0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
30 vistas1 página
La abejita tenía frío, por lo que su mamá le dijo que volara al sol para calentarse. Sin embargo, la abejita seguía tiritando mientras volaba. Una araña tejió un chaleco blanco para la abejita, pero ella no podía volar con él hasta que la araña le hizo agujeros para las alas. La abejita pudo volar felizmente con su nuevo chaleco, aunque inicialmente sus compañeras de panal la confundieron con una polilla hasta que levantó el chaleco para que la reconocieran.
La abejita tenía frío, por lo que su mamá le dijo que volara al sol para calentarse. Sin embargo, la abejita seguía tiritando mientras volaba. Una araña tejió un chaleco blanco para la abejita, pero ella no podía volar con él hasta que la araña le hizo agujeros para las alas. La abejita pudo volar felizmente con su nuevo chaleco, aunque inicialmente sus compañeras de panal la confundieron con una polilla hasta que levantó el chaleco para que la reconocieran.
La abejita tenía frío, por lo que su mamá le dijo que volara al sol para calentarse. Sin embargo, la abejita seguía tiritando mientras volaba. Una araña tejió un chaleco blanco para la abejita, pero ella no podía volar con él hasta que la araña le hizo agujeros para las alas. La abejita pudo volar felizmente con su nuevo chaleco, aunque inicialmente sus compañeras de panal la confundieron con una polilla hasta que levantó el chaleco para que la reconocieran.
¡Mamá, ya no tengo frío! Autora: Macarena Mariela Ferrer Vial Vilcún, Región de La Araucanía Ilustración: Soledad Águila
Su mamá le dijo a la abejita que fuera a volar al sol, para
que se le pasara el frío. La abejita volaba, zumbaba y tiritaba. Una araña, que vio su extraño volar, le ofreció tejerle un chaleco de tela de araña. Blanco y precioso quedó el chaleco, que se puso la abejita. Pero, no pudo volar hasta que la araña le abrió dos agujeros al chaleco. ¡Gracias araña!, gritó la abeja, ¡de nada abejita!, gritó la araña. La abejita volaba, zumbaba, feliz. La puerta de su panal no le quisieron abrir, al confundirla con una polilla, pero la abejita levantó su chaleco y la reconocieron como la abejita que tuvo frío, hasta que una amiga le regaló un lindo chaleco.
Kalinka, la gallina que soñaba en ser bailarina estrella - Kalinka, la poule qui voulait devenir danseuse étoile: Conte philosophique bilingue français - espagnol