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Época: Décima Época
Registro: 2010804
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 26, Enero de 2016, Tomo II
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 160/2015 (10a.)
Página: 1542

SUSPENSIÓN DEFINITIVA. CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA NIEGA O LA


CONCEDE, ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE QUEJA, AUN
CUANDO SÓLO SE IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU
EFECTIVIDAD (LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS
MIL TRECE).

El artículo 128 de la Ley de Amparo establece los requisitos para la procedencia de la suspensión de
los actos reclamados a petición de parte, mientras que los artículos 132 y 136 del propio
ordenamiento prevén como requisito para su efectividad, cuando la suspensión de los actos
reclamados pueda ocasionar daño o perjuicio a un tercero, el otorgamiento de garantía bastante para
reparar la afectación que con aquélla llegue a causarse si el quejoso no obtiene sentencia favorable,
cuyo importe será fijado por el Juez de Distrito, y que deberá constituirse dentro de los cinco días
siguientes al en que surta efectos la notificación del acuerdo de suspensión. Lo anterior implica que
la fijación de la garantía, como requisito de efectividad de la concesión de la suspensión de los actos
reclamados, forma parte de la resolución que otorga dicha medida cautelar, por ser
condicionamiento de su eficacia. Consecuentemente, al disponer el artículo 81, fracción I, inciso a),
de la Ley de Amparo, que el recurso de revisión es procedente contra las resoluciones de los Jueces
de Distrito que decidan sobre la suspensión definitiva de los actos reclamados, debe entenderse que
procede contra todo lo que tal resolución involucra, es decir, comprende la impugnación tanto de la
decisión atinente a la satisfacción de los requisitos de procedencia de la medida cautelar, como del
condicionamiento de la suspensión al que se haya sujetado su efectividad, como es la fijación de la
garantía correspondiente, pues como esta última también forma parte integrante de dicha
interlocutoria, no puede desvincularse de ella; es decir, el recurso de revisión será procedente contra
la resolución que concede la suspensión definitiva aunque sólo se cuestione la garantía a la que se
sujetó su efectividad, siendo, por tanto, improcedente el recurso de queja contra esa resolución,
porque la procedencia del recurso de revisión excluye la del de queja, máxime que, en términos del
artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo, la queja es procedente contra las
resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, o admitan las que no reúnan los
requisitos legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes, siendo que la interlocutoria que
decide sobre el otorgamiento de la suspensión no se ocupa de ese aspecto, sino únicamente de fijar
el monto que debe cubrirse por concepto de garantía a favor del tercero interesado, lo cual es una
cuestión previa, en tanto que la admisión o rechazo de una fianza o contrafianza necesariamente
tendrá lugar en un auto posterior al dictado de la interlocutoria en la que se señale la garantía
respectiva.

Contradicción de tesis 233/2015. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero en
Materias Civil y de Trabajo del Octavo Circuito, Segundo en Materia Administrativa del Segundo
Circuito y Quinto en Materia Civil del Tercer Circuito. 4 de noviembre de 2015. Cinco votos de los
Ministros Eduardo Medina Mora I., Juan N. Silva Meza, José Fernando Franco González Salas,
Margarita Beatriz Luna Ramos y Alberto Pérez Dayán. Ponente: José Fernando Franco González
Salas. Secretario: Diego Alejandro Ramírez Velázquez.

Criterios contendientes:

El sustentado por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito
al resolver el recurso de queja 175/2014, el sustentado por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Tercer Circuito al resolver el recurso de reclamación 12/2013 y el sustentado por Primer
Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Octavo Circuito al resolver el incidente de
suspensión en revisión 56/2015.

Tesis de jurisprudencia 160/2015 (10a.). Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en
sesión privada del veinticinco de noviembre de dos mil quince.

Nota: De las sentencias que recayeron al recurso de queja 175/2014 resuelto por el Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito y al recurso de reclamación
12/2013 resuelto por el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, derivaron
las tesis aisladas II.2o.A.1 K (10a.) y III.5o.C.11 K (10a.), de títulos y subtítulos: "RECURSO DE
QUEJA PREVISTO EN EL ARTÍCULO 97, FRACCIÓN I, INCISO C), DE LA LEY DE
AMPARO. ES IMPROCEDENTE CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE CONCEDE LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA, AUNQUE SÓLO PRETENDA IMPUGNARSE LO RELATIVO A
LA FIJACIÓN DE LA GARANTÍA PARA QUE SURTA EFECTOS (LEGISLACIÓN VIGENTE
A PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE 2013)." y "QUEJA PREVISTA POR EL ARTÍCULO 97,
FRACCIÓN I, INCISO C), DE LA LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE
ABRIL DE DOS MIL TRECE. ES IMPROCEDENTE CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE
RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA, AUNQUE SÓLO SE COMBATA LO
RELATIVO A LA FIJACIÓN DE LA GARANTÍA.", publicadas en el Semanario Judicial de la
Federación del viernes 10 de abril de 2015 a las 9:30 horas y del viernes 24 de enero de 2014 a las
13:21 horas, así como en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro
17, Tomo II, abril de 2015, página 1822 y Libro 2, Tomo IV, enero de 2014, página 3208,
respectivamente.
Esta tesis se publicó el viernes 15 de enero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial de la
Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 18 de enero de
2016, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

EJECUTORIA.-
Registro Núm. 26074; Décima Época; Segunda Sala; Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación

Libro 26, Enero de 2016 , Tomo II, página 1514.

SUSPENSIÓN DEFINITIVA. CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA NIEGA O LA


CONCEDE, ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE QUEJA, AUN
CUANDO SÓLO SE IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD
(LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE).

CONTRADICCIÓN DE TESIS 233/2015. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS


TRIBUNALES COLEGIADOS PRIMERO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL
OCTAVO CIRCUITO, SEGUNDO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL SEGUNDO
CIRCUITO Y QUINTO EN MATERIA CIVIL DEL TERCER CIRCUITO. 4 DE NOVIEMBRE
DE 2015. CINCO VOTOS DE LOS MINISTROS EDUARDO MEDINA MORA I., JUAN N.
SILVA MEZA, JOSÉ FERNANDO FRANCO GONZÁLEZ SALAS, MARGARITA BEATRIZ
LUNA RAMOS Y ALBERTO PÉREZ DAYÁN. PONENTE: JOSÉ FERNANDO FRANCO
GONZÁLEZ SALAS. SECRETARIO: DIEGO ALEJANDRO RAMÍREZ VELÁZQUEZ.

CONSIDERANDO:

PRIMERO.-Competencia. Esta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer de la presente denuncia de contradicción de tesis.(1)

SEGUNDO.-Legitimación. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima en


términos del artículo 227, fracción II, de la Ley de Amparo, en razón de que fue formulada por la
Magistrada presidenta del Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Octavo
Circuito, el cual sustentó uno de los criterios contendientes.

TERCERO.-Contenido de las ejecutorias que participan en la contradicción de tesis.


I. El Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Octavo Circuito, al resolver el
incidente (de suspensión) en revisión **********, en sesión de diecinueve de junio de dos mil
quince, en la parte que interesa, sostuvo:

"RESULTANDO:

"SEGUNDO.-El secretario del Juzgado Cuarto de Distrito en La Laguna, encargado del despacho,
dentro de la audiencia incidental celebrada a las nueve horas con quince minutos del veinte de enero
de dos mil quince, dictó resolución incidental, en la cual concedió la suspensión definitiva solicitada
por **********, **********, ... y fijó como garantía para que continuara surtiendo efectos la
medida cautelar concedida, la cantidad de $********** (**********), misma que podría ser
exhibida en cualquiera de las formas establecidas por la ley, con el fin de garantizar los posibles
perjuicios que se pudieran ocasionar a la parte tercero interesada, aquí recurrente...

"TERCERO.-Inconforme con tal resolución, el tercero interesado **********, **********, ...


interpuso en su contra recurso de revisión, del que por razón de la materia correspondió conocer a
este Primer Tribunal Colegiado...

"CONSIDERANDO:

"QUINTO.-Es innecesario transcribir tanto la resolución recurrida como los agravios que se hacen
valer en su contra, en razón de que es improcedente el presente recurso de revisión, por las razones
que a continuación se precisan.

"**********, en su carácter de apoderado general para pleitos y cobranzas de **********,


**********, interpuso recurso de revisión en contra de la interlocutoria emitida el veinte de enero
de dos mil quince, por el secretario encargado del despacho del Juzgado Cuarto de Distrito en La
Laguna, con residencia en esta ciudad, en la que se concedió la suspensión definitiva del acto
reclamado, específicamente por lo que respecta al monto de la fianza, el cual considera insuficiente.

"Lo anterior, en términos del artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo, que establece:
(se transcribe).

"Empero, en contra de la resolución de veinte de enero de dos mil quince, es improcedente el


recurso de revisión, pues el tercero interesado, ahora recurrente, no se inconforma con que a la parte
quejosa se le haya concedido la suspensión definitiva, es decir, en cuanto a la materia de la
suspensión, sino de los requisitos que debe satisfacer para que ésta surta sus efectos,
específicamente el monto de la fianza a la que se sujetó su efectividad, aspecto en contra del cual
procede el recurso de queja.

"En efecto, el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo, dispone lo siguiente: (se
transcribe).

"Así las cosas, si de lo que el recurrente se duele es que el monto de la fianza que el secretario
encargado del despacho del Juzgado Cuarto de Distrito en La Laguna, con sede en esta ciudad, fijó
a la parte quejosa para gozar de la suspensión definitiva, es insuficiente, entonces el recurso idóneo
para combatir esa determinación es el de queja, que prevé el artículo 97, fracción I, inciso c), de la
Ley de Amparo y no el de revisión previsto en el artículo 81, fracción I, inciso a), de la ley en cita.
"Esto es así, en razón de que la Ley de Amparo vigente a partir del mes de abril del dos mil trece,
establece de manera específica la procedencia del recurso de revisión únicamente por lo que se
refiere al pronunciamiento sobre el otorgamiento o negativa de la suspensión definitiva -para
cuando se impugnen requisitos de procedencia- y del recurso de queja para el tema relativo al
monto de la fianza por considerarla excesiva o insuficiente -para cuando se impugnen los requisitos
que deben satisfacerse para que la suspensión definitiva surta sus efectos-, como en el caso
concreto.

"No pasa inadvertido para este Tribunal Colegiado de Circuito, la jurisprudencia cuatrocientos
veintinueve, emitida por el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en su
anterior integración de la Octava Época, consultable en la página trescientos sesenta y seis, del
tomo VI, atinente a la Materia Común, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917 a
2000, del epígrafe y contenido siguientes:

"‘SUSPENSIÓN DEFINITIVA. ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE


QUEJA CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE
IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.’ ...

"No obstante lo anterior, este órgano de control constitucional considera que la referida
jurisprudencia no se encuentra vigente, en la medida en que interpreta la Ley de Amparo derogada,
y conforme a lo expuesto en los párrafos que anteceden, se opone a la Ley de Amparo en vigor, por
lo que carece de vigencia, en términos del artículo sexto transitorio de la nueva Ley de Amparo, que
dispone lo siguiente: (se transcribe).

"En las relatadas condiciones, si **********, en su carácter de apoderado general para pleitos y
cobranzas de **********, **********, interpuso recurso de revisión, cuando el que procedía era
el de queja, es evidente que a su vez es improcedente el recurso de revisión interpuesto."

II. Por otra parte, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito,
al decidir el recurso de queja **********, en sesión de trece de noviembre de dos mil catorce, en la
parte que interesa, expresó:

"RESULTANDO:

"PRIMERO.-Por escrito presentado el quince de agosto de dos mil catorce, ante la Oficina de
Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito en el Estado de México, con residencia en
Naucalpan de Juárez, **********, por propio derecho, con fundamento en el artículo 97, fracción
I, inciso c), de la Ley de Amparo vigente, interpuso recurso de queja en contra de la interlocutoria
emitida en el incidente de suspensión, relativo al juicio de amparo indirecto **********, el seis del
mismo mes y año, por el Juez Décimo Cuarto de Distrito de esa misma jurisdicción, a través de la
cual, se le impuso una garantía en cantidad de $********** (**********)...

"CONSIDERANDO:

"TERCERO.-No se procederá a transcribir la interlocutoria recurrida ni los agravios expuestos, toda


vez que el recurso de queja interpuesto por **********, es improcedente al no surtir en el caso la
hipótesis de procedencia contemplada en el inciso c), fracción I, del artículo 97 de la Ley de
Amparo, con el que pretende sustentar la procedencia del mismo.

"Para sustentar lo anterior, es importante señalar que el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley
de Amparo, establece lo siguiente: (se transcribe).

"Del numeral invocado se advierte que, el recurso de queja en amparo indirecto procede en contra
de las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan
los requisitos legales o que puedan ser excesivas o insuficientes.

"Por su parte el artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo establece textualmente lo
siguiente: (se transcribe).

"Del anterior precepto, se desprende la procedencia del recurso de revisión, en amparo indirecto,
con las resoluciones que concedan o nieguen la suspensión definitiva, en el que deberán impugnarse
los acuerdos pronunciados en audiencia incidental.

"Ahora bien, respecto del caso que nos ocupa, es importante resaltar que el Pleno de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación, al resolver la contradicción de tesis 7/93, determinó que el recurso
de revisión es procedente contra la interlocutoria que concede la suspensión solicitada en el amparo
aunque sólo se impugne la garantía a la que se sujetó su efectividad, y no así, el recurso de queja.

"Al respecto, determinó que en términos de lo previsto por el artículo 125 de la Ley de Amparo,
vigente hasta el dos de abril de dos mil trece, se establece como requisito de efectividad de la
suspensión en el amparo, cuando dicha medida pueda a su vez ocasionar daño o perjuicio a un
tercero, el otorgamiento de una garantía bastante, cuyo importe será fijado por el Juez de Distrito y
deberá presentarse dentro de los cinco días siguientes al de la notificación del auto que conceda la
suspensión.

"Bajo este contexto, el Pleno del Máximo Tribunal del país, señaló que lo anterior significa que la
fijación de la garantía en los casos en que proceda, forma parte de la resolución que concede la
suspensión de los actos reclamados por ser condicionamiento de su eficacia.

"Por tanto, al contemplar el artículo 83, fracción II, inciso a), de la Ley Reglamentaria de los
diversos ordinales 103 y 107 del Pacto Federal, la procedencia del recurso de revisión contra las
resoluciones de los Jueces de Distrito o del superior del tribunal responsable en las cuales se
conceda la suspensión definitiva, debe considerarse que procede este recurso cuando se impugnen
ya sea los requisitos de procedencia que se estimaron satisfechos para otorgarla, o bien, los
requisitos que deben llenarse para que ésta surta sus efectos, o ambos; es decir, el recurso de
revisión será procedente contra la resolución que concede la suspensión definitiva aunque sólo se
impugne la garantía a la que se sujetó su efectividad por ser parte integrante de la misma, siendo,
por tanto, improcedente el recurso de queja contra tal interlocutoria.

"El anterior criterio, dio lugar a la jurisprudencia por contradicción de tesis P./J. 25/94, publicada en
la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 80, agosto de 1994,
materia común, página trece, del rubro y texto siguientes:
"‘SUSPENSIÓN DEFINITIVA. ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE
QUEJA CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE
IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.’ ...

"Bajo la premisa sostenida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se puede
concluir la improcedencia del recurso de queja que se plantea con fundamento en el inciso c),
fracción I, del artículo 97 de la Ley de Amparo, al interponerse en contra de la resolución
interlocutoria de seis de agosto de dos mil trece, que proveyó sobre la suspensión de los actos
reclamados en el juicio de amparo indirecto **********, promovido por **********, ante el
Juzgado Décimo Cuarto de Distrito en el Estado de México, aun cuando sólo se impugne la parte en
la que se condiciona la efectividad de dicha medida al otorgamiento de la garantía prevista en los
diversos 132 y 136, segundo párrafo, de la referida ley reglamentaria.

"En efecto, debe entenderse que lo dispuesto por el inciso c), fracción primera, del artículo 97 de la
ley de la materia, sólo resulta aplicable para los autos que rehúsen la admisión de fianzas o
contrafianzas, admitan las que no reúnan los requisitos legales o que puedan ser excesivas o
insuficientes, lo que resulta distinto a las resoluciones interlocutorias en las que se falle sobre la
suspensión definitiva, pues en contra de este tipo de decisiones, la propia Ley de Amparo en su
artículo 81, fracción I, inciso a), de forma específica contempla la procedencia del recurso de
revisión, ello aun cuando lo que se impugne sea únicamente el importe de la garantía fijada como
requisito de efectividad de dicha medida cautelar.

"Lo anterior, se insiste, si se toma en cuenta que como parte integrante de la interlocutoria que
acuerda sobre la suspensión de los actos en el amparo, la conforma la garantía que se fija para que
surta efectos dicha medida cautelar, en términos de lo que disponen los artículos 132 y 136,
segundo párrafo, de la Ley de Amparo, la que de manera alguna puede desvincularse de ésta.

"De ahí que se insista en la improcedencia del recurso de queja previsto en el numeral 97, fracción
I, inciso c), de la ley de la materia, cuando se pretenda impugnar solamente dicho requisito de
efectividad que se fija al momento de emitirse en el juicio de amparo indirecto la resolución que
niega o concede la suspensión definitiva, pues para ello, el legislador contempló de manera
específica la procedencia del recurso de revisión según se desprende del ordinal 81, fracción I,
inciso a), de la multicitada ley.

"No adoptar este criterio, y sostener que el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo,
contempla la procedencia del recurso de queja en el juicio de amparo indirecto en contra de las
resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan los
requisitos legales o que puedan ser excesivas o insuficientes, dentro de las que se debe contemplar
las resoluciones que concedan o nieguen la suspensión definitiva, sólo en la parte en la que provea
sobre la garantía como requisito de efectividad, llevaría al extremo de contemplar la procedencia de
dos recursos en contra de una misma resolución dictada en el juicio de amparo indirecto, esto es, el
de queja y el de revisión en contra de aquella que concede o niega la suspensión definitiva, además
de que la procedencia de dichos recursos se sujetaría a lo expuesto por los recurrentes en sus
agravios y no atendiendo a la resolución que se pretende impugnar; lo cual es a todas luces
contrario al principio de certeza jurídica que toda ley debe otorgar a los gobernados en torno al
recurso que proceda en contra de la resolución que con éste se pretenda impugnar.
"Sin soslayarse que, al resolverse la contradicción de tesis 7/93, se interpretó la Ley de Amparo,
vigente hasta el dos de abril de dos mil trece; sin embargo, se considera aplicable en la parte
conducente al caso que nos ocupa, pues la Ley de Amparo vigente sigue contemplado la
procedencia del recurso de revisión en contra de las resoluciones dictadas en el juicio de amparo
indirecto que concedan o nieguen la suspensión definitiva, y como requisito de efectividad, el
otorgamiento de la garantía cuando se pueda generar un daño o perjuicio a un tercero de no
obtenerse una sentencia de amparo favorable.

"Apoya a lo anterior, la tesis III.5o.C.11 K (10a.), que a su vez comparte este Tribunal Colegiado de
Circuito, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 2,
enero de 2014, Tomo IV «y en el Semanario Judicial de la Federación del viernes 24 de enero de
2014 a las 13:21 horas», del tenor siguiente:

"‘QUEJA PREVISTA POR EL ARTÍCULO 97, FRACCIÓN I, INCISO C), DE LA LEY DE


AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE. ES
IMPROCEDENTE CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA, AUNQUE SÓLO SE COMBATA LO RELATIVO A LA
FIJACIÓN DE LA GARANTÍA.’ ...

"Consecuentemente, al no actualizarse el requisito que establece el artículo 97, fracción I, inciso c),
de la Ley de Amparo vigente, con el que el quejoso recurrente pretende justificar la procedencia del
presente recurso de queja, lo que procede es desecharlo..."

El criterio de referencia está contenido en la tesis aislada II.2o.A.1 K (10a.) de ese Tribunal
Colegiado de Circuito, que expresa:

"RECURSO DE QUEJA PREVISTO EN EL ARTÍCULO 97, FRACCIÓN I, INCISO C), DE LA


LEY DE AMPARO. ES IMPROCEDENTE CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE CONCEDE LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA, AUNQUE SÓLO PRETENDA IMPUGNARSE LO RELATIVO A
LA FIJACIÓN DE LA GARANTÍA PARA QUE SURTA EFECTOS (LEGISLACIÓN VIGENTE
A PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE 2013). El precepto citado prevé la procedencia del recurso de
queja en el juicio de amparo indirecto, contra las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o
contrafianzas, admitan las que no reúnan los requisitos legales o puedan ser excesivas o
insuficientes, sin que dentro de éstas se encuentren las que concedan la suspensión definitiva,
aunque sólo pretenda impugnarse lo relativo a la fijación de la garantía para que surta efectos,
establecida en los artículos 132 y 136, segundo párrafo, del ordenamiento mencionado, pues al
constituir ese aspecto un requisito de efectividad de la medida cautelar, es parte de aquella
resolución, de la que no puede desvincularse, como lo determinó el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación en la jurisprudencia P./J. 25/94, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial
de la Federación, Octava Época, Número 80, agosto de 1994, página 13, de rubro: ‘SUSPENSIÓN
DEFINITIVA. ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE QUEJA
CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE IMPUGNE LA
GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.’. De ahí que dicho recurso sea
improcedente en la hipótesis descrita, aunado al hecho de que el legislador, al disponer en el
artículo 81, fracción I, inciso a), de la propia ley, la procedencia del recurso de revisión contra las
resoluciones que nieguen o concedan la suspensión en el amparo indirecto, determinó el medio
idóneo para controvertir la garantía fijada en éstas, máxime que de no asumir dicho criterio, por una
parte, se llegaría al absurdo de considerar la existencia de dos recursos contra una misma
determinación y, por otra, la procedencia de éstos se sujetaría a lo expuesto por los recurrentes en
sus agravios y no a la materia de la resolución que pretendan impugnar, lo cual es contrario al
principio de certeza jurídica que toda ley debe otorgar a sus destinatarios.

"Décima Época. Registro: 2008861. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis:
Aislada. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 17, Tomo II, abril de 2015,
Materia común. Tesis II.2o.A.1 K (10a.). Página 1822 «y en el Semanario Judicial de la Federación
del viernes 10 de abril de 2015 a las 9:30 horas»."

III. Finalmente, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, al conocer del
recurso de reclamación **********, en sesión de veintidós de agosto de dos mil trece, señaló, en lo
que al caso cobra relevancia, lo siguiente:

"RESULTANDO:

"1o. En escrito presentado ante la Oficina de Correspondencia Común de los Juzgados de Distrito
en Materia Civil en el Estado, el veintiocho de junio del año en curso, turnado el uno de julio
siguiente al Juzgado Segundo, **********, **********, a través de su apoderado **********,
interpuso recurso de queja contra la interlocutoria de diecinueve de junio del referido año, dictada
por el titular del juzgado mencionado, en el incidente relativo al juicio de amparo **********, en
la que concedió la suspensión definitiva de los actos reclamados ... fijando una fianza para que
continuara surtiendo efectos la misma.

"2o. Este Tribunal Colegiado, a quien correspondió el asunto, le asignó el número de queja
**********; y en auto de once del propio julio, la desechó por improcedente...

"3o. Inconforme la parte quejosa con esa determinación, interpuso, por conducto del citado
apoderado, elrecurso de reclamación que este tribunal admitió en proveído de trece de agosto de la
anualidad que transcurre, registrándolo con el número **********, y en el mismo auto se turnó el
asunto para ponencia.

"CONSIDERANDO:

"PRIMERO.-El acuerdo recurrido es del siguiente tenor:

"‘Zapopan, Jalisco, a once de julio de dos mil trece.-Por recibido el oficio de cuenta que suscribe el
Juez Segundo de Distrito en Materia Civil en el Estado, a través del cual remite escrito de queja
interpuesto por **********, apoderado de **********, **********; recurso que debe desecharse
por improcedente con apoyo en los artículos 81 y 91 de la Ley de Amparo en vigor, por lo
siguiente: Dicho medio de defensa se interpone contra la interlocutoria de diecinueve de junio del
año en curso, por la que el Juez Segundo de Distrito en Materia Civil en el Estado, concedió a la
hoy recurrente la suspensión definitiva contra el acto reclamado en el incidente de suspensión
relativo al amparo indirecto **********; es obvio que contra dicha resolución procede el recurso
de revisión, de conformidad con el aludido artículo 81, fracción I, inciso a), que establece: ... y no el
recurso de queja que interpone el recurrente, motivo por el cual se desecha por notoriamente
improcedente.’

"...

"TERCERO.-Los agravios son infundados.

"Opuesto a lo que aduce la parte recurrente, el presidente de este tribunal tuvo razón al considerar
que contra la interlocutoria de diecinueve de junio de dos mil trece, que resolvió sobre la suspensión
definitiva en el juicio de garantías **********, no procede el recurso de queja a que se refiere el
artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo en vigor.

"Es así, porque aun cuando lo que se impugna a través del mencionado recurso es el importe de la
fianza que se fijó a la impetrante para que surta efectos la suspensión definitiva concedida, lo cierto
es que tal cuestión, por ser parte integrante de esa resolución y una condición para su eficacia, no
puede desvincularse de dicho fallo. Por tanto, el medio de impugnación aplicable contra la referida
interlocutoria es el de revisión que establece el diverso numeral 81, fracción I, inciso a), de la ley de
la materia, que dice: (se transcribe).

"Así justamente lo estableció el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al analizar el


artículo 83, fracción II, inciso a), de la Ley de Amparo abrogada, de contenido similar al
pretranscrito numeral 81, ya que aquél dispone: (se transcribe).

"La jurisprudencia en mención aparece publicada en el Tomo II, Procesal Constitucional, del
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-septiembre de 2011, página 1460, bajo el
rubro y texto siguientes:

"‘SUSPENSIÓN DEFINITIVA. ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE


QUEJA CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE
IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.’ ...

"A mayor abundamiento, el precepto 97, fracción I, inciso c), que cita la recurrente y que dice: ...,
alude al supuesto consistente en que procede el recurso de queja contra las determinaciones que no
admitan fianza o contrafianza, o las que las admitan cuando no reúnen los requisitos legales o sean
excesivas o insuficientes, situación que en la especie no ocurre, puesto que lo que se impugna,
como se vio, es una interlocutoria que resolvió sobre la suspensión definitiva y se impuso fianza
para que siguiera surtiendo efectos la concesión de tal medida cautelar.

"En consecuencia, procede declarar infundado el medio de defensa planteado. ..."

El criterio apuntado quedó reflejado en la tesis aislada III.5o.C.11 K (10a.) del referido Tribunal
Colegiado de Circuito, cuyo contenido es:

"QUEJA PREVISTA POR EL ARTÍCULO 97, FRACCIÓN I, INCISO C), DE LA LEY DE


AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE. ES
IMPROCEDENTE CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA, AUNQUE SÓLO SE COMBATA LO RELATIVO A LA
FIJACIÓN DE LA GARANTÍA. Si bien conforme a dicho precepto, el recurso de queja en amparo
indirecto procede, entre otros casos, contra las determinaciones que admitan fianzas que puedan
resultar excesivas, ya que establece: «El recurso de queja procede: I. En amparo indirecto, contra las
siguientes resoluciones: ... c) Las que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las
que no reúnan los requisitos legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes»; sin embargo,
debe entenderse que ello es aplicable para los autos que resuelvan respecto de dichas cuestiones
distintas a las resoluciones en las que se falle sobre la suspensión definitiva, ya que contra este tipo
de decisiones, la propia legislación establece el recurso de revisión en el artículo 81, fracción I,
inciso a). Lo anterior, aun cuando lo que se impugne a través del mencionado recurso de revisión,
sea sólo el importe de la fianza que se fijó para que surta efectos la medida cautelar, puesto que tal
consideración, al ser parte integrante de la citada resolución, no puede desvincularse de ésta, como
lo interpretó la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia de rubro:
‘SUSPENSIÓN DEFINITIVA. ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE
QUEJA CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE
IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.’ (consultable en el
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-septiembre de 2011, Tomo II. Procesal
Constitucional, 1. Común Primera Parte -SCJN, Décima Sección- Recursos, Materia Común, página
1460), criterio que si bien surgió estando en vigor la Ley de Amparo abrogada, lo cierto es que sus
razones aplican también para la nueva ley, debido a que se sigue previendo de manera expresa el
mencionado recurso de revisión.

"Décima Época. Registro: 2005394. Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito. Tipo de Tesis:
Aislada. Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 2, enero de 2014, Tomo IV.
Materia(s): Común. Tesis: III.5o.C.11 K (10a.). Página: 3208 «y en el Semanario Judicial de la
Federación del viernes 24 de enero de 2014 a las 13:21 horas»."

CUARTO.-Existencia de la contradicción de tesis. Procede ahora determinar si en el caso existe o


no la contradicción de tesis denunciada, para lo cual se estima indispensable destacar los aspectos
relevantes de las consideraciones en que se apoyaron los Tribunales Colegiados de Circuito cuyos
criterios fueron denunciados como opuestos.

Lo anterior, con el propósito de dilucidar que tales órganos judiciales, al resolver los asuntos
materia de la denuncia, hayan:

1. Examinado hipótesis jurídicas esencialmente iguales; y,

2. Llegado a conclusiones encontradas respecto de la solución de la controversia planteada.

En ese sentido se pronunció el Pleno de este Alto Tribunal en la tesis de jurisprudencia P./J.
72/2010, visible en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXXII, agosto de 2010, página 7, cuyo contenido es el siguiente:

"CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA SUPREMA CORTE


DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO
ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS DISCREPANTES SOBRE UN
MISMO PUNTO DE DERECHO, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LAS CUESTIONES
FÁCTICAS QUE LO RODEAN NO SEAN EXACTAMENTE IGUALES.-De los artículos 107,
fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197 y 197-A de la Ley
de Amparo, se advierte que la existencia de la contradicción de criterios está condicionada a que las
Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o los Tribunales Colegiados de Circuito en las
sentencias que pronuncien sostengan tesis contradictorias, entendiéndose por tesis el criterio
adoptado por el juzgador a través de argumentaciones lógico-jurídicas para justificar su decisión en
una controversia, lo que determina que la contradicción de tesis se actualiza cuando dos o más
órganos jurisdiccionales terminales adoptan criterios jurídicos discrepantes sobre un mismo punto
de derecho, independientemente de que las cuestiones fácticas que lo rodean no sean exactamente
iguales, pues la práctica judicial demuestra la dificultad de que existan dos o más asuntos idénticos,
tanto en los problemas de derecho como en los de hecho, de ahí que considerar que la contradicción
se actualiza únicamente cuando los asuntos son exactamente iguales constituye un criterio rigorista
que impide resolver la discrepancia de criterios jurídicos, lo que conlleva a que el esfuerzo judicial
se centre en detectar las diferencias entre los asuntos y no en solucionar la discrepancia. Además,
las cuestiones fácticas que en ocasiones rodean el problema jurídico respecto del cual se sostienen
criterios opuestos y, consecuentemente, se denuncian como contradictorios, generalmente son
cuestiones secundarias o accidentales y, por tanto, no inciden en la naturaleza de los problemas
jurídicos resueltos. Es por ello que este Alto Tribunal interrumpió la jurisprudencia P./J. 26/2001 de
rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.’, al resolver la contradicción de tesis 36/2007-PL, pues al
establecer que la contradicción se actualiza siempre que al resolver los negocios jurídicos se
examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten posiciones o criterios jurídicos
discrepantes se impedía el estudio del tema jurídico materia de la contradicción con base en
diferencias fácticas que desde el punto de vista estrictamente jurídico no deberían obstaculizar el
análisis de fondo de la contradicción planteada, lo que es contrario a la lógica del sistema de
jurisprudencia establecido en la Ley de Amparo, pues al sujetarse su existencia al cumplimiento del
indicado requisito disminuye el número de contradicciones que se resuelven en detrimento de la
seguridad jurídica que debe salvaguardarse ante criterios jurídicos claramente opuestos. De lo
anterior se sigue que la existencia de una contradicción de tesis deriva de la discrepancia de criterios
jurídicos, es decir, de la oposición en la solución de temas jurídicos que se extraen de asuntos que
pueden válidamente ser diferentes en sus cuestiones fácticas, lo cual es congruente con la finalidad
establecida tanto en la Constitución General de la República como en la Ley de Amparo para las
contradicciones de tesis, pues permite que cumplan el propósito para el que fueron creadas y que no
se desvirtúe buscando las diferencias de detalle que impiden su resolución."

De la lectura de las ejecutorias que participan en la presente denuncia de contradicción de tesis, se


advierte que en el caso sí se verifica la divergencia de criterios, en tanto que todos los órganos
colegiados se pronunciaron sobre un mismo problema jurídico, a saber, si en términos de la Ley de
Amparo vigente a partir del tres de abril de dos mil trece, en contra de la interlocutoria dictada en el
incidente de suspensión que concede la medida cautelar solicitada, en los casos en que se combate
únicamente la garantía fijada como requisito de efectividad, procede recurso de queja o de revisión,
arribando a posturas contrarias.

Sobre este tópico, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Octavo Circuito,
al resolver el incidente (de suspensión) en revisión **********, determinó:
a) Que contra la interlocutoria por la que se concedió la suspensión definitiva a la parte quejosa y se
fijó garantía para que continuara surtiendo efectos, la tercero interesada interpuso recurso de
revisión, específicamente por lo que respecta al monto de la fianza.

b) Que la revisión es improcedente, puesto que la recurrente no se inconforma con que a la parte
quejosa se le haya concedido la suspensión definitiva, es decir, en cuanto a la materia de la
suspensión, sino de los requisitos que deben satisfacerse para que ésta surta efectos,
específicamente el monto de la fianza a la que se sujetó su efectividad, aspecto en contra del cual
procede el recurso de queja de conformidad con el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de
Amparo.

c) Lo anterior, en razón de que la Ley de Amparo vigente establece de manera específica la


procedencia del recurso de revisión únicamente por lo que se refiere al pronunciamiento sobre el
otorgamiento o negativa de la suspensión definitiva (para cuando se impugnen requisitos de
procedencia), y del recurso de queja para el tema relativo al monto de la fianza por considerarla
excesiva o insuficiente (para cuando se cuestionen los requisitos que deben satisfacerse para que la
suspensión definitiva surta efectos), como en el caso concreto.

d) Que no es aplicable en la especie, la jurisprudencia P./J. 25/94 del Tribunal Pleno de rubro:
"SUSPENSIÓN DEFINITIVA. ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE
QUEJA CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE
IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.", dado que tal criterio
no se encuentra vigente, en la medida en que interpreta la Ley de Amparo derogada y, además, se
opone a la legislación en vigor.

e) Que si la tercero interesada interpuso recurso de revisión, cuando el que procedía era el de queja,
es evidente que el medio de defensa hecho valer es improcedente.

En tanto que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito, al
conocer del recurso de queja **********, concluyó:

a) Que, contra la interlocutoria emitida en el incidente de suspensión relativo a un juicio de amparo


indirecto, en la cual el Juez de Distrito concedió la suspensión definitiva y estableció una garantía
para que siguiera surtiendo efectos tal medida, el quejoso interpuso recurso de queja, con
fundamento en el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo vigente, al estar en
desacuerdo con el importe de la garantía fijada como requisito de efectividad.

b) Que, de conformidad con el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo en vigor, el
recurso de queja en amparo indirecto procede en contra de las resoluciones que rehúsen la admisión
de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan los requisitos legales o que puedan ser
excesivas o insuficientes.

c) Que el artículo 81, fracción I, inciso a), de la propia Ley de Amparo establece la procedencia del
recurso de revisión, tratándose del juicio de garantías en la vía indirecta, respecto de las
resoluciones que concedan o nieguen la suspensión definitiva, en el que deberán impugnarse los
acuerdos pronunciados en la audiencia incidental.
d) Agregó que, en torno al caso concreto, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al
resolver la contradicción de tesis 7/93, determinó que el recurso de revisión es procedente contra la
interlocutoria que concede la suspensión solicitada en el amparo, aunque sólo se impugne la
garantía a la que se sujetó su efectividad, y no así el recurso de queja.

e) Que, al respecto, el Tribunal Pleno determinó que, en términos de lo previsto por el artículo 125
de la Ley de Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece, se establece como requisito de
efectividad de la suspensión, cuando dicha medida pueda a su vez ocasionar daño o perjuicio a un
tercero, el otorgamiento de una garantía bastante, cuyo importe será fijado por el Juez de Distrito y
deberá presentarse dentro de los cinco días siguientes al de la notificación del auto que conceda la
suspensión; de ahí que la fijación de la garantía, en los casos en que proceda, forma parte de la
resolución que concede la suspensión de los actos reclamados por ser condicionamiento de su
eficacia.

f) Que el Alto Tribunal concluyó que al prever el artículo 83, fracción II, inciso a), de la abrogada
Ley de Amparo, la procedencia del recurso de revisión contra las resoluciones en las cuales se
conceda la suspensión definitiva, debe considerarse que procede este medio de impugnación cuando
se combata ya sea los requisitos de procedencia que se estimaron satisfechos para otorgarla, o bien,
las exigencias que deben llenarse para que ésta surta efectos, o ambos; es decir, el recurso de
revisión será procedente contra la resolución que concede la suspensión definitiva aunque sólo se
cuestione la garantía a la que se sujetó su efectividad, por ser parte integrante de ésta, siendo, por
tanto, improcedente el recurso de queja contra tal interlocutoria.

g) Que, bajo la premisa sostenida por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se
puede concluir la improcedencia del recurso de queja hecho valer contra una interlocutoria que
proveyó sobre la suspensión de los actos reclamados en el juicio de amparo indirecto, aun cuando
sólo se impugne la parte en la que se condiciona la efectividad de esa medida al otorgamiento de la
garantía prevista en los artículos 132 y 136, segundo párrafo, de la actual Ley de Amparo.

h) Que, debe entenderse que lo dispuesto por el artículo 97, fracción I, inciso c), de la legislación de
la materia, sólo resulta aplicable para los autos que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas,
admitan las que no reúnan los requisitos legales o que puedan ser excesivas o insuficientes, lo que
es distinto a las resoluciones interlocutorias en las que se falle sobre la suspensión definitiva, pues
en contra de este tipo de decisiones, la propia Ley de Amparo, en su artículo 81, fracción I, inciso
a), de forma específica contempla la procedencia del recurso de revisión, ello aun cuando lo que se
impugne sea únicamente el importe de la garantía fijada.

i) Lo anterior, reiteró, si se toma en cuenta que la garantía que se fija para que surta efectos la
medida cautelar es parte integrante de la interlocutoria que acuerda sobre la suspensión de los actos
en el amparo, por lo que de ninguna manera puede desvincularse de esa resolución.

j) Que, incluso, de no adoptar ese criterio, y sostener que el artículo 97, fracción I, inciso c), de la
Ley de Amparo consigna la procedencia del recurso de queja en el juicio de amparo indirecto en
contra de las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no
reúnan los requisitos legales o que puedan ser excesivas o insuficientes, dentro de las que se deben
contemplar las resoluciones que concedan o nieguen la suspensión definitiva sólo en la parte en la
que provea sobre la garantía como requisito de efectividad, llevaría al extremo de establecer la
procedencia de dos recursos en contra de una misma resolución, esto es, el de queja y el de revisión
en contra de la interlocutoria que concede o niega la suspensión definitiva, además de que la
procedencia de dichos medios de defensa se sujetaría a lo expuesto por los inconformes en sus
agravios y no atendiendo a la determinación que se pretende combatir, lo cual es contrario al
principio de certeza jurídica.

k) Que, al no actualizarse el requisito que establece el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de
Amparo vigente, con el que el quejoso pretendió justificar la procedencia del recurso de queja
interpuesto, lo que procede es desecharlo.

l) De dicho asunto emanó la tesis aislada II.2o.A.1 K (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario
Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 17, Tomo II, abril de 2015, página 1822, de rubro:
"RECURSO DE QUEJA PREVISTO EN EL ARTÍCULO 97, FRACCIÓN I, INCISO C), DE LA
LEY DE AMPARO. ES IMPROCEDENTE CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE CONCEDE LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA, AUNQUE SÓLO PRETENDA IMPUGNARSE LO RELATIVO A
LA FIJACIÓN DE LA GARANTÍA PARA QUE SURTA EFECTOS (LEGISLACIÓN VIGENTE
A PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE 2013).", cuyo contenido fue transcrito a folios 10 y 11 de esta
ejecutoria.

