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17 - 18
2014 - 2015
AQVILA LEGIONIS
Cuadernos de Estudios sobre el Ejército Romano
Prof. Dr. Gonzalo BRAVO (Universidad Complutense de Madrid) — Prof. Dr. Antonio CABALLOS
(Universidad de Sevilla) — Prof. Dr. François CADIOU (Université Bordeaux - 3; Centre Ausonius) —
Prof. Dr. José Joaquín CAEROLS PÉREZ (Universidad Complutense de Madrid) — Prof. Dr. José
d’ENCARNAÇÃO (Universidade de Coimbra) — Prof. Dr. Joaquín GÓMEZ-PANTOJA (Universidad de
Alcalá) — Prof. Dr. Cristóbal GONZÁLEZ ROMÁN (Universidad de Granada) — Prof. Dr. Raúl
GONZÁLEZ SALINERO (Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid) — Prof. Dr. Enrique
GOZALBES CRAVIOTO (Universidad de Castilla- La Mancha; Cuenca) — Profª. Drª. Christine HAM-
DOUNE (Université de Montpellier) — Prof. Dr. Yann LE BOHEC (Paris, Sorbonne IV) — Prof. Dr.
Patrick LE ROUX (Université Paris XIII) — Prof. Dr. Jerzy LINDERSKI (Dept. of Classics, University
of North Carolina, Chapell Hill) — Prof. Dr. Julio MANGAS (Universidad Complutense de Madrid) —
Prof. Dr. Santiago MONTERO HERRERO (Universidad Complutense de Madrid) — Prof. Dr. Ángel
MORILLO (Universidad Complutense de Madrid) — Prof. Dr. Juan José PALAO VICENTE (Universidad
de Salamanca)— Prof. Dr. Fernando QUESADA SANZ (Universidad Autónoma de Madrid) — Prof. Dr.
José Manuel ROLDÁN (Universidad Complutense de Madrid) — Prof. Drª. Cicilia RICCI (Università
degli Studi del Molise - Italia) — Prof. Dr. Manuel SALINAS DE FRÍAS (Universidad de Salamanca) —
Prof. Dr. Narciso SANTOS YANGUAS (Universidad de Oviedo) — Prof. Dr. J. Jacobo STORCH (Univer-
sidad Complutense de Madrid).
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AQVILA LEGIONIS
17-18
(2014-2015)
ARTÍCULOS:
CURCHIN, Leonard A.
In adversa tempestate: The impact of weather on Roman military
and naval operations .............................................................................................. 9-21
BELLUCCI, Nikola
Considerazioni sulla seconda campagna di Shapur I (attraverso le fonti
degli avvenimenti durani) ..................................................................................... 45-71
HISTORIOGRAFÍA:
BRUNO, Bianca
Gli ultimi anni della Guerra Sannitica (292-290).................................................. 111-136
CRÍTICA DE LIBROS - REVIEWS:
RESUMEN: El presente trabajo analiza la visión que del ejército romano de fines de la
República aporta la serie televisiva Roma. El principal objetivo del siguiente estudio es analizar el
rigor histórico de la serie Roma tomando como punto de partida la trayectoria civil y militar de uno de
los protagonistas, Lucius Vorenus. A partir de las fuentes históricas de época romana y de la
historiografía posterior llevamos a cabo el estudio del cursus honorum de Lucius Vorenus.
ABSTRACT: This research is based on the television series Rome, in order to analyze the vision
that appears in it about the Roman army at the end of the Republic. The main aim of this study is to
analyze the historical accuracy of the series taking as its starting point the civil and military career of
one of the protagonists, Lucius Vorenus. From the historical sources of Roman time and the later his-
toriography we carry out the study of the cursus honorum of Lucius Vorenus.
1. INTRODUCCIÓN
1
Becario FPI-UVa adscrito al Área de Historia Antigua del Departamento de Historia Antigua y
Medieval de la Universidad de Valladolid.
2
DUPLÁ ANSUÁTEGUI, 2011, p. 95.
