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normalizado, endeudado…
tientes, trabajadores y propiedad privada, apoyándo- ción en la que transforman las capacidades produc-
se en los quiebros científicos y tecnológicos y en la tivas en leyes favorables, seguridad, derechos, inde-
radicalidad social, pugnan por desbordar las líneas pendencia…
oponentes y arrastrar al centro, que si bien suele mos-
trar una admirable capacidad de resistencia (y esa es 5
una de sus virtudes), normalmente se encuentra
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MISCELÁNEA
convertida en poder propio, en fuerza para sí. Desde
la posición, la generalidad productiva se presenta
ciertamente como algo objetivo, y a veces como la
personificación de una entidad con vida propia, una
bestia desbocada a la que hay que domar y someter
o sobre la que se puede cabalgar para alcanzar la
libertad. Pero la generalidad productiva no está en
pugna con las posiciones; ni las apoya, ni las deja de
apoyar. Y las posiciones, ni confían ni dejan de con-
fiar en la generalidad productiva. Simplemente, la
asimilan a capacidad de combate, como lugar desde
el que pueden encarar mejor el conflicto, apuntar con
más precisión sus objetivos (acumulación de riqueza
o satisfacción de deseos y necesidades), optimizar
mejor los recursos, abarcar una mirada más amplia
piedad privada extrae su poder (aunque luego lo
del conjunto, afirmar sólidamente su poder…
despilfarre o se le indigeste) y los trabajadores cons-
truyen nuevas relaciones sociales.
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Es la paradoja de la posición, que siendo parcial,
abarca la totalidad, y que incluyendo la totalidad,
En el choque, la posición adopta unas formas o dis-
permanece confinada en una parte. Pero no es una
posiciones que definen su perímetro y que sirven
contradicción; en la posición no hay contradicciones.
tanto para el ataque como para la defensa, para aco-
Ambos aspectos no se oponen, no se niegan, sino que
meter y para cobijarse. Son el conjunto de prácticas y
se refuerzan mutuamente, pues cuanto más arraiga-
organizaciones que el combatiente lanza contra su
da está una posición, más dominio ejerce sobre el
oponente y con las que consolida su posición,
campo de conflicto, y viceversa, cuanto más extiende
adquiere poder, arranca fuerza para sí. En el caso de
el control sobre el campo, más segura se encuentra.
la propiedad privada, son formas de dependencia y
La libertad de acción es así consustancial a la posi-
explotación (forma-dinero que crea dinero, forma-
ción. Para los combatientes es tan necesaria como el
capital, forma-precarización, forma-deuda…); en los
aire que respiran, pues en ella les va su propia super-
trabajadores, son de independencia y autonomía
vivencia. Si tienen que abarcar y controlar la genera-
(forma-derechos, forma-seguridad, forma-dinero de
lidad productiva, deben gozar de la adecuada liber-
uso, forma-renta ciudadana…).
tad de movimientos, de la imprescindible movilidad
Si la posición es la cara más objetiva del comba-
para recorrer la generalidad productiva. No se trata
tiente, las formas son la más subjetiva. La posición es
de una libertad indeterminada, de una movilidad en
un emplazamiento, poder acumulado, poder consti-
un espacio vacío, sino de la libertad que corresponde
tuido; las formas son una construcción, son produc-
al poder de la posición. Pues cuanto más arraigada
ción, constitución de poder. Entre formas y posición
está una posición, más capacidad de movimientos
se darían pues las lógicas tensiones, e incluso contra- página 29
despliega y más autoridad exhibe para reconocer y
dicciones, entre la creación y el producto, lo constitu-
hacer suyo el espacio de las capacidades productivas.
yente y lo constituido, la subjetividad y la objetivi-
Firmeza de la posición equivale a libertad de acción.
dad. Y ciertamente, en las formas reina la subjetivi-
Es suficiente con disponer de un mínimo punto de
dad, que fuerza a la posición a avanzar y a desplegar
arraigo para asegurar el combate y asaltar el espacio
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versibles. El combate siempre empuja hacia delante y resultado de manipulaciones, ni se deben a la mio-
prohíbe mirar atrás. Y proscribe especialmente las pía de los agentes, ni es un velo que disimula y pro-
suposiciones, los condicionales, lo que “se tendría duce efectos ficticios; o mejor dicho, sí que es un
que hacer”, “se habría tenido que hacer” o “se hubie- velo, pero de efectos reales, es la “niebla de la gue-
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ciben. Resulta extraño que combatientes experimen- fundadas, arraigadas en las posiciones: el mismo
tados a menudo no consigan apreciar o distinguir las lugar desde el que se aspira a engullir la totalidad
acciones combativas y lleguen a dar por buena la de las capacidades productivas es el que entorpece
extinción o el adormecimiento de la lucha. Sin duda, la visión y comprensión de esa totalidad. Es otra vez
entran aquí factores como la falta o el exceso de con- la ambigüedad de la posición: precisa captar la
fianza, presentes tanto en los propietarios privados generalidad productiva como garantía de supervi-
vencia, pero tiene dificultades para ver todo lo que cia) no se niegan y por tanto no tienen que negarse a
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sucede. sí mismos, negar su condición anulada, para existir.
Pero de nuevo también no son aspectos que se No se anulan, no quedan encerrados, no desapare-
niegan dialécticamente, no se oponen o restan; uno cen, no se esconden unos detrás de otros. Ni tampo-
no anula al otro, la verdad no liquida las ilusiones, ni co se relevan, se pasan entre sí poderes o se delegan
las ilusiones acaban con la verdad. Las ilusiones no fuerzas. Por el contrario, todos muestran su consis-
aplacan la furia de los combatientes, ni restringen la tencia, exhiben su corporeidad, pugnan por hacerse
intensidad del conflicto. Pueden confundir al comba- un hueco en el combate.
tiente y despistarle sobre la posición propia o enga- Se insiste en que el capital es una relación y que
ñarle sobre la posición contraria. Pero el conflicto no dentro de ella se ventila el conflicto. Pero es una rela-
se calma, al contrario, se recrudece, pues la falta de ción que debe proyectar y con la que se lanza para
visión, las deficiencias de comprensión, la pérdida de abarcar la generalidad productiva. De hecho, lo que
referencias de un combatiente son un acicate para su necesita ser explicado es cómo la propiedad privada
contrincante, una oportunidad para sorprenderlo. se ensambla a las inmensas capacidades productivas
Las ilusiones propician los acontecimientos inespera- humanas, cómo debe verter ingentes toneladas de
dos, las acciones imprevistas, las sorpresas. capital, dinero, paro, “realidad”… para acoplarse a
esta generalidad. Pues al abrirse a la inmensidad pro-
10 ductiva, la propiedad privada se expone al espacio en
el que los trabajadores viven y luchan. Del mismo
El conflicto nunca se apaga o sublima, porque sus modo que en la producción la propiedad privada
elementos constitutivos (combatiente y espacio de solo aporta medios de producción o dinero, en el
conflicto, posición y formas, conocimiento e ignoran- combate también pone solo la mitad.
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