Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TEMA N° 4
LAS CUESTIONES PREVIAS
SUMARIO
Generalidades. Los presupuestos procesales: definición. Las cuestiones
previas: Definición. La función de las cuestiones previas en el proceso.
Clasificación de las cuestiones previas: a) atinentes a los sujetos
procesales; b) atinentes a la regularidad formal de la demanda; c)
atinentes a la pretensión procesal; d) atinentes a la acción. El trámite
procesal correspondiente cuando son propuestas individualmente las
cuestiones previas: Efectos de la declaratoria con lugar de las cuestiones
previas. Recursos. El trámite procesal correspondiente cuando son
propuestas acumulativamente las cuestiones previas.
Generalidades
Cuando entre los justiciables surge algún conflicto intersubjetivo de intereses, o
litigio, entendido este concepto en la misma dirección que Carnelutti, F. pero en
términos mas amplios, o sea, “como conflicto de intereses jurídicamente trascendente
y susceptible de solución así mismo jurídica” 1, quien afirme ser sujeto activo de
alguna relación jurídica debe ocurrir ante el órgano jurisdiccional para obtener de
éste, en principio, una decisión que reconozca el derecho que dice le ha sido
desconocido por la ilegítima actuación del sujeto pasivo de esa relación y, de ser
necesario, que se la ejecute del modo adecuado para, finalmente, con ello, conseguir
la satisfacción que la norma jurídica le promete en abstracto.
Así pues, tenemos que, ejerciendo el justiciable el “derecho de acción” requiere la
actuación de los órganos jurisdiccionales competentes, detentadores de la “potestad
jurisdiccional” y, precisamente, gracias a la conjunción de ellos, surge el “proceso”,
único mecanismo por el cual se ejercita la jurisdicción, mediante la realización de los
denominados “actos procesales” con el fin de proveer a los justiciables, actor y
demandado, una decisión que, en justicia, resuelva el conflicto que entre ellos existe.
Sin embargo, resulta que, para que el órgano jurisdiccional pueda resolver el conflicto
intersubjetivo de intereses que le ha sido sometido a su consideración, es
absolutamente necesario que se constituya válidamente la relación procesal. En este
orden de ideas, tenemos que, el sujeto activo, esto es, el actor, debe satisfacer una
doble carga si aspira que su derecho subjetivo le sea reconocido formalmente por el
sentenciador: la primera de ellas es instaurar una relación procesal que sea
jurídicamente válida, de modo tal que el órgano jurisdiccional se encuentre habilitado
1
Alcalá-Zamora, N. Enseñanzas y sugerencias de algunos procesalistas sudamericanos acerca de la
acción. Estudios de teoría general e historia del proceso (1945 - 1972). Universidad Nacional
Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicas. México. 1992. p.329.
2
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
produce, resulta que en definitiva difieren en lo atinente a cuales son los presupuestos
procesales.
Para los más exigentes, esto es, para aquellos que sostienen una posición que, junto
con Oderigo, M.5, denominaremos maximalista, la relación procesal sólo se
constituye cuando se hayan reunidas las condiciones necesarias para que el juez
pueda resolver sobre el asunto de fondo planteado por el actor, esto es, sobre la
existencia del derecho material invocado por éste en la demanda; de donde resultaría
que son presupuestos procesales las condiciones requeridas para que se pueda dictar
una resolución sobre el asunto de fondo.
Dentro de esta corriente incluiremos a Calamandrei, P. 6, para quien “los presupuestos
procesales son las condiciones que deben existir a fin de que pueda tenerse un
pronunciamiento cualquiera, favorable o desfavorable, sobre la demanda, esto es, a
fin de que se concrete el poder-deber del juez de proveer sobre el mérito: así,
mientras los requisitos de la acción hacen referencia a la relación sustancial que
preexiste al proceso, los presupuestos procesales son requisitos atinentes a la
constitución y al desarrollo de la relación procesal, independientemente del
fundamento sustancial de la demanda”. También Chiovenda, G. 7, quien por su parte,
nos dice que “para que pueda constituirse la obligación del juez de proveer a las
demandas, se requieren (además de la existencia de una demanda perfecta y
regularmente notificada, que es el acto constitutivo), algunas condiciones que se
llaman presupuestos procesales”. Montero, J. Ortells, M. y Gómez, J. 8 enseñan que
“los presupuestos procesales son las condiciones que atienden a la existencia de
sentencia sobre el fondo del asunto”.
Para otra corriente doctrinal, a la cual, siguiendo a Oderigo, M. 9, podríamos
denominar minimalista, no hace falta tanto, toda vez que entienden que la relación
procesal se constituye no bien se dan las condiciones necesarias para que el juez
pueda dictar resoluciones, aunque estas no se refieran al asunto de fondo, como
serían, verbis gratia, las declaraciones sobre falta de jurisdicción o incompetencia.
Incorporados a esta corriente podemos mencionar a Couture, E. 10, quien entiende que
los presupuestos procesales pueden definirse como “aquellos antecedentes necesarios
para que el juicio tenga existencia jurídica y validez formal”; por su parte, Ovalle, J. 11
nos dice que los presupuestos procesales constituyen “el conjunto de condiciones
5
Cfr. Lecciones de derecho procesal. Vol. II. Ediciones Depalma. Buenos Aires. 1989. p.18.
6
Cfr. Instituciones de derecho procesal civil. Vol. I. Ediciones Jurídicas Europa América. Buenos
Aires. 1973. p.351.
7
Chiovenda, G. (1922, T.I, Chiovenda, G. Principios de derecho procesal civil. Vol. I. Editorial Reus
S.A.. Madrid. 1922. p.111.
8
Montero, J. Ortells, M. y Gómez, J. Derecho jurisdiccional. Cit. Vol. 1. T.II. p.182.
9
Cfr. Lecciones de derecho procesal. Cit. T.II. p.19.
10
Cfr. Fundamentos del Derecho Procesal Civil Cit. pp. 102 y 103.
11
Cfr. Derecho procesal civil. Harla. México. 1995. p.71.
4
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
14
Cfr. Tratado de derecho procesal civil venezolano. Cit. Vol..III. p.58.
15
Cfr. Los principios fundamentales y las cuestiones previas en el nuevo Código de Procedimiento
Civil. Paredes Editores. Caracas. 1987. p.59.
16
En contra de esta posición se encuentra Devis, H., para quien “la falta de un presupuesto procesal
constituye, en buena doctrina, un impedimento procesal, y no una excepción”. Cfr. Compendio de
derecho procesal (Teoría general del proceso). Cit. Vol.I, p.288. Entre quienes se oponen a esta tesis
también se cuenta Palacio, L., para quien “a todas esas llamadas ‘excepciones’ le corresponde,
genéricamente, el nombre de defensas, pues aquellas que no implican el aporte de nuevas
circunstancias de hecho, distintas a las invocadas por el actor, constituyen meras negaciones”. Cfr.
