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PERIODO DE INICIO DE LA ALIMENTACION COMPLEMENTARIA

Desde 2001 la Organización Mundial de la Salud recomendó iniciar la alimentación


complementaria a partir de los seis meses de vida, ya que la leche materna constituye un
factor protector frente a la morbimortalidad infantil. Las recomendaciones de la Sociedad
Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica del 2008, señalan que
el inicio de la alimentación complementaria no debe ser ni antes de las 17 semanas ni
después de las 26 semanas de vida, tanto en los niños amamantados, como en los que
reciben fórmulas lácteas infantiles o lactancia mixta.
Hay consenso en que la alimentación complementaria se debe iniciar a partir de los 6
meses de edad. Antes sería innecesario puesto que la leche materna cubre las
necesidades nutricionales del niño. Iniciarla antes incrementaría el riesgo a enfermedades
infecciosas y alérgicas. Iniciarla mucho después, contribuiría a incrementar el riesgo de
desnutrición, debido a que la leche materna no sería suficiente para cubrir las
necesidades nutricionales del niño.
Para iniciar la alimentación complementaria se deben tener en cuenta múltiples factores
involucrados en el éxito de su buena implementación, tales como: la edad, la capacidad
del niño para la digestión y absorción de los diferentes micro y macronutrientes presentes
en la dieta, las habilidades sociales y motoras adquiridas, el medio socioeconómico en el
que se encuentra y la incapacidad de la leche materna y de las fórmulas lácteas infantiles
de asegurar un aporte energético adecuado de nutrimentos que garanticen el crecimiento
y desarrollo adecuado del lactante.
La alimentación complementaria debe ser suficiente, lo cual significa que los alimentos
deben tener una consistencia y variedad adecuadas, y administrarse en cantidades
apropiadas y con una frecuencia adecuada, que permita cubrir las necesidades
nutricionales del niño en crecimiento, sin abandonar la lactancia materna.

Los beneficios de la Alimentación Complementaria a partir de los 6 meses:


 Que las niñas/os reciban un aporte adecuado de energía, proteínas, vitaminas y
minerales que son necesarias de acuerdo a su edad, para que tengan un buen
crecimiento y desarrollo.
 Que las niñas/os conozcan y se acostumbren a nuevos sabores y texturas.
 Que se estimule el niño o niña, para que aprenda a masticar alimentos que ya no
son simplemente de consistencia liquida sino también sólida y semisólida.
 El desarrollo neuromotor depende en gran parte de la imitación. Por lo tanto, los
hábitos alimenticios de la familia tienen una influencia importante, el niño debe
observar como se alimentan sus progenitores y hermanos, como mastican los
alimentos y los tragan. El momento de la comida es fundamental en su aprendizaje
y educación.
Importancia de la alimentación complementaria:
Por un lado, “los objetivos de la alimentación complementaria son: aportar energía y
nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo sin destetar al niño, crear hábitos de
alimentación correctos, estimular el desarrollo psico-emocional y sensorial, e integrarlo a
la dieta familiar”. Así mismo, también permite:
•  Prevenir deficiencias de energía y proteínas debidas a una disociación entre su
disponibilidad en la leche humana y los requerimientos del niño resultantes de su
crecimiento.
•  Prevenir la deficiencia de nutrimentos con énfasis en el hierro, zinc y vitamina D.
•  Fomentar el gusto por los distintos sabores y texturas de los alimentos.
•  Promover hábitos alimentarios correctos que serán la base de futuros patrones de
alimentación.
•  Desarrollar habilidades que permitan una transición fluida entre la dependencia total del
niño con los padres para alimentarse a hacerlo por sí mismo.
•  Fomentar la capacidad innata del niño para autorregular la cantidad de alimentos que
consume.
•  Ofrecer una alimentación libre de microorganismos patógenos como lo que ofrece la
lactancia humana exclusiva.

Referencias
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1 Corona AM. Alimentacion Complemetaria. [Online].; 2016 [cited 2020 noviembre 30. Available
. from: http://www.unsis.edu.mx/revista/doc/vol3num9/A7_Alimentacion.pdf.

2 Tuñoque CV. Alimwntacion Complementaria: Las primeras comidas del niño. [Online].; 2007
. [cited 2020 noviembre 30. Available from:
http://repebis.upch.edu.pe/articulos/renut/v1n1/a1.pdf.

3 Diplomado de Nutricion Materno- Infantil. [Online].; 2015 [cited 2020 noviembre 30. Available
. from: https://www.fantaproject.org/sites/default/files/resources/GDL-Unidad4-Jun2015.pdf.

