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Cúbrase la boca y la nariz con un paño de tela para el rostro cuando esté alrededor de otras
personas y en público, como en el supermercado.
¿Por qué? Podría transmitir el COVID-19 a otras personas, aunque no se sienta enfermo. El
paño de tela para el rostro está diseñado para proteger a otras personas en caso de que usted
esté infectado.
¿Por qué? Las manos tocan muchas superficies y pueden levantar los virus. Una vez
contaminadas, las manos pueden transferir el virus a los ojos, nariz o boca.
Limpie Y desinfecte con frecuencia las superficies de contacto diario, es decir, mesas, perillas de
las puertas, llaves de luz, encimeras, manijas, escritorios, teléfonos, teclados, inodoros, grifos y
fregaderos.
Si las superficies están sucias, primero límpielas con detergente o agua y jabón y después
desinféctelas. La mayoría de los desinfectantes domésticos más frecuentes registrados en EPA,
soluciones de blanqueador domésticas diluidas y soluciones de alcohol con al menos un 70% de
alcohol sirven. Consulte cómo fabricar una solución de blanqueador si los desinfectantes no
están disponibles.
Lávese las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos para ayudar a detener la
propagación de gérmenes; si no dispone de agua y jabón, use un desinfectante para manos con
al menos un 60% de alcohol.
Si está rodeado de otras personas, mantenga una distancia de 6 pies cuando sea posible. Evite
los abrazos, dar la mano, las reuniones grandes y los ambientes cerrados.
¿Por qué? Se cree que el virus se propaga principalmente de persona a persona. Cuando
alguien tose o estornuda, esparce pequeñas gotas de líquido de la nariz o la boca, que contienen
el virus. Si usted está muy cerca, puede inhalar esas gotas, incluido el coronavirus, si la persona
que tose tiene la enfermedad.
Las nuevas realidades del teletrabajo, el desempleo temporal, la enseñanza en casa y la falta de
contacto físico con familiares, amigos y colegas requieren tiempo para acostumbrarse.
Adaptarnos a estos cambios en los hábitos de vida y enfrentarnos al temor de contraer la
COVID-19 y a la preocupación por las personas próximas más vulnerables es difícil, y puede
resultar especialmente duro para las personas con trastornos de salud mental.
Afortunadamente, son muchas las cosas que podemos hacer para cuidar nuestra salud mental y
ayudar a otras personas que pueden necesitar más apoyo y atención.
Nuestras vidas han cambiado tan rápido ante la cuarentena por el COVID-19, que muchos de
nosotros no hemos tenido el tiempo de asimilarlo y mucho menos ser conscientes de en qué
medida nos ha afectado el aislamiento social. De un día para otro, tuvimos que dejar de trabajar,
ir a la escuela, salir al parque, reunirnos con los amigos, celebrar algún cumpleaños y un
sinnúmero de actividades que eran parte de nuestra cotidianidad.
A pesar de que cada uno reacciona de modo distinto a situaciones estresantes, una epidemia
como el coronavirus puede generar algunos cambios en lo que se refiere a la salud mental. El
aislamiento social por la cuarentena puede generar sensaciones como ansiedad, preocupación,
tristeza, miedo, soledad o hasta llegar a un estado de depresión.
La mejor opción es ponerse en los cuadros vértices de un cuadrado imaginario, aunque los
diagonales quedaran distanciados en 2,38 metros.
Muchos utilizan expresiones que generalmente solo eran pronunciadas por expertos de bata
blanca. "Distanciamiento social", una frase que define medidas para reducir el contacto entre las
personas, es uno de esos términos.