUKALI, 14
hace poco hablaba de la situación con un cate- mo una especie de armagedon caído del cielo.
drático de unos sesenta y tantos años que se El meteorito destructor hace rato que se veía
lamentaba sinceramente de lo que está pasan- venir y lo máximo que llegaron a hacer muchos
do, aunque sólo acertaba a comentar esto: “es de los que hoy se rasgan las vestiduras o recitan
que a tu generación les prometieron mucho.” elegías por las humanidades fue ponerse bien a
Bien, es una manera de verlo. Pero también es cubierto o llevar ellos mismos el timón de la
ISBN: 1885-477X
necesario entender que si a alguien le incum- nave que hoy, jubilándose, dejan a pique, por-
plen una promesa no se le puede encima echar que “ya no están para poner powerpoints.” Lo
la culpa de haber sido crédulo. Es como cuando primero que debemos evitar es una idealiza-
Díaz Ferran declaró que él no habría volado con ción mistificada del pasado. La universidad
Air Comet, su propia compañía. ¿De quién es la nunca ha sido precisamente el reino de la liber-
tad, por citar a Marx. Ahora bien, eso no signi-
ANÁLISIS / RESEÑAS
entienda correctamente esta afirmación es pre-
fica que, con todos sus errores, no haya desem- ciso aclarar que la privatización de la universi-
peñado ciertas funciones sociales valiosas que dad pública no es lo mismo que la de la sani-
deberíamos conservar, particularmente en un dad. No se trata de que se venda directamente
país como España, donde la existencia de la tal o cual universidad sino que la universidad
universidad pública proporcionó a muchos la se transforme en un mercado, el mercado glo-
posibilidad de acceder a niveles de estudios im- bal de la educación superior. Para mí, esto sig-
pensables en sus ancestros, una potencial masa nifica una mutación en toda regla, de modo
crítica que ya veremos de qué puede servir. que la educación superior pasa de ser un bien
En el libro se parte de una idea básica: las común a constituirse en un lugar de comercio.
actuales políticas universitarias no son medi- Un bien común se define como un bien que,
das desesperadas derivadas de la coyuntura por no pertenecer a nadie en concreto, pertene-
económica sino la última etapa de una estrate- ce a todos, con la consecuencia decisiva de que
gia a largo plazo de desmantelamiento de la nadie puede quedar excluido del mismo. Estos
universidad publica. Desmantelar lo público bienes comunes no son asimilables a mercancí-
significa hoy día privatizarlo, como todos esta- as, no pueden ser objeto de comercialización.
mos constatando. En nuestro caso, se está pro- La enseñanza en general y la universitaria en
duciendo una privatización de los saberes, fun- particular, con toda su compleja realidad, se
ciones, bienes y posibilidades derivados de la puede considerar un patrimonio común, mate-
actividad universitaria. Ahora bien, para que se rial e inmaterial, que excede los contornos de
una definición puramente econó-
mica de la misma.
En la actual fase del capitalismo,
llamada capitalismo cognitivo o,
en lenguaje oficial, “economías del
conocimiento” la universidad no es
ese paquidermo ruinoso e inefi-
ciente que se intenta caricaturizar,
sino que se trata de un sector que
puede rendir sustanciosos benefi-
cios económicos. Pero para ello hay
que transformarla. Y esto comienza
por destruir su carácter público, no
de un golpe, pero sí destruyendo
poco a poco caracteres esenciales
de lo público. La culminación de página 59
todas las medidas de diseño insti-
tucional destinadas a adaptar la
educación superior a esta fase del
YOUKALI, 14
están esgrimiendo para atacar a la universidad ca nos enseñaron a leer y, aunque no se lo aca-
en la línea ideológica del Ministerio. Está calan- ben de creer, también sabemos leer los decre-
do y denigrando la universidad a ojos del resto tos. Y así muchas más cosas. Es muy curioso,
de la sociedad y esto me parece tristísimo. por ejemplo, que nos digan que hay demasia-
YOUKALI, 14
No creo que haya marcha atrás en el proce- dos jóvenes en la universidad. Si contrastamos
so que ya ha comenzado y además, como ya he la media de España, un 51%, frente a la de la
dicho, tampoco tengo claro cuál sería el paraí- UE, un 59%, vemos que para nada es así. ¿A
so original al que regresar, porque francamen- quién le sobran en realidad estos chicos?