4 Salud OMdl. La alimentacion del lactante y del niño pequeño. [Online].; 2010 [cited 2020
. noviembre 30. Available from:
https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/44310/9789275330944_spa.pdf;jsessionid=6
213F3AF3E4E8C6793F441124C2770AC?sequence=1.

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¿QUÉ ALIMENTOS SE PUEDEN DAR?

Alimentos que se les puede dar a partir de 6 a 8 meses:

 La niña o niño debe comer dos cucharadas de:


Alimentos de origen animal: hígado, sangrecita, (cuy o pollo), bazo.

 La niña o niño debe comer dos cucharadas de:


Cereales y tubérculos: fideos, papa, camote, sémola, maicena, etc.

 Una cucharada de:


Vegetales: Agregar a todas las papillas una cucharada de zapallo, zanahoria,
espinaca y otros.
Vegetales de diferentes colores (verde, anaranjado o amarillo)

 La niña o niño debe comer dos cucharadas de:


Frutas: Plátano de la isla, durazno, papaya y pera (incluir en la media mañana en
forma de mazamorra, picados o rallados).

 Una cucharada de:


Grasas: Agregar una cucharadita de aceite o mantequilla en la comida.

Alimentos que se les puede dar a partir de 9 a 11 meses:


Alimentos de origen animal: añadir pescado, bofe.
Derivados de leche (queso, yogurt y otros). Huevo.
Pescados Se deben introducir si no existen antecedentes familiares de alergia al
alimento; si es así, introducirlo después de los 12 meses.
La leche entera de vaca no se recomienda antes del primer año.

Alimentos que se les puede dar a partir de 12 a 23 meses:


Menestras: frejoles, pallares, alverja partida sin cascara.
Se incorpora a la dieta familiar

Se recomienda introducir solo un alimento nuevo a la vez por dos o tres días, con
el propósito de valorar su tolerancia y descartar alergia al mismo.
Es conveniente garantizar el aporte de hierro y zinc por medio de la alimentación
complementaria, por lo que se recomienda a partir de los seis meses de edad, el
consumo diario de carne y otros alimentos de origen animal.
Además de un apego a las recomendaciones de alimentación complementaria, los
autores reconocen la importancia de la educación a los padres desde antes del
nacimiento de sus hijos, el apego a la lactancia materna, atender a las señales de
hambre y saciedad, la elección de alimentos adecuados y la selección del tamaño
adecuado de la porción que evita la sobrealimentación desde etapas tempranas.

Debido al bajo contenido de hierro en la leche humana, se ha recomendado


suplementar hierro en los niños alimentados al pecho materno, iniciando alrededor de
los seis meses de edad, y seguir recomendaciones de introducción temprana de
alimentos ricos en este mineral.

¿Hasta cuántos días para probar aceptación y tolerancia a los alimentos


nuevos?

Para evaluar aceptación y tolerancia a un nuevo alimento en la dieta del lactante se


recomienda contar con intervalos de dos a siete días52. De acuerdo con la tolerancia
(factor biológico) y grado de aceptación (factor hedónico) del bebé, se podrá continuar
con la introducción de otro alimento nuevo. En términos prácticos, este periodo podría
reducirse a 2-3 días.

¿Cuáles alimentos evitar?

Alimentos no recomendados

Leche de vaca

Se recomienda no introducir la leche de vaca entera hasta los 12 meses, por el riesgo
de inducir anemia ferropénica debido a su bajo contenido en hierro y a su relación con
micro sangrados intestinales y anemia.

Condimentos y edulcorantes

No se debe añadir sal ni azúcar en la preparación de los alimentos para lactantes


durante el primer año de vida, pues ambos componentes se encuentran en cantidades
suficientes de forma natural en la dieta. Tampoco se deben dar edulcorantes porque
refuerzan la preferencia innata por los sabores dulces y suponen un riesgo añadido de
caries dentales y obesidad.
Miel de abeja natural

La miel de abeja no procesada puede contener esporas de Clostridium botulinum, lo


cual, sumado al déficit de ácido gástrico del lactante, facilitaría el desarrollo de
botulismo.7

Café, té, aguas aromáticas

Hay que evitar las bebidas excitantes, como café, té o infusiones (específicamente a
base de anís), ya que contienen alcaloides que producen cólico y además carecen de
valor energético.7 Las bebidas carbonatadas como los jugos artificiales, gaseosas y
refrescos tampoco se recomiendan, porque disminuyen la absorción del calcio, proveen
altas cantidades de energía, carecen de valor nutrimental pueden disminuir el apetito y
la aceptación de otros nutrientes.