Por su parte, el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito, al fallar la
reclamación **********, derivada de un recurso de queja, definió lo siguiente:

a) Que, contra la interlocutoria emitida en el incidente de suspensión relativo a un juicio de amparo


indirecto, enla cual el Juez de Distrito concedió la suspensión definitiva y fijó fianza para que
continuara surtiendo efectos la medida cautelar, la quejosa interpuso recurso de queja.

b) Que el presidente de dicho Tribunal Colegiado de Circuito, al considerar que es improcedente la


queja, la desechó.

c) Que, en desacuerdo con esa decisión, la parte quejosa hizo valer recurso de reclamación, al
estimar que contra la interlocutoria que resolvió sobre la suspensión definitiva en el juicio de
garantías, en el aspecto relativo al importe de la fianza que se fijó para que surta efectos, procede el
recurso de queja a que se refiere el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo en vigor.

d) Que es infundado lo alegado por la inconforme, ya que aun cuando lo que se impugna a través
del recurso de queja es el importe de la fianza establecida como requisito de efectividad de la
suspensión, lo cierto es que tal cuestión, por ser parte integrante de la interlocutoria y una condición
para su eficacia, no puede desvincularse de dicha determinación; por tanto, el medio de defensa
procedente contra la mencionada resolución es el de revisión, previsto en el artículo 81, fracción I,
inciso a), de la legislación de la materia.

e) Que así lo estableció el Pleno del Máximo Tribunal, al analizar el artículo 83, fracción II, inciso
a), de la Ley de Amparo abrogada, de contenido similar al correlativo numeral 81 del ordenamiento
en vigor.
f) Que, a mayor abundamiento, el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo, que cita la
inconforme, alude al supuesto, consistente en que procede el recurso de queja contra las
determinaciones que no admitan fianza o contrafianza, o las que las admitan cuando no reúnen los
requisitos legales o sean excesivas o insuficientes, situación que en la especie no ocurre, puesto que
lo que se combate es una interlocutoria que resolvió sobre la suspensión definitiva y que fijó fianza
para que siguiera surtiendo efectos la concesión de tal medida cautelar; de ahí que es infundada la
reclamación planteada.

g) De dicho expediente surgió la tesis aislada III.5o.C.11 K (10a.), divulgada en la Gaceta del
Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 2, Tomo IV, enero de 2014, página
3208, intitulada: "QUEJA PREVISTA POR EL ARTÍCULO 97, FRACCIÓN I, INCISO C), DE
LA LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE. ES
IMPROCEDENTE CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA, AUNQUE SÓLO SE COMBATA LO RELATIVO A LA
FIJACIÓN DE LA GARANTÍA.", cuyo texto fue reproducido a fojas 13 y 14 de esta resolución.

De las ejecutorias que contienden se observa, como se anticipó, que los Tribunales Colegiados de
Circuito que participan concluyeron en forma opuesta en torno a la problemática, consistente en
determinar si, en términos de la Ley de Amparo vigente a partir del tres de abril de dos mil trece, en
contra de la interlocutoria dictada en el incidente de suspensión que concede la medida cautelar
solicitada, en los casos en que se combate únicamente la garantía fijada como requisito de
efectividad, procede recurso de queja o de revisión.

En efecto, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Octavo Circuito
concluyó que la Ley de Amparo vigente establece, de manera específica, la procedencia del recurso
de revisión sólo en lo que se refiere al pronunciamiento sobre el otorgamiento o negativa de la
suspensión definitiva, esto es, para cuando se impugnen requisitos de procedencia, mientras que el
recurso de queja se reservó para el tema relativo al monto de la fianza por considerarla excesiva o
insuficiente, es decir, para cuando se impugnen los requisitos que deben satisfacerse para que la
medida cautelar surta efectos, de conformidad con el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de
Amparo vigente; mientras que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del
Segundo Circuito y el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Tercer Circuito estimaron
que lo dispuesto por el citado artículo 97, fracción I, inciso c), sólo resulta aplicable para los autos
que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan los requisitos legales
o que puedan ser excesivas o insuficientes, lo que es distinto a las resoluciones en las que se decida
sobre la suspensión definitiva, pues en contra de este tipo de determinaciones, la propia legislación
de la materia, en su artículo 81, fracción I, inciso a), de forma expresa contempla la procedencia del
recurso de revisión, ello aun cuando lo que se cuestione sea únicamente el importe de la garantía
fijada, en tanto que esta última es parte integrante de la interlocutoria que acuerda sobre la
suspensión de los actos en el amparo, por lo que de ninguna manera puede desvincularse de esa
resolución.

No es obstáculo para tener por configurada la aludida contradicción de tesis, el hecho de que el
Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Octavo Circuito no haya reflejado el
criterio que sustentó formalmente en una tesis, como sí lo hicieron el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Administrativa del Segundo Circuito y el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Tercer Circuito, pues el Pleno de este Alto Tribunal ha definido jurisprudencialmente que, para
que proceda la denuncia de contradicción, es suficiente que en las sentencias se sostengan posturas
discrepantes en relación con un tema determinado, sin que sea necesario que esté expuesta de
manera formal, mediante una redacción especial, en la que se distingan un rubro, un texto y los
datos de identificación del asunto en que se mantuvieron.

Las consideraciones de las que se dio noticia, aparecen en la jurisprudencia P./J. 27/2001,
consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XIII, abril
de 2001, página 77, que expresa:

"CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE PROCEDA LA DENUNCIA BASTA QUE EN


LAS SENTENCIAS SE SUSTENTEN CRITERIOS DISCREPANTES.-Los artículos 107, fracción
XIII, de la Constitución Federal, 197 y 197-A de la Ley de Amparo establecen el procedimiento
para dirimir las contradicciones de tesis que sustenten los Tribunales Colegiados de Circuito o las
Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El vocablo ‘tesis’ que se emplea en dichos
dispositivos debe entenderse en un sentido amplio, o sea, como la expresión de un criterio que se
sustenta en relación con un tema determinado por los órganos jurisdiccionales en su quehacer legal
de resolver los asuntos que se someten a su consideración, sin que sea necesario que esté expuesta
de manera formal, mediante una redacción especial, en la que se distinga un rubro, un texto, los
datos de identificación del asunto en donde se sostuvo y, menos aún, que constituya jurisprudencia
obligatoria en los términos previstos por los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, porque ni la
Ley Fundamental ni la ordinaria establecen esos requisitos. Por tanto, para denunciar una
contradicción de tesis, basta con que se hayan sustentado criterios discrepantes sobre la misma
cuestión por Salas de la Suprema Corte o Tribunales Colegiados de Circuito, en resoluciones
dictadas en asuntos de su competencia."

Por tanto, el punto jurídico a dilucidar en la presente contradicción, consiste en determinar si, en
términos de la Ley de Amparo vigente a partir del tres de abril de dos mil trece, en contra de la
interlocutoria dictada en el incidente de suspensión que concede la medida cautelar solicitada, en
los casos en que se combate únicamente la garantía fijada como requisito de efectividad, procede
recurso de queja o de revisión.

QUINTO.-Estudio. A efecto de resolver la contradicción de tesis que ha sido denunciada, debe


tomarse en cuenta lo siguiente:

El Pleno de este Alto Tribunal, al fallar la contradicción de tesis 7/93, entre las sustentadas por el
Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito y el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Administrativa del Primer Circuito, analizó la problemática que ahora nos ocupa, pero a la
luz de la Ley de Amparo publicada en el Diario Oficial de la Federación el diez de enero de mil
novecientos treinta y seis.

Al respecto, definió que, para la concesión de la suspensión de los actos reclamados, debían
reunirse los requisitos que para su procedencia preveía el artículo 124 de la Ley de Amparo
abrogada, así como, en su caso, cumplir el quejoso con la exigencia legal de garantizar los daños o
perjuicios que con tal medida pudieran ocasionarse a un tercero, en el monto que fijara el Juez de
Distrito, y dentro del término de cinco días siguientes al de la notificación, para que la suspensión
no dejara de surtir efectos.

Lo anterior, en el entendido de que la concesión de la suspensión de los actos reclamados a petición


de parte estaba siempre sujeta a los requisitos de procedencia que enumeraba el citado precepto y,
en algunos casos, también al requisito de efectividad de constituir garantía cuando dicha medida
cautelar pudiera ocasionar daño o perjuicio a terceros, la que debería otorgarse en el monto indicado
por el Juez de Distrito y en el término legal especificado en el numeral 139.

Consecuentemente, el Tribunal Pleno estableció que la fijación de la garantía, como requisito de


efectividad de la concesión de la suspensión de los actos reclamados, forma parte de la resolución
que concede tal suspensión, por ser condicionamiento de su eficacia.

Y concluyó que al disponer el artículo 83, fracción I, inciso a), de la anterior Ley de Amparo, que
procede el recurso de revisión contra las resoluciones de los Jueces de Distrito que concedan la
suspensión definitiva de los actos reclamados, debe estimarse que procede contra todo lo que esa
resolución implica, es decir, tanto contra los requisitos de procedencia que estimó satisfechos para
otorgarla, como contra el condicionamiento al que haya sujetado su efectividad, como es la fijación
de la garantía correspondiente, pues forma parte integrante de dicha resolución, y si la legislación
de la materia no establecía distinción alguna al señalar que procede el recurso de revisión contra la
resolución del Juez que conceda la suspensión definitiva, no tenía por qué hacerse distingo en torno
a que procede sólo respecto de los requisitos de procedencia que en tal resolución se hayan tenido
por satisfechos, pero no así por lo que se refiere a la fijación de la fianza exigida para su
efectividad.

Por consiguiente, estableció que, de conformidad con la Ley de Amparo abrogada, el recurso de
queja es improcedente contra la interlocutoria dictada por el Juez de Distrito que conceda la
suspensión definitiva de los actos reclamados, incluyendo los requisitos a los que se condicione su
efectividad, como es la fijación de la garantía correspondiente, pues contra tal resolución procede el
recurso de revisión.

Las consideraciones expuestas quedaron plasmadas en la jurisprudencia P./J. 25/94, consultable en


la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Octava Época, Número 80, agosto de 1994,
página 13, cuyos rubro y texto son:

"SUSPENSIÓN DEFINITIVA. ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE


QUEJA CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE
IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.-El artículo 124 de la
Ley de Amparo establece los requisitos para la procedencia de la suspensión de los actos
reclamados a petición de parte consistentes en la solicitud del agraviado, el que no se siga perjuicio
al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden público y el que sean de difícil
reparación los daños y perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto. Por su parte,
el artículo 125 del propio ordenamiento establece como requisito para su efectividad, cuando la
suspensión de los actos reclamados pueda ocasionar daño o perjuicio a tercero, el otorgamiento de
garantía bastante, cuyo importe será fijado por el Juez de Distrito, y que deberá rendirse dentro de
los cinco días siguientes al de la notificación del auto en que se conceda la suspensión, de acuerdo
con lo previsto en los numerales 128 y 139 de la ley de la materia. Lo anterior significa que la
fijación de la garantía, en los casos en que proceda, forma parte de la resolución que concede la
suspensión de los actos reclamados por ser condicionamiento de su eficacia. Por tanto, al disponer
el artículo 83, fracción II, inciso a), de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107
Constitucionales que procede el recurso de revisión contra las resoluciones de los Jueces de Distrito
o del superior del tribunal responsable en las cuales se conceda la suspensión definitiva, debe
considerarse que procede este recurso cuando se impugnen ya sea los requisitos de procedencia que
se estimaron satisfechos para otorgarla, o bien los requisitos que deben llenarse para que ésta surta
sus efectos, o ambos; es decir, el recurso de revisión será procedente contra la resolución que
concede la suspensión definitiva aunque sólo se impugne la garantía a la que se sujetó su
efectividad por ser parte integrante de la misma, siendo, por tanto, improcedente el recurso de queja
contra tal interlocutoria porque la procedencia del recurso de revisión excluye la del de queja en
términos del artículo 95, fracción VI, de la Ley de Amparo."

Si bien el criterio anterior y las consideraciones que le dieron origen resultan ilustrativos, se estima
pertinente señalar que, en el caso, la divergencia de criterios que se examina encuentra su génesis en
la aplicación de lo dispuesto por la Ley de Amparo actualmente vigente, cuya regulación en torno a
los recursos en el juicio constitucional y sus supuestos de procedencia, particularmente en cuanto a
la queja, sufrió modificaciones respecto de la legislación abrogada, lo que revela la necesidad de
fijar un criterio interpretativo con relación a la normatividad en vigor.

Ciertamente, mientras que al resolver la citada contradicción de tesis 7/93, el Tribunal Pleno
examinó el contenido, entre otros, del artículo 95, fracción VI, de la Ley de Amparo anterior,(2)
para verificar la procedencia del recurso de queja contra la interlocutoria dictada en el incidente de
suspensión, los órganos contendientes en este asunto partieron de la interpretación del diverso 97,
fracción I, inciso c), del ordenamiento actual, que consigna un supuesto que no existía en la
legislación abrogada.(3)

Sentado lo anterior, y con el propósito de solucionar la problemática que ahora nos ocupa, conviene
tener presente lo dispuesto por los artículos 81, fracción I, inciso a), y 97, fracción I, inciso c), de la
Ley de Amparo vigente a partir del tres de abril de dos mil trece, que son del tenor siguiente:

"Artículo 81. Procede el recurso de revisión:

"I. En amparo indirecto, en contra de las resoluciones siguientes:

"a) Las que concedan o nieguen la suspensión definitiva; en su caso, deberán impugnarse los
acuerdos pronunciados en la audiencia incidental;"

"Artículo 97. El recurso de queja procede:

"I. En amparo indirecto, contra las siguientes resoluciones: ...

"c) Las que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan los requisitos
legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes;"

De la primera disposición transcrita se desprende que, tratándose del amparo en la vía indirecta, el
recurso de revisión procede, entre otros supuestos, contra las resoluciones que concedan o nieguen
la suspensión definitiva, incluyendo los acuerdos pronunciados en la audiencia incidental, en su
caso.

A su vez, de la segunda norma citada se observa que, en amparo indirecto, el recurso de queja
procede, entre otras hipótesis, contra las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o
contrafianzas, o admitan las que no reúnan los requisitos legales o que puedan resultar excesivas o
insuficientes.

Ahora bien, los artículos 128, 132 y 136 de la propia Ley de Amparo prevén:

"Artículo 128. Con excepción de los casos en que proceda de oficio, la suspensión se decretará, en
todas las materias salvo las señaladas en el último párrafo de este artículo, siempre que concurran
los requisitos siguientes:

"I. Que la solicite el quejoso; y

"II. Que no se siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de orden público.

"La suspensión se tramitará en incidente por separado y por duplicado.

"Las normas generales, actos u omisiones del Instituto Federal de Telecomunicaciones y de la


Comisión Federal de Competencia Económica, no serán objeto de suspensión. Solamente en los
casos en que la Comisión Federal de Competencia Económica imponga multas o la
desincorporación de activos, derechos, partes sociales o acciones, éstas se ejecutarán hasta que se
resuelva el juicio de amparo que, en su caso, se promueva."

"Artículo 132. En los casos en que sea procedente la suspensión pero pueda ocasionar daño o
perjuicio a tercero y la misma se conceda, el quejoso deberá otorgar garantía bastante para reparar
el daño e indemnizar los perjuicios que con aquélla se causaren si no obtuviere sentencia favorable
en el juicio de amparo.

"Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero interesado que no sean estimables
en dinero, el órgano jurisdiccional fijará discrecionalmente el importe de la garantía.

"La suspensión concedida a los núcleos de población no requerirá de garantía para que surta sus
efectos."

"Artículo 136. La suspensión, cualquiera que sea su naturaleza, surtirá sus efectos desde el
momento en que se pronuncie el acuerdo relativo, aun cuando sea recurrido.

"Los efectos de la suspensión dejarán de surtirse, en su caso, si dentro del plazo de cinco días
siguientes al en que surta efectos la notificación del acuerdo de suspensión, el quejoso no otorga la
garantía fijada y así lo determina el órgano jurisdiccional. Al vencimiento del plazo, dicho órgano,
de oficio o a instancia de parte, lo notificará a las autoridades responsables, las que podrán ejecutar
el acto reclamado. No obstante lo anterior, mientras no se ejecute, el quejoso podrá exhibir la
garantía, con lo cual, de inmediato, vuelve a surtir efectos la medida suspensional."

La reproducción que precede permite advertir que, para la concesión de la suspensión de los actos
reclamados, deben reunirse los requisitos que para su procedencia prevé el numeral 128, así como,
en su caso, cumplir el quejoso con la exigencia legal de garantizar los daños o perjuicios que con tal
medida puedan ocasionarse a un tercero, atendiendo al importe que fije el Juez de Distrito y dentro
del plazo de cinco días siguientes al en que surta efectos la notificación respectiva, para que la
suspensión no deje de surtir efectos.

Lo anterior, implica que la concesión de la suspensión de los actos reclamados a petición de parte
estará siempre sujeta a los requisitos de procedencia establecidos en el artículo 128 de la Ley de
Amparo y, en algunos casos, también al requisito de efectividad de otorgar garantía cuando esa
medida pueda ocasionar daño o perjuicio a terceros, la que deberá otorgarse en la cantidad que fije
el juzgador y en el lapso de cinco días, especificado en el diverso 136, segundo párrafo, del mismo
ordenamiento.

Consecuentemente, como primera conclusión, puede establecerse que la fijación de la garantía,


como requisito de efectividad de la concesión de la suspensión de los actos reclamados, forma parte
de la resolución que concede dicha medida cautelar, por ser condicionamiento de su eficacia.

En efecto, al disponer el artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo, que procede el
recurso de revisión contra las resoluciones de los Jueces de Distrito que concedan la suspensión
definitiva de los actos reclamados, debe entenderse que procede contra todo lo que tal resolución
implica, es decir, comprende la impugnación tanto de la decisión atinentea la satisfacción de los
requisitos de procedencia de la medida cautelar, como del condicionamiento de la suspensión al que
se haya sujetado su efectividad, como es la fijación de la garantía correspondiente, pues esta última
también forma parte integrante de dicha resolución y no puede desvincularse de ella.

Lo anterior, máxime que la legislación de la materia no establece alguna distinción al señalar que
procede el recurso de revisión contra la resolución del Juez que conceda la suspensión definitiva, es
decir, no acota su procedencia a aquellos casos en que únicamente se cuestionen los requisitos de
procedencia que en tal resolución se hayan tenido o no por satisfechos, sino que de manera general
consigna la procedencia de la revisión en contra de las interlocutorias que resuelvan sobre la
suspensión, siendo que el apartado relativo al establecimiento de garantía a favor del tercero
también es parte integrante de esa resolución.

Por consiguiente, esta Segunda Sala comparte el criterio sustentado por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Administrativa del Segundo Circuito y el Quinto Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Tercer Circuito, consistente en que el recurso de queja es improcedente contra la
interlocutoria dictada por el Juez de Distrito que conceda la suspensión definitiva de los actos
reclamados, incluyendo los requisitos a los que se condicione su efectividad, como es la fijación de
la garantía respectiva, pues contra tal resolución procede el recurso de revisión, con fundamento en
el artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo.

La afirmación que precede se corrobora de la circunstancia de que, en términos del artículo 97,
fracción I, inciso c), del ordenamiento apuntado, en amparo indirecto, el recurso de queja es
procedente contra las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, o admitan las
que no reúnan los requisitos legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes.

Ciertamente, si la queja procede contra la resolución que admita o rehúse fianzas o contrafianzas,
siendo que la interlocutoria que decide sobre el otorgamiento de la suspensión no se ocupa de ese
aspecto, sino únicamente de fijar el importe que debe cubrirse por concepto de garantía a favor del
tercero interesado, lo cual es una cuestión previa, resulta patente que esta última determinación sólo
es impugnable en revisión, pues como se adelantó, la sujeción a la exhibición de garantía, como
requisito de efectividad, forma parte de la resolución que concede la medida cautelar, en tanto que
la admisión o rechazo de una fianza o contrafianza necesariamente tendrá lugar en un auto posterior
al dictado de la interlocutoria en la que se señale la garantía correspondiente.

No está por demás mencionar que, por razones lógicas y en aras de generar certeza jurídica a las
partes en el juicio, la procedencia de un recurso en contra de un acto concreto genera la inviabilidad
de otro en contra de la misma actuación, de lo que resulta que no es jurídicamente aceptable que
una misma determinación, en este caso, la interlocutoria que decide sobre la concesión o negativa
de la suspensión definitiva, admita a la vez tanto recurso de revisión como de queja, atendiendo al
punto que constituye la materia de impugnación, ya sea la concesión o negativa de la medida
cautelar, o bien, la garantía fijada.

En otras palabras, de sostener que en el artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo [que
autoriza la procedencia del recurso de queja en contra de las resoluciones que rehúsen la admisión
de fianzas o contrafianzas, o admitan las que no reúnan los requisitos legales o que puedan ser
excesivas o insuficientes], quedan comprendidas las resoluciones que concedan o nieguen la
suspensión definitiva sólo en la parte en la que se provea sobre la garantía como requisito de
efectividad, llevaría al extremo de establecer la procedencia de dos recursos [queja y revisión] en
contra de una misma resolución [interlocutoria dictada en el incidente de suspensión], además de
que la procedencia de dichos medios de defensa se sujetaría a lo expuesto por los inconformes en
sus agravios y no atendiendo a la resolución que se pretende combatir.

Corolario de lo expuesto es que, de conformidad con el artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley
de Amparo vigente a partir del tres de abril de dos mil trece, el recurso de revisión es procedente
contra las resoluciones de los Jueces de Distrito en las que concedan o nieguen la suspensión
definitiva de los actos reclamados, hipótesis que comprende tanto la impugnación de la valoración
efectuada en torno a la acreditación de los requisitos de procedencia necesarios para el otorgamiento
de la medida, como del condicionamiento al que se haya sujetado su efectividad, como es el monto
de la garantía a favor del tercero interesado, pues forma parte integrante de dicha resolución, sin que
sea factible desvincularla de ella.

En atención a lo antes considerado, esta Segunda Sala establece, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 217 de la Ley de Amparo, que debe prevalecer, con carácter obligatorio, el criterio
que aquí se sustenta, el cual queda redactado con el título, subtítulo y texto que a continuación se
indican:

SUSPENSIÓN DEFINITIVA. CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE LA NIEGA O LA


CONCEDE, ES PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE QUEJA, AUN
CUANDO SÓLO SE IMPUGNE LA GARANTÍA A LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD
(LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL TRES DE ABRIL DE DOS MIL TRECE). El
artículo 128 de la Ley de Amparo establece los requisitos para la procedencia de la suspensión de
los actos reclamados a petición de parte, mientras que los artículos 132 y 136 del propio
ordenamiento prevén como requisito para su efectividad, cuando la suspensión de los actos
reclamados pueda ocasionar daño o perjuicio a un tercero, el otorgamiento de garantía bastante para
reparar la afectación que con aquélla llegue a causarse si el quejoso no obtiene sentencia favorable,
cuyo importe será fijado por el Juez de Distrito, y que deberá constituirse dentro de los cinco días
siguientes al en que surta efectos la notificación del acuerdo de suspensión. Lo anterior implica que
la fijación de la garantía, como requisito de efectividad de la concesión de la suspensión de los actos
reclamados, forma parte de la resolución que otorga dicha medida cautelar, por ser
condicionamiento de su eficacia. Consecuentemente, al disponer el artículo 81, fracción I, inciso a),
de la Ley de Amparo, que el recurso de revisión es procedente contra las resoluciones de los Jueces
de Distrito que decidan sobre la suspensión definitiva de los actos reclamados, debe entenderse que
procede contra todo lo que tal resolución involucra, es decir, comprende la impugnación tanto de la
decisión atinente a la satisfacción de los requisitos de procedencia de la medida cautelar, como del
condicionamiento de la suspensión al que se haya sujetado su efectividad, como es la fijación de la
garantía correspondiente, pues como esta última también forma parte integrante de dicha
interlocutoria, no puede desvincularse de ella; es decir, el recurso de revisión será procedente contra
la resolución que concede la suspensión definitiva aunque sólo se cuestione la garantía a la que se
sujetó su efectividad, siendo, por tanto, improcedente el recurso de queja contra esa resolución,
porque la procedencia del recurso de revisión excluye la del de queja, máxime que, en términos del
artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo, la queja es procedente contra las
resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, o admitan las que no reúnan los
requisitos legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes, siendo que la interlocutoria que
decide sobre el otorgamiento de la suspensión no se ocupa de ese aspecto, sino únicamente de fijar
el monto que debe cubrirse por concepto de garantía a favor del tercero interesado, lo cual es una
cuestión previa, en tanto que la admisión o rechazo de una fianza o contrafianza necesariamente
tendrá lugar en un auto posterior al dictado de la interlocutoria en la que se señale la garantía
respectiva.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO.-Sí existe la contradicción entre los criterios a que este expediente se refiere.

SEGUNDO.-Debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por esta


Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los términos redactados en el último
considerando de la presente resolución.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución a los Tribunales Colegiados de Circuito


contendientes, y remítanse la indicada jurisprudencia y la parte considerativa de este fallo a la
Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis para su publicación en el Semanario
Judicial de la Federación y en su Gaceta, conforme al artículo 219 de la Ley de Amparo; y, en su
oportunidad, archívese este asunto como concluido.

Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por unanimidad de
cinco votos de los Ministros Eduardo Medina Mora I., Juan N. Silva Meza, José Fernando Franco
González Salas (ponente), Margarita Beatriz Luna Ramos y presidente Alberto Pérez Dayán.

En términos de lo dispuesto en los artículos 3, fracción XXI, 73, fracción II, 111, 113, 116, octavo y
duodécimo transitorios de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, así
como en el segundo párrafo de artículo 9 del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley Federal de Transparencia
y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se testa la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

________________

1. De conformidad con lo dispuesto en los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 226, fracción II, de la Ley de Amparo, publicada en el Diario
Oficial de la Federación el dos de abril de dos mil trece, en vigor al día siguiente de su publicación,
en términos de su artículo primero transitorio, y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, reformada el dos de abril de dos mil trece, en relación con los puntos
primero y tercero del Acuerdo General Número 5/2013 del Pleno de este Alto Tribunal, en virtud de
que el presente asunto versa sobre la posible contradicción de tesis sustentadas por Tribunales
Colegiados de diferente circuito y especialización, incluida la materia administrativa, y se estima
innecesaria la intervención del Tribunal Pleno.

2 "Artículo 95. El recurso de queja es procedente: ...

"VI. Contra las resoluciones que dicten los Jueces de Distrito, o el superior del tribunal a quien se
impute la violación en los casos a que se refiere el artículo 37 de esta ley, durante la tramitación del
juicio de amparo o del incidente de suspensión, que no admitan expresamente el recurso de revisión
conforme al artículo 83 y que, por su naturaleza trascendental y grave, puedan causar daño o
perjuicio a alguna de las partes, no reparable en la sentencia definitiva; o contra las que se dicten
después de fallado el juicio en primera instancia, cuando no sean reparables por las mismas
autoridades o por la Suprema Corte de Justicia con arreglo a la ley; ..."

3 "Artículo 97. El recurso de queja procede:

"I. En amparo indirecto, contra las siguientes resoluciones: ...

"c) Las que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan los requisitos
legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes; ..."

Esta ejecutoria se publicó el viernes 15 de enero de 2016 a las 10:15 horas en el Semanario Judicial
de la Federación.
2).-
Época: Décima Época

Registro: 2019132

Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito

Tipo de Tesis: Aislada

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 62, Enero de 2019, Tomo IV

Materia(s): Común

Tesis: XXVII.3o.152 K (10a.)

Página: 2622

RECURSO DE REVISIÓN CONTRA LA RESOLUCIÓN QUE CONCEDE LA


SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL AMPARO INDIRECTO. SU TRAMITACIÓN NO
TIENE EFECTOS SUSPENSIVOS, POR LO QUE EL PLAZO PARA GARANTIZAR LOS
DAÑOS Y PERJUICIOS TRANSCURRE DESDE LA NOTIFICACIÓN AL QUEJOSO.

El recurso de revisión previsto en el artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo,
interpuesto contra la resolución que concede la suspensión definitiva, sólo tiene efecto devolutivo,
esto es, no tiene efecto suspensivo. Lo anterior es así, porque en virtud de la naturaleza de la medida
cautelar referida, ésta surte sus efectos desde luego, por ello, no se suspende su ejecutividad aun
cuando sea recurrida. Por ello, el plazo otorgado al quejoso para garantizar los posibles daños y
perjuicios, también transcurre sin que la circunstancia de la interposición del recurso lo suspenda.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SÉPTIMO CIRCUITO.

Queja 213/2018. 6 de septiembre de 2018. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Ramón Rodríguez
Minaya. Secretario: Iván Cerón Bruno.

Esta tesis se publicó el viernes 25 de enero de 2019 a las 10:26 horas en el Semanario Judicial de la
Federación.
3).-
Época: Décima Época

Registro: 2013717

Instancia: Pleno

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 39, Febrero de 2017, Tomo I

Materia(s): Constitucional, Común

Tesis: P./J. 4/2017 (10a.)

Página: 5

RECURSO DE QUEJA INTERPUESTO CONTRA LA DETERMINACIÓN SOBRE LA


SUSPENSIÓN DEFINITIVA CON FUNDAMENTO EN LA HIPÓTESIS LEGAL DE
PROCEDENCIA "CONTRA LA DECISIÓN RECAÍDA A LA SUSPENSIÓN
PROVISIONAL". EL TRIBUNAL REVISOR DEBE DESECHARLO SIN QUE CON ELLO
VULNERE EL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA (LEYES DE AMPARO
ABROGADA Y VIGENTE).

La tutela judicial efectiva comprende el deber de los juzgadores de buscar en cada caso la
interpretación más favorable al ejercicio de la acción, por lo que, ante la duda, los requisitos y
presupuestos procesales deben interpretarse en el sentido más favorable a la plena efectividad de ese
derecho, privilegiando la tramitación del proceso respectivo, lo que también se ha identificado
como el principio pro actione, el cual inclusive se estima aplicable de manera matizada respecto de
la interposición de los medios de impugnación. Ahora bien, tanto la Ley de Amparo abrogada, en
sus artículos 95, fracción XI, y 83, fracción II, inciso a), como la vigente en sus numerales 97,
fracción I, inciso b) y 81, fracción I, inciso a), son coincidentes, en lo conducente, al prever la
procedencia del recurso de queja contra la resolución sobre la suspensión provisional y al establecer
que el recurso de revisión procede contra la resolución sobre la suspensión definitiva, ambos en los
juicios de amparo indirecto. En esa virtud, si al interponer el recurso de queja el recurrente señala
de manera clara, expresa e inequívoca, que impugna la determinación que resolvió sobre la
suspensión definitiva, pero además cita como fundamento para pretender justificar su procedencia
la hipótesis legal que prevé la posibilidad de intentar la queja contra la determinación que resuelve
sobre la suspensión provisional, el recurso debe desecharse por improcedente, ya que la clara
pretensión del recurrente es contraria a las disposiciones legales aplicables, con motivo de que la
determinación que resuelve sobre la suspensión definitiva legalmente es impugnable mediante el
recurso de revisión, lo que a su vez impide que pueda aplicarse analógica o extensivamente la
hipótesis legal sobre la procedencia del recurso de queja contra la determinación que resuelve sobre
la suspensión provisional. Lo anterior es así, sin que con ello se vulnere el derecho a una tutela
judicial efectiva, pues lejos de existir duda que amerite una interpretación respecto de los requisitos
y presupuestos procesales para impugnar la resolución que resuelve sobre la suspensión definitiva, o
sobre el recurso que el promovente quiso interponer, o con relación a la resolución que pretendió
impugnar, o respecto del fundamento en que decidió apoyar su impugnación, ocurre una clara
interposición de un recurso improcedente. Por las mismas razones, es regla general que el tribunal
revisor no debe enderezar la vía recursiva hacia el trámite del diverso recurso de revisión, pues
salvo que exista algún motivo excepcional diverso a las características descritas anteriormente, la
determinación sobre la improcedencia del recurso de queja no vulnera la tutela judicial efectiva del
recurrente.

Contradicción de tesis 256/2015. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Tercero en
Materia de Trabajo del Tercer Circuito, Primero en Materias Civil y de Trabajo del Décimo
Séptimo Circuito y Segundo en Materia de Trabajo del Tercer Circuito. 1 de diciembre de 2016.
Mayoría de siete votos de los Ministros José Fernando Franco González Salas, Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña Hernández, Javier Laynez Potisek,
Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar Morales; votó en contra Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Ausentes: José Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos y Eduardo Medina Mora I.
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Mario Gerardo Avante Juárez.

EJECUTORIA.-
Tesis y/o criterios contendientes:

Tesis XVII.1o.C.T.2 K (10a.), de rubro: "RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA


LA INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL
JUICIO DE AMPARO, EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA, DEBE TRAMITARSE COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO
PARA IMPUGNARLA POR DESECHARSE AQUÉL.", aprobada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, y publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XIII, Tomo 4, octubre de
2012, página 2749, y

El sustentado por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al
resolver la queja 141/2015.
El Tribunal Pleno, el nueve de febrero en curso, aprobó, con el número 4/2017 (10a.), la tesis
jurisprudencial que antecede. Ciudad de México, a nueve de febrero de dos mil diecisiete.

Esta tesis se publicó el viernes 24 de febrero de 2017 a las 10:26 horas en el Semanario Judicial de
la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 27 de febrero de
2017, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

Registro Núm. 27225; Décima Época; Pleno; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 43, Junio de 2017 , Tomo I, página 5.

RECURSO DE QUEJA INTERPUESTO CONTRA LA DETERMINACIÓN SOBRE LA


SUSPENSIÓN DEFINITIVA CON FUNDAMENTO EN LA HIPÓTESIS LEGAL DE
PROCEDENCIA "CONTRA LA DECISIÓN RECAÍDA A LA SUSPENSIÓN PROVISIONAL".
EL TRIBUNAL REVISOR DEBE DESECHARLO SIN QUE CON ELLO VULNERE EL
DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA (LEYES DE AMPARO ABROGADA Y
VIGENTE).

CONTRADICCIÓN DE TESIS 256/2015. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS


TRIBUNALES COLEGIADOS TERCERO EN MATERIA DE TRABAJO DEL TERCER
CIRCUITO, PRIMERO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO SÉPTIMO
CIRCUITO Y SEGUNDO EN MATERIA DE TRABAJO DEL TERCER CIRCUITO. 1 DE
DICIEMBRE DE 2016. PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA. SECRETARIO:
MARIO GERARDO AVANTE JUÁREZ.

Ciudad de México. Acuerdo del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
correspondiente al día primero de diciembre de dos mil dieciséis.

VISTOS para resolver los autos de la contradicción de tesis 256/2015, entre el criterio sustentado
por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito y Segundo Tribunal
Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito.

RESULTANDO:

PRIMERO.-El siete de septiembre de dos mil quince, se recibió en la Oficina de Certificación


Judicial y Correspondencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el oficio 14/2015-ST,
signado por los Magistrados integrantes del Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, a través del cual, denunciaron la contradicción de criterios, entre los sustentados
por ese órgano colegiado, al resolver el recurso de queja 141/2015; el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al resolver el recurso de queja 34/2015 y el recurso de
reclamación 9/2015; así como el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del
Décimo Séptimo Circuito, al resolver el recurso de queja civil 60/2012, del que derivó la tesis
aislada, de rubro: "RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA LA
INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL JUICIO
DE AMPARO, EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA,
DEBE TRAMITARSE COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO PARA
IMPUGNARLA POR DESECHARSE AQUÉL."(1)

SEGUNDO.-Recibidos los autos, mediante proveído de diez de septiembre de dos mil quince, el
presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación: i) admitió a trámite la denuncia de
posible contradicción y la registró con el número 256/2015; ii) advirtió que el problema materia del
presente asunto estaba relacionado con la diversa contradicción de tesis 172/2014,(2) turnada al
Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, por lo que ordenó turnarlo a dicho Ministro ponente; iii)
solicitó al Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito y al Primer
Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, que remitieran la
copia certificada de las ejecutorias dictadas en los asuntos de su índice, debiendo informar si el
criterio sostenido en ellas continuaba vigente; y, iv) ordenó dar vista a los Plenos de Circuito
respectivos para su conocimiento, respecto de la integración de la presente contradicción.