ISBN: 1885-477X
LA POLÍTICA COMO BÚSQUEDA DE LIBERTAD
ANÁLISIS / RESEÑAS
Reseña de Spinoza y la multitud (el resto falta), de Juan
Pedro García del Campo (Hiru, 2012)
camente, desde el spinozismo, una filosofía particu- momentos históricos y geográficos distintos: las últi-
lar como la de Spinoza? Ya que no hablamos de una mas jornadas de la vida de Spinoza en conversación
historia personal cualquiera, sino de la vida de un con Lodewijk Meyer, uno de sus principales compa-
filósofo, que es como decir una parte fundamental ñeros de fatigas, y los debates entre dos estudiantes
de la vida de una filosofía, su surgimiento. A la que de filosofía en la Barcelona de 2011 conmocionada
hay que añadir esa otra parte fundamental que es su por el 15M. Analiza así y pone en paralelo el modo
ISBN: 1885-477X
relación con los problemas que a nosotros nos preo- en que la filosofía de Spinoza interviene en su época
cupan. e interviene en la nuestra. Para ello, García del
García del Campo ha demostrado que ambas Campo privilegia el marco: intervención de Spinoza
cosas son posibles y que el resultado es plenamente
que reconoce que no podemos ser racionales las 24 nación. La política para un spinozista sólo puede ser
horas del día. Una religión (una “ideología” diría- la búsqueda de libertad, la búsqueda de la libre coo-
mos hoy) que dicta normas muy sencillas para la peración, la búsqueda de la libertad en lo cotidiano
vida en comunidad; una religión que sin ser racional y en lo común: “buscar complicidades, generar
YOUKALI, 14
es alegre, es decir, aumenta la potencia, construye alianzas, buscar siempre propiciar una mayor liber-
multitud libre. tad”, dice García del Campo.
Y una vez que tenemos la revolución spinoziana Esta definición de la política es la gran herencia
a la vista, hay que ponerla a prueba en la actualidad. que nos ha dejado Spinoza. Su intervención en su
Pasamos de la coyuntura holandesa del XVII a la coyuntura y en la nuestra. En ese cruce teórico entre
española del XXI. La filosofía de Spinoza vive –nos- las dos coyunturas encontramos necesariamente
ISBN: 1885-477X
otros (me incluyo) así lo hemos sentido con fuerza– desajustes en la obra de Spinoza, pero esos desajus-
en el 15M, en el uso del concepto de multitud, en lo tes responden igualmente a nuestra búsqueda de
bien que encaja para el movimiento, un uso que Juan libertad. Una búsqueda que nadie sabe lo que puede
Pedro vincula, vía Toni Negri, con los cambios en las y cuyo porvenir está por definición ausente.
forma de producción, pero también con la crítica de
la política de la representación.
Reseña de Olvidar el olvido, de Patricio Rascón
ANÁLISIS / RESEÑAS
(Baile del Sol, 2012)
Patricio Rascón (Linares, 1961), en su tercer poemario, Olvidar el olvido (Baile del Sol, 2012), nos ofrece
una interesante reflexión sobre la memoria del pasado y la dureza del presente. Su voz, nos acompaña a
lo largo de este viaje, en el que el poeta nos convierte en espectadores de su madurez, diseminando con
el más violento realismo, la tragedia, el dolor, su miedo, las dificultades a las que tiene que enfrentarse.