Alimentos con soya

No se recomiendan los alimentos con soya porque su contenido de fitatos interfiere con
la absorción del hierro y otros nutrimentos, además de favorecer el depósito de
aluminio.7

Embutidos

No deben darse antes del año de edad por su elevado contenido de sodio, nitritos y
grasas saturadas.7 Después del año se aconseja en cantidades mínimas supervisadas.

Las nueces, cacahuates, maíz (palomitas de maíz), uvas pasas, entre otros, son
alimentos peligrosos para los niños por debajo de los cuatro años de edad, debido a
que el tamaño de estos condiciona riesgo de broncoaspiración y la probabilidad de que
sean introducidos en las fosas nasales u oídos por curiosidad. 3 Sin embargo, este tipo
de alimentos pueden darse molidos o machacados y mezclarse con el resto de la dieta
de forma segura.

Cantidad y frecuencia de la alimentación complementaria

De acuerdo al nutricionista, la cantidad, consistencia y frecuencia de alimentación del bebé, y


conforme a su edad, es la siguiente:

- De 6 a 8 meses: de 3 a 5 cucharaditas, alimentos en papilla y puré, aproximadamente medio


plato mediano y de 2 a 3 veces al día.

- De 9 a 11 meses: de 5 a 7 cucharaditas de alimentos triturados o picados. Tres cuartos de plato y


3 veces al día, más una adicional, en total 4 veces al día. 1

- De 12 meses a más edad: de 7 a 10 cucharaditas, consistencia tipo segundo (así se introduce a los
niños a la alimentación familiar). La cantidad de un plato mediano y darle de comer 5 veces al día
(tres alimentos principales y dos refrigerios a media tarde y media mañana).
El especialista también recomienda incorporar en la preparación de la alimentación variedades de
ingredientes de origen vegetal y animal.

“Es importante utilizar alimentos propios de su localidad como cereales, arroz, aportando
alimentos de origen animal, huevos, sangrecita de pollo res, vísceras, pescado, entre otros”,
finalizó.

Preparación, cantidades y consistencia de los alimentos

La manipulación y elaboración de los alimentos por parte de la familia o cuidadores del niño deben
hacerse bajo una buena higiene, procurando servirlos inmediatamente y/o almacenarlos de forma
segura para evitar contaminación y reacciones adversas. Es aconsejable empezar dando pequeñas
cantidades de cada alimento e ir aumentando gradualmente para una mejor tolerancia. Se
recomienda ofrecer los alimentos en forma de purés o papillas e ir modificando poco a poco la
consistencia de espesa a grumosa y finalmente sólida, para estimular la masticación y facilitar que,
según va creciendo el niño, pueda alimentarse solo. 1

Consistencia, cantidad y frecuencia de los alimentos

Una niña o niño que recibe lactancia materna necesita energía de los alimentos
complementarios para cubrir sus requerimientos diarios según su edad. 19, 35 Esto se
muestra en la cantidad de alimentos que debe recibir el niño(a) según su edad.

La alimentación complementaria, se efectuará varias veces durante el día; la


misma que se irá incrementando gradualmente conforme crece y desarrolla la niña
o niño según su edad, sin descuidar la lactancia materna. 2
Frecuencia
       Grupo de Energía
Consistencia Cantidad Con
Sin lactancia
edad (meses) (Kcal/día) Lactancia
materna
materna
Empezar con 2 a 3 cucharadas por 3 comidas al
comida incrementando día más 2
Comidas espesas: 2 a 3 comidas
6-8 meses 200 gradualmente hasta llegar a 5 refrigerios que
Papillas, puré o mazamorras. al día.
cucharadas o ½ de un plato incluyan
mediano tendido. lácteos.
3 comidas al
Comidas espesas pero ahora los
3 comidas al día más 2
alimentos desmenuzados o De 5 a 7 cucharadas o ¾ plato
9-11 meses 300 día, más 1 refrigerios que
picados para que pueda comer tendido mediano.
refrigerio. incluyan
con los dedos.
lácteos.
3 comidas al
Preparaciones sólidos, variadas 3 comidas al día más 2
De 7 a 10 cucharadas o 1 plato
12-23 meses 550 utilizando alimentos de la olla día, más 2 refrigerios que
tendido mediano.
familiar (segundo). refrigerios incluyan
lácteos.
CONSECUENCIAS DE LA AC TEMPRANA

¿Por qué es importante esperar hasta alrededor de los 6 meses?

Para poder ingerir alimentos diferentes a la leche, es conveniente que el organismo tenga la
maduración necesaria a nivel neurológico, renal, gastrointestinal e inmune.