Manual de derecho procesal civil. 15ª. ed.. Abeledo-Perrot. Buenos Aires. 2000. pp.365 y 366.
17
Que según algún sector de la doctrina serían las condiciones antecedentes que se necesitan para que
exista el proceso.
6
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
Hemos preferido adherirnos a la tesis que considera a las cuestiones previas como
“excepciones” pues, junto con Alsina, H.18 estimamos que “en la práctica se llama
‘excepción’ toda defensa que el demandado opone a la pretensión del actor, sea que
se nieguen los hechos en que se funda la demanda, sea que se desconozca el derecho
que de ellos pretenda derivarse, sea que se limite a impugnar la regularidad del
procedimiento. Es decir, que la excepción se opone a la acción: frente al ataque, la
defensa...”; pero, abandonando estos terrenos tan generales, acontece que, “en sentido
mas restringido, por excepción se entiende la defensa dirigida a paralizar el ejercicio
de la acción o a destruir su eficacia jurídica, fundada en una omisión procesal o en
una norma substancial”19. En este mismo sentido Couture, E. 20 nos dice que “en
múltiples casos, la excepción es un medio legal de denunciar al juez la falta de
presupuestos necesarios para la validez del juicio”. También Borjas, A.21, para quien,
los vocablos “excepción” y “defensa” son sinónimos, porque, en su opinión “la
excepción es el rechazo de la acción, y es defensa todo cuanto aduce el demandado en
apoyo o fundamento de su derecho para rechazar la acción propuesta contra él”.
La función de las cuestiones previas en el proceso
Sin pretender extendernos en consideraciones doctrinarias, entendemos que, en todo
caso, independientemente de la posición que se asuma, la proposición de las
cuestiones previas tiene reservada, tal y como dice Rengel, A.22, “la función de
resolver acerca de la regularidad del procedimiento, ya sea para determinar si se
cumplen las condiciones en las cuales los sujetos procesales (juez y partes) deben
actuar, ya sea para resolver sobre la regularidad de la demanda o de cualquier otro
requisito de la instancia”.
En otras palabras, el objeto de las cuestiones previas es “depurar el proceso de vicios,
defectos y omisiones, y además garantizar el verdadero ejercicio del derecho a la
defensa que prevé el numeral 1° del artículo 49 del texto fundamental”23.
Así, pues, es connatural a las cuestiones previas la “función de saneamiento”. Esta
función de saneamiento, “al correcto decir de Barbosa Moreira, supone la solución de
cualesquiera cuestiones susceptibles de distraer la atención de la materia referente al
meritum causae. Esto es, a resolver cuestiones que no dicen relación con el mérito
18
Cfr. Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial: Juicio ordinario. 2ª. ed.. Vol.
III. Ediar. Soc. Anon. Editores. Buenos Aires. 1963. pp.78 y 79.
19
Alsina, H. Tratado teórico práctico de derecho procesal civil y comercial: Juicio ordinario. Cit.
Vol.III. p.79.
20
Cfr. Fundamentos del Derecho Procesal Civil Cit. p. 112.
21
Cfr. Comentarios al Código de Procedimiento Civil. 4ª. ed.. Vol. III. Librería Piñango. Caracas.
1973. p.59.
22
Cfr. Tratado de derecho procesal civil venezolano. Cit. p.60.
23
Cfr. Sentencia dictada por la Sala Políticoadministrativa del Tribunal Supremo de Justicia el día 29
de abril de 2.004, en el juicio de Jacaranda, C.A. contra Seguros Anauco C.A.. En Pierre, O.
Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia. Vol. 4. Editorial Pierre Tapia S.R.L. Caracas. 2004.
pp.693 y ss.
7
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
24
Cfr. Exposición de Motivos del Código Modelo Procesal Civil para Iberoamérica, citado por
Henríquez, R. Código de procedimiento civil. Vol.III. Centro de Estudios Jurídicos del Zulia. Caracas.
1998. p.50.
25
Véase al respecto el artículo 14 del Código de Procedimiento Civil.
26
Cfr. Maurino, A. Nulidades procesales. Astrea. Buenos Aires. 1995. p.75; De Santo, V. Nulidades
procesales. Editorial Universo. Buenos Aires. 1999. p.69. Morello, A. ha sentenciado que si los
poderes-deberes no generan en los jueces (sea por su formación, hábitos o apatía) la necesidad de
ejercerlos en forma activa, constante, de modo que la participación pública, principalmente interesada
en los resultados que arroja el fenómeno litigio, sea real, como la autoridad que la dirige, el platillo se
inclinará inmediatamente del lado de las partes y aquel -el juez-, al perder el comando y dirección del
debate y de su resultado social -la justa composición de la litis, la razonable tutela a quien tiene
derecho de merecerlo- incurrirá, ineludiblemente, en la alternativa expuesta por Couture; los poderes
que (teóricamente) tiene, en la práctica, por esa deflación o minorización temperamental que no
encuentra el imprescindible apoyo en la categoría de “deberes” que le impone la ley, son y seguirán
siendo menos que los que la ley enuncia, sin que el juez tenga la valentía de categorizarlos como
verdaderos deberes. Cfr. La eficacia del proceso. 2ª.ed.. Hammurabi. Buenos Aires. 2001. p.187.
27
Citado por Peyrano, J. El proceso civil. Astrea. Buenos Aires. 1978. p.73.
8
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
32
Derecho Jurisdiccional. Cit. Vol. I. p.63.
33
Montero, J., Ortells, M. y Gómez, J. Derecho Jurisdiccional. Cit. Vol. I. p.63
34
Cfr. Sentencia dictada por la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia el día 13
de febrero de 2.001, en el juicio de Banco de Fomento regional Los Andes, C.A. contra Mercantil
Loans, C.A. En Pierre, O. (Comp.). Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia. Vol. 2. Editorial
Pierre Tapia, S.R.L.. Caracas. 2001. pp.595 y 596.
12
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
La falta de jurisdicción del Juez venezolano respecto del Juez extranjero, también
puede ser declarada de oficio en cualquier estado e instancia del proceso, siempre y
cuando se trate de causas que tienen por objeto bienes inmuebles situados en el
extranjero. En cualquier otro caso, la falta de jurisdicción sólo podrá declararse a
solicitud de parte, mientras no se haya dictado sentencia sobre el fondo de la causa en
primera instancia.