Y su refugio, es la poesía. – (…) Y yo era amigo de los débiles// Por eso sólo deseaba leer/ Leer sin parar/ Hasta
encontrar las palabras mágicas/ Que me permitieran/ Quedarme a vivir en los tebeos para siempre…
Antes de ser poeta, Rascón se define como hombre, denunciando el presente y reclamando su pasa-
do. Sus poemas se caracterizan por mostrar la realidad tal cual, sin metáforas, haciendo uso de una poe-
sía narrativa que nos permite entrar en su vida; una vida
que va fluyendo a lo largo de todo el poemario.
El yo poético gira alrededor de personas de carne y
hueso y de su experiencia: su infancia marcada por la nece-
sidad de un padre ausente, el amor transformado en odio
hacia él – Papá/ Cuando regresaste furioso/ y me gritaste y me
llamaste maricón/ Te odié con toda mi alma/ Y empecé a perderte
el miedo/ Y penetré la noche. El amor por su esposa, vivido página 63
desde el dolor de su enfermedad - Llamo a mi mujer por telé-
fono/ (la llamo varias veces durante el turno/ No por engañar la
soledad/ Que sería como engañarme a mí mismo/ Sino por quitar-
me algo de este frío que me provoca) (…) Pero ella se ha ya toma-
YOUKALI, 14
ANÁLISIS / RESEÑAS
DESARROLLO DESDE LAS HUMANIDADES?
Reseña de La cultura en tiempos de desarrollo: Violencia, contra-
dicciones y alternativas (Cuadernos de Filología de la Univer -
sidad de València, Anejos nº 78)
por Bibiana Collado
El concepto desarrollo que vertebra esta compilación se postulan como un ámbito desde el cual reflexionar
de artículos incluidos en el libro colectivo La cultura temas y problemas que se discutían ya en otras disci-
en tiempos de desarrollo: Violencias, contradicciones y plinas académicas. A partir de este planteamiento,
alternativas, editado por la Universidad de Valencia surgen reflexiones en torno a la idea de patrimonio,
exige una explicación pormenorizada. La aparición comunicación mediática o acción cultural, entre
de este término, cada vez más frecuente en la política otras.
cultural de nuestro país y en sus directrices públicas Sus autores, Nuria Girona Fibla, Arizaldo
de investigación, en efecto, hace necesaria e inevita- Carvajal Burbano, Víctor Silva Echeto, Carlos Del
ble la reflexión en torno a su productividad en el área Valle Rojas, Rosa Gonzálbez Arcos, Anna Brígido
de las humanidades. Corachán, Ana Cornide, Jesús Peris Llorca, Jaume
¿Qué papel ocupa la dimensión cultural dentro Peris Blanes y Georges Yúdice, todos ellos vincula-
de ese proceso generador de lo que concebimos dos al ámbito de la filología, trazan un recorrido que
como desarrollo? El área de las humanidades, cuya parte de la “invención” del concepto de desarrollo y
productividad y capacidad de innovación han sido su constitución como maquinaria productora de for-
puestas en duda continuamente por el discurso hege- mas de conocimiento y técnicas de poder, las cuales
mónico, se ha mantenido en un lugar de extraña- consolidan una visión hegemónica e imponen un
miento, aparentemente incapacitado para manejar modelo de estricto crecimiento económico, del cual
un concepto como el de desarrollo. De modo general, resulta excluida la dimensión cultural o relegada a
esta noción ha estado vinculada al ámbito de las cien- una variable marginal. Este trayecto, que comienza
cias sociales o a la teoría económica, asociándose con con un malestar, recala a lo largo de su transcurrir en
la innovación tecnológica, el crecimiento económico, la recuperación de las culturas populares en tanto
la competitividad, etc. Los ensayos de este libro, formas de resistencia, la relación entre identidad y
como contrapunto a esta tendencia, piensan en torno cultura, la capacidad para negociar los fines del des-
a las diferentes representaciones del desarrollo y las arrollo, así como la vertiente estética e institucional
manifestaciones cul- de la cultura, vinculada a la industria, política y ges-
página 65
turales que se gene- tión cultural.
ran en sus procesos. El libro se estructura en tres secciones, a través de
La literatura, el las cuales se revisan distintos paradigmas del des-
cine, las culturas arrollo y su relación con la cultura. “Miradas del des-
populares objetos de arrollo”, “La violencia del desarrollo: estigmas y
YOUKALI, 14
……………………………………
página 66
Kamchatka.
