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EL FRAUDE EMBOTELLADO

Cada vez más conscientes de la crisis climática que ya nos acecha inminente, se ha visto en los
últimos años un gran rechazo al uso excesivo de plásticos por parte de la sociedad. Y el agua
embotellada se ha visto como uno de los principales problemas a erradicar. Ahora preferimos
optar por comprarnos una botella reutilizable con el fin de desechar menos plásticos. Una
moda que ha marcado ese cambio de mentalidad en los ciudadanos.

A lo largo de los años las grandes empresas de agua embotellada nos han vendido sus
productos como un referente de vida sana y de calidad. Pero más allá de estas mentiras
publicitarias, se esconde un agua que proviene de grifos al igual que la que llega a nuestras
casas, e incluso de menor calidad. A ello se le añade la gran cantidad de plástico que se
desecha, pues de estas botellas, el 51% acaba en nuestros mares; y todo el combustible que se
necesita para la fabricación de estas (17 millones de barriles de petróleo). Cabe indicar que,
además, suponen un riesgo para nuestra salud, pues el 93% del agua embotellada que
bebemos contiene partículas de plástico procedentes de su propio envase. Estas botellas no
están fabricadas para volver a rellenarlas de agua, pues una vez deterioradas pueden liberar
sustancias nocivas.

Sólo en Europa se consumen al año 46.000 millones de botellas de plástico. A pesar de ella,
hoy en día, encontramos infinidad de alternativas a la botella de plástico. El acero y el agua
suponen los mejores materiales alternativos al plástico, pues no se deterioran ni aportan sabor
al agua. También podemos recurrir al aluminio, pero eso sí, con reservas.

Se ha comprobado que cuando envolvemos alimentos con aluminio, estos son susceptibles de
absorber cierta cantidad de este material. Por ello, las botellas de aluminio que se
comercializan presentan un recubrimiento que lo aíslan para evitar que entre en contacto con
el agua.

Buscando otras alternativas, encontramos esta innovadora y curiosa propuesta de una


empresa londinensa llamada Skipping Rocks Lab. Proponen un futuro sin botellas de plástico,
sustituidas por envases comestibles y biodegradables. Se trata de unas pequeñas esferas de
agua, resistentes gracias a una membrana a base de algas, cloro y calcio.

Por otra parte, y ya a nivel personal, me he comprometido a encontrar una manera de poder
beber agua de grifo de mayor calidad en mi propia casa. Donde vivo, al igual que en otras
muchas regiones, el agua de grifo presenta un sabor poco agradable, que no apetece mucho
beber y que ha hecho que opte por el agua embotellada. Para acabar con este exceso de agua
embotellada he encontrado por Internet, la empresa TAPP Water, que fabrica filtros de agua
que evitan el paso de impurezas que pueden colarse por el grifo. Destacan por ser el primer
filtro con cartuchos biodegradables, siendo 100% reciclable.

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