Por su parte, de acuerdo con lo que prevé el artículo 60 eiusdem, la incompetencia
por la materia y por el territorio en los casos previstos en la última parte del artículo
47 del Texto Adjetivo Civil (o sea, en aquellos casos en los cuales debe intervenir el
Ministerio Público o en aquellos casos en que la ley expresamente determine que no
puede derogarse convencionalmente la competencia territorial), puede ser declarada,
aun de oficio, en cualquier estado e instancia del proceso.
Del mismo modo, se prescribe que la incompetencia por la cuantía puede ser
declarada, aun de oficio, en cualquier momento del juicio en primera instancia.
Mientras que, por su parte, la incompetencia por el territorio, con excepción de los
casos previstos en la última parte del artículo 47 del Código de Procedimiento Civil,
sólo puede oponerse como cuestión previa, en los términos indicados en el artículo
346 ibidem.
De todo lo dicho se colige que la falta de proposición por la parte demandada de las
cuestiones previas referentes a la falta de jurisdicción y a la falta de competencia, en
la oportunidad señalada en el artículo 346 del Código de rito civil, no precluye la
posibilidad de alegar tanto la falta de jurisdicción como la falta de competencia del
juez en cualquier otro estado o grado del proceso, excepto lo que corresponde a la
incompetencia por la cuantía que, según se ha dicho, sólo puede ser declarada en
cualquier momento del juicio en primera instancia y de la incompetencia por el
territorio que sólo puede oponerse como cuestión previa.
Siguiendo con el análisis del ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento
Civil, observamos que en el mismo se han incorporado como cuestiones previas,
tanto a la litispendencia como a la acumulación, fundada, ésta última, en razones de
accesoriedad, de conexión o de continencia.
Siguiendo lo dispuesto en el artículo 61 del Código de Procedimiento Civil, puede
definirse la litispendencia como la situación de identidad en los elementos integrantes
de la pretensión (sujetos, objeto y causa) que presentan dos (2) o mas causas que han
sido propuestas bien ante un mismo tribunal, bien ante tribunales distintos.
La acumulación, por su parte, puede ser definida como “la reunión material de dos o
mas procesos que, en razón de tener por objeto pretensiones conexas, no pueden ser
sustanciados separadamente sin riesgo de conducir al pronunciamiento de decisiones
contradictorias, e incluso de cumplimiento imposible por efecto de la cosa juzgada”35.
35
Palacio, L. Manual de derecho procesal civil. 15ª. ed.. Abeledo Perrot. Buenos Aires. 2000. p.118.
13
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
36
Cfr. Tratado de derecho procesal civil venezolano. Cit. Vol. III. p.62.
37
Cfr. Sentencia dictada por la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia el día 23
de julio de 2.003, en el juicio de Banco Provincial, S.A contra la república Bolivariana de Venezuela.
14
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
funcionario o empleado público que tenga facultad para dar fe pública) los
documentos auténticos, gacetas, libros o registros que acrediten la representación que
ejerce. El funcionario que autorice el acto debe hacer constar en la nota respectiva,
los documentos, gacetas, libros o registros que le han sido exhibidos, con expresión
de sus fechas, origen o procedencia y demás datos que concurran a identificarlos, sin
adelantar ninguna apreciación o interpretación jurídica de los mismos.
Si el poder se hubiere otorgado en país extranjero que haya suscrito el Protocolo
sobre Uniformidad del Régimen Legal de los Poderes y la Convención
Interamericana sobre Régimen Legal de los Poderes para ser utilizados en el
extranjero, deberán llenar las formalidades establecidas en dichos instrumentos; en
caso contrario, deberá tener las formalidades establecidas en la leyes del país donde
se realiza el otorgamiento. En cada uno de estos casos, el poder debe estar legalizado
por un magistrado del lugar o por otro funcionario público competente, y por el
funcionario consular de Venezuela, o en defecto de éste, por el de una nación amiga.
En caso de que el poder se hubiere otorgado en idioma extranjero, se le debe traducir
al castellano por un intérprete público en Venezuela.
Sin embargo, también puede otorgarse el poder ante un agente del servicio exterior
venezolano acreditado en el país del otorgamiento, cumpliendo entonces las
formalidades establecidas en el Código de Procedimiento Civil.
Por lo que respecta a la suficiencia del poder, debe decirse que es una cuestión que,
en todo caso, debe ser examinada con detenimiento por el juez, atendiendo siempre a
las facultades que han sido conferidas al mandatario.
La cuestión previa contenida en el ordinal 4° del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil consiste en “la ilegitimidad de la persona citada como
representante del demandado, por no tener el carácter que se le atribuye. La
ilegitimidad podrá proponerla tanto la persona citada como el demandado mismo, o
su apoderado”.
Así las cosas, esta cuestión previa resulta procedente cuando la persona citada como
representante del demandado no tiene el carácter que se le atribuye; esto es, que la
persona en nombre del cual se haya librado la boleta de notificación, no lo es
realmente sino otra la que debe contestar la demanda45.
Esto suele ocurrir, normalmente, cuando se trata de personas jurídicas. En efecto,
téngase presente que, de acuerdo con lo que dispone el artículo 138 del Código de
Procedimiento Civil “las personas jurídicas estarán en juicio por medio de sus
representantes según la ley, sus estatutos o sus contratos”.
45
Cfr. Sentencia dictada por la Sala Político Administrativa de la Corte Suprema de Justicia el día 16
de marzo de 1.995. En Pierre, O. (Comp.). Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. Vol. 3.
Editorial Pierre Tapia, S.R.L.. Caracas. 1995. pp.333 y 334.
18
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
Precisemos algunas cosas, enseña Redenti, E.46 que las personas jurídicas no pueden
efectuar actos procesales “sino por medio de sus órganos-oficio institucionales y
permanentes, los cuales se encarnan a su vez en las personas físicas legalmente
investidas pro tempore de esos mismos oficios. Este último no es un fenómeno de
incapacidad legal, sino que proviene ex necesse de la naturaleza misma de tales
personas, que no comen, ni beben ni se visten. (...) Esto no quita para que también
respecto de las personas jurídicas se acostumbre a hablar, aunque impropiamente, de
representación. Mejor (aunque no fuera el ideal) se podría hablar en todo caso de
representación orgánica. No hay personas jurídicas con capacidad imperfecta, que
den lugar a la asistencia de un curador, pero hay algunas (...) sujetas a controles,
respecto de las cuales sus actos de disposición deben ser autorizados (o las
correspondientes deliberaciones deben ser aprobadas) por otros órganos u oficios
exteriores y extraños”.
Luego, las personas jurídicas, deben ser citadas para que den contestación a la
demanda en las personas naturales que aparezcan en sus estatutos o contratos como
sus representantes legales.
