Fundamentos del análisis literario tico, cualquier texto literario permitirá
invariablemente un análi-sis de ese plano desde una perspectiva estilística. Lo que no
debe, sin embargo, hacer caer el análisis estilístico en el extremo opuesto que interpreta Bally, que llevaría a la adopción de una modalidad de lectura eventualmente desinteresada por las contri-buciones proporcionadas por la lingüística; más que una utópica estilística de carácter estrictamente esteticista, creemos que es sobre todo de la conjugación de los dos campos de estudio íntimamente relacionados —la lingüística y la estilística— de donde debe resultar una modalidad de análisis que, teniendo en cuenta el código lingüístico representado en el aludido plano de la expresión, no ignore otro hecho no menos relevante: el de que el código lingüístico no puede estar radicalmente disociado de los restantes códigos específicos del lenguaje literario, en conjuga-ción con los cuales el texto es producido.
2. ESTILO Y ANÁLISIS ESTILÍSTICO Preocupados ahora en describir y comentar los
términos en que se puede instituir un análisis de tipo estilístico mínimamente válido, nos parece que tal intento tiene que comenzar tomando en consideración las consecuencias que, en este contexto, se deducen de las diversas ópticas con que puede ser tratado el concepto de estilo. Y si decimos esto es porque tenemos la noción de que, desde que, con Buffon, el estilo fue definido como «l'ordre et le mouvement qu'on met dans ses pensées» 5, se han repetido las tentativas de fijar en una fórmula sucinta tal concepto, que invariablemente inspiró, como se puede entender, particulares concepciones de la estilística. Como no podemos citar aquí en su totalidad esas múltiples definiciones, no queremos, sin embargo, dejar de evidenciar las que nos parece que constituyen las tres perspectivas fundamenta-les en que esta cuestión ha sido delimitada: 1) una perspectiva 5 Discours sur le style, citado por P. Guiraud y P. Kuentz, La stylistique, París, Klincksieck, 1970, pág. 4. Análisis textual: estilístico 129 psicologista, inspirada en las enseñanzas de la lingüística idea-lista, al abrigo de la cual se admite que «el proceso estilístico como el proceso fonético es doblemente individual, porque toda obra tiene su estilo y también todo artista posee un estilo» 6, del mismo modo que se afirma también que «estilo es precisamente lo que individualiza un habla particular» o, con otras palabras, «la unicidad, la peculiaridad conceptual-imaginativo- afectiva de un habla» 7; 2) una perspectiva sociológica (en cierto modo si-tuada en los antípodas de la primera) de la que es autor Erich Auerbach, cuya concepción se guía por la idea de que el estilo representa una especie de acomodación de la expresión verbal a exigencias de la colectividad 8; 3) una perspectiva estructural, interpretada por autores como Wolfgang Kayser («aprehender el estilo de una obra significa [...] aprehender las fuerzas que dan forma a ese mundo, y aprehender su estructura uniforme e indi-vidual» 9), y Michael Riffaterre: para éste «le style d'une oeuvre littéraire est le systéme d'oppositions par lequel des modifications expressives (intensification de la représentation, coloration affec-tive, connotation esthétique) sont apportées á l'expression lin-guistique, au processus de communication minimale» ,0. 6 Karl Vossler, Positivismo e idealismo en la lingüistica y El lenguaje como creación y evolución, ed. cit., pág. 188. 7 Dámaso Alonso, Poesía española, 4.a ed., Madrid, Gredos, 1962, págs. 584 y 590. Curiosamente los términos en que Roland Barthes se refiere al estilo parecen inspirarse en la perspectiva que acabamos de ilustrar: «Sous le nom de style, se forme un langage autarcique qui ne plonge que dans la mythologie personnelle et secrete de l'auteur, dans cette hypophysique de la parole, oú se forme le premier coupie des mots et des choses, oú s'installent une fois pour toutes les grands thémes verbaux de son existence» (R. Barthes, Le degré zéro de l'écriture suivi de Nouveaux essais critiques, París, Seuil, 1972, pág. 12). 8 Cf. a este respecto E. Auerbach, Mimesis. La Représentation de la réalité dans la littérature occidentale, París, Gallimard, 1973, págs. 227-228; en el lugar citado, Auerbach explica cierto enriquecimiento estilístico operado en Italia en el siglo XIV, a partir de influencias derivadas no sólo de una nueva estructuración de la sociedad, sino también (y en estrecha relación con esta estructuración) de las primeras manifestaciones de carácter humanista en esa época verificadas. 9 W. Kayser, Interpretación y análisis de la obra literaria, 2.a ed., Madrid, Gredos, 1958, pág. 459. 10 M. Riffaterre, Essais de stylistique structurale, París, Flammarion, 1971, págs. 96-97. A. LITERARIO, —9