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4 condiciones que tomar en cuenta en la carrera cristiana.

2Ti 2:11-13

Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; 12 Si sufrimos, también
reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará. 13 Si fuéremos infieles, él permanece
fiel; Él no puede negarse a sí mismo.

Si somos muertos con él, también viviremos con él; Un ánimo por el piso necesita una palabra
poderosa que lo sostenga y le haga llegar hasta la meta. Leo esto y me parece que Pablo está en
una reunión con un equipo deportivo y a mitad del juego está poniendo en la mente y el corazón
de los jugadores la palabra que los hará victoriosos al final de la competición. Está dando el
aliento necesario, como el pugilista es animado luego de un round difícil. Pablo no se refiere al
futuro lejano cuando dice que viviremos con él, se refiere aquí y ahora. Pablo se refiere a morir
aquí y ahora con Cristo. Dejemos que sea el mismo apóstol que lo explique: Rom. 6:4 Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo
resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. 5
Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección; 6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado
juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al
pecado. 7 Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. 8 Y si morimos con Cristo,
creemos que también viviremos con él. La idea es morir con Cristo a esta vida de placeres
momentáneos y llena de vanidad. Si usted muere para el pecado usted vivirá para Dios. Si
juntamente es crucificado con Cristo, morirás con Cristo al pecado y vivirás una nueva vida para
Dios. Pienso en el poder de una nueva vida, de experimentar el poder de la resurrección de
experimentar el poder que resucitó a Cristo de los muertos, el poder que Cristo dijo que recibirían
cuando el Espíritu Santo habitará en la vida del creyente. No es una verdad posicional es una
verdad experimental. Efe 1:16 no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros
en mis oraciones, 17 para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu
de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, 18 alumbrando los ojos de vuestro
entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas
de la gloria de su herencia en los santos, 19 y cuál la supereminente grandeza de su poder para
con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, 20 la cual operó en
Cristo, resucitándole de los muertos. Si creemos esta palabra fiel viviremos en gozo y esperanza en
esta vida.

1. Si sufrimos, también reinaremos con él; Los versículos primeros nos enseñaron sobre el
sufrimiento del verdadero creyente. Alguien señalo lo siguiente: "Parece que una parte
importante de la vida cristiana, la de seguir los pasos del Señor Jesús, es estar abierto a lo que
Dios quiere hacer en nosotros por medio del sufrimiento. No es que debemos buscarlo
deliberadamente, invitando a cualquiera que nos inflija con dolor, castigo o pena. Pero lo que
me parece cierto es que, si alguno de nosotros tomamos muy en serio el vivir una vida
verdaderamente cristiana, el sufrimiento nos llega, invitado o no. El sufrimiento no es solo la
realidad de mártires o de súper-cristianos—santos—sino es lo que todos podemos esperar".
La vida cristiana está marcada por el sufrimiento y muchas veces, es sufrir por causa del
evangelio. En el Sermón del Monte está Cristo previendo estos sufrimientos: Mat 5:11
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de
mal contra vosotros, mintiendo. Alguien señaló que el sufrimiento es la herramienta de Dios
para nuestra perfección y lo queramos o no, llegará tarde o temprano a nuestra carrera
cristiana. El pueblo de Dios siempre ha sufrido por su fe y conducta apartada de los que no
aman a Dios. Nuestra redención está marcada por el sufrimiento de nuestro salvador y
estamos llamados a seguir sus pisadas para que reinemos también con él. Como leemos en
Rom 8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que
padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. O en1Pe 4:13
sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en
la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría.
2. Si le negáremos, él también nos negará. ¿Qué puede hacer que hombres y mujeres nieguen a
su Salvador? La respuesta es sencilla, el sufrimiento por la persecución. Las diferentes formas
de persecución puede intimidar a los creyentes. Leí que: "El sufrimiento no solo es ser
quemado en la hoguera o perder la cabeza a la espada; sufrir también es cuando alguien se
burla de ti por tu fe o cuando tu familia y tus amigos te rechazan porque sigues a Jesús". Es
alentador leer que reinaremos con nuestro salvador si sufrimos aquí con y por él. Leamos
varios versículos y recarguemos el ánimo: Luc 19:17 Él le dijo: Está bien, buen siervo; por
cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Luc 19:19 Y también a
éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Luc 22:28 Pero vosotros sois los que habéis
permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo
asignó a mí. Rom 5:17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más
reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don
de la justicia. Rom. 8:16-17 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos
hijos de Dios. Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos
con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos
glorificados. Este pasaje comienza en tono muy positivo y termina con la certeza de que los
que son hijos de Dios van a padecer—un sinónimo de sufrir. ¡Ay! Como hijo, como heredero
de Dios, como coheredero con Cristo, parte de nuestro patrimonio es sufrir. Y según Pablo el
sufrimiento llega a la glorificación. ¡Sin la cruz—algo que debemos tomar cada día—no hay
corona de gloria! Apo. 5:10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre la tierra. Apo 22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de
lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los
siglos. Es realmente glorioso, animador e inspirador. Amados, dijo Pablo de los sufrimientos:
Rom 8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables
con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.
3. Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo. comencemos por
decir que nuestra infidelidad no anula la fidelidad del Señor Jesucristo. Su naturaleza, el es
Dios y no cambia, no se lo permite como se lee en Núm. 23:19 Dios no es hombre, para que
mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo
ejecutará? Heb.10:23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza,
porque fiel es el que prometió. La fidelidad de Dios es la garantía que las cosas que dice se
cumplirán como dice Isa. 25:1 Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque
has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza. O Rom 3:3 ¿Pues qué, si
algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?
Dios no cambia Mal. 3:6; Deut. 7:9 Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que
guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil
generaciones. Es la fidelidad de Dios que hace que esta palabra sea fiel y digna, puedes fiar tu
corazón y descansar en el cumplimiento de sus promesas para ti. ¿Qué más puedes desear?
Pero esto merece algo de nosotros en respuesta digna lea conmigo 2Cor. 5:14 Porque el amor
de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron; 15
y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y
resucitó por ellos. 16 De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según
la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. 17 De modo que
si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas. Oremos.

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