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Seminario Teológico Presbiteriano

Rev. José Manuel Ibáñez Guzmán

Lectura Anotada

“Liderazgo Espiritual”

J. Oswald Sanders

Curso: Poiménica I.
Profesor: Alejandro Lara Núñez.
Alumno: Arturo Valdebenito Figueroa.

Santiago de Chile, 14 de Junio de 2013


SANDERS, J. Oswald, Liderazgo Espiritual. USA, Portavoz, 1995, p. 189

Introducción

Valioso libro que entrega muchas consideraciones para evaluar o construir un


liderazgo espiritual a la manera de Dios. El libro entrega 22 temas o enfoques de
los requerimientos y desafíos de un líder en formación, sumada a una breve pero
útil guía de estudio que ayuda a enfocarnos en el perfeccionamiento de nuestros
liderazgos espirituales y ayudar a formar a otros.

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Anotaciones

Capítulo 1 – Una Ambición honorable.

- Me inclino a pensar que la ambición en cualquier sentido ordinario del


término es casi siempre algo pecaminoso en los hombres ordinarios. Estoy
seguro de que en el cristianismo es siempre algo pecaminoso y que es más
imperdonable en los pastores ordenados que en ninguna otra persona.
(pág. 13).

- La verdadera grandeza, el verdadero liderazgo, se encuentra cuando el


líder se dedica a servir a otros, no a engatusar o inducir a otros a que lo
sirvan a él. (pág. 13).

Capítulo 2 – La búsqueda de Líderes.

- Para que el mundo oiga la voz de la iglesia hoy, se necesitan líderes de


autoridad, espirituales y sacrificados. (pág. 17).

- Los líderes espirituales no son elegidos, ni designados, ni creados por


sínodos o asambleas eclesiásticas. Sólo Dios puede formarlos. (pág. 17).

Capítulo 3 – El principio maestro del Maestro.

- Qué golpe fue descubrir que la grandeza viene mediante la servidumbre, y


que el liderazgo se logra volviéndose esclavo de todos. (pág. 22).

Capítulo 4 – Liderazgo natural y espiritual.

- Montgomery delineó siete cualidades necesarias para un líder militar, cada


una apropiada para la guerra espiritual: El líder debe: 1) Evitar que lo
abrumen los detalles; 2) no ser mezquino; 3) no ser pomposo; 4) saber
seleccionar a las personas que sean idóneas para la tarea; 5) confiar en
otros para hacer un trabajo sin que el líder se entrometa; 6) ser capaz de
tomar decisiones claras; y 7) inspirar confianza. (pág. 29).

- John Mott captó bien el corazón del liderazgo espiritual: Liderazgo en el


sentido de rendir máximo servicio; liderazgo en el sentido de la mayor
generosidad; en el sentido de estar absortos de modo incondicional en la
más grande obra del mundo: edificando el reino de nuestro Señor
Jesucristo. (pág.30)

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Capítulo 5 – ¿Puede usted hacerse un líder?.

- ¿Puede manejar la crítica? ¿puede sacarle ventaja? La persona humilde


siempre puede aprender algo de la crítica trivial, aun de la maliciosa. (pág.
34).

- ¿Siente una pasión maestra como la de Pablo, que dijo: << Pero una cosa
hago >>?. Dicha singularidad de motivo enfocará sus energías y poderes
en el objetivo deseado. Los líderes necesitan un fuerte enfoque. (pág. 35).

Capítulo 6 – Discernimiento de Pablo sobre el liderazgo.

- Cuando un líder cristiano, lleno de ideas superiores, vive una vida santa y
gozosa frente a los incrédulos, éstos desean cultivar una experiencia
similar. (pág. 39)

- La responsabilidad de un líder de enseñar a los que están bajo su cuidado


debe ir apoyada por una vida intachable. (pág. 40)

Capítulo 7 – Discernimiento de Pedro sobre el liderazgo.

- La obra de un pastor requiere el corazón de un pastor. (pág. 47)

- Respondiendo a la invitación de Dios, el líder puede transferir el peso de las


cargas espirituales y ponerlas sobre los hombros del Señor, que son más
grandes, más poderosos, más amplios y más duraderos. Dios tiene cuidado
de usted. ¡Deje de preocuparse!. (pág. 49)

Capítulo 8 – Más cualidades esenciales del liderazgo.

- Un joven con calibre de liderazgo trabajará mientras otros desperdician el


tiempo, estudiará mientras los otros dormitan, orará mientras los otros
sueñan despiertos. (pág. 53)

- Los líderes aprenden las lecciones del pasado, pero nunca sacrifican el
futuro por amor a la mera continuidad. (pág. 58)

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Capítulo 9 – Más cualidades esenciales del liderazgo.