pasado y la historia son dos cosas diferentes3. Al fin y al cabo, el filme no deja de
ser una representación del pasado basada en otras representaciones del mismo,
donde intervienen una serie de códigos que hacen más complejo el propósito de
escenificar la antigüedad. En esta puesta en escena de los tiempos pasados se incu-
rre en el error del anacronismo. De hecho, rodar una película fundamentada en el
pasado es un anacronismo en sí mismo. Además, estaríamos presenciando un doble
anacronismo, ya que todo presente ignora lo que va a suceder después. Entonces
quizás debiéramos preguntarnos ¿es factible realizar un sincretismo entre el cine y
la historiografía? Es necesario tener presente la doble finalidad del cine: si bien es
un negocio, cuyo principal objetivo es llegar a un público masivo y obtener rentabi-
lidad económica; sin embargo no deja de ser un discurso mediante el cual la reali-
dad puede ser explicada4. Por lo tanto, partiendo de estas premisas no se puede exi-
gir al cine que se transforme en un aula universitaria. Aun así, una aproximación
verosímil en su contenido histórico redundaría en un mayor prestigio para dicha
producción, al menos en el ámbito científico y académico. No obstante, la idea del
“anacronismo necesario” cuando se trata de arte, en tanto en cuanto que el artista
pueda conectar con su público5, en mi opinión continúa siendo un desacierto, ya
que si una producción cinematográfica desea centrar su relato en una época
histórica o lo presenta como basado en hechos reales, existen innumerables estu-
dios científicos que abordan el contexto histórico a los que debería ceñirse en la
pretensión de acercarse a una ambientación en el antigüedad6, asumiendo de ante-
mano que aunque podamos acercarnos al pasado a través de las fuentes históricas,
este no se puede representar. Ante todo, no se debe perder la perspectiva histórica
establecida por los historiadores a partir de un método científico, máxime cuando
existen especialistas que pueden asesorar durante la elaboración del guión y en la
fase del rodaje. En este sentido, comparto la frase de Luciano Canfora en el
Corriere della Sera acerca de la serie Roma: divulgare errori è il peggio che si
possa fare7.
Lógicamente, Roma ha sido objeto de una atención pormenorizada por parte
de la industria cinematográfica, lanzando producciones centradas en personajes o
acontecimientos trascendentales de su historia que intercalan contenido histórico y
mensajes políticos, más fácilmente asimilables por el gran público debido a la
herencia recibida del mundo grecorromano. Sin embargo, ante ese afán de media-
3
GAVILÁN DOMÍNGUEZ, 2008, p. 130.
4
MARTÍNEZ GIL, 2013, p. 353.
5
PÉREZ GÓMEZ, 1996, p. 244.
6
Es llamativo el hecho acaecido durante el rodaje de la película Tierra de faraones (1955), donde
el director Howard Hawks quiso grabar con caballos. Avisado por Howard Noël, asesor histórico del
filme, de la inexistencia en aquel tiempo de caballos, planteó rodar la película con camellos. Tras las
pertinentes indicaciones de Noël sobre la ausencia de camellos, Howard Hawks se negó a dirigir la
película si no contaba al menos con estos animales durante el rodaje.
7
DUPLÁ ANSUÁTEGUI, 2011, p. 99.
8
No obstante, sigue siendo frecuente encontrar elementos políticos subversivos que adulteran las
producciones cinematográficas, aunque ciertamente no son advertidos por la gran mayoría de los es-
pectadores. En la última presentación de El planeta de los simios (2014) el simio antagonista porta el
característico nombre de Koba, de una carga ideología manifiesta, pues era el nombre de guerra de
Stalin.
9
MONTERO DÍAZ, 2011, p. 21.
10
SERRANO LOZANO, 2012, p. 51.
«Tú, romano, recuerda tu misión; ir rigiendo los pueblos con tu mando. Estas
serán tus artes: imponer leyes de paz, conceder tu favor a los humildes y aba-
tir combatiendo a los soberbios»11.
11
Verg. Aen. 6, 850-853.
12
Pretender citar bibliografía que abarquen estos aspectos superaría las páginas permitidas para el
artículo, por lo que mencionamos una serie de autores principales en sus campos de investigación. La
obra más distinguida sobre el ejército romano como institución es la de Alfred von Domaszewski Die
Rangordnung der römis en Heeres (1908). Más recientemente se han publicado trabajos como los
de Yann Le Bohec (El ejér ito romano: instr mento ara la onq ista de n im erio, 2004) o Adrian
Goldsworthy (El ejér ito romano, 2003). También se han publicado estudios sobre el soldado romano
como el de George R. Watson The Roman Soldier (1969). Acerca de las cuestiones matrimoniales
contamos con la obra de Sara E. Phang The marriage of Roman soldiers (13 B.C.-A.D. 235): law and
family in the imperial army (2001). En cuanto a los diplomas militares los trabajos de Margaret M.
Roxan o de Werner Eck son una referencia obligatoria. Respecto a la arqueología militar los estudios
de Sebastian Sommer para el Imperio y de Ángel Morillo Cerdán para la provincia de Hispania apor-
tan los últimos hallazgos al respecto de esta materia. Por último, se han presentado trabajos acerca de
la historia de género para el mundo militar romano destacando las investigaciones de Carol van Driel-
Murray, Lindsay Allason-Jones o de Penelope Allison.
13
NICOLET, 1982, p. 219.