Mediante acuerdo de diecisiete de septiembre de dos mil quince,(3) el Primer Tribunal Colegiado
en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito remitió a este Alto Tribunal, la versión
digitalizada del recurso de queja 60/2012 e informó que el criterio sustentado en la resolución
plenaria tomada en ella, continuaba vigente. Por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia de Trabajo del Tercer Circuito remitió los autos de veintidós de septiembre de dos mil
quince y de once de febrero de dos mil dieciséis,(4) en los cuales ordenó remitir las resolución del
recurso de queja 9/2015 y del proveído de diez de marzo de dos mil quince dictado en el recurso de
queja 34/2015, e informó que el criterio sostenido en ellas se encontraba vigente.

Por acuerdo de veintitrés de febrero de dos mil dieciséis,(5) el presidente de este Alto Tribunal tuvo
por recibidas tales comunicaciones y consideró que el presente asunto se encontraba debidamente
integrado, por lo que ordenó el envío de los autos al Ministro ponente.

Por acuerdo de diecisiete de mayo de dos mil dieciséis, la Primera Sala de este Alto Tribunal se
avocó al conocimiento del presente asunto.(6) En sesión de veintinueve de junio de dos mil
dieciséis, los Ministros integrantes de la Primera Sala acordaron el envío de los autos al Pleno de
este Alto Tribunal para su conocimiento y resolución.(7) En ese sentido, el presidente de la
Suprema Corte dictó proveído en el que ordenó que se devolvieran los autos al Pleno del Tribunal.
(8)

CONSIDERANDO:

PRIMERO.-Competencia. Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer y resolver el presente asunto, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 94, párrafo octavo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 225 y
226, fracción II, de la Ley de Amparo y 10, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, en relación con el punto segundo, fracción VII, del Acuerdo General Plenario
Número 5/2013, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de dos mil
trece, toda vez que se trata de una contradicción de tesis sustentada entre Tribunales Colegiados de
diverso circuito en un tema que pertenece a la materia común.

Lo anterior tiene sustento en el criterio emitido por el Pleno de este Alto Tribunal, contenido en la
tesis P. I/2012 (10a.), de rubro: "CONTRADICCIÓN DE TESIS ENTRE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE DIFERENTE CIRCUITO. CORRESPONDE CONOCER DE ELLAS A LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO
107, FRACCIÓN XIII, PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN
EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 6 DE JUNIO DE 2011)."

SEGUNDO.-Legitimación. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima, de


conformidad con lo previsto por los artículos 107, fracción XIII, segundo párrafo, constitucional y
226, fracción II y 227, fracción II, de la Ley de Amparo vigente, pues en el caso, fue realizada por
los Magistrados integrantes del Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer
Circuito, órgano que sostuvo uno de los criterios que motivaron la presente contradicción de tesis.

TERCERO.-Criterios contendientes. Para poder resolver el presente asunto, en primer lugar, debe
determinarse si, en el caso, existe contradicción de criterios, para lo cual, es necesario analizar las
ejecutorias que participan en la misma.

I. El diecisiete de agosto de dos mil doce, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de
Trabajo del Décimo Séptimo Circuito dictó resolución en el recurso de queja 60/2012, del que es
necesario conocer los antecedentes siguientes, que se desprenden del cuerpo de esa ejecutoria:

1. El diez de agosto de dos mil doce, el Juez Primero de Distrito en el Estado de Chihuahua dictó
resolución en el incidente de suspensión derivado del juicio de amparo **********, en la cual,
negó la suspensión definitiva solicitada por la parte quejosa en el juicio de amparo, respecto de
actos del Magistrado de la Cuarta Sala Civil del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado y del
Juez Tercero de lo Civil del Distrito Judicial Morelos, ambos del Estado de Chihuahua.

2. En contra de tal determinación, el autorizado de la parte quejosa interpuso recurso de queja el


quince de agosto de dos mil doce. Dicho medio de impugnación se resolvió conforme a la Ley de
Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece. En su resolución, el Tribunal Colegiado
estableció lo siguiente:

• Del escrito de agravios del recurrente, se advierte que interpuso recurso de queja, en términos de
lo previsto en el artículo 95, fracción XI, de la Ley de Amparo (abrogada),(9) contra la resolución
interlocutoria que negó la suspensión definitiva.

• El recurso de queja debe desecharse por improcedente, toda vez que el artículo 95 de la Ley de
Amparo no prevé supuesto alguno en el que se establezca la procedencia del recurso de queja en
contra de la resolución que decida sobre la suspensión definitiva.
• Por su parte, el artículo 83, fracción II, inciso a), de la Ley de Amparo(10) establece la
procedencia del recurso de revisión en contra de las resoluciones que concedan o nieguen la
suspensión definitiva. Por lo tanto, la resolución de diez de agosto de dos mil doce, por la que se
negó la suspensión definitiva solicitada, sólo es impugnable a través del recurso de revisión, y no el
de queja.

• No obstante, en atención a la naturaleza de la resolución recurrida y la pretensión exteriorizada por


la recurrente, en concordancia con el derecho humano de tutela judicial efectiva, debe tramitarse y
resolverse el presente asunto, de conformidad con el medio de defensa idóneo, esto es, el recurso de
revisión.

• En los artículos 83 y 95 de la Ley de Amparo, el legislador federal estableció los supuestos de


procedencia de los recursos de revisión y de queja, atendiendo a la naturaleza de las resoluciones y
a la finalidad de cada uno de tales medios de defensa. Mientras la fracción XI del artículo 95(11)
prevé la procedencia del recurso de queja contra la resolución que concede o niega la suspensión
provisional, la fracción II, inciso a), del artículo 83 prevé la procedencia del recurso de revisión
contra la resolución que concede o niega la suspensión definitiva. Conforme a la propia Ley de
Amparo, los Tribunales Colegiados serán competentes para conocer de ambos recursos.

• De acuerdo a una interpretación sistemática de los artículos 17 constitucional, 8.1 y 25 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, la tutela jurisdiccional es el derecho público
subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y los términos que fijen las leyes, para
acceder de manera expedita a tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o
defenderse de ella, con el fin de que, a través de un proceso en el que se respeten ciertas
formalidades, se decida sobre la pretensión o defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión, para lo
cual, deben implementarse los mecanismos adecuados para desarrollar la posibilidad del recurso
judicial.

• De ahí que es factible y obligatorio, en observancia del principio de tutela judicial efectiva, que
con base en el examen exhaustivo del escrito de interposición de un recurso, en concordancia con la
resolución impugnada, sin imponer formulismos o rigorismos innecesarios, si el inconforme
interpone recurso de queja previsto en la fracción XI «del» artículo 95 de la Ley de Amparo, en
contra de la interlocutoria que define la suspensión definitiva en un juicio de amparo, la cual es
impugnable a través del recurso de revisión, debe darse entrada al recurso con base en los
lineamientos que rigen al recurso de revisión; sobre todo, si el propio sistema normativo permite
que sea sólo una la autoridad competente para conocer de ellos, esto es, los Tribunales Colegiados,
quienes tienen conocimiento técnico sobre la materia de cada uno de ellos, además de que están
constreñidos a tutelar la posibilidad del recurso judicial.

• Por lo tanto, si en el caso el recurrente externó su voluntad de impugnar la resolución en la que se


negó la suspensión definitiva solicitada, no obstante que le haya denominado recurso de queja, debe
darse entrada al recurso idóneo (revisión) para obtener una decisión de fondo sobre su pretensión.

• De esa ejecutoria derivó la tesis aislada XVII.1o.C.T.2 K (10a.), de rubro y texto siguientes:

"RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE


RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL JUICIO DE AMPARO, EN
OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA, DEBE TRAMITARSE
COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO PARA IMPUGNARLA POR
DESECHARSE AQUÉL. De la interpretación sistemática de los artículos 17 constitucional y 8,
numeral 1 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, se advierte que la tutela
jurisdiccional es el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y
términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita -esto es, sin obstáculos- a tribunales
independientes e imparciales a plantear una pretensión o defenderse de ella, con el fin de que a
través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la
defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión, para ello deben implementarse los mecanismos
necesarios y eficaces para desarrollar la posibilidad del recurso judicial. De ahí que, en observancia
al principio de tutela judicial efectiva, si se interpone el recurso de queja previsto en la fracción XI
del numeral 95 de la Ley de Amparo, contra la interlocutoria que resuelve sobre la suspensión
definitiva en un juicio de amparo, cuyo medio de impugnación procedente es el de revisión
contemplado en el artículo 83, fracción II, inciso a), de la citada ley reglamentaria, debe tramitarse
con base en los lineamientos que lo rigen, no obstante la denominación (recurso de queja) que le
otorgó; máxime que el propio sistema normativo de los medios de impugnación de mérito, permiten
que sea sólo una autoridad la competente para conocer de ellos (Tribunal Colegiado) con pleno
conocimiento técnico sobre la materia de cada uno de ellos, a más de que se encuentra constreñida a
tutelar la posibilidad del recurso judicial."(12)

II. El trece de mayo de dos mil quince, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, dictó resolución en el recurso de reclamación 9/2015, del que es necesario conocer
los antecedentes siguientes que se desprenden del cuerpo de esa ejecutoria:

1. En el cuaderno incidental, derivado del juicio de amparo indirecto **********, promovido por el
síndico del Municipio de Puerto Vallarta, Jalisco, el Juzgado Tercero de Distrito en Materia
Administrativa y de Trabajo en el Estado de Jalisco dictó interlocutoria el veintiséis de febrero de
dos mil quince, en la que concedió la suspensión definitiva, respecto a algunos actos reclamados y
la negó respecto a otros. En contra de tal resolución, la autorizada de la parte quejosa interpuso
recurso de queja.

2. El medio de impugnación fue turnado al Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito. El diez de marzo de dos mil quince, dicho órgano dictó proveído en el recurso de
queja 34/2015, en el que estableció lo siguiente, conforme a la Ley de Amparo vigente:

• En términos del artículo 76 de la Ley de Amparo,(13) el medio ordinario de defensa para resolver
sobre la suspensión definitiva es el recurso de revisión, de acuerdo con los artículos 81, fracción I,
inciso a)(14) y 86 de la Ley de Amparo.(15)

• Por lo tanto, se debe remitir el escrito relativo a la Oficina de Correspondencia Común de los
Tribunales Colegiados en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, para que se dejen sin efectos el
registro y turno correspondientes de dicho recurso y se turne a este Tribunal Colegiado como
recurso de revisión.
3. En contra de tal determinación, la parte quejosa interpuso recurso de reclamación,(16) del que
conoció dicho Tribunal Colegiado, bajo el número 9/2015. El trece de mayo de dos mil quince,
dictó resolución en la que estableció lo siguiente, conforme a la Ley de Amparo vigente:

• Contrario a lo alegado, no se surte la hipótesis de procedencia del recurso de queja que prevé el
artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo.(17) De acuerdo a tal disposición, el recurso
de queja procede en contra de las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas,
admitan las que no reúnan los requisitos legales o que puedan ser excesivas o insuficientes.

• Por su parte, el artículo 81, fracción I, inciso a), de la propia ley establece la procedencia del
recurso de revisión en amparo indirecto, en contra de las resoluciones que concedan o nieguen la
suspensión definitiva, en el que deberán impugnarse los acuerdos pronunciados en audiencia
incidental. Al respecto, es importante considerar que, en la contradicción de tesis 7/93,(18) el Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que el recurso de revisión es procedente en
contra de la interlocutoria que concede la suspensión, aunque sólo se impugne la garantía a la que se
sujetó su efectividad, toda vez que la fijación de la garantía en los casos que proceda forma parte de
la resolución que concede la suspensión de los actos reclamados, por ser condicionamiento de su
eficacia.

• Por lo tanto, sería improcedente el recurso de queja planteado con fundamento en el artículo 97,
fracción I, inciso c), al interponerse en contra de la resolución interlocutoria, en la cual se resolvió
sobre la suspensión definitiva de los actos reclamados, aun cuando sólo se impugne la parte en la
que se condiciona la efectividad de la medida al otorgamiento de la garantía prevista en los artículos
132 y 136 de la Ley de Amparo. Ello, pues en contra de la interlocutoria que decida sobre la
suspensión definitiva procede el recurso de revisión.

• Lo anterior, si se toma en cuenta que una parte integrante de la interlocutoria que acuerda sobre la
suspensión definitiva es la garantía fijada para que surta efectos dicha medida cautelar, en términos
de los artículos 132 y 136, segundo párrafo, de la Ley de Amparo.

• De lo contrario, esto es, si se admitiera la procedencia del recurso de queja en contra de las
resoluciones que concedan o nieguen la suspensión definitiva sólo en la parte que provea sobre la
garantía como requisito de efectividad, llevaría al extremo de contemplar la procedencia de dos
recursos (revisión y queja) en contra de una misma resolución, con base en lo expuesto por los
recurrentes, sin atender a la resolución recurrida, lo cual es contrario al principio de certeza jurídica
que toda ley debe otorgar a los gobernados.

• No pasa desapercibido que, al resolver la contradicción de tesis 7/93, se interpretó la Ley de


Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece. No obstante, lo decidido en tal asunto se
considera aplicable, pues la Ley de Amparo sigue contemplando la procedencia del recurso de
revisión en contra de las resoluciones dictadas en el juicio de amparo indirecto que concedan o
nieguen la suspensión definitiva y, como requisito de efectividad, el otorgamiento de una garantía.

• Por lo tanto, al no actualizarse la procedencia del recurso de queja, conforme al artículo 97,
fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo, en observancia al principio de tutela judicial efectiva, el
medio de impugnación debe tramitarse con base en los lineamientos que rigen el recurso de
revisión, no obstante la determinación que se le otorgó. Sirve de apoyo a tal determinación, la tesis
XVII.1o.C.T.2 K (10a.), del Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo
Séptimo Circuito, de rubro: "RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA LA
INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL JUICIO
DE AMPARO, EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA,
DEBE TRAMITARSE COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO PARA
IMPUGNARLA POR DESECHARSE AQUÉL."

III. El veintisiete de agosto de dos mil quince, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo
del Tercer Circuito dictó resolución en el recurso de queja 141/2015, del que es necesario conocer
los antecedentes siguientes, que se desprenden del cuerpo de esa ejecutoria:

1. El veinte de agosto de dos mil quince, el Juzgado Tercero de Distrito en Materias Administrativa
y de Trabajo del Tercer Circuito dictó interlocutoria en el incidente de suspensión derivado del
juicio de amparo indirecto **********, en la que, por una parte, concedió y, porotra, negó la
suspensión definitiva solicitada por la parte quejosa.

2. En contra de tal determinación, la persona moral quejosa, por conducto de su autorizado,


interpuso recurso de queja el veinticinco de agosto de dos mil quince, el que sustentó en el artículo
97, fracción I, inciso b), de la Ley de Amparo vigente; se turnó al Tercer Tribunal Colegiado en
Materia de Trabajo del Tercer Circuito. El veintisiete de agosto de dos mil quince, dicho órgano
declaró improcedente el recurso de queja, en términos de la Ley de Amparo vigente, y conforme a
las siguientes consideraciones:

• El recurso de queja interpuesto es improcedente. Los recurrentes controvierten la resolución del


incidente de suspensión con fundamento en el artículo 97, fracción I, inciso b), de la Ley de
Amparo vigente,(19) lo cual es desacertado, porque contra la resolución de la suspensión definitiva
procede el recurso de revisión previsto en el artículo 81, fracción I, inciso a), de dicho
ordenamiento.(20) Por lo tanto, si la resolución impugnada es la interlocutoria que resolvió sobre la
suspensión definitiva, el medio de impugnación procedente es el recurso de revisión.

• No resulta viable enderezar la vía que intenta el recurrente, ya que de los agravios se desprende
que lo pretendido es combatir la interlocutoria, en la cual se resolvió sobre la suspensión definitiva
solicitada, a través del recurso de queja, para lo cual se citan los artículos 97, fracción I, inciso b) y
98 de la Ley de Amparo vigente; de modo que debe imperar el principio jurídico de congruencia
que manda obrar conforme a lo pedido.(21)

• Tampoco se puede enderezar la vía en atención al principio de tutela judicial efectiva, es decir,
que se ordene tramitar el recurso de queja interpuesto como de revisión, pues ello atentaría contra
los requisitos de procedencia establecidos por el legislador. Además, tal principio no llega al
extremo de corregir la vía, ya que no tiene el alcance de soslayar los presupuestos procesales
necesarios para la procedencia de las vías jurisdiccionales que los gobernados tengan a su alcance,
pues de lo contrario se dejarían de observar otros principios constitucionales y legales que rigen la
función jurisdiccional, en detrimento de la seguridad jurídica de los gobernados.(22)

• No pasa desapercibido lo resuelto por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, al resolver el recurso de queja 34/2015 y el diverso de reclamación 9/2015, en los
que atendiendo al principio de tutela judicial efectiva enderezó la vía, es decir, ordenó la
tramitación de un recurso de queja como si fuera de revisión. Tampoco pasa inadvertido el criterio
sustentado por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo
Circuito, de rubro: "RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA LA
INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL JUICIO
DE AMPARO, EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA,
DEBE TRAMITARSE COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO PARA
IMPUGNARLA POR DESECHARSE AQUÉL."

• Sin embargo, no se comparten dichos criterios, en el sentido de que se debe enderezar la vía en
atención al principio de tutela judicial efectiva, ya que dicho principio no prevé una protección
general en tal extremo, ya que atentaría, entre otros principios, contra la seguridad jurídica de los
gobernantes.

CUARTO.-Existencia de la contradicción de tesis. En primer lugar, debe precisarse que el objeto de


la resolución de una contradicción de tesis radica en unificar los criterios contendientes. Es decir,
para identificar si es existente la contradicción de tesis deberá tenerse como premisa generar
seguridad jurídica.

De diversos criterios de esta Suprema Corte, podemos derivar las siguientes características que
deben analizarse para determinar la existencia de una contradicción de tesis:

1. No es necesario que los criterios deriven de elementos de hecho idénticos, pero es esencial que
estudien la misma cuestión jurídica, arribando a decisiones encontradas. Sirve de sustento la
jurisprudencia: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO ADOPTAN EN SUS SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS DISCREPANTES
SOBRE UN MISMO PUNTO DE DERECHO, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LAS
CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO RODEAN NO SEAN EXACTAMENTE IGUALES."(23) y
la tesis: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. DEBE ESTIMARSE EXISTENTE, AUNQUE SE
ADVIERTAN ELEMENTOS SECUNDARIOS DIFERENTES EN EL ORIGEN DE LAS
EJECUTORIAS."(24)

2. Que los tribunales contendientes hayan resuelto alguna cuestión litigiosa en la que se vieron en la
necesidad de ejercer el arbitrio judicial, a través de un ejercicio interpretativo mediante la adopción
de algún canon o método, cualquiera que fuese;

3. Que entre los ejercicios interpretativos respectivos se encuentre al menos un tramo de


razonamiento en el que la diferente interpretación ejercida gire en torno a un mismo tipo de
problema jurídico: ya sea el sentido gramatical de una norma, el alcance de un principio, la
finalidad de una determinada institución o cualquier otra cuestión jurídica en general;

4. Que lo anterior pueda dar lugar a la formulación de una pregunta genuina acerca de si la forma de
acometer la cuestión jurídica es preferente con relación a cualquier otra que, como la primera,
también sea legalmente posible;

5. Aun cuando los criterios sustentados por los tribunales contendientes no constituyan
jurisprudencia debidamente integrada, ello no es requisito indispensable para proceder a su análisis
y establecer si existe la contradicción planteada y, en su caso, cuál es el criterio que debe
prevalecer. Sirve de apoyo la tesis de jurisprudencia: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA SU
INTEGRACIÓN NO ES NECESARIO QUE SE TRATE DE JURISPRUDENCIAS."(25)

6. Es aceptable apreciar en la contradicción de tesis argumentos que, sin constituir el argumento


central de la decisión de un tribunal, revelen de manera suficiente el criterio jurídico de un órgano
jurisdiccional respecto de un problema jurídico concreto. Sirve de apoyo la tesis, de rubro:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. LOS CRITERIOS JURÍDICOS EXPRESADOS ‘A MAYOR
ABUNDAMIENTO’ SON DE TOMARSE EN CUENTA PARA RESOLVER AQUÉLLA."(26)

De acuerdo con lo anterior, este Tribunal Pleno considera que, en el presente caso, no existe
contradicción de tesis, por lo que hace al criterio sostenido por el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, al resolver el recurso de queja 60/2012, y
el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al resolver el recurso de
reclamación 9/2015, toda vez que, por un lado, analizaron supuestos jurídicos diversos y, por otro,
sostuvieron criterios sustancialmente coincidentes, en relación con la procedencia de reencausar el
recurso de queja como revisión. Se explica:

Al resolver el recurso de reclamación 9/2015, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo


del Tercer Circuito se concentró en determinar si, en términos de lo alegado por la recurrente, era o
no procedente el recurso de queja previsto en el artículo 97, fracción I, inciso c),(27) de la Ley de
Amparo vigente, en contra de la interlocutoria que decide sobre la suspensión definitiva, cuando el
motivo de impugnación sea lo excesivo de la garantía fijada por el Juez de amparo para garantizar
los daños y perjuicios que se pudieren ocasionar al tercero perjudicado con motivo del otorgamiento
de la suspensión; sobre lo cual, llegó a la conclusión de que el recurso procedente era el de revisión,
toda vez que se actualizaba la hipótesis del artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo
vigente; por lo que atendiendo al principio de tutela judicial efectiva, el medio de impugnación
debía tramitarse con base en los lineamientos que rigen al recurso de revisión.(28)

Por su parte, al resolver el recurso de queja 60/2012, el Primer Tribunal Colegiado en Materias
Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito determinó que en el escrito de agravios la
recurrente interpuso recurso de queja, en términos de lo previsto en el artículo 95, fracción XI, de la
Ley de Amparo (abrogada),(29) contra la resolución interlocutoria que negó la suspensión
definitiva; pero que tal precepto no prevé la procedencia del recurso de queja en contra de la
resolución que niega la suspensión definitiva; respecto a lo cual, dicho órgano sostuvo que el medio
de impugnación idóneo es el recurso de revisión, de conformidad con el artículo 83, fracción II,
inciso a), de la Ley de Amparo abrogada, por lo que debía desecharse la queja.

A lo que añadió que, atendiendo a la naturaleza de la resolución recurrida y la pretensión


exteriorizada del inconforme, así como al derecho humano a una tutela judicial efectiva, el recurso
debía tramitarse y resolverse de conformidad con lo dispuesto para el recurso de revisión, para
obtener una decisión de fondo sobre su pretensión; máxime que ambos medios de impugnación
permiten que sea competente para conocer de ellos el Tribunal Colegiado, el cual, con pleno
conocimiento técnico sobre la materia de cada uno de los recursos, puede interpretar el escrito de
agravios, a fin de tramitar y resolver el recurso como revisión.
De esta manera, se aprecia que los supuestos jurídicos analizados por los Tribunales Colegiados son
distintos, pues mientras en un caso se impugnó la interlocutoria que otorgó la suspensión definitiva
en virtud de que la garantía fijada en ésta era excesiva, en el otro de los supuestos el acto materia de
impugnación consistió en la interlocutoria que negó la concesión de la suspensión definitiva. Lo
anterior, de manera inequívoca, llevó a que los Tribunales Colegiados referidos analizaran hipótesis
jurídicas diferentes, ya que mientras el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito analizó la improcedencia del recurso de queja previsto en el artículo 97, fracción I,
inciso c), de la Ley de Amparo vigente, el cual prevé la procedencia de tal recurso en contra de las
resoluciones "que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan los
requisitos legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes"; la procedencia del recurso de
revisión contra ese tipo de resoluciones; y la posibilidad de corregir la vía recursiva para que se
tramitara el recurso interpuesto como revisión.

El referido Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito estudió la improcedencia del recurso
de queja, previsto en la fracción XI del artículo 95 de la Ley de Amparo abrogada, el que prevé la
procedencia de tal recurso en contra de las resoluciones que "concedan o nieguen la suspensión
provisional", la procedencia del recurso de revisión contra ese tipo de resoluciones; y la posibilidad
de corregir la vía recursiva para que se tramitara el recurso interpuesto como revisión.

De esta manera, las consideraciones de dichos Tribunales Colegiados partieron de supuestos de


hecho distintos, lo que impediría afirmar que se abordaron cuestiones jurídicas iguales.

Ello queda de relieve, al apreciar que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito conoció de un recurso en contra de la resolución en la que se otorgó en parte la
suspensión definitiva de los actos reclamados y se controvirtió el monto de la garantía fijada por el
Juez del conocimiento; mientras que el asunto bajo conocimiento del Primer Tribunal Colegiado en
Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito derivó del recurso interpuesto en contra
de la interlocutoria que negó la suspensión definitiva. Así pues, si la determinación combatida en
cada caso por la recurrente es distinta, resulta inconcuso que los Tribunales Colegiados basaron su
análisis en disposiciones normativas diferentes. De ahí que, al tratarse de supuestos fácticos y
normativos diferentes, no exista contradicción entre lo sostenido por dichos tribunales.

Lo anterior es coincidente con lo sostenido por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en la
jurisprudencia 2a./J. 43/98, de rubro y texto siguientes:

"CONTRADICCIÓN DE TESIS. ES INEXISTENTE CUANDO LOS CRITERIOS JURÍDICOS


SE BASAN EN DISPOSICIONES LEGALES DE CONTENIDO DIFERENTE.-Es inexistente la
contradicción de tesis cuando los Tribunales Colegiados examinan el mismo problema jurídico pero
lo hacen fundándose e interpretando disposiciones legales distintas y no coincidentes, de tal suerte
que, de lo sostenido por uno y otro tribunales, no puede surgir contradicción, pues para ello sería
necesario que hubieran examinado el problema jurídico a la luz de un mismo dispositivo legal o de
preceptos distintos pero que coincidan en cuanto a lo que establecen, y que hubieran sostenido
criterios diversos."(30)

Además, tiende a reforzar la consideración de que no existe contradicción de tesis entre lo


sustentado por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo
Circuito, al resolver el recurso de queja 60/2012, y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de
Trabajo del Tercer Circuito, al resolver el recurso de reclamación 9/2015, la circunstancia de que,
en relación con el alcance conducente del derecho a una tutela judicial efectiva, ambos tribunales
estimaron que si el recurso de queja interpuesto en contra de las resoluciones que analizaron,
resultaba improcedente, se le debía dar trámite a dicho medio de impugnación, conforme a los
lineamientos que rigen el recurso idóneo, esto es, el recurso de revisión, de acuerdo a la intención
exteriorizada por el recurrente y en atención al principio de tutela judicial efectiva reconocido en los
artículos 17 constitucional, así como 8 y 25.1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

En efecto, al resolver el recurso de queja 60/2012, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y
de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito determinó que el recurso de queja interpuesto por la
quejosa resultaba improcedente, ya que la resolución que decide sobre la suspensión definitiva sólo
es impugnable a través del recurso de revisión. No obstante, determinó que, en atención a la
naturaleza de la resolución recurrida, la pretensión exteriorizada por la recurrente, así como al
derecho humano de tutela judicial efectiva, debía tramitarse y resolverse el recurso de conformidad
con el medio de defensa idóneo, es decir, el recurso de revisión; sobre todo si el propio sistema
normativo permite que sea sólo una la autoridad competente para conocer de ellos, esto es, los
Tribunales Colegiados, quienes tienen conocimiento técnico sobre la materia de cada uno de ellos.

Por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al resolver
el recurso de reclamación 9/2015, determinó que el recurso de queja interpuesto por la recurrente,
en términos del artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo vigente, era improcedente, ya
que el recurso idóneo para combatir las resoluciones que concedan o nieguen la suspensión
definitiva, aunque se pretenda combatir el importe de las garantías, era el recurso de revisión, en
términos del artículo 81, fracción I, inciso a), del propio ordenamiento. Sin embargo, estimó que, en
observancia al principio de tutela judicial efectiva, el recurso interpuesto debía tramitarse con base
en los lineamientos que rigen el recurso de revisión, sin importar la determinación que le otorgó la
recurrente.

De lo anterior se desprende que el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del
Décimo Séptimo Circuito y el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer
Circuito, aunque analizaron problemas jurídicos distintos, fueron sustancialmente coincidentes, en
cuanto a que, aun cuando sendos recursos de queja interpuestos por las recurrentes eran
improcedentes; en atención al principio de tutela judicial efectiva se debía dar trámite y resolver
dichos medios de impugnación conforme a las reglas del recurso procedente para el caso, esto es, el
recurso de revisión.

De ahí que no haya contradicción de tesis en cuanto a lo decidido por dichos tribunales en los
asuntos referidos, toda vez que, por un lado, analizaron supuestos normativos, cuyo contenido es
distinto, para determinar la improcedencia del recurso de queja interpuesto y, por otro lado, fueron
sustancialmente coincidentes en determinar que sin importar la denominación del recurso
interpuesto en contra de las resoluciones impugnadas, se debía darles trámite conforme a las reglas
del recurso de revisión, con el fin de garantizar el derecho a la tutela judicial efectiva.
En otro orden de ideas, se considera que sí existe contradicción de tesis, por lo que hace al criterio
sostenido por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo
Circuito, al resolver el recurso de queja 60/2012, y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de
Trabajo del Tercer Circuito, en el recurso de queja 141/2015.

Lo anterior, puesto que el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo
Séptimo Circuito sostuvo que si bien el recurso de queja interpuesto en contra de la resolución que
negó la suspensión definitiva era improcedente, ya que el medio de defensa idóneo era el recurso de
revisión, en observancia del principio de tutela judicial efectiva reconocido en los artículos 17
constitucional, 8 y 25.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, y con base en el
examen exhaustivo del escrito de interposición del recurso y en concordancia con la resolución
impugnada, debía tramitarse el recurso interpuesto conforme a los lineamientos que rigen al recurso
de revisión, sin imponer formulismos o rigorismos innecesarios; además de que los Tribunales
Colegiados eran competentes para conocer de ambos medios de impugnación, por lo que tienen
conocimiento técnico sobre la materia de cada uno de ellos. En ese sentido, estimó que si, en el
caso, la recurrente externó su voluntad de impugnar la resolución en la que se negó la suspensión
definitiva solicitada, no obstante que le haya denominado recurso de queja, debía darse entrada al
recurso idóneo (revisión) para obtener una decisión de fondo sobre su pretensión.

Además, manifestó estar en desacuerdo con el criterio del otro tribunal contendiente, en lo relativo a
que: no se debe enderezar la vía que intenta el recurrente, es decir, que el recurso de queja
improcedente se ordene tramitar como de revisión, porque si de los agravios se desprende que lo
pretendido es interponer el recurso de queja, debe imperar el principio jurídico de congruencia que
manda obrar conforme a lo pedido; y que tampoco se puede enderezar la vía en atención al
principio de tutela judicial efectiva, pues ello atentaría contra los requisitos de procedencia
establecidos por el legislador, además de que la tutela judicial efectiva no llega a ese extremo, pues
no tiene el alcance de soslayar los presupuestos procesales necesarios para la procedencia de las
vías jurisdiccionales, y que, de estimar lo contrario, se dejarían de observar otros principios
constitucionales y legales que rigen la función jurisdiccional, en detrimento de la seguridad jurídica
de los gobernados.

En estos términos, este Alto Tribunal advierte que el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y
de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito sostuvieron criterios opuestos respecto a la misma cuestión jurídica, esto es, la
forma de tramitar un recurso de queja interpuesto con base en la hipótesis legal de procedencia "en
contra de la decisión recaída a la suspensión provisional", cuando resulta improcedente por
interponerse en contra de la determinación sobre la suspensión definitiva, que es impugnable
mediante revisión; y si ante tal improcedencia, el tribunal de amparo debe enderezar la vía para
tramitar el recurso como revisión,con base en el derecho a una tutela judicial efectiva, o si sólo debe
desechar el recurso de queja, por no vulnerarse con ello el derecho a una tutela judicial efectiva.

Al respecto, el mencionado Tribunal Colegiado del Décimo Séptimo Circuito consideró que, en
atención al principio de tutela judicial efectiva, el Tribunal Colegiado está constreñido a dar trámite
al medio de impugnación conforme a los lineamientos del recurso de revisión. Por su parte, el
Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito estimó que no resulta viable
enderezar la vía que intenta el recurrente pues, por un lado, si se advierte que lo pretendido es
interponer el recurso de queja, debe imperar el principio jurídico de congruencia que manda obrar
conforme a lo pedido y, por otro, en virtud de que el principio de tutela judicial efectiva no llega al
extremo de corregir la vía, ya que no tiene el alcance de soslayar los presupuestos procesales
necesarios para la procedencia de los recursos previsto en ley, pues de lo contrario se dejarían de
observar otros principios constitucionales y legales que rigen la función jurisdiccional, en
detrimento de la seguridad jurídica de los gobernados.

De esta manera, resulta inconcuso que el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo
del Décimo Séptimo Circuito y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer
Circuito llegaron a conclusiones opuestas, al analizar la misma cuestión jurídica, el cual se puede
resumir de la siguiente manera: ¿Cuál es la forma de tramitar un recurso de queja interpuesto con
fundamento en la hipótesis legal de procedencia ‘en contra de la decisión recaída a la suspensión
provisional’, cuando expresamente se promueve en contra de la determinación sobre la suspensión
definitiva, que es impugnable mediante revisión? ¿Enderezar la vía para tramitar y resolver el
recurso como revisión con base en el derecho a una tutela judicial efectiva; o desechar el recurso de
queja por improcedente, sin que con ello vulnere el derecho a la tutela judicial efectiva del
recurrente?

No resulta óbice para estimar que existe la contradicción de tesis respecto a tal cuestión, el hecho de
que el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito haya
analizado la procedencia del recurso interpuesto conforme a la Ley de Amparo vigente hasta el dos
de abril de dos mil trece, y el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito
haya basado su análisis en la Ley de Amparo vigente. Ello, pues en lo conducente, ambos
ordenamientos son coincidentes, por un lado, en prever como hipótesis específica de procedencia
del recurso de queja "en contra de la resolución sobre la suspensión provisional";(31) y en
establecer que el recurso de revisión es procedente "en contra de la resolución del Juez de Distrito
que concede o niega la suspensión definitiva".(32) Así pues, se observa que la discrepancia de
criterios no deriva del contenido de las normas aplicadas, sino del ejercicio interpretativo realizado
por los tribunales contendientes.

QUINTO.-Estudio.

Este Tribunal Pleno estima que debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio relativo a
que, en los juicios de amparo indirecto, cuando un recurso de queja se interpone expresamente "en
contra de la determinación sobre la suspensión definitiva (la que es impugnable mediante
revisión)", pero con fundamento en la hipótesis legal de procedencia del recurso de queja "en contra
de la decisión recaída a la suspensión provisional"; es regla general que el tribunal revisor debe
desechar el recurso de queja, sin que pueda enderezar la vía para tramitar el recurso como revisión,
lo que no vulnere la tutela judicial efectiva del recurrente.

Lo anterior, con base en las siguientes consideraciones:

I. Tutela judicial efectiva

Esta Suprema Corte ya se ha pronunciado en relación con la tutela judicial efectiva, como se aprecia
en la ejecutoria que resolvió el juicio de amparo directo en revisión 1080/2014,(33) del que se
estima conveniente retomar diversas consideraciones.
La tutela judicial efectiva es el derecho humano que toda persona tiene para acceder, de manera
expedita dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, a tribunales independientes e
imparciales a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin de que, a través de un
proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la defensa y, en
su caso, se ejecute esa decisión. Dicho de otra manera, consiste en la posibilidad de ser parte dentro
de un proceso y promover la actividad jurisdiccional que, una vez cumplidos los respectivos
requisitos procesales, permita obtener una decisión en la que se resuelva sobre las pretensiones
deducidas.(34)

El derecho humano a la tutela judicial efectiva aparece reconocido en los artículos 8.1 y 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 17 de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos.

Una expresión de este derecho, impone al legislador que las normas relativas a la regulación de
procesos judiciales, no deben contener límites irracionales o requisitos impeditivos u
obstaculizadores que sean innecesarios, excesivos o carentes de razonabilidad o proporcionalidad
respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador. Lo que involucra que el
legislador puede establecer los plazos y términos conforme a los cuales se administra la justicia por
parte del Estado, con el fin de lograr que las instancias de justicia constituyan un mecanismo
expedito, eficaz y confiable para dirimir cualquier conflicto judicial, siempre que las condiciones o
presupuestos procesales que se establezcan encuentren sustento, idoneidad y proporcionalidad en
los diversos principios o derechos consagrados en la Constitución General.

Otra vertiente del derecho a la tutela judicial efectiva apunta hacia el deber de los juzgadores de
buscar en cada caso la interpretación más favorable al ejercicio de la acción, por lo que ante la duda,
los requisitos y presupuestos procesales deben interpretarse en el sentido más favorable a la plena
efectividad de ese derecho, privilegiando la tramitación del proceso respectivo, lo que también se ha
identificado como el principio pro actione.(35)

Ahora bien, el derecho humano a la tutela judicial efectiva, si bien importa de manera destacada
obtener el inicio de un proceso, su efecto protector tiene el alcance de prolongarse durante toda la
tramitación del juicio para permitir a las partes que incorporen las cuestiones tendentes a nutrir,
depurar, regularizar o corregir el procedimiento o las decisiones judiciales que lo integran, obtener
la resolución firme correspondiente y, en su caso, ejecutar la decisión judicial fijada en sentencia
ejecutoria.

En relación con este último alcance, cabe hacer dos precisiones:

Uno. Respecto de las peticiones que ocurren dentro del proceso, la intensidad de la tutela judicial
efectiva se encuentra matizada en relación con la trascendencia procesal de la solicitud, petición o
incidencia respectiva.(36)

Dos. La actividad de las partes queda enmarcada tanto por las normas procesales que dan unidad,
orden, continuidad, sentido y certeza a la tramitación del proceso, como por las determinaciones
judiciales que, de manera sucesiva, resuelven y provén sobre los planteamientos, solicitudes y
promociones que hacen valer las partes durante el juicio, hasta el dictado de la resolución definitiva
correspondiente.
Esta última condición permite afirmar que el deber de los juzgadores de buscar en cada caso la
interpretación más favorable al ejercicio de la acción, o principio pro actione, encuentra aplicación
también respecto de las interposición de medios de impugnación y recursos para impugnar
determinaciones tomadas por el juzgador durante el transcurso del proceso, aunque su intensidad
sea razonablemente matizada, como ya se dijo.

