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Tras el ascenso de las Fuerzas Armadas al poder político en 1968 bajo el mando del

general EP Juan Velasco Alvarado se llevaron a cabo una cierta cantidad de reformas
para poder dejar de lado nuestra dependencia al capitalismo norteamericano y así
también poder generar un desarrollo progresivo tanto social como económicamente
hablando.
Uno de las figuras más importantes dentro de estas reformas sería el campesino, termino
usado para reemplazar al de Indio impuesto por Augusto B Leguia.
En primer lugar, debemos diferenciar bien estos términos para entender que era lo que
buscaba Velasco con sus reformas. El término campesino fue usado para reivindicar la
labor de la persona que trabajaba en el campo que también era conocida como indio.
¿De que forma lo haría? El termino indio era tomado de forma despectiva, además que
este no era un elemento por el cual se sintieran identificados los pobladores de la sierra
peruana.

Campesino: Indígena:

1. Originario del país de que se trata.


1. Perteneciente o relativo al campo.
2. Relativo a una població n originaria
2. Propio del campo.
del territorio que habita.
3. Dicho de una persona: Que vive y
3. Sinó nimo: oriundo, nativo,
trabaja de ordinario en el campo.
originario, aborigen.
Categoría socioló gica que se aplica al
En sentido estricto, se aplica a las
poblador rural que trabaja la tierra y la
etnias que preservan las culturas
hace producir.
tradicionales no europea.

La idea central de la ley estaba inspirada en los escritos de Augusto Salazar Bondy
sobre la educación como generadora de una consciencia crítica de la realidad Salazar
Bondy hace mención que el hombre debe ser apto de trabajar de manera conjunta para
lograr un fin colectivo a favor de la comunidad, buscando así una educación orientada a
la no discriminación.
La Sistema educativo durante la reforma se estructuro de la siguiente manera: educación
inicial, educación básica regular o laboral, siendo esta ultima una educación apuntada a
formar oficios técnicos, y también se mantuvo como pilar ideológico la educación
superior.

a) Exaltar la dignidad del hombre y reconocer el derecho a la educación de


todas las personas sin discriminación alguna.
b) Orientar la educación hacia el trabajo considerado como medio de lograr
la plena realización del hombre.
c) Lograr la participación de todos los sectores de la comunidad nacional.
d) Ser flexible para adecuarse a las necesidades de los educandos de las
diversas regiones y zonas del país.
e) Alcanzar progresivamente la gratuidad de la enseñanza.
Si bien la Comisión de Reforma consideraba que los maestros eran actores claves en cualquier
proceso de reforma y que sin ellos no sería posible ningún cambio significativo, la falta de una
política salarial de incentivos puso a los sindicatos magisteriales en la oposición. Como se dijo,
los maestros venían de una negociación exitosa con Belaunde, por lo que esperaban una
propuesta salarial similar. Como esto no ocurrió, sobrevinieron medidas de fuerza para obligar
al régimen a una negociación. La respuesta del gobierno fue la represión y la deportación de
los dirigentes, lo que llevó a una dinámica de enfrentamientos con los maestros, que fue
escalando y colocó a estos como los principales opositores de la reforma.

La Comisión de Reforma llegó a plantear varias medidas para mejorar las condiciones
remunerativas y laborales del magisterio, tales como una escala salarial, seguridad social, y
facilidades laborales y culturales. Sin embargo, el gobierno se vio en un callejón sin salida, pues
las otras reformas, particularmente la de fomento a las industrias, significaban un importante
drenaje de recursos fiscales al mismo tiempo que se descuidaba la exportación de minerales, la
principal actividad de generación de divisas. El régimen de Velasco fue un período de
incremento de la inversión pública, pero al querer resolver el problema de todos los sectores
dicha inversión llegó en cantidades distantes a las necesarias a sectores como el educativo.

A diferencia de la Reforma Agraria, la reforma educativa velasquista no tuvo tiempo para


consolidarse. Por sus propias características, era una reforma que demandaba, por lo menos,
de un proceso de mediano plazo. La Comisión previó su implementación en ocho años, pero,
más adelante, bajo el Plan de Educación se empezó a hablar del año 1980 como meta. No
obstante, la reforma educativa abrió una época de debates ideológicos dentro del magisterio
peruano, un debate trenzado entre «revolucionarios» velasquistas y de la izquierda peruana
que tuvo amplia repercusión en los contenidos de los textos escolares y en los discursos
histórico-sociales que los maestros llevaron a la escuela. Aunque no en los estrictos términos
con que fueron planteados por la reforma educativa, la visión sobre el Perú que se difundió en
la escuela cambió. Se puso énfasis en la crítica a las injusticias sociales, al dominio de los
capitales extranjeros y la explotación de los terratenientes sobre los campesinos. En cierto
modo, la «idea crítica» que Gonzalo Portocarrero y Patricia Oliart encontraron en la escuela
durante los años ochenta provenía de la reforma educativa velasquista. Ahora bien, la caída de
Velasco en 1975 bloqueó la estabilidad de dicha reforma. Si la crisis económica de 1973 puso
límites al avance de reforma (el porcentaje del sector educación en el presupuesto nacional
mantuvo su tendencia a la baja), el ascenso al poder de Francisco Morales Bermúdez marcó un
proceso de retroceso. Con el pretexto de la infiltración de la extrema izquierda en el sistema
educativo, el gobierno de Morales Bermúdez desactivó varios aspectos de la reforma y, en
otros, incluso promovió el retorno a la situación anterior a 1970. En 1976, el Ministro de
Educación, el general Ramón Miranda, quien venía del gobierno de Velasco, declaró lo
siguiente respecto al cambio de la política educativa: «No se me planteó que realizara una
contra-reforma educativa, pero se comenzaron a plantear suspicacias en torno a los
contenidos educativos, a pedir mayor energía para enfrentar la escalada de la protesta
magisterial y se hablaba de un ideologización de izquierda. En el contexto nacional, se
agudizaron los antagonismos entre gentes de avanzada, que querían continuar el proceso, y
gente que estimaba necesario frenar el proceso. Las tendencias conservadoras que se habían
mantenido latentes en la propia fuerza armada, comenzaron a aflorar».10 Ramón Miranda fue
reemplazado en Ministerio de Educación por el general Otto Eléspuru Revoredo, quien se
desempeñó como ministro entre 1977 y 1978. Se puede decir que con Eléspuru la reforma
entra a un período de desmontaje, por lo menos en sus aspectos ideológicos. Según el propio
Eléspuru: «Hubo distorsiones ideológicas, como el descuidar el principio estatutario del
gobierno de las FFAA en el sentido que se quería una sociedad no-capitalista, la tolerancia
frente a la infiltración de elementos de extrema izquierda, el fracaso en frenar la agitación
politizada del magisterio que se declaró opuesto frontalmente a la reforma»

Cepes Rural. (2014, Julio 10). Identidades indígenas en tiempos de Consulta Previa - Jaime
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