Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MOMIL – CÓ RDOBA
NIT 812 004 121 7
CAPACITACION EN MEDIDAS DE
APOYO Y DE SEGURIDAD A MIEMBROS
DE LA PRIMERA INFANCIA, MUJERES
Y TERCERA EDAD
Presentado a:
GOBERNACIÓN DE CÓRDOBA
Febrero 13 de 2017
Montería - Córdoba
INTRODUCCIÓN Y JUSTIFICACIÓN
Artículo 44.- Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad física,
la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad,
tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la
cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda
forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta, abuso sexual,
explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de los demás
derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados
internacionales ratificados por Colombia. La familia, la sociedad y el Estado tienen
la obligación de asistir y proteger al niño para garantizar su desarrollo armónico e
integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier persona puede exigir de la
autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los infractores. Los derechos
de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás. Artículo 45.- El
adolescente tiene derecho a la protección y a la formación integral. El Estado y la
sociedad garantizan la participación activa de los jóvenes en los organismos
públicos y privados que tengan a cargo la protección, educación y progreso de la
juventud. Artículo 50.- Todo niño menor de un año que no esté cubierto por algún
tipo de protección o de seguridad social, tendrá derecho a recibir atención gratuita en
todas las instituciones de salud que reciban aportes del Estado. La ley reglamentará
la materia. Artículo 53.- El Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley
correspondiente tendrá en cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos
fundamentales: protección especial a la mujer, a la maternidad y al trabajador menor
de edad.
Aunque la Constitución no consagra un derecho a la subsistencia éste puede
deducirse de los derechos a la vida, a la salud, al trabajo y a la asistencia o a la
seguridad social. La persona requiere de un mínimo de elementos materiales para
subsistir. La consagración de derechos fundamentales en la Constitución busca
garantizar las condiciones económicas y espirituales necesarias para la dignificación
de la persona humana y el libre desarrollo de su personalidad. El estado social de
derecho hace relación a la forma de organización política que tiene como uno de sus
objetivos combatir las penurias económicas o sociales y las desventajas de diversos
sectores, grupos o personas de la población, prestándoles asistencia y protección.
Del principio del estado social de derecho se deducen diversos mandatos y
obligaciones constitucionales: primariamente, el Congreso tiene la tarea de adoptar
las medidas legislativas necesarias para construir un orden político, económico y
social justo (Preámbulo, C.P. art. 2). Por otra parte, el Estado y la sociedad en su
conjunto, de conformidad con los principios de la dignidad humana y de la
solidaridad (C.P. art.1), deben contribuir a garantizar a toda persona el mínimo vital
para una existencia digna. El Estado social de derecho exige esforzarse en la
construcción de las condiciones indispensables para asegurar a todos los habitantes
del país una vida digna dentro de las posibilidades económicas que estén a su
alcance. El fin de potenciar las capacidades de la persona requiere de las autoridades
actuar efectivamente para mantener o mejorar el nivel de vida, el cual incluye la
alimentación, la vivienda, la seguridad social y los escasos medios dinerarios para
desenvolverse en sociedad. Toda persona tiene derecho a un mínimo de condiciones
para su seguridad material. El derecho a un mínimo vital - derecho a la subsistencia
como lo denomina el peticionario-, es consecuencia directa de los principios de
dignidad humana y de Estado Social de Derecho que definen la organización
política, social y económica justa acogida como meta por el pueblo de Colombia en
su Constitución. Este derecho constituye el fundamento constitucional del futuro
desarrollo legislativo del llamado "subsidio de desempleo", en favor de aquellas
personas en capacidad de trabajar pero que por la estrechez del aparato económico
del país se ven excluidos de los beneficios de una vinculación laboral que les
garantice un mínimo de condiciones materiales para una existencia digna. El
derecho al mínimo vital no sólo incluye la facultad de neutralizar las situaciones
violatorias de la dignidad humana, o la de exigir asistencia y protección por parte de
personas o grupos discriminados, marginados o en circunstancias de debilidad
manifiesta (CP art. 13), sino que, sobre todo, busca garantizar la igualdad de
oportunidades y la nivelación social en una sociedad históricamente injusta y
desigual, con factores culturales y económicos de grave incidencia en el "déficit
social". El derecho a un mínimo vital, no otorga un derecho subjetivo a toda persona
para exigir, de manera directa y sin atender a las especiales circunstancias del caso,
una prestación económica del Estado. Aunque de los deberes sociales del Estado
(CP art. 2) se desprende la realización futura de esta garantía, mientras
históricamente ello no sea posible, el Estado está obligado a promover la igualdad
real y efectiva frente a la distribución inequitativa de recursos económicos y a la
escasez de oportunidades.