II. Procedencia del recurso de queja en contra de la determinación sobre la suspensión provisional.

El artículo 95, fracción IX, de la Ley de Amparo, vigente hasta el dos de abril de dos mil trece,
dispone:

"Artículo 95. El recurso de queja es procedente: .. XI. Contra las resoluciones de un Juez de Distrito
o del superior del tribunal responsable, en su caso, en que concedan o nieguen la suspensión
provisional."

Contenido normativo que establece de una manera clara, que procede el recurso de queja en contra
de la resolución de un Juez de Distrito que conceda o niegue la suspensión provisional.

En semejantes condiciones, el artículo 97, fracción I, inciso b), de la Ley de Amparo vigente,
dispone:

"Artículo 97. El recurso de queja procede: I. En amparo indirecto, contra las siguientes
resoluciones: ... b) Las que concedan o nieguen la suspensión de plano o la provisional."

Contenido normativo que también establece de manera clara, que procede el recurso de queja en
amparo indirecto, en contra de la resolución que conceda o niegue la suspensión provisional.

Lo que evidencia que ambos preceptos son coincidentes y claros en prever como hipótesis
específica de procedencia del recurso de queja, el caso de impugnar en amparo indirecto la
resolución que concede o niega la suspensión provisional.

III. Procedencia del recurso de revisión, en contra de la determinación sobre la suspensión


definitiva.

El artículo 83, fracción II, inciso a), de la Ley de Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil
trece, dispone:

"Artículo 83. Procede el recurso de revisión: ... II. Contra las resoluciones de los Jueces de Distrito
o del superior del Tribunal responsable, en su caso, en las cuales: a) Concedan o nieguen la
suspensión definitiva."

Contenido normativo que establece, de una manera clara, que procede el recurso de revisión en
contra de la resolución de un Juez de Distrito que conceda o niegue la suspensión definitiva.

En semejantes condiciones, el artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo vigente,
dispone:
"Artículo 81. Procede el recurso de revisión: I. En amparo indirecto, en contra de las resoluciones
siguientes: a) Las que concedan o nieguen la suspensión definitiva; en su caso, deberán impugnarse
los acuerdos pronunciados en la audiencia incidental."

Contenido normativo que también establece, de manera clara, que procede el recurso de revisión en
amparo indirecto, en contra de la resolución que conceda o niegue la suspensión definitiva.

Lo que evidencia que ambos preceptos son coincidentes y claros en prever como hipótesis
específica de procedencia del recurso de revisión, el caso de impugnar en amparo indirecto la
resolución que concede o niega la suspensión definitiva.

IV. Improcedencia del recurso de queja interpuesto expresamente en contra de la determinación


sobre la suspensión definitiva, pero con fundamento en la hipótesis legal de procedencia del recurso
de queja "en contra de la decisión recaída a la suspensión provisional".

Si al interponer el recurso de queja, el recurrente expresamente señala como determinación


recurrida la que resolvió sobre la suspensión definitiva, pero además, cita como fundamento para
pretender justificar la procedencia del recurso, la hipótesis legal que prevé la posibilidad de intentar
la queja en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión provisional.

Entonces, se puede apreciar que la voluntad del promovente está expresada de una manera clara en
dos sentidos:

a) En interponer el recurso de queja en contra de una determinación que resuelve sobre la


suspensión definitiva; y,

b) En que la procedencia del recurso de queja en contra de la determinación que resuelve sobre la
suspensión definitiva, se encuentra prevista en la ley, porque ésta prevé su procedencia en contra de
la resolución que decide sobre la suspensión provisional.

Destacando que mediante ambas expresiones, la recurrente tiende a sostener como cierto, que el
recurso de queja procede legalmente en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión
definitiva.

Tal afirmación es incorrecta, porque ya quedó evidenciado en las páginas precedentes que la
legislación en materia de amparo prevé de manera expresa y clara, en lo conducente, que en contra
de la resolución que decide sobre la suspensión definitiva, es procedente el recurso de revisión.

En consecuencia, aun siendo cierto que la misma legislación prevé expresamente la procedencia del
recurso de queja en contra de la resolución que decide sobre la suspensión provisional; no existe
justificación jurídica para estimar que con base en esa previsión legal, se deba entender o inferir que
procede el mismo recurso de queja en contra de la resolución que decide sobre la suspensión
definitiva. Pues en relación con ello, existe diversa previsión legal expresa sobre la procedencia del
recurso de revisión en contra de esta última resolución.

Así las cosas, si al interponer el recurso de queja, el recurrente expresamente señala como
determinación recurrida la que resolvió sobre la suspensión definitiva, pero además, cita como
fundamento para pretender justificar la procedencia del recurso, la hipótesis legal que prevé la
posibilidad de intentar la queja en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión
provisional.

El recurso debe desecharse por improcedente, dado que la pretensión del recurrente es contraria a
las disposiciones legales aplicables, con motivo de que en contra de la determinación que resuelve
sobre la suspensión definitiva legalmente procede el recurso de revisión, lo que, a su vez, impide
que se pueda aplicar analógica o extensivamente la hipótesis legal, que prevé la procedencia del
recurso de queja en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión provisional.

V. La determinación de improcedencia del recurso de queja interpuesto expresamente en contra de


la determinación sobre la suspensión definitiva y con fundamento en la hipótesis legal de
procedencia del recurso de queja "en contra de la decisión recaída a la suspensión provisional", no
transgrede el derecho a una tutela judicial efectiva.

Ya se dijo en las páginas precedentes que una vertiente del derecho a la tutela judicial efectiva
apunta hacia el deber de los juzgadores de buscar en cada caso la interpretación más favorable al
ejercicio de la acción, por lo que ante la duda, los requisitos y presupuestos procesales deben
interpretarse en el sentido más favorable a la plena efectividad de ese derecho, privilegiando la
tramitación del proceso respectivo, lo que también se ha identificado como el principio pro actione.

También quedó señalado ya que el derecho humano a la tutela judicial efectiva tiene el alcance de
prolongarse durante toda la tramitación del juicio, con la precisión de que, respecto de las peticiones
que ocurren dentro del proceso, la intensidad de la tutela judicial efectiva se encuentra matizada, en
relación con la trascendencia procesal de la solicitud, petición o incidencia respectiva; y que la
actividad de las partes queda enmarcada tanto por las normas procesales aplicables, como por las
determinaciones judiciales que de manera sucesiva van ocurriendo.

De lo que se concluyó que el deber de los juzgadores de buscar en cada caso la interpretación más
favorable al ejercicio de la acción, o principio pro actione, encuentra aplicación también respecto de
la interposición de medios de impugnación y recursos para impugnar determinaciones tomadas por
el juzgador durante el transcurso del proceso.

Sobre esa base, si la Ley de Amparo prevé de manera clara como hipótesis específica de
procedencia del recurso de queja, el caso de impugnar en amparo indirecto la resolución que
concede o niega la suspensión provisional; pero también prevé con suficiente claridad que como
hipótesis específica de procedencia del recurso de revisión, el caso de impugnar en amparo
indirecto la resolución que concede o niega la suspensión definitiva.

Entonces, aunque los juzgadores deben buscar en cada caso la interpretación más favorable al
ejercicio de la acción, y aunque ante la duda, los requisitos y presupuestos procesales deben
interpretarse en el sentido más favorable a la plena efectividad del derecho, privilegiando la
tramitación del proceso respectivo.

La claridad de las disposiciones legales aplicables, aunada a la claridad, en cuanto a la


manifestación de voluntad del promovente: interponer el recurso de queja en contra de una
determinación que resuelve sobre la suspensión definitiva.
Es innegable, que el recurso debe desecharse por improcedente, dado que la pretensión claramente
expuesta por el recurrente es contraria a las disposiciones legales aplicables, con motivo de que
éstas prevén con suficiente claridad que en contra de la determinación que resuelve sobre la
suspensión definitiva, legalmente procede el recurso de revisión, lo que, a su vez, impide que se
pueda aplicar analógica o extensivamente la hipótesis legal, que prevé la procedencia del recurso de
queja en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión provisional.

Destaca que en tal caso en particular, no se activa el deber de los juzgadores de buscar la
interpretación más favorable al ejercicio de la acción, o principio pro actione, respecto de la
interposición del recurso.

Pues dada la claridad en las disposiciones legales aplicables, y la claridad en la manifestación del
recurrente(37) de promover de una manera incompatible con las normas procesales respectivas;
lejos de ocurrir una duda sobre los requisitos y presupuestos procesales para impugnar la resolución
que resuelve sobre la suspensión definitiva, o una duda sobre el recurso que el promovente quiso
interponer o sobre la resolución que quiso impugnar, o sobre el fundamento en que quiso apoyar su
promoción de impugnación; ocurre la clara interposición de un recurso improcedente.

Corolario de lo anterior, si la pretensión claramente expuesta por el recurrente de interponer el


recurso de queja, es contraria a las disposiciones legales aplicables, con motivo de que éstas prevén
con suficiente claridad que en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión
definitiva, procede el recurso de revisión, lo que, a su vez, impide que se pueda aplicar analógica o
extensivamente la hipótesis legal invocada por el recurrente que prevé la procedencia del recurso de
queja en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión provisional. Entonces, el
recurso debe desecharse por improcedente, sin que con ello se vulnere el derecho a una tutela
judicial efectiva, dado que lejos de ocurrir una duda sobre los requisitos y presupuestos procesales
para impugnar la resolución que resuelve sobre la suspensión definitiva, o una duda sobre el recurso
que el promovente quiso interponer o sobre la resolución que quiso impugnar, o sobre el
fundamento en que quiso apoyar su promoción de impugnación; ocurre una clara interposición de
un recurso improcedente.

VI. Ante la improcedencia del recurso de queja interpuesto en contra de la determinación sobre la
suspensión definitiva con fundamento en la hipótesis legal de procedencia del recurso de queja "en
contra de la decisión recaída a la suspensión provisional"; el tribunal no debe enderezar la vía
recursiva con base en el derecho a una tutela judicial efectiva.

Acorde con lo expuesto en el apartado anterior, este Tribunal Pleno considera que, si el
desechamiento del recurso de queja interpuesto en contra de la determinación que resolvió sobre la
suspensión definitiva (en los términos que se han venido analizando),(38) no vulnera el derecho a
una tutela judicial efectiva, dado que lejos de ocurrir una duda sobre los requisitos y presupuestos
procesales para impugnar la resolución que resuelve sobre la suspensión definitiva, o una duda
sobre el recurso que el promovente quiso interponer o sobre la resolución quequiso impugnar, o
sobre el fundamento en que quiso apoyar su promoción de impugnación; ocurre una clara
interposición de un recurso improcedente.
Entonces, no es jurídicamente admisible que el tribunal enderece la vía recursiva hacia el trámite
del diverso recurso de revisión, invocando como base para esa actuación el derecho a la tutela
judicial efectiva, pues la invocación de este derecho no justifica variar lo pedido por el justiciable
cuando la determinación sobre la improcedencia del recurso de queja atiende lo expresamente
solicitado por el recurrente, sin lugar a duda o interpretación favorable.

Lo anterior, sin perjuicio de que la causa para enderezar la vía del recurso eventualmente encuentre
fundamento en una causa legal o constitucional excepcional diversa a las condiciones descritas en el
desarrollo de este estudio.

VII. Decisión. Criterio que debe prevalecer.

Con base en lo anterior, debe prevalecer el criterio relativo a que, en los juicios de amparo indirecto,
cuando un recurso de queja se interpone expresamente "en contra de la determinación sobre la
suspensión definitiva (la que es impugnable mediante revisión)", pero con fundamento en la
hipótesis legal de procedencia del recurso de queja "en contra de la decisión recaída a la suspensión
provisional"; el tribunal revisor debe desechar el recurso de queja, sin que con ello se vulnere la
tutela judicial efectiva, y es regla general que no puede enderezar la vía para tramitar el recurso
como revisión.

En las relatadas condiciones, el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación
considera que debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio que sobre el tópico se
contiene en el considerando siguiente.

SEXTO.-Criterio de jurisprudencia obligatorio. Con base en el estudio anterior, debe prevalecer,


con carácter de jurisprudencia, el siguiente criterio:

RECURSO DE QUEJA INTERPUESTO CONTRA LA DETERMINACIÓN SOBRE LA


SUSPENSIÓN DEFINITIVA CON FUNDAMENTO EN LA HIPÓTESIS LEGAL DE
PROCEDENCIA "CONTRA LA DECISIÓN RECAÍDA A LA SUSPENSIÓN PROVISIONAL".
EL TRIBUNAL REVISOR DEBE DESECHARLO SIN QUE CON ELLO VULNERE EL
DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA (LEYES DE AMPARO ABROGADA Y
VIGENTE). La tutela judicial efectiva comprende el deber de los juzgadores de buscar en cada caso
la interpretación más favorable al ejercicio de la acción, por lo que, ante la duda, los requisitos y
presupuestos procesales deben interpretarse en el sentido más favorable a la plena efectividad de ese
derecho, privilegiando la tramitación del proceso respectivo, lo que también se ha identificado
como el principio pro actione, el cual inclusive se estima aplicable de manera matizada respecto de
la interposición de los medios de impugnación. Ahora bien, tanto la Ley de Amparo abrogada, en
sus artículos 95, fracción XI, y 83, fracción II, inciso a), como la vigente en sus numerales 97,
fracción I, inciso b) y 81, fracción I, inciso a), son coincidentes, en lo conducente, al prever la
procedencia del recurso de queja contra la resolución sobre la suspensión provisional y al establecer
que el recurso de revisión procede contra la resolución sobre la suspensión definitiva, ambos en los
juicios de amparo indirecto. En esa virtud, si al interponer el recurso de queja el recurrente señala
de manera clara, expresa e inequívoca, que impugna la determinación que resolvió sobre la
suspensión definitiva, pero además cita como fundamento para pretender justificar su procedencia
la hipótesis legal que prevé la posibilidad de intentar la queja contra la determinación que resuelve
sobre la suspensión provisional, el recurso debe desecharse por improcedente, ya que la clara
pretensión del recurrente es contraria a las disposiciones legales aplicables, con motivo de que la
determinación que resuelve sobre la suspensión definitiva legalmente es impugnable mediante el
recurso de revisión, lo que a su vez impide que pueda aplicarse analógica o extensivamente la
hipótesis legal sobre la procedencia del recurso de queja contra la determinación que resuelve sobre
la suspensión provisional. Lo anterior es así, sin que con ello se vulnere el derecho a una tutela
judicial efectiva, pues lejos de existir duda que amerite una interpretación respecto de los requisitos
y presupuestos procesales para impugnar la resolución que resuelve sobre la suspensión definitiva, o
sobre el recurso que el promovente quiso interponer, o con relación a la resolución que pretendió
impugnar, o respecto del fundamento en que decidió apoyar su impugnación, ocurre una clara
interposición de un recurso improcedente. Por las mismas razones, es regla general que el tribunal
revisor no debe enderezar la vía recursiva hacia el trámite del diverso recurso de revisión, pues
salvo que exista algún motivo excepcional diverso a las características descritas anteriormente, la
determinación sobre la improcedencia del recurso de queja no vulnera la tutela judicial efectiva del
recurrente.

Por lo expuesto y fundado, se

RESUELVE:

PRIMERO.-No existe contradicción de tesis entre los criterios denunciados del Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito y del Segundo Tribunal
Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito; en los términos expuestos en el considerando
cuarto de esta ejecutoria.

SEGUNDO.-Sí existe contradicción entre las tesis sustentadas por el Primer Tribunal Colegiado en
Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito; y el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia de Trabajo del Tercer Circuito, en los términos del considerando cuarto de esta resolución.

TERCERO.-Debe prevalecer, con carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por este Tribunal
Pleno, en los términos de la tesis redactada en el último considerando del presente fallo.

CUARTO.-Dése publicidad a la tesis jurisprudencial que se sustenta en la presente resolución, en


términos del artículo 220 de la Ley de Amparo.

Notifíquese;

Así lo resolvió el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación:

En relación con los puntos resolutivos primero y segundo:

Se aprobó por unanimidad de ocho votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena, Franco González
Salas, Zaldívar Lelo de Larrea, Pardo Rebolledo, Piña Hernández, Laynez Potisek, Pérez Dayán y
presidente Aguilar Morales, respecto de los considerandos primero, segundo, tercero y cuarto
relativos, respectivamente, a la competencia, a la legitimación, a los criterios contendientes y a la
existencia de la contradicción de tesis.

En relación con el punto resolutivo tercero:


Se aprobó por mayoría de siete votos de los Ministros Franco González Salas, Zaldívar Lelo de
Larrea, Pardo Rebolledo, Piña Hernández, Laynez Potisek, Pérez Dayán y presidente Aguilar
Morales, respecto de los considerandos quinto y sexto relativos, respectivamente, al estudio y al
criterio de jurisprudencia obligatorio. El Ministro Gutiérrez Ortiz Mena votó en contra y anunció
voto particular.

En relación con el punto resolutivo cuarto:

Se aprobó por unanimidad de ocho votos de los Ministros Gutiérrez Ortiz Mena, Franco González
Salas, Zaldívar Lelo de Larrea, Pardo Rebolledo, Piña Hernández, Laynez Potisek, Pérez Dayán y
presidente Aguilar Morales.

Los Ministros José Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos y Eduardo Medina Mora I.,
no asistieron a la sesión de primero de diciembre de dos mil dieciséis previo aviso a la presidencia.

El Ministro presidente Aguilar Morales declaró que el asunto se resolvió en los términos precisados.

En términos de lo dispuesto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su sesión


del veinticuatro de abril de dos mil siete, y conforme a lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13,
14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, así
como en el segundo párrafo del artículo 9 del Reglamento de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación y del Consejo de la Judicatura Federal para la aplicación de la Ley Federal de Transparencia
y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la
información considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en esos supuestos
normativos.

Nota: La tesis aislada P. I/2012 (10a.) citada en esta ejecutoria, aparece publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro VI, Tomo 1, marzo de 2012, página 9.

________________

1. Tesis XVII.1o.C.T.2 K (10a.), publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,


Décima Época, Libro XIII, Tomo 4, octubre de 2012, página 2749.

2. Resuelta el 16 de mayo de 2014, por unanimidad de votos, en el sentido de que no existe la


contradicción de tesis entre los criterios sustentados por el Primer Tribunal Colegiado en Materias
Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito y el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Tercer Circuito.

3. Foja 117 del cuaderno de la contradicción de tesis 256/2015.

4. Fojas 127 y 139 del cuaderno de la contradicción de tesis 256/2015.


5. Fojas 176 y 177 del cuaderno de la contradicción de tesis 256/2015.

6. Foja 193 del cuaderno de contradicción de tesis 256/2015.

7. Foja 212 del cuaderno de contradicción de tesis 256/2015.

8. Foja 215 del cuaderno de contradicción de tesis 256/2015.

9. "Artículo 95. El recurso de queja es procedente: ... XI. Contra las resoluciones de un Juez de
Distrito o del superior del tribunal responsable, en su caso, en que concedan o nieguen la suspensión
provisional."

10. "Artículo 83. Procede el recurso de revisión:

"...

"II. Contra las resoluciones de los Jueces de Distrito o del superior del tribunal responsable, en su
caso, en las cuales:

"a) Concedan o nieguen la suspensión definitiva."

11. "Artículo 95. El recurso de queja es procedente:

"...

"XI. Contra las resoluciones de un Juez de Distrito o del superior del tribunal responsable, en su
caso, en que concedan o nieguen la suspensión provisional."

12. Tesis de la Décima Época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,


Libro XIII, Tomo 4, octubre de 2012, página 2749.

Precedente: "Queja 60/2012. **********, su sucesión. 17 de agosto de 2012. Unanimidad de votos.


Ponente: Gerardo Torres García. Secretario: Dante Orlando Delgado Carrizales."

13. "Artículo 76. El órgano jurisdiccional, deberá corregir los errores u omisiones que advierta en la
cita de los preceptos constitucionales y legales que se estimen violados, y podrá examinar en su
conjunto los conceptos de violación y los agravios, así como los demás razonamientos de las partes,
a fin de resolver la cuestión efectivamente planteada, sin cambiar los hechos expuestos en la
demanda."

14. "Artículo 81. Procede el recurso de revisión:

"I. En amparo indirecto, en contra de las resoluciones siguientes:

"a) Las que concedan o nieguen la suspensión definitiva; en su caso, deberán impugnarse los
acuerdos pronunciados en la audiencia incidental."

15. "Artículo 86. El recurso de revisión se interpondrá en el plazo de diez días por conducto del
órgano jurisdiccional que haya dictado la resolución recurrida.
"La interposición del recurso por conducto de órgano diferente al señalado en el párrafo anterior no
interrumpirá el plazo de presentación."

16. En su recurso, la recurrente alegó que el motivo por el cual se interpuso el recurso de queja fue
para impugnar la excesiva garantía fijada por el Juez de Distrito para garantizar los daños y
perjuicios ocasionados al tercero perjudicado con la concesión de la suspensión, mas no en contra
de la suspensión misma, la cual se concedió a la recurrente y que, por lógica, no podría
inconformarse contra ella. En ese sentido, consideró que el recurso procedente era el de revisión y
no el de queja, pues en términos del artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo, la queja
procede contra las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que
no reúnan los requisitos legales o puedan resultar excesivas o insuficientes. Fojas 148 y 149 del
cuaderno de la contradicción de tesis 256/2015.

17. "Artículo 97. El recurso de queja procede:

"I. En amparo indirecto, contra las siguientes resoluciones:

"...

"c) Las que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no reúnan los requisitos
legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes."

18. Asunto del que derivó la jurisprudencia de rubro y texto: "SUSPENSIÓN DEFINITIVA. ES
PROCEDENTE EL RECURSO DE REVISIÓN Y NO EL DE QUEJA CONTRA LA
INTERLOCUTORIA QUE LA CONCEDE, AUNQUE SÓLO SE IMPUGNE LA GARANTÍA A
LA QUE SE SUJETÓ SU EFECTIVIDAD.-El artículo 124 de la Ley de Amparo establece los
requisitos para la procedencia de la suspensión de los actos reclamados a petición de parte
consistentes en la solicitud del agraviado, el que no se siga perjuicio al interés social, ni se
contravengan disposiciones de orden público y el que sean de difícil reparación los daños y
perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto. Por su parte, el artículo 125 del
propio ordenamiento establece como requisito para su efectividad, cuando la suspensión de los
actos reclamados pueda ocasionar daño o perjuicio a tercero, el otorgamiento de garantía bastante,
cuyo importe será fijado por el Juez de Distrito, y que deberá rendirse dentro de los cinco días
siguientes al de la notificación del auto en que se conceda la suspensión, de acuerdo con lo previsto
en los numerales 128 y 139 de la ley de la materia. Lo anterior significa que la fijación de la
garantía, en los casos en que proceda, forma parte de la resolución que concede la suspensión de los
actos reclamados por ser condicionamiento de su eficacia. Por tanto, al disponer el artículo 83,
fracción II, inciso a), de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales que
procede el recurso de revisión contra las resoluciones de los Jueces de Distrito o del superior del
tribunal responsable en las cuales se conceda la suspensión definitiva, debe considerarse que
procede este recurso cuando se impugnen ya sea los requisitos de procedencia que se estimaron
satisfechos para otorgarla, o bien los requisitos que deben llenarse para que ésta surta sus efectos, o
ambos; es decir, el recurso de revisión será procedente contra la resolución que concede la
suspensión definitiva aunque sólo se impugne la garantía a la que se sujetó su efectividad por ser
parte integrante de la misma, siendo, por tanto, improcedente el recurso de queja contra tal
interlocutoria porque la procedencia del recurso de revisión excluye la del de queja en términos del
artículo 95, fracción VI, de la Ley de Amparo.". Publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, Número 80, agosto de 1994, página 13.

19. "Artículo 97. El recurso de queja procede:

"I. En amparo indirecto, contra las siguientes resoluciones:

"...

"b) Las que concedan o nieguen la suspensión de plano o la provisional."

20. "Artículo 81. Procede el recurso de revisión:

"I. En amparo indirecto, en contra de las resoluciones siguientes:

"a) Las que concedan o nieguen la suspensión definitiva; en su caso, deberán impugnarse los
acuerdos pronunciados en la audiencia incidental."

21. Al respecto, consideró aplicable la tesis P. LXXX/97, del Pleno de este Alto Tribunal, de rubro:
"RECURSOS EN AMPARO. INTERPRETACIÓN DEL ESCRITO MEDIANTE EL CUAL SE
INTERPONEN.". Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo V, mayo de 1997, página 170.

22. Al respecto, citó en apoyo a sus consideraciones los siguientes criterios jurisprudenciales:
"AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN. EL ARTÍCULO 81, FRACCIÓN II, DE LA LEY DE
AMPARO QUE ESTABLECE LOS REQUISITOS PARA SU PROCEDENCIA, NO
TRANSGREDE EL DERECHO DE ACCESO A LA JUSTICIA." [Tesis 2a./J. 5/2015 (10a.),
publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación, Décima Época, Libro 15, Tomo II,
febrero de 2015, página 1460 «y en el Semanario Judicial de la Federación del viernes 13 de febrero
de 2015 a las 9:00 horas»]; así como el diverso: "TUTELA JUDICIAL EFECTIVA. SU
ALCANCE FRENTE AL DESECHAMIENTO DE LA DEMANDA DE AMPARO AL
RESULTAR IMPROCEDENTE LA VÍA CONSTITUCIONAL Y PROCEDENTE LA
ORDINARIA." [Tesis 2a./J. 125/2012 (10a.), publicada en el Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, Décima Época, Libro XIV, Tomo 2, noviembre de 2012, página 1583]

23. Jurisprudencia P./J. 72/2010, de la Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Tomo XXXII, agosto de 2010, página 7 y cuyo texto es el siguiente: "De
los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197 y
197-A de la Ley de Amparo, se advierte que la existencia de la contradicción de criterios está
condicionada a que las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o los Tribunales
Colegiados de Circuito en las sentencias que pronuncien sostengan ‘tesis contradictorias’,
entendiéndose por ‘tesis’ el criterio adoptado por el juzgador a través de argumentaciones lógico-
jurídicas para justificar su decisión en una controversia, lo que determina que la contradicción de
tesis se actualiza cuando dos o más órganos jurisdiccionales terminales adoptan criterios jurídicos
discrepantes sobre un mismo punto de derecho, independientemente de que las cuestiones fácticas
que lo rodean no sean exactamente iguales, pues la práctica judicial demuestra la dificultad de que
existan dos o más asuntos idénticos, tanto en los problemas de derecho como en los de hecho, de ahí
que considerar que la contradicción se actualiza únicamente cuando los asuntos son exactamente
iguales constituye un criterio rigorista que impide resolver la discrepancia de criterios jurídicos, lo
que conlleva a que el esfuerzo judicial se centre en detectar las diferencias entre los asuntos y no en
solucionar la discrepancia. Además, las cuestiones fácticas que en ocasiones rodean el problema
jurídico respecto del cual se sostienen criterios opuestos y, consecuentemente, se denuncian como
contradictorios, generalmente son cuestiones secundarias o accidentales y, por tanto, no inciden en
la naturaleza de los problemas jurídicos resueltos. Es por ello que este Alto Tribunal interrumpió la
jurisprudencia P./J. 26/2001 de rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.’, al resolver la
contradicción de tesis 36/2007-PL, pues al establecer que la contradicción se actualiza siempre que
‘al resolver los negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se
adopten posiciones o criterios jurídicos discrepantes’ se impedía el estudio del tema jurídico materia
de la contradicción con base en ‘diferencias’ fácticas que desde el punto de vista estrictamente
jurídico no deberían obstaculizar el análisis de fondo de la contradicción planteada, lo que es
contrario a la lógica del sistema de jurisprudencia establecido en la Ley de Amparo, pues al
sujetarse su existencia al cumplimiento del indicado requisito disminuye el número de
contradicciones que se resuelven en detrimento de la seguridad jurídica que debe salvaguardarse
ante criterios jurídicos claramente opuestos. De lo anterior se sigue que la existencia de una
contradicción de tesis deriva de la discrepancia de criterios jurídicos, es decir, de la oposición en la
solución de temas jurídicos que se extraen de asuntos que pueden válidamente ser diferentes en sus
cuestiones fácticas, lo cual es congruente con la finalidad establecida tanto en la Constitución
General de la República como en la Ley de Amparo para las contradicciones de tesis, pues permite
que cumplan el propósito para el que fueron creadas y que no se desvirtúe buscando las diferencias
de detalle que impiden su resolución."

24. Tesis aislada P. XLVII/2009, de la Novena Época,publicada en el Semanario Judicial de la


Federación y su Gaceta, Tomo XXX, julio de 2009, página 67 y cuyo texto es el siguiente: "El
Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia P./J. 26/2001,
de rubro: ‘CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA.’, sostuvo su firme rechazo a resolver las contradicciones
de tesis en las que las sentencias respectivas hubieran partido de distintos elementos, criterio que se
considera indispensable flexibilizar, a fin de dar mayor eficacia a su función unificadora de la
interpretación del orden jurídico nacional, de modo que no solamente se resuelvan las
contradicciones claramente inobjetables desde un punto de vista lógico, sino también aquellas cuya
existencia sobre un problema central se encuentre rodeado de situaciones previas diversas, ya sea
por la complejidad de supuestos legales aplicables o por la profusión de circunstancias de hecho a
las que se hubiera tenido que atender para juzgarlo. En efecto, la confusión provocada por la
coexistencia de posturas disímbolas sobre un mismo problema jurídico no encuentra justificación en
la circunstancia de que, una y otra posiciones, hubieran tenido un diferenciado origen en los
aspectos accesorios o secundarios que les precedan, ya que las particularidades de cada caso no
siempre resultan relevantes, y pueden ser sólo adyacentes a un problema jurídico central,
perfectamente identificable y que amerite resolverse. Ante este tipo de situaciones, en las que
pudiera haber duda acerca del alcance de las modalidades que adoptó cada ejecutoria, debe
preferirse la decisión que conduzca a la certidumbre en las decisiones judiciales, a través de la
unidad interpretativa del orden jurídico. Por tanto, dejando de lado las características menores que
revistan las sentencias en cuestión, y previa declaración de la existencia de la contradicción sobre el
punto jurídico central detectado, el Alto Tribunal debe pronunciarse sobre el fondo del problema y
aprovechar la oportunidad para hacer toda clase de aclaraciones, en orden a precisar las
singularidades de cada una de las sentencias en conflicto, y en todo caso, los efectos que esas
peculiaridades producen y la variedad de alternativas de solución que correspondan."

25. Tesis aislada P. L/94, de la Octava Época, publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la
Federación, tomo 83, noviembre de 1994, página 35 y cuyo texto es el siguiente: "Para la
procedencia de una denuncia de contradicción de tesis no es presupuesto el que los criterios
contendientes tengan la naturaleza de jurisprudencias, puesto que ni el artículo 107, fracción XIII,
de la Constitución Federal ni el artículo 197-A de la Ley de Amparo, lo establecen así."

26. Tesis aislada P. XLIX/2006, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,


Novena Época, Tomo XXIV, julio de 2006, página 12, cuyo texto es el siguiente: El procedimiento
de fijación de jurisprudencia firme vía contradicción de tesis tiene una finalidad clara y esencial:
unificar criterios en aras de la seguridad jurídica. Así, para uniformar la interpretación del orden
jurídico nacional son de tomarse en cuenta todos los razonamientos vertidos por los órganos
jurisdiccionales contendientes a lo largo de la parte considerativa de sus sentencias, sean
constitutivos de la decisión final -el o los puntos resolutivos- o resulten añadidos prescindibles,
vinculados indirecta o marginalmente con la cuestión concreta que debe decidirse, pues en ambos
casos se está frente a la posición que asume un órgano jurisdiccional ante determinada cuestión
jurídica y de la que cabe presumir que seguirá sosteniendo en el futuro. En efecto, en el
procedimiento de contradicción de tesis no se decide si una sentencia es congruente con las
pretensiones de las partes ni si en la relación entre sus consideraciones y la decisión final hubo
exceso o defecto, pues no es un recurso, sino que su función es unificar la interpretación jurídica a
fin de eliminar la coexistencia de opiniones diferentes respecto de la forma en la que debe
interpretarse o aplicarse una norma legal, y obtener un solo criterio válido, pues su teleología es
garantizar la seguridad jurídica. En congruencia con lo anterior, se concluye que para satisfacer esa
finalidad, en el procedimiento de contradicción de tesis no es menester que los criterios opuestos
sean los que, en los casos concretos, constituyan el sostén de los puntos resolutivos, pues en las
condiciones marginales o añadidos de ‘a mayor abundamiento’ pueden fijarse criterios de
interpretación que resulten contrarios a los emitidos por diversos órganos jurisdiccionales y sean la
posición que un Tribunal Colegiado de Circuito adopta frente a ciertos problemas jurídicos que,
presumiblemente, sostendrá en lo futuro."

27. "Artículo 97. El recurso de queja procede: I. En amparo indirecto, contra las siguientes
resoluciones: ... c) Las que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas, admitan las que no
reúnan los requisitos legales o que puedan resultar excesivas o insuficientes."

28. Página 21 de la ejecutoria dictada en el recurso de reclamación 9/2015. Foja 163 del expediente
de la contradicción de tesis 256/2015.

29. "Artículo 95. El recurso de queja es procedente: ... XI. Contra las resoluciones de un Juez de
Distrito o del superior del tribunal responsable, en su caso, en que concedan o nieguen la suspensión
provisional."
30. Publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo VIII,
julio de 1998, página 93.

31. Artículo 97, fracción I, inciso b), de la Ley de Amparo vigente:

"Artículo 97. El recurso de queja procede: I. En amparo indirecto, contra las siguientes
resoluciones: ... b) Las que concedan o nieguen la suspensión de plano o la provisional."

Y artículo 95, fracción XI, de la Ley de Amparo abrogada:

"Artículo 95. El recurso de queja es procedente: ... XI. Contra las resoluciones de un Juez de
Distrito o del superior del tribunal responsable, en su caso, en que concedan o nieguen la suspensión
provisional."

32. Artículo 81, fracción I, inciso a), de la Ley de Amparo vigente:

"Artículo 81. Procede el recurso de revisión: I. En amparo indirecto, en contra de las resoluciones
siguientes: a) Las que concedan o nieguen la suspensión definitiva; en su caso, deberán impugnarse
los acuerdos pronunciados en la audiencia incidental."

Y artículo 83, fracción II, inciso a), de la Ley de Amparo abrogada:

"Artículo 83. Procede el recurso de revisión: ... II. Contra las resoluciones de los Jueces de Distrito
o del superior del tribunal responsable, en su caso, en las cuales: a) Concedan o nieguen la
suspensión definitiva."

33. Resuelto el 28 de mayo de 2014, bajo la ponencia de la Ministra Olga Sánchez Cordero de
García Villegas (secretario Ricardo Manuel Martínez Estrada), unanimidad de cinco votos.

34. Son ilustrativas de lo anterior, las jurisprudencias siguientes:

P./J. 113/2001, de la Novena Época. Registro digital: 188804. Instancia: Pleno. Tipo de tesis:
jurisprudencia. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo XIV, septiembre de
2001, página 5. Cuyos rubro y texto son: "JUSTICIA, ACCESO A LA. LA POTESTAD QUE SE
OTORGA AL LEGISLADOR EN EL ARTÍCULO 17 DE LA CONSTITUCIÓN GENERAL DE
LA REPÚBLICA, PARA FIJAR LOS PLAZOS Y TÉRMINOS CONFORME A LOS CUALES
AQUÉLLA SE ADMINISTRARÁ NO ES ILIMITADA, POR LO QUE LOS PRESUPUESTOS O
REQUISITOS LEGALES QUE SE ESTABLEZCAN PARA OBTENER ANTE UN TRIBUNAL
UNA RESOLUCIÓN SOBRE EL FONDO DE LO PEDIDO DEBEN ENCONTRAR
JUSTIFICACIÓN CONSTITUCIONAL.-De la interpretación de lo dispuesto en el artículo 17,
párrafo segundo, de la Constitución General de la República se advierte que en ese numeral se
garantiza a favor de los gobernados el acceso efectivo a la justicia, derecho fundamental que
consiste en la posibilidad de ser parte dentro de un proceso y a promover la actividad jurisdiccional
que, una vez cumplidos los respectivos requisitos procesales, permita obtener una decisión en la que
se resuelva sobre las pretensiones deducidas, y si bien en ese precepto se deja a la voluntad del
legislador establecer los plazos y términos conforme a los cuales se administrará la justicia, debe
estimarse que en la regulación respectiva puede limitarse esa prerrogativa fundamental, con el fin
de lograr que las instancias de justicia constituyan el mecanismo expedito, eficaz y confiable al que
los gobernados acudan para dirimir cualquiera de los conflictos que deriven de las relaciones
jurídicas que entablan, siempre y cuando las condiciones o presupuestos procesales que se
establezcan encuentren sustento en los diversos principios o derechos consagrados en la propia
Constitución General de la República; por ende, para determinar si en un caso concreto la condición
o presupuesto procesal establecidos por el legislador ordinario se apegan a lo dispuesto en la Norma
Fundamental deberá tomarse en cuenta, entre otras circunstancias, la naturaleza de la relación
jurídica de la que derivan las prerrogativas cuya tutela se solicita y el contexto constitucional en el
que ésta se da."

La tesis 1a./J. 42/2007, de la Novena Época, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y


su Gaceta, Tomo XXV, abril de 2007, página 124, cuyos rubro y texto son:

"GARANTÍA A LA TUTELA JURISDICCIONAL PREVISTA EN EL ARTÍCULO 17 DE LA


CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. SUS ALCANCES.-
La garantía a la tutela jurisdiccional puede definirse como el derecho público subjetivo que toda
persona tiene, dentro de los plazos y términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita a
tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o a defenderse de ella, con el fin
de que a través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la
pretensión o la defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión. Ahora bien, si se atiende a que la
prevención de que los órganos jurisdiccionales estén expeditos -desembarazados, libres de todo
estorbo- para impartir justicia en los plazos y términos que fijen las leyes, significa que el poder
público -en cualquiera de sus manifestaciones: Ejecutivo, Legislativo o Judicial- no puede supeditar
el acceso a los tribunales a condición alguna, pues de establecer cualquiera, ésta constituiría un
obstáculo entre los gobernados y los tribunales, por lo que es indudable que el derecho a la tutela
judicial puede conculcarse por normas que impongan requisitos impeditivos u obstaculizadores del
acceso a la jurisdicción, si tales trabas resultan innecesarias, excesivas y carentes de razonabilidad o
proporcionalidad respecto de los fines que lícitamente puede perseguir el legislador. Sin embargo,
no todos los requisitos para el acceso al proceso pueden considerarse inconstitucionales, como
ocurre con aquellos que, respetando el contenido de ese derecho fundamental, están enderezados a
preservar otros derechos, bienes o intereses constitucionalmente protegidos y guardan la adecuada
proporcionalidad con la finalidad perseguida, como es el caso del cumplimiento de los plazos
legales, el de agotar los recursos ordinarios previos antes de ejercer cierto tipo de acciones o el de la
previa consignación de fianzas o depósitos."

