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ARTE BIZANTINO

Encontramos 2 periodos:

1. La querella de imágenes (iconoclastia): En el año 726, el emperador León III, bajo la


influencia del Islam y el judaísmo, prohibió las imágenes en las iglesias para evitarla
idolatría. Enemigos y defensores de las mismas se enfrentaron, a veces con gran
violencia, hasta el año 843, en que se volvió a la normalidad. La repercusión de esta
crisis iconoclasta fue muy grave para el arte figurativo, pues apenas se crearon obras
nuevas y se destruyeron otras muchas de épocas anteriores.
2. El Gran Cisma de Oriente: Entre la Iglesia oriental y la romana occidental las
diferencias y desacuerdos sobre todo tipo de cuestiones, tanto dogmáticas como
jerárquicas, fueron constantes a lo largo del tiempo. Por ello, bastó un incidente entre
representantes de una y otra para provocar en 1054 su ruptura definitiva, que perdura
hasta la actualidad. Este hecho produjo un distanciamiento religioso y cultural que
también repercutió en el arte.

CARACTERÍSTICAS GENERALES:

Influencias:

Un arte místico y simbólico –cristiana

Lujoso y solemne- oriental

Propagandístico –romana y helenística

El arte bizantino continuó la tradición occidental del arte romano y paleocristiano hasta la
querella sobre las imágenes de los siglos VIII y IX. A partir de entonces, sin romper por
completo con la tradición anterior, se configuraron sus rasgos distintivos, que habrían de
influir sobre el arte medieval occidental y, más aún, sobre la Europa eslava, donde el arte
bizantino ha pervivido hasta nuestros días.

En definitiva, era un arte dirigido más a los sentidos que a la razón, pues pretendía la
admiración del espectador ante la riqueza del color y los efectos de luz, en particular con el
mosaico de fondo dorado, una de sus manifestaciones más genuinas.

LOS ARTISTAS Y LOS CLIENTES

La consideración de los artistas en la sociedad bizantina no mejoró sustancialmente respecto a


la Antigüedad clásica. Se los seguía considerando meros artesanos, aunque como tales algunos
de ellos gozaban de admiración y prestigio. Es el caso, por ejemplo, de los constructores de la
iglesia de Santa Sofía en Constantinopla; o de los mosaiquistas, cuyo trabajo era demandado
incluso por los califas de Córdoba, los dogos de Venecia o los reyes de Sicilia. En cuanto a los
clientes, los principales fueron los emperadores y la poderosa Iglesia, lo que explica el carácter
majestuoso, suntuario y propagandístico de este arte.
LA PERIODIZACIÓN DEL ARTE BIZANTINO

La primera dificultad para la periodización del arte bizantino radica en establecer su comienzo,
ya que se pueden considerar varias fechas como punto de arranque del mismo

-El año 330, cuando Constantino trasladó la capital del Imperio a Constantinopla;

-El año 395, en que el sector oriental del Imperio se separó definitivamente

-El año 476, tras la caída de Roma en poder de los ostrogodos y la desaparición del Imperio
romano de Occidente.

Por otra parte, la periodización tradicional del arte bizantino suele dividirlo en tres edades de
oro, separadas entre sí por fases de crisis o decadencia artística: La primera edad de oro,
entre los siglos VI y VIII, hasta la querella iconoclasta; La segunda, entre los siglos IX y XII; y
La tercera, en el siglo XIV, previa a la crisis y caída final del Imperio.

Pero nosotros seguiremos otra periodización, la de la escuela rusa y el Centro de Estudios


Bizantinos de Bari:

1. Periodo paleobizantino (siglos V 5-VII 7). En él se inserta el denominado «Siglo de Oro de la


cultura bizantina», que corresponde al reinado de Justiniano (siglo VI) y mantiene una clara
continuidad con el arte paleocristiano occidental.

Santa Sofía de Constantinopla (s. VI). San Sergio y San Baco (Constantinopla) Obras de Rávena:
San Apolinar in Classe y San Apolinar el Nuevo (basílicas); San Vital (centralizada).

2.Periodo iconoclasta (726-843). Es una fase de crisis artística por las consecuencias del
rechazo a las imágenes. El Imperio bizantino se inclinó cada vez más hacia lo helénico y lo
oriental, distanciándose de la tradición antigua romana para entrar de lleno en una concepción
medieval del mundo.