Sin embargo, debe advertirse que, aun en el supuesto en cual se haya dispuesto en
aquellos estatutos o contratos que la representación en juicio de las personas jurídicas
debe ser ejercida por mas de una persona (natural), la citación se podrá practicar en la
persona de cualquiera de aquellas que esté investida de ejercer tal representación, tal
y como lo manda la parte in fine del citado artículo 138.
El ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil, establece como cuestión previa “la
falta de caución o fianza necesaria para proceder al juicio”.
El artículo 36 del Código Civil dispone que:
“El demandante no domiciliado en Venezuela debe afianzar el pago de lo que pudiere
ser juzgado y sentenciado, a no se que posea en el país bienes en calidad suficiente, y
salvo lo que dispongan leyes especiales”.
De la norma antes transcrita se infiere que el demandante que no tenga constituido
domicilio en Venezuela deberá afianzar el pago de lo que pudiere ser juzgado y
sentenciado. Sin embargo, esta disposición admite dos excepciones, a saber: que el
demandante posea en el país bienes en cantidad suficiente para responder por las
resultas del juicio en caso de resultar perdidoso; y lo que se disponga en leyes
especiales.
Las excepciones arriba mencionadas no tienen carácter concurrente, lo que quiere
decir, que la existencia de una sola de ellas hace innecesaria la exigencia de la otra47.
46
Cfr. Derecho procesal civil. Vol. I. Ediciones Jurídicas Europa América. Buenos Aires.1957. p.153.
En el mismo sentido Calamandrei, P. Instituciones de derecho procesal civil. Cit. Vol. II. p.366.
47
Cfr. Sentencia dictada por la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia el 17 de
abril de 2.001, en el juicio de Líneas Aéreas Costarricenses, S.A. (LACSA) contra la República
Bolivariana de Venezuela y otros. En Ramírez & Garay. (Comp.). Jurisprudencia Venezolana. Vol.
19
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
procedente la cuestión previa del defecto de forma del libelo de la demanda, toda vez
que, el perjuicio que se deriva del incumplimiento de esta carga procesal es, que no
sean admitidos en esta etapa posterior, tal y como lo prescribe el artículo 434
eiusdem, y no que se tenga por incompleto el libelo50.
Si el actor no estima la demanda, tampoco resulta procedente la cuestión previa del
defecto de forma del libelo, pues, como hemos tenido la oportunidad de mencionar
anteriormente, éste no es un requisito previsto en el artículo 340 del Código de
Procedimiento Civil, sino en el artículo 38 eiusdem. Además, como enseña
Henríquez, R.51 El demandado podría suscitar la determinación del punto en el acto
de la contestación a la demanda, para que el juez haga la correspondiente estimación
en un capítulo previo de la sentencia. “Tal estimación interesa al demandado, por ser
relevante a los efectos de la competencia por valor, la fijación máxima de honorarios
profesionales (Art.286) y la admisibilidad del recurso de casación”.
La segunda causa que hace proceder la cuestión previa que estamos comentando es
que en el libelo de la demanda se haya efectuado la acumulación prohibida en el
artículo 78 del Código de Procedimiento Civil.
La institución de la acumulación tiene como fundamentos básicos, por una parte, la
economía procesal, la cual se logra reuniendo en una misma causa y decidiendo en
una misma sentencia varias pretensiones que se propongan acumuladas en una misma
demanda, en los términos que postula el artículo 77 eiusdem, y, por otra parte, evitar
el pronunciamiento de sentencias contradictorias que pudieran, eventualmente,
devenir en imposibles de ejecutar por efecto de la cosa juzgada habida en cada una de
ellas.
Sin embargo, esta institución encuentra lógicas excepciones en las previsiones del
artículo 78 del Texto Adjetivo Civil, que prohíbe acumular en el mismo libelo
pretensiones que se excluyan mutuamente o que sean contrarias entre sí; ni las que
por razón de la materia no correspondan al conocimiento del mismo Tribunal; ni
aquéllas cuyos procedimientos sean incompatibles entre sí; pues, en tales
circunstancias, no puede cumplirse, en modo alguno, la finalidad que le ha sido
asignada.
c) Cuestiones previas atinentes a la pretensión procesal
El ordinal 7° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil establece como
cuestión previa “la existencia de una condición o plazo pendientes”.
El artículo 16 del Código de Procedimiento Civil prevé que “para proponer la
demanda el actor debe tener interés jurídico actual”.
El interés procesal, que es precisamente al que alude la norma en cuestión, surge de la
necesidad del justiciable de obtener del proceso la protección de un derecho subjetivo
50
Cfr. Henríquez, R. Código de procedimiento civil. Cit. Vol.III. p.57.
51
Cfr. Código de procedimiento civil. Cit. Vol. III. p.57.
21
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
suyo; por eso, el interés procesal presupone la lesión del derecho subjetivo y la
idoneidad de la sentencia que se reclama al juez para protegerlo y satisfacerlo 52. Sería,
sin ningún género de dudas, sería inútil dar paso a una demanda para conceder o
negar la providencia judicial reclamada, en todos aquellos casos en los cuales la
situación de hecho aducida en la pretensión no aparece denunciada una lesión del
derecho subjetivo o interés sustancial que se alega frente a la contraparte, o si los
efectos jurídicos deseados sean ya adquiridos, o se la providencia del juez es por sí
misma inadecuada o no es idónea para remover la lesión, etc.
De lo que se ha dicho se comprende, pues, que el interés procesal será una suerte de
requisito de legitimidad del contradictorio entre las partes, cuya falta provoca la
desestimación de la pretensión ejercida por el actor.
Ahora bien, cuando un derecho subjetivo se encuentra sometido a la verificación de
un término o una condición, en tanto que el crédito no es exigible hasta que aquel
término o condición se haya (n) cumplido, su titular carece de interés procesal para
proponer la demanda53. En efecto, por una parte, dispone el artículo 1.197 del Código
Civil que una obligación es condicional cuando su “existencia” depende de un
acontecimiento futuro e incierto mientras que, por otra parte, el artículo 1.211
eiusdem prescribe que el término fija el momento en el cual debe ejecutarse la
obligación, luego, si, como se ha dicho, no ha sucedido aquel acontecimiento del cual
se ha hecho depender “el nacimiento” o la “existencia” del derecho o no ha llegado el
momento en el cual el deudor debe ejecutar una obligación, aparece absolutamente
claro que, éste, mientras ello no ocurra, simplemente no tiene el deber de ejecutar
ninguna prestación a favor de aquel con quien se ha obligado. Así las cosas, si el
interés procesal presupone, de un lado, la lesión del derecho subjetivo (y esta lesión
no resulte posible mientras el deudor no esté obligado formalmente a ejecutar su
prestación a favor del acreedor) y, por otra parte, la idoneidad o necesidad de la
sentencia que se reclama al juez para protegerlo y satisfacerlo (y esa necesidad del
fallo no se actualiza sino hasta el momento en el cual el deudor, de hecho, no cumple
con su obligación), entonces, no existirá tal interés.