Y en lo conducente, la tesis 2a./J. 125/2012 (10a.), de la Décima Época, publicada en el Semanario


Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XIV, Tomo 2, noviembre de 2012, página 1583, cuyos
rubro y texto son: "TUTELA JUDICIAL EFECTIVA. SU ALCANCE FRENTE AL
DESECHAMIENTO DE LA DEMANDA DE AMPARO AL RESULTAR IMPROCEDENTE LA
VÍA CONSTITUCIONAL Y PROCEDENTE LA ORDINARIA. El reconocimiento del derecho a
la tutela judicial efectiva frente al desechamiento de una demanda de amparo por improcedencia de
la vía, no implica que el órgano constitucional del conocimiento deba señalar la autoridad
jurisdiccional ordinaria que considera competente para tramitar la vía intentada y ordenar la
remisión de los autos y menos aún, que aquélla tome como fecha de ejercicio de la acción la de
presentación de la demanda del juicio constitucional improcedente, pues ello implicaría dar al
citado derecho un alcance absoluto que desconocería las limitaciones legal y constitucionalmente
admitidas que guardan una razonable relación de proporcionalidad entre los medios que deben
emplearse y su fin; es decir, se desvirtuaría la finalidad de instrumentar requisitos y presupuestos
procesales que permitan mantener la legalidad y seguridad jurídica requeridas dentro del sistema
jurídico, en tanto que se beneficiaría indebidamente a una parte y se desconocerían los derechos de
la contraparte en un proceso, al permitir a los particulares rescatar términos fenecidos y desconocer
instituciones jurídicas como la prescripción, instituidas para efectos de orden público."

35. Sobre ese particular, se dijo en la ejecutoria del ADR. 1080/2014: "... la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, al interpretar el artículo 25 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos en el informe 105/99 emitido en el caso 10.194, ‘Palacios, Narciso-
Argentina’, de veintinueve de septiembre de mil novecientos noventa y nueve, estableció: ‘Es
precisamente este tipo de irregularidades las que trata de prevenir el derecho a la tutela judicial
efectiva, garantizado en el artículo 25 de la convención, el cual impide que el acceso a la justicia se
convierta en un desagradable juego de confusiones en desmedro de los particulares. Las garantías a
la tutela judicial efectiva y al debido proceso imponen una interpretación más justa y beneficiosa en
el análisis de los requisitos de admisión a la justicia, al punto que por el principio pro actione, hay
que extremar las posibilidades de interpretación en el sentido más favorable al acceso a la
jurisdicción.’ ..."

36. Por ejemplo: no sería tan intensa respecto de una solicitud de obtener copias simples de
actuaciones de autos; en comparación con la mayor intensidad que tiene respecto de dar trámite a un
recurso que impugna una sentencia definitiva condenatoria. Consideración semejante se invocó en
el diverso ADR 1080/2014 en cita, de lo resuelto por el Tribunal Constitucional Español: "En el
mismo sentido se ha pronunciado el Tribunal Constitucional español, al determinar que: ‘... el
acceso a la justicia como elemento esencial del contenido de la tutela, consiste en provocar la
actividad jurisdiccional que desemboque en la decisión de un Juez. En este acceso, o entrada,
funciona con toda su intensidad el principio «pro actione» que, sin embargo, ha de ser matizado
cuando se trata de los siguientes grados procesales que, eventualmente puedan configurarse. El
derecho de poder dirigirse a un Juez en busca de protección para hacer valer el derecho de cada
quien, tiene naturaleza constitucional por nacer directamente de la propia Ley Suprema’ [STC
37/1995, de siete de febrero de mil novecientos noventa y cinco, párrafo 5 -fundamentos
jurídicos-]."

37. Es aplicable para el caso, en lo conducente, la tesis P. LXXX/97, de la Novena Época, publicada
en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo V, mayo de 1997, página 170, cuyos
rubro y texto son: "RECURSOS EN AMPARO. INTERPRETACIÓN DEL ESCRITO MEDIANTE
EL CUAL SE INTERPONEN.-En la resolución de un recurso interpuesto dentro de un juicio de
amparo, contra un acuerdo de trámite, el juzgador puede interpretar el sentido de la promoción
respectiva para determinar con precisión la voluntad del recurrente; para tal efecto, debe considerar
en su integridad el escrito presentado, tomando en cuenta la norma que, en su caso, fundamente su
promoción, lo aducido en su escrito respecto de la vía que intenta, así como lo esgrimido en los
puntos petitorios; y, en caso de que las expresiones resulten incongruentes, para descubrir la
voluntad de su autor, será necesario interpretar con sentido extensivo y no restrictivo; por lo que, si
del análisis de la promoción interpuesta no resulta claro ni evidente que se haya optado por alguna
vía específica de impugnación, por no fundarse en precepto legal alguno, y en un punto petitorio se
aduce que la intención es hacer valer el recurso que legalmente proceda en contra de la resolución
impugnada, y del estudio de ésta se deriva que el medio de defensa procedente es el recurso de
reclamación, deberá considerarse a éste como el interpuesto. Lo anterior no implica acto alguno de
suplencia ni cambio de la vía confusamente elegida, ni tampoco, la alteración de los hechos o
agravios expuestos, pues solamente se analiza la promoción para desentrañar lo que realmente
quisieron decir sus autores, por lo que, cumplido tal propósito, debe imperar el principio jurídico de
congruencia que, en su aspecto formal, manda obrar conforme a lo pedido.

"Consulta a trámite en relación con los amparos directos en revisión 2086/92 y 2088/92. Martín
Beltrán Briseño y Héctor Portillo Álvarez. 11 de noviembre de 1996. Once votos. Ponente:
Guillermo I. Ortiz Mayagoitia. Secretario: Germán Martínez Hernández."

38. Sobre la base de que, en el caso particular: la pretensión claramente expuesta por el recurrente
de interponer el recurso de queja, es contraria a las disposiciones legales aplicables, con motivo de
que éstas prevén con suficiente claridad que en contra de la determinación que resuelve sobre la
suspensión definitiva, procede el recurso de revisión, lo que, a su vez, impide que se pueda aplicar
analógica o extensivamente la hipótesis legal invocada por el recurrente que prevé la procedencia
del recurso de queja en contra de la determinación que resuelve sobre la suspensión provisional.

Registro Núm. 27225; Décima Época; Pleno; Gaceta del Semanario Judicial de la Federación

Libro 43, Junio de 2017 , Tomo I, página 5.

4).-
Época: Décima Época
Registro: 2013717
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 39, Febrero de 2017, Tomo I
Materia(s): Constitucional, Común
Tesis: P./J. 4/2017 (10a.)
Página: 5

RECURSO DE QUEJA INTERPUESTO CONTRA LA DETERMINACIÓN SOBRE LA


SUSPENSIÓN DEFINITIVA CON FUNDAMENTO EN LA HIPÓTESIS LEGAL DE
PROCEDENCIA "CONTRA LA DECISIÓN RECAÍDA A LA SUSPENSIÓN
PROVISIONAL". EL TRIBUNAL REVISOR DEBE DESECHARLO SIN QUE CON ELLO
VULNERE EL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA (LEYES DE AMPARO
ABROGADA Y VIGENTE).
La tutela judicial efectiva comprende el deber de los juzgadores de buscar en cada caso la
interpretación más favorable al ejercicio de la acción, por lo que, ante la duda, los requisitos y
presupuestos procesales deben interpretarse en el sentido más favorable a la plena efectividad de ese
derecho, privilegiando la tramitación del proceso respectivo, lo que también se ha identificado
como el principio pro actione, el cual inclusive se estima aplicable de manera matizada respecto de
la interposición de los medios de impugnación. Ahora bien, tanto la Ley de Amparo abrogada, en
sus artículos 95, fracción XI, y 83, fracción II, inciso a), como la vigente en sus numerales 97,
fracción I, inciso b) y 81, fracción I, inciso a), son coincidentes, en lo conducente, al prever la
procedencia del recurso de queja contra la resolución sobre la suspensión provisional y al establecer
que el recurso de revisión procede contra la resolución sobre la suspensión definitiva, ambos en los
juicios de amparo indirecto. En esa virtud, si al interponer el recurso de queja el recurrente señala
de manera clara, expresa e inequívoca, que impugna la determinación que resolvió sobre la
suspensión definitiva, pero además cita como fundamento para pretender justificar su procedencia
la hipótesis legal que prevé la posibilidad de intentar la queja contra la determinación que resuelve
sobre la suspensión provisional, el recurso debe desecharse por improcedente, ya que la clara
pretensión del recurrente es contraria a las disposiciones legales aplicables, con motivo de que la
determinación que resuelve sobre la suspensión definitiva legalmente es impugnable mediante el
recurso de revisión, lo que a su vez impide que pueda aplicarse analógica o extensivamente la
hipótesis legal sobre la procedencia del recurso de queja contra la determinación que resuelve sobre
la suspensión provisional. Lo anterior es así, sin que con ello se vulnere el derecho a una tutela
judicial efectiva, pues lejos de existir duda que amerite una interpretación respecto de los requisitos
y presupuestos procesales para impugnar la resolución que resuelve sobre la suspensión definitiva, o
sobre el recurso que el promovente quiso interponer, o con relación a la resolución que pretendió
impugnar, o respecto del fundamento en que decidió apoyar su impugnación, ocurre una clara
interposición de un recurso improcedente. Por las mismas razones, es regla general que el tribunal
revisor no debe enderezar la vía recursiva hacia el trámite del diverso recurso de revisión, pues
salvo que exista algún motivo excepcional diverso a las características descritas anteriormente, la
determinación sobre la improcedencia del recurso de queja no vulnera la tutela judicial efectiva del
recurrente.

Contradicción de tesis 256/2015. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Tercero en
Materia de Trabajo del Tercer Circuito, Primero en Materias Civil y de Trabajo del Décimo
Séptimo Circuito y Segundo en Materia de Trabajo del Tercer Circuito. 1 de diciembre de 2016.
Mayoría de siete votos de los Ministros José Fernando Franco González Salas, Arturo Zaldívar Lelo
de Larrea, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Norma Lucía Piña Hernández, Javier Laynez Potisek,
Alberto Pérez Dayán y Luis María Aguilar Morales; votó en contra Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.
Ausentes: José Ramón Cossío Díaz, Margarita Beatriz Luna Ramos y Eduardo Medina Mora I.
Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario: Mario Gerardo Avante Juárez.

Tesis y/o criterios contendientes:


Tesis XVII.1o.C.T.2 K (10a.), de rubro: "RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA
LA INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL
JUICIO DE AMPARO, EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL
EFECTIVA, DEBE TRAMITARSE COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO
PARA IMPUGNARLA POR DESECHARSE AQUÉL.", aprobada por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, y publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XIII, Tomo 4, octubre de
2012, página 2749, y

El sustentado por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al
resolver la queja 141/2015.

El Tribunal Pleno, el nueve de febrero en curso, aprobó, con el número 4/2017 (10a.), la tesis
jurisprudencial que antecede. Ciudad de México, a nueve de febrero de dos mil diecisiete.

Esta tesis se publicó el viernes 24 de febrero de 2017 a las 10:26 horas en el Semanario Judicial de
la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 27 de febrero de
2017, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.

EJECUTORIA.-
RECURSO DE QUEJA INTERPUESTO CONTRA LA DETERMINACIÓN SOBRE LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA CON FUNDAMENTO EN LA HIPÓTESIS LEGAL DE
PROCEDENCIA "CONTRA LA DECISIÓN RECAÍDA A LA SUSPENSIÓN
PROVISIONAL". EL TRIBUNAL REVISOR DEBE DESECHARLO SIN QUE CON ELLO
VULNERE EL DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL EFECTIVA (LEYES DE AMPARO
ABROGADA Y VIGENTE).

CONTRADICCIÓN DE TESIS 256/2015. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS


TRIBUNALES COLEGIADOS TERCERO EN MATERIA DE TRABAJO DEL TERCER
CIRCUITO, PRIMERO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL DÉCIMO SÉPTIMO
CIRCUITO Y SEGUNDO EN MATERIA DE TRABAJO DEL TERCER CIRCUITO. 1 DE
DICIEMBRE DE 2016. PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.
SECRETARIO: MARIO GERARDO AVANTE JUÁREZ.
Ciudad de México. Acuerdo del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
correspondiente al día primero de diciembre de dos mil dieciséis.

VISTOS para resolver los autos de la contradicción de tesis 256/2015, entre el criterio sustentado
por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito y Segundo Tribunal
Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito.

RESULTANDO:

PRIMERO.-El siete de septiembre de dos mil quince, se recibió en la Oficina de Certificación


Judicial y Correspondencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el oficio 14/2015-ST,
signado por los Magistrados integrantes del Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, a través del cual, denunciaron la contradicción de criterios, entre los sustentados
por ese órgano colegiado, al resolver el recurso de queja 141/2015; el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, al resolver el recurso de queja 34/2015 y el recurso de
reclamación 9/2015; así como el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del
Décimo Séptimo Circuito, al resolver el recurso de queja civil 60/2012, del que derivó la tesis
aislada, de rubro: "RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA LA
INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL JUICIO
DE AMPARO, EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA,
DEBE TRAMITARSE COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO PARA
IMPUGNARLA POR DESECHARSE AQUÉL."(1)

SEGUNDO.-Recibidos los autos, mediante proveído de diez de septiembre de dos mil quince, el
presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación: i) admitió a trámite la denuncia de
posible contradicción y la registró con el número 256/2015; ii) advirtió que el problema materia del
presente asunto estaba relacionado con la diversa contradicción de tesis 172/2014,(2) turnada al
Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, por lo que ordenó turnarlo a dicho Ministro ponente; iii)
solicitó al Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer Circuito y al Primer
Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito, que remitieran la
copia certificada de las ejecutorias dictadas en los asuntos de su índice, debiendo informar si el
criterio sostenido en ellas continuaba vigente; y, iv) ordenó dar vista a los Plenos de Circuito
respectivos para su conocimiento, respecto de la integración de la presente contradicción.

Mediante acuerdo de diecisiete de septiembre de dos mil quince,(3) el Primer Tribunal Colegiado
en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Séptimo Circuito remitió a este Alto Tribunal, la versión
digitalizada del recurso de queja 60/2012 e informó que el criterio sustentado en la resolución
plenaria tomada en ella, continuaba vigente. Por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia de Trabajo del Tercer Circuito remitió los autos de veintidós de septiembre de dos mil
quince y de once de febrero de dos mil dieciséis,(4) en los cuales ordenó remitir las resolución del
recurso de queja 9/2015 y del proveído de diez de marzo de dos mil quince dictado en el recurso de
queja 34/2015, e informó que el criterio sostenido en ellas se encontraba vigente.
Por acuerdo de veintitrés de febrero de dos mil dieciséis,(5) el presidente de este Alto Tribunal tuvo
por recibidas tales comunicaciones y consideró que el presente asunto se encontraba debidamente
integrado, por lo que ordenó el envío de los autos al Ministro ponente.

Por acuerdo de diecisiete de mayo de dos mil dieciséis, la Primera Sala de este Alto Tribunal se
avocó al conocimiento del presente asunto.(6) En sesión de veintinueve de junio de dos mil
dieciséis, los Ministros integrantes de la Primera Sala acordaron el envío de los autos al Pleno de
este Alto Tribunal para su conocimiento y resolución.(7) En ese sentido, el presidente de la
Suprema Corte dictó proveído en el que ordenó que se devolvieran los autos al Pleno del Tribunal.
(8)

CONSIDERANDO:

PRIMERO.-Competencia. Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para conocer y resolver el presente asunto, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 94, párrafo octavo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 225 y
226, fracción II, de la Ley de Amparo y 10, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
la Federación, en relación con el punto segundo, fracción VII, del Acuerdo General Plenario
Número 5/2013, publicado en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de mayo de dos mil
trece, toda vez que se trata de una contradicción de tesis sustentada entre Tribunales Colegiados de
diverso circuito en un tema que pertenece a la materia común.

Lo anterior tiene sustento en el criterio emitido por el Pleno de este Alto Tribunal, contenido en la
tesis P. I/2012 (10a.), de rubro: "CONTRADICCIÓN DE TESIS ENTRE TRIBUNALES
COLEGIADOS DE DIFERENTE CIRCUITO. CORRESPONDE CONOCER DE ELLAS A LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO
107, FRACCIÓN XIII, PÁRRAFO SEGUNDO, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN
EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 6 DE JUNIO DE 2011)."

SEGUNDO.-Legitimación. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima, de


conformidad con lo previsto por los artículos 107, fracción XIII, segundo párrafo, constitucional y
226, fracción II y 227, fracción II, de la Ley de Amparo vigente, pues en el caso, fue realizada por
los Magistrados integrantes del Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del Tercer
Circuito, órgano que sostuvo uno de los criterios que motivaron la presente contradicción de tesis.

TERCERO.-Criterios contendientes. Para poder resolver el presente asunto, en primer lugar, debe
determinarse si, en el caso, existe contradicción de criterios, para lo cual, es necesario analizar las
ejecutorias que participan en la misma.

I. El diecisiete de agosto de dos mil doce, el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de
Trabajo del Décimo Séptimo Circuito dictó resolución en el recurso de queja 60/2012, del que es
necesario conocer los antecedentes siguientes, que se desprenden del cuerpo de esa ejecutoria:

1. El diez de agosto de dos mil doce, el Juez Primero de Distrito en el Estado de Chihuahua dictó
resolución en el incidente de suspensión derivado del juicio de amparo **********, en la cual,
negó la suspensión definitiva solicitada por la parte quejosa en el juicio de amparo, respecto de
actos del Magistrado de la Cuarta Sala Civil del Supremo Tribunal de Justicia en el Estado y del
Juez Tercero de lo Civil del Distrito Judicial Morelos, ambos del Estado de Chihuahua.

2. En contra de tal determinación, el autorizado de la parte quejosa interpuso recurso de queja el


quince de agosto de dos mil doce. Dicho medio de impugnación se resolvió conforme a la Ley de
Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece. En su resolución, el Tribunal Colegiado
estableció lo siguiente:

• Del escrito de agravios del recurrente, se advierte que interpuso recurso de queja, en términos de
lo previsto en el artículo 95, fracción XI, de la Ley de Amparo (abrogada),(9) contra la resolución
interlocutoria que negó la suspensión definitiva.

• El recurso de queja debe desecharse por improcedente, toda vez que el artículo 95 de la Ley de
Amparo no prevé supuesto alguno en el que se establezca la procedencia del recurso de queja en
contra de la resolución que decida sobre la suspensión definitiva.

• Por su parte, el artículo 83, fracción II, inciso a), de la Ley de Amparo(10) establece la
procedencia del recurso de revisión en contra de las resoluciones que concedan o nieguen la
suspensión definitiva. Por lo tanto, la resolución de diez de agosto de dos mil doce, por la que se
negó la suspensión definitiva solicitada, sólo es impugnable a través del recurso de revisión, y no el
de queja.

• No obstante, en atención a la naturaleza de la resolución recurrida y la pretensión exteriorizada por


la recurrente, en concordancia con el derecho humano de tutela judicial efectiva, debe tramitarse y
resolverse el presente asunto, de conformidad con el medio de defensa idóneo, esto es, el recurso de
revisión.

• En los artículos 83 y 95 de la Ley de Amparo, el legislador federal estableció los supuestos de


procedencia de los recursos de revisión y de queja, atendiendo a la naturaleza de las resoluciones y
a la finalidad de cada uno de tales medios de defensa. Mientras la fracción XI del artículo 95(11)
prevé la procedencia del recurso de queja contra la resolución que concede o niega la suspensión
provisional, la fracción II, inciso a), del artículo 83 prevé la procedencia del recurso de revisión
contra la resolución que concede o niega la suspensión definitiva. Conforme a la propia Ley de
Amparo, los Tribunales Colegiados serán competentes para conocer de ambos recursos.

• De acuerdo a una interpretación sistemática de los artículos 17 constitucional, 8.1 y 25 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, la tutela jurisdiccional es el derecho público
subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y los términos que fijen las leyes, para
acceder de manera expedita a tribunales independientes e imparciales, a plantear una pretensión o
defenderse de ella, con el fin de que, a través de un proceso en el que se respeten ciertas
formalidades, se decida sobre la pretensión o defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión, para lo
cual, deben implementarse los mecanismos adecuados para desarrollar la posibilidad del recurso
judicial.

• De ahí que es factible y obligatorio, en observancia del principio de tutela judicial efectiva, que
con base en el examen exhaustivo del escrito de interposición de un recurso, en concordancia con la
resolución impugnada, sin imponer formulismos o rigorismos innecesarios, si el inconforme
interpone recurso de queja previsto en la fracción XI «del» artículo 95 de la Ley de Amparo, en
contra de la interlocutoria que define la suspensión definitiva en un juicio de amparo, la cual es
impugnable a través del recurso de revisión, debe darse entrada al recurso con base en los
lineamientos que rigen al recurso de revisión; sobre todo, si el propio sistema normativo permite
que sea sólo una la autoridad competente para conocer de ellos, esto es, los Tribunales Colegiados,
quienes tienen conocimiento técnico sobre la materia de cada uno de ellos, además de que están
constreñidos a tutelar la posibilidad del recurso judicial.

• Por lo tanto, si en el caso el recurrente externó su voluntad de impugnar la resolución en la que se


negó la suspensión definitiva solicitada, no obstante que le haya denominado recurso de queja, debe
darse entrada al recurso idóneo (revisión) para obtener una decisión de fondo sobre su pretensión.

• De esa ejecutoria derivó la tesis aislada XVII.1o.C.T.2 K (10a.), de rubro y texto siguientes:

"RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA LA INTERLOCUTORIA QUE


RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL JUICIO DE AMPARO, EN
OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA, DEBE TRAMITARSE
COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO PARA IMPUGNARLA POR
DESECHARSE AQUÉL. De la interpretación sistemática de los artículos 17 constitucional y 8,
numeral 1 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, se advierte que la tutela
jurisdiccional es el derecho público subjetivo que toda persona tiene, dentro de los plazos y
términos que fijen las leyes, para acceder de manera expedita -esto es, sin obstáculos- a tribunales
independientes e imparciales a plantear una pretensión o defenderse de ella, con el fin de que a
través de un proceso en el que se respeten ciertas formalidades, se decida sobre la pretensión o la
defensa y, en su caso, se ejecute esa decisión, para ello deben implementarse los mecanismos
necesarios y eficaces para desarrollar la posibilidad del recurso judicial. De ahí que, en observancia
al principio de tutela judicial efectiva, si se interpone el recurso de queja previsto en la fracción XI
del numeral 95 de la Ley de Amparo, contra la interlocutoria que resuelve sobre la suspensión
definitiva en un juicio de amparo, cuyo medio de impugnación procedente es el de revisión
contemplado en el artículo 83, fracción II, inciso a), de la citada ley reglamentaria, debe tramitarse
con base en los lineamientos que lo rigen, no obstante la denominación (recurso de queja) que le
otorgó; máxime que el propio sistema normativo de los medios de impugnación de mérito, permiten
que sea sólo una autoridad la competente para conocer de ellos (Tribunal Colegiado) con pleno
conocimiento técnico sobre la materia de cada uno de ellos, a más de que se encuentra constreñida a
tutelar la posibilidad del recurso judicial."(12)

II. El trece de mayo de dos mil quince, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito, dictó resolución en el recurso de reclamación 9/2015, del que es necesario conocer
los antecedentes siguientes que se desprenden del cuerpo de esa ejecutoria:

1. En el cuaderno incidental, derivado del juicio de amparo indirecto **********, promovido por el
síndico del Municipio de Puerto Vallarta, Jalisco, el Juzgado Tercero de Distrito en Materia
Administrativa y de Trabajo en el Estado de Jalisco dictó interlocutoria el veintiséis de febrero de
dos mil quince, en la que concedió la suspensión definitiva, respecto a algunos actos reclamados y
la negó respecto a otros. En contra de tal resolución, la autorizada de la parte quejosa interpuso
recurso de queja.
2. El medio de impugnación fue turnado al Segundo Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo del
Tercer Circuito. El diez de marzo de dos mil quince, dicho órgano dictó proveído en el recurso de
queja 34/2015, en el que estableció lo siguiente, conforme a la Ley de Amparo vigente:

• En términos del artículo 76 de la Ley de Amparo,(13) el medio ordinario de defensa para resolver
sobre la suspensión definitiva es el recurso de revisión, de acuerdo con los artículos 81, fracción I,
inciso a)(14) y 86 de la Ley de Amparo.(15)

• Por lo tanto, se debe remitir el escrito relativo a la Oficina de Correspondencia Común de los
Tribunales Colegiados en Materia de Trabajo del Tercer Circuito, para que se dejen sin efectos el
registro y turno correspondientes de dicho recurso y se turne a este Tribunal Colegiado como
recurso de revisión.

3. En contra de tal determinación, la parte quejosa interpuso recurso de reclamación,(16) del que
conoció dicho Tribunal Colegiado, bajo el número 9/2015. El trece de mayo de dos mil quince,
dictó resolución en la que estableció lo siguiente, conforme a la Ley de Amparo vigente:

• Contrario a lo alegado, no se surte la hipótesis de procedencia del recurso de queja que prevé el
artículo 97, fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo.(17) De acuerdo a tal disposición, el recurso
de queja procede en contra de las resoluciones que rehúsen la admisión de fianzas o contrafianzas,
admitan las que no reúnan los requisitos legales o que puedan ser excesivas o insuficientes.

• Por su parte, el artículo 81, fracción I, inciso a), de la propia ley establece la procedencia del
recurso de revisión en amparo indirecto, en contra de las resoluciones que concedan o nieguen la
suspensión definitiva, en el que deberán impugnarse los acuerdos pronunciados en audiencia
incidental. Al respecto, es importante considerar que, en la contradicción de tesis 7/93,(18) el Pleno
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que el recurso de revisión es procedente en
contra de la interlocutoria que concede la suspensión, aunque sólo se impugne la garantía a la que se
sujetó su efectividad, toda vez que la fijación de la garantía en los casos que proceda forma parte de
la resolución que concede la suspensión de los actos reclamados, por ser condicionamiento de su
eficacia.

• Por lo tanto, sería improcedente el recurso de queja planteado con fundamento en el artículo 97,
fracción I, inciso c), al interponerse en contra de la resolución interlocutoria, en la cual se resolvió
sobre la suspensión definitiva de los actos reclamados, aun cuando sólo se impugne la parte en la
que se condiciona la efectividad de la medida al otorgamiento de la garantía prevista en los artículos
132 y 136 de la Ley de Amparo. Ello, pues en contra de la interlocutoria que decida sobre la
suspensión definitiva procede el recurso de revisión.

• Lo anterior, si se toma en cuenta que una parte integrante de la interlocutoria que acuerda sobre la
suspensión definitiva es la garantía fijada para que surta efectos dicha medida cautelar, en términos
de los artículos 132 y 136, segundo párrafo, de la Ley de Amparo.

• De lo contrario, esto es, si se admitiera la procedencia del recurso de queja en contra de las
resoluciones que concedan o nieguen la suspensión definitiva sólo en la parte que provea sobre la
garantía como requisito de efectividad, llevaría al extremo de contemplar la procedencia de dos
recursos (revisión y queja) en contra de una misma resolución, con base en lo expuesto por los
recurrentes, sin atender a la resolución recurrida, lo cual es contrario al principio de certeza jurídica
que toda ley debe otorgar a los gobernados.

• No pasa desapercibido que, al resolver la contradicción de tesis 7/93, se interpretó la Ley de


Amparo vigente hasta el dos de abril de dos mil trece. No obstante, lo decidido en tal asunto se
considera aplicable, pues la Ley de Amparo sigue contemplando la procedencia del recurso de
revisión en contra de las resoluciones dictadas en el juicio de amparo indirecto que concedan o
nieguen la suspensión definitiva y, como requisito de efectividad, el otorgamiento de una garantía.

• Por lo tanto, al no actualizarse la procedencia del recurso de queja, conforme al artículo 97,
fracción I, inciso c), de la Ley de Amparo, en observancia al principio de tutela judicial efectiva, el
medio de impugnación debe tramitarse con base en los lineamientos que rigen el recurso de
revisión, no obstante la determinación que se le otorgó. Sirve de apoyo a tal determinación, la tesis
XVII.1o.C.T.2 K (10a.), del Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo
Séptimo Circuito, de rubro: "RECURSO DE QUEJA. SI SE INTERPONE CONTRA LA
INTERLOCUTORIA QUE RESUELVE SOBRE LA SUSPENSIÓN DEFINITIVA EN EL JUICIO
DE AMPARO, EN OBSERVANCIA AL PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA,
DEBE TRAMITARSE COMO RECURSO DE REVISIÓN, POR SER EL IDÓNEO PARA
IMPUGNARLA POR DESECHARSE AQUÉL."

III. El veintisiete de agosto de dos mil quince, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia de Trabajo
del Tercer Circuito dictó resolución en el recurso de queja 141/2015, del que es necesario conocer
los antecedentes siguientes, que se desprenden del cuerpo de esa ejecutoria:

1. El veinte de agosto de dos mil quince, el Juzgado Tercero de Distrito en Materias Administrativa
y de Trabajo del Tercer Circuito dictó interlocutoria en el incidente de suspensión derivado del
juicio de amparo indirecto **********, en la que, por una parte, concedió y, por

5).-
Época: Novena Época

Registro: 196457
Instancia: Segunda Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo VII, Abril de 1998
Materia(s): Común
Tesis: 2a./J. 21/98
Página: 213
INTERÉS JURÍDICO EN EL AMPARO. LAS COPIAS FOTOSTÁTICAS SIMPLES, POR
SÍ SOLAS, NO LO ACREDITAN.

Conforme a lo dispuesto por el artículo 217 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de
aplicación supletoria a la Ley de Amparo, el valor probatorio de las fotografías de documentos, o de
cualesquiera otras aportadas por los descubrimientos de la ciencia, cuando carecen de certificación,
queda al prudente arbitrio judicial como indicios. Esta Suprema Corte, en diversas tesis de
jurisprudencia, ha sostenido que el quejoso debe probar fehacientemente su interés jurídico, por ello
debe estimarse que las copias fotostáticas sin certificación son insuficientes para demostrarlo, si no
existe en autos otro elemento que, relacionado con aquéllas, pudiera generar convicción de que el
acto reclamado afecta real y directamente los derechos jurídicamente tutelados del quejoso.

Amparo en revisión 428/89. Guías de México, A.C. 14 de agosto de 1989. Mayoría de cuatro votos.
Disidente: Atanasio González Martínez. Ponente: José Manuel Villagordoa Lozano. Secretario: José
Luis Mendoza Montiel.

Amparo en revisión 1442/89. Compañía Bozart, S.A. de C.V. 18 de septiembre de 1989. Mayoría
de cuatro votos. Ponente y disidente: Atanasio González Martínez. Secretaria: Amanda R. García
González.

Amparo en revisión 2085/89. Telas y Compuestos Plásticos, S.A. de C.V. 9 de octubre de 1989.
Cinco votos. Ponente: Fausta Moreno Flores de Corona. Secretario: Jorge Antonio Cruz Ramos.

EJECUTORIA.-

Registro Núm. 4811; Novena Época; Segunda Sala; Semanario Judicial


de la Federación y su Gaceta

Tomo VII, Abril de 1998, página 213.

AMPARO EN REVISIÓN 197/98. EUSEBIO MARTÍNEZ MORENO.

CONSIDERANDO:
CUARTO.-Los agravios son infundados en una parte e inoperantes en otra.

En sus agravios, el recurrente medularmente combate la determinación del


Juez de Distrito de sobreseer en el juicio de amparo por considerar que los
actos reclamados en éste no afectaban su interés jurídico.

Quien interpone el recurso también cuestiona el carácter heteroaplicativo de


las disposiciones legales que combate.

De la lectura de los actos reclamados y de sus antecedentes, se desprende que


el quejoso combate el artículo décimo transitorio de la Ley del Seguro Social,
publicada en el Diario Oficial de la Federación el veintiuno de diciembre de
mil novecientos noventa y cinco y el artículo séptimo transitorio de la Ley de
los Sistemas de Ahorro para el Retiro, publicada en el citado órgano
informativo el veintitrés de mayo de mil novecientos noventa y seis. Dichos
preceptos quedaron reproducidos dentro de las consideraciones de la sentencia
del Juez de Distrito que aparecen en el considerando segundo de este fallo; de
su lectura se desprende que se refieren al traslado de las subcuentas de ahorro
para el retiro a las administradoras correspondientes y en la concentración de
los recursos respectivos a los trabajadores que no hayan optado por designar
administradora en la cuenta concentradora a nombre del Instituto Mexicano
del Seguro Social.

Esta Segunda Sala advierte que, tal como lo consideró el Juez de Distrito, el
quejoso no acredita el perjuicio personal y directo que los preceptos señalados
hacen a su esfera jurídica, por lo que se estima que carece de interés jurídico
para combatirlos.

Las tesis de jurisprudencia obligatoria 178 y 179 del Tomo I y 326 del Tomo
VI del Apéndice de mil novecientos noventa y cinco al Semanario Judicial de
la Federación, obligan al gobernado a comprobar fehacientemente que se
encuentra dentro de los supuestos normativos previstos por las leyes que
impugna. Dichas tesis señalan:

"INTERÉS JURÍDICO EXAMINAR LA CONSTITUCIONALIDAD DE


UNA LEY SIN HABERLO ACREDITADO, VULNERA LOS PRINCIPIOS
DE ‘INSTANCIA DE PARTE AGRAVIADA’, Y DE ‘RELATIVIDAD DE
LOS EFECTOS DE LA SENTENCIA’.-Los artículos 107, fracciones I y II de
la Constitución Federal y 4o., 76 y 80 de la Ley de Amparo, respectivamente,
establecen el principio de instancia de parte agraviada y el de relatividad de
los efectos de la sentencia de amparo, que prohíben hacer una declaración
general de la constitucionalidad o inconstitucionalidad de la ley o acto
reclamado y los efectos que debe tener la sentencia dictada en un juicio de
garantías que conceda el amparo, en cuanto que encierra una declaración de
restitución para el quejoso. En consecuencia, legalmente debe exigirse para la
procedencia del juicio constitucional que los promoventes acrediten
plenamente su interés jurídico, para el efecto de que si así lo estima fundado la
autoridad que conozca del juicio de garantías, esté en posibilidad de conceder
la protección de la Justicia Federal respecto de personas determinadas, en
forma particularizada por su interés, y a la vez conceda la protección en el
efecto procedente, lo cual no se podría satisfacer si el interés de los
promoventes del amparo no se acredita plenamente, toda vez que existiría la
posibilidad de conceder el amparo por una ley o un acto que no les cause
ningún perjuicio en sus derechos, por no estar dirigidos a ellos y, en ese caso,
los efectos restitutorios del amparo serían en contra de lo establecido por los
preceptos citados."

"INTERÉS JURÍDICO. NECESIDAD DE ACREDITARLO EN EL


AMPARO CONTRA LEYES.-A pesar de que al juicio de amparo pudiera
llamársele el verdadero juicio popular, esto no significa que la acción de
amparo para reclamar la inconstitucionalidad de leyes o de actos, sea popular,
toda vez que su ejercicio se encuentra limitado, en términos de lo dispuesto
por la fracción I del artículo 107 constitucional y por el artículo 4o. de la Ley
de Amparo, a instancia de parte agraviada, lo que significa que uno de los
presupuestos indispensables para la procedencia de la acción sea la
comprobación del interés jurídico del quejoso, el cual no puede tenerse por
acreditado por el solo hecho de promoverse el juicio de garantías, en atención
a que tal proceder sólo implica la pretensión de excitar al órgano
jurisdiccional, lo que es distinto a demostrar que la ley o el acto de la
autoridad que se impugnan le obligan, lesionando sus derechos; así que no
demostrándose que el quejoso se encuentre dentro de los presupuestos
procesales que regulan las leyes cuya constitucionalidad impugne, no se
satisface ese requisito procesal consistente en acreditar el interés jurídico."
"INTERÉS JURÍDICO PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL
JUICIO DE AMPARO. A FIN DE TENERLO POR ACREDITADO NO
BASTA LA PRESENTACIÓN DE LA DEMANDA RESPECTIVA.-De
conformidad con lo dispuesto por los artículos 107, fracción I, de la
Constitución General de la República y 4o. de la Ley de Amparo en relación
con la fracción V del artículo 73 de este ordenamiento, el juicio de garantías
se seguirá siempre a instancia de parte agraviada, lo que significa que uno de
los presupuestos para la procedencia de la acción constitucional es la
comprobación plena del interés jurídico del quejoso, pudiendo hacerlo por
cualquiera de los medios de prueba previstos por las leyes, pero no basta para
tenerse por acreditado el solo hecho de presentar la demanda respectiva, lo
que implica únicamente la pretensión de excitar al órgano jurisdiccional, pero
no la comprobación de que la ley o acto reclamado lesionan sus intereses
jurídicos por lo que de no satisfacerse dichos requisitos, debe sobreseerse en el
juicio de amparo."