‘’Se destruyen muchas imágenes, se cortan las manos a los pintores de iconos, se produce
una persecución con destierro, prisión, tortura y martirio a los defensores de los iconos.’’

3.Periodo posiconoclasta (843-1453). Su primera etapa, conocida como «renacimiento


macedonio» (hasta mediados del siglo XI), fue el momento más representativo del arte
bizantino, ya que en él se fijaron sus rasgos esenciales, sobre todo en lo relativo a la
iconografía.

-‘’ Se clarifica la doctrina y se justifica la iconografía y la veneración de las imágenes sagradas.


Nuevas luchas iconoclastas (813) Emperatriz Teodora promulga un Edicto (843) favorable al
culto de la imagen.’’-> FIN DE LA LUCHA ICONOCLASTA.

Y en 1453, CONSTANTINOPLA, es conquistada por los turcos.

LA ARQUITECTURA PALEOBIZANTINA (SIGLOS V-VII)

En sus comienzos la arquitectura bizantina se mantuvo bajo la influencia del arte romano y
paleocristiano occidental, hasta tal punto que algunos historiadores consideran la época de
Justiniano (siglo VI) no como el primer momento de esplendor del arte bizantino, sino como el de
máximo apogeo del arte paleocristiano.

En correspondencia con el protagonismo de la religión en la sociedad, las construcciones


bizantinas de mayor interés fueron los templos, que presentaban las siguientes características:
· Las plantas más utilizadas seguían siendo las de tradición paleocristiana, como la basilical o la
octogonal, a las que se añadió la de cruz griega [+] inscrita en cuadrado o rectángulo, que
derivaba de la basilical.

-Los espacios principales se cubrían con cúpulas, de claro simbolismo cosmológico.

La transición del cuadrado de la planta a la circunferencia de la cúpula se realizaba mediante


pechinas.

Como soporte, además del muro, era frecuente el empleo de la columna, de tipo clásico, con
capiteles trabajados a trépano y rematados por cimacio.

El espacio interior era amplio, ligero y ricamente decorado.

Los muros interiores se recubrían de mármoles en su parte inferior; y de pinturas o mosaicos


de vivos colores y abundantes dorados, en la superior.

En los mosaicos, el reflejo dorado de la luz «desmaterializa» el muro y crea un ambiente


sobrenatural y místico.

SANTA SOFÍA DE CONSTANTINOPLA (532-537) Artistas: Antemio de Tralles, Isidoro de


Mileto.

Planta de cruz griega incrustada en un rectángulo, deriva de planta basilical de 3 naves, la


central + ancha que las laterales, culmina ábside en cabecera.

Grandiosa cúpula central 31m diámetro x 55 de altura con 40 ventanales que horadan su base.

Sistema distribución de empujes, pechinas.

(para reconocerla, en su interior tiene letras de decoración.)

LA ARQUITECTURA POSICONOCLASTA. (IX-XV)


Se puede denominar «segunda edad de oro» y otros, en alusión a la dinastía reinante,
«renacimiento macedonio». Para muchos historiadores este sería el comienzo del arte
propiamente bizantino.

La arquitectura rompió de forma definitiva con la tendencia basilical de Occidente y estableció


el que se convertiría en modelo clásico de templo bizantino, con las siguientes características:

· Planta de cruz griega con nártex, generalmente inscrita en un cuadrado o rectángulo.

· Espacio central cubierto por cúpula sobre elevado tambor con ventanas (para el paso
de la base cuadrada al círculo se siguen empleando las pechinas). De este modo, en el centro
de la iglesia se define un eje vertical ascendente, mediante una estructura cúbica coronada por
cúpula, que simboliza la unión de la tierra (el cuadrado y el cubo) con el cielo (el círculo y la
cúpula).

· A veces se añaden otras cuatro cúpulas, bien en las estancias cuadradas situadas entre
los brazos de la cruz, cuando esta está inscrita, bien en los extremos de los brazos. La
decoración interior no experimenta variaciones en cuanto a los materiales empleados:
mármoles y mosaicos.

· El aspecto exterior se cuida más, aunque con frecuencia se limita a una disposición
decorativa de los ladrillos con algunos adornos o elementos en resalte.

Los mejores ejemplos de este tipo de arquitectura se construyeron en la Grecia continental y


hasta el siglo XI, pero su influencia llegó mucho más lejos, incluso fuera del ámbito de
dominación bizantina, como es el caso de la basílica de San Marcos de Venecia.