De manera tal pues que, en estas circunstancias, lo lógico, lo sensato, sería que la
decisión que recaiga implique la desestimación de la pretensión.
El problema se presenta, precisamente, al tomar en cuenta que, de acuerdo con el
artículo 361 del Código de Procedimiento Civil, la falta de interés sólo puede ser
propuesta como una defensa de mérito y no como una cuestión previa.
Lo que quiere decir, pues, que los que resultan, a nuestro juicio, los dos (2) ejemplos
paradigmáticos de la mas evidente falta de interés procesal no pueden ser propuestos,
como los demás casos en que la falta de interés estuviere presente, como una defensa
52
Liebman, E. Manual de derecho procesal civil. Ediciones Jurídicas Europa América. Buenos Aires.
1980. pp. 115 y 116.
53
Cfr. Henríquez, R. Código de procedimiento civil. Cit. Vol.III. p. 59.
22
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
de fondo, sino que, por el contrario, deben ser esgrimidos como cuestiones previas,
para ser resueltos in limine litis. Cuestión esta que, en nuestra humilde opinión, no
encuentra explicación lógica que la justifique.
Pero, si además se tiene en cuenta que, a tenor de lo dispuesto en el artículo 355 del
Código de Procedimiento Civil, declarada con lugar la cuestión previa contenida en el
ordinal 7° del artículo 346 eiusdem, el proceso debe continuar su curso hasta llegar al
estado de sentencia, en cuyo estado ha de suspenderse hasta que el plazo o condición
pendientes se cumplan, y que ello implica imponer al demandado la carga de tener
que defenderse durante el proceso (y costear los gastos que ello supone) y que,
además, al vencimiento del plazo o la verificación de la condición, la pretensión
ejercida en su contra será indefectiblemente declarada con lugar y, por vía de
consecuencia, perdidoso como ha resultado, también será condenado en costas, por
mandato expreso del artículo 274 ibidem, no puede menos que entenderse que el
tratamiento que se le ha dado a la hipótesis que estamos tratando es, a todas luces,
inconstitucional, pues, si se tiene presente que el proceso es, según lo manda el
artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, un
instrumento fundamental para la realización de la justicia, lo que supone,
necesariamente, que el resultado de ese proceso habrá de ser justo, no puede tolerarse
entonces que al deudor que no está obligado a la realización de una determinada
prestación en el momento en el cual se le demanda, ya porque no se haya vencido el
término o verificada la condición al cual estaba sometida su obligación, y que, por lo
demás, no tiene ninguna intención de incumplir con el pago cuando éste se haga
exigible, se le obligue a seguir un juicio en el que inpretermitiblemente resultará
vencido y forzosamente condenado a pagar las costas del proceso.
En tales circunstancias, lo lógico sería, siguiendo en este particular lo que dice Pesci
Feltri, M. 54, permitir al demandado proponer la falta de interés procesal que se deriva
de la existencia de tales condición o término pendiente en la oportunidad de dar
contestación al fondo de la demanda, según lo sugiere el artículo 361 del Código de
Procedimiento Civil y, con ello, posibilitar que, al igual que ocurre con las otras
razones por las cuales se declara la falta de interés procesal, se deseche la pretensión
del actor y, en estas circunstancias, hacer que sea éste quien sufra las consecuencias
de haber instaurado sin justificación alguna un proceso judicial: esto es, que se le
condene en costas.
Sin embargo, la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia 55, al conocer de la
petición de nulidad de la norma que comentamos formulada por el Abogado Mario
Pesci Feltri Martínez, había establecido que:
54
Cfr. Cuestiones previas y defensas. Estudios de derecho procesal civil. 2ª. ed.. Editorial Jurídica
Venezolana. Caracas. 2000. p.282 y ss.
55
En sentencia dictada el 16 de febrero de 1.994, en el juicio del abogado Mario Pesci Feltri Martínez.
En Pierre, O. (Comp.). Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. Vol. 2. Editorial Pierre Tapia,
S.R.L.. Caracas. 1994. pp. 262 y ss.
23
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
Los requisitos para que resulte procedente la cuestión previa de cosa juzgada, se
encuentran regulados en el artículo 1.395 del Código Civil, en los siguientes
términos: la autoridad de la cosa juzgada no procede sino respecto de lo que ha sido
objeto de la sentencia, en tal virtud, es necesario: a) que la cosa demandada sea la
misma; b) que la nueva demanda esté fundada sobre la misma causa; c) que sea entre
las mismas partes y d) que éstas vengan al juicio con el mismo carácter que en el
anterior.
d) Cuestiones previas atinentes a la acción
El ordinal 10° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil establece como
cuestión previa “la caducidad de la acción establecida en la Ley”.
Como se sabe, la acción es el derecho de las personas a exigir de los órganos
jurisdiccionales, mediante el proceso, la resolución de una controversia o de una
petición, independientemente de que obtengan o no sentencia favorable.
La ley muchas veces exige que ese derecho sea ejercido en un determinado lapso, y si
no se incoa en dicho tiempo, la acción deviene en inadmisible y la tutela jurídica del
Estado, invocada por el accionante, no tiene lugar, si ella se ejerce después de
vencido el plazo.
A ese término fatal se le llama caducidad, y es un plazo en el cual se debe realizar la
actividad que la ley previno para el lapso, ejercer la acción e interponerla
formalmente con la pretensión que mediante ella se hace valer. Si ello no ocurre, la
acción caduca y se extingue, al igual que la pretensión que por medio de ella se
proponía deducir.
Ahora bien, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia
dictada el 29 de junio de 2.001 en el juicio de F. Bravo 63, que nos permitimos copiar
en extenso, ha establecido que:
“.... El legislador ha creado la caducidad por razones de seguridad
jurídica. Para evitar la incertidumbre, establece un límite temporal para
hacer valer derechos y acciones, y la falta de ejercicio dentro del plazo
prefijado los extingue. En este sentido, la caducidad disminuye en cierta
forma el derecho de acceso a la justicia, ya que a pesar que cualquier
persona puede accionar, sin embargo en determinados casos el
conocimiento del fondo de las controversias queda eliminado al
constatarse que no se incoó la acción dentro del término para ello, y a
pesar que esto no limita el derecho de acceso a la justicia, sin embargo lo
restringe.
Dada la relación de la caducidad con dicho derecho constitucional de
acceso, consagrado en el artículo 26 de la vigente Constitución, la
63
En Ramírez & Garay. (Comp.). Jurisprudencia Venezolana. Vol. CLXXVII. Ramírez & Garay,
S.A.. Caracas. 2001. pp.541 y ss.