Se considera que un bebé está preparado cuando adquiere las destrezas psicomotoras que
permiten manejar y tragar de forma segura los alimentos. Como cualquier otro hito del
desarrollo, no todos los niños lo van a adquirir al mismo tiempo, aunque en general estos
cambios suelen ocurrir en torno al sexto mes.

Se requiere:

❖ Presentar un interés activo por la comida.

❖ La desaparición del reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua).

❖ Ser capaz de coger comida con la mano y llevarla a la boca.

❖ Mantener la postura de sedestación con apoyo.

¿Y si se ofrece comida demasiado pronto?

Si no hay disponibilidad de LM antes de los 4 meses, se deberá utilizar únicamente fórmula de


inicio (tipo 1) como sustituto. Entre los 4 y 6 meses no se han encontrado beneficios de la
introducción de la alimentación en niños amamantados y sí se ha visto un aumento de las
infecciones, tanto en países en desarrollo como en países desarrollados6. Por tanto, la
recomendación actual es esperar a los 6 meses para comenzar con AC en los niños con LM.

Una introducción muy precoz de la AC puede conllevar riesgos a corto y largo plazo

Riesgos de la introducción precoz (antes del cuarto mes) de la alimentación complementaria:

A corto plazo:

❖ Posibilidad de atragantamiento, aunque obviamente depende del bebé, de su capacidad


para mantenerse erguido y de la pérdida del reflejo de extrusión.

❖ su capacidad de excreción a través de los riñones, es también inmaduro, y la introducción


de ciertos alimentos, sobre todo aquellos que tienen una cantidad considerable de proteínas,
puede sobrecargarlos. También algunos minerales, como el sodio, pueden deteriorar la
función renal, de ahí que se recomiende evitar la sal hasta al menos los 12 meses.

❖ El aparato digestivo es aun inmaduro, lo cual supone que, si se introduce la alimentación


complementaria, el bebé no será capaz de digerir los alimentos como debe, pudiendo causarle
problemas.

❖ Sustitución de tomas de leche por otros alimentos menos nutritivos.

❖ Exposición precoz a patógenos potencialmente contaminantes de los alimentos

A largo plazo:

❖ Mayor riesgo de obesidad.


❖ Fallo de crecimiento y desnutrición por insuficiente aporte de la LM en cuanto a energía y
nutrientes

❖ Mayor riesgo de eccema atópico, Inflamación de la piel que causa comezón.

❖ Mayor riesgo de diabetes mellitus tipo 1.

❖ Anemias carenciales por deficiencias de hierro y cinc

CONSECUENCIAS DE LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA


TARDÍA
AC tardía (después de los 6 meses de edad).
En nuestro medio, es excepcional que más allá de los 6 meses de edad todavía
no se hayan comenzado a ofrecer otros alimentos distintos de la leche. Aunque
en ocasiones puede ocurrir en niños que toman LM y que no han mostrado aún
un interés activo por la comida, esta práctica es inadecuada. Se desaconseja
demorar el inicio de la AC por encima de las 26 semanas de edad, ya que esto
también puede aumentar el riesgo de problemas nutricionales, como el déficit
de hierro.
Riesgos de la introducción tardía de la alimentación complementaria
 Fallo de crecimiento y desnutrición por insuficiente aporte de la LM en
cuanto a energía y nutrientes
 Anemias carenciales por deficiencias de hierro y cinc
Prolongar la lactancia materna exclusiva más allá de los 6 meses aumenta el
riesgo de un estatus férrico deficitario.
Las necesidades de hierro en esta época de la vida son fácilmente variables
dependiendo de las pautas de alimentación y de otros factores, como la
velocidad de crecimiento y las infecciones. Si el niño recibe LM exclusiva más
allá de los seis meses corre el riesgo de desarrollar un déficit de hierro y
anemia, ya que a partir de los 4-6 meses los depósitos de hierro se van
agotando, especialmente en madres con ferropenia con o sin anemia, y el
equilibrio solo puede mantenerse gracias a los aportes exógenos. La atención a
este nutriente debe ser especialmente importante en niños con riesgo de nacer
con depósitos de hierro disminuidos y, por tanto, más vulnerables a desarrollar
una anemia ferropénica

❖ Aumento del riesgo de alergias e intolerancias alimentarias.

