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Lo efímero del poder

Ensayo

Eliana Macea Silvera


Katy Daniela Escobar Chacón

Universidad Del Magdalena

Teoría Literaria

Mg. Ulbina Helena Cotes Ibarra

Octubre de 2020
Lo efímero del poder

“El poderoso oprime, domina y manipula, pero no para siempre”. Así lo podemos

apreciar en la obra de García Márquez, “Los funerales de la Mamá Grande” en donde nos

presentan la vida de María del Rosario Castañeda y Montero, mejor conocida como la Mamá

Grande, matriarca y señora no solo de una vasta región colombiana, sino que también es el

personaje más influyente tanto en el ámbito nacional como en el extranjero. Siendo así que, por

sus manos debían pasar todos y cada uno de los asuntos importantes en el manejo del país, desde

los más complejos temas políticos, sociales y religiosos; hasta los temas más absurdos, como la

elección de reinas populares y las nupcias de sus familiares y la de los habitantes de todo

Macondo.

Por otra parte, Adicionalmente, una de las particularidades de esta obra, es el estatus

religioso que el autor le impregna a la protagonista. La matriarca no solamente es una figura de

autoridad, sino que lo más inverosímil, es la imagen de santidad que irradia y que le es

profesada, hasta el punto de ser asemejada a la patrona de la población, a la que se le debe rendir

tributo y lo más irónico, santificar su onomástico con celebraciones religiosas y culturales. Con

esto, García Márquez carnavaliza las creencias religiosas y morales del catolicismo, ubicando a

Mamá Grande en los altares y recreando una clara devoción de los fieles gracias a todos los

favores recibidos a través de ella.

Es tal el poder que ejerce la matrona, que su supremacía permitía convocar figuras como

el sumo pontífice, sucesor de Pedro en la tierra, al mismísimo presidente de la república y hasta

las más desdichadas meretrices, contrabandistas y la plebe de ese recóndito pueblo llamado

Macondo, haciendo apoteósico su funeral; dejando ver el autor a la crema innata de la sociedad y
a los altos mandos políticos despojados de su investidura y equiparándolos al mismo nivel de los

pueblerinos, experimentando en carne propia sus penurias y el esfuerzo realizado para suplir sus

necesidades.

Del mismo modo, Gabo nos deja ver en esta trama, las falencias, las absurdas costumbres

de la sociedad y las actitudes hipócritas y ambiciosas que se vislumbran al interior de las familias

y que curiosamente se mantienen como el oportunismo, el interés, la sumisión y la lambonería,

reflejado esto en el siguiente aparte de la narración “Nadie advirtió que los sobrinos, ahijados,

sirvientes y protegidos de la Mamá Grande cerraron las puertas tan pronto como sacaron el

cadáver, y desmontaron las puertas, desenclavaron las tablas y desenterraron los cimientos

para repartirse la casa” (García Márquez, 2001,p.13).

Cabe resaltar que, Las acciones de esta gran señora están marcadas por el feudalismo

predominante en la época. Este se caracterizaba por unificar el poder en una sola persona, lo cual

lo ejercía con gran autonomía y hermetismo. Todo este proceder, es destacado en un fragmento

del libro Historia De Un Deicidio: […] en «Los funerales de la Mamá Grande» el banano y la

Compañía extranjera han sido sustituidos por otro hecho histórico característico de la realidad

latinoamericana: el feudalismo. Pero en la raíz del relato —la pintura esperpéntica de una

matriarca feudal— se encuentran reminiscencias de aquel demonio: el esplendor de la Mamá

Grande en Macondo tiene estrechas semejanzas con el de Aracataca durante la fiebre del

banano. (Vargas Llosa 1971, p. 137).

En consecuencia, el cuento “Los funerales de La Mamá Grande” refleja los hábitos,

costumbres y la cultura de todo un pueblo, resaltando sus creencias, la cotidianidad y las formas

de ver el mundo específicamente de los habitantes de la costa caribe colombiana. Asimismo, el

autor hace una paradoja, haciendo oposición al machismo, en donde dota de un poderío absoluto
a una mujer, teniendo en cuenta que ésta no tenía injerencia ni participación alguna en los

asuntos relevantes de la sociedad en general de ese entonces, por ende, ridiculiza la idiosincrasia

machista propia de la región. Por otra parte, quiere dar una lección a los gobernantes que se

consideran supremos que, el poder y el dominio, por más que se quiera perpetuar termina siendo

efímero.

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