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Ánimo
Yann Benoît y Hervé Tanquerelle, La comunidad, La Oveja Roja, Madrid,
ANÁLISIS / RESEÑAS
2012. 176 páginas.
página 67
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ISBN: 1885-477X
ANÁLISIS / RESEÑAS
………………
De entre todos los títulos que nos han llegado a la redacción, destacamos estos tres libros excepcionales,
tres poemarios de los que deseamos hacernos eco por la enorme profundidad y calidad que encierran
en sus páginas.
1.
página 68
El de José Manuel Lucía, Y se llamaban Mahmud y Ayaz, es la crónica poética emocionante y dramática
del amor y del asesinato legal de dos jóvenes de diecisiete años, Mahmud y Ayaz, en el Irán de hoy; pero
también es la crónica de la brutalidad y la indiferencia de la mayoría que contempla, contemplamos, su
ahorcamiento en el extremo de una grúa en medio de una plaza pública sin inmutarse, sin rebelarse,
YOUKALI, 14
asintiendo, cuando no, justificando ese sacrificio del libre gozo y de la inocencia. Y todo ello con un liris-
mo potente, sincero, denso y profundo, desgranado en voces diversas que se cruzan, entrelazan y con-
funden –“seis voces en el silencio”, reza su subtítulo–, hasta llevarnos con su lectura a la esquina misma
de la plaza de Moshad, frente a la grúa, y contemplar la muerte de los dos muchachos asesinados.
Así comienza...
ISBN: 1885-477X
ANÁLISIS / RESEÑAS
Pero no fue así.
Llegaron llorando a la plaza.
En la furgoneta de su angustia,
llorando las lágrimas que no derramarán de viejos
(Como tantos otros, yo he visto las fotografías).
Y llegaron como dos cachorros asustados,
temblando entre el frío de tantas miradas,
ante el abismo del final de su vida
antes incluso de haber intentado imaginarla.
………………
2.
El de Gsús Bonilla, mi Padre, el rey, comienza de esta forma:
1.
mi padre, el rey, el más elegante de todos, página 69
presumía de monarca; tenía un universo por corbata
2.
la poesía y su belleza están bien, pero aquí y ahora
YOUKALI, 14
he de hacerlo,
como una posible anécdota,
ISBN: 1885-477X
“buenos y sin suerte” a los que apenas da tiempo a quererlos, como se dice en la cita de Karmelo C
Iribarren que cierra el libro. La poesía fascinante, como la belleza, no está en otra parte, no es “otra cosa”,
la poesía fascinante, como la belleza, está en la pasmosa y emocionante aparente naturalidad que funda
la poesía de Gsús Bonilla, como señala Batania en el breve prólogo que precede a estos intensos cuader-
nos de la memoria de un hombre bueno y sin suerte, que merecía ser querido finalmente, al menos, en
la hora de la muerte. Poesía íntima de altísimo valor.
………………
3.
He aquí un ejemplo…
ANÁLISIS / RESEÑAS
¡Qué gigantesca burla la de estas ruedas
de media hectárea!
………………
La colección de poesía crítica Voces del Extremo, de la editorial
Germanía: con sus tres nuevos títulos, lanza una interesante
campaña de suscripción
La colección «Voces del Extremo» continúa su andadura sumando tres nuevos poemarios, que compar-
ten inquietud formal y una mirada crítica de la realidad: Figuras de la asfixia, de Arturo Borra,
Neuroguerrilla, de Daniel Macías y Danza caníbal, de Miguel Ángel García Argüez.