Hay muchas teorías que explicarían el aumento de los casos de alergia, pero


en la reunión "Controversias y Novedades en Alergias", la doctora Montserrat
Fernández-Rivas expuso que un exceso de higiene y una introducción tardía de
ciertos alimentos en la dieta de los bebés podrían ser los principales causantes
de este alarmante incremento de cifras.
por ello, una de las recomendaciones que lleva tiempo dándose en las
consultas de pediatría está la de no retrasar la incorporación de la alimentación
complementaria en el bebé, si no hay una causa médica que lo justifique.
Por tanto, y tras los seis meses de lactancia exclusiva que aconseja la OMS,
podríamos comenzar a introducir en la dieta casi cualquier alimento, incluso
aquellos potenciamente alérgicos como los frutos secos, el huevo o el pescado.
En el caso de los cacahuetes, por ejemplo, la doctora Gloria Requena ya nos
comentaba en esta entrevista que los últimos estudios hablan de que una
introducción precoz en la dieta del bebé podría disminuir la probabilidad de que
desarrollara alergia en un futuro
Es por ello que las recomendaciones pediátricas para la introducción de la
alimentación complementaria están cambiando, al igual que las indicaciones
que reciben las embarazadas y madres lactantes sobre que tienen que comer
de todo.

En el caso del huevo, por ejemplo, años atrás muchos padres recibimos la


pauta de incorporarlo en la dieta de nuestros hijos entre los nueve y los
doce meses de edad. Pero ahora se sabe que los bebés pueden comenzar a
consumir huevo a partir de los seis meses, lo que además minimizaría el riesgo
de aparición de alergia.

Lo mismo ocurre con el pescado, otro de los alimentos que ha ido sufriendo
distintas variaciones a la hora de recomendar su introducción en la dieta, hasta
llegar a las recomendaciones actuales de ofrecérselo a los niños a partir de los
seis meses (aunque habría que evitar los peces grandes por la cantidad de
mercurio que acumulan).

En resumen, el retraso en la introducción de la alimentación complementaria no


sólo no estaría justificado, sino que hacerlo podría favorecer la aparición de
alergias alimentarias. Por tanto, los alimentos se deben ir introduciendo a
partir de los seis meses y siempre de forma paulatina, observando reacciones
para detectar posibles alergias o intolerancias alimentarias, especialmente si el
bebé tiene predisposición alérgica.

❖ Peor aceptación de nuevas texturas y sabores.

❖ Mayor posibilidad de alteración de las habilidades motoras orales como la


masticación
Retraso en el desarrollo de habilidades orales como la masticación y la
capacidad de aceptar nuevos sabores y texturas
PRACTICA INADECUADA DE ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA.
Es la introducción temprana de alimentos complementarios cuando se inicia
antes de la semana 17 de vida, antes de esta edad, la inmadurez de diferentes
sistemas como: gastrointestinal, renal, neuromuscular e inmunológico, puede
traer riesgos para la salud a corto y largo plazo.
RIESGO A CORTO PLAZO:
Interferencia de la alimentación exclusiva con leche materna; incremento de
infecciones gastrointestinales por reducción del efecto protector de la leche
humana y por la introducción de alimentos contaminados; desaceleran el
crecimiento y desnutrición debido a disminución del volumen de consumo de
leche materna y/o fórmula láctea.
La introducción de alimentos de pobre densidad energética o nutrimental;
incrementa el riesgo de presentar dermatitis atópica, sibilancias o alergia a la
proteína de la leche de vaca, incrementa el riesgo de presentar deficiencia de
hierro, anemia, deficiencia de zinc, debido a disminución del consumo de leche
humana que cubren la ingesta diaria recomendada (IDR) para la edad; y
también se presentan enfermedades respiratorias; posible daño renal por
aumento en la carga de solutos.
RIESGO A LARGO PLAZO:
Aumento de la adiposidad; predisposición a desarrollar hipertensión y
obesidad; modificación de las preferencias alimentarias saludables y la
nutrición futura del individuo; desarrollo de hábitos alimenticios no saludables;
alergia alimenta
Riesgo de anemia. Es otra de las enfermedades que está relacionado por la
mala alimentación y es una enfermedad de salud pública, se considera que las
causas pueden ser la disminución de la práctica de lactancia materna y pobre
ingestión de alimentos ricos en hierro al momento de iniciar la alimentación
complementaria. Para prevenir y tratar se debe introducir alimentos: carnes
rojas, cereales infantiles fortificados y alimentos de origen vegetal.
Deficiencia de zinc.
La introducción de cereales no fortificados junto con la introducción tardía de
carnes rojas es una de las causas de deficiencia de zinc. Una porción de cereal
infantil fortificado (15 g) aporta 42% de la IDR de zinc. Otro alimento que puede
ser incluido desde el inicio de la AC y que contiene zinc es la tortilla
nixtamalizada. Una pieza de tortilla aporta únicamente 10% de la IDR de zinc y
debe acompañarse de alimentos como carnes rojas o cereales infantiles
fortificados.
Consumo de bebidas endulzadas. Es otra forma de alimentación inadecuada
que aumenta el riesgo de padecer obesidad.
La mayoría de las bebidas endulzadas disponibles en el mercado contienen
jarabe de maíz (rico en fructosa) como edulcorante principal. La absorción de la
fructosa es más lenta y puede asociarse a diarrea por malabsorción, lo que
incrementa el riesgo de desaceleración del crecimiento. Además, el consumo
de fructosa se asocia a resistencia a la insulina, hiperinsulinemia,
hiperleptinemia y dislipidemia. Todas estas alteraciones favorecen la obesidad
y a largo plazo incrementan el riesgo de padecer diabetes mellitus tipo 2,
hígado graso no alcohólico y/o síndrome metabólico.
OTRAS PRÁCTICAS INADECUADAS EN ALIMENTACIÓN
COMPLEMENTARIA.
Uso inadecuado del biberón: El biberón sólo se debe utilizar en ausencia de
lactancia materna y debe promoverse como recipiente exclusivo de la fórmula
láctea y no para otro tipo de bebidas. Se debe retirar paulatinamente a partir
del 7 ◦ mes de vida, en relación inversa al consumo de sólidos. Se debe retirar
por completo al año de edad y fomentar la utilización del vaso convencional.
Consistencias y texturas inadecuadas de alimentos de acuerdo a la
edad. Las papillas y purés deben darse sólo durante los dos primeros meses
de inicio de la alimentación complementaria. A partir del octavo mes de vida se
deben introducir grumos finos y suaves e incrementar la consistencia (en forma
progresiva) a alimentos picados y de mayor firmeza pero de fácil trituración. El
cuidador que perpetúa el uso de papillas y purés hasta el año de edad
propiciará dificultades para la aceptación de alimentos de mayor consistencia.