26
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
64
Cfr. Henríquez, R. Código de procedimiento civil. Cit.. Vol. III. p.69.
65
Vid. Ramírez & Garay. (comp.). Jurisprudencia Venezolana. Vol. CLXXVIII. Ramírez & Garay,
S.A.. Caracas. 2001. pp. 295 y ss.
28
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
pertenecen al cuarto grupo las cuestiones previas previstas en los ordinales 9°, 10° y
11°.
a) El trámite de las cuestiones previas contenidas en el primer grupo.
Como ya sabemos, el ordinal 1° del artículo 346 del Código de Procedimiento Civil
consagra como cuestiones previas “la falta de jurisdicción del Juez, o la
incompetencia de éste, o la litispendencia, o que el asunto deba acumularse a otro
proceso por razones de accesoriedad, de conexión o de continencia”. Ahora bien, este
grupo, a su vez, hemos de dividirlo para su estudio en dos (2) sub grupos, el primero
de los cuales estará integrado, única y exclusivamente, por la falta de jurisdicción y,
el otro, por las restantes cuestiones previas que se mencionan en el referido ordinal
1°.
a.a) Primer sub grupo: Del trámite de la falta de jurisdicción
Alegada la falta de jurisdicción (a que se refiere el ordinal 1° del artículo 346), el
Juez decidirá sobre la misma en el quinto (5°) día de despacho siguiente al
vencimiento del lapso del emplazamiento, ateniéndose únicamente a lo que resulte de
los autos y de los documentos presentados por las partes. Como se podrá observar, no
prevé la norma la posibilidad de subsanar ni de contradecir los alegatos de la parte
demandante, cuestión ésta que, en nuestro criterio, no impide que la parte actora
alegue cuanto en su favor crea conveniente, sin embargo, constituye una obligación
del juez emitir perentoriamente su decisión, toda vez que de ella dependerá en gran
parte la suerte del juicio y el inicio de los correlativos lapsos procesales66.
La decisión sólo será impugnable mediante la solicitud de regulación de la
jurisdicción, conforme a las disposiciones de la Sección Sexta del Título I del Libro
Primero. Así se dispone en el artículo 349 del Código de Procedimiento Civil.
Ahora bien, veamos en detalle lo que puede suceder: si el juez declara sin lugar la
cuestión previa, reafirmando con ello su jurisdicción, y, en este caso, no se ejercita el
recurso de regulación de la jurisdicción, deberá entonces darse contestación a la
demanda dentro de los cinco (5) días de despacho siguientes a la publicación de la
decisión, de conformidad con lo que establece el ordinal 1° del artículo 358 del
Código de Procedimiento Civil.
Es absolutamente cierto que, de acuerdo con lo que disponen los artículos 6 y 59,
último aparte, eiusdem, en todo caso, el pronunciamiento del Juez sobre la
jurisdicción se debería ser consultado en la Sala Políticoadministrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, y, en este caso, a los fines de la consulta ordenada, el Tribunal
debe remitir inmediatamente los autos a la mencionada Sala Políticoadministrativa,
66
Cfr. Sentencia dictada por la sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia el día 06 de
julio de 2.004, en el juicio de Rafael Alberto Ovalles Ponce contra Emilio Morette Balboa. En Pierre,
O. Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia. Vol. 7. Editorial Pierre Tapia S.R.L. Caracas.
2004. pp. 412 y ss.
29
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
para que ésta proceda a decidir la cuestión dentro de los diez (10) días siguientes al
recibo de las actuaciones. Cuestión ésta que supone la suspensión del proceso desde
la fecha en la cual el Tribunal produce su decisión respecto de la jurisdicción
(reafirmándola o negándola) hasta el momento en el cual le sea comunicada por
oficio la decisión de la Sala Político-administrativa.
Sin embargo, en sentencia dictada por la Sala Político-Administrativa de la Corte
Suprema de Justicia el día 07 de junio de 1.995, en el juicio de Bienes y Raíces San
Diego, C.A.67 dejó establecido que:
“... La anterior normativa puede interpretarse en doble sentido. Así, en el
que le ha sido atribuido hasta ahora, de que cualquier declaratoria sobre
la jurisdicción es objeto de consulta. Ahora bien, la situación también
puede enfocarse en forma diferente, en el sentido de que sólo la
declaratoria de falta de jurisdicción del Juez, respecto de la
Administración Pública, tiene consulta, no así la declaratoria en base a la
cual, éste la reafirma.
Por otra parte y como se aclara, si se quiere hacer valer la falta de
jurisdicción del Juez que ha afirmado poseerla, la contraparte tiene
siempre el recurso de regulación de jurisdicción, son lo cual, no tiene
sentido que exista la dualidad de recursos (consulta y regulación) para
una misma situación).
En relación a los argumentos en los cuales se fundamentan los que
afirman que la consulta debe proceder en todo caso, los mismos quedan
destruidos, ante todo, con la interpretación textual del término ‘falta de
jurisdicción’ (in claris non fit interpretatio que contempla el artículo 4
del Código Civil) que en un supuesto de derecho estricto, como es el
presente, resulta la mas apropiada. En efecto, cuando el último aparte del
artículo 59 del Código de Procedimiento Civil señala ‘en todo caso el
pronunciamiento del Juez se consultará’, se refiere a los dos supuestos
que previó dicho artículo 59, es decir, la falta de jurisdicción del Juez
respecto de la Administración y del Juez venezolano respecto al
extranjero y no al sentido mismo de la decisión.
Por otra parte, la circunstancia del daño eventual, de que el Juez pase a
ejercer una jurisdicción que no posee, no es tal, si se recuerda que la
regulación de jurisdicción puede ser ejercida en cualquier oportunidad,
incluso, por la propia Administración Pública.
La Sala Político-Administrativa de la Corte Suprema de Justicia, adhiere
al criterio de que sólo la declaratoria de falta de jurisdicción del juez al
decidir la cuestión previa opuesta en tal sentido da lugar a la consulta
67
Cfr. Pierre, O. (Comp.). Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. Vol. 6. Editorial Pierre
Tapia, S.R.L.. Caracas. 1995. pp.230 y ss.
30
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
68
Cfr. Sentencia dictada por la Sala Políticoadministrativa del Tribunal Supremo de Justicia el día 07
de julio de 2.004, en el juicio de Hui Tieying y Xu Guocai. En Pierre, O. Jurisprudencia del Tribunal
Supremo de Justicia. Vol. 7. Editorial Pierre Tapia S.R.L. Caracas. 2004. pp. 380 y 381.