El principio
En el párrafo (a) del artículo 8 del Protocolo I, los niños recién nacidos forman parte
de la categoría de personas " heridas ". Los niños menores de quince años y las madr
es de niños menores de siete pertenecen a las categorías de la población civil que
pueden ser admitidas en hospitales o en zonas de seguridad designadas por las Partes
en un conflicto armado internacional, de conformidad con el artículo 14 del IV
Convenio de Ginebra. Asimismo, los niños y las parturientas pertenecen a las
categoría de personas civiles que, en virtud del artículo 17 del IV Convenio, deben
ser evacuadas de zonas sitiadas o cercadas.
El niño y la familia
Por lo que atañe a conflictos armados no internacionales, en el artículo 4 (3) (b) del
Protocolo II, se estipula que se tomarán las oportunas medidas para facilitar la
reagrupación de familiares temporalmente separados. La evacuación de niños
depende " del consentimiento de los padres o de las personas que, en virtud de la ley
o la costumbre, tengan en primer lugar la guarda de ellos " (artículo 4 (3) (e)). No se
ejecutará la pena de muerte contra las madres de niños de corta edad (artículo 6 (4).)
Mientras los niños permanecen con su familia, siguen beneficiándose del entorno
cultural al que están acostumbrados. Protegiendo a la familia de los niños, el
derecho internacional humanitario protege también los valores morales, la religión,
la cultura y las tradiciones en que se han educado. Si un niño es huérfano o está
separado de sus padres, su entorno cultural se verá afectado por el conflicto. De las
disposiciones del derecho internacional humanitario relativas a esta categoría de
niños se deduce que los autores del IV Convenio de Ginebra y los del Protocolo I
sigu ieron el principio en virtud del cual, en conflictos armados internacionales, los
niños se deben beneficiar de un entorno lo más parecido posible al que están
acostumbrados. Así, según el artículo 24 del IV Convenio de Ginebra, las Partes en
conflicto deben garantizar, en todas circunstancias, que a los niños menores de
quince años, huérfanos o separados de sus familias, se les procure " la práctica de su
religión y la educación " ; si ello es posible, su educación " será confiada a personas
de la misma tradición cultural " . La acogida de tales niños en un país neutral debe
ser conforme a los mismos principios (artículo 24). La Potencia ocupante tomará
medidas para garantizar la manutención y la educación de los niños, huérfanos o
separados de sus padres, " si fuera posible, por medio de personas de su
nacionalidad, lengua y religión " si éstos no tienen " parientes próximos o amigos
que estén en condiciones de hacerlo " (artículo 50). En el artículo 78 (2) del
Protocolo I, relativo a la evacuación de niños, se estipula que " la educación del
niño, incluida la educación religiosa y moral que sus padres deseen, se proseguirá
con la mayor continuidad posible mientras se halle en el país adonde haya sido
evacuado. "
Las medidas que deben tomar las Partes en un conflicto armado internacional por lo
que atañe a niños huérfanos o separados de sus familiares debido a un conflicto ya
se han mencionado en los apartados relativos a los niños y la familia (véase § 4) y al
entorno cultural de los niños (véase § 5). En el artículo 24 del IV Convenio de
Ginebra, se da especial importancia a los casos de niños huérfanos o separados de
sus familiares. Las Partes contendientes tienen la obligación de tomar las medidas
necesarias para garantizar la manutención y la educación de niños menores de 15
años, huérfanos o separados de sus familias a causa de la guerra, y procurar que no
queden abandonados. En el mismo artículo, se prevé la acogida de esos niños en un
país neutral. Los autores de este Convenio establecieron la edad de 15 años porque
consideraban que, a partir de dicha edad, no es necesario tomar tales medidas
especiales, habida cuenta del desarrollo de las facultades [6 ] . De la misma manera,
en el articulo 50 se estipula que la potencia ocupante debe tomar medidas para
garantizar la manutención y la educación de los niños huérfanos o separados de sus
padres.