REFERENCIAS.
1.- Enrique R, Salvador V, Ana P, consenso para la práctica de alimentación
complementaria en lactantes sanos [internet], [México], [2016], [citado el 29 de
noviembre de 2020], disponible en:
http://www.scielo.org.mx/pdf/bmim/v73n5/1665-1146-bmim-73-05-00338.pdf

Alimentación complementaria y anemia

La OMS y el Ministerio de Salud de Perú (MINSA) recomiendan iniciar la


alimentación complementaria a los 6 meses de edad, porque a partir de esa etapa
de vida, el sistema digestivo del niño es capaz de digerir una variedad de alimentos
y puede controlar adecuadamente la masticación. Sin embargo, algunas sociedades
pediátricas, con la finalidad de evitar la anemia, sugieren el inicio de la
alimentación complementaria a partir de los 4 meses, pues las reservas de hierro
en el niño y la concentración del mismo en la leche materna no cubren los
requerimientos a partir de esta edad, La anemia es un problema de salud pública
en el mundo y en países en vías de desarrollo.

La mayor prevalencia de la anemia


Es producto por la carencia de hierro ocurre entre los 6 y 24 meses de edad, lo
que coincide con el crecimiento rápido del cerebro y con una explosión de
habilidades cognitivas y motoras del niño. Una deficiencia leve o poco severa en la
edad preescolar, aun cuando sea corregida, reduce en forma permanente la
destreza manual de los niños, limita su capacidad de concentración y debilita su
capacidad de memoria.

¿Qué es la anemia?

La anemia es el trastorno de la sangre más común, Afecta a los glóbulos rojos y la


hemoglobina. Se trata de la proteína en los glóbulos rojos que transporta el oxígeno
desde los pulmones al resto del cuerpo. Es necesario el hierro para producir
hemoglobina.

Los signos y síntomas

 Fatiga

 Debilidad

 Piel pálida o amarillenta

 Latidos del corazón irregulares

 Dificultad para respirar

 Mareos o aturdimiento

 Dolor en el pecho

 Manos y pies fríos

 Dolores de cabeza
Causas de la anemia

Los diferentes tipos de anemia tienen causas diversas.

 Anemia por deficiencia de hierro. 


 Anemia por deficiencia de vitaminas.
 Anemia de inflamación.
 Anemia aplásica.
 Anemias asociadas con enfermedades de la médula ósea.
 Anemias hemolíticas. 
 Anemia de células falciformes.

Factores de riesgo

 Una dieta que carece de ciertas vitaminas y minerales.