Figuras de la asfixia, del argentino, afincado en España, Arturo Borra, resulta un poemario que abraza
el dolor de las víctimas de la injusticia y de la desigualdad social. A través de un discurso poético muy
rico, dejando espacio para la sugerencia, nos acerca a la memoria con registros cercanos al expresionis-
mo. Sus textos buscan introducirse como una cuña en la angustia de la sociedad presente para denun-
ciar la violencia, la desesperanza, la opresión, la cotidianeidad de la muerte. Pero también para enunciar
la construcción de un espacio de resistencia y de dignidad que permita no sucumbir al horror.
En Neuroguerrilla, Daniel Macías, con un lenguaje que roza o incluso se sumerge en el delirio, en lo
alucinatorio, denuncia la falsedad, la frivolidad y la mezquindad de nuestro entorno. Mediante una gran
variedad formal y de registro, aborda una crítica radical del progreso tecnológico y el desarrollo capita-
lista, por cuanto de deshumanizador y desnaturalizador ha supuesto para las personas. Además, expo-
ne un sentimiento de fraternidad basado en el reconocimiento en el otro de la deuda conjunta con la
naturaleza. Se trata de una vinculación de reminiscencias druídicas, chamánicas, que manifiesta una
interculturalidad que se construye directamente con sus referentes y que pone de manifiesto, así, un tipo página 71
YOUKALI, 14
ISBN: 1885-477X
distinto de globalización. Desde esa base, presenta una nueva estrategia política de resistencia, la «neu-
ANÁLISIS / RESEÑAS
roguerrilla», que deja de lado la acción directa violenta y no-violenta a cambio de la fortaleza psicológi-
ca desde una perspectiva insurgente.
Por su parte, Danza caníbal, de Miguel Ángel García Argüez (autor de Cambio de agujas o Los días del
maíz), a través de un registro muy original de impulso experimental, construye un retrato de las bases
del orden socioeconómico vigente. En sus largos poemas, destaca la intensidad, la fuerza de las imáge-
nes surrealistas que los componen y el ritmo encantatorio que los sostiene. Así, Argüez superpone un
plano mítico y místico con otro contemporáneo, donde se exponen hechos sociales y económicos, y con
lo que obtiene un tono muy particular, de gran potencia. Con ellos, realiza una lectura global y también
existencial del mundo, inclemente y afilada.
Con estos tres títulos, que se suman a los tres primeros, la editorial Germanía ha lanzado una cam-
paña de suscripción por seis títulos anuales con un precio ajustadísimo y excepcional de 45 €, al año,
incluidos los gastos de envío. Esto es, que por 45 € anuales los suscriptores recibirán en sus casas los seis
títulos, cada año, tres por semestre. Las condiciones pueden consultarse en la página de la editorial.
………………
Fernando Barbero Carrasco, Anarquistas vengadores: Atentados reivindi-
cativos en el mundo del siglo XIX y principios del XX (Ediciones Queimada,
2012. 160 págs.)
Escribir sobre terroristas, que finalmente no lo son; sobre hombres violentos, que finalmente no lo son,
sobre hombres brutales, que finalmente no lo son; requiere valor en estos días y el autor de este libro lo
tiene; así como sentido común. Algo que rezuma ese libro, desde los “comentarios del editor” que lo
preceden, al Epílogo.
Si el lector poco informado, o víctima de las tantas y tantas
medias verdades que se han vertido sobre estos “anarquistas
vengadores”: auténticos justicieros de clase, desea saber, de un
modo documentado y sencillo, al mismo tiempo, quiénes eran
verdaderamente estos Mateo Morral, Casanellas, Mateu y
Nicolau, o Simon Radowitzky, o Santiago Salvador, o Sante
Geronimo, o Ricardo Sanz, o Rafael Liberto, o Manuel Pardiñas,
o Ascaso y Escartín, o Gaetano Bresci, entre otros, sólo tiene que
abrir las páginas de este libro de Fernando Barbero; que, como
escribe en el periódico de CNT, Antonio Orihuela, “trata de com-
prender las razones, poderosas razones, que llevó a muchos anar-
página 72
ANÁLISIS / RESEÑAS
protagonistas del tiempo (presente)
Si Animales perdidos, el de Víctor Muñoz, como afirma en el prólogo José Ángel Berrueco, “reconstruye
una travesía vital y poética que va de la penumbra hasta la luz”; el de Bernardo Santos, Con el paso cam-
biado (nuevamente), es un libro que lo califica y lo sitúa como persona y sujeto pensante, sintiente, activo
y crítico en “estos tiempos tan duros”, y como afirma Antonio Orihuela en el prólogo del mismo, lo sitúa,
también procedente de sus propios “siete círculos infernales” en la plaza del mundo, a la luz también de
la realidad presente. Dos poemarios que tiene, pues, más elementos comunes de los que a primera vista
pudiera parecer.