Los criterios que informan las tesis de jurisprudencia precedentemente


reproducidas permiten establecer que, en el caso, corresponde al quejoso
acreditar fehacientemente que se encuentra dentro de los supuestos de los
artículos décimo transitorio de la Ley del Seguro Social y séptimo transitorio
de la Ley de los Sistemas de Ahorro para el Retiro. El quejoso exclusivamente
ofreció como pruebas de su parte las constancias que obran a fojas once y
doce del expediente de amparo y dado que son copias fotostáticas simples,
cuyo valor probatorio es el de un mero indicio, se estima que no son
suficientes para acreditar el interés jurídico, como lo sostiene la tesis de esta
Sala, en su anterior conformación, publicada en la Octava Época del
Semanario Judicial de la Federación, Tomo IV, Primera Parte, página 172, que
dice:

"COPIAS FOTOSTÁTICAS, VALOR PROBATORIO DE LAS.-Conforme a


lo dispuesto por el artículo 217 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
de aplicación supletoria a la Ley de Amparo, el valor probatorio de las
fotografías de documentos, o de cualesquiera otras aportadas por los
descubrimientos de la ciencia, cuando carecen de certificación, queda al
prudente arbitrio judicial como indicios, y por ello, debe estimarse acertado el
criterio del juzgador si considera insuficientes las copias fotostáticas para
demostrar el interés jurídico del quejoso."

De lo expuesto hasta aquí, se desprende que las copias fotostáticas simples


que exhibió el quejoso como único medio de prueba no son suficientes para
acreditar su interés jurídico para acudir al juicio de amparo. Cabe añadir que
de autos no se desprende ningún otro elemento que aunado a ellas pueda
generar en este órgano colegiado la convicción de la afectación al interés
jurídico del quejoso, ya que, por un lado, no ofreció ninguna otra probanza y,
por el otro, no señaló en su demanda de amparo ninguna autoridad ejecutora,
la que podría haber reconocido la existencia de los actos reclamados y, por lo
mismo, el interés jurídico del quejoso. Por las razones expresadas, debe
estimarse que el agravio esgrimido en este tenor resulta infundado.

Las consideraciones vertidas con anterioridad hacen innecesario examinar lo


relativo al carácter autoaplicativo de las disposiciones combatidas, dado que,
en todo caso, el quejoso debió acreditar su interés jurídico; al respecto, la
Suprema Corte ha sentado la tesis de jurisprudencia obligatoria número 202
del Tomo I del Apéndice 1917-1995 al Semanario Judicial de la Federación,
que establece:

"LEYES, AMPARO CONTRA. EL INTERÉS JURÍDICO PARA


INTERPONERLO NO SE ACREDITA CON AFIRMAR QUE SE ESTARÁ
BAJO SUS SUPUESTOS.-La demostración de la afectación jurídica por un
ordenamiento requiere que el quejoso acredite estar colocado, desde su
entrada en vigor, bajo los supuestos que dicha norma contempla (cuando se
reclama como autoaplicativa) o bien que su aplicación afecta sus intereses
jurídicos (cuando se impugna como heteroaplicativa); luego entonces, no es
suficiente el dicho del quejoso de que se colocará bajo su hipótesis y que, por
tanto, se le aplicará, puesto que aunque ello aconteciera sería hasta que
ocurriese lo uno o lo otro, y no antes, que esa ley afectara su esfera jurídica."

Por otro lado, no es el caso de ordenar reponer el procedimiento para que el


Juez de Distrito oficiosamente recabe las pruebas necesarias para acreditar el
interés jurídico, ya que, contrariamente a lo pretendido por el quejoso, la
suplencia de la deficiencia de la queja se realiza en torno de los conceptos de
violación o los agravios, pero no puede implicar el perfeccionamiento de las
pruebas o su integración al expediente oficiosamente, como se desprende de la
interpretación en sentido contrario del último párrafo del artículo 78 de la Ley
de Amparo, que establece:

"El Juez de amparo podrá recabar oficiosamente pruebas que, habiendo sido
rendidas ante la responsable, no obren en autos y estime necesarias para la
resolución del asunto."

Del precepto reproducido se desprende que es requisito para que el Juez


recabe oficiosamente las pruebas que éstas hayan sido rendidas ante la
responsable.

Por lo que se estima que este agravio es inoperante.

Corolario de lo expuesto es determinar que ante lo infundado e inoperante de


los agravios esgrimidos, debe confirmarse la sentencia recurrida que
sobreseyó en el juicio.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO.-Se confirma la sentencia recurrida.

SEGUNDO.-Se sobresee en el juicio de amparo promovido por Eusebio


Martínez Moreno, en contra de los actos de las autoridades señaladas en el
resultando primero de esta resolución.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, vuelvan los autos al juzgado de


su origen y, en su oportunidad, archívese el toca como asunto concluido.

Así lo resolvió la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,


por unanimidad de cinco votos de los Ministros Juan Díaz Romero, Mariano
Azuela Güitrón, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Genaro David Góngora
Pimentel y presidente Sergio Salvador Aguirre Anguiano. Fue ponente el
segundo de los Ministros antes mencionados.

6).-
Época: Novena Época
Registro: 167346

Instancia: Primera Sala

Tipo de Tesis: Jurisprudencia

Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XXIX, Abril de 2009

Materia(s): Común

Tesis: 1a./J. 4/2009

Página: 515

SUSPENSIÓN PROVISIONAL. CUANDO EL QUEJOSO SE


OSTENTA COMO TERCERO EXTRAÑO AL JUICIO Y RECLAMA
EL DESPOSEIMIENTO DE UN BIEN INMUEBLE, PUEDE
ACREDITAR SU INTERÉS JURÍDICO INDICIARIA O
PRESUNTIVAMENTE.

Conforme al artículo 124 de la Ley de Amparo, para otorgar la


suspensión provisional es necesario, además de comprobarse la existencia
del acto reclamado, que: a) la solicite el agraviado, b) no se siga perjuicio
al interés social ni se contravengan disposiciones de orden público; y, c)
sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al
agraviado con la ejecución del acto. Ahora bien, el requisito relativo a que
la suspensión sea solicitada por el agraviado supone la demostración de su
interés en forma presuntiva, esto es, ese acreditamiento implica que
tratándose de actos tendientes a privar de la posesión, corresponde al
peticionario de garantías la carga procesal de allegar elementos de prueba
suficientes para establecer indiciaria o presuntivamente que realmente es
titular de un derecho posesorio sustentado en una causa legal que podrá
afectarse con la ejecución. Lo anterior, porque la suspensión de los actos
reclamados participa de la naturaleza de una medida cautelar cuyos
presupuestos son la apariencia del buen derecho y el peligro en la
demora. Así, la sola presentación, por quien se ostenta tercero extraño al
juicio, de un contrato privado de comodato, arrendamiento o
compraventa original, aunque carente de fecha cierta, con la demanda de
garantías, configura su interés presuntivo, al dar certeza, en un cálculo de
probabilidades, de que efectivamente tiene una causa legal y que
realmente posee el bien.

EJECUTORIA.-

Registro Núm. 21509; Novena Época; Primera Sala; Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta

Tomo XXIX, Abril de 2009, página 516.

CONTRADICCIÓN DE TESIS 101/2008-PS. ENTRE LOS CRITERIOS SUSTENTADOS POR


EL NOVENO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO Y
LOS TRIBUNALES COLEGIADOS TERCERO, CUARTO Y DÉCIMO TERCERO, TODOS EN
MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

CONSIDERANDO:

PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es competente para
conocer de la posible contradicción de tesis denunciada, de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 197-A de
la Ley de Amparo y 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en
relación con el punto segundo del Acuerdo 5/2001, emitido por el Pleno de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en virtud de que la posible contradicción de criterios se presentó en la materia
civil, la que es competencia exclusiva de esta Sala.

SEGUNDO. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte legítima, conforme a lo


dispuesto por el artículo 197-A de la Ley de Amparo, habida cuenta que la formularon quienes
tienen la calidad de Magistrados de circuito.
TERCERO. El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el toca
QC. 24/2008, en lo que interesa, consideró lo siguiente:

"... Son infundados los motivos de inconformidad antes sintetizados. El artículo 124 de la Ley de
Amparo, dispone: Del texto transcrito se advierten los requisitos mínimos para conceder la
suspensión definitiva del acto reclamado, precepto que es complementado con lo dispuesto en los
artículos 125 y 135 de la propia Ley de Amparo, según la naturaleza del acto reclamado. Así, esos
requisitos previstos en las fracciones I y II del artículo citado, es que lo solicite el agraviado y que
con su concesión no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden
público, y otro, contemplado en la fracción III del mismo precepto, es que la ejecución del acto
reclamado cause al agraviado daños y perjuicios de difícil reparación. Lo primero, resulta
fundamental, ya que es necesario acreditar que se es agraviado y que de no concederse la
suspensión solicitada, se causarán daños y perjuicios de difícil reparación, siendo que en el caso de
la suspensión provisional, dada la prontitud que se requiere para su emisión, es necesario
únicamente acreditar de manera indiciaria que se es titular del derecho que se invoca, y cuando se
refiere al tema de la posesión, debe acreditarse tanto por lo que se refiere al título jurídico que es la
base o fuente de su derecho como al hecho mismo de la posesión cuya tutela se pide como
manifiesta concreción de la existencia de ese derecho. Sobre el particular resulta aplicable la
jurisprudencia 1/2002, del Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
publicada en la página 5, Tomo XV, febrero de 2002, Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, cuyo rubro y texto indican: ‘POSESIÓN. PARA QUE SEA OBJETO DE
PROTECCIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, CUANDO EL QUEJOSO SE
OSTENTA COMO PERSONA EXTRAÑA AL JUICIO DEL ORDEN CIVIL, DEBE
ACREDITAR SU DERECHO A POSEER CON UN TÍTULO SUSTENTADO EN ALGUNA
FIGURA JURÍDICA O PRECEPTO DE LAS LEGISLACIONES SECUNDARIAS
RELATIVAS. ...’. El carácter indiciario de la prueba del derecho cuya tutela se pide con la medida
cautelar se apoya en las propias disposiciones de la Ley de Amparo, tomándose como base un
hecho, una circunstancia o documento, que sea verosímil y que sea cierto y conocido por virtud del
cual, con arreglo a las reglas de la lógica y la experiencia, el Juez de Distrito pueda presumir
válidamente esa afectación que se invoca por el agraviado y que los actos que reclama pueden
causarle daños y perjuicios de difícil reparación. En ese sentido, un primer indicio de la existencia
de ese derecho y la posibilidad de su afectación con la ejecución de los actos reclamados viene
determinado con la afirmación bajo protesta de decir verdad, contenida en la demanda, de los
hechos y abstenciones que le consten al agraviado y que constituyen antecedentes del acto o actos
reclamados, el cual es un requisito formal de la demanda que refleja el acto unilateral de voluntad
del quejoso de solicitar la actividad jurisdiccional y exigir la tutela correspondiente al derecho
sustantivo que estima violado, por lo cual es un dato que el juzgador federal no puede discriminar al
momento de pronunciarse sobre la procedencia de la suspensión provisional de los actos
reclamados. Empero ese indicio es insuficiente por sí mismo para acreditar esa titularidad del
derecho cuando se reclama el desposeimiento de un bien, no obstante que la institución del amparo
se apoya en el principio de la buena fe, porque se parte también de la posible afectación que la
decisión judicial tendrá sobre el actuar de la autoridad y los terceros y exige que el mismo sea
corroborado con otros elementos de prueba como puede ser la constancia documental de la
existencia de un título que acredite la posesión que se ostenta respecto del bien cuya tutela cautelar
se decide y de aquellas que demuestren o hagan presumir el hecho de la posesión que es el derecho
cuya tutela se pretende decidir de modo provisional. En efecto, un acto de autoridad no puede
paralizarse por el solo hecho de que quien promueve el amparo en su contra, solicite su suspensión,
sino que para ello debe haber prueba indiciaria, o sea, tiene que estar probado indiciariamente, que
esa persona es titular de un derecho legítimamente tutelado, que se verá afectado a consecuencia de
la ejecución del acto. En el caso de que quien solicite el amparo sea parte en el juicio del cual
emanan los actos reclamados, no precisa acreditar su interés jurídico, porque éste es inherente a su
calidad de parte. Así, el solo hecho de figurar como parte en el juicio natural, da al quejoso la
legitimación para solicitar la suspensión del acto reclamado, ya que como parte del juicio, los actos
que del mismo emanen, presuntamente lo agravian, y ello será suficiente para que si el acto es cierto
o se presume su certeza, y además es susceptible de suspenderse, se decrete la suspensión de dicho
acto. En cambio, cuando se trata de persona extraña a la controversia natural, debe acreditar
indiciaria o presuntivamente su interés jurídico en los autos del incidente de suspensión, en
acatamiento a lo dispuesto en el artículo 124, fracción I, de la Ley de Amparo, puesto que conforme
a este precepto, el quejoso debe aportar una prueba idónea y suficiente que revele presuntivamente,
que hay cierta veracidad de la existencia del derecho que podría afectarse con la ejecución del acto
reclamado. Ese acreditamiento en forma indiciaria o presuntiva implica que, tratándose de actos
tendientes a privar de la posesión como el de la especie, si bien no se puede exigir la prueba
testimonial que es la idónea para acreditar plenamente la posesión, que es propio del análisis del
fondo del amparo, también lo es que el peticionario de garantías debe allegar elementos de prueba,
como documentos públicos o privados de fecha cierta anterior al juicio natural, que por sí mismos,
no son aptos para acreditar plenamente la posesión y que son susceptibles de ser desvirtuados en la
secuela del procedimiento, pero que debe ser suficientes para establecer en forma indiciaria o
presuntiva que el quejoso realmente es titular de un derecho que podrá afectarse con la ejecución,
ya que al decretarse la medida cautelar no se realiza un análisis relativo a la calidad de la posesión,
es decir, si es originaria, derivada, legítima, ilegítima, de buena fe o de mala fe, porque la finalidad
es únicamente decidir si procede suspender los actos que presumiblemente causarán daños y
perjuicios de difícil reparación al agraviado. En ese contexto, debe exigirse la prueba presuntiva o
indiciaria suficiente para otorgar la suspensión como medida accesoria de un juicio de amparo
porque participa de la naturaleza de una medida cautelar cuyos presupuestos son la verosimilitud de
la existencia de un derecho y el peligro en la demora. El primero de ellos se basa en un
conocimiento a priori, o sea que implica un análisis previo sobre el derecho que será materia del
fondo o sea un cálculo de posibilidades sobre la inconstitucionalidad del acto reclamado, dirigido a
lograr una decisión de mera probabilidad respecto de la existencia del derecho discutido en el juicio
de amparo. Por tanto, para la concesión de la medida, en estricta observancia a los requisitos
contenidos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, es necesario que se establezcan los medios de
prueba de los cuales derive la probable o presunta existencia del derecho invocado por el quejoso,
de modo tal que, según un cálculo de probabilidades, sea posible anticipar que en la sentencia de
amparo se declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado, para lo cual el Juez Federal debe
tomar en cuenta si las pruebas aportadas revelan que hay un interés suspensional que va a ser
tutelado. Es así, porque el tercero extraño con su petición de suspensión podrá paralizar un acto
judicial que se presume válido, con lo que se perjudicaría al interés social y al orden público que
están por encima del interés particular afectado, si es que realmente carece de ese interés
suspensional, máxime cuando se trata de una sentencia que es cosa juzgada para las partes que
intervinieron en el mismo. Así lo ha sostenido el Tribunal en Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación en la jurisprudencia 96/97, publicada en la página 23, Tomo VI, diciembre de 1997,
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, cuyo rubro y texto indican:
‘SUSPENSIÓN PROVISIONAL CUANDO SE RECLAMA EL DESPOSEIMIENTO DE UN
BIEN. EL JUEZ DEBE PARTIR DEL SUPUESTO DE QUE LOS ACTOS RECLAMADOS SON
CIERTOS, PERO PARA ACREDITAR EL REQUISITO DEL ARTÍCULO 124, FRACCIÓN I,
DE LA LEY DE AMPARO, EL QUEJOSO DEBE DEMOSTRAR, AUNQUE SEA
INDICIARIAMENTE, QUE TALES ACTOS LO AGRAVIAN. ...’ Esto es así, porque si bien es
cierto que este Tribunal Colegiado en diversos precedentes ha sostenido que para acreditar la
posesión que se solicita sea protegida a través de la institución de la suspensión, la prueba idónea es
la testimonial, también lo es que ese medio de prueba no puede recibirse en el incidente de
suspensión para acreditar ese hecho, por lo que no puede exigirse al quejoso una prueba que no
solamente no está en condiciones de aportar sino que por la sumariedad del incidente de suspensión,
al momento de decidirse provisionalmente sobre el mismo, no puede ser analizado por el juzgador
conforme a las reglas del proceso ordinario sino que debe apreciarlas según la apariencia del buen
derecho que sea materia de la litis incidental. Precisamente, en función de lo anterior y la
experiencia que proviene de la práctica judicial es que se arriba a la convicción de que ese extremo
sí puede ser acreditado analizando conjuntamente los indicios que se desprenden de la Ley de
Amparo y que se refieren tanto a la protesta de decir verdad sobre los hechos antecedentes del acto
o actos reclamados que realiza el quejoso como a la verosimilitud de los mismos que se corroboren
con las constancias documentales que aporte que no sólo acredita la existencia de un título jurídico
que dé la posesión que se ostenta y se defiende a través de la suspensión provisional en cuanto se
pretenden evitar daños y perjuicios de difícil reparación, sino de que existen realmente hechos que
permiten presumir la posesión misma y con anterioridad a la ejecución de los actos reclamados, y se
trata de pruebas que por sí solas no son aptas para acreditar plenamente la posesión, pero
conjuntamente pueden arrojar, aunque sea indiciariamente la convicción de la existencia del
derecho y de su ejercicio cuya tutela se pretende, lo cual hasta ese momento, tampoco presupone un
análisis en cuanto a la calidad de la posesión, sino únicamente la base para suspender los actos que
presumiblemente causarán daños y perjuicios de difícil reparación para el agraviado. Sobre la base
anterior, los indicios que se desprenden tanto de la protesta de decir verdad de los hechos
antecedentes de los actos reclamados que se contiene en la demanda de garantías y el contrato de
comodato que en copia certificada acompañó la quejosa a la demanda de amparo celebrado entre
********** en su carácter de comodataria, y **********, como comodante, el cinco de
septiembre de dos mil cuatro y que registró en la Secretaría de Finanzas de la Tesorería del Distrito
Federal el ocho de septiembre de dos mil cuatro, que permite presumir que es de fecha cierta, no
arrojan la convicción judicial suficiente de que se acredita la existencia de los actos reclamados e
indiciariamente la titularidad de la posesión cuya tutela se pide. Esto es así, porque a través del
contenido de dicha documental (contrato de comodato) se acredita la existencia de un acuerdo de
voluntades entre dos particulares respecto de un inmueble, pero no demuestra indiciariamente que el
quejoso ha entrado a poseer y ejerce actos de posesión posteriores por quien solicita el amparo, por
lo que sí era necesario que el quejoso ofreciera otras pruebas relacionadas con el contrato de
comodato, pues este último no obstante ser de fecha cierta sólo acreditaría la existencia del acto
jurídico que contiene y de que puede presumirse su data desde la fecha de su inscripción ante la
autoridad fiscal local, pero por sí mismo no acredita el hecho de la posesión que es el objeto de la
suspensión provisional y, por tanto, para acreditar ese extremo, requiere de otros documentos
privados como pago de servicios de energía eléctrica, teléfono o la recepción de correspondencia,
para hacer presumir la posesión que se ha ejercido y cuya protección cautelar se reclama, pues sólo
así se acreditaría, por un lado, para los efectos de la suspensión tanto el derecho del quejoso a
poseer el inmueble a que alude, así como permite que entró a poseer y mantiene la posesión en sí
misma. Por tanto, adversamente a lo señalado por el recurrente, la mera existencia de un contrato de
comodato exhibido en copia certificada con la demanda de garantías presentado con anterioridad a
la existencia de los actos reclamados ante la autoridad fiscal respectiva, le da el carácter de un
documento de fecha cierta y presume que el acuerdo de voluntades contenido en el mismo existe
desde la fecha de su registro ante dicha autoridad sobre lo que no existe duda hasta ese momento del
proceso incidental, pero por sí mismo no refleja el hecho de la posesión, sino que requiere de otras
pruebas que por su naturaleza permitan inferir la existencia de actos o hechos posesorios del
referido inmueble pasados y actuales, que puedan arrojar la convicción que de no suspenderse los
actos reclamados puedan causarse perjuicios de difícil reparación. En esa medida devienen
inaplicables las tesis cuyos rubros son: ‘SUSPENSIÓN PEDIDA POR EXTRAÑOS A UN
PROCEDIMIENTO.’; ‘SUSPENSIÓN PEDIDA POR UN TERCERO EXTRAÑO A JUICIO. EL
INTERÉS JURÍDICO SE ACREDITA PRESUNTIVAMENTE MEDIANTE UN CONTRATO DE
ARRENDAMIENTO.’; ‘INTERÉS JURÍDICO DEL TERCERO EXTRAÑO A JUICIO EN LA
SUSPENSIÓN. SE JUSTIFICA CON COPIA CERTIFICADA DEL CONTRATO QUE
JUSTIFIQUE LA POSESIÓN O USUFRUCTO Y CON LA ADMISIÓN DE LOS ACTOS
RECLAMADOS POR PARTE DE LA AUTORIDAD RESPONSABLE.’; ‘SUSPENSIÓN
PEDIDA POR EXTRAÑOS A UN PROCEDIMIENTO (ARRENDAMIENTO).’;
‘DOCUMENTOS PRIVADOS, FECHA CIERTA DE LOS.’ y ‘DOCUMENTOS PRIVADOS.
QUÉ DEBE ENTENDERSE POR FECHA CIERTA DE LOS.’, dado que se trata de criterios
aislados que no obligan a este tribunal y fundamentalmente porque en términos de lo expuesto en
esta ejecutoria, no basta que se acredite la fecha cierta del documento en que consta el acto jurídico
con el que se demuestra el título que se tiene que poseer, pues con ello sólo se demuestra hasta ese
momento del procedimiento, la veracidad de un acto que da nacimiento al derecho de la posesión,
sino que resulta necesario que, además, se acrediten los hechos de la posesión que se defiende a
través de la institución cautelar, para los cuales sí es relevante que el quejoso aporte las constancias
o pruebas necesarias que permitan presumir al juzgador de amparo la veracidad del hecho de la
posesión misma y con anterioridad a la ejecución de los actos reclamados. En ese tenor, la tesis de
este tribunal cuyo rubro es: ‘SUSPENSIÓN PEDIDA POR UN TERCERO EXTRAÑO A JUICIO.
EL INTERÉS JURÍDICO SE ACREDITA PRESUNTIVAMENTE MEDIANTE UN CONTRATO
DE ARRENDAMIENTO.’, no le obliga a seguir un criterio que se estima superado en función de lo
expuesto en este fallo, porque debe partirse de la base de la demostración presuntiva del interés
jurídico suspensional no sólo del derecho a través de la prueba legalmente admisible en esa fase del
procedimiento como la documental de fecha cierta, sino de los actos posesorios que derivan del
mismo y cuya tutela se exige en la vía incidental. En mérito de lo expuesto, lo que procede es
confirmar la resolución recurrida y negar la suspensión provisional de los actos reclamados." (fojas
45 a 55 del toca).

CUARTO. Por su parte, el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al
resolver el toca QC. 12-XI/2008, consideró, lo que enseguida se expone:
"CUARTO. Análisis de agravios. En su único agravio, la recurrente aduce que la autoridad de
amparo se equivoca al estimar que la documental que contiene el contrato de compraventa de cuatro
de noviembre de mil novecientos noventa y uno es insuficiente para acreditar de manera presuntiva
el interés jurídico, cuando lo cierto es, dice, que tal probanza tiene valor de ‘indicio’ o ‘presunción’
para demostrar tanto el derecho de propiedad, como la posesión que tiene sobre el cuarto número
**********, planta alta, de la casa ubicada en calle ********** número **********, colonia
**********, delegación **********. En relación a esto, agrega que para efectos de obtener la
suspensión provisional es suficiente el indicio que arroja la documental mencionada. El motivo de
inconformidad planteado es infundado. En conformidad con lo dispuesto en el artículo 124 de la
Ley de Amparo, para que se decrete la suspensión del acto reclamado, se requieren tres elementos, a
saber: 1. Que la solicite el agraviado. 2. Que no se siga perjuicio al interés social, ni se
contravengan disposiciones de orden público. 3. Que sean de difícil reparación los daños y
perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto. En cuanto al primero de los
elementos mencionados, es necesario que el quejoso demuestre, cuando menos en forma indiciaria,
que es titular del derecho que estima violado. En el caso justiciable, ********** se ostenta persona
extraña al juicio ordinario civil número 1992/1994, del índice del Juzgado Trigésimo de lo Civil del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, seguido por ********** en contra de
**********, su sucesión, y alega, en lo sustancial que, en ese juicio se dictó la sentencia de
veintisiete de mayo de dos mil cuatro, que aprobó el remate del inmueble ubicado en calle
**********, número **********, colonia **********, delegación ********** de esta ciudad,
con motivo de lo cual se le pretende desposeer del bien que es de su propiedad y que identifica
como ‘cuarto número **********, planta alta’, de la casa descrita. Para demostrar sus
aseveraciones exhibió la documental de fecha incierta consistente en el contrato privado de
compraventa de cuatro de noviembre de mil novecientos noventa y uno que, en su concepto, es
indicio suficiente para obtener la suspensión del acto de desposeimiento. Es cierto que la suspensión
provisional debe concederse cuando el quejoso demuestra, al menos en forma indiciaria, que el acto
reclamado le agravia; sin embargo, como resolvió el Juez Federal, en el presente asunto el quejoso
no logra ese propósito, pues no basta la demostración de cualquier indicio, sino el indicio serio, por
ejemplo, undocumento de presuntiva veracidad, que precisamente tenga relación directa con lo que
será materia de la suspensión. En el caso concreto, la forma escrita del contrato privado de
compraventa de cuatro de noviembre de mil novecientos noventa y uno, solamente constituye un
indicio de la celebración del acto que ahí se documentó, es decir, una pretendida compraventa; sin
embargo, no logra demostrar, ni aun indiciariamente, la situación de hecho relativa a que dicha
impetrante tenga la posesión del inmueble y cuya privación es lo que constituye la materia de la
suspensión solicitada. En esas condiciones, ninguna ilegalidad entraña la decisión del Juez Federal,
al negar la suspensión provisional solicitada por el ahora recurrente, pues en efecto, la documental
exhibida (contrato de compraventa) por sí sola es insuficiente para probar, al menos de manera
indiciaria, que el acto reclamado le agravia ya que, en su caso, dicho peticionario debió ofrecer
elementos de prueba tendentes a demostrar la posesión de la que, dijo, se le pretende privar, como
fueron pagos de suministro de energía eléctrica, teléfono o la recepción de diversa correspondencia,
que sí se encuentran enderezados a demostrar esa situación de hecho. Sirve de apoyo a lo anterior,
la jurisprudencia P./J. 96/97, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en
la página 23, Tomo VI, diciembre de 1997, Novena Época del Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta, que es del siguiente tenor: ‘SUSPENSIÓN PROVISIONAL CUANDO SE
RECLAMA EL DESPOSEIMIENTO DE UN BIEN. EL JUEZ DEBE PARTIR DEL SUPUESTO
DE QUE LOS ACTOS RECLAMADOS SON CIERTOS, PERO PARA ACREDITAR EL
REQUISITO DEL ARTÍCULO 124, FRACCIÓN I, DE LA LEY DE AMPARO, EL QUEJOSO
DEBE DEMOSTRAR, AUNQUE SEA INDICIARIAMENTE, QUE TALES ACTOS LO
AGRAVIAN.’ (la transcribe). En esa tesitura, al no haber ofrecido el quejoso ningún medio de
prueba que acreditara ni aun en forma presuntiva que los actos de desposeimiento que reclama y
que serían la materia de la suspensión solicitada, le agraviaran, es evidente que no se actualizan los
requisitos previstos en el artículo 124 de la Ley de Amparo y, por tanto, debe subsistir la negativa
de la suspensión solicitada. En cuanto a su afirmación en el sentido de que no es necesaria la
demostración plena del interés jurídico para efectos de la suspensión provisional y que en ese
momento procesal la autoridad de amparo no debe prejuzgar sobre la certeza del derecho. Por otro
lado, es inoperante el agravio relativo a que la tesis aplicada por el Juez de Distrito del rubro:
‘CONTRATO PRIVADO DE ARRENDAMIENTO. ES INSUFICIENTE PARA CONCEDER LA
SUSPENSIÓN DEFINITIVA PORQUE NO DEMUESTRA EN FORMA INDICIARIA O
PRESUNTIVA QUE EL QUEJOSO ES TITULAR DEL DERECHO DE POSESIÓN QUE
PODRÁ AFECTARSE CON LA EJECUCIÓN.’, no es aplicable ni aun por analogía. Lo ineficaz
de su alegato estriba en que al margen de la aplicabilidad del criterio invocado por el Juez de
amparo, ello no modifica el sentido de la resolución impugnada. En similares términos debe
desestimarse el motivo de disenso consistente en que el Juez de Distrito no debió analizar la
representación de quien firmó el contrato de compraventa de cuatro de noviembre de mil
novecientos noventa y uno, pues tal inconformidad no logra desvirtuar las consideraciones del Juez
de amparo, ni demuestra que el quejoso haya demostrado la afectación sufrida con motivo del acto
reclamado. En consecuencia, dado el resultado de los agravios antes estudiados, lo procedente es
declarar infundada la presente queja."

QUINTO. Finalmente, el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
al fallar el juicio de amparo en revisión RC. 117/2008-13, en lo que interesa resolvió:

"IV. Es inoperante el anterior agravio. El Juez de Distrito negó la suspensión definitiva de los actos
reclamados, porque la quejosa no acreditó su interés jurídico. Las razones de esa conclusión son:
Que la quejosa se ostenta tercera extraña al juicio ordinario civil número 608/2006, seguido por
**********, en contra de **********, ante el Juez Trigésimo Séptimo de lo Civil del Distrito
Federal, invocando un derecho de posesión sobre el departamento número **********, del edificio
número **********, de la calle de **********, en la colonia **********, de esta ciudad; que
para acreditar su interés jurídico exhibió una serie de recibos de luz y un contrato privado de
comodato de primero de abril de dos mil cinco; pero que esas documentales son insuficientes para
acreditar la posesión que dice tener sobre ese inmueble, porque los recibos de luz están a nombre de
otra persona y el contrato de comodato es de fecha incierta. En contra de tales consideraciones la
recurrente aduce que para determinar la certeza del acto jurídico que le da derecho a poseer el
inmueble de referencia, exhibió unos recibos de pago de energía eléctrica, en los que si bien no
consta su nombre, la verdad es que ella fue la que realizó los pagos, atento a que el inmueble de
regencia lo tiene en préstamo. Se sostiene que tal agravio resulta inoperante para revocar la
resolución recurrida, porque los aludidos recibos de consumo de energía eléctrica, en los que si bien
no consta su nombre, atento a que el inmueble de referencia lo tiene en préstamo. Se sostiene que
tal agravio resulta inoperante para revocar la resolución recurrida, porque los aludidos recibos de
consumo de energía eléctrica, únicamente justifican que se pagó en ese servicio en los meses a que
tales documentos se refieren; pero de ellos no se infiere que quien los presenta en la suspensión
posea el inmueble a que aquéllos se refieren o que sean aptos para considerar que el mencionado
contrato de comodato es de fecha cierta, porque de conformidad con lo dispuesto en el artículo
2034, fracción III, del Código Civil para el Distrito Federal, la fecha cierta de un documento
privado no se adquiere por la existencia de unos recibos de consumo de energía eléctrica, sino a
partir del día en que tal instrumento se inscriba en el Registro Público de la Propiedad
correspondiente, o ante un funcionario en razón de su oficio, o a partir de la fecha de la muerte de
cualquiera de sus firmantes. Lo anterior con apoyo en la jurisprudencia de la extinta Tercera Sala de
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada con el número 237 en el Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, compilación 1917-1995, Tomo IV, Materia Civil, página 162,
que reza: ‘DOCUMENTOS PRIVADOS, FECHA CIERTA DE LOS.’ (la transcribe). Y
jurisprudencia número 1a./ 44/2005, de la actual Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo
XXI, junio de 2005, página 77, que en lo conducente dice: ‘DOCUMENTO PRIVADO DE FECHA
CIERTA. PARA CONSIDERARLO COMO TAL ES SUFICIENTE QUE SE PRESENTE ANTE
NOTARIO PÚBLICO Y QUE ÉSTE CERTIFIQUE LAS FIRMAS PLASMADAS EN ÉL.’. En
consecuencia, si los recibos de consumo de energía eléctrica, no acreditan la posesión ni son aptos
para considerar que el mencionado contrato de comodato es de fecha cierta, es legal la resolución
recurrida, pues para resolver sobre la suspensión definitiva de los actos reclamados, es correcto que,
sin dejar de observar los requisitos contenidos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, el Juez de
Distrito haga una apreciación de carácter provisional de la inconstitucionalidad del acto reclamado.
Esto con apoyo en la jurisprudencia número P./J. 15/96, del Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época,
Tomo III, abril de 1996, página 16, que es como sigue: ‘SUSPENSIÓN. PARA RESOLVER
SOBRE ELLA ES FACTIBLE, SIN DEJAR DE OBSERVAR LOS REQUISITOS CONTENIDOS
EN EL ARTÍCULO 124 DE LA LEY DE AMPARO, HACER UNA APRECIACIÓN DE
CARÁCTER PROVISIONAL DE LA INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO
RECLAMADO.’. En consecuencia, debe confirmarse la resolución que se revisa."

SEXTO. Por otra parte, el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al
fallar en sesión de tres de julio de dos mil ocho, los recursos de queja QC. XI 3/2008-IV, QC. XI
4/2008, y QC. XI 5/2008, en lo que interesa resolvió:

"... Lo fundado de los agravios deriva de que en primer lugar la tesis de jurisprudencia que cita el
Juez Federal no resulta aplicable al caso, ya que dicha tesis en todo caso se podrá aplicar al resolver
el fondo del juicio de garantías. Esto es así, ya que el interés para conceder la suspensión en el
juicio de garantías debe ser presuncional, es decir, puede deducirse de la existencia de un enlace
más o menos necesario entre los hechos probados y aquellos que se buscan, poniéndolos unos frente
a otros y enlazándolos entre sí lógicamente. En ese contexto, el análisis de los documentos
ofrecidos para demostrar el interés en el incidente de suspensión debe realizarse sin prejuzgar sobre
la certeza del derecho, es decir, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos
reclamados, ya que esto sólo puede determinarse en la sentencia de amparo con base en un
procedimiento más amplio y con mayor información, teniendo en cuenta siempre que la
determinación tomada en relación con la suspensión no debe influir en la sentencia de fondo, toda
vez que aquélla sólo tiene el carácter de provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la certeza
de la existencia de las pretensiones. Lo anterior, en la medida en que el estudio de la validez de un
acto jurídico para efectos del juicio de amparo debe realizarse hasta la sentencia constitucional,
porque atañe al fondo del juicio y es hasta esa etapa y momento procesal en el que se exige que el
quejoso demuestre fehacientemente su interés jurídico y no se deduzca con base en presunciones,
tan es así, que incluso tratándose de la falta de acreditamiento del interés jurídico al momento de
promover la demanda de garantías, no opera el desechamiento de la misma por notoria
improcedencia por falta de dicho interés jurídico cuando es promovida por un tercero extraño a
juicio, y si esto ocurre en el cuaderno principal donde la rigidez en la prueba es mayor, menos
puede en el incidente de suspensión exigirse un rigorismo en la prueba del interés en obtener la
suspensión al pretender que sea igual al que se exige en el cuaderno principal cuando se dicta la
sentencia de fondo. Sobre el particular es de invocar la jurisprudencia 1a./J. 28/2005, de la Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en la página 245 del Tomo XXI, de mayo
de 2005, Semanario Judicial de la Federación, que establece: ‘INTERÉS JURÍDICO EN EL
AMPARO. LA FALTA DE ACREDITAMIENTO, NO DA LUGAR AL DESECHAMIENTO DE
LA DEMANDA POR NOTORIAMENTE IMPROCEDENTE, CUANDO ÉSTA SE PROMUEVE
POR UN TERCERO EXTRAÑO A JUICIO.’ (la transcribe). Luego, no es válido examinar los
vicios que pudiera presentar el documento con el que se pretende acreditar la titularidad del bien,
pues basta que sea idóneo para deducirla en forma presuntiva. Así las cosas, en el caso basta que la
quejosa haya exhibido el original del contrato de arrendamiento con su demanda de garantías y haya
exhibido copia simple del mismo para su cotejo y en razón de lo anterior obre copia certificada de
dicho acuerdo de voluntades en el cuaderno incidental para que se acredite el interés en obtener la
suspensión, sin necesidad de que dicha documental se robustezca con alguna otra prueba, razón por
la que son fundados los agravios propuestos. Apoya lo anterior la tesis que sustentó la Tercera Sala
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario Judicial de la Federación,
Quinta Época, fuente CVIII, página 947, cuyo rubro y texto es el siguiente: ‘SUSPENSIÓN
PEDIDA POR EXTRAÑOS A UN PROCEDIMIENTO.’ (la transcribe). Así como la tesis que
sustentó la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, visible en el Semanario
Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo CV, página 2765, que dice: ‘SUSPENSIÓN
PEDIDA POR EXTRAÑOS A UN PROCEDIMIENTO (ARRENDAMIENTO).’ (la transcribe).
En la especie, se surten los requisitos previstos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, para la
concesión de la suspensión, habida cuenta que fue solicitada por el agraviado, no se sigue perjuicio
al interés social, ni se contravienen disposiciones de orden público, y son de difícil reparación los
daños y perjuicios que se causarían a la quejosa con la ejecución del acto reclamado, ya que podría
ser desposeída del inmueble que dice ocupa en su calidad de arrendataria. Es aplicable al caso, la
tesis de la entonces Tercera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, publicada en la
página mil ochenta y cuatro del Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo CVI, con
el rubro y texto siguiente: ‘LANZAMIENTO, SUSPENSIÓN TRATÁNDOSE DE.’ (la transcribe).
En esas circunstancias, procede conceder la suspensión solicitada por la quejosa, para el efecto de
que las cosas se mantengan en el estado que se encuentran y no sea lanzada del inmueble ubicado
en la calle de ********** número **********, ********** piso, colonia **********, delegación
**********, en esta ciudad. Esta medida cautelar surte sus efectos de inmediato, con fundamento
en los artículos 125, 130 y 139 de la Ley de Amparo, pero dejará de tenerlos si el quejoso no otorga
garantía, a fin de responder por los daños y perjuicios que dicha medida pudiera ocasionar a la
tercera perjudicada dentro del plazo de cinco días contados a partir de que sea notificada de esta
resolución ante el Juez de Distrito, en cualquiera de las formas permitidas por la ley. Lo anterior es
así, porque del análisis de la demanda de garantías se aprecia que esencialmente, la quejosa reclamó
la orden de lanzamiento decretada por el Juez Octavo del Arrendamiento Inmobiliario del Distrito
Federal, respecto del inmueble que dice que ocupa en calidad de arrendataria, que es el ubicado en
calle de ********** número **********, ********** piso, colonia **********, delegación
**********, código postal **********, de esta ciudad, lo que implica que con la concesión de la
medida cautelar decretada, la parte tercera perjudicada a cuyo favor se decretó el lanzamiento, se
verá restringida en el derecho adquirido en el juicio al que la quejosa dice que es ajena, por todo el
tiempo que dure la vigencia de la suspensión provisional. Luego, esa restricción en el derecho
adquirido, implica que el tercero resentirá los daños y perjuicios generados por la imposibilidad de
su ocupación o explotación, de ahí que por tratarse de un local comercial, se fija discrecionalmente,
conforme a lo dispuesto por el artículo 125 de la Ley de Amparo, la cantidad de seis mil pesos
como garantía para que continúe surtiendo sus efectos la suspensión provisional de la ejecución del
acto reclamado, cantidad que equivale a una mensualidad rentística que se considera, porque la
medida estará vigente durante setenta y dos horas, de acuerdo con lo establecido por el artículo 131
de la Ley de Amparo, y además, porque del análisis de la demanda de garantías no se desprende
dato alguno relacionado con la cuantía del juicio natural. Por otra parte, advirtiéndose la posible
contradicción de tesis entre este Tribunal Colegiado con los diversos Tercero, Cuarto y Décimo
Tercero todos en Materia Civil de este circuito procédase a efectuar la denuncia correspondiente
ante la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. En estas condiciones y al ser
fundados los agravios propuestos, procede declarar fundado el presente recurso de queja."