14
ROLDÁN HERVÁS, 1996, p. 7.
económica15. La población fue dividida en cinco clases según este censo y cada
clase en centurias hasta un total de 193. Al margen de estas clases se situaban los
proletarii o capite censi. Los ciudadanos pertenecientes a las 5 clases –adsidui o
locupletes– tenían como obligación la participación en el ejército romano,
costeándose cada individuo su propio armamento acorde a sus capacidades
económicas. De este modo, las tres primeras clases proporcionan a la milicia la
infantería pesada, de tipo hoplítico en la época monárquica, mientras que las dos
últimas clases aportaban la infantería ligera, los rorarii16. A estos efectivos se
sumarían las 18 centurias de equites creadas por Servio Tulio. Los proletarii
estarían exentos del servicio militar excepto en situaciones de máximo peligro para
la ciudad, momento en el cual eran llamados a filas (tumultus)17.
A comienzos del siglo IV a.C. el ejército romano fue derrotado en la batalla
de Alia contra los galos senones y, posteriormente, Roma fue saqueada –390 a.C.
La tradición atribuye a Marco Furio Camilo, conquistador de Veyes, vencedor de
los galos y pater patriae, la nueva estructuración táctica del ejército, abandonando
el modelo de la falange por el del manípulo, más flexible y operativo. Además, di-
vide a los soldados según su posición en los manípulos en hastati, principes y tria-
rii, armándoles con el pilum, solo para hastati y principes, y el scutum. También,
en esta época se introdujo el stipendium o paga del soldado, término que será equi-
valente asimismo con los años de servicio18. Con este ejército, al que habría que
sumar las unidades de aliados itálicos –socii– y los destacamentos auxiliares, se
lleva a cabo la expansión romana por todo el Mediterráneo. Sin embargo, las con-
secuencias de este imperialismo iban a provocar un cambio en las estructuras
económicas y sociales, así como en la cultura y en la moral del pueblo romano.
La división social se hacía evidente. Por un lado, la clase dirigente, la aristo-
cracia senatorial (optimates), se habían hecho con la mayor parte de las propieda-
des agrícolas de la península Itálica, enriqueciéndose aún más debido a las guerras
exteriores que proporcionan no solo botín, sino también provincias que gobernar y
esquilmar. Por otro lado, la clase de los pequeños propietarios tendía a reducirse,
obligados a vender sus tierras al no ser rentables su explotación a causa del sistema
latifundista de la nobilitas, trabajados por mano de obra esclava. La salida para es-
tos ciudadanos era convertirse en inquilinos de los terratenientes o emigrar a Ro-
15
Liv. I, 43.
16
GABBA, 1976, p. 2; GUILLÉN CABAÑERO, 1980, pp. 412-413.
17
Valerio Máximo (2.3.1) decía sobre los capite censi: «También son de alabar los honrados sen-
timientos que animaba al pueblo que, entregándose activamente a las fatigas y peligros de la guerra,
permitía que los generales no se vieran en la necesidad de llamar al servicio militar y hacerles prestar
el juramento de fidelidad a los que no poseían más que sus personas, cuya extrema necesidad les
hacía sospechosos por lo que no se les confiaban las armas que serían para la defensa de la
república».
18
MARÍN Y PEÑA, 1956, pp. 18-24.
19
Plutarco recoge en un pasaje de la vida de Tiberio Sempronio Graco (TG. 8, 3-5) esta coyuntu-
ra del campo romano: «Durante un poco de tiempo esta ley contuvo la codicia y ayudó a los pobres a
quedarse en las tierras en las condiciones en las que las habían arrendado y cultivando el lote que cada
uno había recibido al principio. Pero después, los vecinos ricos, empelando nombres falsos, desviaban
hacia sí mismos los arriendos y acabaron apropiándose abiertamente de la mayor parte con su propio
nombre. Los pobres, privados de sus tierras, ya no se prestaron de buena gana para las campañas mili-
tares y descuidaban la crianza de sus hijos, al punto de que rápidamente toda Italia se dio cuenta de
que contaba con pocos hombres libres y estaba, en cambio, repleta de prisioneros bárbaros de los cua-
les los ricos se servían para cultivar sus tierras tras haber desterrado a los ciudadanos».
20
MARÍN Y PEÑA, 1956, p. 50.
21
GABBA, 1976, p. 22.
22
La bibliografía sobre los hermanos Graco es prolija, por lo tanto solamente mencionamos un
pequeño número de obras: BADIAN, 1971, pp. 668-731; NICOLET, 1971; STOCKTON, 1979.
23
GABBA, 1976, p. 7.
24
LE GLAY, 2001, p. 231
25
SOUTHERN, 2012, p. 164. Cass. Dio. 51, 20, 4.
26
Salustio (Iug. 86.2) comentó acerca del reclutamiento llevado a cabo por Mario: «Mientras tan-
to, él siguió alistando soldados sin atenerse a las normas tradicionales, ni enrolando por clases, sino a
todos los que se presentaban voluntarios, los más de ellos proletarios, no admitidos antes en el servi-
cio militar». Para GABBA, 1976, p. 12 este método de alistamiento es el proceso lógico de la
proletarización de la milicia ciudadana que empezó desde la segunda guerra púnica.