En ambos Protocolos hay disposiciones relativas a un nuevo problema: los niños que
participan en las hostilidades. Ésta es una de las consecuencias de la evolución de
los tipos de conflicto, es decir, el hecho de que a menudo están mezclados los civiles
y los combatientes. En este ámbito, se deberá tener en cuenta cómo participan los
niños en las hostilidades: ayudando indirectamente a los combatientes, participando
realmente en los combates, incluso alistándose en el ejército. Prohibir
categóricamente que los niños participen en las hostilidades no habría sido realista ni
posible. Sin embargo, la finalidad de los Protocolos es i mpedir, por todos los
medios posibles, que participen prohibiendo, en particular, que se reclute a los
jóvenes menores de 15 años (artículo 77 (2) del Protocolo I y artículo 4 (3) (c) del
Protocolo II). Además, en el artículo 77 (2) del Protocolo I, se estipula que, si
reclutan a personas mayores de 15 años pero menores de 18 años, las Partes en
conflicto procurarán alistar, en primer lugar, a los de más edad. Si, a pesar de las
disposiciones de los Protocolos, los niños menores de 15 años participan
directamente en las hostilidades y son capturados, seguirán beneficiándose de la
protección especial que les confieren los Protocolos (artículo 77 (3) del Protocolo I y
artículo 4 (3) (d) del Protocolo II).
REFERENTES BIBLIOGRAFICOS
1. http://www.unicef.org.co/retorno/03-contexto-vuln.htm consultado 24 abril
gfe_rd=cr&ei=bXcxVbSHImh8weIwYFA&gws_rd=ssl#q=el+test+bender+k
oppitz.
5. Documento presentado en el Simposio Internacional " Los niños y la guerra
" , celebrado en Siuntio Baths, Finlandia, del 24 al 27 de marzo de 1983.
6. En 31 de diciembre de 1983, treinta y ocho Estados eran Partes en el
Protocolo I y treinta y uno en el Protocolo II.
7. Traducción del CICR: L'enfance, victime de la guerre, une étude de la
situation européenne, por la doctora Thérèse Brosse, UNESCO 1949, París,
págs. 11 y 12, citado en el " Informe sobre los trabajos de la Conferencia de
Expertos Gubernamentales " , Vol. II, CICR 1972, pág. 90.
La presente propuesta tiene un valor de CIENTO VEINTISÉIS millones de pesos moneda legal
colombiana ($126.000.000.oo) e incluye formación a recurso humanos de los municipios de
Canalete, los Córdobas, Puerto escondido, Momil, Lorica, Purísima, San Bernardo del Viento,
materiales e insumos del proceso, certificaciones, refrigerios para el personal formado.
Forma de pago: Pago anticipado del cincuenta por ciento (50%) y un pago final del cincuenta (50%)
por ciento a la entrega de memorias y material de la capacitación finalizada, para el respectivo paz y
salvo.
PLAZO: La formación tiene una intensidad horaria mensual de 12 horas por municipio para un total
de 72 durante el periodo de 6 meses y un acumulado 504 horas de en jornada completa, por todo
los 7 municipios de la zona costanera. Las horas y el plazo y el horario, será el convenido entre las
partes.
CLAUSULA ESPECIAL
Para el caso de que la propuesta no sea admitida el documento será devuelto al oferente.
Atentamente,