A partir del siglo XIII ya no se puede hablar de innovaciones importantes en la arquitectura


bizantina, sino tan solo de evoluciones locales diferenciadas, como las cúpulas bulbosas de
las iglesias rusas.

San Marcos de Venecia. Finales del siglo XI


Planta de cruz griega, en este caso exenta.

Cinco cúpulas sobre tambores con ventanas: una central y cuatro en los extremos de los brazos de la
cruz.

Riquísimo interior cubierto de mosaicos de diferentes épocas. Tiene numerosos añadidos posteriores (el
nártex en forma de U con cúpulas, del siglo XIII; la fachada superior, del siglo XV; o los mosaicos
exteriores, del siglo XVII), pero en lo esencial mantiene el carácter de la construcción primitiva.

LAS ARTES FIGURATIVAS

En la historia del arte bizantino fue determinante para el desarrollo de las artes figurativas la querella
sobre las imágenes de los siglos VIII y IX, ya que se destruyeron numerosas obras anteriores, se dejaron
de producir otras muchas durante el conflicto y, cuando finalmente se superó la crisis, se fijaron de
modo estricto los temas, su forma de representarlos y su ubicación dentro de iglesia.

EL MOSAICO

A diferencia del mundo romano, donde el mosaico se había utilizado para la pavimentación
preferentemente, en el arte bizantino, como en el paleocristiano, su destino principal fue el
revestimiento de bóvedas y muros en el interior de los edificios, en sustitución de la pintura.

1.La primera etapa del periodo posiconoclasta, el denominado renacimiento macedonio (siglos IX-XI),
constituye el momento más importante en la configuración de la iconografía bizantina, pues fue cuando
se fijaron de forma definitiva los principales temas y su lugar dentro del templo.
Algunos de los temas y tipos más significativos habrían de pervivir durante toda la Edad Media en el arte
bizantino y se extenderían, incluso, al occidental. De ellos destacamos los siguientes:

Cristo Pantocrátor, como señor todopoderoso, sentado con los Evangelios en la mano izquierda y la
derecha extendida en gesto de bendición. En sus rasgos se impuso el modelo siríaco, maduro y con
barba, sobre el modelo helenístico, joven e imberbe.

La Virgen es representada de diversas formas:

Como Kyriotisa, en majestad y sentada en un trono.

Como Odigitria, que indica el camino de la salvación (Cristo), de pie, sosteniendo al Niño con el brazo
izquierdo y señalándole con la mano derecha.

Como Theotokos o madre de Dios. Generalmente este tipo se combina con los dos anteriores:
entronizada con el Niño sentado en su regazo, de espaldas a ella y mirando al frente; o de pie
señalándole como Salvador.

Con menos frecuencia aparece dando el pecho (virgen nutricia) a su hijo o en otras actitudes.

La Déesis, con Cristo en la cruz o en el trono celestial (Pantocrátor), flanqueado por la Virgen y San Juan
Bautista, que interceden por la humanidad.

La ubicación de cada tema dentro del templo se fue estableciendo tras la crisis iconoclasta, y en el siglo
XI se había definido ya un esquema casi completo.

Cristo Pantocrátor y la Virgen eran las dos figuras dominantes y, por tanto, las que ocupaban los
lugares preeminentes: el Pantocrátor en la cúpula, símbolo por excelencia del espacio celeste; y la
Virgen en la bóveda del ábside. Después, y según el tipo de templo, se podían incorporar otros temas
en sus zonas correspondientes, como el Juicio Final, por ejemplo, en el muro occidental opuesto a la
cabecera.

Mayor importancia concedida al mensaje religioso que a la representación naturalista. Y aunque se


produjeron cambios con el transcurso del tiempo, algunos rasgos esenciales se mantuvieron sin apenas
alteraciones:

El dibujo es poco detallado, pero de líneas muy precisas.

Predominan de modo absoluto los colores, que son vivos y brillantes.

Las figuras se representan en posición frontal y actitud estática, y cuando se trata de un grupo, suelen
aparecer alineadas y con la cabeza a la misma altura (isocefalia, del griego isos, igual, y kefalé, cabeza).
Tanto los diferentes elementos como el tema en su conjunto son sometidos a una simplificación que
elimina lo secundario y anecdótico, por innecesario para la comprensión del mensaje y como
consecuencia de esa simplificación, se ignoran las referencias espaciales, que se tienden a sustituir por
fondos dorados, sobre todo para representar el carácter ilimitado del mundo celeste.

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