27
MARÍN Y PEÑA, 1956, p. 48.
28
Plb. XI, 23, 1-2.
29
MARÍN Y PEÑA, 1956, pp. 55-58.
30
GABBA, 1976, p. 27; LE GLAY, 2001, p. 263.
Lucius Vorenus fue un centurión de una de las legiones de César sobre el que
la serie Roma concibe un personaje de ficción, con un cursus honorum inventado,
siendo uno de los protagonistas de esta producción. De la misma manera que una
novela histórica, la historia de Roma se presenta al espectador a través de las mi-
siones que lleva a cabo Voreno.
Según el relato de Cayo Julio César, Lucius Vorenus era un centurión de una
legión incierta, ya que César en su descripción no remite su numeral, dirigida por el
legado Quinto Tulio Cicerón, hermano del famoso orador, atacada por los nervios
en el 54 a.C., que destaca en combate junto a su compañero Titus Pullo. Ambos
son centuriones que pugnan no sólo por su vida contra los enemigos galos, sino
también por el honor de ser nombrado primus pilus, el primer centurión de la
legión, que tenía el honor de formar parte del consejo del general. En la narración,
ninguno de los dos lo consigue ya que ambos están igualados en coraje, fuerza y
destreza, salvándose la vida mutuamente. El pasaje de César nos relata lo siguiente:
Había en esta legión dos centuriones muy valerosos, Tito Pullo y Lucio Voreno, a punto de ser
promovidos a primera lanza. Andaban éstos en continuas disputas sobre quién debía ser elegi-
do, y cada año, con más ardor, se disputaban el derecho. Pullo, uno de los dos, en el mayor ar-
dor del combate al borde de los fosos, dijo: ¿En qué piensas, oh Voreno?, ¿A qué esperas para
mostrar tu valentía? Este día se decidirá nuestra disputa. Diciendo esto, saltó los parapetos y
embiste al enemigo por la parte más fuerte. No se quedó atrás Voreno, sino que temiendo la
censura de todos, lo siguió a corta distancia. Arrojó Pullo contra los enemigos su pilum, atra-
vesando de parte a parte a uno que se adelantó de entre los enemigos, el cual herido de muerte,
es protegido por los escudos de los suyos, y todos ellos cargaron contra Pullo, cerrándole el
paso. Roto el escudo, una espada le golpeó en el cinturón. Le salvó del golpe la vaina, pero
por mucho que forcejeó, no pudo sacar la espada: y así lo rodearon los enemigos. Acudió en
su ayuda su rival, Voreno, y socorriéndole en el momento de más peligro; Así, ahora el ene-
migo se lanza sobre él, dando a Pullo por muerto de la estocada. Aquí Voreno, espada en ma-
no, se batió con ellos cuerpo a cuerpo, matando a uno y obligando a retroceder a los demás.
Yendo tras ellos con demasiado ímpetu, resbaló cuesta abajo, y cayó derribado en la tierra. Pu-
31
Los soldados de Sila le juran fidelidad cuando desembarcó en Brundisium en el año 83 a.C.
(Plut. Sull. 27, 3).
32
LE GLAY, 2001, p. 264.
33
Como dice HARMAND, 1967, p. 483: “Peu à peu, la médecine marienne devient posion”.
llo, que lo vio rodeado de enemigos, corrió a ayudarle, y al fin ambos, sanos y salvos, después
de haber dado muerte a muchos, volvieron al campamento cubiertos de gloría. Así los guió la
fortuna durante el combate mientras el uno protegía la vida del otro, sin que pudiera decirse
34
cuál de los dos había merecido por su valor ser nombrado primus pilus .
Titus Pullo será mencionado en la obra De Bello Civili (3, 67) parece ser que
luchando contra César en Dyrrachium tras una traición al ejército de Cayo Anto-
nio, legado de César y hermano de Marco Antonio; sin embargo, Voreno no
volverá a aparecer en el relato de César.
El personaje de ficción no solo recrea una carrera político-militar cuanto
menos curiosa, sino también está cargado de una serie de aspectos sociales,
políticos, morales y religiosos que evolucionan con el suceder de los acontecimien-
tos que sufre el protagonista.