- Un líder muestra paciencia no corriendo demasiado delante de sus


seguidores para que no se desanimen. (pág. 72).

- Los líderes que quieren mostrar sensibilidad deberían escuchar con


frecuencia y durante mucho tiempo, y ser breves y hablar pocas veces.
(pág. 77).

Capítulo 10 – Por sobre todas las cosas.

- Los líderes que son fieles en el ejercicio de sus dones preparan el camino
para ser promovidos a mayores responsabilidades y utilidad. (pág. 82).

- El nuevo nacimiento en Cristo no cambia las cualidades naturales, pero


cuando son colocadas bajo el control del Espíritu Santo, son elevadas a
nuevos niveles de eficacia. (pág. 85)

Capítulo 11 – La oración y el liderazgo.

- El líder cristiano que busca seguir un ejemplo haría bien en acudir a la vida
del mismo Jesús. Nuestra creencia de la necesidad de la oración viene de
observar su vida. (pág. 88)

Capítulo 12 – El líder y el tiempo.

- Nuestro problema no es tener muy poco tiempo, sino el hacer uso


adecuado del tiempo que tenemos. (pág. 97)

- A menudo la presión que siente un líder espiritual viene de asumir tareas


que Dios no ha asignado; el líder no puede esperar que Dios provea la
fortaleza adicional que se requiere para dichas tareas. (pág. 100)

Capítulo 13 – El líder y la lectura.

- El líder que procura crecer espiritualmente e intelectualmente debe leer


constantemente. (pág. 105)

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Capítulo 14 – Cómo mejorar el liderazgo.

- El primer paso hacia el mejoramiento es reconocer las debilidades, efectuar


correcciones y cultivar los puntos fuertes. (pág. 113)

Capítulo 15 – El costo del Liderazgo.

- La gente que está cerca de un líder también paga un precio, a veces un


precio más gravoso. (pág. 126)

Capítulo 16 – Las responsabilidades del liderazgo.

- La disciplina es otra responsabilidad más del líder, una obligación que a


menudo no es bien recibida. (pág. 129).

- El líder espiritual debe saber adónde va antes de suponer que va a guiar a


otros. (pág. 129).

Capítulo 17 – Las pruebas del liderazgo.

- Los líderes de éxito han aprendido que ningún fracaso tiene que ser el final,
ya sea el fracaso propio o el de algún otro. (pág. 136).

- Dios defiende a los líderes que ha escogido. Los honra, protege y vindica.
Los líderes no tienen que preocuparse por defender sus derechos ni sus
cargos. (pág. 138).

Capítulo 18 – El arte de delegar responsabilidad.

- Es un gran error asumir más responsabilidades que las que podemos


cumplir. (pág. 142).

Capítulo 19 – Cómo reemplazar líderes.

- Puesto que nuestro Líder dirige su obra en el poder de una vida


imperecedera – Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos – los cambios en
el liderazgo humano no deberían perturbarnos ni desanimarnos. (pág. 148).

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Capítulo 20 – Cómo reproducir líderes.

- El adiestramiento de líderes no puede hacerse en gran escala. Requiere


oración e instrucción paciente y cuidadosa, así como guía personal durante
un tiempo considerable. (pág. 153)

Capítulo 21 – Los peligros del liderazgo.

- Volverse orgulloso de los dones espirituales o del cargo de liderazgo es


olvidarse de que todo lo que tenemos proviene de Dios, todos los cargos
que ocupamos es porque Dios nos ha designado para ellos. (pág. 155).

Capítulo 22 – El líder Nehemías.

- Aceptaba la responsabilidad con la intensión de seguir todas las tareas


hasta el final, las agradables y las desagradables, hasta que el trabajo se
termina.(pág. 166).

Conclusiones.

¡Qué importante es tener claro que el liderazgo que desarrollamos no es


meramente humano!. Este libro me ha permitido reflexionar más profundamente
en que a pesar de que podamos hacer bien algunas actividades eclesiásticas,
apoyados en los dones naturales que Dios nos ha regalado, el crecimiento real y
con propósito de la iglesia se logra mediante la acción de líderes espirituales
inspirados por Dios cuya efectividad aumenta por la obra del Espíritu Santo de
Dios. Si Jesús oró y dependió del padre para su ministerio, cuanto mayor nosotros
Necesitamos de Dios para esta gran tarea. Este libro muestra lo dulce y agraz del
ministerio, también los riesgos y dificultades, pero al mismo tiempo entrega
consejos y herramientas para salir victorioso de esta buena batalla a la cual Dios
nos llamó como ministros del evangelio.

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