………………
Amarse amando.
Amarse más de lo que nos dejen.
Desbordar los límites del amor sin límite.
Amarse en todos los idiomas.
Amar y amar.
Obligatoriamente, solo amar
y luego hacer lo que quieras.
ANÁLISIS / RESEÑAS
De Animales perdidos.
Víctor Muñoz Álvarez
OXIDACIÓN
y saudade profunda
en esta yerma capital del frío.
Mi vida en la penumbra
aún huele a ti
Y mi perra y yo
aullando desesperadamente
a la luna.
Recuerdo ahora
ciertas palabras del Cónsul
en Bajo el volcán
Y unos versos
de Pablo Casares
página 74
Tantas formas
hay de vivir
como de morir.
Pero sólo una
YOUKALI, 14
de sobrevivir:
resistiendo.
Justamente
en ello estamos.
ISBN: 1885-477X
TODA LA ESPERANZA DE LOS PROLETARIOS RESIDE
UN CLÁSICO, UN REGALO
EN LA REPÚBLICA 1
página 75
Continuamente se nos pregunta qué entendemos por el término proletarios, esa palabra con
la que designamos a la inmensa mayoría de los franceses. “Había proletarios en Roma -nos
dicen-, pero en nuestros días ya no existen. Bajo el reinado de Louis-Philippe los franceses son
YOUKALI, 14
¿Los franceses son iguales ante la ley, decís? ¿Y, qué diferencia decís entonces que hay entre
los obreros franceses y los proletarios romanos?
cios acababan de conquistar los honores del triunfo. En tiempos de paz, les eran impuestos
los trabajos más duros: atravesaban o aplanaban montañas, cambiaban el curso de los ríos,
excavaron puertos; y a cambio de tantos sudores y de tantas fatigas, recibieron los desprecios
y los malos tratos de los aristócratas de Roma. Ningún derecho político para ellos en com-
pensación de los servicios prestados a la patria; eran tachados de la lista de los hombres y
reducidos al nivel de las bestias.
Damos el nombre de proletarios a los obreros y a los campesinos franceses porque no
vemos ninguna diferencia entre su condición y la condición de los proletarios romanos, por-
que soportan todas las cargas de la sociedad sin gozar de ninguna de sus ventajas.
Os atrevéis a decir que los franceses son iguales ante la ley, pues ved entonces la insolen-
te riqueza que hace recaer sobre el pobre un despotismo agobiante, ved ese puñado de ricos,
cebados de privilegios y monopolios, que se han puesto en el lugar de los nobles y los curas
para explotar al pueblo; ved a ese pueblo, lleno de virtudes y de generosidad, que arrastra su
miserable vida cargada de sufrimientos y privaciones y que trabaja diez horas al día para
comer un pedazo de pan.
¿Los franceses son iguales ante la ley? Pero la ley, tal como la han hecho los actuales domi-
nadores, es exclusivamente para el beneficio del rico y para la desventaja del pobre; es hostil
al pobre. ¿La ley? Es una espada que se levanta sin cesar para golpear sobre cualquiera que
no aloje su mole fastuosa en un magnífico palacio, que no devore para cenar veinte platos
suculentos.