Respecto a los aspectos político-militares, Lucius Vorenus es considerado en
la serie como centurión de la decimotercera legión, desconociendo qué rango
poseía entre los centuriones. Sin embargo, en el primer capítulo de la primera tem-
porada, nuestro protagonista aparece luchando en primera línea de batalla al frente
de la decimotercera legión en Alesia. No se aprecia la longitud del frente ni la
disposición de las legiones para valorar qué rango podría tener nuestro protagonis-
ta. En este momento apreciamos dos incongruencias con relación al relato cesaria-
no: no se especifica a qué legión pertenecía Voreno, y cuando aparece es en la lu-
cha contra los nervios y eburones, no en Alesia, aunque lógicamente estaría en la
batalla final. No obstante, en un instante posterior del mismo capítulo un oficial
romano se dirige a Voreno como segundo centurión –cargo que ostentaría en el
relato cesariano, probablemente princeps prior al optar al puesto de primus pilus35–
, a la hora de encomendarle, junto con Titus Pullo, la misión de recuperar el águila
robada de César. En el segundo capítulo, Octavio invita a su casa tanto a Lucius
Vorenus como a Titus Pullo, presentando al primero a su madre como primer
centurión. El rango de primus pilus de Voreno se confirma cuando él mismo, en el
tercer episodio, se presente ante los dioses como “ex primer centurión, primera co-
horte, decimotercera legión”. Siguiendo en esta primera temporada, en el quinto
capítulo, Erastus Fulmen se refiere a Lucius Vorenus, en la charla que mantienen
los dos en las termas, como primer centurión, confirmando el cargo mencionado
anteriormente. En relación a su despliegue en el campo de batalla y las menciones
que se hacen en la serie, además de lo relatado por César, podemos establecer la
hipótesis de que Lucio Voreno sería un primus pilus de la XIII legión de Cayo Ju-
lio César, por lo tanto habría conseguido el anhelado ascenso por el que pugnaba
en el relato del dictador.
El centurión constituía la espina dorsal del ejército romano. Polibio dice de
ellos: «Es deseable que los centuriones, más que osados y temerarios, sean buenos
34
Caes. Gall. 5, 44.
35
RADIN, 1915, p. 311.
conocedores del arte de mandar, que tengan presencia de ánimo y que sean firmes
no solo para atacar con sus tropas aún intactas, o bien al principio del combate, si-
no también para resistir cuando están en inferioridad de condiciones o en un aprieto
y para morir sin abandonar su puesto»36.
Estos hombres eran expertos luchadores, con aptitudes administrativas y una
disciplina férrea que debían transmitir a su centuria. El acceso a este cargo en
época republicana según Polibio se llevaba a cabo por elección en relación a los
méritos37. Dentro del centurionado había una serie de rangos que conservaban los
nombres tradicionales de las acies republicanas: hastatus, princeps y pilus
(también llamado triarius). Además, cada rango recibía la denominación de prior y
posterior, excepto el primer centurión de la primera cohorte, denominado primus
pilus38. El cargo de primer centurión era el máximo rango al que podía aspirar
cualquier soldado en la legión tras un prolongado servicio. César menciona alguno
de sus primi pili como Publius Sextius Baculus39 o Caius Crastinus40. En el Alto
Imperio se han recopilado epígrafes de primi pili con una edad superior a los 50
años41. Una vez finalizado el servicio como primer centurión, las puertas del orden
ecuestre se abrían facilitando el desempeño del cargo de tribuno en los cuerpos mi-
litares de Roma o alguna prefectura o procuratela42.
Como centurión, apreciamos una inexactitud en el primer capítulo de la pri-
mera temporada relacionada con indumentaria militar de Lucius Vorenus, ya que
porta el gladius en el costado derecho de la misma manera que lo llevaría un miles.
Sin embargo, siendo centurión debería tener la espada en el lado izquierdo.
Voreno abandona la legión poco después del paso del Rubicón, cuando llega
a Roma en cumplimiento de una misión ordenada por César. En este momento nos
encontramos con una cierta contradicción en el aspecto político y moral del perso-
naje en cuestión, ya que no es fiel a sus convicciones ideológicas más profundas.
La serie presenta a Lucius Vorenus como seguidor de los planteamientos de Marco
Porcio Catón, es decir, del orden tradicional de la República. Si bien esta inco-
herencia política puede estar justificada en un primer momento debido al juramento
militar43, es ininteligible en el instante en que se vuelve a alistar a las órdenes de
36
Plb. VI, 24, 9.
37
Plb. VI, 24, 1.
38
RADIN, 1915, p. 310.
39
Caes. BGall. 2, 25; Caes. BGall. 3, 5; Caes. BGall. 6, 38.
40
Caes. BCiv. 3, 91.
41
DOBSON, 1993, p. 204. Retonius Lucius (CIL, III, 11301) alcanzó el primopilado con 78 años,
realizando un servicio de 58 años. Lucius Maximius Gaetulicus (AE, 1985, 735) sirvió 57 años en el
momento de lograr el ascenso a primus pilus.
42
DOBSON, 2000, p. 152.
43
También llamado iusiurandum. En la Roma primitiva el sacramentum era entendido no solo
como un compromiso guerrero, sino también religioso a la vez. Romperlo podría alterar la pax deo-
rum, el acuerdo entre dioses y hombres que regía la vida de los romanos. Vid. VENDRAND-VOYER,
1983, pp. 41-42.