32
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
Las partes podrán presentar al Tribunal que deba decidir sobre la regulación de la
competencia, los recaudos que juzguen conducentes sobre el punto de competencia,
pero en ningún caso la falta de presentación de dichos recaudos podrá paralizar el
curso del procedimiento de regulación de la competencia, ni la decisión de la misma,
de acuerdo con lo que dispone el artículo 72 eiusdem.
El Tribunal a quien corresponda decidir la regulación de la competencia planteada,
procederá a decidir sobre la competencia, dentro de los diez (10) días siguientes al
recibo de las actuaciones que le han sido remitidas por el Juez, con preferencia a
cualquier otro asunto, todo ello conforme a lo que postula el artículo 73 ibidem.
En este orden de ideas, manda el artículo 74 de la Ley Adjetiva en comentarios, la
decisión se pronunciará sin previa citación ni alegatos, ateniéndose el Juez a quien
corresponda decidir únicamente a lo que resulte de la actuación remitida por el
Tribunal y las que presenten las partes, a menos que faltare algún dato indispensable
para decidir, en cuyo caso podrá requerirlos, suspendiéndose entre tanto la decisión.
Dispone el artículo 75 del Código de Procedimiento Civil que la decisión debe ser
comunicada mediante oficio al Tribunal donde se haya suscitado la regulación de la
competencia. Si la decisión declarase con lugar la regulación de la competencia
promovida oficiosamente por el Juez y, por vía de consecuencia, la incompetencia del
Juez que venía conociendo, éste pasará inmediatamente los autos al Juez o Tribunal
declarado competente, en el cual se continuará el curso del juicio el tercer (3°) día
siguiente al recibo del expediente.
Así las cosas, de acuerdo con lo que se dispone en el ordinal 1° del artículo 358 del
texto procesal objeto de nuestros comentarios, la contestación de la demanda deberá
efectuarse ante el Tribunal declarado competente, dentro del plazo indicado en el
artículo 75, esto es, en el tercer (3°) día siguiente al recibo del expediente.
Si, por el contrario, la decisión declarase sin lugar la regulación de la competencia
promovida oficiosamente por el Juez, y, por lo tanto, confirmara la competencia de
éste, entonces, de acuerdo con lo que señala el ordinal 1° del artículo 358 eiusdem, la
contestación a la demanda deberá presentarse dentro de los cinco (5) días de despacho
siguientes a la fecha en la cual se haya recibido el oficio al cual se refiere el artículo
75.
Finalmente, debe advertirse que, de acuerdo con lo que dispone el artículo 76 del
Código de Procedimiento Civil, la parte que haya promovido la regulación de la
jurisdicción o de la competencia que resulte manifiestamente infundada, será
condenada por el Tribunal que decida, al pago de una multa que no será menor de un
mil bolívares (1.000) ni mayor de cinco mil bolívares (Bs.5.000). En la misma pena
incurrirá el Juez que haya dejado de enviar oportunamente al Tribunal que deba
decidir, las actuaciones pertinentes, sin perjuicio de poder ser apremiado a cumplir tal
deber por el Tribunal llamado a regular la competencia.
36
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
(dispuesto originalmente para contestar la demanda) y que, en este caso, nace para el
juez el deber de emitir un pronunciamiento donde determine si la parte subsanó
correctamente o no el defecto u omisión imputado al libelo, cuyo pronunciamiento
debe ser emitido dentro del plazo de tres (3) días de despacho consagrado en el
artículo 10 del Código de Procedimiento Civil, y al cual le serán aplicables los
mandatos de los artículos 252 y 276 eiusdem.
En caso de que el juez desestime la objeción formulada por el demandado, esto es, en
caso de que entienda que la subsanación voluntaria se hizo debidamente, la parte
demandada debe dar contestación a la demanda dentro de los cinco (5) días de
despacho siguientes a la decisión del tribunal73.
Pero, si el juez declarara con lugar la objeción del demandado por considerar que la
parte actora no subsanó debidamente los defectos u omisiones de la demanda, ha
dicho la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia74 que ello
equivaldría a decidir que no hubo subsanación voluntaria por cuanto la pretendida
subsanación realizada por el demandante en forma voluntaria es ineficaz. En este
caso, el demandado quedaría relevado de la carga procesal de dar contestación a la
demanda, mientras se decide -ya no sobre la subsanación- sino sobre la procedencia o
no de la cuestión previa opuesta. En tal supuesto tiene aplicación el encabezamiento
del artículo 352 del citado Código: “Si el demandante no subsana el defecto u
omisión en el plazo indicado en el artículo 350... se entenderá abierta una
articulación probatoria ...y el Tribunal decidirá en el décimo día siguiente...”. En
consecuencia, se procederá como si no hubiese habido subsanación voluntaria.
Ahora bien, de acuerdo con lo que dispone el artículo 352 eiusdem, si la parte actora
no subsana el defecto u omisión en el plazo indicado en el artículo 350, se entenderá
abierta una articulación probatoria de ocho (8) días de despacho para promover y
evacuar pruebas, sin necesidad de decreto o providencia del Juez, y el Tribunal
decidirá en el décimo (10°) día siguiente al último de aquella articulación, con vista
de las conclusiones escritas que pueden presentar las partes.
En este orden de ideas, siguiendo lo que prevé el artículo 354 ibidem, declaradas con
lugar las cuestiones previas a que se refieren los ordinales 2°, 3°, 4°, 5°, y 6° del
artículo 346, el proceso se suspende hasta que el demandante subsane dichos defectos
u omisiones como se indica en el artículo 350, en el término de cinco (5) días de
despacho, a contar del pronunciamiento del Juez. Es de acotar que, según lo postula el
73
Cfr. Sentencia dictada por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia el día 16 de
diciembre de 2.003, en el juicio de Doris Esneider Moreno contra Domínguez & Compañía Valencia,
S.A. En Pierre, O. (Comp.). Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia. Vol. 12. Editorial
Pierre Tapia, S.R.L.. Caracas. 2003. pp.875 y ss.
74
Cfr. Sentencia dictada por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia el día 16 de
diciembre de 2.003, en el juicio de Doris Esneider Moreno contra Domínguez & Compañía Valencia,
S.A. En Pierre, O. (Comp.). Jurisprudencia del Tribunal Supremo de Justicia. Vol. 12. Editorial
Pierre Tapia, S.R.L.. Caracas. 2003. pp.875 y ss.
38
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
artículo 357 del Texto adjetivo en comentarios, la decisión del juez sobre estas
cuestiones previas, no tendrá apelación.
Si el demandante no subsana debidamente los defectos u omisiones en el plazo
indicado, el proceso se extingue, produciéndose el efecto señalado en el artículo 271
del Código de Procedimiento Civil, así se dice en el artículo 354.