 Trastornos intestinales.
 Menstruación.
 Embarazo.
 Afecciones crónicas.
 Antecedentes familiares.
 Otros factores.
 La edad. 

Complicaciones

 Fatiga intensa.
 Complicaciones en el embarazo.
 Problemas cardíacos.
 Muerte. 

Tratamiento
El tratamiento se debe orientar hacia la causa de la anemia y puede incluir:

 Transfusiones de sangre.

 Corticoesteroides u otros medicamentos para inhibir el sistema inmunitario.

 Eritropoyetina, un medicamento que ayuda a que la médula ósea produzca más


células sanguíneas.

 Suplementos de hierro, vitamina B12, ácido fólico u otras vitaminas y minerales.

Prevención

 Hierro.
 Folato
 Vitamina B-12.
 Vitamina C. 

ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA Y OBESIDAD INFANTIL

La alimentación complementaria representa el período de transición de la


lactancia materna a los patrones alimentarios familiares, principalmente debido
a la introducción de alimentos distintos a la leche humana que aportan al
menos el 50% del consumo calórico total.

Al iniciar la alimentación complementaria se pueden adoptar distintos patrones


que suponen riesgo para sobrepeso, obesidad y otras ECRN, debido a un alto
consumo de energía, proteínas, grasa saturadas, sal, azúcar libre y bajo
consumo de frutas y vegetales. Se recomienda el inicio de la alimentación
complementaria a los 6 meses de edad.

La introducción de alimentos sólidos antes de los 4 meses de edad en niños


que nunca recibieron lactancia materna o la recibieron menos de 4 meses en
comparación con los que la recibieron después de esta edad, aumentó en 6
veces el riesgo de obesidad a los 3 años de edad, independientemente de la
velocidad de crecimiento.

Independientemente del modo de alimentación temprano, los niños menores de


dos años pueden aprender a través de una exposición repetida y variada de
alimentos. Para que ocurra este aprendizaje estos alimentos deben formar
parte de la dieta familiar y la exposición debe ser sostenida en el tiempo.
Enseñar a los niños a comer alimentos con contenidos bajos de sal y azúcar,
como frutas y vegetales, durante la alimentación complementaria puede ayudar
a evitar consumos excesivos de alimentos no saludables que condicionen
riesgo de enfermedades en el futuro.

Anticipar la alimentación complementaria que debe recibir un menor después


de los seis meses eleva el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad en la edad
adulta

DEFINICIÓN DE OBESIDAD INFANTIL: La obesidad, definida como una


acumulación excesiva de grasa, es un diagnóstico comprometido en la infancia
y en la adolescencia. (sobrepeso = el IMC para la edad y el sexo con
más de una desviación típica por encima de la mediana establecida en los
patrones de crecimiento.
SINTOMAS

 Peso corporal elevado con índices altos de grasa

 Problemas de atención.

 Apetito desenfrenado

 Dificultad para respirar 

 Dificultad para dormir.


 Fatiga.
 Dolor de espalda y/o en las articulaciones.
 Sudoración excesiva y Intolerancia al calor.
 Infecciones en los pliegues cutáneos.

Energía: por lo general, en niños menores de 2 años, el consumo de energía


está determinado por las prácticas de alimentación, en especial por el uso del
biberón, el cual interfiere en el desarrollo de la autorregulación sólida de la
ingesta en comparación con la alimentación con leche humana y es un factor
independiente asociado a la ganancia de peso de los niños.

Macronutrientes
Proteínas: La ingesta de proteínas, tanto en calidad como en cantidad, durante
los primeros años de vida, tiene efectos importantes sobre la salud a largo
plazo. Si el niño recibe leche humana en forma exclusiva, el aporte proteico es
del 5- 7% del aporte total de energía, pero si recibe fórmula infantil está en 8-
9%, lo que aumenta la ingesta proteica en promedio 0,5g/kg/d. Si recibe leche
entera de vaca, el aporte proteico asciende a 20%.

Al iniciar la alimentación complementaria, el aporte proteico aumenta hasta 14-


15%. En caso de que este aporte sobrepase el 16% de la distribución calórica
total, los niveles de IGF-1 se elevan en un 20% y los de insulina sérica en un
100%, siempre y cuando la fuente sea leche entera de vaca, lo cual aumenta la
probabilidad de desarrollar sobrepeso. Esto no se ha observado con carnes ni
proteínas de origen vegetal.

Carbohidratos: El consumo de carbohidratos refinados en cuanto a cantidad y


precocidad en su introducción condiciona riesgo de obesidad y comorbilidad
asociada. Se ha demostrado una estrecha relación entre el consumo de
bebidas endulzadas con azúcar y el exceso en la ganancia de peso en niños;
sin embargo, recientemente se ha cuestionado esta relación.