44
RENZ, 1972, p. 73.
45
CAMPBELL, 1978, p. 160; PHANG, 2001, passim
46
PHANG, 2001, passim.
47
Suet. Iul. 42, 3.
48
Sobre los evocati vid. DOMASZEWSKI, 1967, pp. 77-78; DURRY, 1968, pp. 117-126.
49
Serv. Aen. 2, 157.
50
App. B. Civ. 3, 40.
51
Caes. BCiv. 3, 88.
52
GUILLÉN CABAÑERO, 1980, pp. 447-448
53
Cicerón (Fam. 3, 6) alude a este cargo, por otra parte poco frecuente en las fuentes clásicas.
tes de las legiones. Incluso en el Nuevo Testamento, el cargo militar más mencio-
nado es el de centurión, siendo junto al tribuno los únicos grados de la legión que
aparecen en la Biblia.
Una vez acabada la guerra civil, comienza la carrera política de Lucius Vo-
renus. César le insta a que se presente a las elecciones como magistrado, sin espe-
cificar el cargo concreto que desempeñaría. Existen ejemplos epigráficos de la
época final de la República y sobre todo en el Alto Imperio de centuriones y otros
oficiales militares que, una vez se licenciaron, se establecieron en un municipio o
colonia romana y ejercieron diversas magistraturas54. El culmen de este cursus
honorum sui generis es el acceso al rango de senador, nombrado directamente por
César, convirtiéndose de este modo en un homo novus, al igual que otros políticos
romanos contemporáneos de esa época como Marco Tulio Cicerón. Otra circuns-
tancia incongruente que presenta la serie es la residencia de Voreno en una insula.
Desde el mismo instante en que se convierte en primus pilus o praefectus evocato-
rum, incluso magistrado, la vivienda acorde con su jerarquía social no se refleja en
la serie. El apego por la insula no es históricamente real, sobre todo si es un sena-
dor, con una serie de rentas procedentes principalmente de la tierra, el que vive allí.
Si bien, se menciona que se haría construir una casa en su propiedad rural –villa–,
no se deja constancia de lo mismo en Roma, donde podría haber comprado una
domus acorde a su nuevo rango en la cima de la sociedad. La posesión de una casa,
junto a la formación de una familia eran los principios capitales en la vida de un
romano, ya que en la casa se celebraba el culto a los antepasados, siendo continua-
do por los descendientes55.
El ascenso fulgurante de Lucius Vorenus desde el centurionado hasta el Se-
nado de Roma, desde el punto de vista ortodoxo de la política romana es
prácticamente imposible, salvo en una situación de crisis política y/o dictatorial
como el siglo I a.C. Ya Sila aumentó el número de senadores a 600, entre los que
había oficiales militares56. César volvió a incrementar el número de senadores hasta
un total de 900 miembros, escogidos entre sus propios soldados y entre los nuevos
ciudadanos romanos de comunidades extraitálicas57. En un supuesto teórico, Vore-
54
En Hispania cotejamos epígrafes correspondientes a centuriones que, tras su merecida licencia,
ejercen diversas magistraturas –especialmente el cargo de duunvir– en los municipios y colonias ro-
manos.
CILA, III, 442. Martos (Jaén): C(aio) Iulio L(uci) f(ilio) Ser(gia) / Scaenae decurio[ni] / eq(uitum)
centurioni / hastato primo / leg(ionis) IIII IIvir(o) / Laeta filia. Caius Iulius Scaena fue hastatus prior
de la cuarta legión y, tras su retiro del ejército, duunvir en Tucci entre la época de Augusto y Tiberio.
HEp, 11, 457. Écija (Sevilla): L(ucio) Cani[ni]o L(ucii) f(ilio) Pap(iria tribu) / Pompt[in]o
cent(urioni) leg(ionis) / II (sic) Pansianae p(rae)p(osito) c(o)hor(tis) / III auguri II vir(o) / Arria uxor.
Lucius Caninius Pomptinus fue centurión de la II legión Pansiana y praepositus cohortis. Una vez
licenciado ejerció los cargos de duunvir y augur en Astigi a finales del siglo I a.C.
55
GUILLÉN CABAÑERO, 1977, p. 111.
56
CHRIST, 2006, p. 107.
57
Suet. Iul. 41, 1; Cass. Dio, 43, 47, 3; CARCOPINO, 1974, p. 487.
no bien pudo ser promovido por César al rango de senador tras haber desempeñado
una carrera militar con éxito. En la serie, Voreno es nombrado senador con el fin
de convertirse en el guardia personal de César en el Senado. No obstante, el au-
mento de senadores por parte de César satisfacía este principio de seguridad del
dictador, además de transformarse en un órgano sumiso a la política de César. El
ejemplo de Lucius Vorenus pudo estar basado en Caius Fuficius Fango, un vetera-
no militar de César que fue nombrado senador y, posteriormente, gobernador de
África por Octavio58.