SÉPTIMO. Del análisis íntegro de las ejecutorias que en su parte medular han quedado transcritas
en los considerandos anteriores, se arriba a la conclusión de que sí existe la contradicción de tesis
denunciada, por las razones siguientes:

En la sentencia dictada por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en la
queja civil 24/2008, se advierte que:

1. La recurrente en la queja se ostenta persona extraña al juicio ordinario civil, acción


reivindicatoria, del índice del Juzgado Vigésimo Cuarto de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia
del Distrito Federal, en el que alega que se le pretende despojar de cierto bien inmueble.

Para demostrar sus aseveraciones exhibió la documental de fecha cierta consistente en un contrato
de comodato de cinco de septiembre de dos mil cuatro.

2. Mediante proveído de veintidós de abril de dos mil ocho, el Juez Sexto de Distrito en Materia
Civil del Distrito Federal negó la suspensión provisional, al considerar que el contrato de comodato
no demuestra ni aun en forma indiciaria, que el acto reclamado agravia a la parte quejosa, pues no
basta la demostración de cualquier indicio, sino el indicio serio, por tanto, debió ofrecer elementos
de prueba tendentes a demostrar la posesión de la que dijo se le pretende privar.

El Juez de Distrito se sustentó en lo resuelto por el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito.
En contra de tal determinación, la afectada interpuso recurso de queja, del que tocó conocer al
Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, quien sostuvo lo siguiente:

En el caso de la suspensión provisional, dada la prontitud que se requiere para su emisión, es


necesario únicamente acreditar de manera indiciaria que se es titular del derecho que se invoca, y
cuando se refiere al tema de la posesión, debe acreditarse tanto por lo que se refiere al título jurídico
que es la base o fuente de su derecho como al hecho mismo de la posesión cuya tutela se pide como
manifiesta concreción de la existencia de ese derecho.

El carácter de indiciario de la prueba del derecho cuya tutela se pide con la medida cautelar se
apoya en las propias disposiciones de la Ley de Amparo, tomándose como base un hecho, una
circunstancia o documento, que sea verosímil y que sea cierto y conocido por virtud del cual, con
arreglo a las reglas de la lógica y la experiencia, el Juez de Distrito pueda presumir válidamente esa
afectación que se invoca por el agraviado y que los actos que reclama pueden causarle daños y
perjuicios de difícil reparación.

Cuando se reclama el desposeimiento de un bien, no obstante que la institución del amparo se apoya
en el principio de la buena fe, porque se parte también de la posible afectación que la decisión
judicial tendrá sobre el actuar de la autoridad y los terceros y exige que el mismo sea corroborado
con otros elementos de prueba como puede ser la constancia documental de la existencia de un
título que acredite la posesión que se ostenta respecto del bien cuya tutela cautelar se decide y de
aquellas que demuestren o hagan presumir el hecho de la posesión que es el derecho cuya tutela se
pretende decidir de modo provisional.

Un acto de autoridad no puede paralizarse por el solo hecho de que quien promueve el amparo en su
contra, solicite su suspensión, sino que para ello debe haber prueba indiciaria, o sea, tiene que estar
probado indiciariamente, que esa persona es titular de un derecho legítimamente tutelado, que se
verá afectado a consecuencia de la ejecución del acto.

Cuando quien pide el amparo se trata de persona extraña a la controversia natural, debe acreditar
indiciaria o presuntivamente su interés jurídico en los autos del incidente de suspensión, en
acatamiento a lo dispuesto en el artículo 124, fracción I, de la Ley de Amparo, puesto que conforme
a este precepto, el quejoso debe aportar una prueba idónea y suficiente que revele presuntivamente,
que hay cierta veracidad de la existencia del derecho que podría afectarse con la ejecución del acto
reclamado.

Ese acreditamiento en forma indiciaria o presuntiva implica que, tratándose de actos tendientes a
privar de la posesión como el de la especie, si bien no se puede exigir la prueba testimonial que es
la idónea para acreditar plenamente la posesión, que es propio del análisis del fondo del amparo,
también lo es que el peticionario de garantías debe allegar elementos de prueba, como documentos
públicos o privados de fecha cierta anterior al juicio natural, que por sí mismos no son aptos para
acreditar plenamente la posesión y que son susceptibles de ser desvirtuados en la secuela del
procedimiento, pero que deben ser suficientes para establecer en forma indiciaria o presuntiva que
el quejoso realmente es titular de un derecho que podrá afectarse con la ejecución, ya que al
decretarse la medida cautelar no se realiza un análisis relativo a la calidad de la posesión, es decir, si
es originaria, derivada, legítima, de buena fe o de mala fe, porque la finalidad es únicamente decidir
si procede suspender los actos que presumiblemente causarán daños y perjuicios de difícil
reparación al agraviado.

En ese contexto, el contrato de comodato que en copia certificada acompañó la quejosa a la


demanda de amparo celebrado entre la comodataria y el comodante, el cinco de septiembre de dos
mil cuatro y que registró en la Secretaría de Finanzas de la Tesorería del Distrito Federal el ocho de
septiembre de dos mil cuatro, que permite presumir que es de fecha cierta, no arrojan la convicción
judicial suficiente de que se acredita la existencia de los actos reclamados e indiciariamente la
titularidad de la posesión cuya tutela se pide.

Esto es así, porque a través del contenido de dicha documental (contrato de comodato) se acredita la
existencia de un acuerdo de voluntades entre dos particulares respecto de un inmueble, pero no
demuestra indiciariamente que el quejoso ha entrado a poseer y ejerce actos de posesión posteriores
por quien solicita el amparo, por lo que sí era necesario que el quejoso ofreciera otras pruebas
relacionadas con el contrato de comodato, pues este último no obstante ser de fecha cierta sólo
acreditaría la existencia del acto jurídico que contiene y de que puede presumirse su data desde la
fecha de su inscripción ante la autoridad fiscal local, pero por sí mismo no acredita el hecho de la
posesión que es el objeto de la suspensión provisional y, por tanto, para acreditar ese extremo,
requiere de otros documentos privados como pago de servicios de energía eléctrica, teléfono o la
recepción de correspondencia, para hacer presumir la posesión que se ha ejercido y cuya protección
cautelar se reclama, pues sólo así se acreditaría, por un lado, para los efectos de la suspensión tanto
el derecho del quejoso a poseer el inmueble a que alude así como que entró a poseer y mantiene la
posesión en sí misma; y,

Por tanto, adversamente a lo señalado por el recurrente, la mera existencia de un contrato de


comodato exhibido en copia certificada con la demanda de garantías presentada con anterioridad a
la existencia de los actos reclamados ante la autoridad fiscal respectiva, le da el carácter de un
documento de fecha cierta y presume que el acuerdo de voluntades contenido en el mismo existe
desde la fecha de su registro ante dicha autoridad sobre lo que no existe duda hasta ese momento del
proceso incidental, pero por sí mismo no refleja el hecho de la posesión, sino que requiere de otras
pruebas que por su naturaleza permitan inferir la existencia de actos o hechos posesorios del
referido inmueble pasados y actuales, que puedan arrojar la convicción que de no suspenderse los
actos reclamados puedan causarse perjuicios de difícil reparación.

El Tribunal Colegiado concluyó que no basta que se acredite la fecha cierta del documento en que
consta el acto jurídico con el que se demuestra el título que se tiene que poseer, pues con ello sólo
se demuestra hasta ese momento del procedimiento la veracidad de un acto que da nacimiento al
derecho de la posesión, sino que resulta necesario que además se acrediten los hechos de la
posesión que se defiende a través de la institución cautelar, para los cuales sí es relevante que el
quejoso aporte las constancias o pruebas necesarias que permitan presumir al juzgador de amparo la
veracidad de la ejecución de los actos reclamados.

En ese mismo sentido el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al
resolver la queja civil 12-XI/2008, en esencia se advierte lo siguiente:
1. La recurrente en la queja se ostenta persona extraña al juicio ordinario civil, del índice del
Juzgado Trigésimo de lo Civil del Distrito Federal, en el que alega que se le pretende despojar de
cierto bien inmueble.

Para demostrar sus aseveraciones exhibió la documental de fecha incierta consistente en un contrato
de compraventa de cuatro de noviembre de mil novecientos noventa y uno.

2. Mediante proveído de catorce de febrero de dos mil ocho, el Juez Sexto de Distrito en Materia
Civil del Distrito Federal negó la suspensión provisional, al considerar que el contrato de
compraventa es insuficiente para demostrar que tiene algún derecho de posesión respecto del
inmueble controvertido, habida cuenta que no se acompañan otros documentos que permiten
presumir que entró a poseer y mantiene la posesión del bien, tales como pagos de servicio de
energía eléctrica, teléfono o la recepción de diversa correspondencia.

En contra de tal determinación, la afectada interpuso recurso de queja, del que tocó conocer al
Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, quien sostuvo lo siguiente:

Es cierto que la suspensión provisional debe concederse cuando el quejoso demuestra, al menos en
forma indiciaria, que el acto reclamado le agravia; sin embargo, como resolvió el Juez Federal, en el
presente asunto el quejoso no logra ese propósito, pues no basta la demostración de cualquier
indicio, sino el indicio serio, por ejemplo, un documento de presuntiva veracidad, que precisamente
tenga relación directa con lo que será materia de la suspensión.

En el caso concreto, la forma escrita del contrato privado de compraventa de cuatro de noviembre
de mil novecientos noventa y uno, solamente constituye un indicio de la celebración del acto que
ahí se documentó, es decir, una pretendida compraventa; sin embargo, no logra demostrar, ni aun
indiciariamente, la situación de hecho relativa a que dicho impetrante tenga la posesión del
inmueble y cuya privación es lo que constituye la materia de la suspensión solicitada.

La documental exhibida (contrato de compraventa), por sí sola es insuficiente para probar, al menos
de manera indiciaria, que el acto reclamado le agravia ya que, en su caso, dicho peticionario debió
ofrecer elementos de prueba tendentes a demostrar la posesión de la que, dijo, se le pretende privar,
como fueron pagos de suministro de energía eléctrica, teléfono o la recepción de diversa
correspondencia, que sí se encuentran enderezados a demostrar esa situación de hecho; y,

En esa tesitura, al no haber ofrecido el quejoso ningún medio de prueba que acreditara ni aun en
forma presuntiva que los actos de desposeimiento que reclama y que serían la materia de la
suspensión solicitada, la agraviaran, es evidente que no se actualizan los requisitos previstos en el
artículo 124 de la Ley de Amparo.

De igual forma, el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al
resolver el recurso de revisión RC. 117/2008-13, consideró lo siguiente:

1. La recurrente en la revisión se ostenta persona extraña al juicio ordinario civil, del índice del
Juzgado Trigésimo Séptimo de lo Civil del Distrito Federal, en el que alega que se le pretende
despojar de cierto bien inmueble.
Para demostrar sus aseveraciones exhibió la documental de fecha incierta consistente en un contrato
privado de comodato de primero de abril de dos mil cinco.

2. Mediante proveído de dos de abril de dos mil ocho, el Juez Sexto de Distrito en Materia Civil del
Distrito Federal negó la suspensión definitiva, al considerar que el contrato de comodato, carente de
fecha cierta, es insuficiente para demostrar que tiene algún derecho de posesión respecto del
inmueble controvertido, habida cuenta que no se acompañan otros documentos que permiten
presumir que entró a poseer y mantiene la posesión del bien; no obsta a lo anterior que haya
exhibido como medios de prueba, tres recibos de pago con su respectivo talón, a nombre de otra
persona, así como un talón de pago de fecha al treinta y uno de enero de dos mil siete, y once
comprobantes de pago, de los cuales cuatro están a nombre de diversa persona y los restantes no
tienen datos en los rubros correspondientes a nombre y domicilio, lo anterior, ya que las
documentales fueron expedidas a persona diversa a la hoy quejosa y otras carecen de datos en los
rubros correspondientes a nombre y domicilio de quien recibe.

Apoyó sus consideraciones en lo resuelto por el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, al resolver el toca QC. 12-XI/2008.

Señaló que no se desconoce que el contrato de comodato por sí solo puede ser suficiente para
demostrar indiciariamente la posesión; sin embargo, tal cuestión únicamente acontece cuando el
contrato es de fecha cierta, pues de aceptar que cualquier contrato sin mínimo de certeza es útil para
conceder la suspensión, se llegaría al extremo de que cualquier documento que se puede prefabricar
y de fácil elaboración, es suficiente para detener la ejecución de una sentencia que constituye la
verdad legal.

En contra de tal determinación, la afectada interpuso recurso de revisión, del que tocó conocer al
Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, quien sostuvo lo siguiente:

Que los aludidos recibos de consumo de energía eléctrica, únicamente justifican que se pagó ese
servicio en los meses a que tales documentos se refieren; pero de ellos no se infiere que quien los
presenta en la suspensión posea el inmueble a que aquéllos se refieren o que sean aptos para
considerar que el mencionado contrato es de fecha cierta, porque de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 2034, fracción III, del Código Civil para el Distrito Federal, la fecha cierta de un
documento privado no se adquiere por la existencia de unos recibos de consumo de energía
eléctrica, sino a partir del día en que tal instrumento se inscriba en el Registro Público de la
Propiedad correspondiente, o ante un funcionario en razón de su oficio, o a partir de la fecha de la
muerte de cualquiera de sus firmantes; y,

En consecuencia, si los recibos de consumo de energía eléctrica, no acreditan la posesión ni son


aptos para considerar que el mencionado contrato de comodato es de fecha cierta, es legal la
resolución recurrida, pues para resolver sobre la suspensión definitiva de los actos reclamados, es
correcto que, sin dejar de observar los requisitos contenidos en el artículo 124 de la Ley de Amparo,
el Juez de Distrito haga una apreciación de carácter provisional de la inconstitucionalidad del acto
reclamado.
Por su parte, el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en sesión
celebrada el tres de julio de dos mil ocho, resolvió los recursos de queja QC. XI 3/2008-IV, QC. XI
4/2008, y QC. XI 5/2008, en los que consideró, en esencia:

1. La recurrente en la queja se ostenta persona extraña al juicio controversia de arrendamiento


inmobiliario, del índice del Juzgado Octavo del Arrendamiento Inmobiliario del Distrito Federal, en
el que alega que se le pretende despojar de cierto bien inmueble.

Para demostrar sus aseveraciones exhibió la documental de fecha incierta consistente en un contrato
de arrendamiento de tres de septiembre de dos mil siete.

2. Mediante proveído de veintisiete de junio de dos mil ocho, el Juez Sexto de Distrito en Materia
Civil del Distrito Federal negó la suspensión provisional, al considerar que el contrato de
arrendamiento que carece de fecha cierta es insuficiente por sí mismo para acreditar el interés
jurídico en el amparo, cuando el quejoso reclama el desposeimiento de un inmueble que dice poseer
en calidad de arrendamiento ostentándose como tercero extraño al juicio natural, pues resulta
imposible determinar con certeza si dicho contrato es anterior o posterior al reclamado; sin que lo
anterior impida que el interés jurídico se acredite con otras pruebas, como sería el pago de servicios
de energía eléctrica, teléfono, credencial de elector o la recepción de correspondencia a su nombre.

El Juez de Distrito se sustentó en lo resuelto por el Tercer, Cuarto y Décimo Tercer Tribunales
Colegiados en Materia Civil del Primer Circuito.

3. En contra de tal determinación, la afectada interpuso recurso de queja, del que tocó conocer al
Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, quien sostuvo lo siguiente:

Que al tercero extraño a juicio para acreditar el interés en obtener la suspensión, no debe exigírsele
que exhiba un documento de fecha cierta, ya que el interés para conceder la suspensión en el juicio
de garantías debe ser presuncional, es decir, puede deducirse de la existencia de un enlace más o
menos necesario entre los hechos probados y aquellos que se buscan, poniéndolos unos frente a
otros y enlazándolos entre sí lógicamente y en esas condiciones, el análisis de los documentos
ofrecidos para demostrar el interés en el incidente de suspensión debe realizarse sin prejuzgar sobre
la certeza del derecho, es decir, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos
reclamados, ya que esto sólo puede determinarse en la sentencia de amparo con base en un
procedimiento más amplio y con mayor información, teniendo en cuenta siempre que la
determinación tomada en relación con la suspensión no debe influir en la sentencia de fondo, toda
vez que aquélla sólo tiene el carácter de provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la certeza
de la existencia de las pretensiones.

Así, el estudio de la validez de un acto jurídico para efectos del juicio de amparo debe realizarse
hasta la sentencia constitucional, porque atañe al fondo del juicio y es hasta esa etapa y momento
procesal en el que se exige que el quejoso demuestre fehacientemente su interés jurídico y no se
deduzca con base en presunciones, tan es así, que incluso tratándose de la falta de acreditamiento
del interés jurídico al momento de promover la demanda de garantías, no opera el desechamiento de
la misma por notoria improcedencia por falta de dicho interés jurídico cuando es promovida por un
tercero extraño a juicio, y si esto ocurre en el cuaderno principal donde la rigidez en la prueba es
mayor, menos puede en el incidente de suspensión exigirse un rigorismo en la prueba del interés en
obtener la suspensión al pretender que sea igual al que se exige en el cuaderno principal cuando se
dicta la sentencia de fondo y, en consecuencia, no es válido examinar los vicios que pudiera
presentar el documento con el que se pretende acreditar la titularidad del bien, pues basta que sea
idóneo para deducirla en forma presuntiva.

En ese sentido, resolvió que bastaba que obrara copia certificada del contrato de arrendamiento en
el cuaderno incidental para que se acredite el interés en obtener la suspensión sin necesidad de que
dicha documental se robusteciera con alguna otra prueba.

De la reseña anterior se obtiene que los Tribunales Colegiados al resolver los asuntos examinaron
cuestiones jurídicas esencialmente iguales; es decir, si para poder otorgar la suspensión provisional
a un tercero extraño a juicio, cuando el acto reclamado se hace consistir en el desposeimiento de un
bien inmueble, basta con acreditar el interés indiciario o presuntivo, o se deben exhibir documentos
diversos para acreditar su acto posesorio plenamente, por lo que parten del examen de los mismos
elementos.

Empero, cada uno de los Tribunales Colegiados adoptó posiciones o criterios jurídicos discrepantes
en los considerandos de su respectiva sentencia, ya que mientras el Tercer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito sostuvo el criterio de que el contrato de comodato que en copia
certificada acompañó la quejosa a la demanda de amparo celebrado entre la comodataria y el
comodante, que registró en la Secretaría de Finanzas de la Tesorería del Distrito Federal, que
permite presumir que es de fecha cierta, no arroja la convicción judicial suficiente de que se
acredita la existencia de los actos reclamados e indiciariamente la titularidad de la posesión cuya
tutela se pide.

Lo anterior, ya que a través del contenido de dicha documental (contrato de comodato) se acredita
la existencia de un acuerdo de voluntades entre dos particulares respecto de un inmueble, pero no
demuestra indiciariamente que el quejoso ha entrado a poseer y ejerce actos de posesión posteriores
por quien solicita el amparo, por lo que sí era necesario que el quejoso ofreciera otras pruebas
relacionadas con el contrato de comodato, pues este último no obstante ser de fecha cierta sólo
acreditaría la existencia del acto jurídico que contiene y de que puede presumirse su data desde la
fecha de su inscripción ante la autoridad fiscal local, pero por sí mismo no acredita el hecho de la
posesión que es el objeto de la suspensión provisional y, por tanto, para acreditar ese extremo,
requiere de otros documentos privados como pago de servicios de energía eléctrica, teléfono o la
recepción de correspondencia, para hacer presumir la posesión que se ha ejercido y cuya protección
cautelar se reclama, pues sólo así se acreditaría, por un lado, para los efectos de la suspensión, tanto
el derecho del quejoso a poseer el inmueble a que alude, así como que entró a poseer y mantiene la
posesión en sí misma.

Por lo que respecta al recurso de queja que tocó conocer al Cuarto Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Primer Circuito, es de advertirse que conoció de un asunto en el que se exhibió una
documental de fecha incierta, consistente en un contrato de compraventa; siendo el caso que de la
lectura de la sentencia, se advierte que dicha situación no fue óbice para considerar que debía
acompañar otros documentos, como son, pagos de servicio de energía eléctrica, teléfono o la
recepción de diversa correspondencia, que acreditaran que existía algún derecho de posesión.
Por su parte, en la resolución emitida por el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, es de señalar que analizó una determinación que niega la suspensión definitiva,
exhibiéndose como prueba una documental de fecha incierta consistente en un contrato privado de
comodato, para lo cual consideró insuficiente para demostrar que tiene algún derecho de posesión
respecto del inmueble controvertido, habida cuenta que no se acompañaron otros documentos que
permitan presumir que entró a poseer y mantiene la posesión del bien; no obsta a lo anterior que
haya exhibido como medios de prueba tres recibos de pago con su respectivo talón, a nombre de
otra persona, así como un talón de pago de fecha treinta y uno de enero de dos mil siete, y once
comprobantes de pago, de los cuales cuatro están a nombre de diversa persona y los restantes no
tienen datos en los rubros correspondientes a nombre y domicilio, lo anterior, ya que las
documentales fueron expedidas a persona diversa a la hoy quejosa y otras carecen de datos en los
rubros correspondientes a nombre y domicilio de quien recibe.

Además el Tribunal Colegiado sostuvo que si los recibos de consumo de energía eléctrica no
acreditan la posesión ni son aptos para considerar que el mencionado contrato de comodato es de
fecha cierta, es legal la resolución recurrida, pues para resolver sobre la suspensión definitiva de los
actos reclamados, es correcto que, sin dejar de observar los requisitos contenidos en el artículo 124
de la Ley de Amparo, el Juez de Distrito haga una apreciación de carácter provisional de la
inconstitucionalidad del acto reclamado.

Por otra parte, el Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito sostuvo que al
tercero extraño a juicio para acreditar el interés en obtener la suspensión, no debeexigírsele que
exhiba un documento de fecha cierta, ya que el interés para conceder la suspensión en el juicio de
garantías debe ser presuncional; por tanto, no es válido examinar los vicios que pudiera presentar el
documento con el que se pretende acreditar la titularidad del bien, pues basta que sea idóneo para
deducirla en forma presuntiva. En ese sentido, resolvió que bastaba que obrara copia certificada del
contrato de arrendamiento en el cuaderno incidental para que se acredite el interés en obtener la
suspensión sin necesidad de que dicha documental se robusteciera con alguna otra prueba.

Así las cosas, el punto de contradicción que ha de resolverse consiste en determinar si para poder
otorgar la suspensión provisional a un tercero extraño a juicio, cuando el acto reclamado se hace
consistir en el desposeimiento de un bien inmueble, basta con acreditar el interés indiciario o
presuntivo, o se deben exhibir documentos diversos para acreditar su acto posesorio plenamente.

Es pertinente establecer desde ahora, que no resulta obstáculo para la existencia de la contradicción
de tesis, el hecho de que los criterios de los tribunales no se hayan formalizado en jurisprudencia o
en "tesis", en razón de que de conformidad con lo dispuesto por los artículos 107, fracción XIII, de
la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 197 y 197-A de la Ley de Amparo, basta
con que las Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o los Tribunales Colegiados de
Circuito, al dictar resoluciones en asuntos de su competencia sustenten criterios diferentes sobre un
mismo punto de derecho, para que proceda decidir cuál es el que deba prevalecer.

Resulta aplicable al caso la tesis de jurisprudencia que se identifica y lee como sigue:

"Novena Época

"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

"Tomo: XIII, abril de 2001

"Tesis: P./J. 27/2001

"Página: 77

"CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE PROCEDA LA DENUNCIA BASTA QUE EN


LAS SENTENCIAS SE SUSTENTEN CRITERIOS DISCREPANTES. Los artículos 107, fracción
XIII, de la Constitución Federal, 197 y 197-A de la Ley de Amparo establecen el procedimiento
para dirimir las contradicciones de tesis que sustenten los Tribunales Colegiados de Circuito o las
Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El vocablo 'tesis' que se emplea en dichos
dispositivos debe entenderse en un sentido amplio, o sea, como la expresión de un criterio que se
sustenta en relación con un tema determinado por los órganos jurisdiccionales en su quehacer legal
de resolver los asuntos que se someten a su consideración, sin que sea necesario que esté expuesta
de manera formal, mediante una redacción especial, en la que se distinga un rubro, un texto, los
datos de identificación del asunto en donde se sostuvo y, menos aún, que constituya jurisprudencia
obligatoria en los términos previstos por los artículos 192 y 193 de la Ley de Amparo, porque ni la
Ley Fundamental ni la ordinaria establecen esos requisitos. Por tanto, para denunciar una
contradicción de tesis, basta con que se hayan sustentado criterios discrepantes sobre la misma
cuestión por Salas de la Suprema Corte o Tribunales Colegiados de Circuito, en resoluciones
dictadas en asuntos de su competencia."

OCTAVO. Precisada la existencia y el tema de la contradicción de tesis y examinadas las


resoluciones que dieron origen a la misma, se considera que debe prevalecer la tesis jurisprudencial
sustentada en la presente resolución.

Así las cosas, a fin de tener una mayor claridad del asunto, cabe precisar cuál es la teleología de la
suspensión del acto reclamado.

El artículo 107, fracción X, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, establece:

"Artículo 107. Todas las controversias de que habla el artículo 103 se sujetarán a los
procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de acuerdo a las bases siguientes:

"...

"X. Los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y mediante las condiciones y
garantías que determine la ley, para lo cual se tomará en cuenta la naturaleza de la violación
alegada, la dificultad de reparación de los daños y perjuicios que pueda sufrir el agraviado con su
ejecución, los que la suspensión origine a terceros perjudicados y el interés público.

"Dicha suspensión deberá otorgarse respecto de las sentencias definitivas en materia penal al
comunicarse la interposición del amparo, y en materia civil, mediante fianza que dé el quejoso para
responder de los daños y perjuicios que tal suspensión ocasionare, la cual quedará sin efecto si la
otra parte da contrafianza para asegurar la reposición de las cosas al estado que guardaban si se
concediese el amparo, y a pagar los daños y perjuicios consiguientes."
Como se advierte, dicho precepto constitucional consagra a favor de los quejosos la prerrogativa
consistente en la suspensión de los actos reclamados, dejando amplio margen de libertad al
legislador secundario para fijar los casos, las condiciones y las garantías correspondientes para su
otorgamiento. Además, señala que los criterios orientadores para tal efecto, deben atender a la
naturaleza de la violación alegada (pues será distinta una violación a la libertad frente a una
violación a la posesión de un inmueble), a la dificultad de la reparación de los daños y perjuicios
que pueda sufrir el agraviado con la ejecución de los actos reclamados (entendiéndose que a mayor
dificultad debe haber mayor operancia de la suspensión), a los daños y perjuicios que pueda sufrir el
tercero perjudicado con esa medida (los que deben garantizarse mediante una fianza) y al interés
público (o sea, cuando la sociedad está interesada en la subsistencia de los actos reclamados).

Ahora bien, debe decirse que etimológicamente la palabra suspensión deriva del latín suspensio,
suspensionis, que es la acción y efecto de suspender. A su vez, el verbo "suspender", del latín
suspendere, en una de sus acepciones significa: "detener o diferir por algún tiempo una acción u
obra".

Aplicada al ámbito del juicio de amparo, la suspensión es la determinación judicial por la que se
ordena detener temporalmente la realización del acto reclamado mientras se resuelve la cuestión
constitucional planteada; por tanto, tal determinación tiene como objeto paralizar o impedir la
actividad que desarrolla o está por desarrollar la autoridad responsable y constituye una medida
precautoria que la parte quejosa solicita con el fin de que el daño o los perjuicios que pudiera
causarle la ejecución del acto que reclama no se realicen.

En ese orden de ideas, se tiene que la suspensión es una providencia cautelar de carácter meramente
instrumental para preservar la materia del juicio de garantías, cuyo contenido reviste la forma de un
mandato asegurador del cumplimiento y la ejecución de otra providencia principal que pudiere
ordenar la anulación de la conducta prevista, positiva o negativa, de una autoridad, haciendo cesar
temporalmente sus efectos obligatorios mientras se resuelve el amparo.

Es decir, el objeto primordial de esta providencia cautelar es mantener viva la materia del amparo,
impidiendo que el acto que lo motiva, al consumarse irreparablemente, haga ilusoria para el
agraviado la protección de la Justicia Federal, evitando a éste los perjuicios que la ejecución del
acto que reclama pudiera ocasionarle. Así, por virtud de la suspensión, el acto que se reclama queda
en suspenso, mientras se decide si es violatorio de la Constitución; es un medio más de protección
que, dentro del procedimiento del amparo, concede la ley a los particulares, toda vez que el Juez,
ante quien se presenta la demanda, antes de estudiar a fondo el caso que se lleva a su consideración,
de recibir prueba alguna y de saber de un modo cierto si existe una violación constitucional,
suspende la ejecución del acto (suspensión provisional); posteriormente, mediante un procedimiento
sumarísimo, que se reduce a una audiencia en que se oye al quejoso, a la autoridad responsable y al
Ministerio Público, determina si esa suspensión se concede en forma definitiva hasta en tanto se
resuelva el juicio de garantías.

Cobran aplicación a este respecto, en lo conducente, los siguientes criterios del Tribunal Pleno y de
la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la anterior integración, que esta Primera Sala
comparte, que a la letra dicen:
"Quinta Época

"Instancia: Pleno

"Fuente: Semanario Judicial de la Federación

"Tomo: XIX

"Página: 560

"SUSPENSIÓN. La consecuencia natural del fallo que concede la suspensión, es que el acto
reclamado no se ejecute y que las autoridades responsables se abstengan de continuar los
procedimientos, que tiendan a ejecutarlo; y si no lo hacen, sus actos constituyen un
desobedecimiento a la suspensión, pues los alcances de ésta son impedir toda actuación de las
autoridades responsables, para ejecutar el acto que se reclama.

"Queja en amparo administrativo 184/26. **********. 27 de septiembre de 1926. Unanimidad de


ocho votos. La publicación no menciona el nombre del ponente."

"Quinta Época

"Instancia: Segunda Sala

"Fuente: Semanario Judicial de la Federación

"Tomo: LXXIII

"Página: 6972

"QUEJA SIN MATERIA POR INCUMPLIMIENTO DE LA INTERLOCUTORIA QUE


CONCEDIÓ LA SUSPENSIÓN. La suspensión de los actos reclamados es una medida transitoria
por su misma naturaleza y tiende exclusivamente a mantener viva la materia del amparo y a evitar
se causen al quejoso perjuicios de difícil reparación, entretanto se resuelva el fondo del asunto; y
deja de surtir efectos tan pronto como empieza a producirlos la sentencia ejecutoria que se dicte en
el juicio principal. Por tanto, es correcto el fallo que resuelve que carece de materia una queja
interpuesta por incumplimiento de la interlocutoria que hubiera concedido la suspensión definitiva,
cuando ya se hubiere dictado sentencia de segundo grado, que se hubiera notificado a las
autoridades responsables para su cumplimiento.

"Queja en amparo administrativo 204/42. **********. 23 de septiembre de 1942. Unanimidad de


cinco votos. Relator: Gabino Fraga."

Ahora bien, los artículos 122, 124, 125 y 131 de la Ley de Amparo disponen:

"Artículo 122. En los casos de la competencia de los Jueces de Distrito, la suspensión del acto
reclamado se decretará de oficio o a petición de la parte agraviada, con arreglo a las disposiciones
relativas de este capítulo."
"Artículo 124. Fuera de los casos a que se refiere el artículo anterior, la suspensión se decretará
cuando concurran los requisitos siguientes:

"I. Que la solicite el agraviado.

"II. Que no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden público.

"Se considerará, entre otros casos, que si se siguen esos perjuicios o se realizan esas
contravenciones, cuando, de concederse la suspensión se continúe el funcionamiento de centros de
vicio, de lenocinios, la producción y el comercio de drogas enervantes; se permita la consumación o
continuación de delitos o de sus efectos, o el alza de precios con relación a artículos de primera
necesidad o bien de consumo necesario; se impida la ejecución de medidas para combatir epidemias
de carácter grave, el peligro de invasión de enfermedades exóticas en el país, o la campaña contra el
alcoholismo y la venta de sustancias que envenenen al individuo o degeneren la raza; o se permita
el incumplimiento de las órdenes militares;

"III. Que sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al agraviado con la
ejecución del acto.

"El Juez de Distrito, al conceder la suspensión, procurará fijar la situación en que habrán de quedar
las cosas y tomará las medidas pertinentes para conservar la materia del amparo hasta la
terminación del juicio."

"Artículo 125. En los casos en que es procedente la suspensión pero pueda ocasionar daño o
perjuicio a tercero, se concederá si el quejoso otorga garantía bastante para reparar el daño e
indemnizar los perjuicios que con aquélla se causaron si no obtiene sentencia favorable en el juicio
de amparo.

"Cuando con la suspensión puedan afectarse derechos del tercero perjudicado que no sean
estimables en dinero, la autoridad que conozca del amparo fijará discrecionalmente el importe de la
garantía."

"Artículo 131. Promovida la suspensión conforme al artículo 124 de esta ley, el Juez de Distrito
pedirá informe previo a la autoridad responsable, quien deberá rendirlo dentro de las veinticuatro
horas. Transcurrido dicho término, con informe o sin él, se celebrará la audiencia dentro de setenta
y dos horas, excepto el caso previsto en el artículo 133, en la fecha y hora que se hayan señalado en
el auto inicial, en la que el Juez podrá recibir únicamente las pruebas documental o de inspección
ocular que ofrezcan las partes, las que se recibirán desde luego; y oyendo los alegatos del quejoso,
del tercero perjudicado, si lo hubiera, y del Ministerio Público, el Juez resolverá en la misma
audiencia, concediendo o negando la suspensión o lo que fuere procedente con arreglo al artículo
134 de esta ley.

"Cuando se trate de alguno de los actos a que se refiere el artículo 17 de esta ley, podrá también el
quejoso ofrecer prueba testimonial.

"No son aplicables al incidente de suspensión las disposiciones relativas a la admisión de pruebas
en la audiencia constitucional; no podrá exigirse al quejoso la proposición de la prueba testimonial,
en el caso, a que se refiere el párrafo anterior."
De acuerdo al contenido de los preceptos transcritos, la suspensión del acto reclamado en el juicio
de garantías, desde el punto de vista de su procedencia, puede clasificarse en suspensión de oficio y
suspensión a petición de parte.

Ahora bien, al resolverse la contradicción de tesis 34/91, la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, el once de enero de mil novecientos noventa y tres, se determinó lo siguiente:

"Debe prevalecer el criterio sustentado por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia


Administrativa del Primer Circuito, atento las siguientes consideraciones:

"El artículo 124 de la Ley de Amparo, en lo conducente, establece:

"‘Fuera de los casos a que se refiere el artículo anterior, la suspensión se decretará cuando
concurran los requisitos siguientes:

"‘I. Que la solicite el agraviado;

"‘II. Que no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden público

"‘...

"‘III. Que sean de difícil reparación los daños o perjuicios que se causen al agraviado con la
ejecución del acto.

"‘El Juez de Distrito, al conceder la suspensión, procurará fijar la situación en que habrán de quedar
las cosas, y tomará las medidas pertinentes para conservar la materia del amparo hasta la
terminación del juicio.’

"Por su parte, el artículo 130 del propio ordenamiento legal, también en lo conducente, expresa:

"‘En los casos en que proceda la suspensión conforme al artículo 124 de esta ley, si hubiere peligro
inminente de que se ejecute el acto reclamado con notorios perjuicios para el quejoso, el Juez de
Distrito, con la sola presentación de la demanda de amparo, podrá ordenar que las cosas se
mantengan en el estado que guarden hasta que se notifique a la autoridad responsable la resolución
que se dicte sobre la suspensión definitiva, tomando las medidas que estime convenientes para que
no se defrauden derechos de tercero y se eviten perjuicios a los interesados, hasta donde sea posible,
o bien las que fueren procedentes para el aseguramiento del quejoso, si se tratare de la garantía de la
libertad personal.’