Además de contribuir con la densidad energética de la dieta, los carbohidratos


simples o refinados producen alteraciones metabólicas en función de su índice
glicémico, lo que puede condicionar riesgo para el desarrollo de diabetes
mellitus tipo 2, independientemente de obesidad. La fructosa proveniente del
azúcar y del jarabe de maíz (principal endulzante de bebidas industrializadas)
promueve la dislipidemia y el depósito visceral de grasa posiblemente por el
aumento de la lipogénesis hepática.

Grasas: los lípidos son fundamentales en el aporte calórico total y su calidad


en las primeras etapas de la vida es clave para el adecuado suministro de
energía y nutrientes.La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría
coincide con la recomendación de la Academia Americana de Pediatría (AAP)
respecto a que no deben hacerse restricciones de grasa en los primeros 2 años
de vida, debido a que el 50% del aporte calórico de la leche humana proviene
de las grasas y los alimentos recomendados para esta edad no incrementan el
porcentaje de calorías derivados de este macronutriente (84-86).

En niños mayores de 2 años se recomienda un aporte total de grasas de 20% a


30% (87-89). Esto se enfoca en implementar una dieta baja en grasas
saturadas y colesterol < 300mg/d, con una relación Omega 6 / Omega 3 de 5/1
y menos de 1% de ácidos grasos trans (85). Con respecto a los ácidos grasos
esenciales se recomienda un aporte de 3-4,5% de ácido linoleico y de 0,4-0,6%
de ácido alfa linoleico (83,85,89). No se ha investigado el papel de los ácidos
grasos esenciales con respecto al desarrollo de tejido adiposo y riesgo de
obesidad.

VITAMINAS

 Vitamina D: La vitamina D inhibe la acumulación de grasa, aumenta la


síntesis de proteína, preserva las células pancreáticas, disminuye la
resistencia a la insulina y reduce el apetito, por tanto, favorece el control de
la obesidad y la diabetes tipo 2. Se ha reportado una asociación entre
valores bajos de vitamina D y obesidad, pero sus mecanismos no están del
todo claros; se ha postulado que el secuestro de la vitamina D en el tejido
adiposo -donde se expresan los receptores de esta vitamina- podría ser la
causa de esta alteración. En niños y adolescentes obesos y eutróficos la
adiposidad visceral resultó un predictor independiente de los niveles bajos
de vitamina D.

 Vitamina A: Diversos estudios sugieren que la deficiencia de vitamina A


puede incrementar el riesgo de obesidad; el ácido retinoico regula la
producción de diversas adipocinas incluyendo la leptina y resistina, las
cuales controlan el consumo de alimentos, el gasto energético y la
composición corporal.

Minerales

 Calcio: este mineral actúa modulando el metabolismo energético y


reduciendo el riesgo de obesidad. Tanto el calcio elemental como el
proveniente de los lácteos ejercen efectos comparables.

 Hierro: El estado nutricional del hierro en pacientes con sobrepeso u


obesidad ha sido evaluado en distintos contextos sin resultados
consistentes. En niños y adolescentes con peso normal, sobrepeso y
obesidad se demostró una mayor prevalencia de anemia por déficit de
hierro en los obesos en relación al normal peso y una correlación negativa
entre los valores de hierro y el IMC (103). Se ha observado que los niños
con sobrepeso tienen dos veces más riesgo de presentar déficit de hierro
que la población general, por lo que se plantea la necesidad de investigar
esta condición en los niños con IMC elevado (104).

 Zinc: se ha observado déficit de zinc en niños obesos, pero su efecto


metabólico no ha sido bien estudiado. El zinc forma parte del metabolismo
de las hormonas involucradas en la fisiopatología de la obesidad, tal como
la insulina y leptina, además de participar en el metabolismo de los
macronutrientes.

 Sodio: El mayor aporte de sodio de la dieta proviene de alimentos


industrializados. Se ha demostrado efecto directo del sodio sobre la presión
sanguínea e indirecto sobre la obesidad, a través del aumento del consumo
de líquidos que incluyen bebidas azucaradas. La reducción de 1 g/d de sal
está relacionada con la disminución de 100 g de líquidos totales y 27 g de
bebidas azucaradas (109), aunque se ha observado que el aumento de
peso debido a la sal puede ser independiente de la ingesta de bebidas
azucaradas 
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Crecimiento, nutrición temprana en el niño y riesgo de obesidad [Internet].
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