Tras la muerte de César en los idus de marzo del 44 a.C. concluye la primera
temporada de la serie Roma.
En la segunda temporada, la carrera política de Lucius Vorenus parece des-
vanecerse sin ninguna explicación, perdiendo todo tipo de rango y de riquezas, co-
mo si sus posesiones fueran expropiadas o destruidas, y en lugar de esto toma for-
ma la figura de jefe del collegium del Aventino. A este cometido llega Voreno por
orden del cónsul Marco Antonio, tras dar muerte a Erastus Fulmen, quien contro-
laba el Aventino a través de su banda armada. Erastus Fulmen había capturado a
los hijos de Voreno por una afrenta que mantuvieron en el pasado. Sin embargo, al
enterarse el antiguo primer centurión del paradero de sus hijos acudió junto con su
commilito Titus Pullo a recuperarlos a punta de gladius, acabando con la vida de
Erastus Fulmen. No obstante, Lucius Vorenus volverá al ejército bajo el mando de
Antonio, luchando a su lado en la batalla de Mutina, pero no se nombra el cargo
que ostentaba ni se observa con claridad el uniforme que vestía para poder discer-
nir el rango con el que se reenganchó. Si tenemos en cuenta la carrera militar de
Voreno –primus pilus y prefecto de los evocati– el cargo que ostentaría en esta
ocasión debió ser elevado o, cuando menos, similar a los anteriores.
Tras la derrota de Antonio en Forum Gallorum y conocido el hecho de que
sus hijos vivían en esclavitud tras haber sido secuestrados, Lucius Vorenus
abandonará una vez más la legión. La situación servil de sus hijos, al ser ciudada-
nos romanos, es inexplicable según la versión de la serie. Un hijo, ciudadano ro-
mano, bajo la patria potestas del pater familias no puede ser convertido en esclavo
a menos que este le venda como tal. Para recuperar la libertad de sus hijos ciudada-
nos bastaría con demostrar que son sus vástagos y que son ciudadanos romanos, no
obstante la serie fuerza la perspectiva histórica para dotar de acción y drama al ar-
gumento. Una vez que Voreno devuelve, mediante el uso de la fuerza, la libertad
de sus hijos y descubre la traición que contra él comete su propia hija, Vorena
Maior, se reenganchará de nuevo bajo las órdenes de Antonio cuando éste marche
a Egipto como gobernador, a raíz del pacto establecido por los triunviros en
relación a la división de provincias59. En esta ocasión tampoco se hace mención del
cargo que ostenta Lucius Vorenus al lado de Antonio, pero por el uniforme y por su
58
Cass. Dio. 48, 22, 1.
59
Acuerdo de Brundisium en el 40 a.C.
presencia muy próxima al triunviro puede ser el de legatus. El cargo de legado es-
taba reservado a un hombre de rango senatorial, requisito que Voreno cumplía
puesto que fue nombrado senador por Julio César60.
Lucius Vorenus estará al lado de Antonio hasta que éste ponga fin a su vida
en el 30 a.C. ayudándole incluso a llevar a cabo tal tarea. El propio Voreno también
morirá por una herida en la espalda causada en su intento de salvar al pequeño
Cesarión de caer en las manos de los soldados de Octavio. La muerte de Voreno
por la salvaguarda de Cesarión resulta un desenlace incongruente con las fidelida-
des políticas mostradas por nuestro protagonista, que se muestra en esta etapa vin-
culado a Marco Antonio, no a Cleopatra ni a Cesarión. Sin embargo, en la ficción
televisiva subyace el motivo personal de que Lucius Vorenus lucha para salvar la
vida de Cesarión, viendo en él al hijo de su amigo Titus Pullo, ya que la serie vuel-
ve a forzar la historia en favor de la trama al presentar a Cesarión como posible
hijo de Titus Pullo, quien en el capítulo octavo de la primera temporada mantuvo
una breve aventura sexual con Cleopatra. A pesar de encontrarse en bandos enfren-
tados, Lucius Vorenus y Titus Pullo mantuvieron esa vieja lealtad de commilitones,
honrándola con la propia entrega de la vida, tal como hizo Voreno. Este desenlace
final de la serie trae a primer plano el sentimiento de camaradería entre milites que
tantas veces aparece recogido en la epigrafía militar, donde cotejamos inscripcio-
nes erigidas por un soldado que conmemora a un commanipularis caído, en ocasio-
nes incluso su heredero, con el que compartió no solo las fatigas de la guerra, sino
también los placeres de la paz61.
4. REFLEXIÓN FINAL
60
Esto puede verse en la lex Gabinia que autorizaba a Pompeyo a nombrar legados de entre los
senadores (Plut. Pomp. 25).