Por el contrario, si la parte actora “subsana” los defectos indicados en la sentencia del
Tribunal, toca al Juez analizar, apreciar y pronunciarse sobre el nuevo elemento
aportado al proceso, y declarar formalmente si fue o no debidamente subsanado el
defecto u omisión, para que las partes conozcan si la causa habrá de continuar su
curso o si, por el contrario, ésta habrá de extinguirse.
En este caso, la decisión tiene apelación en ambos efectos y la decisión del tribunal
de alzada será recurrible en casación, si se cumplen los requisitos para la proposición
del mismo, toda vez que ésta es una resolución que amerita la revisión de la alzada
por tratarse de una sentencia interlocutoria con fuerza de definitiva que le pone fin al
juicio, causándole al demandante un gravamen irreparable que no puede subsanarse
por la definitiva, porque se extinguió el procedimiento.
En efecto, en sentencia dictada por la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de
Justicia dictada el 30 de junio de 1.999, en el juicio de Rosa Eugenia Lozada Castillo
contra British Airwais Plc. 75, se dejó establecido que:
“...Ciertamente como aduce el formalizante, el auto que resuelve las
cuestiones previas de los ordinales 2°, 3°, 4°, 5° y 6° del artículo 346 del
Código de Procedimiento Civil, no tiene consagrado recurso de
apelación, de conformidad con las previsiones del artículo 357 ejusdem,
salvo un caso de excepción establecido por la doctrina de la Sala del 10
de agosto de 1989 (Comité de Riego La Flecha – La Puerta contra María
Isabel de Franca) que una vez más se reitera, según la cual:
“...Es preciso dejar establecido la actividad procesal que se cumple,
cuando en un juicio se oponen cuestiones previas. En efecto, si se
interponen cuestiones previas de las contempladas en los ordinales 2°, 3°,
4°, 5° y 6° del artículo 346, se produce una primera decisión del
sentenciador declarando con lugar o sin lugar la cuestión previa opuesta.
Si el juez la declara con lugar, entra en aplicación la norma contenida en
el artículo 354 del Código de Procedimiento Civil, es decir, el proceso se
suspende hasta que el demandante subsane los defectos u omisiones
alegados, de conformidad con los requerimientos del artículo 350
ejusdem, en el término de 5 días, a contra desde el pronunciamiento del
juez...
75
Cfr. Pierre, O. (Comp.). Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia. Vol. 6. Editorial Pierre
Tapia, S.R.L.. Caracas. 1999. pp.434 y ss.
39
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
Así las cosas, tenemos que, sólo si ha sido resuelto por la Sala Político Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia (bien por haberse ejercido la regulación de la
jurisdicción, bien porque haya conocido en consulta) que el juez de la causa,
efectivamente, si tiene jurisdicción, éste último podrá instruir la incidencia de las
restantes cuestiones previas que han sido promovidas acumulativamente con la falta
de jurisdicción, entendiéndose que, al tercer (3°) día siguiente al recibo del oficio que
indica el artículo 64, quedará abierta una articulación probatoria de ocho (8) días de
despacho para promover y evacuar pruebas, sin necesidad de decreto o providencia
del Juez, decidiendo en el décimo (10°) día siguiente al último de aquella
articulación, con vista de las conclusiones escritas que pudieran presentar las partes.
De lo contrario, habiendo afirmado el juez de la causa su jurisdicción y sin que se
haya ejercido la regulación de la jurisdicción en contra de su decisión, la incidencia
para tramitar las restantes cuestiones previas (articulación probatoria y lapso para
decidir) empezará a correr al día siguiente del pronunciamiento del juez respecto de la
jurisdicción.
Ahora bien, puede suceder que la articulación probatoria a la que hemos hecho
mención no deba ser aperturada. En efecto, ello ocurre en los siguientes supuestos: a)
cuando se han propuesto junto con la falta de jurisdicción alguna de las cuestiones
previas contenidas en los ordinales 2°, 3°, 4°, 5° y 6° del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil y, dentro del lapso de cinco (5) días de despacho siguientes al
vencimiento del lapso del emplazamiento, la parte actora subsanó voluntariamente el
defecto u omisión imputados al libelo y no se ha producido objeción alguna por parte
del demandado o, en caso de que se haya producido alguna objeción, se la ha
desechado por el juez; y b) cuando se han propuesto junto con la falta de jurisdicción
las cuestiones previas previstas en los ordinales 7° y 8° eiusdem, y la parte actora no
las ha contradicho expresamente dentro del lapso de cinco (5) días de despacho
siguientes al vencimiento del lapso del emplazamiento.
Hemos de advertir que hemos excluido de este supuesto lo que corresponde a la falta
de contradicción expresa por parte de la parte actora a las cuestiones previas
consagradas en los ordinales 9°, 10° y 11° del artículo 346 ibidem, pues, como ya
hemos dicho, de acuerdo con la jurisprudencia del Mas Alto Tribunal de la República,
opuestas estas cuestiones previas, es deber del juez verificar su existencia aunque no
hubiesen sido contradichas expresamente por la parte demandante.
c) La proposición de la incompetencia del Tribunal de la causa, o la litispendencia, o
que el asunto deba acumularse a otro proceso por razones de accesoriedad, de
conexión o de continencia con cualquier otra de las cuestiones previas contenidas en
los ordinales 2°, 3°, 4°, 5°, 6°, 7°, 8°, 9°, 10° y 11° del artículo 346 del Código de
Procedimiento Civil.
Visto que el ejercicio de la regulación de la competencia, de acuerdo con lo que
postula el único aparte del artículo 71 del Código en comentarios, suspende del curso
45
Marcos J. Solís Saldivia.
Apuntes de Derecho Procesal Civil I
del proceso, debe advertirse que, en caso de que la decisión del Tribunal Superior
confirme la competencia del Tribunal que venía conociendo, el juicio continuará su
curso al día siguiente a aquel en el cual se haya recibido el oficio en el que se
comunique la decisión del Superior ex artículo 75 eiusdem, quedando abierta una
articulación probatoria de ocho (8) días de despacho para promover y evacuar
pruebas, sin necesidad de decreto o providencia del Juez, debiendo éste último decidir
en el décimo (10°) día siguiente al último de aquella articulación, con vista de las
conclusiones escritas que pudieran presentar las partes, todo de conformidad con lo
que manda el artículo 352 ibidem. Pero, en aquellos casos en los cuales el Tribunal
Superior declare la incompetencia del juez que venía conociendo, éste deberá paras
los autos al Tribunal declarado competente, en el cual continuará el curso de la causa
al tercer (3°) día siguiente al recibo del expediente, en los términos mencionados
anteriormente.