"Ahora bien, como lo sostiene el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer
Circuito en la tesis que ha quedado transcrita, para el efecto de conceder o negar la suspensión
provisional, el Juez de Distrito deberá hacerlo tomando en cuenta las manifestaciones expresadas
bajo protesta de decir verdad en la demanda de garantías, sin que pueda decirse que dicho Juez
carece de bases legales para prejuzgar sobre la veracidad de tales manifestaciones, toda vez que al
ser ellas, por regla general, los únicos elementos con que cuenta para decidir sobre la solicitud de la
concesión de la suspensión provisional, resultaría una inadecuada conjetura establecer la no
probabilidad de la realización de actos que el afectado da por hecho se pretenden ejecutar en su
contra. Es cierto que, aplicando correctamente la ley, podrían no producirse determinados actos o
consecuencias, pero debe tenerse en consideración que, si el quejoso promueve su demanda, es
porque estima que la actuación de las responsables es ilegal, sin que sea el auto sobre suspensión
provisional el momento procesal oportuno para dilucidar esa cuestión. Es decir, para resolver sobre
la suspensión provisional, el Juez debe partir del supuesto, comprobado o no, de que la totalidad de
los actos reclamados son ciertos.

"La anterior consideración de ninguna manera significa que para conceder o negar la suspensión
provisional, el Juez de Distrito tampoco deba de analizar si en el caso concreto se cumple o no con
los requisitos previstos en el artículo 124 de la Ley de Amparo, pues atento lo dispuesto en el
propio artículo 130 de la Ley de Amparo, dicha suspensión está sujeta a los mismos requisitos que
la definitiva en ese aspecto, y por tanto, inclusive está obligado a hacer dicho análisis, pero ésta es
una cuestión diferente a la del otorgamiento o negativa de la suspensión provisional por la sola
manifestación del quejoso en el sentido de que existe el peligro de que se ejecute el acto reclamado.

"Consecuentemente con lo anterior, a juicio de esta Sala debe prevalecer la tesis sustentada por el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, que sostiene que para
decidir sobre la procedencia o no de la suspensión provisional, los Jueces de Distrito deben atender
exclusivamente a las manifestaciones del quejoso hechas en su demanda bajo protesta de decir
verdad, cuando se duele de que existe peligro inminente de que se ejecute en su perjuicio el acto
reclamado."

La resolución de la contradicción de tesis en cita dio como resultado la emisión de la tesis de


jurisprudencia 528, visible en la página 347, Tomo VI, Materia Común, Segunda Sala, Octava
Época, compilación 1995, cuyo texto es:

"SUSPENSIÓN PROVISIONAL. PARA DECIDIR SOBRE SU PROCEDENCIA, DEBE


ATENDERSE A LAS MANIFESTACIONES DEL QUEJOSO RESPECTO DE LA
CERTIDUMBRE DEL ACTO RECLAMADO. Para decidir sobre la procedencia o no de la
suspensión provisional, los Jueces de Distrito deben atender a las manifestaciones del quejoso
hechas en su demanda bajo protesta de decir verdad, cuando se duele de que existe peligro
inminente de que se ejecute, en su perjuicio, el acto reclamado, ya que, por regla general, son los
únicos elementos con que cuenta para resolver sobre la solicitud de concesión de la medida cautelar,
sin que proceda hacer conjeturas sobre la improbable realización de los actos que el quejoso da por
hecho se pretenden ejecutar en su contra, pues para resolver sobre la suspensión provisional, el Juez
debe partir del supuesto, comprobado o no, de que la totalidad de los actos reclamados son ciertos.
Ello sin perjuicio de analizar si en el caso concreto se cumplen o no los requisitos previstos en el
artículo 124 de la Ley de Amparo."

Tal como se aprecia de la tesis anterior, se estimó que para efecto de decretar la suspensión, las
manifestaciones bajo protesta de decir verdad, eran suficientes para que el Juez de Distrito partiera
del supuesto, comprobado o no, de que la totalidad de los actos reclamados eran ciertos, pero
también se consideró que ello no eximía del análisis de los requisitos previstos en el artículo 124 de
la Ley de Amparo, esto es, son dos situaciones distintas, una, la existencia de actos, y otra, acreditar
los elementos contemplados en la ley.
En este orden deideas, acorde con el artículo 124 de la Ley de Amparo, los requisitos en cita, son
los siguientes:

a) Que la suspensión sea solicitada por el agraviado;

b) Que no se siga perjuicio al interés social, ni se contravengan disposiciones de orden público; y,

c) Que sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución
del acto.

En esa tesitura, es necesario acreditar que se es agraviado y que de no concederse la suspensión


solicitada, se causarán daños y perjuicios de difícil reparación, siendo que en el caso de la
suspensión provisional, dada la prontitud que se requiere para su emisión, es necesario únicamente
acreditar de manera indiciaria que se es titular del derecho que se invoca.

La connotación "de manera indiciaria", implica que se tome como base un hecho, circunstancia o
documento, cierto y conocido por virtud del cual, realizando una deducción lógica, el juzgador de
amparo pueda presumir válidamente que quien solicita la medida cautelar resultará agraviado,
además, de que pueda inferir que efectivamente la ejecución de los actos reclamados le causarán
daños y perjuicios de difícil reparación.

Por otra parte, es de señalar que la doctrina es unánime al respecto, de que la suspensión de los
actos reclamados en materia de amparo participa de la naturaleza de una medida cautelar. Por tanto,
le son aplicables las reglas de tales medidas, en lo que no se opongan a su naturaleza.

Entre los presupuestos esenciales de las medidas cautelares se encuentra el de la verosimilitud del
derecho, también denominado fumus boni iuris. Si la finalidad del proceso cautelar consiste en
asegurar la eficacia práctica de la sentencia o resolución definitiva, la fundabilidad de la pretensión
que constituye objeto de la medida cautelar no puede depender de un conocimiento exhaustivo y
profundo de la materia controvertida en el proceso principal, sino de un conocimiento periférico o
superficial dirigido a lograr una decisión de mera probabilidad respecto de la existencia del derecho
discutido en el proceso. Resulta, en consecuencia, suficiente la comprobación de la apariencia o
verosimilitud del derecho invocado por el actor, de modo tal que, según un cálculo de
probabilidades sea posible anticipar que en el proceso principal se declarará la certeza del derecho.

En esa virtud, la verosimilitud del derecho no importa la definitiva viabilidad de la pretensión de


quien solicita la medida: basta que exista el derecho invocado. La apariencia de la existencia del
derecho es un presupuesto que condiciona la admisibilidad de la medida y apunta a una credibilidad
objetiva y seria que descarte una pretensión manifiestamente infundada, temeraria o muy
cuestionable. Lo anterior obedece a que las medidas cautelares, más que a hacer justicia, están
destinadas a dar tiempo a la justicia para cumplir eficazmente su obra.

Generalmente, por tratarse de una cuestión de derecho, el presupuesto queda satisfecho con el
alcance de fundamentación del derecho, en la exposición llevada a cabo por los peticionarios en su
escrito de demanda.

Como apunta Piero Calamandrei en su "Introducción al Estudio Sistemático de las Providencias


Cautelares", página 76, Editorial Bibliográfica, Argentina, Buenos Aires, 1945:
"... si para emanar la medida cautelar fuese necesario un conocimiento completo y profundo sobre
la existencia del derecho, esto es, sobre el mismo objeto en relación al cual se espera la providencia
principal, valdría más esperar ésta y no complicar el proceso con una duplicidad de investigaciones
que no tendrían ni siquiera la ventaja de la prontitud".

El otro requisito específico de la pretensión cautelar es el peligro en la demora (periculum in mora),


esto es, que en razón del transcurso del tiempo los efectos de la decisión final resulten
prácticamente inoperantes: se basa en el temor fundado en la configuración de un daño a un derecho
cuya protección se persigue y que, de no hacerlo en forma inmediata, se corre el riesgo de que en el
supuesto de recaer sentencia definitiva favorable, ésta permanezca incumplida.

Expuesto lo anterior, se pasa al examen del requisito que para conceder la suspensión del acto
reclamado, exige el artículo 107, fracción X, primer párrafo, constitucional, consistente en la
naturaleza de la violación alegada.

Según se ha mencionado, conforme con lo dispuesto por el artículo 107, fracción X, constitucional,
los actos reclamados podrán ser objeto de suspensión en los casos y con las garantías que determine
la ley, para lo cual se tomará en cuenta "la naturaleza de la violación alegada", la dificultad de
reparación de daños y perjuicios que pueda sufrir el agraviado con su ejecución, los que la
suspensión origine a terceros perjudicados y el interés público.

Conforme con ese numeral, debe sopesarse la naturaleza de la violación con el perjuicio al
agraviado y a los terceros, si los hay, y con el interés social. Las decisiones que se tomen
dependerán en nuestro amparo, del examen comparativo que de dichos elementos se haga, en el
entendido de que el análisis de la naturaleza de la violación alegada implica el de sus características,
su importancia, su gravedad y, sobre todo, su trascendencia social.

Efectivamente, el examen de la naturaleza de la violación alegada no sólo comprende al del


concepto de violación aducido por el quejoso: implica también el hecho o acto que entraña la
violación, considerando sus características y su trascendencia.

Al efecto, conviene señalar que para Ricardo Couto, en su "Tratado Teórico Práctico de la
Suspensión de Amparo", Editorial Porrúa, S.A., México, 1983, página 49:

"... Este precepto viene a cambiar radicalmente el mecanismo de la suspensión, al introducir, para
sus condiciones de procedencia, un nuevo elemento de estudio, el de la naturaleza de la violación
alegada ... esto es, su carácter, su peculiaridad, su importancia, su gravedad, su trascendencia social,
para derivar de ese estudio si existe interés de la sociedad que impida que el acto reclamado sea
suspendido; el estudio del Juez debe ser el resultado de un estudio en conjunto de la violación, el
perjuicio individual y el interés social, y ese estudio, por la fuerza misma de las cosas, tiene que
llevar a la apreciación del acto reclamado.

"De este modo, si del examen que se haga de la violación resulta que no hay datos que comprueben
su existencia, la suspensión deberá negarse; si en cambio, la violación existe, la labor del Juez
consistirá en estudiar, bajo todos sus aspectos, la naturaleza de la violación en relación con el
interés social, y si de ese estudio se destaca el predominio del interés respecto de la violación
misma, la suspensión deberá negarse".
Posteriormente ese autor señala que: "... El Juez, sin hacer consideraciones concretas sobre la
constitucionalidad o inconstitucionalidad del acto reclamado, cosa que el estado que guarda la
legislación todavía no lo permite, dictará una resolución que armonizará, en lo posible, la
suspensión con los fines del amparo".

En apoyo a tales consideraciones, Ricardo Couto señala algunos ejemplos de prejuzgamiento en


algunas materias, destacando al juicio ejecutivo y algunos casos de suspensión de oficio, que sólo se
explican, según el tratadista mencionado, admitiendo que prima facie el acto reclamado se presume,
o lo que es lo mismo se prejuzga anticonstitucional.

Agrega el autor mencionado que criterio semejante "debería" servir de base para el ejercicio del
arbitrio judicial en los tres géneros restantes de suspensión, a saber: la de oficio; la otorgable sin
fianza a petición de parte; y la que sólo procede a petición de parte con el requisito de la fianza. Al
efecto destaca diversos ejemplos en los cuales, prima facie, los actos son "manifiesta o
evidentemente inconstitucionales", y subraya que la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
infinidad de casos ha concedido suspensiones fundándose en la inconstitucionalidad de los actos
reclamados.

Es verdad que el objeto de la suspensión del acto reclamado no es otro que el de mantener viva la
materia del amparo, impidiendo que el acto que la motiva, al consumarse irreparablemente, haga
ilusoria para el quejoso la protección de la Justicia Federal.

A lo anterior hay que agregar, que también tiene como finalidad evitar al agraviado los perjuicios
que la ejecución del acto reclamado pudiera ocasionarle.

Si la suspensión de oficio responde a un criterio que vincula la procedencia de la suspensión con la


manifiesta inconstitucionalidad del acto o con su irreparabilidad y la urgencia de que se decrete la
medida (periculum in mora); la suspensión a petición de parte requiere la solicitud del agraviado
(cuyo examen implica el de la apariencia del derecho), y también requiere que se acredite la difícil
reparación de los daños y perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto (peligro en
la demora). Si se cumplen tales requisitos y no se sigue perjuicio al interés social ni se contravienen
disposiciones de orden público, la medida debe concederse en los términos establecidos por la Ley
de Amparo.

Como se advierte, los fundamentos de la suspensión de oficio se vinculan con el interés de la


sociedad en dicha medida. Los Jueces deben concederla aunque el interesado no la solicite. La
manifiesta inconstitucionalidad del acto reclamado y el riesgo de un daño extremo e irreparable
motivan la concesión de la suspensión de oficio, aun cuando esta medida no sea solicitada por el
quejoso.

No sucede lo mismo en relación con la suspensión a petición de parte. Si su objetivo es el de evitar


perjuicios al agraviado con la ejecución del acto reclamado en tanto se resuelve la sentencia
definitiva, la ley condiciona la concesión del beneficio a la voluntad del interesado. La petición de
parte es un requisito de procedencia de la medida, y su examen implica generalmente el de la
apariencia del derecho, que puede traducirse en el examen del interés o de la titularidad del quejoso
para promover la medida. Efectivamente, en determinados casos se hace necesario un examen
preliminar del derecho invocado para los únicos efectos de la suspensión.
Es indudable que tales hipótesis constituyen una clara aplicación del principio de la apariencia del
buen derecho, aplicación que también se presenta en tratándose de terceros extraños a juicio que
deben justificar, aunque sea de manera presuntiva, su interés en que se conceda la suspensión, lo
que necesariamente lleva a un examen de la presunta existencia del derecho, sin que se anticipe
apreciación alguna respecto del fondo del negocio.

Confirma lo expuesto el hecho de que para conceder la suspensión debe tomarse en cuenta la
naturaleza de la violación alegada, la dificultad de reparación de los daños y perjuicios que pueda
sufrir el agraviado con su ejecución, las que la suspensión origine a terceros perjudicados y el
interés público. Al respecto se advierte que, por una parte, en la suspensión de oficio el legislador
ya considera la naturaleza de la violación alegada (su manifiesta inconstitucionalidad o gravedad)
para conceder la medida aun cuando no se solicite; y, por la otra, en la suspensión a petición de
parte, el examen de la naturaleza de la violación alegada entraña el de su aparente
inconstitucionalidad, toda vez que la naturaleza de la violación alegada se refiere no sólo a su
esencia, a su carácter, a su peculiaridad, o su gravedad, sino también, según se ha apuntado, a la
apreciación del derecho subjetivo, para los únicos efectos de la suspensión.

Efectivamente, esa exigencia mira no sólo a determinar si el acto de autoridad es o no suspendible,


puesto que entraña ejecución, y a estimar las medidas que han de adoptarse para que la suspensión
cumpla eficazmente su cometido: también autoriza el examen preliminar del derecho subjetivo que
se señala como violado.

No pueden pasar inadvertidas para el juzgador, en el incidente de suspensión, las irregularidades


legales que contienen los actos reclamados, sin que se asome dicho juzgador en ocasiones a
cuestiones propias del fondo del asunto, máxime si de la simple lectura de la demanda, de los
informes previos o de las pruebas aportadas, se aprecia a la vista la ilegalidad de los actos
reclamados.

Ello no pugna con nuestro sistema de amparo. El examen superficial o somero del derecho invocado
deriva, en ocasiones, de los requisitos a que la ley sujeta la suspensión. En efecto, para apreciar el
perjuicio que se cause al agraviado, es necesario interpretar ese concepto en un sentido jurídico,
esto es, relacionando el perjuicio con el derecho de quien lo resiente, y sopesarlo con los otros
elementos requeridos, porque si el perjuicio al interés social o al orden público es mayor a los daños
y perjuicios de difícil reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá negarse la suspensión
solicitada, ya que la preservación del orden público y el interés de la sociedad están por encima del
interés particular del afectado.

El propio Ricardo Couto, acepta en la página 50 de su obra citada, que el estado que guarda la
legislación impide al Juez de Distrito hacer consideraciones concretas sobre la constitucionalidad o
inconstitucionalidad del acto reclamado, lo que es explicable si se tiene presente que ello implicaría
resolver sobre el fondo, lo que sólo puede hacerse en la sentencia de amparo.

Corroboran lo anterior los casos que se mencionan a manera de ejemplo en la obra citada, lo que
pone de manifiesto que en la práctica los Jueces de Distrito usualmente se asoman a cuestiones que
conciernen al fondo del negocio, lo que constituye una realidad que no puede negarse.
En tales hipótesis, el Juez Federal estará no sólo facultado, sino obligado a abordar esas cuestiones,
pero sin perder de vista que su objetivo no es otro que el de establecer si se satisfacen los requisitos
del precepto mencionado, sin hacer pronunciamiento respecto de la inconstitucionalidad del acto
reclamado.

Dichos casos pueden presentarse tanto en la suspensión de oficio como en la suspensión a petición
de parte.

En relación con la suspensión de oficio podría darse en la hipótesis de que se solicitara el amparo
contra una multa excesiva, para tomar un ejemplo señalado por Ricardo Couto. Es evidente que
para calificar si la multa es o no excesiva, el Juez de amparo inevitablemente, por la fuerza misma
de las cosas, rozará cuestiones que atañen a la legalidad de la resolución reclamada; mas el examen
preliminar y superficial de ese punto, será sólo para determinar si, para los únicos efectos de la
suspensión de oficio, se da uno de los supuestos a que se refiere el artículo 123 de la Ley de
Amparo, pero de ningún modo se prejuzgará si el acto es o no violatorio de garantías.

En relación con la suspensión a petición de parte, algunos ejemplos en los que el juzgador sopesa la
ilegalidad, aunque sea presuntivamente, del acto reclamado, son:

a) El acto que ordena a una empresa retener el fondo de ahorros correspondiente a un trabajador; b)
la inscripción en los libros del Registro Civil de una sentencia de divorcio que aún no queda firme;
c) el acto de una autoridad administrativa que ordena el embargo de bienes, cuando no se demuestra
que ello obedezca a un procedimiento económico-coactivo formal, para asegurar el cobro de
impuestos, ni que el mismo se deba a la necesidad de asegurar el objeto o cuerpo de un delito; d) la
orden administrativa para desocupar un bien nacionalizado, en un plazo perentorio, si el quejoso se
encuentra al corriente en el pago de rentas; e) la resolución que a una persona cuerda la declara
ilegalmente en estado de incapacidad; f) la orden de cancelación de una licencia de tránsito para
servicio de transporte; y, g) la sentencia definitiva que priva a la cónyuge y a sus hijos de pensión.

En esos casos, si bien el examen de la naturaleza de la violación alegada se orienta a demostrar la


necesidad de la suspensión del acto reclamado, ya para conservar la materia del juicio de garantías,
ya para evitar perjuicios al quejoso, los cuales se ponderarán en relación con los que podría sufrir la
sociedad al conceder la medida; tal examen se realiza tocando cuestiones que se refieren al fondo
del negocio.

De lo expuesto pueden extraerse las siguientes conclusiones:

a) La suspensión de los actos reclamados, participa de la naturaleza de una medida cautelar cuyos
presupuestos son: la apariencia del buen derecho y el peligro en la demora.

b) El primero de ellos se basa en un conocimiento superficial dirigido a lograr una decisión de mera
probabilidad respecto de la existencia del derecho discutido en el proceso.

c) Dicho requisito, aplicado a la suspensión de los actos reclamados, implica que, para la concesión
de la medida se requiere la comprobación de la apariencia del derecho invocado por el quejoso, de
tal modo que según un cálculo de probabilidades sea posible anticipar que en el amparo se declarará
la inconstitucionalidad del acto reclamado.
d) El examen de la aparente inconstitucionalidad del acto reclamado, encuentra además su
fundamento en el artículo 107, fracción X, constitucional, en cuanto establece que para el
otorgamiento de la medida suspensional deberá tomarse en cuenta, entre otros factores, la
naturaleza de la violación alegada, lo que implica que debe atenderse al derecho subjetivo que se
dice violado.

e) En todo caso, tal examen debe realizarse sin prejuzgar sobre la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de los actos reclamados, que sólo puede determinarse en la sentencia de
amparo, con base en un procedimiento más amplio y con mayor información, teniendo en cuenta
que la determinación tomada en relación con la suspensión no debe influir en la sentencia de fondo,
toda vez que sólo tiene el carácter de provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la certeza
de la existencia del derecho.

f) Dicho examen deberá sopesarse con los otros elementos requeridos para la suspensión, porque si
el perjuicio al interés social o al orden público es mayor a los daños y perjuicios de difícil
reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá negarse la suspensión solicitada, ya que la
preservación del orden público del interés de la sociedad están por encima del interés particular
afectado. Con este proceder, se evita el exceso en el examen que realice el juzgador, el cual siempre
quedará sujeto a las reglas que rigen en materia de suspensión.

Cobra aplicación a lo anterior, la siguiente tesis de jurisprudencia del Tribunal Pleno de esta
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que se identifica y lee como sigue:

"Novena Época

"Instancia: Pleno

"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

"III, abril de 1996

"Tesis: P./J. 15/96

"Página: 16

"SUSPENSIÓN. PARA RESOLVER SOBRE ELLA ES FACTIBLE, SIN DEJAR DE


OBSERVAR LOS REQUISITOS CONTENIDOS EN EL ARTÍCULO 124 DE LA LEY DE
AMPARO, HACER UNA APRECIACIÓN DE CARÁCTER PROVISIONAL DE LA
INCONSTITUCIONALIDAD DEL ACTO RECLAMADO. La suspensión de los actos reclamados
participa de la naturaleza de una medida cautelar, cuyos presupuestos son la apariencia del buen
derecho y el peligro en la demora. El primero de ellos se basa en un conocimiento superficial
dirigido a lograr una decisión de mera probabilidad respecto de la existencia del derecho discutido
en el proceso. Dicho requisito aplicado a la suspensión de los actos reclamados, implica que, para la
concesión de la medida, sin dejar de observar los requisitos contenidos en el artículo 124 de la Ley
de Amparo, basta la comprobación de la apariencia del derecho invocado por el quejoso, de modo
tal que, según un cálculo de probabilidades, sea posible anticipar que en la sentencia de amparo se
declarará la inconstitucionalidad del acto reclamado. Ese examen encuentra además fundamento en
el artículo 107, fracción X, constitucional, en cuanto establece que para el otorgamiento de
lamedida suspensional deberá tomarse en cuenta, entre otros factores, la naturaleza de la violación
alegada, lo que implica que debe atenderse al derecho que se dice violado. Esto es, el examen de la
naturaleza de la violación alegada no sólo comprende el concepto de violación aducido por el
quejoso sino que implica también el hecho o acto que entraña la violación, considerando sus
características y su trascendencia. En todo caso dicho análisis debe realizarse, sin prejuzgar sobre la
certeza del derecho, es decir, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad de los actos
reclamados, ya que esto sólo puede determinarse en la sentencia de amparo con base en un
procedimiento más amplio y con mayor información, teniendo en cuenta siempre que la
determinación tomada en relación con la suspensión no debe influir en la sentencia de fondo, toda
vez que aquélla sólo tiene el carácter de provisional y se funda en meras hipótesis, y no en la certeza
de la existencia de las pretensiones, en el entendido de que deberá sopesarse con los otros elementos
requeridos para la suspensión, porque si el perjuicio al interés social o al orden público es mayor a
los daños y perjuicios de difícil reparación que pueda sufrir el quejoso, deberá negarse la suspensión
solicitada, ya que la preservación del orden público o del interés de la sociedad están por encima del
interés particular afectado. Con este proceder, se evita el exceso en el examen que realice el
juzgador, el cual siempre quedará sujeto a las reglas que rigen en materia de suspensión."

En ese orden de ideas, se tiene que para que opere la presunción a que aludió esta Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en aquellos casos en que el quejoso se ostente como tercero extraño al juicio
natural, alegando violación a los derechos de propiedad o posesión, según sea el caso, debe
acontecer lo siguiente:

1. El solicitante de la suspensión del acto reclamado debe demostrar indiciariamente, en atención a


los principios de la apariencia del buen derecho y el peligro en la demora, con las pruebas relativas,
la existencia de los bienes muebles o inmuebles cuya privación o molestia en la propiedad o
posesión alegue, y respecto de los cuales recae el acto de autoridad que se estime violatorio de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

2. La identidad del bien relativo con el sujeto a despojo en el procedimiento respectivo, y aquel
cuya propiedad o posesión se demuestra en el incidente de suspensión del acto reclamado.

3. Que de las pruebas aportadas se deduzca, necesariamente, que los derechos que ampara la
propiedad o posesión del bien despojado recaen en la persona del quejoso.

En atención a lo anterior, tratándose de documentos privados en los que se hacen constar actos
traslativos de dominio, para tener eficacia probatoria para efectos de la suspensión, no requieren ser
de fecha cierta.

Si bien es cierto este Alto Tribunal, en cuanto a los documentos privados, ha señalado que por su
naturaleza, son obra de las partes que en ellos intervienen; que la experiencia ha enseñado que ellas
pueden ponerse de acuerdo para antedatar o estampar una fecha posterior o anterior a la verdadera,
por lo que ese dato no puede hacer fe ni tener certeza.

Así, para que un documento privado produzca efectos contra terceros, es necesario que éste sea de
fecha cierta, y esto, según se ha clarificado, acontece a partir del día en que se incorpore o inscriba
en un Registro Público, desde la fecha en que el documento se presente ante un funcionario público
por razón de su oficio, o bien desde la muerte de los que firmaron; si no se dan estos supuestos, al
documento no se le puede dar ningún valor jurídico contra terceros.

Sobre el particular, existen los criterios que a continuación se citan:

"DOCUMENTOS PRIVADOS, FECHA CIERTA DE LOS.-La certeza de fecha de un documento


privado, depende de su presentación a un registro público, o ante un funcionario público en razón de
su oficio, o de la muerte de cualquiera de los firmantes." (Cuarta Parte, LXVI, página sesenta y tres,
Tercera Sala, Sexta Época del Semanario Judicial de la Federación).

"DOCUMENTOS PRIVADOS, FECHA CIERTA DE LOS.-Tratándose de documentos privados


que no han sido presentados ante ningún funcionario público, ni inscritos en algún registro oficial,
debe considerarse que no existe fecha cierta de los mismos, de conformidad con lo previsto por el
artículo 2034 fracción III del Código Civil del Distrito Federal, el cual previene que la cesión de
créditos que no sean a la orden o al portador, no producen efectos contra terceros sino desde que su
fecha deba tenerse por cierta, esto es, si se trata de un documento privado desde el día en que se
incorpore o inscriba en un registro público, o desde la fecha en que se entregue a un funcionario
público en razón de su oficio. Dicho precepto es aplicable a toda clase de negocios privados."
(Primera Parte, LXXXVIII, página doce, Pleno, Sexta Época del Semanario Judicial de la
Federación).

"DOCUMENTOS PRIVADOS, FECHA CIERTA DE LOS.-Solamente puede considerarse que los


documentos privados tienen fecha cierta cuando han sido presentados a un registro público, o ante
un funcionario en razón de su oficio, o a partir de la fecha de la muerte de cualquiera de sus
firmantes." (Tomo IV, página ciento sesenta y dos, Tercera Sala, Sexta Época del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación 1917-1995).

Conforme a todo lo antes expuesto se tiene que esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación ha sostenido que tratándose de documentos privados en los que se hace constar un acto
traslativo de dominio, los cuales, para tener eficacia probatoria y surtir efectos contra terceros
requieren ser de fecha cierta, cuya razón toral radica en dar legalidad y certeza jurídica a esas
operaciones contractuales, evitando así que el juicio de amparo se use con fines desleales, dado que
si no se satisface el requisito de certeza, haría imposible determinar si el acto en el cual el quejoso
funda sus pretensiones, es anterior o posterior a la adquisición del bien litigioso.

Sin embargo, si los anteriores razonamientos respecto a la certeza del documento cierto, se
aplicaran a la figura jurídica de la suspensión, le privaría de su naturaleza de medida cautelar, que
como quedó explicado en líneas previas, se rige por los presupuestos de la apariencia del buen
derecho y el peligro en la demora.

En consecuencia, la exhibición de un contrato privado de arrendamiento, comodato o compraventa


original que carece de fecha cierta, es suficiente para acreditar el interés jurídico del quejoso cuando
éste ostente la calidad de tercero extraño al juicio, no obstante que con ese documento sólo acredite
la existencia de un acuerdo de voluntades entre dos particulares respecto de un inmueble, pero no
así la fecha cierta del título, lo anterior, ya que siendo la naturaleza jurídica de la suspensión una
medida cautelar, se rige por los presupuestos de la apariencia del buen derecho y el peligro en la
demora.
En tales condiciones, no es necesario aportar otras pruebas, pues el interés suspensional puede
acreditarse de manera indiciaria, sin perjuicio de que en la audiencia incidental se aporten mayores
elementos de convicción.

En tales condiciones, conforme al artículo 124 de la Ley de Amparo, para que se otorgue la
suspensión es necesario que además de que se compruebe la existencia del acto reclamado de
manera indiciaria, la solicite el agraviado, no se siga perjuicio al interés social, no se contravengan
disposiciones de orden público y sean de difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al
agraviado con la ejecución del acto.

El requisito relativo a que la suspensión sea solicitada por el agraviado implica la demostración del
interés suspensional en forma presuntiva, porque así el quejoso demuestra indiciariamente que le
agravia el acto reclamado y concilia el interés social y orden público derivado de que las sentencias
que han causado ejecutoria deban cumplirse, con el interés del quejoso en que no se ejecute el acto
que reclama hasta en tanto se resuelva por sentencia firme el fondo del juicio de amparo.

Ese acreditamiento implica que tratándose de actos tendientes a privar de la posesión arroja sobre el
peticionario de garantías la carga procesal de allegar elementos de prueba (en el presente caso con
un documento de fecha cierta o incierta o en su caso con otros medios probatorios que acrediten la
posesión) para establecer en forma indiciaria o presuntiva que es realmente titular de un derecho
posesorio sustentado en una causa legal que podrá afectarse con la ejecución.

Así las cosas, la sola presentación de un contrato de arrendamiento, compraventa o comodato


original privado carente de fecha cierta anterior al juicio natural que se exhibe con la demanda de
garantías, sí configura el interés presuntivo, porque da certeza, en un cálculo de probabilidades, de
que efectivamente el quejoso tiene una causa legal y que realmente posee el bien y, por ende, tener
por acreditado presuntivamente su interés jurídico, lo anterior es así, ya que la suspensión de los
actos reclamados, participará de la naturaleza de una medida cautelar cuyos presupuestos son la
apariencia del buen derecho y el peligro en la demora.

Por tanto, a través del contrato privado que carece de fecha cierta, se acredita la existencia de un
acuerdo de voluntades entre dos particulares respecto de un inmueble, demostrándose que entró a
poseer y ejerce actos de posesión, por tanto, no se requiere de otros indicios que hagan presumir el
hecho de la posesión.

En consecuencia, es de concluir que el tercero extraño para acreditar su interés suspensional, puede
ofrecer un contrato privado de fecha cierta o incierta o bien, ofrecer otras pruebas relacionadas con
el contrato que permitan presumir que entró a poseer y mantiene la posesión del bien como serían
documentos donde constaran los pagos de servicios de energía eléctrica, teléfono o la recepción de
correspondencia.

En esa tesitura, el criterio que debe prevalecer con el carácter de jurisprudencia, es el siguiente:

SUSPENSIÓN PROVISIONAL. CUANDO EL QUEJOSO SE OSTENTA COMO TERCERO


EXTRAÑO AL JUICIO Y RECLAMA EL DESPOSEIMIENTO DE UN BIEN INMUEBLE,
PUEDE ACREDITAR SU INTERÉS JURÍDICO INDICIARIA O PRESUNTIVAMENTE.-
Conforme al artículo 124 de la Ley de Amparo, para otorgar la suspensión provisional es necesario,
además de comprobarse la existencia del acto reclamado, que: a) la solicite el agraviado, b) no se
siga perjuicio al interés social ni se contravengan disposiciones de orden público; y, c) sean de
difícil reparación los daños y perjuicios que se causen al agraviado con la ejecución del acto. Ahora
bien, el requisito relativo a que la suspensión sea solicitada por el agraviado supone la demostración
de su interés en forma presuntiva, esto es, ese acreditamiento implica que tratándose de actos
tendientes a privar de la posesión, corresponde al peticionario de garantías la carga procesal de
allegar elementos de prueba suficientes para establecer indiciaria o presuntivamente que realmente
es titular de un derecho posesorio sustentado en una causa legal que podrá afectarse con la
ejecución. Lo anterior, porque la suspensión de los actos reclamados participa de la naturaleza de
una medida cautelar cuyos presupuestos son la apariencia del buen derecho y el peligro en la
demora. Así, la sola presentación, por quien se ostenta tercero extraño al juicio, de un contrato
privado de comodato, arrendamiento o compraventa original, aunque carente de fecha cierta, con la
demanda de garantías, configura su interés presuntivo, al dar certeza, en un cálculo de
probabilidades, de que efectivamente tiene una causa legal y que realmente posee el bien.

Por lo expuesto y fundado, se resuelve:

PRIMERO.-Sí existe la contradicción de tesis a que este expediente se refiere, en los términos del
considerando séptimo de esta resolución.

SEGUNDO.-Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia, el criterio sustentado por esta Primera
Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en los términos de la tesis redactada en el último
considerando de esta ejecutoria.

TERCERO.-Dése publicidad a la tesis jurisprudencial que se sustenta en esta resolución, en los


términos del artículo 195 de la Ley de Amparo.

Notifíquese; envíese testimonio de esta resolución a los tribunales contendientes y, en su


oportunidad, archívese el toca como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de tres
votos de los señores Ministros: José Ramón Cossío Díaz, Olga Sánchez Cordero de García Villegas
y presidente Sergio A. Valls Hernández (ponente). En contra de los votos emitidos por los señores
Ministros José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza, quien formulará voto particular.

En términos de lo previsto en el artículo 3, fracción II, de la Ley Federal de Transparencia y Acceso


a la Información Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra en ese supuesto normativo.

7).-
Época: Novena Época
Registro: 165658
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXX, Diciembre de 2009
Materia(s): Civil
Tesis: IV.3o.C.35 C
Página: 1652

SUSPENSIÓN PROVISIONAL. LA COPIA SIMPLE DEL ACTA DE MATRIMONIO ES


SUFICIENTE PARA ACREDITAR PRESUNTIVAMENTE EL INTERÉS
SUSPENSIONAL, CUANDO LA SOLICITE EL CÓNYUGE QUE SE OSTENTA COMO
TERCERO EXTRAÑO, Y RECLAMA LA DESPOSESIÓN DE UN INMUEBLE
PERTENECIENTE A LA SOCIEDAD CONYUGAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
NUEVO LEÓN).

Cuando se solicita la medida cautelar provisional debe acreditarse indiciaria o presuntivamente en


los autos del incidente de suspensión, el interés suspensional, en acatamiento al artículo 124,
fracción I, de la Ley de Amparo, puesto que conforme a este precepto el quejoso debe aportar una
prueba idónea y suficiente que revele que hay cierta veracidad de la existencia del derecho que
podría afectarse con la ejecución del acto reclamado. Un primer indicio de la existencia de ese
derecho y la posibilidad de su afectación se determina con la afirmación, bajo protesta de decir
verdad, de los hechos y abstenciones que le consten al agraviado adminiculado con otros elementos
de prueba que el peticionario allegue al juicio, como documentos públicos o privados de fecha
cierta, anterior al juicio natural, que por sí mismos, no son aptos para acreditar plenamente la
posesión o la propiedad y que son susceptibles de desvirtuarse en la secuela del procedimiento, pero
que debe ser suficiente para establecer en forma indiciaria o presuntiva que la quejosa realmente es
titular de ese derecho, que podría afectarse con la ejecución, es así, porque la finalidad es
únicamente decidir si procede suspender los actos que presumiblemente causarán daños y perjuicios
de difícil reparación al agraviado. En ese marco jurídico, si la quejosa, ahora recurrente, manifiesta
bajo protesta de decir verdad que el inmueble del cual se le pretende desposeer pertenece a la
sociedad conyugal, que fue embargado dentro del juicio ejecutivo mercantil en el que su cónyuge
figura como parte demandada, que ella no fue oída ni vencida en juicio y, además, exhibió al juicio
de garantías copia simple del acta de matrimonio, con la que trató de acreditar su interés
suspensional de manera presuntiva, advirtiéndose, que el demandado del juicio natural y la ahora
recurrente, contrajeron matrimonio bajo el régimen de sociedad conyugal, ello trae como
consecuencia la presunción de que los bienes del cónyuge pertenecen a esa sociedad salvo prueba
en contrario. Tan es así que al efecto el artículo 184 del Código Civil para el Estado de Nuevo León
establece que la sociedad conyugal puede formarse con los bienes de que sean dueños los esposos;
en esa virtud, es indiscutible que la quejosa acreditó presuntivamente el interés suspensional, para la
procedencia de la medida cautelar.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL CUARTO CIRCUITO.


Queja 78/2009. Juana Monsiváis Aranda. 22 de septiembre de 2009. Unanimidad de votos. Ponente:
Carlos Manuel Bautista Soto. Secretaria: Tania Chablé de la Cruz.

Contradicción de tesis 101/2008-PS. Entre los criterios sustentados por el


Noveno Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito y los
Tribunales Colegiados Tercero, Cuarto y Décimo Tercero, todos en
Materia Civil del Primer Circuito. 26 de noviembre de 2008. Mayoría de
tres votos. Disidentes: José de Jesús Gudiño Pelayo y Juan N. Silva Meza.
Ponente: Sergio A. Valls Hernández. Secretario: Juan Carlos de la
Barrera Vite.

Tesis de jurisprudencia 4/2009. Aprobada por la Primera Sala de este


Alto Tribunal, en sesión de fecha tres de diciembre de dos mil ocho.

Amparo en revisión 2010/88. Graciela Iturbide Robles. 23 de noviembre de 1989. Unanimidad de


cuatro votos. Ausente: José Manuel Villagordoa Lozano. Ponente: Atanasio González Martínez.
Secretario: Pablo Domínguez Peregrina.

Amparo en revisión 197/98. Eusebio Martínez Moreno. 25 de febrero de 1998. Cinco votos.
Ponente: Mariano Azuela Güitrón. Secretario: Ariel Alberto Rojas Caballero.

Tesis de jurisprudencia 21/98. Aprobada por la Segunda Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada del veintisiete de marzo de mil novecientos noventa y ocho.
Véase: Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-1995, Tomo VI, Materia Común,
tesis 194, página 133, de rubro: "COPIAS FOTOSTÁTICAS. SU VALOR PROBATORIO.".

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