61
En Hispania contamos con varios ejemplos entre los veteranos, los legionarios y las unidades
auxiliares. Uno de ellos lo ofrece la inscripción ERLe, 181 hallada en Luyego de Somoza (León) que
fue erigida por el miles cohortis Laelius Decuminus en honor de su compañero caído Iulius Capito
entre finales del siglo I y comienzos del II. Ambos soldados combatieron en la centuria de Valerius
Caelianus. D(is) M(anibus) / Iul(io) Capito[ni] / mil(iti) coh(ortis) I C[eltiberorum?] / an(norum)
XXXIII sti[p(endiorum) ---] / (centuria) Val(erii) Caelian[i] / h(ic) s(itus) est s(it) t(ibi) t(erra) l(evis)
La[e]/[li]us Decuminu[s] / commanipu[l(aris)] / h(eres) f(aciendum) [c(uravit)].
gos civiles una vez han adquirido la licencia militar, con la excepción que Voreno
ejerce sus cargos civiles en Roma y no en ciudades provinciales.
En la representación que hace la serie acerca de la antigua Roma republicana
existen varios aspectos que no acierta a plasmar correctamente, en especial el modo
de vida que debería haber llevado Lucius Vorenus, una persona con un elevado ni-
vel social y económico. En este sentido, no cabe imaginar a un veterano primus
pilus y praefectus evocatorum, cuyo prestigio y riqueza debían ser prominentes,
viviendo en la insula que refleja la serie, una vivienda paupérrima. Si bien es cierto
que las insulae eran las viviendas de las clases populares, en Roma existieron insu-
lae bien construidas y con cierto lujo62. Indudablemente este hecho es ya inconce-
bible para un senador de Roma.
Tampoco se ajusta la ideología política atribuida por la serie a Voreno, de-
fensor de los valores republicanos representados por Catón, que sin embargo sigue
a Julio César, impulsor de un poder unipersonal en Roma, hasta que este es asesi-
nado en los idus de marzo. Esta contradicción política no está justificada de ningu-
na manera por parte de Lucius Vorenus, ya que abandonó la legión una vez
comprobó las intenciones políticas de César, pero se reenganchó bajo las órdenes
de Marco Antonio, siguiendo la trama histórica creada por la serie. Por ello la
muerte de nuestro protagonista a costa de salvar la vida de Cesarión, no puede in-
terpretarse en clave de fidelidades políticas ni tampoco de lealtad a los juramentos
militares, sino que simplemente a la pervivencia de un sentimiento de camaradería
férreo que se proyecta hacia el que él considera hijo de su amigo y compañero de
armas, cotejado históricamente en la epigrafía militar romana, y por el que arriesga
su vida.
El peso de la familia, de la religión y del ejército se deja sentir profusamente
en esta serie, de una forma similar a lo que pudo ser la vida de los ciudadanos en la
Roma de finales de la República. La razón de la existencia de un romano era for-
mar una familia, donde se venerasen a los dioses familiares y a los antepasados. La
religión era una faceta verdaderamente significativa en el mundo romano, capaz de
alterar decisiones políticas. El objetivo de todo romano era mantener la pax deo-
rum, el buen funcionamiento de las relaciones con las divinidades. Y la importan-
cia del ejército en la esfera política y pública del siglo I a.C. es esencial, no pu-
diendo comprender la figura política de César sin haber analizado la
transformación de la legión en época de Mario, convertida en el ejército personal
del general. Si bien la serie no refleja esta modificación del ejército romano, sí que
evidencia con claridad la nueva función de las legiones que siguen a su general
hasta la misma Roma, combatiendo contra otros ciudadanos romanos, como las de
César en la Galia, o las de Octavio tras la guerra contra Marco Antonio en el 43
a.C., permitiéndole acceder al consulado con tan solo 19 años.
62
GUILLÉN CABAÑERO, 1977, p. 80.
FICHA DE LA SERIE
Título: Roma
Título original: Rome
País: Reino Unido, Estados Unidos e Italia
Temporadas: 2.
Año: 2005-2007.
Creador: Bruno Heller, John Milius y William MacDonald.
Producción ejecutiva: Bruno Heller, John Milius, William MacDonald, Frank Doel-
ger, Anne Thomopoulos, John Melfi.
Productora: HBO, BBC, RAI.
Director: Michael Apted, Allen Coulter, Julian Farino, Jeremy Podeswa, Alan Poul,
Mikael Salomon, Steve Shill, Alan Taylor, Timothy Van Patten, John Maybury, Adam Da-
vidson, Alik Sakharov, Roger Young, Carl Franklin.
Guión: Bruno Heller, John Milius, William MacDonald, David Frankel, Alexandra
Cunningham, Adrian Hodges, Scott Buck, Mere Smith, Todd E. Kessler, Eoghan Mahony.
Asesor histórico: Jonatham Stamp.
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