¿Los franceses son iguales ante la ley? Pero ¿por qué entonces de un total de treinta y tres
millones de individuos sólo cien mil están en posesión de sus derechos políticos y existen
como hombres y como ciudadanos mientras que el resto de los franceses está encerrado
como un vil rebaño? ¿Por qué entonces sólo los ricos ejercen las funciones de jurados, de elec-
tores, de diputados, mientras que los pobres (y están en una proporción de cien contra uno
frente a los ricos) sólo son buenos para mantener a los poseedores y para hacerse matar en la
frontera para defender propiedades que no son suyas y a hombres que les hacen llevar un
yugo insoportable?
En vano se querría negar un hecho cuya evidencia es tan palpable; en vano se nos querría
página 76
persuadir de que la igualdad reina entre nosotros. Hay en Francia dos naciones: la de los pri-
vilegiados y la de los no-privilegiados; a estos últimos les llamamos proletarios. Son verda-
deros proletarios, es decir, seres que sólo tienen de hombre el rostro y cuya condición es mil
veces peor que la de los animales, porque el animal al menos no tiene nada de racional: el
YOUKALI, 14
proletario, al contrario, está dotado de una razón que le da el sentimiento de su dignidad, que
le hace comprender que es igual que el amo que le explota y que le humilla, y que la natura-
leza le ha creado para ser igual que su semejante y no para rebajarse ante él.
Además ¿no han reconocido nuestros adversarios que efectivamente hay dos naciones en
Francia desde el momento en que han lanzado un largo grito de terror por el aspecto de las
ISBN: 1885-477X
UN CLÁSICO, UN REGALO
la causa de la civilización y que cuando ponen en juego la civilización están en juego, con ella,
sus intereses y su individualidad. Para ellos, la civilización es el orden de cosas actual, el reino
de la corrupción y del egoísmo, el régimen de la aristocracia financiera; por ellos, las masas
son víctimas de la miseria y de la desesperación y un puñado de ricos se revuelca en un lujo
totalmente superfluo.
Vosotros mismos reconocéis que en Francia hay dos tipos distintos de intereses: los intere-
ses de las masas, de los pretendidos bárbaros, de los proletarios, y los intereses de eso que lla-
máis la civilización, es decir, vuestros propios intereses, los intereses de la riqueza, de la ocio-
sidad y del orgullo. Pues bien, con eso es precisamente con lo que queremos acabar predican-
do la república, porque la república será esencialmente el reino de la igualdad y del derecho
común.
Igualdad, derecho común, esas dos expresiones resumen todos nuestros proyectos de
mejoras y de reforma social. Para nosotros, la república no es un fin sino solamente un medio.
La igualdad es nuestro fin; si queremos destruir la monarquía es porque es incompatible con
ella.
Proletarios que sufrís y que hacéis oír inútiles quejas: sólo la república, la igualdad, puede
poner fin a vuestros sufrimientos. La república os librará de los vampiros que se alimentan
de vuestra substancia, de los opresores que usurpan vuestros derechos y que os dictan sus
soberbias voluntades. La república abolirá todas las leyes fiscales que pesan sobre el consu-
mo y sobre los objetos de primera necesidad, y no sólo no se apoyará en la necesidad del
pobre para mantener el lujo del rico, sino que proveerá a la subsistencia de todos los que no
puedan ganarse la vida trabajando. La república será la providencia de los infortunados, sólo
tendrá un peso y una medida, abatirá a los grandes, sacará a flote a los débiles.
La república hará desaparecer la distinción entre privilegiados y proletarios. Ese es el
mayor servicio que prestará a la humanidad.
Proletarios, toda vuestra esperanza está en la república. Si lo dudáis sólo tenéis que com-
parar los males con que os aplasta la monarquía con los bienes que os promete la república.
Comparad vuestros dolores presentes, la sumisión en la que vivís, las innumerables privacio-
nes a las que estáis abocados, y ese futuro de libertad y de bienestar del que la república será
señal y aurora. página 77
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Ley de la vida
Roque Dalton.